Bible in 90 Days
La buena tierra que han de poseer
8 »Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, seáis multiplicados y entréis a poseer la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. 2 Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová, tu Dios, estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Te afligió, te hizo pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 4 El vestido que llevabas puesto nunca envejeció, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. 5 Reconoce asimismo en tu corazón, que, como castiga el hombre a su hijo, así Jehová, tu Dios, te castiga. 6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y temiéndolo. 7 Porque Jehová, tu Dios, te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; 8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; 9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez, y donde no te faltará nada; tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyos montes sacarás cobre. 10 Allí comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová, tu Dios, por la buena tierra que te habrá dado.
Amonestación de no olvidar a Dios
11 »Cuídate de no olvidarte de Jehová, tu Dios, para cumplir los mandamientos, decretos y estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, edifiques buenas casas y las habites, 13 cuando tus vacas y tus ovejas aumenten, la plata y el oro se te multipliquen y todo lo que tengas se acreciente, 14 se ensoberbezca tu corazón y te olvides de Jehová, tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes venenosas y de escorpiones; que en una tierra de sed y sin agua te sacó agua de la roca del pedernal; 16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien, 17 y digas en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza”; 18 sino acuérdate de Jehová, tu Dios, porque él es quien te da el poder para adquirir las riquezas, a fin de confirmar el pacto que juró a tus padres, como lo hace hoy.
19 »Pero si llegas a olvidarte de Jehová, tu Dios, y vas tras dioses ajenos, los sirves y ante ellos te inclinas, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. 20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová, vuestro Dios.
Dios destruirá a las naciones de Canaán
9 »Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo, 2 un pueblo grande y alto, los hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y de quienes has oído decir: “¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?” 3 Entiende, pues, hoy, que es Jehová, tu Dios, el que pasa delante de ti como fuego consumidor, quien los destruirá y humillará en tu presencia. Tú los echarás y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho.
4 »Cuando Jehová, tu Dios, los haya echado de delante de ti, no digas en tu corazón: “Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra”, pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti. 5 No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová, tu Dios, las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 6 Por tanto, has de saber que Jehová, tu Dios, no te da en posesión esta buena tierra por tu justicia, porque pueblo terco eres tú.
La rebelión de Israel en Horeb(A)
7 »Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová, tu Dios, en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Jehová. 8 En Horeb provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová contra vosotros para destruiros. 9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. 10 Jehová me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios, y en ellas estaban escritas todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. 11 Al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches, Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto, 12 y me dijo: “Levántate, desciende pronto de aquí, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido. Bien pronto se han apartado del camino que yo les mandé y se han hecho una imagen de fundición.”
13 »También me dijo Jehová: “He observado a este pueblo y he visto que es un pueblo terco. 14 Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.”
15 »Yo me volví y descendí del monte, el cual ardía en llamas, con las tablas del pacto en mis dos manos. 16 Miré y vi que habíais pecado contra Jehová, vuestro Dios: os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos bien pronto del camino que Jehová os había señalado. 17 Entonces tomé las dos tablas, las arrojé de mis dos manos y las quebré delante de vuestros ojos. 18 Luego me postré delante de Jehová, y como antes hice, durante cuarenta días y cuarenta noches no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado que habíais cometido haciendo el mal ante los ojos de Jehová para enojarlo. 19 Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros hasta querer destruiros. Pero Jehová me escuchó una vez más. 20 Contra Aarón también se enojó mucho Jehová hasta querer destruirlo. Yo también oré por Aarón en aquel entonces. 21 Luego tomé el objeto de vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, lo quemé en el fuego y lo desmenucé, moliéndolo muy bien, hasta que quedó reducido a polvo, y eché aquel polvo en el arroyo que descendía del monte.
22 »También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava provocasteis a ira a Jehová. 23 Y cuando desde Cades-barnea Jehová os mandó: “Subid y poseed la tierra que yo os he dado”, también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, vuestro Dios, y no le creísteis ni obedecisteis a su voz. 24 Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día en que yo os conozco.
25 »Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Jehová dijo que os había de destruir. 26 Y oré a Jehová diciendo: Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo, a la heredad que has redimido con tu grandeza y que sacaste de Egipto con mano poderosa. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires la dureza de este pueblo, su impiedad ni su pecado, 28 no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: “Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.” 29 Ellos son tu pueblo, la heredad que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.
El pacto renovado(B)
10 »En aquel tiempo Jehová me dijo: “Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube hasta mí al monte. Hazte también un arca de madera. 2 Yo escribiré en esas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste, y tú las pondrás en el Arca.”
3 »Hice un arca de madera de acacia, labré dos tablas de piedra como las primeras y subí al monte con las dos tablas en mis manos. 4 Él escribió en las tablas lo mismo que había escrito antes: los diez mandamientos que Jehová había proclamado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea. Y me las entregó Jehová. 5 Entonces me volví, descendí del monte y puse las tablas en el Arca que había hecho. Allí están todavía, como Jehová me lo mandó.
6 »(Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jaacán a Mosera. Allí murió Aarón y allí fue sepultado. Le sucedió en el sacerdocio su hijo Eleazar. 7 De allí partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas. 8 En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevara el Arca del pacto de Jehová, para que estuviera delante de Jehová y lo sirviera, y para bendecir en su nombre, hasta el día de hoy. 9 Por eso Leví no tuvo parte ni heredad entre sus hermanos: Jehová es su heredad, como Jehová, tu Dios, le dijo.)
10 »Yo estuve en el monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. Jehová también me escuchó esta vez y no quiso destruirte. 11 Me dijo Jehová: “Levántate, disponte a marchar delante del pueblo, para que entren y tomen posesión de la tierra que juré a sus padres que les había de dar.”
Lo que Dios exige
12 »Ahora, pues, Israel, ¿qué pide de ti Jehová, tu Dios, sino que temas a Jehová, tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a Jehová, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, 13 que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? 14 De Jehová, tu Dios, son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todas las cosas que hay en ella. 15 Sin embargo, solamente de tus padres se agradó Jehová y los amó; y después de ellos escogió su descendencia, a vosotros, de entre todos los pueblos, como sucede hoy.
16 »Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz. 17 Porque Jehová, vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni recibe sobornos, 18 que hace justicia al huérfano y a la viuda, que ama también al extranjero y le da pan y vestido. 19 Amaréis, pues, al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.
20 »A Jehová, tu Dios, temerás, a él sólo servirás, a él seguirás y en su nombre jurarás. 21 Él es el objeto de tu alabanza y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. 22 Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto, pero ahora Jehová ha hecho que te multipliques como las estrellas del cielo.
La grandeza de Jehová
11 »Amarás, pues, a Jehová, tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días. 2 Comprended hoy —no hablo de vuestros hijos, que no han sabido ni visto el castigo de Jehová, vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, ni su brazo extendido 3 las señales y las obras que hizo en medio de Egipto contra el faraón, rey de Egipto, y toda su tierra; 4 lo que hizo con el ejército de Egipto, con sus caballos y sus carros; cómo precipitó Jehová las aguas del Mar Rojo sobre ellos cuando venían tras vosotros y los destruyó hasta hoy; 5 lo que ha hecho con vosotros en el desierto hasta vuestra llegada a este lugar; 6 lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió su boca la tierra y los tragó con sus familias, sus tiendas y todo su ganado en medio de todo Israel—, 7 pues vuestros ojos han visto todas las grandes obras que Jehová ha hecho.
Bendiciones de la Tierra Prometida
8 »Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos y entréis a poseer la tierra a la cual vais a pasar para tomarla, 9 y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres que se la había de dar a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel. 10 La tierra a la que vas a entrar para tomarla no es como la tierra de Egipto, de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza. 11 La tierra a la que vais a entrar para tomarla es tierra de montes y de vegas, que bebe las aguas de la lluvia del cielo; 12 una tierra de la que cuida Jehová, tu Dios. Siempre están sobre ella los ojos de Jehová, tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.
13 »Si obedecéis cuidadosamente a los mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová, vuestro Dios, y sirviéndolo con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, 14 yo daré la lluvia a vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía, y tú recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. 15 Daré también hierba en tu campo para tus ganados, y comerás hasta saciarte. 16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no se deje engañar y os apartéis para servir a dioses ajenos e inclinaros delante de ellos; 17 no sea que se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, cierre los cielos y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis bien pronto en esa buena tierra que os da Jehová.
18 »Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, las ataréis como señal en vuestra mano y serán como insignias entre vuestros ojos. 19 Las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 20 Las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas, 21 para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
22 »Porque si guardáis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que los cumpláis, y si amáis a Jehová, vuestro Dios, andando en todos sus caminos y siguiéndolo a él, 23 Jehová también echará de vuestra presencia a todas estas naciones, y desposeeréis a naciones grandes y más poderosas que vosotros. 24 Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro: desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio. 25 Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová, vuestro Dios, sobre toda la tierra que piséis, como él os ha dicho.
26 »Mirad: Yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27 la bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehová, vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, 28 y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehová, vuestro Dios y os apartáis del camino que yo os ordeno hoy, para ir tras dioses ajenos que no habéis conocido.
29 »Cuando Jehová, tu Dios, te haya introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal, 30 los cuales están al otro lado del Jordán, tras el camino del occidente, en la tierra del cananeo, que habita en el Arabá, frente a Gilgal, junto al encinar de More. 31 Porque vosotros pasáis el Jordán para ir a poseer la tierra que os da Jehová, vuestro Dios. La tomaréis y habitaréis en ella. 32 Cuidaréis, pues, de cumplir todos los estatutos y decretos que yo presento hoy delante de vosotros.
El santuario único
12 »Éstos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová, el Dios de tus padres, te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros viváis sobre la tierra.
2 »Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso. 3 Derribaréis sus altares, quebraréis sus estatuas, quemaréis sus imágenes de Asera, destruiréis las esculturas de sus dioses y borraréis su nombre de aquel lugar.
4 »No haréis así a Jehová, vuestro Dios, 5 sino que el lugar que Jehová, vuestro Dios, escoja entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre y habitar en él, ése buscaréis, y allá iréis. 6 Allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la ofrenda reservada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7 allí comeréis delante de Jehová, vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, de toda obra de vuestras manos en que Jehová, tu Dios, te haya bendecido.
8 »No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, 9 porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová, vuestro Dios. 10 Pero pasaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que Jehová, vuestro Dios, os hace heredar. Él os hará descansar de todos vuestros enemigos de alrededor, y habitaréis seguros. 11 Y al lugar que Jehová, vuestro Dios, escoja para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas reservadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hayáis prometido a Jehová. 12 Y os alegraréis delante de Jehová, vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, así como el levita que habite en vuestras poblaciones, por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.
13 »Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas; 14 sólo en el lugar que Jehová escoja en una de tus tribus ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
15 »Con todo, podrás sacrificar y comer la carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Jehová, tu Dios, te haya dado. Tanto el impuro como el limpio la podrán comer, como si fuera una gacela o un ciervo. 16 Solamente que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua.
17 »Tampoco comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas ni de tus ovejas, ni los votos que prometas, ni las ofrendas voluntarias, ni ninguna otra ofrenda reservada de tus manos, 18 sino que delante de Jehová, tu Dios, las comerás, en el lugar que Jehová, tu Dios, haya escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que habita en tus poblaciones. Te alegrarás delante de Jehová, tu Dios, de toda la obra de tus manos. 19 Ten cuidado de no desamparar al levita mientras vivas sobre la tierra.
20 »Cuando Jehová, tu Dios, ensanche tu territorio, como él te ha dicho, y tú digas: “Comeré carne”, porque deseaste comerla, siempre que lo desees podrás comerla. 21 Si está lejos de ti el lugar que Jehová, tu Dios, escoja para poner allí su nombre, podrás matar de las vacas y de las ovejas que Jehová te haya dado, como te he mandado yo, y comerás en tus ciudades todo lo que desees. 22 Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer; el impuro y el limpio podrán comer también de ellas. 23 Solamente que te mantengas firme en no comer sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida junto con la carne. 24 No la comerás; en tierra la derramarás como si fuera agua. 25 No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos de Jehová.
26 »Pero las cosas que hayas consagrado y las que ofrezcas como voto, las tomarás y las llevarás al lugar que Jehová haya escogido. 27 Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová, tu Dios; la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová, tu Dios, y podrás comer la carne.
28 »Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová, tu Dios, te vaya bien, a ti y a tus hijos después de ti, para siempre.
Advertencias contra la idolatría
29 »Cuando Jehová, tu Dios, haya destruido delante de ti las naciones que tú vas a poseer, y las heredes y habites en su tierra, 30 guárdate que no tropieces siguiendo el ejemplo de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: “¿De qué manera servían aquellas naciones a sus dioses, para que yo también les sirva de igual modo?” 31 No harás así a Jehová, tu Dios, porque todas las cosas abominables que Jehová aborrece las hicieron ellos a sus dioses, pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban al fuego en honor de sus dioses.
32 »Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.
13 »Cuando se levante en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncie una señal o un prodigio, 2 si se cumple la señal o el prodigio que él te anunció, y te dice: “Vayamos tras dioses ajenos —que tú no conoces— y sirvámoslos”, 3 no escucharás las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños, porque Jehová, vuestro Dios, os está probando para saber si amáis a Jehová, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. 4 A Jehová, vuestro Dios, seguiréis y a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis y a él le seréis fieles. 5 Tal profeta o soñador de sueños deberá morir, por cuanto aconsejó la rebelión contra Jehová, vuestro Dios, que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová, tu Dios, te mandó que anduvieras. Así apartarás el mal de en medio de ti.
6 »Si te incita tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciéndote en secreto: “Vayamos y sirvamos a dioses ajenos”, que ni tú ni tus padres conocisteis, 7 —los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella—, 8 no consentirás con él ni le prestarás oído, tu ojo no lo compadecerá, no le tendrás misericordia ni lo encubrirás, 9 sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. 10 Lo apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová, tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, 11 para que todo Israel lo sepa y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a ésta.
12 »Si oyes decir que en alguna de las ciudades que Jehová, tu Dios, te da para vivir en ellas, 13 han salido de entre los tuyos hombres impíos que han instigado a los habitantes de su ciudad, diciendo: “Vayamos y sirvamos a dioses ajenos”, que vosotros no conocisteis, 14 tú investigarás, buscarás y preguntarás con diligencia. Si resulta ser cierto que en medio de ti se ha cometido tal abominación, 15 irremisiblemente herirás a filo de espada a los habitantes de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que haya en ella, y también matarás sus ganados a filo de espada. 16 Juntarás todo su botín en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todo su botín, todo ello como holocausto a Jehová, tu Dios. Quedará convertido en un montón de ruinas para siempre; nunca más será edificada.
17 »No te quedarás con nada del anatema, para que Jehová se aparte del ardor de su ira, tenga misericordia y compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres, 18 cuando obedezcas a la voz de Jehová, tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te he dado hoy, para hacer lo recto ante los ojos de Jehová, tu Dios.
14 »Hijos sois de Jehová, vuestro Dios; no os haréis incisiones ni os raparéis a causa de un muerto. 2 Porque eres pueblo santo a Jehová, tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único entre todos los pueblos que están sobre la tierra.
Animales limpios y animales inmundos(C)
3 »Nada abominable comerás.
4 »Éstos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la cabra, 5 el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés. 6 También podréis comer todo animal de pezuñas partidas, o sea, hendida en dos mitades, y que rumia. 7 Pero estos no comeréis entre los que rumian o entre los que tienen la pezuña hendida: el camello, la liebre y el conejo, porque rumian, pero no tienen la pezuña hendida; os serán inmundos. 8 Tampoco el cerdo, porque tiene la pezuña hendida, pero no rumia; os será inmundo. De la carne de estos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
9 »De entre los que viven en el agua, estos podréis comer: todo lo que tiene aletas y escamas. 10 Pero no comeréis lo que no tiene aletas y escama; os será inmundo.
11 »Podréis comer toda ave limpia. 12 Pero éstas son las que no podréis comer: el águila, el quebrantahuesos, el azor, 13 el gallinazo, el milano según su especie, 14 todo cuervo según su especie, 15 el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies, 16 el búho, el ibis, el calamón, 17 el pelícano, el buitre, el somormujo, 18 la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.
19 »Todo insecto alado os será inmundo: no se comerá. 20 Podréis comer toda ave limpia.
21 »No comeréis ningún animal muerto. Al extranjero que está en tus poblaciones se lo darás, y él podrá comerlo; o véndelo a un extranjero, porque tú eres un pueblo consagrado a Jehová, tu Dios.
»No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
La ley del diezmo
22 »Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rinda tu campo cada año. 23 Comerás delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová, tu Dios, todos los días. 24 Si el camino es tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová, tu Dios, haya escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová, tu Dios, te haya bendecido, 25 entonces lo venderás, llevarás el dinero contigo e irás al lugar que Jehová, tu Dios, escoja. 26 Allí entregarás el dinero por todo lo que deseas: por vacas, por ovejas, por vino, por sidra o por cualquier cosa que tú desees. Comerás allí delante de Jehová, tu Dios, y te alegrarás, tú y tu familia.
27 »No desampararás al levita que habite en tus poblaciones, porque no tiene parte ni heredad contigo.
28 »Al cabo de tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. 29 Allí vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, el extranjero, el huérfano y la viuda que haya en tus poblaciones, y comerán y se saciarán, para que Jehová, tu Dios, te bendiga en toda obra que tus manos hagan.
El año de remisión
15 »Cada siete años harás remisión.
2 »En esto consiste la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que haya prestado algo de su pertenencia, con lo cual obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano, porque ha sido proclamada la remisión de Jehová. 3 Del extranjero demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tenga de ti, se lo perdonarás. 4 Así no habrá mendigos entre los tuyos, pues Jehová te bendecirá con abundancia en la tierra que Jehová, tu Dios, te da por heredad, para que la tomes en posesión, 5 si escuchas fielmente la voz de Jehová, tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy. 6 Ya que Jehová, tu Dios, te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio.
Préstamos a los pobres
7 »Cuando haya algún pobre entre tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no endurecerás tu corazón ni le cerrarás tu mano a tu hermano pobre, 8 sino que le abrirás tu mano liberalmente y le prestarás lo que en efecto necesite. 9 Guárdate de albergar en tu corazón este pensamiento perverso: “Cerca está el séptimo año, el de la remisión”, para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada, pues él podría clamar contra ti a Jehová, y se te contaría como pecado. 10 Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá Jehová, tu Dios, en todas tus obras y en todo lo que emprendas. 11 Pues nunca faltarán pobres en medio de la tierra; por eso yo te mando: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.
Leyes sobre los esclavos(D)
12 »Si se vende a ti tu hermano hebreo o hebrea, te servirá seis años, y al séptimo le dejarás libre. 13 Y cuando lo dejes libre, no lo enviarás con las manos vacías. 14 Lo abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello con que Jehová te haya bendecido. 15 Te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová, tu Dios, te rescató; por eso yo te mando esto hoy.
16 »Pero si él te dice: “No te dejaré”, porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo, 17 entonces tomarás una lesna y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Así también harás con tu criada. 18 No te parezca duro cuando lo dejes libre, pues por la mitad del costo de un jornalero te sirvió seis años. Y Jehová, tu Dios, te bendecirá en todo cuanto hagas.
Consagración de los primogénitos machos
19 »Consagrarás a Jehová, tu Dios, todo primogénito macho de tus vacas y de tus ovejas.
»No te servirás del primogénito de tus vacas ni trasquilarás al primogénito de tus ovejas. 20 Delante de Jehová, tu Dios, los comerás cada año, tú y tu familia, en el lugar que Jehová escoja. 21 Pero si tiene algún defecto, si es ciego, o cojo, o tiene cualquier otra falta, no lo sacrificarás a Jehová, tu Dios. 22 En tus poblaciones lo comerás; lo mismo el impuro que el limpio lo comerán, como si fuera una gacela o un ciervo. 23 Solamente que no comas su sangre; sobre la tierra la derramarás como si fuera agua.
Fiestas anuales(E)
16 »Guardarás el mes de Abib y celebrarás la Pascua a Jehová, tu Dios, porque en el mes de Abib, por la noche, te sacó Jehová, tu Dios, de Egipto.
2 »Sacrificarás la víctima de la Pascua a Jehová, tu Dios, de las ovejas y las vacas, en el lugar que Jehová escoja para que habite allí su nombre.
3 »No comerás con ella pan con levadura; durante siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto, para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto. 4 No se verá levadura junto a ti en todo tu territorio durante siete días. Y de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada hasta la mañana. 5 No podrás sacrificar la víctima de la Pascua en cualquiera de las ciudades que Jehová, tu Dios, te da, 6 sino en el lugar que Jehová, tu Dios, escoja para que habite su nombre. Allí sacrificarás la víctima de la Pascua por la tarde, a la puesta del sol, a la hora que saliste de Egipto. 7 La asarás y comerás en el lugar que Jehová, tu Dios, haya escogido, y por la mañana regresarás y volverás a tu habitación. 8 Seis días comerás pan sin levadura, y el séptimo día será fiesta solemne dedicada a Jehová, tu Dios: no trabajarás en él.
9 »Siete semanas contarás; desde que comience a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas. 10 Y celebrarás la fiesta solemne de las Semanas en honor de Jehová, tu Dios, presentando tus ofrendas voluntarias según lo abundantes que hayan sido las bendiciones de Jehová, tu Dios. 11 Te alegrarás delante de Jehová, tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habita en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que viven entre los tuyos, en el lugar que Jehová, tu Dios, haya escogido para poner allí su nombre. 12 Acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.
13 »Celebrarás la fiesta solemne de los Tabernáculos durante siete días, cuando hayas hecho la cosecha de tu era y de tu lagar. 14 Te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. 15 Durante siete días celebrarás la fiesta solemne en honor de Jehová, tu Dios, en el lugar que Jehová escoja, porque te habrá bendecido Jehová, tu Dios, en todos tus frutos y en todas las obras de tus manos, y estarás verdaderamente alegre.
16 »Tres veces cada año se presentarán todos tus varones delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja: en la fiesta solemne de los Panes sin levadura, en la fiesta solemne de las Semanas y en la fiesta solemne de los Tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; 17 cada uno presentará su ofrenda conforme a la bendición que Jehová, tu Dios, te haya dado.
Administración de la justicia
18 »En todas las ciudades que Jehová, tu Dios, te dará, pondrás jueces y oficiales, por tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio. 19 No tuerzas el derecho, no hagas acepción de personas ni tomes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos. 20 La justicia, sólo la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová, tu Dios, te da.
21 »No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová, tu Dios, que hayas edificado, 22 ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová, tu Dios.
17 »No ofrecerás en sacrificio a Jehová, tu Dios, buey o cordero en el cual haya defecto o alguna cosa mala, pues es cosa abominable para Jehová, tu Dios.
2 »Cuando se halle entre los tuyos, en alguna de las ciudades que Jehová, tu Dios, te da, un hombre o una mujer que haya hecho lo malo ante los ojos de Jehová, tu Dios, traspasando su pacto, 3 que haya ido a servir a dioses ajenos y se haya inclinado ante ellos, ya sea ante el sol, la luna o todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido, 4 y te sea dado aviso, entonces investiga muy bien. Si resulta ser cierto que tal abominación ha sido hecha en Israel, 5 sacarás a las puertas de tu ciudad al hombre o a la mujer que haya cometido esta mala acción, sea hombre o mujer, y los apedrearás hasta que mueran.
6 »Por testimonio de dos o de tres testigos morirá el que haya de morir; no morirá por el testimonio de un solo testigo. 7 La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. Así apartarás el mal de en medio de ti.
8 »Cuando alguna cosa te sea difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová, tu Dios, escoja. 9 Acudirás a los sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días, y preguntarás. Ellos te enseñarán la sentencia del juicio. 10 Y harás lo que indique la sentencia que te dicten los del lugar que Jehová escoja, cuidando de cumplir todo lo que te manifiesten. 11 Procederás según las instrucciones que te den y el juicio que te pronuncien; no te apartarás ni a la derecha ni a la izquierda de la sentencia que te dicten. 12 El hombre que proceda con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová, tu Dios, o al juez, ése morirá. Así apartarás el mal de en medio de Israel. 13 Y cuando todo el pueblo lo sepa, temerá y no se ensoberbecerá.
Previsiones para un estado monárquico
14 »Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová, tu Dios, te da, tomes posesión de ella, la habites y digas: “Voy a poner un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores”, 15 ciertamente pondrás como rey sobre ti al que Jehová, tu Dios, escoja. A uno de tus hermanos pondrás sobre ti como rey; no podrás poner sobre ti a un hombre extranjero que no sea tu hermano. 16 Pero él no deberá tener muchos caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de adquirir caballos, pues Jehová os ha dicho: “No volváis nunca por este camino.” 17 Tampoco deberá tener muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni amontonará para sí demasiada plata ni oro.
18 »Cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta Ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas. 19 Lo tendrá consigo y lo leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová, su Dios, guardando todas las palabras de esta Ley y estos estatutos, y poniéndolos por obra. 20 Así no se elevará su corazón sobre sus hermanos, ni se apartará de estos mandamientos a la derecha ni a la izquierda, a fin de que él y sus hijos prolonguen los días de su reino en medio de Israel.
Las porciones de los levitas
18 »Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán. 2 No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho.
3 »Éste será el derecho de los sacerdotes sobre aquellos del pueblo que ofrezcan en sacrificio un buey o un cordero: darán al sacerdote la pierna, las quijadas y el cuajar. 4 Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás, 5 porque a él ha escogido Jehová, tu Dios, de entre todas tus tribus, para que él y sus hijos ministren en el nombre de Jehová para siempre.
6 »Cuando salga un levita de cualquiera de las ciudades de Israel donde haya vivido, y vaya con todo el deseo de su alma al lugar que Jehová escoja, 7 ministrará en el nombre de Jehová, su Dios, como todos sus hermanos, los levitas que estén allí delante de Jehová. 8 Igual ración a la de los otros comerá, además de sus patrimonios.
Amonestación contra costumbres paganas
9 »Cuando entres a la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. 10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominable para Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas cosas abominables Jehová, tu Dios, expulsa a estas naciones de tu presencia. 13 Perfecto serás delante de Jehová, tu Dios. 14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen, pero a ti no te ha permitido esto Jehová, tu Dios.
Dios promete un profeta como Moisés
15 »Un profeta como yo te levantará Jehová, tu Dios, de en medio de ti, de tus hermanos; a él oiréis. 16 Conforme a todo lo que pediste a Jehová, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, al decir: “No vuelva yo a oír la voz de Jehová, mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.” 17 Y Jehová me dijo: “Bien está eso que han dicho.” 18 Un profeta como tú les levantaré en medio de sus hermanos; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Pero a cualquiera que no oiga las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuenta. 20 El profeta que tenga la presunción de pronunciar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado pronunciar, o que hable en nombre de dioses ajenos, ese profeta morirá. 21 Tal vez digas en tu corazón: “¿Cómo conoceremos que ésta no es palabra de Jehová?” 22 Si el profeta habla en nombre de Jehová, y no se cumple ni acontece lo que dijo, esa palabra no es de Jehová. Por presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él.
Las ciudades de refugio(F)
19 »Cuando Jehová, tu Dios, destruya a las naciones cuya tierra Jehová, tu Dios, te va a dar, y tú las heredes y habites en sus ciudades y en sus casas, 2 apartarás tres ciudades en medio de la tierra que Jehová, tu Dios, te da para que la poseas. 3 Arreglarás los caminos y dividirás en tres partes la tierra que Jehová, tu Dios, te dará en heredad, a fin de que todo homicida huya allí. 4 Éste es el caso del homicida que podrá huir allí y salvar su vida: aquel que hiera a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; 5 como el que va con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, se suelta el hierro del cabo, y da contra su prójimo y éste muere. Aquél podrá huir a una de estas ciudades y salvar su vida: 6 no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, lo alcance por ser largo el camino, y lo hiera de muerte, cuando no debía ser condenado a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente. 7 Por tanto yo te mando que separes tres ciudades. 8 Y si Jehová, tu Dios, ensancha tu territorio, como lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres 9 —siempre y cuando guardes todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy para ponerlos por obra: que ames a Jehová, tu Dios, y andes en sus caminos todos los días—, entonces añadirás tres ciudades más a estas tres, 10 para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová, tu Dios, te da por heredad, y no seas culpado de derramamiento de sangre.
11 »Pero si hay alguien que aborrece a su prójimo y lo acecha, se levanta contra él, lo hiere de muerte y muere, y luego huye a alguna de estas ciudades, 12 entonces los ancianos de su ciudad mandarán a sacarlo de allí y lo entregarán en manos del vengador de la sangre, para que muera. 13 No le compadecerás; así extirparás de Israel todo derramamiento de sangre inocente, y te irá bien.
14 »En la heredad que poseas en la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo que fijaron los antiguos.
Leyes sobre el testimonio
15 »No se tomará en cuenta a un solo testigo contra alguien en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquier ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.
16 »Cuando se levante un testigo falso contra alguien, para testificar contra él, 17 entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová y delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en aquellos días. 18 Los jueces investigarán bien, y si aquel testigo resulta falso y ha acusado falsamente a su hermano, 19 entonces haréis con él como él pensó hacer con su hermano. Así extirparás el mal de en medio de ti. 20 Los que queden, cuando lo sepan, temerán y no volverán a cometer más una maldad semejante en medio de ti. 21 No lo compadecerás: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
Leyes sobre la guerra
20 »Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si ves caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les tengas temor, porque Jehová, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo. 2 Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo. 3 Les dirá: “Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis ni os azoréis ni tampoco os desalentéis delante de ellos, 4 porque Jehová, vuestro Dios, va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.” 5 Luego hablarán los oficiales al pueblo, y dirán: “¿Quién ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la estrene. 6 ¿Y quién ha plantado una viña y no la ha disfrutado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la disfrute. 7 ¿Y quién se ha desposado con una mujer y no la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su casa, no sea que muera en la batalla y algún otro la tome.”
8 »Después volverán los oficiales a hablar al pueblo y dirán: “¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Que se vaya y vuelva a su casa, para que no apoque el corazón de sus hermanos como ocurre con el corazón suyo.” 9 Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo.
10 »Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le propondrás la paz. 11 Y si responde: “Paz”, y te abre sus puertas, todo el pueblo que en ella se encuentre te será tributario y te servirá. 12 Pero si no hace la paz contigo, sino que emprende la guerra contra ti, entonces la sitiarás. 13 Luego que Jehová, tu Dios, la entregue en tus manos, herirás a todos sus hombres a filo de espada. 14 Solamente las mujeres y los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín, lo tomarás para ti, y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová, tu Dios, te entregó. 15 Así harás con todas las ciudades que estén muy lejos de ti y no pertenezcan a estas naciones. 16 Pero en las ciudades de estos pueblos que Jehová, tu Dios, te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, 17 sino que destruirás completamente al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová, tu Dios, te ha mandado, 18 para que no os enseñen a imitar todas esas abominaciones que ellos han hecho en honor de sus dioses, y pequéis contra Jehová, vuestro Dios.
19 »Cuando sities alguna ciudad y pelees contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles a golpe de hacha, porque de ellos podrás comer. No los talarás, pues el árbol del campo no es hombre que venga contra ti en el sitio. 20 Pero el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo para construir baluartes contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.
Expiación de un asesinato de autor desconocido
21 »Si en la tierra que Jehová, tu Dios, te da para que la poseas, es hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató, 2 tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 3 Entonces los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fue hallado el muerto, tomarán de entre las vacas una becerra que no haya trabajado ni llevado yugo. 4 Los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle.
5 »Entonces se acercarán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos los escogió Jehová, tu Dios, para que lo sirvan y bendigan en el nombre de Jehová, y por su veredicto se decidirá toda disputa y toda ofensa. 6 Luego todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde se halló el muerto lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle, 7 y harán esta declaración: “Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. 8 Perdona, Jehová, a tu pueblo Israel, al cual redimiste, y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel.” Así les será perdonada esa sangre, 9 y tú apartarás la culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hagas lo que es recto ante los ojos de Jehová.
Diversas leyes
10 »Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y Jehová, tu Dios, los entregue en tus manos y tomes algunos cautivos, 11 si ves entre ellos una mujer hermosa, y la codicias y la tomas para ti por mujer, 12 la meterás en tu casa. Ella se rapará la cabeza y se cortará las uñas, 13 se quitará el vestido de cautiva y se quedará en tu casa llorando a su padre y a su madre un mes entero. Después podrás llegarte a ella; tú serás su marido y ella será tu mujer. 14 Si después resulta que no te agrada, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.
15 »Si un hombre que tiene dos mujeres ama a una y a la otra no, y tanto la que ama como la otra le han dado hijos, y el hijo primogénito es de la mujer que no ama, 16 en el día que haga heredar a sus hijos lo que tenga, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la mujer que ama con preferencia al hijo de la mujer que no ama, que es el primogénito. 17 Al hijo de la que no ama reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que corresponda a cada uno de los demás, porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.
18 »Si alguien tiene un hijo contumaz y rebelde, que no obedece a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y que ni aun castigándolo los obedece, 19 su padre y su madre lo tomarán y lo llevarán ante los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar donde viva, 20 y dirán a los ancianos de la ciudad: “Este hijo nuestro es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho.” 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá. Así extirparás el mal de en medio de ti, y cuando todo Israel lo sepa, temerá.
22 »Si alguien ha cometido algún crimen digno de muerte, y lo hacéis morir colgado en un madero, 23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado. Así no contaminarás la tierra que Jehová, tu Dios, te da como heredad.
22 »Si ves extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo devolverás a tu hermano. 2 Pero si tu hermano no es tu vecino, o no lo conoces, lo recogerás en tu casa, estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 3 Así harás con su asno, también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa que se le pierda a tu hermano y tú halles; no podrás negarle tu ayuda.
4 »Si ves el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.
5 »No vestirá la mujer traje de hombre ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque es abominable para Jehová, tu Dios, cualquiera que esto hace.
6 »Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. 7 Dejarás ir a la madre y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien y prolongues tus días.
8 »Cuando edifiques una casa nueva, harás pretil a tu terrado; así evitarás que caiga sobre tu casa la culpa de la sangre, si de él se cae alguien.
9 »No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña.
10 »No ararás con buey y con asno juntamente.
11 »No vestirás ropa hecha de lana y lino.
12 »Te harás flecos en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
Leyes sobre la conducta sexual
13 »Cuando alguien tome mujer y la desprecie después de haberse llegado a ella, 14 le atribuya faltas que den de qué hablar, y diga: “A esta mujer tomé y, al llegarme a ella, no la hallé virgen”, 15 entonces el padre y la madre de la joven tomarán las señales de su virginidad y las llevarán a los ancianos, a la puerta de la ciudad. 16 El padre de la joven dirá a los ancianos: “Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la menosprecia; 17 ahora le atribuye faltas que dan de qué hablar, diciendo: ‘No he hallado virgen a tu hija.’ Pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija.” Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18 Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán, 19 multándolo con cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel. Ella seguirá siendo su mujer, y él no podrá despedirla en toda su vida.
20 »Pero si resulta ser verdad que no se halló virginidad en la joven, 21 entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad hasta que muera, por cuanto cometió una vileza en Israel al prostituirse en casa de su padre. Así extirparás el mal de en medio de ti.
22 »Si alguien es sorprendido acostado con una mujer casada y con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también. Así extirparás el mal de Israel.
23 »Si hay una muchacha virgen comprometida con un hombre, y alguien la halla en la ciudad y se acuesta con ella, 24 los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no pidió socorro en la ciudad, y el hombre, porque humilló a la mujer de su prójimo. Así extirparás el mal de en medio de ti.
25 »Pero si un hombre halla en el campo a la joven desposada, y aquel hombre la fuerza, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella, 26 pero a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa digna de muerte. Este caso es como cuando alguien se levanta contra su prójimo y le quita la vida. 27 Porque él la halló en el campo, y la joven desposada gritó sin que hubiera quien la librara.
28 »Cuando algún hombre halle a una joven virgen que no ha sido desposada, la toma y se acuesta con ella, y son descubiertos, 29 el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata; ella será su mujer, por cuanto la humilló, y no la podrá despedir en toda su vida.
30 »Nadie tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.
Los excluidos de la congregación
23 »No entrará en la congregación de Jehová el que tenga magullados los testículos o amputado su miembro viril.
2 »No entrará el bastardo en la congregación de Jehová; ni aun en la décima generación entrarán en la congregación de Jehová.
3 »No entrará el amonita ni el moabita en la congregación de Jehová, ni siquiera en su décima generación; no entrarán nunca en la congregación de Jehová, 4 por cuanto no se adelantaron a recibiros con pan y agua al camino cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor, en Mesopotamia, para maldecirte. 5 Pero no quiso Jehová, tu Dios, oír a Balaam; y Jehová, tu Dios, cambió la maldición en bendición, porque Jehová, tu Dios, te amaba. 6 No procurarás su paz ni su bien mientras vivas, y esto para siempre.
7 »No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. 8 Los hijos que nazcan de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová.
Leyes sanitarias
9 »Cuando salgas a una campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala. 10 Si hay en medio de ti alguien que no sea limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento y no entrará en él. 11 Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se haya puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
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