Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
1 Crónicas 10-23

Muerte de Saúl y de sus hijos

10 Los filisteos pelearon contra Israel; y huyeron delante de ellos los israelitas, y cayeron heridos en el monte de Gilboa.

Y los filisteos siguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron los filisteos a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.

Y arreciando la batalla contra Saúl, le alcanzaron los flecheros, y fue herido por los flecheros.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan esos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada y se echó sobre ella.

Cuando su escudero vio a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada y se mató.

Así murieron Saúl y sus tres hijos; y toda su casa murió juntamente con él.

Y viendo todos los de Israel que habitaban en el valle, que habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, dejaron sus ciudades y huyeron, y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.

Sucedió al día siguiente, que al venir los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa.

Y luego que le despojaron, tomaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar las nuevas a sus ídolos y al pueblo.

10 Y pusieron sus armas en el templo de sus dioses, y colgaron la cabeza en el templo de Dagón.

11 Y oyendo todos los de Jabés de Galaad lo que los filisteos habían hecho de Saúl,

12 se levantaron todos los hombres valientes, y tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos, y los trajeron a Jabés; y enterraron sus huesos debajo de una encina en Jabés, y ayunaron siete días.

13 Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina,

14 y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y transfirió el reino a David hijo de Isay.

David es proclamado rey de Israel

11 Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne.

Ya de antes, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.

Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por medio de Samuel.

David toma la fortaleza de Sión

Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos habitaban en aquella tierra.

Y los moradores de Jebús dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David.

Y David había dicho: El que primero derrote a los jebuseos será cabeza y jefe. Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho jefe.

Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la Ciudad de David.

Y edificó la ciudad alrededor, desde Miló hasta el muro; y Joab reparó el resto de la ciudad.

Y David iba progresando y medrando, y Jehová de los ejércitos estaba con él.

Los valientes de David

10 He aquí los jefes de los valientes que David tuvo, y los que le ayudaron en su reino, con todo el pueblo, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová.

11 Esta es la lista de los héroes que David tuvo: Jasobam hijo de Hacmoní, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez contra trescientos, a los cuales mató.

12 Tras de éste estaba Eleazar hijo de Dodó, ahohíta, el cual era de los tres héroes.

13 Éste estuvo con David en Pasdamim, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla; y había allí una parcela de tierra llena de cebada, y huyendo el pueblo delante de los filisteos,

14 se pusieron ellos en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció con una gran victoria.

15 Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando el campamento de los filisteos en el valle de Refaím.

16 David estaba entonces en la fortaleza, y había entonces guarnición de los filisteos en Belén.

17 David deseó entonces, y dijo: ¡Quién me diera de beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta!

18 Y aquellos tres rompieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que está a la puerta, y la tomaron y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, y dijo:

19 Guárdeme mi Dios de hacer esto. ¿Había yo de beber la sangre y la vida de estos varones, que con peligro de sus vidas la han traído? Y no la quiso beber. Esto hicieron aquellos tres valientes.

20 Y Abisay, hermano de Joab, era jefe de los treinta, el cual blandió su lanza contra trescientos y los mató, y ganó renombre entre los tres.

21 Fue el más ilustre de los treinta, y fue el jefe de ellos, pero no igualó a los tres primeros.

22 Benaía hijo de Joyadá, hijo de un varón valiente de Cabseel, de grandes hazañas; él venció a los dos leones de Moab; también descendió y mató a un león en medio de un foso, en tiempo de nieve.

23 Él mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un bastón, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza.

24 Esto hizo Benaía hijo de Joyadá, y fue nombrado entre los tres valientes.

25 Y fue el más distinguido de los treinta, pero no igualó a los tres primeros. A éste puso David en su guardia personal.

26 Y los valientes de los ejércitos; Asael hermano de Joab, Elhanán hijo de Dodó de Belén,

27 Samot harodita, Heles pelonita;

28 Irá hijo de Iqués tecoíta, Abiézer anatotita,

29 Sibecay husatita, Ilay ahohíta,

30 Maharay netofatita, Héled hijo de Baaná netofatita,

31 Itay hijo de Ribay, de Gabaá de los hijos de Benjamín, Benaía piratonita,

32 Huray del río Gaás, Abiel arbatita,

33 Azmávet barhumita, Elyabá saalbonita,

34 los hijos de Hasem gizonita, Jonatán hijo de Sagé ararita,

35 Ahiam hijo de Sacar ararita, Elifal hijo de Ur,

36 Héfer mequeratita, Ahías pelonita,

37 Hezro carmelita, Naaray hijo de Ezbay,

38 Joel hermano de Natán, Mibhar hijo de Hagrí,

39 Sélec amonita, Naheray beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia,

40 Irá itrita, Gareb itrita,

41 Urías heteo, Zabad hijo de Ahlay,

42 Adiná hijo de Sizá rubenita, príncipe de los rubenitas, y con él treinta,

43 Hanán hijo de Maacá, Josafat mitnita,

44 Uzías astarotita, Sama y Jehiel hijos de Hotam aroerita;

45 Jediael hijo de Simrí, y Johá su hermano, tizita,

46 Eliel mahavita, Jeribay y Josavía hijos de Elnaam, Itmá moabita,

47 Eliel, Obed, y Jaasiel, de Sobá.

El ejército de David

12 Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra.

Manejaban el arco lo mismo con la mano derecha que con la izquierda, y con ambas manos tiraban piedras con honda. De los hermanos de Saúl benjaminita,

el jefe era Ahiezer, después Joás, hijos de Semaá gabaatita; Jeziel y Pélet hijos de Azmávet; Beracá y Jehú anatotitas,

Ismaías gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita,

Eluzay, Jerimot, Bealías, Serrarías, Sefatías harufita,

Elcaná, Isías, Azareel, Joezer y Jasobam, coreítas,

y Joelá y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor.

También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros en escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas.

Ezer el primero, Obadías el segundo, Eliab el tercero,

10 Mismaná el cuarto, Irmeyá el quinto,

11 Atay el sexto, Eliel el séptimo,

12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno,

13 Jeremías el décimo y Macbanay el undécimo.

14 Éstos fueron capitanes del ejército de los hijos de Gad. El menor tenía cargo de cien hombres, y el mayor de mil.

15 Éstos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.

16 Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte.

17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón irá a una con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande.

18 Entonces el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isay. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa.

19 También se pasaron a David algunos de Manasés, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl (pero David no les ayudó, porque los jefes de los filisteos, habido consejo, lo despidieron, diciendo: Con peligro de nuestras cabezas se pasará a su señor Saúl).

20 Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adná, Jozabad, Jediael, Miguel, Jozabad, Eliú y Ziletay, príncipes de millares de los de Manasés.

21 Éstos ayudaron a David contra la banda de merodeadores, pues todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército.

22 Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejército de Dios.

23 Y este es el número de los principales que estaban listos para la guerra, y vinieron a David en Hebrón para transferirle el reino de Saúl, conforme a la palabra de Jehová:

24 De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, listos para la guerra.

25 De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra.

26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos;

27 asimismo Joyadá, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él tres mil setecientos,

28 y Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós de los principales de la casa de su padre.

29 De los hijos de Benjamín hermanos de Saúl, tres mil; porque hasta entonces muchos de ellos se mantenían fieles a la casa de Saúl.

30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, muy valientes, varones ilustres en las casas de sus padres.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, los cuales fueron escogidos por lista para venir a poner a David por rey.

32 De los hijos de Isacar, doscientos principales, duchos en discernir las oportunidades y saber lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.

33 De Zabulón, cincuenta mil, que salían a campaña prontos para la guerra, con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón.

34 De Neftalí, mil capitanes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza.

35 De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos.

36 De Aser, dispuestos para la guerra y preparados para pelear, cuarenta mil.

37 Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda clase de armas de guerra.

38 Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón sincero a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey.

39 Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.

40 También los que les eran vecinos, y hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría.

David propone trasladar el arca a Jerusalén

13 Entonces David tomó consejo con los capitanes de millares y de centenas, y con todos los jefes.

Y dijo David a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien y si es la voluntad de Jehová nuestro Dios, enviaremos a todas partes por nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel, y por los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros;

y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella.

Y dijo toda la asamblea que se hiciese así, porque la cosa parecía bien a todo el pueblo.

David intenta traer el arca

Entonces David reunió a todo Israel, desde Sihor de Egipto hasta la entrada de Hamat, para que trajesen el arca de Dios de Quiryat-jearim.

Y subió David con todo Israel a Baalá de Quiryat-jearim, que está en Judá, para pasar de allí el arca de Jehová Dios, que mora entre los querubines, sobre la cual su nombre es invocado.

Y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab en un carro nuevo; y Uzá y Ahío guiaban el carro.

Y David y todo Israel se regocijaban delante de Dios con todas sus fuerzas, con cánticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

Pero cuando llegaron a la era de Quidón, Uzá extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban.

10 Y el furor de Jehová se encendió contra Uzá, y lo hirió, porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.

11 Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uzá; por lo que llamó aquel lugar Pérez-Uzá, hasta hoy.

12 Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios?

13 Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino que la llevó a casa de Obed-edom geteo.

14 Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía.

Hiram envía embajadores a David

14 Hiram rey de Tiro envió a David embajadores, y madera de cedro, y albañiles y carpinteros, para que le edificasen una casa.

Y entendió David que Jehová lo había confirmado como rey sobre Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel.

Hijos de David nacidos en Jerusalén

Entonces David tomó también mujeres en Jerusalén, y engendró David más hijos e hijas.

Y estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

Ibhar, Elisúa, Elpálet,

Noga, Néfeg, Jafía,

Elisamá, Beelyadá y Elifélet.

Oyendo los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y cuando David lo oyó, salió contra ellos.

Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle de Refaím.

10 Entonces David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová le dijo: Sube, porque yo los entregaré en tus manos.

11 Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Dijo luego David: Dios rompió mis enemigos por mi mano, como se rompen las aguas. Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.

12 Y dejaron allí sus dioses, y David dijo que los quemasen.

13 Y volviendo los filisteos a extenderse por el valle,

14 David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas tras ellos, sino rodéalos, para venir a ellos por delante de las balsameras.

15 Y así que oigas venir un estruendo por las copas de las balsameras, sal luego a la batalla, porque Dios saldrá delante de ti y herirá el ejército de los filisteos.

16 Hizo, pues, David como Dios le mandó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gézer.

17 Y la fama de David fue divulgada por todas aquellas tierras; y Jehová puso el temor de David sobre todas las naciones.

David trae el arca a Jerusalén

15 Hizo David también casas para sí en la ciudad de David, y arregló un lugar para el arca de Dios, y le levantó una tienda.

Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente.

Y congregó David a todo Israel en Jerusalén, para que pasasen el arca de Jehová a su lugar, el cual le había él preparado.

Reunió también David a los hijos de Aarón y a los levitas;

de los hijos de Coat, Uriel el principal, y sus hermanos, ciento veinte.

De los hijos de Merarí, Asaías el principal, y sus hermanos, doscientos veinte.

De los hijos de Gersón, Joel el principal, y sus hermanos, ciento treinta.

De los hijos de Elizafán, Semaías el principal, y sus hermanos, doscientos.

De los hijos de Hebrón, Eliel el principal, y sus hermanos, ochenta.

10 De los hijos de Uziel, Aminadab el principal, y sus hermanos, ciento doce.

11 Y llamó David a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab,

12 y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado;

13 pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.

14 Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de Israel.

15 Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra de Jehová.

16 Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, que resonasen y alzasen la voz con alegría.

17 Y los levitas designaron a Hemán hijo de Joel; y de sus hermanos, a Asaf hijo de Berequías; y de los hijos de Merarí y de sus hermanos, a Etán hijo de Cusaías.

18 Y con ellos a sus hermanos del segundo orden, a Zacarías, Jaaziel, Semiramot, Jehiel, Uní, Eliab, Benaía, Maasías, Matitías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom y Jeiel, los porteros.

19 Así Hemán, Asaf y Etán, que eran cantores, hacían resonar címbalos de bronce.

20 Y Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uní, Eliab, Maasías y Benaía, con salterios sobre Alamot.

21 Matitías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom, Jeiel y Azazías tenían cítaras afinadas de una octava para dar el tono en el canto.

22 Y Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era entendido en ello.

23 Berequías y Elcaná eran porteros del arca.

24 Y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaía y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios; Obed-edom y Jehías eran también porteros del arca.

Traslado del arca

25 David, pues, y los ancianos de Israel y los capitanes de millares, fueron a traer el arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-edom, con alegría.

26 Y ayudando Dios a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, sacrificaron siete novillos y siete carneros.

27 Y David iba vestido de lino fino, y también todos los levitas que llevaban el arca, y asimismo los cantores; y Quenanías, que era maestro de canto entre los cantores. Llevaba también David sobre sí un efod de lino.

28 De esta manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jehová, con júbilo y sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y cítaras.

29 Pero cuando el arca del pacto de Jehová llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y danzaba; y lo menospreció en su corazón.

16 Así trajeron el arca de Dios, y la pusieron en medio de la tienda que David había levantado para ella; y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante de Dios.

Y cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová.

Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una pieza de carne y una torta de pasas.

Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen, confesasen y alabasen a Jehová Dios de Israel:

Asaf el primero; el segundo después de él, Zacarías; Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matitías, Eliab, Benaía, Obed-edom y Jeiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; pero Asaf hacía resonar los címbalos.

También los sacerdotes Benaía y Jahaziel hacían resonar continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Salmo de acción de gracias de David

Aquel día, David, alabando el primero a Jehová, entregó a Asaf y a sus hermanos este canto:

Alabad a Jehová, invocad su nombre,
Dad a conocer en los pueblos sus obras.
Cantad a él, cantadle salmos;
Hablad de todas sus maravillas.
10 Gloriaos en su santo nombre;
Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová.
11 Buscad a Jehová y su poder;
Buscad su rostro continuamente.
12 Haced memoria de las maravillas que ha hecho,
De sus prodigios, y de los juicios de su boca,
13 Oh vosotros, hijos de Israel su siervo,
Hijos de Jacob, sus escogidos.
14 Jehová, él es nuestro Dios;
Sus juicios están en toda la tierra.
15 Él hace memoria de su pacto perpetuamente,
Y de la palabra que él mandó para mil generaciones;
16 Del pacto que concertó con Abraham,
Y de su juramento a Isaac;
17 El cual confirmó a Jacob por estatuto,
Y a Israel por pacto sempiterno,
18 Diciendo: A ti daré la tierra de Canaán,
Porción de tu heredad.
19 Cuando ellos eran pocos en número,
Pocos y forasteros en ella,
20 Y andaban de nación en nación,
Y de un reino a otro pueblo,
21 No permitió que nadie los oprimiese;
Antes por amor de ellos castigó a los reyes.
22 No toquéis, dijo, a mis ungidos,
Ni hagáis mal a mis profetas.
23 Cantad a Jehová toda la tierra,
Proclamad de día en día su salvación.
24 Cantad entre las gentes su gloria,
Y en todos los pueblos sus maravillas.
25 Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza,
Y de ser temido sobre todos los dioses.
26 Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos;
Mas Jehová hizo los cielos.
27 Alabanza y magnificencia delante de él;
Poder y alegría en su morada.
28 Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,
Dad a Jehová gloria y poder.
29 Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
Traed ofrenda, y venid delante de él.
Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad.
30 Temed en su presencia, toda la tierra;
El mundo será aún establecido, para que no se conmueva.
31 Alégrense los cielos, y gócese la tierra,
Y digan en las naciones: Jehová reina.
32 Resuene el mar, y su plenitud;
Alégrese el campo, y todo lo que contiene.
33 Entonces cantarán los árboles de los bosques delante de Jehová,
Porque viene a juzgar la tierra.
34 Aclamad a Jehová, porque él es bueno;
Porque su misericordia es eterna.
35 Y decid: Sálvanos, oh Dios, salvación nuestra;
Recógenos, y líbranos de las naciones,
Para que confesemos tu santo nombre,
Y nos gloriemos en tus alabanzas.
36 Bendito sea Jehová Dios de Israel,
Por toda la eternidad.
Y dijo todo el pueblo, Amén, y alabó a Jehová.

Los levitas encargados del arca

37 Y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día;

38 y a Obed-edom y a sus sesenta y ocho hermanos; y a Obed-edom hijo de Jedutún y a Hosá como porteros.

39 Asimismo al sacerdote Sadoc, y a los sacerdotes sus hermanos, delante del tabernáculo de Jehová en el lugar alto que estaba en Gabaón,

40 para que sacrificasen continuamente, mañana y tarde, holocaustos a Jehová en el altar del holocausto conforme a todo lo que está escrito en la ley de Jehová, que él prescribió a Israel;

41 y con ellos a Hemán, a Jedutún y a los otros escogidos declarados por sus nombres, para glorificar a Jehová, porque es eterna su misericordia.

42 Con ellos a Hemán y a Jedutún con trompetas y címbalos que hacían resonar, y con otros instrumentos para los cánticos de Dios. Los hijos de Jedutún eran porteros.

43 Luego, todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.

Pacto de Dios con David

17 Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas.

Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.

En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo:

Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite.

Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo.

Por dondequiera que anduve con todo Israel, ¿he dicho a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo: Por qué no me edificáis una casa de cedro?

Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel;

y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y voy a hacerte un gran nombre, como el nombre de los grandes de la tierra.

Asimismo fijaré lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré allí para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,

10 y desde el tiempo en que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.

11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.

12 Él me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.

13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquél que fue antes de ti;

14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.

15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, habló Natán a David.

16 Entró entonces el rey David y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que me hayas traído hasta aquí?

17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para tiempo más lejano, y me has mirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios.

18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar a tu siervo? Mas tú conoces a tu siervo.

19 Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho todas estas cosas tan grandes, para hacer notorias todas tus grandezas.

20 Jehová, no hay semejante a ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos.

21 ¿Y qué pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, a quien Dios haya ido a rescatar para darle renombre con grandezas y maravillas, echando a las naciones de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto?

22 Tú has constituido a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, Jehová, has venido a ser su Dios.

23 Ahora, pues, Jehová, la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho.

24 Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, a fin de que se diga: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti.

25 Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de ti.

26 Ahora, pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien;

27 y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque lo que tú, oh Jehová, bendices, será bendito para siempre.

David extiende sus dominios

18 Después de estas cosas aconteció que David derrotó a los filisteos, y los humilló, y tomó a Gat y sus villas de manos de los filisteos.

También derrotó a Moab, y los moabitas fueron sometidos a David, trayéndole tributo.

Asimismo derrotó David a Hadad-ézer rey de Sobá, en Hamat, cuando éste iba a asegurar su dominio sobre el río Eufrates.

Y le apresó David mil carros, siete mil de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.

Y viniendo los sirios de Damasco en ayuda de Hadad-ézer rey de Sobá, David hirió de ellos veintidós mil hombres.

Y puso David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron sometidos a David, pagándole tributos; porque Jehová daba la victoria a David dondequiera que iba.

Tomó también David los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadad-ézer, y los trajo a Jerusalén.

Asimismo de Tibhat y de Cun, ciudades de Hadad-ézer, tomó David muchísimo bronce, con el que Salomón hizo el estanque de bronce, las columnas y los utensilios de bronce.

Y oyendo Tou rey de Hamat que David había deshecho todo el ejército de Hadad-ézer rey de Sobá,

10 envió a Adoram su hijo al rey David, para saludarle y felicitarle por haber peleado con Hadad-ézer y haberle vencido; porque Tou tenía guerra contra Hadad-ézer. Le envió también toda clase de utensilios de oro, de plata y de bronce;

11 los cuales el rey David dedicó a Jehová, con la plata y el oro que había tomado de todas las naciones de Edom, de Moab, de los hijos de Amón, de los filisteos y de Amalec.

12 Además de esto, Abisay hijo de Sarvia destrozó en el valle de la Sal a dieciocho mil edomitas.

13 Y puso guarnición en Edom, y todos los edomitas fueron sometidos a David; porque Jehová daba el triunfo a David dondequiera que iba.

Oficiales de David

14 Reinó David sobre todo Israel, y juzgaba con justicia a todo su pueblo.

15 Y Joab hijo de Sarvia era general del ejército, y Josafat hijo de Ahilud, canciller.

16 Sadoc hijo de Ahitub y Abimélec hijo de Abiatar eran sacerdotes, y Savsá, secretario.

17 Y Benaía hijo de Joyadá estaba sobre los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran los príncipes cerca del rey.

Derrotas de amonitas y sirios

19 Después de estas cosas aconteció que murió Nahás rey de los hijos de Amón, y reinó en su lugar su hijo.

Y dijo David: Manifestaré misericordia con Hanún hijo de Nahás, porque también su padre me mostró misericordia. Así David envió embajadores que lo consolasen de la muerte de su padre. Pero cuando llegaron los siervos de David a la tierra de los hijos de Amón a Hanún, para consolarle,

los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún: ¿A tu parecer honra David a tu padre, que te ha enviado consoladores? ¿No vienen más bien sus siervos a ti para espiar, e inquirir, y reconocer la tierra?

Entonces Hanún tomó los siervos de David y los rapó, y les cortó los vestidos por la mitad, hasta las nalgas, y los despachó.

Se fueron luego, y cuando llegó a David la noticia sobre aquellos varones, él envió a recibirlos, porque estaban muy afrentados. El rey mandó que les dijeran: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volveréis.

Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, Hanún y los hijos de Amón enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros y gente de a caballo de Mesopotamia, de Siria, de Maacá y de Sobá.

Y tomaron a sueldo treinta y dos mil carros, y al rey de Maacá y a su ejército, los cuales vinieron y acamparon delante de Medebá. Y se juntaron también los hijos de Amón de sus ciudades, y vinieron a la guerra.

Oyéndolo David, envió a Joab con todo el ejército de los hombres valientes.

Y los hijos de Amón salieron, y ordenaron la batalla a la entrada de la ciudad; y los reyes que habían venido estaban aparte en el campo.

10 Y viendo Joab que el ataque contra él había sido dispuesto por el frente y por la retaguardia, escogió de los más aventajados que había en Israel, y con ellos ordenó su ejército contra los sirios.

11 Puso luego el resto de la gente en mano de Abisay su hermano, y los ordenó en batalla contra los amonitas.

12 Y dijo: Si los sirios resultan ser más fuertes que yo, tú me ayudarás; y si los amonitas son más fuertes que tú, yo te ayudaré.

13 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le parezca.

14 Entonces se acercó Joab y el pueblo que tenía consigo, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él.

15 Y los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisay su hermano, y entraron en la ciudad. Entonces Joab volvió a Jerusalén.

16 Viendo los sirios que habían caído delante de Israel, enviaron embajadores, y trajeron a los sirios que estaban al otro lado del río, cuyo capitán era Sofac, general del ejército de Hadad-ézer.

17 Luego que fue dado aviso a David, reunió a todo Israel, y cruzando el Jordán vino a ellos, y ordenó batalla contra ellos. Y cuando David hubo ordenado su tropa contra ellos, pelearon contra él los sirios.

18 Mas el pueblo sirio huyó delante de Israel; y mató David de los sirios a siete mil hombres de los carros, y cuarenta mil hombres de a pie; asimismo mató a Sofac general del ejército.

19 Y viendo los siervos de Hadad-ézer que habían caído delante de Israel, concertaron paz con David, y le quedaron sometidos; y el pueblo sirio nunca más quiso ayudar a los hijos de Amón.

David captura a Rabá

20 Aconteció a la vuelta del año, en el tiempo en que suelen los reyes salir a la guerra, que Joab sacó las fuerzas del ejército, y destruyó la tierra de los hijos de Amón, y vino y sitió a Rabá. Mas David estaba en Jerusalén; y Joab batió a Rabá, y la destruyó.

Y tomó David la corona de encima de la cabeza del rey de Rabá, y la halló de peso de un talento de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Además de esto sacó de la ciudad un enorme botín.

Sacó también al pueblo que estaba en ella, y lo puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas. Lo mismo hizo David a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.

Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gézer contra los filisteos; y Sibecay husatita mató a Sipay, de los descendientes de los gigantes; y fueron humillados.

Volvió a levantarse guerra contra los filisteos; y Elhanán hijo de Jaír mató a Lahmí, hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.

Y volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro en total; y era descendiente de los gigantes.

Este hombre injurió a Israel, pero lo mató Jonatán, hijo de Simeá hermano de David.

Éstos eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y de sus siervos.

David censa al pueblo

21 Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.

Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa.

Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más, rey señor mío; ¿no son todos éstos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, que será para pecado a Israel?

Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David.

Y había en todo Israel un millón cien mil capaces de manejar las armas, y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que manejaban espada.

Entre éstos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín, porque la orden del rey era abominable a Joab.

Asimismo esto desagradó a Dios, y castigó a Israel.

Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que perdones la falta de tu siervo, porque he obrado muy neciamente.

Y habló Jehová a Gad, vidente de David, diciendo:

10 Ve y habla a David, y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo.

11 Y viniendo Gad a David, le dijo: Así ha dicho Jehová:

12 Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué he de responder al que me ha enviado.

13 Entonces David dijo a Gad: Estoy en gran angustia. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres.

14 Así Jehová envió una peste en Israel, y murieron de Israel setenta mil hombres.

15 Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo.

16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desenvainada en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

17 Y dijo David a Dios: ¿No fui yo el que hizo contar el pueblo? Yo fui quien pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no venga la peste sobre tu pueblo.

18 Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán jebuseo.

19 Entonces David subió, conforme a la palabra que Gad le había dicho en nombre de Jehová.

20 Y volviéndose Ornán, vio al ángel, por lo que se escondieron cuatro hijos suyos que con él estaban. Y Ornán trillaba el trigo.

21 Y viniendo David a Ornán, miró Ornán, y vio a David; y saliendo de la era, se postró en tierra ante David.

22 Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová; dámelo por su justo precio, para que cese la mortandad en el pueblo.

23 Y Ornán respondió a David: Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo.

24 Replicó el rey David a Ornán: No, quiero comprarla por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste.

25 Y dio David a Ornán por aquel lugar el peso de seiscientos siclos de oro.

26 Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó a Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto.

27 Entonces Jehová ordenó al ángel que volviera su espada a la vaina.

El lugar para el templo

28 Viendo David que Jehová le había oído en la era de Ornán jebuseo, ofreció sacrificios allí.

29 Y el tabernáculo de Jehová que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el lugar alto de Gabaón;

30 pero David no se atrevía a ir allá a consultar a Dios, porque estaba atemorizado a causa de la espada del ángel de Jehová.

22 Y dijo David: Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel.

Preparativos para el templo

Después mandó David que se reuniese a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló de entre ellos canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.

Asimismo preparó David mucho hierro para la clavazón de las puertas, y para las junturas; y mucho bronce sin pesarlo, y madera de cedro sin cuenta,

pues los sidonios y tirios habían traído a David abundancia de madera de cedro.

Porque se decía David: Salomón mi hijo es muchacho y de tierna edad, y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por excelencia, para renombre y honra en todas las tierras; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario. Y David, antes de su muerte, hizo preparativos en gran abundancia.

Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que edificase casa a Jehová Dios de Israel.

Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios.

Mas vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí.

He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días.

10 Él edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.

11 Ahora, pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti.

12 Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios.

13 Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

14 He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.

15 Tú tienes contigo muchos obreros, canteros, albañiles, carpinteros, y todo hombre experto en toda obra.

16 Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no hay cuenta. Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo.

17 Asimismo mandó David a todos los principales de Israel que ayudasen a Salomón su hijo, diciendo:

18 ¿No está con vosotros Jehová vuestro Dios, el cual os ha dado paz por todas partes? Porque él ha entregado en mi mano a los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sometida delante de Jehová, y delante de su pueblo.

19 Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del pacto de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Jehová.

Distribución y deberes de los levitas

23 Siendo, pues, David ya viejo y lleno de días, hizo a Salomón su hijo rey sobre Israel.

Y juntando a todos los principales de Israel, y a los sacerdotes y levitas,

fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus cabezas, contados uno por uno, treinta y ocho mil.

De éstos, veinticuatro mil para dirigir la obra de la casa de Jehová, y seis mil para gobernadores y jueces.

Además, cuatro mil porteros, y cuatro mil para alabar a Jehová, dijo David, con los instrumentos que he hecho para tributar alabanzas.

Y los repartió David en grupos conforme a los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merarí.

Los hijos de Gersón: Laadán y Simeí.

Los hijos de Laadán, tres: Jehiel el primero, después Zetam y Joel.

Los hijos de Simeí, tres: Selomit, Haziel y Harán. Éstos fueron los jefes de las familias de Laadán.

10 Y los hijos de Simeí: Jáhat, Ziná, Jeús y Beriá. Estos cuatro fueron los hijos de Simeí.

11 Jáhat era el primero, y Ziná el segundo; pero Jeús y Beriá no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron contados como una familia.

12 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel, ellos cuatro.

13 Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre.

14 Y los hijos de Moisés varón de Dios fueron contados en la tribu de Leví.

15 Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer.

16 Hijo de Gersón fue Sebuel el jefe.

17 E hijo de Eliezer fue Rehabías el jefe. Y Eliezer no tuvo otros hijos; mas los hijos de Rehabías fueron muchos.

18 Hijo de Izhar fue Selomit el jefe.

19 Los hijos de Hebrón: Jeriyías el jefe, Amarías el segundo, Jahaziel el tercero, y Jecamán el cuarto.

20 Los hijos de Uziel: Micá el jefe, e Isaías el segundo.

21 Los hijos de Merarí: Mahlí y Musí. Los hijos de Mahlí: Eleazar y Cis.

22 Y murió Eleazar sin hijos; pero tuvo hijas, y los hijos de Cis, sus parientes, las tomaron por mujeres.

23 Los hijos de Musí: Mahlí, Éder y Jeremot, ellos tres.

24 Éstos son los hijos de Leví en las familias de sus padres, jefes de familia según el censo de ellos, contados por sus nombres, por sus cabezas, de veinte años arriba, los cuales trabajaban en el ministerio de la casa de Jehová.

25 Porque David dijo: Jehová Dios de Israel ha dado paz a su pueblo Israel, y él habitará en Jerusalén para siempre.

26 Y también los levitas no tendrán que llevar más el tabernáculo y todos los utensilios para su ministerio.

27 Así que, conforme a las postreras palabras de David, se hizo la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.

28 Y estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para ministrar en la casa de Jehová, en los atrios, en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la demás obra del ministerio de la casa de Dios.

29 Asimismo para los panes de la proposición, para la flor de harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para lo preparado en sartén, para lo tostado, y para toda medida y cuenta;

30 y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde;

31 y para ofrecer todos los holocaustos a Jehová los sábados, lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con su rito, continuamente delante de Jehová;

32 y para que tuviesen la guarda del tabernáculo de reunión, y la guarda del santuario, bajo las órdenes de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la casa de Jehová.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.