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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Isaías 14-28

Escarnio contra el rey de Babilonia

14 Ciertamente el Señor tendrá piedad de Jacob. Todavía Israel será su elegido. Y lo hará reposar en su tierra, y en torno a la familia de Jacob se reunirán los extranjeros. Habrá pueblos que tomarán a los israelitas y los devolverán a su lugar, y en la tierra del Señor les servirán como esclavos y esclavas; los israelitas dominarán a quienes antes los dominaron, y serán los amos de quienes los oprimieron.

Y cuando el Señor te haga descansar de tus trabajos y temores, y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia:

«¡Vaya fin que tuvo el tirano! ¡Vaya fin que tuvo su arrogancia! El Señor hizo pedazos el cetro de los impíos, el cetro de los grandes señores; de los que castigaban a los pueblos con furor y constantemente los herían; de los que iracundos dominaban a las naciones y las perseguían con crueldad. Toda la tierra se halla tranquila y en paz; se cantan alabanzas. ¡Hasta los cipreses se alegran de ti! Los cedros del Líbano dicen: “Desde tu caída, ya nadie viene a talarnos.” Allá en lo profundo, el sepulcro está conmocionado; ante tu llegada, ha despertado a los muertos para que salgan a recibirte; ha hecho que se levanten de sus tronos todos los príncipes de la tierra y todos los reyes de las naciones. 10 Todos ellos te aclamarán, y te dirán: “¿También tú perdiste tu poder? ¡Ya eres uno de nosotros!” 11 Tu soberbia bajó a la tumba, junto con el sonido de tus arpas; los gusanos son ahora tu cama y tu cobertor.

12 »¡Cómo caíste del cielo,(A) lucero de la mañana! ¡Cómo caíste por tierra, tú que derrotabas a las naciones! 13 Tú, que en tu corazón decías: “Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios, y allí pondré mi trono. En el monte del concilio me sentaré, en lo más remoto del norte; 14 subiré hasta las altas nubes, y seré semejante al Altísimo.” 15 Pero ¡ay!, has caído a lo más profundo del sepulcro,(B) a lo más remoto del abismo. 16 Los que te vean, se agacharán para contemplarte, y dirán: “¿No es éste el que hacía temblar la tierra y trastornaba los reinos; 17 el que hizo del mundo un desierto, el que asolaba las ciudades y jamás liberaba a sus presos?” 18 Todos los reyes de las naciones murieron con honra, y ahora yacen en su última morada; 19 pero a ti te arrojan del sepulcro como a una rama despreciable; como a la ropa de un muerto atravesado por la espada; has bajado al fondo del sepulcro como un cadáver pisoteado. 20 No serás contado entre los muertos, porque tú destruiste a tu país y mataste a tu pueblo. ¡Y jamás se recuerda a la descendencia de los malvados! 21 ¡Preparen a sus hijos para la matanza, por causa de la maldad de sus padres! No se levanten, ni tomen posesión de la tierra, ni llenen de ciudades la superficie del mundo. 22 Porque yo me levantaré contra ellos y borraré de Babilonia a los hijos y a los nietos, y su nombre y lo que de él quede.

—Palabra del Señor de los ejércitos.

23 »Yo la convertiré en terreno de erizos y en lagunas de agua, y la barreré con la escoba de la destrucción.»

—Palabra del Señor de los ejércitos.

Asiria será destruida

24 El Señor de los ejércitos hizo este juramento:

«Todo se hará tal y como lo he pensado; todo se confirmará tal y como lo he decidido. 25 Yo destruiré al asirio(C) en mi tierra; lo pisotearé en mis montes. Libraré a mi pueblo de su yugo, y le quitaré esa carga de sus hombros.»

26 Éste es el acuerdo que se ha tomado en toda la tierra, y ésta es la mano que se ha extendido sobre todas las naciones. 27 El Señor de los ejércitos lo ha decidido; ¿quién podrá impedirlo? Él ha extendido su mano; ¿quién la hará retroceder?

Profecía sobre Filistea

28 El año en que murió el rey Ajaz(D) tuvo lugar esta profecía:

29 «Filistea, no te alegres del todo(E) por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá un áspid, y de su fruto una serpiente voladora. 30 Los primogénitos de los pobres tendrán pastos para sus rebaños, y la gente pobre dormirá tranquila; pero a tu raíz la haré morir de hambre, y acabaré con lo poco que de ti quede. 31 Ustedes, puertas, ¡griten de dolor! Y tú, ciudad, ¡grita y pide ayuda! Y tú, Filistea, ¡has quedado totalmente deshecha! Del norte viene humo, y en tus asambleas no quedará uno solo. 32 ¿Y qué se dirá a los mensajeros de las naciones? Pues que el Señor puso los fundamentos de Sión, y que allí encontrarán refugio los afligidos de su pueblo.»

Profecía acerca de Moab

15 Profecía acerca de Moab.(F)

Es un hecho: durante la noche, Ar de Moab fue totalmente destruida y reducida al silencio.

Es un hecho: durante la noche, Quir de Moab fue totalmente destruida y reducida al silencio.

Moab sube a Bayit y a Dibón, lugares altos, para llorar; allí chilla de dolor por Nebo y por Medeba. Toda cabeza en ella es rapada; toda barba es rasurada. Todos andan por las calle vestidos de cilicio; en sus azoteas y en sus plazas aúllan y se deshacen en llanto.

Jesbón y Eleale gritan; su voz se oye hasta Yahás. Por eso aúllan los guerreros de Moab; por eso el alma se les estremece.

Mi corazón grita por Moab; sus fugitivos huyen hasta Soar, hasta Eglat Selisiyá. Por la cuesta de Luhit van llorando; por el camino de Joronayin lanzan gritos de dolor.

Es un hecho: las aguas de Nimrín se consumen; la hierba se seca; los retoños se marchitan; todo el verdor desaparece. Por eso llevan al torrente de los sauces las riquezas que ganaron, junto con sus reservas.

Es un hecho: el llanto rodeó los linderos de Moab; hasta Eglayin llegó su alarido, y hasta Ber Elim su clamor.

Es un hecho: las aguas de Dimón se llenarán de sangre. Pero yo traeré sobre Dimón males mayores: ¡traeré leones sobre los que se escapen de Moab y sobre los sobrevivientes de la tierra!

16 Envíen un cordero al gobernante de la tierra, desde Sela del desierto hasta el monte de la hija de Sión. En los vados de Arnón las hijas de Moab parecerán aves espantadas que huyen de su nido. Reúne al consejo y toma una decisión. Extiende tu sombra y convierte en noche el mediodía; esconde a los desterrados, no entregues a los que huyen. Permite que mis desterrados vivan en Moab; sé para ellos un refugio ante la destrucción. Porque la opresión llegará a su fin, y el que ahora ultraja desaparecerá de la tierra. El trono se afirmará en la misericordia, y sobre él reinará con la verdad, en la casa de David, el juez que busque hacer justicia y dar prioridad al derecho.

Sabemos ya que Moab es soberbia; que son muy grandes su soberbia, su arrogancia y su altivez; ¡pero sus mentiras no prevalecerán! Por eso Moab aullará; todo Moab gemirá y será en gran manera abatida por causa de las tortas de uvas pasas de Quir Jaréset.

¡Los campos de Jesbón fueron arrasados! ¡Los grandes señores de las naciones pisotearon los generosos sarmientos de las vides de Sibemá! Sus ramas se habían extendido hasta Jazer, llegaron hasta el desierto y cruzaron el mar. Por eso, junto con Jazer lloraré por la viña de Sibemá; por ustedes, Jesbón y Eleale, derramaré mis lágrimas, porque sobre sus cosechas ha caído el grito de guerra; 10 el gozo y la alegría se han ido del campo fértil; ya no cantan en las viñas, ya no hay alegría; en los lagares ya no se pisan uvas para hacer vino; soy yo quien ha acallado los gritos del lagarero. 11 Por eso mis entrañas vibran como arpa por Moab, y mi corazón por Quir Jeres. 12 De nada le valdrá a Moab presentarse en los lugares altos, ni llegar a orar en su santuario.

13 Éstas son las palabras que desde hace mucho tiempo pronunció el Señor acerca de Moab, 14 pero esto lo que el Señor ha dicho ahora:

«Dentro de tres años, ni un día más ni un día menos, será destruido Moab, con toda su gloria y su riqueza, y los que sobrevivan serán pocos, pequeños y débiles.»

Profecía acerca de Damasco

17 Profecía acerca de Damasco.(G)

Es un hecho: Damasco dejará de ser ciudad, para convertirse en un montón de ruinas. Las ciudades de Aroer han quedado abandonadas, convertidas en pastizales; allí pacen los rebaños sin que nadie los moleste. La fortaleza de Efraín llegó a su fin; Damasco ha dejado de ser reino. Lo que aún quede de Siria se convertirá en riqueza para los israelitas.

—Palabra del Señor de los ejércitos.

Juicio sobre Israel

Cuando llegue ese día, disminuirá la gloria de Jacob y se enjutará su carne. Será como cuando se siega el trigo, que con su brazo el segador recoge las espigas. Será también como cuando se recogen espigas en el valle de Refayin. Quedarán en él ripios, como cuando se sacuden los olivos, que en la punta de la rama quedan dos o tres aceitunas, y hasta cuatro o cinco en las ramas más fructíferas.

—Palabra del Señor, el Dios de Israel.

Cuando llegue ese día, el hombre mirará a su Hacedor; sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Ya no volverá la mirada a los altares de incienso que hizo con sus manos, ni a los troncos de Asera que hizo con sus dedos.

Cuando llegue ese día, sus ciudades amuralladas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, que se dejaron por causa de los israelitas. Y habrá desolación. 10 Y es que tú te olvidaste del Dios de tu salvación; no te acordaste de la roca de tu refugio. Por eso sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmientos extraños. 11 Cuando las plantes, harás que crezcan y que su simiente brote en la mañana; pero en el día de la angustia se perderá la cosecha, y el dolor será incurable.

12 ¡Ay de esa vasta muchedumbre, que brama como mar embravecido! ¡Ay de las naciones que se alborotan como aguas tempestuosas! 13 Podrán los pueblos alborotarse como aguas tempestuosas, pero Dios los reprenderá y huirán muy lejos; serán arrebatados como el polvo de los montes ante el viento, ¡como el polvo ante el torbellino! 14 Al caer la tarde, habrá desconcierto; pero antes del amanecer el enemigo dejará de existir. ¡Eso es lo que les espera a nuestros opresores! ¡Esa suerte correrán los que nos saquean!

Profecía acerca de Etiopía

18 ¡Ay del país de amenazantes alas, que está al otro lado de los ríos de Etiopía!(H) ¡País que por el mar, y en naves de junco, envía mensajeros sobre las aguas! ¡Vayan, mensajeros veloces, a esa gente de gran estatura y de brillante piel! ¡Vayan al pueblo siempre temible! ¡Vayan a esa gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por los ríos! Y ustedes todos, habitantes de la tierra, ¡fíjense bien cuando se agite la bandera en los montes! ¡presten atención cuando se toque la trompeta!

Porque así me ha dicho el Señor:

«Voy a mantenerme quieto, pero desde mi mansión estaré observando; como el sol brillante después de la lluvia, como una nube de rocío en el calor del verano.»

Pero antes de la siega, cuando caída la flor el grano esté maduro y el fruto esté en su punto, él cortará las ramas y podará las ramitas. Entonces todos serán dejados para comida de las aves silvestres y de las bestias salvajes; sobre ellos pasarán las aves el verano, e invernarán todas las bestias salvajes.

Cuando llegue el momento, ese pueblo de gran estatura y de piel brillante, ese pueblo siempre temible, fuerte y conquistador, cuya tierra es surcada por los ríos, traerá ofrenda al Señor de los ejércitos; ¡la traerá hasta el monte Sión, hasta el santuario del nombre del Señor de los ejércitos!

Profecía acerca de Egipto

19 Profecía acerca de Egipto.(I)

Es un hecho: el Señor ha montado sobre una nube ligera, y entrará en Egipto. Ante él, temblarán los ídolos de Egipto y desfallecerá el corazón de los egipcios.

«Voy a hacer que los egipcios luchen entre sí. Peleará hermano contra hermano, amigo contra amigo, ciudad contra ciudad, y reino contra reino. Voy a desbaratar sus planes. El ánimo egipcio decaerá por completo, y ellos consultarán a sus ídolos y hechiceros, a sus sabios y adivinos. Voy a poner a Egipto en manos de un amo cruel. Un rey violento los subyugará.»

—Palabra de Dios, el Señor de los ejércitos.

Desaparecerán las aguas del mar, y el río Nilo se agotará y quedará seco. Los arroyos se alejarán, y las corrientes de los fosos se quedarán vacías; la caña y el junco se infestarán de insectos; todas las praderas y los sembrados en la ribera del río se quedarán sin agua, y se perderán y dejarán de existir. Habrá luto y tristreza entre los pescadores, que echan su anzuelo en el río; perderán el ánimo los que tienden su red sobre las aguas; los que labran lino fino y los que tejen redes quedarán confundidos, 10 porque todas sus redes serán rasgadas; y se entristecerán todos los que tienen criaderos para peces.

11 ¡Qué necios son los príncipes de Soán! ¡Ya no hay sabiduría en los prudentes consejeros del faraón! ¿Cómo pueden decirle al faraón que descienden de los sabios y de los reyes antiguos? 12 Y tú, rey de Egipto, ¿dónde están tus sabios? Que te digan ahora, si acaso lo saben, qué es lo que el Señor de los ejércitos ha decidido hacer con Egipto. 13 ¡Pero los príncipes de Soán no tienen la menor idea! ¡Los príncipes de Menfis viven engañados, y los jefes de sus provincias han engañado a Egipto! 14 El Señor los aturdió al enviarles un viento vertiginoso, y ellos hicieron que Egipto fallara en todas sus empresas, y que se tambaleara como ebrio. 15 De nada le servirá a Egipto lo que haga el fuerte o el débil, el rico o el pobre.

16 Cuando llegue ese día los egipcios parecerán mujeres, porque se asombrarán y temblarán de miedo ante la mano del Señor de los ejércitos, que él levantará contra ellos. 17 La tierra de Judá será motivo de espanto para los egipcios. Todos los que la recuerden temblarán de miedo por causa de lo que el Señor de los ejércitos ha decidido hacer contra ellos.

18 Cuando llegue ese día, habrá cinco ciudades en Egipto que hablarán la lengua de Canaán y que jurarán por el Señor de los ejércitos. Una de ellas será llamada «Ciudad de Heres».

19 Cuando llegue ese día, habrá un altar al Señor en medio de Egipto, y un monumento en su honor junto a su frontera, 20 y allí en Egipto servirán de señal y testimonio al Señor, porque ellos pedirán ayuda al Señor por causa de sus opresores, y él les enviará un salvador y príncipe para que los libre. 21 Y el Señor será conocido en Egipto.

Cuando llegue ese día, los egipcios conocerán al Señor, y harán sacrificios y oblaciones en su honor, y le cumplirán sus votos. 22 Y el Señor herirá a Egipto; lo herirá, pero lo sanará; y ellos se volverán al Señor, y él será clemente con ellos y los sanará.

23 Cuando llegue ese día, habrá una calzada de Egipto a Asiria, y los asirios entrarán en Egipto, y los egipcios entrarán en Asiria; y tanto los egipcios como los asirios servirán al Señor.

24 Cuando llegue ese día, Israel será, junto con Egipto y Asiria, el tercer motivo de bendición en la tierra, 25 pues el Señor de los ejércitos los bendecirá con estas palabras: «Benditos sean Egipto, que es mi pueblo; y Asiria, que es la obra de mis manos; e Israel, que es mi heredad.»

Asiria conquistará Egipto y Etiopía

20 En el mismo año en que Sargón, rey de Asiria, envió al comandante de su ejército para que atacara a Asdod, y éste la conquistó, el Señor habló por medio de Isaías hijo de Amoz, y dijo:

«Anda, quítate el cilicio que llevas puesto, y descálzate los pies.»

Isaías así lo hizo, y anduvo desnudo y descalzo. Entonces el Señor dijo:

«Así como mi siervo Isaías anduvo desnudo y descalzo durante tres años, como señal y pronóstico contra Egipto y Etiopía, así también, para vergüenza de Egipto, el rey de Asiria llevará desnudos y descalzos, y con las nalgas descubiertas, a los cautivos y deportados de Egipto y Etiopía, lo mismo a jóvenes que a ancianos. Y se turbarán de haber puesto su esperanza en Etiopía, y de haber creído que Egipto era su gloria.»

Cuando llegue ese día, dirán los habitantes de esta costa: «¡Vaya esperanza la nuestra, de la que esperábamos ayuda para librarnos del poder del rey de Asiria! ¿Cómo podremos escapar?»

Profecía acerca del desierto junto al mar

21 Profecía acerca del desierto junto al mar:

¡Viene del desierto, de una tierra espeluznante, semejante a un torbellino del Néguev! ¡Dura visión me ha sido mostrada! ¡El traidor es traicionado, y el destructor es destruido! ¡Adelante, Elam! ¡Y tú, Media, pon sitio a la ciudad! ¡Yo acallaré todo su clamor! Por eso me doblo de dolor y me lleno de angustia, como una parturienta; me agobia lo que oigo; me espanta lo que veo. Tengo pasmado el corazón; el miedo me domina; el crepúsculo que tanto amo, ahora me llena de espanto. De pronto, mientras se ponía la mesa y se disponían a comer y beber, los príncipes se levantaron y tomaron sus escudos. Y es que el Señor me dijo:

«Anda, pon un centinela que te informe de todo lo que vea.»

Y el centinela vio hombres montados sobre asnos y sobre camellos, jinetes que venían de dos en dos. Luego miró con más atención, y gritó como un león:

«Señor, yo he estado todo el tiempo en mi puesto de observación; me he pasado las noches enteras vigilando, y he visto acercarse hombres montados, jinetes que venían de dos en dos. Y alguien grita: “¡Cayó Babilonia! ¡Cayó Babilonia!(J) ¡Todos los ídolos de sus dioses han caído por tierra!”»

10 Pueblo mío, que has sido trillado y aventado como trigo: yo te he dado a saber lo que he oído del Señor de los ejércitos, el Dios de Israel.

Profecía acerca de Duma

11 Profecía acerca de Duma.

Desde Seir oigo voces que me dicen: «Guardia, guardia: ¿cuánto falta para que termine la noche? ¿Cuándo amanecerá?» 12 Y el guardia responde: «Ya pronto amanecerá, y pronto caerá la noche. Si quieres, puedes preguntar, y también volver a preguntar.»

Profecía acerca de Arabia

13 Profecía acerca de Arabia.

Ustedes, caminantes de Dedán, pasen la noche en el bosque, en el desierto. 14 Y ustedes, habitantes de Tema, vayan al encuentro del sediento y llévenle agua; socorran con pan al que huye. 15 Porque huye de la espada desnuda, del arco tenso, del fragor de la batalla.

16 Y es que así me ha dicho el Señor:

«Dentro de un año, ni un solo día más, todo el esplendor de Cedar llegará a su fin, 17 y el número de los valientes flecheros de Cedar que sobrevivan será muy reducido.»

Así lo ha dicho el Señor, el Dios de Israel.

Profecía acerca del valle de la visión

22 Profecía acerca del valle de la visión.

¿Qué te pasa, que has subido a las azoteas con todos los tuyos? Tú, ciudad turbulenta y alegre, llena de alborotos: tus muertos no murieron a filo de espada, ni cayeron en batalla. Todos tus príncipes huyeron juntos de las flechas; todos los que estaban dentro de ti fueron atados en grupo cuando intentaban huir. Por eso pido que me dejen llorar amargamente; no traten de consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo.

Porque éste es un día de alboroto, de angustia y de confusión, de parte de Dios, el Señor de los ejércitos. En el valle de la visión se derriban muros, y se oye clamor por los montes. Elam tomó la aljaba, y carros y jinetes; Quir preparó el escudo. Tus hermosos valles se llenaron de carros, y gente de a caballo acampó a la entrada de la ciudad. Las defensas de Judá quedaron al descubierto. Ese día ustedes dirigían la mirada hacia el arsenal en la casa del bosque, y vieron multiplicarse las brechas en la ciudad de David; recogieron las aguas del estanque inferior, 10 contaron las casas de Jerusalén y las derribaron para reforzar la muralla; 11 hicieron un foso entre los dos muros para el agua del estanque viejo, pero sin la menor consideración para el que lo hizo y le dio forma.

12 Ese día Dios, el Señor de los ejércitos, los convocó al llanto y al lamento, a raparse el cabello y a vestirse de cilicio; 13 pero ustedes prefirieron gozar y divertirse, matar vacas y degollar ovejas, comer carne y beber vino. Y decían: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos.»(K)

14 Por su parte, el Señor de los ejércitos me dijo al oído: «Este pecado no les será perdonado, hasta que hayan muerto.»

Lo ha dicho Dios, el Señor de los ejércitos.

Fin de Sebna y promesa a Eliaquín

15 Así dice Dios, el Señor de los ejércitos:

«Ve a donde está ese tesorero, el mayordomo Sebna, y dile: 16 “¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que te has labrado un sepulcro en lo alto? ¿Por qué esculpes para ti una casa en la roca? 17 Mira que el Señor va a llevarte en duro cautiverio, y te cubrirá el rostro; 18 te hará rodar con fuerza, como una rueda por el llano, y así morirás. ¡En eso acabarán tus espléndidos carros, tú que eres la vergüenza de la casa de tu amo! 19 ¡Yo te arrojaré de tu puesto! ¡Yo te destituiré! 20 Y ese mismo día llamaré a mi siervo Eliaquín hijo de Hilcías, 21 y le pondré tus vestiduras; lo ceñiré con tu cinto y le entregaré tu autoridad; y él será como un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. 22 Yo le entregaré la llave de la casa de David. Lo que él abra, nadie podrá cerrarlo; lo que él cierre, nadie podrá abrirlo.(L) 23 En el lugar donde yo lo ponga quedará firme como un clavo, y será un trono honroso para la casa de su padre. 24 De él penderá toda la honra de la casa de su padre, de sus hijos y sus nietos, y de todos sus parientes menores en importancia. 25 Pero vendrá el día en que ese clavo, que estaba en lugar firme, será removido y destrozado; se vendrá abajo, y la carga que de él pendía se hará pedazos.”»

—Palabra del Señor de los ejércitos.

Profecía acerca de Tiro

23 Profecía acerca de Tiro,(M) revelada desde la tierra de Quitín.

¡Aullen ustedes, naves de Tarsis, porque Tiro ha sido destruida! ¡No ha quedado una sola casa a la que se pueda entrar! ¡Callen ustedes, mercaderes de Sidón, habitantes de la costa, que surcaban el mar para abastecerse! Sus provisiones procedían de los trigales que crecen con las muchas aguas del río Nilo, y fueron ustedes poderosos entre las naciones. ¡Avergüénzate, Sidón, porque ha hablado el poderoso mar! Y el mar ha dicho: «Nunca he estado de parto. Jamás he dado a luz. Nunca he criado hijos, ni tampoco hijas.»

Cuando llegue a Egipto esta noticia acerca de Tiro, los egipcios se retorcerán de dolor. ¡Vayan a Tarsis y aullen, habitantes de la costa! ¿Acaso no era ésta para ustedes la ciudad alegre, la ciudad antigua que plantó sus pies en lugares lejanos? ¿Quién decretó esto contra Tiro, la ciudad que repartía coronas, cuyos negociantes y mercaderes eran príncipes y nobles de la tierra? Lo decretó el Señor de los ejércitos, para abatir la soberbia de los encumbrados y humillar a los poderosos de la tierra. 10 Surca tu tierra como un río, hija de Tarsis, porque tu poder se ha terminado. 11 El Señor extendió su mano sobre el mar e hizo temblar los reinos, y ordenó que las fortalezas de Canaán fueran destruidas. 12 Y dijo: «Ciudad de Sidón, oprimida jovencita; no volverás a divertirte. Levántate y pasa a Quitín, que tampoco allí hallarás reposo. 13 ¡Mira el país de los caldeos! Ese pueblo no existía; Asiria lo fundó para los habitantes del desierto. Ellos levantaron fortalezas, y edificaron palacios, pero él lo convirtió en ruinas.»

14 ¡Aullen, naves de Tarsis, porque su fortaleza ha sido destruida! 15 Viene el día en que Tiro será olvidada durante setenta años, que es el tiempo que dura un reino. Después de esos setenta años, se le cantará a Tiro esta canción dedicada a una ramera:

16 Toma tu arpa, ramera olvidada,
y ve a rondar por la ciudad;
toca una buena melodía,
y repite la canción,
para que seas recordada.

17 Al cabo de los setenta años, el Señor visitará Tiro; y esta ciudad volverá a comerciar, y otra vez traficará con todos los reinos de la tierra. 18 Pero sus negocios y ganancias no se guardarán ni se atesorarán, sino que se consagrarán al Señor; serán para la buena alimentación y el espléndido vestuario de los que viven en el santuario del Señor.

El Señor juzgará a la tierra

24 ¡Miren, el Señor deja la tierra desnuda y vacía! ¡Trastorna su faz y esparce a sus habitantes! Lo mismo sucede entre pueblo y sacerdote, entre criado y amo, entre criada y ama, entre comprador y vendedor, entre acreedor y deudor, entre el que presta y el que pide prestado. La tierra ha quedado totalmente vacía y saqueada, porque el Señor ha emitido esta sentencia.

La tierra ha quedado destruida. Cayó enferma, y con ella también el mundo. ¡El cielo y la tierra se enfermaron! La tierra quedó contaminada por causa de sus habitantes, pues transgredieron las leyes, falsearon el derecho, y quebrantaron el pacto eterno. Por eso la maldición consume la tierra, y sus habitantes son asolados; por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra y son muy pocos los que aún quedan. El vino se ha perdido, pues la vid se marchita; ¡gimen todos los de alegre corazón! Ha cesado la alegría de los panderos y del arpa; se ha acabado el alboroto de los que se divierten. Ya no mezclan el vino con los cantos; la sidra les sabe amarga a quienes la toman. 10 Desolada y vacía está la ciudad; todas las casas se han cerrado, y no entra nadie. 11 Hay clamor en las calles porque falta el vino; se apagó el gozo, desapareció del país la alegría. 12 La ciudad ha quedado en ruinas; la puerta fue derribada. 13 En medio de la tierra y de los pueblos sucederá lo que sucede con los olivos sacudidos y con lo que queda después de la vendimia.

14 Pero habrá quienes alcen la voz y canten con gozo por la grandeza del Señor. Desde el mar darán voces:

15 «¡Glorifiquen en los valles y en las costas del mar el nombre del Señor, Dios de Israel!»

16 Desde lo último de la tierra oímos que se canta: «¡Gloria al Justo!»

Y yo digo: «¡Ay de mí! ¡Qué desdicha, qué desdicha! ¡Los traidores traicionan! ¡Y sólo saben traicionar!»

17 Contra ti, habitante del país, hay terror, foso y trampa. 18 Cuando quieras huir de la voz del terror, caerás en el foso; y cuando quieras salir del foso, caerás en la trampa. Porque se abrirán las ventanas de los cielos, y temblarán los fundamentos de la tierra. 19 Sí, la tierra será totalmente destruida, del todo desmenuzada, en gran manera sacudida. 20 Se tambaleará como un ebrio, será removida como una choza; bajo el peso de su pecado caerá, y nunca más volverá a levantarse.

21 Cuando llegue ese día, el Señor castigará en lo alto al ejército de los cielos, y en este mundo a los reyes de la tierra. 22 Y serán amontonados en una mazmorra, como se amontona a los encarcelados. En esa prisión quedarán encerrados, y después de un largo tiempo serán llamados a cuentas. 23 Cuando el Señor de los ejércitos reine en el monte Sión y en Jerusalén, y muestre su gloria ante sus ancianos, la blanca luna se pondrá roja de vergüenza, y el ardiente sol palidecerá.

Cántico de gratitud al Señor

25 Tú, Señor, eres mi Dios;
yo te exaltaré y alabaré tu nombre
porque has hecho maravillas;
tus consejos siempre han sido
verdaderos y firmes.
Redujiste a escombros la ciudad extraña;
dejaste en ruinas la ciudad fortificada,
la que era baluarte de los extraños.
¡Ya no volverá a ser ciudad,
ni nunca más será reedificada!
Por eso te honra el pueblo fuerte,
y te teme la ciudad de los violentos.
Porque eres la fortaleza del pobre,
del necesitado y del afligido;
eres nuestro refugio contra la tormenta
y nuestra sombra contra el calor
(pues como tormenta nos azota
el ímpetu de los violentos;
como el calor en lugar seco,
como el calor debajo de una nube,
es el orgullo de los extranjeros,
pero tú haces que se apaguen
los cantos de los robustos).

En este monte el Señor de los ejércitos ofrecerá un banquete a todos los pueblos. Habrá los manjares más suculentos y los vinos más refinados. En este monte rasgará el velo con que se cubren todos los pueblos, el velo que envuelve a todas las naciones. Dios el Señor destruirá a la muerte para siempre,(N) enjugará de todos los rostros toda lágrima,(O) y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. El Señor lo ha dicho.

En aquel día se dirá:

«¡Éste es nuestro Dios! ¡Éste es el Señor, a quien hemos esperado! ¡Él nos salvará! ¡Nos regocijaremos y nos alegraremos en su salvación!»

10 Ciertamente, la mano del Señor reposará en este monte. Pero Moab(P) será pisoteado en su mismo sitio, como se pisotea la paja en el muladar. 11 Allí en el muladar Moab extenderá los brazos, como los extiende el nadador para nadar; pero el Señor doblegará su soberbia y la destreza de sus manos. 12 Y abatirá la fortaleza de sus altos muros; ¡la humillará y la arrojará hasta el polvo de la tierra!

Cántico de confianza en el Señor

26 En ese día se cantará en Judá este cántico:

¡Fuerte es nuestra ciudad!
¡Por muros y antemuros Dios le puso salvación!
¡Abran las puertas, y que entren los justos,
los guardianes de la verdad!
Tú guardas en completa paz
a quien siempre piensa en ti
y pone en ti su confianza.
Confíen siempre en el Señor,
porque él es la Roca eterna.
Él hizo caer por tierra
a los que habitan en las alturas;
humilló a la ciudad exaltada,
¡la derribó hasta el polvo,
y hoy la aplastan con el pie
los afligidos y los menesterosos!

Recto es el camino del hombre justo,
y tú, que también eres recto,
le despejas el camino.
Señor, nuestra esperanza reposa
en el camino de tu justicia;
son tu nombre y tu memoria
el mayor deseo de nuestra alma.
Por las noches te desea mi alma,
y mientras haya en mí un hálito de vida,
te buscaré por la mañana
porque, cuando tú emites un juicio,
los que habitan este mundo
aprenden a hacer justicia.
10 Pero no se aprende a hacer justicia
cuando se muestra piedad al malvado.
Surge la maldad en el país de la rectitud,
y deja de verse la majestad del Señor.

11 Señor, tú has levantado la mano,
pero tus enemigos no la ven;
¡haz que la vean y que se avergüencen
los que envidian a tu pueblo!
¡haz que el fuego los consuma!(Q)

12 Tú, Señor, nos harás vivir en paz,
porque tú nos has ayudado
a realizar todas nuestras obras.
13 Dios y Señor nuestro,
otros señores han querido dominarnos,
pero nosotros sólo invocamos tu nombre.
14 Ellos están muertos; no tienen vida.
Murieron, y no volverán a vivir,
porque tú los castigaste y borraste su recuerdo;
15 pero a tu pueblo, Señor, lo aumentaste,
y te cubriste de gloria al ensanchar
todos los confines de la tierra.

16 Señor, en nuestra angustia te buscamos,
y clamamos a ti cuando nos castigaste.
17 Señor, ante ti hemos clamado con dolor,
con los gemidos de una parturienta
cuando está a punto de dar a luz.
18 Concebimos, tuvimos dolores de parto,
¡pero no dimos a luz más que viento!
No dimos a la tierra ninguna liberación,
ni le nacieron habitantes al mundo.

19 Pero tus muertos vivirán;
sus cadáveres volverán a la vida.
Los que ahora habitan en el polvo
se despertarán y cantarán de alegría,
porque tú eres como un rocío de luces,
y la tierra dará a luz a sus muertos.

20 ¡Vamos, pueblo mío, entra en tu aposento y cierra tras de ti la puerta! ¡Escóndete por un breve instante, hasta que haya pasado la indignación! 21 Porque el Señor sale ya de su santuario, para castigar a los que habitan la tierra por su maldad contra él. La tierra mostrará la sangre que ha sido derramada sobre ella, y no volverá a ocultar a los que en ella han sido asesinados.

Liberación y retorno de Israel

27 Cuando llegue ese día, el Señor castigará con su grande y poderosa espada al leviatán(R) esa serpiente escurridiza y tortuosa; ¡matará a ese dragón que está en el mar!

Cuando llegue ese día, ustedes le cantarán a la viña hermosa, a la que yo, el Señor, cuido y riego a cada momento; a la que noche y día cuido para que nadie la dañe. Ya no estoy enojado. Si me da espinos y cardos, éstos no podrán luchar contra mí, pues yo los aplastaré y los quemaré del todo. ¿Quién querrá desafiar mi fuerza? ¡Que haga la paz conmigo! ¡Sí, que haga la paz conmigo!

Viene el día en que Jacob echará raíces; Israel florecerá y echará renuevos, y todo el mundo se llenará con sus frutos. ¿Acaso Dios ha herido a Israel como hirió a quienes lo hirieron? ¿Acaso le ha hecho sufrir la misma muerte de quienes lo mataron? Dios lo castigará en sus vástagos; lo expulsará con un viento recio, como cuando sopla el viento solano. Así será perdonada la maldad de Jacob. Con esto será removido su pecado: con desmenuzar como cal todas las piedras del altar, y con no volver a levantar los símbolos de Asera ni las imágenes del sol. 10 Ciertamente la ciudad fortificada quedará en ruinas; la ciudad ahora habitada quedará abandonada y solitaria como un desierto; allí pastarán los becerros, allí se comerán todo el follaje. 11 Cuando sus ramas se queden secas, las mujeres vendrán a quebrarlas y prenderles fuego. Porque éste no es un pueblo con entendimiento. Por eso no le tendrá compasión su Hacedor; ¡no le tendrá misericordia el que lo formó!

12 Cuando llegue ese día, el Señor trillará desde el río Éufrates hasta el río Nilo, y ustedes los israelitas serán reunidos uno a uno.

13 Cuando llegue ese día, se dará un fuerte toque de trompeta, y tanto los que fueron esparcidos en Asiria como los que fueron desterrados en Egipto vendrán a Jerusalén y adorarán al Señor en el monte santo.

Condenación de Efraín

28 ¡Ay de los ebrios de Efraín y de su corona de soberbia! ¡Ay de su espléndida hermosura! Para esos aturdidos por el vino no es sino una flor caduca sobre la cumbre del fértil valle! ¡Pero miren! El Señor tiene a uno que es fuerte y poderoso como tormenta de granizo, como un torbellino trastornador, con el ímpetu de recias aguas que todo lo inundan y lo derriban por tierra. La corona de soberbia de los ebrios de Efraín será pisoteada; su espléndida hermosura, que no es sino una flor caduca sobre la cumbre del fértil valle, será como la fruta temprana, la primera del verano, que en cuanto alguien la ve, la corta y se la traga.

Cuando llegue ese día, el Señor de los ejércitos será una corona de gloria para su pueblo remanente; ¡será una diadema de hermosura! Infundirá en los jueces espíritu de justicia, y dará fuerzas a los que defienden la entrada de la ciudad.

Aunque también sacerdotes y profetas erraron al embriagarse con sidra y con vino; fallaron en la visión y tropezaron en el juicio; actuaron tontamente, aturdidos por el vino y por la sidra. Todas sus mesas quedaron llenas de vómito y de suciedad; ¡no quedó un solo lugar limpio! ¿A quién quieren enseñar? ¿A quién le imparten revelaciones? ¿Acaso a los destetados, a los que han dejado el pecho? 10 Pues salen con su ta-ta-ta, bla-bla-bla, pe-pe-pe, to-to-to. 11 ¡Le hablan a este pueblo en lengua extraña, en lengua de tartamudos!

12 Dios les había dicho: «Éste es el reposo; hagan reposar a los cansados. Éste es el descanso.»

Pero ellos no quisieron oír.(S) 13 Por eso el Señor también les dirá: ta-ta-ta, bla-bla-bla, pe-pe-pe, to-to-to, hasta que vayan y caigan de espaldas, y se rompan los huesos, y sean atrapados y llevados prisioneros.

Amonestación a Jerusalén

14 Por lo tanto, escuchen la palabra del Señor, ustedes que se burlan de este pueblo y dicen gobernarlo. 15 Ustedes dicen:

«Hemos hecho un pacto con la muerte. Tenemos un convenio con el sepulcro. Cuando venga la tormenta y nos azote, no nos afectará, porque nuestro refugio es la mentira; nos esconderemos en la falsedad.»

16 Por eso Dios el Señor dice así:

«Miren esto: yo he puesto en Sión, por fundamento, una hermosa piedra angular, probada y de cimiento firme; quien se apoye en ella, no se tambaleará.(T) 17 La justicia será mi plomada, y el derecho será mi nivel. Con granizo barreré el refugio de la mentira, y con aguas arrollaré su escondrijo. 18 Su pacto con la muerte quedará anulado, y su convenio con el sepulcro no se mantendrá; cuando llegue el golpe del turbión, pasará sobre ustedes; 19 cuando comience a pasar, los arrebatará; pues vendrá mañana tras mañana, y de día y de noche; y bastará el espanto para entender lo revelado. 20 La cama será muy corta para estirarse, y la manta demasiado estrecha para envolverse.»

21 El Señor se levantará como en el monte Perasín;(U) se enojará como en el valle de Gabaón,(V) y la obra que realizará les parecerá extraña e inaudita. 22 Así que no se burlen, para que no se aprieten más sus ataduras; porque he sabido que Dios, el Señor de los ejércitos, ha decidido traer destrucción sobre toda la tierra.

23 Presten atención, y escuchen mi voz; atiéndanme, y escuchen mis palabras. 24 ¿Acaso el que ara para sembrar se pasa todo el día abriendo surcos y rompiendo terrones? 25 Más bien, en cuanto ha igualado la superficie derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, la cebada en su lugar y la avena en el surco apropiado. 26 Y es que su Dios lo instruye y le enseña lo correcto, 27 pues al eneldo no se le pasa el trillo, ni al comino se le pasa la rueda de carreta; más bien, el eneldo se sacude con un palo, y el comino con una vara. 28 El grano sí se trilla, pero no siempre; ni tampoco se le pasa la rueda de la carreta ni se quiebra con los dientes del trillo. 29 Estos conocimientos provienen también del Señor de los ejércitos. Sus consejos son maravillosos, y grande es su sabiduría.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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