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Como los pastores no me querían, ni yo los quería a ellos, en un mes despedí a tres. A las ovejas les dije: «¡Ya no quiero ser su pastor! ¡No me importa si se mueren o las matan! ¡Tampoco me importa si se comen las unas a las otras!»

10 Después tomé la vara llamada «Bondad», y la rompí. Con eso di a entender a los que estaban allí que Dios había roto su pacto con todas las naciones.

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