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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Jeremías 10:14-23:8

14 Todo hombre se embrutece, le falta conocimiento;
se avergüenza de su ídolo todo fundidor,
porque mentirosa es su obra de fundición y no hay espíritu en ella.
15 Vanidad son, obra vana;
en el tiempo de su castigo perecerán.
16 No es así la porción de Jacob,
porque él es el Hacedor de todo,
e Israel es la vara de su heredad:
¡Jehová de los ejércitos es su nombre!

Asolamiento de Judá

17 Recoge del suelo tu equipaje,
tú que moras en lugar fortificado,
18 porque así ha dicho Jehová:
«Esta vez arrojaré con honda
a los moradores de la tierra,
y los afligiré, para que lo sientan.»

19 ¡Ay de mí, por mi quebrantamiento!
Mi llaga es muy dolorosa.
Pero dije: «Ciertamente enfermedad mía es ésta, y debo sufrirla.
20 Mi tienda está destruida
y todas mis cuerdas están rotas;
mis hijos me han abandonado y perecieron;
no hay ya quien levante mi tienda
ni quien cuelgue mis cortinas.»

21 Porque los pastores se han vuelto necios
y no han buscado a Jehová;
por eso, no prosperaron
y se dispersó todo su rebaño.

22 Un fuerte rumor, un gran alboroto,
viene de la tierra del norte,
para convertir en soledad todas las ciudades de Judá,
en guarida de chacales.

23 ¡Conozco, Jehová, que el hombre no es señor de su camino,
ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos!
24 ¡Castígame, Jehová, mas con juicio;
no con tu furor, para que no me aniquiles!

25 Derrama tu enojo sobre los pueblos
que no te conocen
y sobre las naciones que no invocan tu nombre,
porque se comieron a Jacob,
lo devoraron, lo han consumido
y han asolado su morada.

El pacto violado

11 Palabra que vino de Jehová a Jeremías, diciendo: «Oíd las palabras de este pacto, y hablad a todo hombre de Judá y a todo habitante de Jerusalén. Decidles que así ha dicho Jehová, Dios de Israel: “Maldito el que no obedezca las palabras de este pacto, el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz y cumplid mis palabras conforme a todo lo que os mando. Entonces vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Así confirmaré el juramento que hice a vuestros padres, que les daría la tierra que fluye leche y miel, como en este día.”»

Yo respondí y dije: «¡Amén, Jehová!»

Jehová me dijo: «Proclama todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: “Oíd las palabras de este pacto y ponedlas por obra. Porque solemnemente advertí a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto, amonestándolos sin cesar, desde el principio hasta el día de hoy, diciendo: ¡Escuchad mi voz! Pero no escucharon ni inclinaron su oído; antes bien, se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón. Por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumplieran, y no cumplieron.”»

Me dijo Jehová: «Conspiración se ha hallado entre los hombres de Judá y entre los habitantes de Jerusalén. 10 Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras y se fueron tras dioses ajenos para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi pacto, el cual había yo concertado con sus padres. 11 Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo traigo sobre ellos un mal del que no podrán escapar. Clamarán a mí, pero no los escucharé. 12 Entonces irán las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén a clamar a los dioses a quienes queman incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal. 13 Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, Judá; y según el número de tus calles, Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal.

14 »Tú, pues, no ores por este pueblo: no levantes por ellos clamor ni oración, porque yo no los escucharé el día en que por su aflicción clamen a mí.

15 »¿Qué derecho tiene mi amada en mi Casa,
habiendo hecho tantas abominaciones?
¿Crees que los sacrificios y la carne consagrada de las víctimas
pueden evitarte el castigo?
¿Puedes gloriarte de eso?
16 Olivo verde, hermoso en su fruto y en su aspecto,
llamó Jehová tu nombre.
Pero al son de un recio estrépito hizo encender fuego sobre él,
y se quebraron sus ramas.

17 »Porque Jehová de los ejércitos, que te plantó, ha decretado el mal contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han cometido, provocándome a ira al quemar incienso a Baal.»

Complot contra Jeremías

18 Jehová me lo hizo saber, y lo supe; entonces me hiciste ver sus obras. 19 Yo era como un cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo: «Destruyamos el árbol con su fruto, cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre.»

20 Pero tú, Jehová de los ejércitos,
que juzgas con justicia,
que escudriñas la mente y el corazón,
déjame ver tu venganza sobre ellos,
porque ante ti he expuesto mi causa.

21 Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de los hombres de Anatot que buscan tu vida, diciendo: «No profetices en nombre de Jehová, para que no mueras a nuestras manos.» 22 Así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos: «Yo los castigaré: los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre. 23 No quedará ni un resto de ellos, pues yo traeré el mal sobre los hombres de Anatot, en el año de su castigo.»

Queja de Jeremías y respuesta de Dios

12 Justo eres tú, Jehová,
para que yo dispute contigo;
sin embargo, alegaré mi causa ante ti.
¿Por qué es prosperado el camino de los malvados
y les va bien a todos los que se portan deslealmente?
Los plantaste,
y echaron raíces; crecieron, y dieron fruto;
cercano estás tú en sus bocas,
pero lejos de sus corazones.
Pero tú, Jehová, me conoces;
me viste y has probado mi corazón para contigo.
¡Arrebátalos como a ovejas para el degolladero,
y señálalos para el día de la matanza!
¿Hasta cuándo estará desierta la tierra
y marchita la hierba de todo el campo?
Por la maldad de los que en ella moran
han perecido los ganados y las aves,
pues dijeron:
«No verá Dios nuestro fin.»

«Si corriste con los de a pie y te cansaron,
¿cómo contenderás con los caballos?
Y si en la tierra de paz no estabas seguro,
¿cómo harás en la espesura del Jordán?
Aun tus hermanos y la casa de tu padre,
aun ellos se levantaron contra ti,
aun ellos gritaron en pos de ti.
No confíes en ellos,
aunque te digan cosas buenas.

»He abandonado mi casa,
he desamparado mi heredad,
he entregado en mano de sus enemigos
lo que amaba mi alma.
Mi heredad fue para mí
como un león en la selva;
contra mí lanzó su rugido,
y por eso la aborrecí.
Es mi heredad para mí
como un ave de rapiña de muchos colores.
¿No están contra ella aves de rapiña rodeándola?
¡Venid, reuníos, vosotras todas las fieras del campo,
venid a devorarla!
10 Muchos pastores han destruido mi viña,
han pisoteado mi heredad,
han convertido en desierto y soledad
mi heredad preciosa.
11 Fue convertida en asolamiento;
desolada, lloró sobre mí.
Toda la tierra quedó asolada,
y no hubo nadie que reflexionara.
12 Sobre todas las alturas del desierto
vinieron destructores,
porque la espada de Jehová
devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro;
no habrá paz para nadie.
13 Sembraron trigo y cosecharon espinos;
se esforzaron, mas nada aprovecharon.
Se avergonzarán de sus frutos,
a causa de la ardiente ira de Jehová.»

14 Así ha dicho Jehová: «En cuanto a mis malos vecinos, que tocan la heredad que hice poseer a mi pueblo Israel, yo los arrancaré de su tierra, y arrancaré de en medio de ellos la casa de Judá. 15 Pero después que los haya arrancado, volveré y tendré misericordia de ellos, y los haré volver cada uno a su heredad y cada cual a su tierra. 16 Y si con diligencia aprenden los caminos de mi pueblo, para jurar en mi nombre, diciendo: “¡Vive Jehová!”, así como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, también ellos serán prosperados en medio de mi pueblo. 17 Pero si no escuchan, arrancaré esa nación, sacándola de raíz y destruyéndola», dice Jehová.

La señal del cinto podrido

13 Así me dijo Jehová: «Ve y cómprate un cinto de lino. Cíñelo a tu cintura, pero no lo metas en agua.» Compré el cinto, conforme a la palabra de Jehová, y lo ceñí a mi cintura. Vino a mí por segunda vez palabra de Jehová, diciendo: «Toma el cinto que compraste, el cual ciñe tu cintura, levántate, ve al Éufrates y escóndelo allí, en la hendidura de una peña.» Fui, pues, al Éufrates y lo escondí, como Jehová me había mandado.

Después de muchos días me dijo Jehová: «Levántate, ve al Éufrates y toma el cinto que te mandé esconder allí.» Entonces fui al Éufrates, cavé y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido, pero el cinto se había podrido y ya no servía para nada.

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: «Así ha dicho Jehová: Así haré podrir la soberbia de Judá y la mucha soberbia de Jerusalén. 10 Este pueblo malo, que no quiere escuchar mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón y que va en pos de dioses ajenos para servirlos y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que ya no sirve para nada. 11 Porque como el cinto se ajusta a la cintura del hombre, así hice que se ajustara a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová, para que fueran mi pueblo, y para renombre, para alabanza y para honra; pero no escucharon.

La señal de las tinajas llenas

12 »Les dirás, pues, esta palabra: “Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Toda tinaja se llenará de vino.” Y ellos te dirán: “¿No sabemos que toda tinaja se llenará de vino?” 13 Entonces les dirás: Así ha dicho Jehová: “Yo lleno de embriaguez a todos los habitantes de esta tierra, a los reyes de la estirpe de David que se sientan sobre su trono, a los sacerdotes y profetas y a todos los habitantes de Jerusalén. 14 Y los quebrantaré, a los unos contra los otros, juntamente a los padres y a los hijos, dice Jehová. No perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia, sino que los destruiré.”»

Judá será llevada en cautiverio

15 Oíd y prestad atención:
no os envanezcáis, pues Jehová ha hablado.
16 Dad gloria a Jehová, vuestro Dios,
antes que haga venir tinieblas,
antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad,
y que, esperando vosotros la luz,
él os la vuelva en sombra de muerte y tinieblas.
17 Mas si no escucháis esto,
en secreto llorará mi alma a causa de vuestra soberbia;
y llorando amargamente, se desharán mis ojos en lágrimas,
porque el rebaño de Jehová fue hecho cautivo.

18 «Di al rey y a la reina:
“Humillaos, sentaos en tierra,
porque la corona de vuestra gloria ha caído de vuestras cabezas.”
19 Las ciudades del Neguev fueron cerradas
y no hubo quien las abriera;
toda Judá fue deportada,
llevada en cautiverio fue toda ella.
20 Alzad vuestros ojos
y ved a los que vienen del norte.
¿Dónde está el rebaño que te fue dado,
tu hermosa grey?

21 »¿Qué dirás cuando él ponga como cabeza sobre ti
a aquellos a quienes tú enseñaste a ser tus amigos?
¿No te darán dolores
como los de una mujer que está de parto?
22 Quizá digas en tu corazón:
“¿Por qué me ha sobrevenido esto?”
¡Por la enormidad de tu maldad
fueron alzadas tus faldas,
fueron desnudados tus calcañares!
23 ¿Podrá cambiar el etíope su piel
y el leopardo sus manchas?
Así también,
¿podréis vosotros hacer el bien,
estando habituados a hacer lo malo?
24 Por tanto, yo los esparciré al viento del desierto,
como tamo que pasa.
25 Ésta es tu suerte,
la porción que yo he medido para ti,
dice Jehová,
porque te olvidaste de mí y confiaste en la mentira.
26 Yo, pues, te alzaré también las faldas hasta el rostro,
y se verá tu vergüenza:
27 tus adulterios, tus relinchos,
la maldad de tu fornicación sobre los collados.
En el campo he visto tus abominaciones.
¡Ay de ti, Jerusalén!
¿No serás al fin limpia?
¿Cuánto tardarás en purificarte?»

Mensaje con motivo de la sequía

14 Palabra de Jehová que vino a Jeremías con motivo de la sequía.

«Se ha enlutado Judá,
sus puertas desfallecen;
se sentaron tristes en tierra
y sube el clamor de Jerusalén.
Los nobles envían a sus criados por agua;
van a las lagunas, pero no hallan agua;
vuelven con sus vasijas vacías;
se avergüenzan, se confunden
y cubren sus cabezas.
Se ha resquebrajado la tierra
porque no ha llovido en el país;
los labradores, confundidos,
se cubren la cabeza.
Aun las ciervas en los campos
paren y abandonan la cría,
porque no hay hierba.
Los asnos monteses
se ponen en las alturas
y aspiran el viento como los chacales,
pero sus ojos se ofuscan
porque no hay hierba.»

Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, Jehová,
¡actúa por amor de tu nombre!
Porque nuestras rebeliones se han multiplicado,
contra ti hemos pecado.
Tú, la esperanza de Israel,
su Salvador en el tiempo de la aflicción,
¿por qué te has hecho como forastero en la tierra,
como caminante que se retira para pasar la noche?
¿Por qué eres como un hombre atónito,
como un valiente incapaz de librar?
Sin embargo, tú estás entre nosotros, Jehová,
y sobre nosotros es invocado tu nombre;
no nos desampares.

10 Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: «Se deleitaron en vagar, y no dieron descanso a sus pies»; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad y castigará sus pecados.

11 Y me dijo Jehová: «No ruegues por el bien de este pueblo. 12 Cuando ayunen, yo no escucharé su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no los aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.»

13 Yo dije: «¡Ah, ah, Señor, Jehová!, mira que los profetas les dicen: “No veréis espada ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.”»

14 Me dijo entonces Jehová: «Falsamente profetizan los profetas en mi nombre. Yo no los envié ni los mandé ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan. 15 Por tanto, así ha dicho Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: “Ni espada ni hambre habrá en esta tierra.” ¡Con espada y con hambre serán consumidos esos profetas! 16 Y el pueblo a quien profetizan quedará tirado por las calles de Jerusalén a causa del hambre y la espada, y no habrá quien los entierre, ni a ellos ni a sus mujeres ni a sus hijos ni a sus hijas. Y sobre ellos derramaré su propia maldad.

17 »Les dirás, pues, esta palabra:

»“Derramen mis ojos lágrimas
noche y día, y no cesen,
porque la virgen hija de mi pueblo
ha sufrido una terrible desgracia,
porque su llaga es muy dolorosa.
18 Si salgo al campo, veo muertos a espada;
si entro en la ciudad, veo enfermos de hambre,
y tanto el profeta como el sacerdote
andan vagando por el país, y nada entienden.”»

19 ¿Has desechado del todo a Judá?
¿Ha aborrecido tu alma a Sión?
¿Por qué hiciste que nos hirieran sin remedio?
Esperamos paz, pero no hubo tal bien;
tiempo de curación, y he aquí turbación.
20 Reconocemos, Jehová, nuestra impiedad
y la iniquidad de nuestros padres,
porque contra ti hemos pecado.
21 Por amor de tu nombre, no nos deseches
ni deshonres tu glorioso trono;
acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros.
22 ¿Hay entre los ídolos de las naciones
alguno capaz de hacer llover?
¿Acaso darán lluvias los cielos?
¿No eres tú, Jehová, nuestro Dios?
En ti, pues, esperamos,
pues tú has hecho todas estas cosas.

La implacable ira de Dios contra Judá

15 Entonces Jehová me dijo: «Aunque Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, no estaría mi voluntad con este pueblo. Échalos de mi presencia, y que salgan. Y si te preguntan: “¿A dónde saldremos?”, les dirás que así ha dicho Jehová:

»“El que a muerte, a muerte;
el que a espada, a espada;
el que a hambre, a hambre;
y el que a cautiverio, a cautiverio.”

»Y enviaré sobre ellos cuatro géneros de castigo, dice Jehová: espada para matar, perros para despedazar y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y destruir. Los entregaré para terror a todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

»Porque ¿quién tendrá compasión de ti, Jerusalén?
¿Quién se entristecerá por tu causa
o quién vendrá a preguntar por tu paz?
Tú me dejaste, dice Jehová,
te volviste atrás;
por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré.
¡Estoy cansado de tener compasión!
Aunque los aventé con aventador
hasta las puertas de la tierra,
y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté,
no se volvieron de sus caminos.
Sus viudas se multiplicaron
más que la arena del mar;
traje contra ellos un destructor a mediodía
sobre la madre y sobre los hijos;
hice que de repente cayeran terrores sobre la ciudad.
Languideció la que dio a luz siete;
se llenó de dolor su alma,
su sol se puso siendo aún de día;
fue avergonzada y llena de confusión.
Y lo que de ella quede,
lo entregaré a la espada delante de sus enemigos,
dice Jehová.»

10 ¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste
hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra!
Nunca he dado ni tomado en préstamo
y, sin embargo, todos me maldicen.
11 ¡Sea así, Jehová,
si no te he rogado por su bien,
si no he suplicado ante ti en favor del enemigo
en tiempo de aflicción y en época de angustia!

12 «¿Puede alguno quebrar el hierro,
el hierro del norte, y el bronce?
13 Tus riquezas y tus tesoros
entregaré a la rapiña sin ningún precio,
por todos tus pecados
y en todo tu territorio.
14 Y te haré servir a tus enemigos
en tierra que no conoces,
porque fuego se ha encendido en mi furor
y arderá contra vosotros.»

Jehová reanima a Jeremías

15 Tú lo sabes, Jehová;
acuérdate de mí, visítame
y véngame de mis enemigos.
No me reproches en la prolongación de tu enojo;
sabes que por amor de ti sufro afrenta.
16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí.
Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón;
porque tu nombre se invocó sobre mí,
Jehová, Dios de los ejércitos.
17 No me senté en compañía de burladores
ni me engreí a causa de tu profecía;
me senté solo,
porque me llenaste de indignación.
18 ¿Por qué fue perpetuo mi dolor,
y mi herida incurable,
que no admitió curación?
¿Serás para mí como cosa ilusoria,
como aguas que no son estables?

19 Por tanto, así dijo Jehová:
«Si te conviertes, yo te restauraré
y estarás delante de mí;
y si separas lo precioso de lo vil,
serás como mi boca.
¡Conviértanse ellos a ti,
mas tú no te conviertas a ellos!
20 Y te pondré en este pueblo
por muro fortificado de bronce;
pelearán contra ti,
pero no te vencerán,
porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte,
dice Jehová.
21 Yo te libraré de la mano de los malos
y te redimiré de la mano de los fuertes.»

Juicio de Jehová contra Judá

16 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: «No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar. Porque Jehová dice que los hijos y las hijas nacidos en este lugar, las madres que los den a luz y los padres que en esta tierra los engendren, morirán de dolorosas enfermedades, y no serán llorados ni sepultados, sino que serán como estiércol sobre la faz de la tierra. Con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.»

También ha dicho esto Jehová: «No entres en casa donde haya luto; no acudas a lamentar ni los consueles, porque de este pueblo, dice Jehová, yo he quitado mi paz, mi misericordia y mi compasión. Morirán en esta tierra grandes y pequeños. No serán enterrados ni los llorarán; no se sajarán ni se raparán la cabeza por ellos. No partirán pan por ellos en el luto para consolarlos por sus muertos, ni les darán a beber la copa del consuelo por su padre o por su madre. Asimismo, no entres en casa donde haya banquete, para sentarte con ellos a comer o a beber. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, toda voz de esposo y toda voz de esposa.

10 »Y acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: “¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros todo este mal tan grande? ¿Qué maldad es la nuestra? ¿O qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová, nuestro Dios?” 11 Entonces les dirás: Porque vuestros padres me abandonaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos y los sirvieron, y ante ellos se postraron. Me abandonaron a mí y no guardaron mi Ley. 12 Pero vosotros habéis hecho peor que vuestros padres, pues cada uno de vosotros camina tras la imaginación de su malvado corazón, no escuchándome a mí. 13 Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche, pues no os tendré compasión.

14 »No obstante, vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: “¡Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto!”, 15 sino: “¡Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había arrojado!” Pues yo los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.

16 »Yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte, por todo collado y por las cavernas de los peñascos. 17 Porque mis ojos están sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultan, ni su maldad se esconde de la presencia de mis ojos. 18 Pero primero les pagaré el doble por su iniquidad y su pecado, porque contaminaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos, y con sus abominaciones llenaron mi heredad.»

19 Jehová, fortaleza mía, fuerza mía
y refugio mío en el tiempo de la aflicción,
a ti vendrán naciones
desde los extremos de la tierra, y dirán:
«Ciertamente mentira heredaron nuestros padres,
una vanidad sin provecho alguno.
20 ¿Hará acaso el hombre dioses para sí?
Mas ellos no son dioses.»

21 «Por tanto, les enseñaré esta vez,
les haré conocer mi mano y mi poder,
y sabrán que mi nombre es Jehová.

El pecado, escrito en el corazón de Judá

17 »El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro
y con punta de diamante;
está esculpido en la tabla de su corazón
y en los cuernos de sus altares,
como un recuerdo para sus hijos.
Sus altares y sus imágenes de Asera
están junto a los árboles frondosos
y en los collados altos,
en las montañas y sobre el campo.
Todos tus tesoros entregaré al pillaje
por el pecado de tus lugares altos
en todo tu territorio.
Perderás la heredad que yo te di,
y te haré servir a tus enemigos en tierra que no has conocido,
porque en mi furor habéis encendido un fuego
que arderá para siempre.»

Así ha dicho Jehová:
«¡Maldito aquel que confía en el hombre,
que pone su confianza en la fuerza humana,
mientras su corazón se aparta de Jehová!
Será como la retama en el desierto,
y no verá cuando llegue el bien,
sino que morará en los sequedales en el desierto,
en tierra despoblada y deshabitada.

»¡Bendito el hombre que confía en Jehová,
cuya confianza está puesta en Jehová!,
porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echará sus raíces.
No temerá cuando llegue el calor,
sino que su hoja estará verde.
En el año de sequía
no se inquietará
ni dejará de dar fruto.

»Engañoso es el corazón
más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?
10 ¡Yo, Jehová, que escudriño la mente,
que pruebo el corazón,
para dar a cada uno según su camino,
según el fruto de sus obras!»

11 Como la perdiz que cubre lo que no puso,
es el que injustamente amontona riquezas:
en la mitad de sus días las dejará,
y en su final será un insensato.

12 Trono de gloria, excelso desde el principio,
es el lugar de nuestro santuario.

13 ¡Jehová, esperanza de Israel!,
todos los que te dejan serán avergonzados,
y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo,
porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.

14 Sáname, Jehová, y quedaré sano;
sálvame, y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza.
15 La gente me dice:
«¿Dónde está la palabra de Jehová?
¡Que se cumpla ahora!»
16 Mas yo no he ido en pos de ti
para incitarte a castigarlos,
ni deseé el día de la calamidad;
tú lo sabes.
Lo que de mi boca ha salido, fue en tu presencia.
17 No me seas tú por espanto,
pues mi refugio eres tú en el día malo.
18 Avergüéncense los que me persiguen,
y no sea yo avergonzado;
asómbrense ellos, y yo no me asombre;
trae sobre ellos el día malo
y quebrántalos con doble quebranto.

Observancia del sábado

19 Así me ha dicho Jehová: «Ve y ponte a la puerta de los Hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá; ponte en todas las puertas de Jerusalén, 20 y diles: “¡Oíd la palabra de Jehová, reyes de Judá, todo Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entráis por estas puertas! 21 Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en sábado y de meterla por las puertas de Jerusalén. 22 No saquéis carga de vuestras casas en sábado, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el sábado, como mandé a vuestros padres. 23 Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su corazón para no escuchar ni recibir corrección.

24 »”No obstante, si vosotros me obedecéis, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en sábado, sino que santificáis el sábado y no hacéis en él ningún trabajo, 25 entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre. 26 Y vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la Sefela, de los montes y del Neguev, trayendo holocausto y sacrificio, ofrenda e incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la casa de Jehová. 27 Pero si no me obedecéis para santificar el sábado, para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en sábado, yo haré descender fuego en sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalén y no se apagará.”»

La señal del alfarero y el barro

18 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: «Levántate y desciende a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.» Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el torno. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla.

Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: «¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Jehová. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel. En un instante hablaré contra naciones y contra reinos, para arrancar, derribar y destruir. Pero si esas naciones se convierten de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de esas naciones y de esos reinos, para edificar y para plantar. 10 Pero si hacen lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerles.

11 »Ahora, pues, habla a todo hombre de Judá y a los habitantes de Jerusalén, diciendo: “Esto ha dicho Jehová: Yo dispongo el mal contra vosotros, y contra vosotros trazo planes; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras.” 12 Pero dirán: “Es inútil, porque en pos de nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón.”»

13 Por tanto, así dice Jehová:
«Preguntad ahora a las naciones,
quién ha oído cosa semejante.
¡Algo horrible ha hecho la virgen de Israel!
14 ¿Faltará la nieve de las rocas
de las montañas del Líbano?
¿Faltarán las aguas frías
que fluyen de lejanas tierras?
15 ¡Pues mi pueblo me ha olvidado,
quemando incienso a lo que es vanidad!
Ha tropezado en sus caminos,
en las sendas antiguas,
para caminar por senderos
y no por un camino bien dispuesto.
16 Han convertido su tierra en desolación,
en objeto de burla perpetua;
todo aquel que pase por ella,
se asombrará y meneará la cabeza.
17 Delante del enemigo los esparciré como viento del este.
En el día de su perdición
les mostraré las espaldas, y no el rostro.»

Conspiración del pueblo y oración de Jeremías

18 Ellos dijeron: «Venid y preparemos un plan contra Jeremías, porque la instrucción no le faltará al sacerdote ni el consejo al sabio ni la palabra al profeta. Venid calumniémoslo y no atendamos a ninguna de sus palabras.»

19 Jehová, fíjate en mí
y oye la voz de los que contienden conmigo. 20 ¿Se da mal por bien,
para que hayan cavado un hoyo para mi vida?
Acuérdate que me puse delante de ti
para hablar bien por ellos,
para apartar de ellos tu ira.
21 Por tanto, entrega sus hijos al hambre,
dispérsalos por medio de la espada,
queden sus mujeres sin hijos y viudas.
Sean puestos a muerte sus maridos,
y los jóvenes, heridos a espada en la guerra.
22 ¡Óigase el clamor de sus casas,
cuando de repente traigas sobre ellos un ejército!,
porque cavaron un hoyo para atraparme,
y bajo mis pies han escondido lazos.
23 Pero tú, Jehová, conoces todo su consejo
contra mí para darme muerte.
No perdones su maldad
ni borres su pecado de delante de tu rostro.
¡Tropiecen ellos delante de ti,
y haz así con ellos en el tiempo de tu enojo!

La señal de la vasija rota

19 Así dijo Jehová: «Ve a comprar al alfarero una vasija de barro, y lleva contigo a algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de entre los sacerdotes. Sal luego al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y proclama allí las palabras que yo te diré. Dirás: “Oíd palabra de Jehová, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Esto dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo traigo sobre este lugar un mal tan grande que a todo el que lo oiga le zumbarán los oídos, porque me abandonaron y enajenaron este lugar ofreciendo en él incienso a dioses extraños, que ni ellos habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes. Edificaron lugares altos a Baal, para quemar en el fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé ni dije ni me vino al pensamiento. Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza. Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar. Los haré caer a espada delante de sus enemigos y en las manos de los que buscan sus vidas. Daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pase por ella se asombrará y se burlará de su destrucción. Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas. Cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y el apuro con que los angustiarán sus enemigos y los que buscan sus vidas.”

10 »Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los hombres que van contigo, 11 y les dirás: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: De esta forma quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet serán enterrados, porque no habrá otro lugar para enterrar. 12 Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus habitantes; dejaré esta ciudad como a Tofet. 13 Las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.”»

14 Volvió Jeremías de Tofet, adonde Jehová le envió a profetizar, se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo: 15 «Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella, porque han endurecido su corazón para no oír mis palabras.»

Profecía contra Pasur

20 El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como principal en la casa de Jehová, oyó a Jeremías profetizar estas palabras. Entonces Pasur hizo azotar al profeta Jeremías y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová. Al día siguiente, Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: «Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib. Y así ha dicho Jehová: “He aquí, yo haré que seas un terror para ti mismo y para todos los que bien te quieren. Caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán. A todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, que los llevará cautivos a Babilonia y los matará a espada. Entregaré asimismo toda la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas. Entregaré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, que los saquearán, los tomarán y los llevarán a Babilonia. Y tú, Pasur, y todos los que habitan en tu casa iréis cautivos. Entrarás en Babilonia y allí morirás. Allí serás enterrado, tú y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira.”»

Lamento de Jeremías

¡Me sedujiste, Jehová,
y me dejé seducir!
¡Más fuerte fuiste que yo, y me venciste!
¡Cada día he sido escarnecido,
cada cual se burla de mí!
Cuantas veces hablo, doy voces, grito:
«¡Violencia y destrucción!»,
porque la palabra de Jehová
me ha sido para afrenta y escarnio cada día.
Por eso dije: «¡No me acordaré más de él
ni hablaré más en su nombre!»
No obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos.
Traté de resistirlo, pero no pude.
10 He oído lo que muchos murmuran:
«¡Terror por todas partes!
¡Denunciadlo, denunciémoslo!»
Todos mis amigos esperaban que claudicara.
Decían: «¡Quizá se engañe,
y prevaleceremos contra él
y tomaremos de él nuestra venganza!»
11 Mas Jehová está conmigo
como un poderoso gigante;
por tanto, los que me persiguen tropezarán
y no prevalecerán;
serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán;
tendrán perpetua confusión, que jamás será olvidada.

12 Jehová de los ejércitos,
que pruebas a los justos,
que ves los pensamientos y el corazón,
¡vea yo tu venganza de ellos,
porque a ti he encomendado mi causa!

13 ¡Cantad a Jehová, alabad a Jehová,
porque ha librado la vida del pobre de mano de los malignos!

14 ¡Maldito el día en que nací!
¡Que no sea bendecido el día en que mi madre me dio a luz!
15 ¡Maldito el hombre que dio la noticia a mi padre, diciendo:
«Un hijo varón te ha nacido»,
causándole gran alegría!
16 Sea tal hombre como las ciudades
que asoló Jehová sin volverse atrás de ello;
que oiga gritos por la mañana
y voces a mediodía,
17 porque no me mató en el vientre.
Mi madre entonces hubiera sido mi sepulcro,
pues su vientre habría quedado embarazado para siempre.
18 ¿Para qué salí del vientre?
¿Para ver trabajo y dolor,
y que mis días se gastaran en afrenta?

Jerusalén será destruida

21 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, cuando el rey Sedequías envió a él a Pasur hijo de Malquías y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que le dijeran: «Consulta ahora acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, hace guerra contra nosotros; quizá Jehová haga con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se aleje de nosotros.»

Jeremías les respondió: «Diréis esto a Sedequías: “Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo vuelvo atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con las que peleáis contra el rey de Babilonia; y a los caldeos que están fuera de la muralla y os tienen sitiados, yo los reuniré en medio de esta ciudad. Pelearé contra vosotros con mano extendida y con brazo fuerte, con furor, con enojo e ira grande. Heriré a los habitantes de esta ciudad; los hombres y las bestias morirán de una gran peste. Después, dice Jehová, entregaré a Sedequías, rey de Judá, a sus criados, al pueblo y a los que queden de la pestilencia, de la espada y del hambre en la ciudad, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en mano de sus enemigos y de los que buscan sus vidas. Él los herirá a filo de espada; no los perdonará, ni tendrá piedad de ellos ni mostrará por ellos compasión.”

»Y a este pueblo dirás: “Así ha dicho Jehová: Yo pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte. El que quede en esta ciudad morirá por la espada, el hambre o la peste; pero el que salga y se pase a los caldeos que os tienen sitiados, vivirá, y su vida le será por botín, 10 porque mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal y no para bien, dice Jehová; en manos del rey de Babilonia será entregada, y él le prenderá fuego.”

11 »Y a la casa del rey de Judá dirás:

»“Oíd palabra de Jehová:
12 Casa de David, esto dice Jehová:
Haced de mañana justicia
y librad al oprimido de mano del opresor,
para que mi ira no salga como un fuego
que se enciende y no hay quien lo apague,
a causa de la maldad de vuestras obras.

13 »”Yo estoy contra ti,
moradora del valle y de la piedra de la llanura,
dice Jehová;
los que decís: ‘¿Quién subirá contra nosotros?
¿Quién entrará en nuestros refugios?’
14 Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras,
dice Jehová,
y haré encender fuego en su bosque,
y consumirá todos sus alrededores.”»

Profecías contra los reyes de Judá

22 Así dijo Jehová: «Desciende a la casa del rey de Judá y habla allí esta palabra. Dile: “Oíd palabra de Jehová, rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, tus siervos y tu pueblo que entra por estas puertas. Así ha dicho Jehová: Actuad conforme al derecho y la justicia, librad al oprimido de mano del opresor y no robéis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar. Porque si efectivamente obedecéis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos, sus criados y su pueblo. Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa quedará desierta.”»

Así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá:

«Como Galaad eres tú para mí,
y como la cima del Líbano;
sin embargo, te convertiré en soledad,
y quedarás como las ciudades deshabitadas.
Prepararé contra ti destructores,
cada uno con sus armas;
cortarán tus cedros escogidos
y los echarán en el fuego.

»Muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirá cada uno a su compañero: “¿Por qué hizo esto Jehová con esta gran ciudad?” Y se les responderá: “Porque dejaron el pacto de Jehová, su Dios, adoraron a dioses extraños y los sirvieron.”»

10 No lloréis al muerto
ni por él os condoláis;
llorad amargamente por el que se va,
porque no volverá jamás
ni verá la tierra donde nació.

11 Porque así ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, rey de Judá, el cual reinó en lugar de Josías, su padre, y que salió de este lugar: «No volverá más aquí, 12 sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron cautivo, y no verá más esta tierra.

13 »¡Ay del que edifica su casa sin justicia
y sus salas sin equidad,
sirviéndose de su prójimo de balde,
sin darle el salario de su trabajo!
14 Que dice: “Edificaré para mí una casa espaciosa,
de grandes salas”;
y le abre ventanas,
la cubre de cedro
y la pinta de bermellón.
15 ¿Reinarás tú, porque te rodeas de cedro?
¿No comió y bebió tu padre,
y actuó conforme al derecho y la justicia,
y le fue bien?
16 Él juzgó la causa del afligido y del necesitado,
y le fue bien.
¿No es esto conocerme a mí?,
dice Jehová.
17 Mas tus ojos y tu corazón
no son sino para tu avaricia,
para derramar sangre inocente
y para oprimir y hacer agravio.»

18 Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá:

«No lo llorarán, diciendo:
“¡Ay, hermano mío!” y “¡Ay, hermana!”,
ni lo lamentarán, diciendo:
“¡Ay, señor! ¡Ay, majestad!”
19 En sepultura de asno será enterrado,
arrastrándolo y echándolo
fuera de las puertas de Jerusalén.
20 Sube al Líbano y clama,
y en Basán levanta tu voz
y grita hacia todas partes,
porque todos tus enamorados son destruidos.
21 Te hablé en tu prosperidad,
mas dijiste: “¡No escucharé!”
Ésta fue tu conducta desde tu juventud:
nunca escuchaste mi voz.
22 A todos tus pastores pastoreará el viento,
y tus enamorados irán en cautiverio;
entonces te avergonzarás y te confundirás
a causa de toda tu maldad.
23 Habitaste en el Líbano,
hiciste tu nido en los cedros.
¡Cómo gemirás cuando te vengan dolores,
dolores como de una mujer que está de parto!

24 »¡Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim, rey de Judá, fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría! 25 Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, en manos de aquellos cuya vista temes; sí, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos. 26 Os haré llevar cautivos, a ti y a tu madre que te dio a luz, a una tierra ajena en la que no nacisteis; y allá moriréis. 27 Y no volverán a la tierra a la cual ansían volver.

28 »¿Es este hombre, Conías, una vasija despreciada y quebrada?
¿Es un objeto sin valor para nadie?
¿Por qué fueron arrojados él y su generación
y echados a una tierra que no habían conocido?
29 ¡Tierra, tierra, tierra,
oye palabra de Jehová!»

30 Así ha dicho Jehová:
«Inscribid a este hombre
como privado de descendencia,
como un hombre sin éxito en todos sus días,
porque ninguno de su descendencia
logrará sentarse sobre el trono de David,
ni reinar sobre Judá.»

Regreso del resto

23 «¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!», dice Jehová.

Por tanto, esto ha dicho Jehová, Dios de Israel, a los pastores que apacientan mi pueblo: «Vosotros dispersasteis mis ovejas y las espantasteis. No las habéis cuidado. Por eso, yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. Yo mismo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus pastizales; y crecerán y se multiplicarán. Pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, no se amedrentarán ni serán menoscabadas, dice Jehová.

»Vienen días,
dice Jehová,
en que levantaré a David renuevo justo,
y reinará como Rey, el cual será dichoso
y actuará conforme al derecho y la justicia en la tierra.
En sus días será salvo Judá,
e Israel habitará confiado;
y éste será su nombre con el cual lo llamarán:
“Jehová, justicia nuestra”.

»Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: “¡Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!”, sino: “¡Vive Jehová, que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte y de todas las tierras adonde yo los había echado!” Y habitarán en su tierra.»

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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