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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Proverbios 20:22 - Eclesiastés 2:26

22 Nunca hables de tomar venganza;
mejor confía en Dios,
y él vendrá en tu ayuda.

23 Dios no soporta dos cosas:
que engañes al que te vende,
y que engañes al que te compra.

24 Nadie sabe cuál será su futuro;
por eso debemos dejar
que Dios dirija nuestra vida.

25 No caigas en la trampa
de prometerle algo a Dios,
para luego no cumplirle.

26 Cuando el rey sabio
castiga al malvado,
lo destruye por completo.

27 Dios nos ha dado la conciencia
para que podamos examinarnos
a nosotros mismos.

28 El rey afirma su reinado
cuando es fiel a Dios
y trata bien a su pueblo.

29 El orgullo del joven es su fuerza;
el del anciano, su experiencia.

30 Con golpes y con azotes
se corrigen los malos pensamientos.

Ante Dios, humildad

21 En las manos de Dios
los planes del rey
son como un río:
toman el curso
que Dios quiere darles.

Todo el mundo cree hacer lo mejor,
pero Dios juzga las intenciones.

Más que recibir ofrendas y sacrificios,
Dios prefiere que se haga justicia
y que se practique la honradez.

Hay tres cosas que son pecado:
ser orgulloso,
creerse muy inteligente,
y vivir como un malvado.

Cuando las cosas se piensan bien,
el resultado es provechoso.
Cuando se hacen a la carrera,
el resultado es desastroso.

Las riquezas que amontona el mentiroso
se desvanecen como el humo;
son una trampa mortal.

La violencia destruye a los malvados
porque se niegan a hacer justicia.

Quien mal se comporta,
lleva una vida difícil;
quien vive honradamente
lleva una vida sin problemas.

Más vale vivir
en un rincón del patio,
que dentro de un palacio
con una persona peleona.

10 El malvado sólo piensa en el mal,
y hasta con sus amigos es malvado.

11 Jóvenes sin experiencia,
acepten el consejo de los sabios,
y aprendan del castigo a los malcriados.

12 Dios es justo, y sabe bien
lo que piensa el malvado;
por eso acaba por destruirlo.

13 Quien no hace caso
de las súplicas del pobre,
un día pedirá ayuda
y nadie se la dará.

14 Un buen regalo calma el enojo,
si se da en el momento oportuno.

15 El hombre honrado es feliz
cuando ve que se hace justicia,
¡pero cómo se asusta el malvado!

16 Quien deja de hacer lo bueno,
pronto termina en la tumba.

17 Quien sólo piensa en fiestas,
en perfumes y en borracheras,
se queda en la pobreza
y jamás llega a rico.

18 Los malvados y ladrones
tendrán que pagar el rescate
de los hombres buenos y honrados.

19 Vale más la soledad
que la vida matrimonial
con una persona agresiva
y de mal genio.

20 En casa del sabio
hay riquezas y perfumes;
en casa del tonto
sólo hay desperdicios.

21 Busca la justicia y el amor,
y encontrarás vida,
justicia y riquezas.

22 Basta un solo sabio
para conquistar una gran ciudad.

23 Quien tiene cuidado de lo que dice
nunca se mete en problemas.

24 Qué bien le queda al orgulloso
que lo llamen «¡malcriado y vanidoso!»

25-26 El perezoso quiere de todo,
lo que no quiere es trabajar.
El hombre honrado siempre da
y no pide nada a cambio.

27 Dios no soporta a los malvados
que le traen ofrendas,
y no son sinceros.

28 El testigo falso será destruido,
pero al testigo verdadero
siempre se le da la palabra.

29 El malvado parece estar muy seguro;
pero sólo el hombre honrado
está seguro de verdad.

30 Reconozcamos que ante Dios,
no hay sabiduría
ni conocimiento,
ni consejos que valgan.

31 A los soldados les toca
preparar sus caballos para el combate;
pero Dios es quien decide
a quién darle la victoria.

De nada valen las riquezas

22 Vale más ser conocido y respetado
que andar presumiendo de rico.

Los ricos y los pobres
son criaturas de Dios.

El que es inteligente
ve el peligro y lo evita;
el que es tonto sigue adelante
y sufre las consecuencias.

Humíllate y obedece a Dios,
y recibirás riquezas, honra y vida.

La conducta de los malvados
es una trampa para los demás;
si te cuidas a ti mismo
te apartarás de ella.

Educa a tu hijo desde niño,
y aun cuando llegue a viejo
seguirá tus enseñanzas.

El pobre trabaja para el rico;
el que pide prestado
se hace esclavo del prestamista.

Siembra maldad
y cosecharás desgracia;
con el palo que pegues,
serás golpeado.

Dios bendice al que es generoso
y al que comparte su pan con los pobres.

10 Aleja de ti al buscapleitos
y se acabarán los problemas.

11 Al que convence con su sinceridad
el rey le brinda su amistad.

12 Dios protege al sabio,
pero pone en vergüenza al mentiroso.

13 El haragán siempre pone pretextos
para no ir al trabajo;
dice que un león en la calle
se lo quiere comer.

14 Los besos de la mujer infiel
son una trampa sin fondo;
Dios no deja sin castigo
a los que se enredan con ella.

15 La necedad del niño
a golpes se corrige.

16 El rico que roba al pobre
para hacerse más rico
acabará en la miseria.

Cucharadas de sabiduría

17 Presta atención a mis palabras,
que son consejos sabios,
y ponte a pensar en mis enseñanzas.
18 Si te las aprendes de memoria
y las repites al pie de la letra,
tendrás una grata experiencia.
19-20 Confía siempre en Dios.
Hoy te doy treinta sabios consejos;
los he escrito pensando en ti.
21 Son dignos de confianza,
para que sepas responder
a quienes te pregunten.

-1-

22 No abuses del pobre
sólo porque es pobre,
ni seas injusto con él
en los tribunales.
23 Dios es abogado de los pobres,
y dejará sin nada
a quienes les quiten todo.

-2-

24 No te juntes con gente de mal genio
ni te hagas amigo de gente violenta,
25 porque puedes volverte como ellos
y pondrás tu vida en peligro.

-3-

26 No te comprometas a pagar
deudas que no sean tuyas,
27 porque si no las pagas
te quedarás en la calle.

-4-

28 Mantén el tamaño de tu terreno
tal como lo recibiste de tus padres.

-5-

29 Dime quién se esfuerza en el trabajo
y te diré quién comerá como rey.

-6-

23 Cuando comas con gente importante,
piensa bien ante quién te encuentras.
Si te gusta comer mucho,
no demuestres que tienes hambre.
No dejes que te engañe
la apariencia de esos platillos.

-7-

No hagas de las riquezas
tu única meta en la vida,
pues son como las águilas:
abren las alas y salen volando.
Si acaso llegas a verlas,
muy pronto desaparecen.

-8-

Nunca comas con gente tacaña,
ni dejes que sus platillos
te despierten el apetito.
Esa gente te invita a comer,
pero su invitación no es sincera;
esa gente es tan tacaña
que se fija en cuánto comes.
Al fin de cuentas vomitarás
todo lo que hayas comido,
y todos tus halagos
no habrán servido de nada.

-9-

No des buenos consejos a los tontos
porque se burlarán de ti.

-10-

10 Mantén el tamaño de tu propiedad
tal como la recibiste de tus padres,
y no invadas el terreno
de los huérfanos.
11 Dios es su pariente más cercano
y los defenderá de ti.

-11-

12 Recibe la enseñanza con agrado,
y presta atención a los buenos consejos.

-12-

13 A los niños hay que corregirlos.
Unos buenos golpes no los matarán,
14 pero sí los librarán de la muerte.

-13-

15 Querido jovencito,
cuando alcances la sabiduría,
seré muy feliz.
16 Muy grande será mi alegría
cuando hables como se debe.

-14-

17 No envidies a los pecadores,
y obedece siempre a Dios;
18 así tu futuro será feliz.

-15-

19 Querido jovencito,
préstame atención,
actúa con inteligencia,
y no dejes de hacer el bien.
20 No te juntes con borrachos
ni te hagas amigo de glotones,
21 pues unos y otros
acaban en la ruina.

-16-

22 Presta atención a tus padres,
pues ellos te dieron la vida;
y cuando lleguen a viejos,
no los abandones.
23 Acumula verdad y sabiduría,
disciplina y entendimiento,
¡y no los cambies por nada!
24-25 El hijo bueno y sabio
es motivo de gran alegría
para su padre y su madre
que le dieron la vida.

-17-

26 Querido jovencito,
prométeme que pensarás en mis consejos
y harás tuyas mis enseñanzas.
27 No hay nada más angustioso
que enredarse con la mujer infiel.
28 Esa mujer es como los bandidos:
se esconde para atrapar a sus víctimas,
y una a una las hace caer en sus redes.

-18-

29-30 El borracho llora y sufre;
anda en pleitos y se queja,
lo hieren sin motivo
y le ponen los ojos morados.
Eso le pasa por borracho,
y por probar nuevas bebidas.

31 Querido jovencito,
no te fijes en bebidas embriagantes
que atraen por su color y brillo,
pues se beben fácilmente,
32 pero muerden como víboras
y envenenan como serpientes.
33 Si las bebes, verás cosas raras
y te vendrán las ideas más tontas.
34 Sentirás que estás en un barco,
navegando en alta mar.
35 Te herirán, y no te darás cuenta;
te golpearán, y no lo sentirás.
Y cuando te despiertes
sólo una idea vendrá a tu mente:
«Quiero que me sirvan otra copa».

-19-

24 No envidies ni busques
la amistad de los malvados,
pues sólo piensan en la violencia
y sólo hablan de matar.

-20-

Construye tu casa
con sabiduría y entendimiento,
y llena sus cuartos de conocimiento
que es el más bello tesoro.

-21-

Más vale maña que fuerza;
más vale el saber que el poder.
Quien quiera pelear,
primero debe pensar;
quien quiera ganar,
debe saber escuchar.

-22-

El necio nunca llegará a ser sabio.
Cuando está ante el juez,
ni siquiera abre la boca,
pues no sabe qué decir.

-23-

El que sólo piensa en la maldad
se gana el título de malvado.
El que sólo piensa en pecar
se gana el título de necio.
¡Y nadie los aguanta!

-24-

10 Quien se rinde ante un problema,
no demuestra fuerza ni carácter.

-25-

11 Haz cuanto puedas por salvar
a los que van camino a la muerte,
12 porque Dios todo lo sabe
y no podrás alegar ignorancia.
¡Si no lo haces, recibirás tu merecido!

-26-

13 ¡Una delicia al paladar
es la dulce miel del panal!
Cómela, jovencito;
¡saboréala!
14 Quiera Dios que en la sabiduría
halles esa misma dulzura.
Si la encuentras, tendrás buen futuro
y tus deseos se verán cumplidos.

-27-

15 No tiendas trampas al hombre honrado
ni destruyas la casa donde vive.
16 No importa cuántas veces caiga,
siempre se levantará.
En cambio, el malvado cae
y no vuelve a levantarse.

-28-

17 No te burles de tu enemigo
cuando lo veas fracasar,
ni te alegres de su desgracia;
18 si Dios te ve,
no aprobará tu conducta
y se enojará contigo.

-29-

19 No te enojes con los malvados
ni les tengas envidia,
20 pues no tendrán un final feliz;
¡su vida será una lámpara apagada!

-30-

21 Querido jovencito,
obedece a Dios y al rey,
y no te juntes con gente rebelde,
22 pues tal vez Dios los castigue
cuando tú menos lo esperes,
¡y quién sabe qué puede pasar!

Otra colección de proverbios

23 La siguiente es otra lista de dichos:

Todo juez debe ser justo
y no favorecer a nadie.
24 Si declara inocente al culpable,
merece que todo el mundo
lo maldiga y lo desprecie.
25 Si condena al culpable,
es bien visto y alabado.

26 Una respuesta sincera
es tan dulce como un beso.

27 Si piensas construir tu casa,
atiende primero a tus negocios,
y no desatiendas a tu familia.

28 No des falso testimonio
ni mientas en contra de tu amigo.
29 Nunca pienses en la venganza,
¡abandona esa idea!

30 En cierta ocasión pasé
por el campo y por la viña
de un tipo tonto y perezoso.
31 Por todos lados vi espinas.
El terreno estaba lleno de hierba,
y la cerca de piedras, derribada.
32 Lo que vi jamás se me olvidó,
y de allí saqué una lección:
33 Si te duermes un poco
y te tomas la siesta,
y si tomas un descansito
y te cruzas de brazos...
34 acabarás en la más terrible pobreza.

Otros proverbios de Salomón

25 La siguiente lista de proverbios de Salomón fue preparada por los servidores de Ezequías, rey de Judá.

A Dios lo alabamos
porque vive en el misterio;
al rey lo respetamos
porque trata de entenderlo.

El cielo está allá arriba,
la tierra está aquí abajo,
pero la mente de los reyes
nadie sabe dónde está.

En cuanto el joyero
limpia de impurezas la plata,
puede hacer una copa.
En cuanto el rey
limpia de malvados el reino,
puede hacer justicia.

Cuando estés ante el rey,
no te sientas importante
ni te des aires de grandeza.
Vale más que el propio rey
te diga dónde sentarte,
y no que pases vergüenza
ante sus invitados.

Si de algo eres testigo,
no vayas corriendo a los tribunales,
no sea que, al fin de cuentas,
otro testigo lo niegue
y te ponga en vergüenza.

Defiéndete si es necesario,
pero no le cuentes a nadie
lo que otros te han confiado,
10 no sea que alguien te oiga
y te ponga en vergüenza,
y te ganes mala fama.

11 Las palabras dichas a tiempo
son como manzanas de oro
con adornos de plata.

12 Para quien sabe apreciarla,
una sabia reprensión vale tanto
como una joya de oro muy fino.

13 Tan refrescante
como apagar tu sed
con un vaso de agua fresca,
es contar con un amigo
a quien puedes confiarle un mensaje.

14 Hay quienes hablan de dar
y nunca dan nada.
Son como las nubes oscuras,
que anuncian lluvia...
¡y no llueve!

15 La paciencia vence toda resistencia.
La cortesía vence toda oposición.

16 Si encuentras miel,
no comas demasiada;
la mucha miel empalaga.

17 Con los amigos, guarda tu distancia;
visitarlos demasiado ya es molestia.

18 Quien habla mal de su amigo
lo hiere más que una espada.

19 Confiar en gente traicionera
cuando se tienen problemas,
es peor que comer con dolor de muelas
o caminar con una pierna rota.

20 Nadie cura con vinagre una herida,
ni anda desnudo en el frío,
ni les canta canciones
a los que están afligidos.

21 Si tu enemigo tiene hambre,
dale de comer;
y si tiene sed, dale de beber.
22 Así Dios te premiará,
y harás que a tu enemigo
le arda la cara de vergüenza.

23 El viento del norte hace llover,
y las malas lenguas hacen enojar.

24 Más vale vivir
en un rincón del patio
que dentro de un palacio
con una persona agresiva.

25 Con qué gusto se recibe
el agua fresca cuando se tiene sed;
así se reciben las buenas noticias
que vienen de tierras lejanas.

26 Cuando el hombre bueno
se rinde ante el malvado,
se contamina como un río
al que se arrojan desperdicios.

27 Tan malo es comer mucha miel,
como recibir muchos halagos.

28 Quien no controla su carácter
es como una ciudad sin protección.

La necedad

26 No es posible imaginar
que caiga nieve en la selva
ni que llueva en el desierto
ni que se alabe a un tonto.

La maldición sin motivo
jamás surte efecto;
es como un ave sin rumbo.

Para el caballo, el látigo;
para el burro, el freno;
para el necio, el garrote.

No te pongas al nivel del necio,
o resultará que el necio eres tú.

Pon al tonto en su lugar,
para que no se crea muy sabio.

Enviar como mensajero a un tonto
da lo mismo que no enviar a nadie.

Dime de qué sirve
que el tonto diga proverbios,
y te diré de qué sirve
una carreta sin bueyes.

Dime de qué sirve
alabar al tonto,
y te diré de qué sirve
un arco sin flechas.

Un proverbio en labios de un tonto
es lo mismo que un cuchillo
en manos de un borracho.

10 Tan peligroso es que lances
piedras al aire,
como que a un tonto
le des trabajo en tu casa.

11 El perro vuelve a su vómito,
y el necio insiste en su necedad.

12 Más puede esperarse
de quien reconoce que es tonto,
que de un tonto que se cree muy sabio.

La pereza

13 El perezoso pone como pretexto
que en la calle hay leones
que se lo quieren comer.

14 ¿En qué se parece
el perezoso a la puerta?
¡En que los dos se mueven,
pero ninguno avanza!

15 Al que es perezoso
hasta comer le cuesta trabajo.

16 El perezoso se cree muy sabio;
piensa que no hay nadie como él.

17 Tan peligroso resulta
meterse en pleitos ajenos,
como querer agarrar por la cola
a un perro bravo.

18 Como loco que lanza piedras al aire,
19 es quien engaña al amigo
y dice que estaba bromeando.

20 El fuego se apaga
si no se le echa más leña,
y el pleito se acaba
si no siguen los chismes.

21 ¿En qué se parecen
la leña y el peleador?
En que la leña aviva el fuego,
y el peleador aviva el pleito.

22 Los chismes son muy sabrosos,
pero también hacen mucho daño.

23 Los piropos del malvado
son tan engañosos
como una olla de barro
cubierta de plata.

24 El que esconde sus rencores,
en el fondo es mentiroso.
25 No creas lo que te diga,
pues te habla con dulzura
pero busca hacerte daño.
26 Miente al decir que te quiere,
pues todos saben que te odia.

27 No abras zanjas
si no quieres caer en ellas,
ni hagas rodar piedras
si no quieres que te aplasten.

28 Quien miente, no se quiere a sí mismo;
quien a todos alaba, se busca problemas.

¡Nadie controla el futuro!

27 No presumas hoy
de lo que piensas hacer mañana;
¡nadie sabe lo que traerá el futuro!

No presumas de ti mismo;
deja que te alaben los demás.

Las piedras son pesadas,
y la arena también,
pero aún más pesado
es el enojo del necio.

El enojo es cruel,
la ira es destructiva,
y la envidia es incontrolable.

Quien de veras te ama
te reprenderá abiertamente.
Más te quiere tu amigo cuando te hiere
que tu enemigo cuando te besa.

Cuando no se tiene hambre,
hasta la miel empalaga;
cuando se tiene hambre,
hasta lo amargo sabe dulce.

Estar lejos de la patria,
es andar como pájaro sin nido.

Con un buen perfume
se alegra el corazón;
con la dulzura de la amistad
se vuelve a la vida.

10 Nunca les falles a los amigos,
sean tuyos o de tu padre.

Nunca lleves tus problemas
a la casa de tu hermano.

Más vale amigo cercano
que pariente lejano.

11 Querido jovencito,
hazme feliz actuando con sabiduría,
para taparles la boca
a los que quieran humillarme.

12 Prever el peligro y evitarlo
es actuar con inteligencia;
hay que ser muy tonto
para no preverlo ni evitarlo.

13 El que se comprometa a pagar
las deudas de un desconocido
y se enrede con una mujer infiel
perderá todo lo que tenga.

14 Hasta el mejor saludo
es un insulto grave,
si se hace a gritos
y en la madrugada.

15 Peor que gotera en día lluvioso,
es la persona que por todo pelea.
16 ¡Querer controlarla
es querer atajar el viento
o retener aceite en la mano!

17 Para afilar el hierro, la lima;
para ser mejor persona, el amigo.

18 Si quieres buena fruta,
cuida del árbol;
si quieres buen trato,
trata bien a tu jefe.

19 El espejo refleja el rostro;
y los ojos revelan la personalidad.

20 Hay tres cosas
que nunca están satisfechas:
la tumba, la muerte,
y la ambición humana.

21 Con el fuego se descubre
qué clase de metal tenemos;
con los elogios se descubre
qué clase de persona somos.

22 Si al trigo lo machacas,
puedes quitarle la cáscara,
pero al necio, aunque lo remuelas,
no se le quita lo necio.

23-25 Las riquezas no son eternas
ni el dinero dura para siempre.
Las cosechas se acaban,
y la hierba se seca.
Por eso, cuida bien tus rebaños.
26-27 Tus ovejas te darán su lana,
tus cabras te darán mucha leche,
y así podrán alimentarse
tú y tu familia
y hasta tus empleados.
Además podrás vender tus cabras
y con el dinero comprar un terreno.

Haz el bien y bien te irá

28 El que nada debe, nada teme,
pero el malvado siempre huye
aunque nadie lo persiga.

En un país lleno de maldad
todos se creen líderes,
pero el gobernante capaz
logra poner el orden.

El pobre que maltrata a otro pobre
es como una tormenta
que acaba con las cosechas.

Los que se apartan de la ley
aplauden a los malvados,
pero los que la obedecen
se oponen a ellos.

Los malvados no entienden nada
acerca de la justicia,
pero los que obedecen a Dios
demuestran que sí la entienden.

Vale más el pobre honrado,
que el rico malvado.

El que es inteligente
obedece la ley;
el que todo lo malgasta,
llena de vergüenza a su padre.

Al que presta dinero
y luego exige que
le devuelvan el doble,
Dios le quitará todo
y hará que alguien
de buen corazón
se lo dé a los pobres.

Dios rechaza las oraciones
de los que no lo obedecen.

10 Quien hace pecar al hombre honrado
quedará atrapado en su propia trampa.

Los que hacen el bien
recibirán como premio el bien.

11 Aunque el rico se crea muy sabio,
el pobre con su inteligencia
se da cuenta que el rico
no es más que un tonto.

12 El triunfo de los justos
siempre es motivo de fiesta;
el triunfo de los malvados
espanta a todo el mundo.

13 Quien esconde su pecado
jamás puede prosperar;
quien lo confiesa y lo deja,
recibe el perdón.

14 ¡Dios bendice a quienes lo obedecen!
Pero los necios caen en la desgracia.

15 El gobernante malvado
que maltrata a un pueblo pobre
es como un león hambriento
que despedaza a su presa.

16 El gobernante estúpido
sólo piensa en maltratar y robar;
pero el que no lo hace
vivirá muchos años.

17 El que mata a otro
no merece ayuda.
¡Tarde o temprano
le pasará lo mismo!

18 El hombre honrado quedará a salvo;
el de mala conducta un día caerá.

19 El que trabaja
tendrá suficiente comida;
el que no trabaja
acabará en la pobreza.

20 El hombre digno de confianza
siempre será alabado;
el que sólo quiere hacerse rico
no quedará sin castigo.

21 No aceptes ser testigo falso
contra ninguna persona;
porque hay quienes lo hacen
hasta por un pedazo de pan.

22 Quien sólo vive
pensando en dinero,
acabará más pobre
de lo que se imagina.

23 El tiempo te demostrará
que vale más
una crítica sincera
que un elogio.

24 Amigo de gente malvada
es quien roba a sus padres
y alega que no ha hecho nada.

25 El amor al dinero es causa de pleitos.
Confía en Dios, y prosperarás.

26 El necio confía en sí mismo;
el sabio se pone a salvo.

27 El que ayuda al pobre
siempre tendrá de todo;
el que no ayuda al pobre
terminará en la desgracia.

28 Cuando triunfan los malvados,
todo el mundo corre a esconderse;
pero cuando son destruidos,
prosperan los hombres buenos.

Hacer el bien trae alegría

29 Quien no acepta las reprensiones
será destruido,
y nadie podrá evitarlo.

Cuando la gente buena prospera,
el pueblo se pone alegre;
cuando gobiernan los malvados,
el pueblo se pone triste.

El que ama la sabiduría
trae alegría a su padre;
el que anda con prostitutas
malgasta todo lo que tiene.

El rey que hace justicia
da seguridad al país;
el que sólo cobra impuestos
lleva el país a la ruina.

Quien mucho alaba al amigo,
mucho lo engaña.

El malvado cae en su propia trampa;
pero el que es bueno
vive con gran alegría.

La gente buena se preocupa
por defender al indefenso;
pero a los malvados
eso ni les preocupa.

Los que aman la intriga
enredan a todos en pleitos,
pero los sabios siembran la paz.

Sólo burlas y enojos saca el sabio
que discute con un tonto.

10 Los asesinos desean la muerte
de la gente buena y honrada.

11 El necio no esconde su enojo;
el sabio sabe controlarse.

12 El gobernante que presta atención
a toda clase de mentiras,
vivirá rodeado de ayudantes malvados.

13 Al pobre y al que lo maltrata
Dios les ha dado la vida.

14 El rey afirma su reinado
cuando gobierna bien a los pobres.

15 Los golpes y la disciplina
enseñan a ser sabio,
pero el que es malcriado
sólo avergüenza a su madre.

16 Donde aumentan los malvados,
aumenta la maldad;
¡pero la gente buena los verá fracasar!

17 Corrige a tu hijo
y vivirás tranquilo y satisfecho.

18 Donde no hay un buen gobernante,
el pueblo no sabe qué hacer;
pero Dios bendice
a los que obedecen su ley.

19 Cuando el esclavo es necio,
no bastan las palabras;
sólo con golpes obedece.

20 Fíjate en la gente
que no piensa lo que dice:
¡más puedes esperar de un tonto
que de esa clase de gente!

21 Si empiezas por consentir a tu sirviente,
al final tendrás que lamentarlo.

22 La gente que fácilmente se enoja
siempre provoca peleas;
la gente violenta
comete muchos errores.

23 El orgulloso será humillado,
y el humilde será alabado.

24 Si te juntas con ladrones
no aprecias en nada tu vida;
pues cuando ellos sean acusados,
no podrás negar que eres culpable.

25 Si tienes miedo de la gente,
tú mismo te tiendes una trampa;
pero si confías en Dios
estarás fuera de peligro.

26 No busques la amistad del gobernante
para que él te haga justicia;
mejor confía en Dios,
pues él es justo con todos.

27 Ni el hombre justo soporta al malvado,
ni el malvado soporta al hombre justo.

La sabiduría de Agur

30 Éstas son las palabras de Agur, hijo de Jaqué de Masa. Agur les habló a Itiel y a Ucal de la siguiente manera:

«Soy el más ignorante
entre los ignorantes;
no tengo capacidad de razonar.
No tengo sabiduría,
y mucho menos conocimiento
de quién es Dios.

»Al cielo nadie ha subido;
del cielo nadie ha bajado.
No hay nadie que pueda
retener el viento en un puño,
ni envolver el mar en un manto.
Nadie sabe quién puso
los límites de la tierra;
¡nadie lo conoce,
ni sabe quién es su hijo!

»Toda palabra de Dios
ha pasado la prueba de fuego.
Dios protege como escudo
a los que buscan su protección.
No añadas a sus palabras
ninguna idea tuya,
porque puede reprenderte
y mostrar que eres un mentiroso.

»Dios mío,
antes de mi muerte
concédeme sólo dos cosas;
¡no me las niegues!
Manténme alejado de la mentira,
y no me hagas pobre ni rico;
¡aléjame de toda falsedad
y dame sólo el pan de cada día!
Porque si llego a ser rico
tal vez me olvide de ti
y hasta me atreva a decir
que no te conozco.
Y si vivo en la pobreza,
puedo llegar a robar
y así ponerte en vergüenza.

10 »No hables mal de un esclavo
ante su amo,
porque el esclavo podría
hablar mal de ti
y quedarás en ridículo ante todos.

11 »Algunos hablan mal de sus padres,
y hasta los maldicen.
12 Hay quienes se creen perfectos,
pero están llenos de pecado.
13 Hay quienes se creen superiores,
y a todos miran con desprecio.
14 Hay quienes aman tanto el dinero
que despojan a los pobres
y a los indefensos de este mundo;
les sacan hasta el último centavo,
y los dejan desnudos en la calle.

15 »La chupasangre tiene dos hijas:
una se llama “Dame”,
y la otra, “Damemás”.
Es amiga del que ama el dinero,
pues éste siempre quiere más.

»Hay tres, y hasta cuatro cosas
que nunca quedan satisfechas:
16 la mujer estéril que pide hijos,
la tierra que pide más agua,
el fuego que pide más leña
y la tumba que pide más muertos.

17 »El que desobedece
y desprecia a sus padres,
bien merece
que los cuervos le saquen los ojos
y que los buitres se lo coman vivo.

18 »Hay tres, y hasta cuatro cosas
que me parecen increíbles
y que no alcanzo a comprender:
19 cómo saber que un águila
ha pasado por el cielo;
cómo saber que una serpiente
ha pasado por una roca;
cómo saber que un barco
ha pasado por el mar;
y cómo saber que un hombre
se ha acostado con una mujer.

20 »La mujer infiel se acuesta
con otro hombre,
luego se baña y dice:
“¡Aquí no ha pasado nada!”

21 »Hay tres, y hasta cuatro personas
que la tierra no soporta
y que la hacen estremecerse:
22 El sirviente
que llega a gobernar,
el tonto
que llega a ser muy rico,
23 la mujer infiel
que vuelve a casarse,
y la sirvienta que llega a ser
la señora de la casa.

24 »Hay cuatro cosas en el mundo
que a pesar de ser pequeñas
son más sabias que los sabios:
25 Las hormigas,
insectos muy pequeños
que guardan comida en el verano,
para tener suficiente en el invierno;
26 los tejones,
animalitos que por ser indefensos
hacen sus cuevas entre las rocas;
27 los saltamontes,
que aunque no tienen comandante
son tan ordenados y disciplinados
como un ejército,
28 y las lagartijas,
que son fáciles de atrapar
pero viven libres en los palacios.

29 »Hay tres, y hasta cuatro cosas
que caminan con elegancia:
30 el león con su gran melena,
que sin miedo reina en la selva;
31 el gallo vanidoso,
con su roja cresta;
el carnero de la montaña
con sus enormes cuernos;
y el rey con su corona de oro
que marcha frente a su ejército.

32 »Si te portas como un tonto,
y te crees muy importante
y haces planes contra otros,
ten presente lo siguiente:
33 Si bates la leche, sacarás mantequilla;
si te suenas fuerte la nariz,
te sacarás sangre;
y si buscas pleitos, pleitos tendrás».

Dichos del rey Lemuel

31 Con estas palabras el rey Lemuel fue educado por su madre.

«Querido hijo mío,
que naciste como respuesta
de mis oraciones a Dios,
¿qué consejos podría darte?
¡No te vuelvas loco por las mujeres!,
pues han llevado a la ruina
a muchos reyes.

»Querido Lemuel,
no conviene que los reyes
tomen bebidas alcohólicas,
ni que se emborrachen.
Porque en cuanto se emborrachan
se olvidan de la ley
y no protegen a los pobres.
El alcohol es para
los que viven amargados
y ya no tienen esperanza.
¡Déjalos que se emborrachen
y se olviden de su miseria!
¡Que no se acuerden
de lo mucho que sufren!

»Habla en favor de las viudas;
defiende los derechos de los huérfanos.
Habla en favor de ellos;
¡hazles justicia!
¡Defiende a los pobres y humildes!»

La mujer ejemplar

10 ¡Qué difícil es hallar
una esposa extraordinaria!
¡Hallarla es como encontrarse
una joya muy valiosa!
11 Quien se casa con ella
puede darle toda su confianza;
dinero nunca le faltará.
12 A ella todo le sale bien;
nunca nada le sale mal.
13 Sale a comprar lana y lino,
y con sus propias manos
trabaja con alegría.
14 Se parece a los barcos mercantes:
de muy lejos trae su comida.
15 Se levanta muy temprano,
y da de comer a sus hijos
y asigna tareas a sus sirvientas.
16 Calcula el precio de un campo;
con sus ganancias lo compra,
planta un viñedo,
17 y en él trabaja
de sol a sol.
18 Ella misma se asegura
de que el negocio marche bien;
toda la noche hay luz en su casa,
pues toda la noche trabaja.
19 Ella fabrica su propia ropa,
20 y siempre ayuda a los pobres.
21 No le preocupa que haga frío,
pues todos en su casa
andan siempre bien abrigados.
22 Toma telas de lino y de púrpura,
y ella misma hace colchas y vestidos.
23 En la ciudad y en el país
su esposo es bien conocido,
pues ocupa un lugar importante
entre la gente de autoridad.
24 La ropa y los cinturones
que ella misma fabrica
los vende a los comerciantes.
25 Es mujer de carácter;
mantiene su dignidad,
y enfrenta confiada el futuro.
26 Siempre habla con sabiduría,
y enseña a sus hijos con amor.
27 Siempre está pendiente de su casa
y de que todo marche bien.
Cuando come pan,
es porque se lo ha ganado.

28 Sus hijos la felicitan;
su esposo la alaba y le dice:
29 «Mujeres buenas hay muchas,
pero tú las superas a todas».

30 La hermosura es engañosa,
la belleza es una ilusión;
¡sólo merece alabanzas
la mujer que obedece a Dios!
31 ¡Que todo el mundo reconozca
los frutos de su esfuerzo!
¡Que todos en la ciudad
la alaben por sus acciones!

Nada tiene sentido

1-2 Éstas son las palabras del Predicador, hijo de David, que fue rey en Jerusalén:

¡En esta vida nada tiene sentido!
¡Todo es una ilusión!

Realmente, en esta vida
nada ganamos con tanto trabajar.
Unos nacemos, y otros morimos,
pero la tierra jamás cambia.
El sol sale por la mañana,
y por la tarde se oculta,
y vuelve corriendo a su lugar
para salir al día siguiente.
El viento gira y gira,
y no deja de girar;
a veces sopla hacia el norte,
y a veces sopla hacia el sur.
Los ríos corren hacia el mar,
y luego vuelven a sus fuentes
para volver a vaciarse en el mar,
pero el mar jamás se llena.
¡Qué difícil me resulta
explicar lo aburrido que es todo esto!
¡Nadie se cansa de ver!
¡Nadie se cansa de oír!
Lo que antes sucedió,
vuelve a suceder;
lo que antes se hizo,
vuelve a hacerse.
¡En esta vida no hay nada nuevo!

10 Cuando alguien llega a decir:
«¡Aquí tengo algo nuevo!»,
resulta que eso ya existía
antes de que naciéramos.
11 Nosotros no nos acordamos
de lo que otros hicieron,
ni los que vengan después
se acordarán de lo que hicimos.
¡Los que vengan después
creerán empezar de nuevo!

Nada vale la pena

12 Yo, el Predicador, fui rey de Israel, y reiné en la ciudad de Jerusalén. 13 Toda mi sabiduría la dediqué a tratar de entender lo que se hace en este mundo. ¡Ésta es la tarea que Dios nos dejó, y es una tarea muy pesada! 14 Pude darme cuenta de que no tiene sentido nada de lo que se hace en este mundo; ¡todo es como querer atrapar el viento! 15 Como dice el dicho: «Nadie puede enderezar lo torcido, ni contar lo que no tiene».

16 Entonces me puse a pensar: «Vaya, vaya, aquí me tienen, hecho todo un gran personaje. Nunca hubo en Jerusalén nadie más sabio que yo; nunca nadie tuvo tantos conocimientos. 17 Aquí me tienen, dedicado por completo a tratar de comprender lo que es la sabiduría; ¡conozco hasta las más grandes tonterías! Pero también eso es como querer atrapar el viento. 18 Lo cierto es que mientras más se sabe, más se sufre; mientras más se llena uno de conocimientos, más se llena de problemas».

Entonces decidí ver qué de bueno ofrecen los placeres, ¡pero tampoco a esto le encontré sentido! Y concluí que las diversiones son una locura, y que los placeres no sirven para nada.

Hice luego la prueba de beber mucho vino y de cometer las más grandes tonterías. Quería ver qué de bueno le encuentra la gente a sus pocos años de vida en este mundo. Pero hice esto sabiendo lo que hacía. Nunca perdí el control de la situación. Todo lo hice en grande: construí mis propias casas, planté mis propios viñedos, cultivé mis propios jardines, y en mis huertos planté toda clase de árboles frutales. También mandé construir represas de agua para regar los árboles que allí crecían. Llegué a tener muchos esclavos y esclavas, y también tuve más vacas y ovejas que todos los que reinaron en Jerusalén antes que yo. Llegué a tener montones de oro y plata, y me quedé con las riquezas de otros reyes y de otras naciones. Tuve a mi servicio hombres y mujeres que cantaban para mí, y gocé de todos los placeres humanos, pues tuve muchas mujeres.

Entre los que reinaron en Jerusalén antes que yo, nunca nadie fue tan importante ni tan sabio. 10 Hice todo lo que quise, todo lo que se me ocurrió. Disfruté plenamente de todos mis trabajos, pues bien ganado me lo tenía.

11 Luego me puse a pensar en todo lo que había hecho, y en todo el trabajo que me había costado hacerlo, y me di cuenta de que nada de esto tenía sentido; todo había sido como querer atrapar el viento. ¡En esta vida nadie saca ningún provecho!

Nada nos llevamos de este mundo

12 Como yo era el nuevo rey, y no podía hacer más de lo que ya estaba hecho, me puse a pensar en lo que significa ser sabio y ser tonto. 13 Entonces me di cuenta de que ser sabio es como andar en la luz, y que ser tonto es como andar a oscuras, 14 pues el sabio sabe lo que hace, pero el tonto no sabe nada de nada.

Pero también me di cuenta de que todos tenemos un mismo final, 15 así que me puse a pensar: «¿Qué gano yo con ser tan sabio, si al fin de cuentas moriré igual que los tontos? ¡Esto no tiene ningún sentido!» 16 Como los sabios mueren igual que los tontos, y como todo se olvida con el tiempo, después nadie vuelve a acordarse ni de unos ni de otros.

17 Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!

18 También terminé por aborrecer el haber trabajado tanto en esta vida, pues el fruto de todo mi trabajo tendría que dejárselo a quien reinara después de mí, 19 sin importar que ese nuevo rey fuera sabio o tonto. ¡Realmente no tiene sentido que alguien venga y se quede con todo lo que tanto trabajo nos ha costado llegar a tener!

20 Una vez más me desanimó el haber trabajado tanto en esta vida. 21 Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestra sabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan sólo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal, y no tiene ningún sentido! 22 Después de tantos trabajos, esfuerzos y preocupaciones, ¿qué nos llevamos de este mundo? ¡Nada! 23 Nuestra vida está llena de dolor y sufrimiento; ni de noche logramos descansar. ¡Eso no tiene sentido!

24 Lo mejor que podemos hacer es comer y beber, y disfrutar de nuestro trabajo. He podido darme cuenta de que eso es un regalo de Dios, 25 pues si no fuera por él, ¿quién podría comer y estar alegre? 26 Cuando Dios quiere a alguien, le da sabiduría y conocimientos, y lo hace estar alegre; en cambio, al que desobedece lo hace trabajar y amontonar mucho dinero, para luego dárselo todo a quien él quiere. ¡Pero eso tampoco tiene sentido! ¡Es como querer atrapar el viento!