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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Jeremías 23:9-33:22

En cuanto a los profetas:

quebrantado está mi corazón dentro de mí,
tiemblan todos mis huesos(A);
estoy como un ebrio,
como un hombre a quien domina el vino,
por causa del Señor
y por causa de sus santas palabras.
10 Porque la tierra está llena de adúlteros;
porque a causa de la maldición se ha enlutado la tierra(B),
se han secado los pastos del desierto(C).
Pues es mala la carrera de ellos
y su poderío no es recto.
11 Porque tanto el profeta como el sacerdote están corrompidos(D);
aun en mi casa he hallado su maldad —declara el Señor.
12 Por tanto, su camino será para ellos como resbaladeros;
a las tinieblas(E) serán empujados y en ellas caerán(F);
porque traeré sobre ellos calamidad
el año de su castigo(G) —declara el Señor.

13 Además, entre los profetas(H) de Samaria he visto algo ofensivo:
profetizaban en nombre de Baal y extraviaban a mi pueblo(I) Israel.
14 También entre los profetas de Jerusalén he visto algo horrible(J):
cometían[a] adulterio y andaban[b] en mentiras(K);
fortalecían las manos de los malhechores,
sin convertirse ninguno de su maldad(L).
Se me han vuelto todos ellos como Sodoma,
y sus habitantes como Gomorra(M).

15 Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos acerca de los profetas:

«He aquí, les daré de comer ajenjo
y les daré de beber agua envenenada(N),
porque de los profetas de Jerusalén
ha salido la corrupción por toda la tierra».

16 Así dice el Señor de los ejércitos:

No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan(O).
Ellos os conducen hacia lo vano(P);
os cuentan[c] la visión de su propia fantasía[d](Q),
no de la boca del Señor(R).
17 Dicen de continuo a los que me desprecian(S):
«El Señor ha dicho: “Tendréis paz(T)”»;
y a todo el que anda en la terquedad de su corazón(U)
dicen: «No vendrá calamidad sobre vosotros(V)».
18 Pero ¿quién ha estado en el consejo del Señor,
y vio y oyó su palabra(W)?
¿Quién ha prestado atención a su[e] palabra y la ha escuchado(X)?
19 He aquí, la tempestad del Señor ha salido con furor,
un torbellino impetuoso
descargará sobre la cabeza de los impíos(Y).
20 No se apartará la ira del Señor
hasta que haya realizado y llevado a cabo los propósitos(Z) de su corazón(AA).
En los postreros días lo entenderéis(AB) claramente.
21 Yo no envié a esos profetas,
pero ellos corrieron;
no les hablé,
mas ellos profetizaron(AC).
22 Pero si ellos hubieran estado en mi consejo,
habrían hecho oír mis palabras(AD) a mi pueblo,
y les habrían hecho volver de su mal camino
y de la maldad de sus obras(AE).

23 ¿Soy yo un Dios de cerca —declara el Señor
y no un Dios de lejos(AF)?
24 ¿Podrá alguno esconderse en escondites
de modo que yo no lo vea(AG)? —declara el Señor.
¿No lleno yo los cielos y la tierra? —declara el Señor(AH).

25 He oído(AI) lo que dicen los profetas que profetizan mentira en mi nombre(AJ), diciendo: «¡He tenido un sueño, he tenido un sueño(AK)!». 26 ¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en los corazones de los profetas que profetizan la mentira, de los profetas que proclaman el engaño(AL) de su corazón, 27 que tratan de que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños(AM) que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron mi nombre a causa de Baal(AN)? 28 El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad(AO). ¿Qué tiene que ver la paja(AP) con el grano? —declara el Señor. 29 ¿No es mi palabra como fuego —declara el Señor(AQ)— y como martillo que despedaza(AR) la roca[f]? 30 Por tanto, he aquí, estoy contra los profetas —declara el Señor— que se roban mis palabras el uno al otro(AS). 31 He aquí, estoy contra los profetas —declara el Señor— que usan sus lenguas y dicen: «El Señor declara». 32 He aquí, estoy contra los que profetizan sueños falsos(AT) —declara el Señor— y los cuentan y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras(AU) y sus presunciones(AV), cuando yo no los envié ni les di órdenes(AW), ni son de provecho alguno para este pueblo —declara el Señor.

33 Y cuando te pregunte este pueblo, o el profeta(AX), o sacerdote, diciendo: «¿Cuál es la profecía[g] del Señor?», les dirás: «¿Cuál profecía?». El Señor declara: «Yo os abandonaré(AY)». 34 Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que diga(AZ): «Profecía del Señor», traeré castigo sobre tal hombre y sobre su casa. 35 Así diréis cada uno a su prójimo y cada uno a su hermano: «¿Qué ha respondido el Señor(BA)? ¿Qué ha hablado el Señor?». 36 Y no os acordaréis más de la profecía del Señor(BB), porque la palabra de cada uno le será por profecía, pues habéis pervertido las palabras del Dios viviente, del Señor de los ejércitos, nuestro Dios(BC). 37 Así dirás al profeta: «¿Qué te ha respondido el Señor? ¿Qué ha hablado el Señor?». 38 Pero si decís: «¡Profecía del Señor!», entonces así dice el Señor: «Por cuanto habéis dicho esta palabra: “¡Profecía del Señor!”, habiendo yo enviado a deciros: “No digáis: ‘¡Profecía del Señor!’”», 39 por tanto, he aquí, ciertamente me olvidaré de vosotros y os echaré de mi presencia, junto con la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres(BD); 40 y pondré sobre vosotros oprobio eterno y humillación eterna que nunca será olvidada(BE).

Las dos cestas de higos

24 El Señor me mostró dos[h] cestas de higos(BF) colocadas delante del templo del Señor después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, desterró a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y a los oficiales de Judá junto con los artesanos y herreros de Jerusalén, y los llevó a Babilonia(BG). Una cesta tenía higos muy buenos, como los primeros higos maduros(BH); y la otra tenía higos muy malos, que de podridos no se podían comer(BI). Entonces el Señor me dijo: ¿Qué ves, Jeremías? Y dije(BJ): Higos; los higos buenos son muy buenos, y los malos, muy malos, que de podridos no se pueden comer.

Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Como a estos higos buenos, así consideraré como buenos a los desterrados de Judá que yo he echado de este lugar a la tierra de los caldeos(BK). Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a esta tierra(BL); los edificaré y no los derribaré, los plantaré(BM) y no los arrancaré. Y les daré un corazón para que me conozcan, porque yo soy el Señor; y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios(BN), pues volverán a mí de todo corazón(BO).

»Pero como a los higos malos que de podridos no se pueden comer(BP) —así dice el Señor— de la misma manera abandonaré[i] a Sedequías(BQ), rey de Judá, a sus oficiales(BR), al remanente de Jerusalén que queda en esta tierra y a los que habitan en la tierra de Egipto(BS). Los haré motivo de espanto y de calamidad para todos los reinos de la tierra, de oprobio y refrán(BT), de burla y maldición(BU) en todos los lugares adonde los dispersaré(BV). 10 Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia hasta que sean exterminados(BW) de la tierra que les di a ellos y a sus padres».

Setenta años de cautiverio

25 Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá (este era el primer año de Nabucodonosor(BX), rey de Babilonia(BY)), la cual el profeta Jeremías habló a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo(BZ): Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá(CA), hasta hoy, en estos[j] veintitrés años ha venido a mí la palabra del Señor(CB), y os he hablado(CC) repetidas veces[k], pero no habéis escuchado(CD). Y el Señor os envió repetidas veces[l] a todos sus siervos los profetas (pero no escuchasteis ni inclinasteis vuestro oído para oír(CE)), diciendo: «Volveos ahora cada cual de vuestro camino y de la maldad de vuestras obras, y habitaréis en la tierra que el Señor os dio a vosotros y a vuestros padres(CF) para siempre(CG); no vayáis tras otros dioses para servirles y postraros ante ellos(CH), no me provoquéis a ira con la obra de vuestras manos, y no os haré ningún mal». Pero no me habéis escuchado —declara el Señor— de modo que me provocasteis a ira con la obra de vuestras manos para vuestro propio mal(CI). Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos: «Por cuanto no habéis obedecido mis palabras, he aquí, mandaré a buscar[m] a todas las familias del norte —declara el Señor(CJ)— y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo mío(CK), y los traeré contra esta tierra, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de alrededor; los destruiré por completo[n] y los haré objeto de horror, de burla y de eterna desolación(CL). 10 Y haré cesar[o] de ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el sonido de las piedras de molino(CM) y la luz de la lámpara(CN). 11 Toda esta tierra será desolación(CO) y horror, y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años(CP).

12 »Después que[p] se hayan cumplido los setenta años(CQ), castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su iniquidad(CR) —declara el Señor— y a la tierra de los caldeos(CS) la haré una desolación eterna. 13 Y traeré sobre esa tierra todas las palabras que he hablado contra ella, todo lo que está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones(CT). 14 (Pues también a ellos los harán esclavos muchas naciones y[q] grandes reyes(CU), y les pagaré conforme a sus hechos y conforme a la obra de sus manos(CV))».

La ira de Dios contra las naciones

15 Porque así me ha dicho el Señor, Dios de Israel: Toma de mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío(CW). 16 Y beberán y se tambalearán y enloquecerán a causa de la espada que enviaré entre ellas(CX). 17 Entonces tomé la copa de la mano del Señor, e hice beber de ella a todas las naciones a las cuales me envió el Señor(CY): 18 a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para ponerlos por desolación(CZ), horror, burla y maldición, como hasta hoy; 19 a Faraón, rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo(DA); 20 a todos los extranjeros[r], a todos los reyes(DB) de la tierra de Uz(DC), a todos los reyes de la tierra de los filisteos (es decir, Ascalón, Gaza(DD), Ecrón y al remanente de Asdod(DE)); 21 a Edom(DF), a Moab(DG) y a los hijos de Amón(DH); 22 a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón(DI) y a los reyes de las costas que están más allá(DJ) del mar; 23 a Dedán, a Tema(DK), a Buz(DL) y a todos los que se rapan las sienes(DM); 24 a todos los reyes de Arabia(DN) y a todos los reyes de los extranjeros[s](DO) que habitan en el desierto; 25 a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam(DP) y a todos los reyes de Media(DQ); 26 a todos los reyes del norte(DR), los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra(DS). El rey de Sesac[t] beberá después de ellos.

27 Y les dirás: «Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Bebed, embriagaos, vomitad, caed y no os levantéis a causa de la espada que yo enviaré entre vosotros(DT)”». 28 Y sucederá que si rehúsan(DU) tomar la copa de tu mano para beber, les dirás: «Así dice el Señor de los ejércitos: “Ciertamente vais a beber(DV). 29 Porque he aquí que comienzo a causar mal en esta ciudad(DW) que se llama por mi nombre, ¿y quedaréis vosotros sin castigo alguno? No quedaréis sin castigo, porque llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra(DX)” —declara el Señor de los ejércitos(DY)».

30 Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras, y les dirás:

«El Señor rugirá desde lo alto,
y dará su voz desde su santa morada;
rugirá(DZ) fuertemente contra su rebaño[u].
Dará gritos como los que pisan las uvas
contra todos los habitantes de la tierra(EA).
31 Ha llegado el estruendo hasta el fin de la tierra,
porque el Señor tiene un pleito contra las naciones(EB);
entra en juicio contra toda carne(EC);
a los impíos, los entrega a la espada» —declara el Señor.

32 Así dice el Señor de los ejércitos:
He aquí, el mal va
de nación en nación(ED),
y una gran tempestad(EE) se levanta
de los confines de la tierra.

33 Y los muertos por el Señor en aquel día estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro[v](EF). No los llorarán, ni los recogerán, ni los sepultarán; serán como estiércol sobre la faz de la tierra(EG).

34 Gemid, pastores, y clamad;
revolcaos en ceniza(EH), mayorales del rebaño;
porque se han cumplido los días de vuestra matanza(EI) y de vuestra dispersión,
y caeréis como vaso precioso.
35 No habrá huida para los pastores,
ni escape(EJ) para los mayorales del rebaño.
36 Se oye el sonido del clamor de los pastores,
y el gemido de los mayorales del rebaño,
porque el Señor está destruyendo sus pastos,
37 y son silenciados los rebaños[w] apacibles(EK)
a causa de la ardiente ira del Señor(EL).
38 Ha dejado como león su guarida,
porque su tierra se ha convertido en horror(EM)
por el furor de la espada opresora[x],
y a causa de su ardiente ira.

Plan para matar a Jeremías

26 Al comienzo del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá(EN), vino esta palabra del Señor, diciendo: Así dice el Señor: «Ponte en el atrio de la casa del Señor, y habla a todas las ciudades de Judá(EO) que vienen a adorar en la casa del Señor(EP) todas las palabras que te he mandado decirles(EQ). No omitas ni una palabra(ER). Tal vez escuchen y cada uno se vuelva de su mal camino, y yo me arrepienta del mal que pienso hacerles a causa de la maldad de sus obras(ES)». Les dirás: «Así dice el Señor: “Si no me escucháis(ET), para andar en mi ley que he puesto delante de vosotros(EU), escuchando las palabras de mis siervos los profetas que os he enviado repetidas veces[y], pero no los habéis escuchado(EV), entonces pondré esta casa como Silo(EW), y esta ciudad la pondré por maldición para todas las naciones de la tierra(EX)”».

Y los sacerdotes, los profetas(EY) y todo el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras en la casa del Señor. Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que el Señor le había mandado que hablara a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes, los profetas(EZ) y todo el pueblo, diciendo: De cierto, morirás. ¿Por qué has profetizado en nombre del Señor, diciendo: «Esta casa será como Silo y esta ciudad quedará desolada sin habitante alguno(FA)»? Y todo el pueblo se congregó(FB) contra Jeremías en la casa del Señor.

10 Y cuando los jefes de Judá oyeron estas cosas(FC), subieron de la casa del rey a la casa del Señor, y se sentaron a la entrada de la puerta Nueva de la casa del Señor(FD). 11 Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre(FE)!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos(FF). 12 Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, diciendo: El Señor me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad(FG) todas las palabras que habéis oído. 13 Ahora bien, enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz del Señor vuestro Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra vosotros(FH). 14 En cuanto a mí, he aquí estoy en vuestras manos(FI); haced de mí como mejor y más recto sea a vuestros ojos. 15 Pero sabed bien que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros y sobre esta ciudad y sobre sus habitantes(FJ); porque en verdad el Señor me ha enviado a vosotros para hablar en vuestros oídos todas estas palabras.

16 Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y a los profetas: Que no haya sentencia de muerte para este hombre(FK), porque en nombre del Señor nuestro Dios nos ha hablado. 17 Y se levantaron(FL) algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, diciendo: 18 Miqueas de Moréset[z] profetizó en días de Ezequías, rey de Judá(FM), y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: «Así ha dicho el Señor de los ejércitos:

“Sión será arada como un campo,
Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas,
y el monte del santuario[aa] será como los lugares altos de un bosque[ab](FN)”».

19 ¿Acaso le dieron muerte Ezequías(FO), rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió él al Señor y suplicó el favor del Señor, y el Señor se arrepintió del mal que había pronunciado contra ellos(FP)? Nosotros, pues, estamos cometiendo un gran mal contra nosotros mismos(FQ).

20 Y hubo también un hombre que profetizó en el nombre del Señor, Urías, hijo de Semaías de Quiriat-jearim(FR), el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra palabras semejantes a todas las de Jeremías. 21 Cuando el rey Joacim y todos sus valientes y todos los jefes oyeron sus palabras, el rey procuró matarlo(FS); pero Urías se enteró, tuvo miedo, huyó(FT) y se fue a Egipto. 22 Entonces el rey Joacim envió hombres a Egipto: a Elnatán, hijo de Acbor, y a otros hombres con él, a Egipto(FU). 23 Y trajeron a Urías de Egipto y lo llevaron al rey Joacim, quien lo mató a espada(FV) y echó su cadáver a la fosa común[ac].

24 Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán, estaba con Jeremías(FW), de manera que no fue entregado en manos del pueblo para que le dieran muerte(FX).

Orden de someterse a Nabucodonosor

27 Al principio del reinado de Sedequías[ad](FY), hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de parte del Señor a Jeremías, diciendo: Así me ha dicho el Señor: Hazte coyundas y yugos y póntelos al cuello(FZ), y envía palabra[ae] al rey de Edom, al rey de Moab, al rey de los hijos de Amón, al rey de Tiro y al rey de Sidón(GA) por medio[af] de los mensajeros que vienen a Jerusalén a ver a Sedequías, rey de Judá. Y ordénales que digan a sus señores: «Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, así diréis a vuestros señores: “Yo hice la tierra, los hombres y los animales que están sobre la faz de la tierra(GB) con mi gran poder y con mi brazo extendido(GC), y la doy a quien me place[ag](GD). Y ahora yo he puesto todas estas tierras en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia(GE), siervo mío(GF), y también las bestias del campo le he dado para que le sirvan(GG). Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo(GH), y al hijo de su hijo, hasta que llegue también la hora a su propia tierra(GI); entonces muchas naciones y grandes reyes lo harán su siervo[ah](GJ). Y sucederá que la nación o el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cerviz bajo el yugo del rey de Babilonia(GK), con espada, con hambre y con pestilencia(GL) a esa nación castigaré” —declara el Señor— “hasta que yo la[ai] haya destruido por su mano. Vosotros, pues, no escuchéis a vuestros profetas, a vuestros adivinos, a vuestros soñadores[aj], a vuestros agoreros ni a vuestros hechiceros(GM) que os hablan, diciendo: ‘No serviréis al rey de Babilonia’. 10 Porque ellos os profetizan mentira(GN), para alejaros de vuestra tierra, y para que yo os expulse y perezcáis(GO). 11 Pero la nación que ponga su cerviz bajo el yugo del rey de Babilonia y le sirva(GP), la dejaré en su tierra” —declara el Señor— “y la cultivará y habitará en ella(GQ)”».

12 Y a Sedequías, rey de Judá, hablé palabras como estas[ak], diciendo: Poned vuestra cerviz bajo el yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y viviréis(GR). 13 ¿Por qué habéis de morir, tú y tu pueblo, por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como ha hablado el Señor de la nación que no sirva al rey de Babilonia(GS)? 14 No escuchéis, pues, las palabras de los profetas que os hablan, diciendo: «No serviréis al rey de Babilonia», porque os profetizan mentira(GT). 15 Yo no los he enviado —declara el Señor— y ellos profetizan mentira en mi nombre(GU), para que yo os expulse y perezcáis(GV) vosotros y los profetas que os profetizan(GW).

16 Y hablé a los sacerdotes y a todo este pueblo, diciendo: Así dice el Señor: No escuchéis las palabras de vuestros profetas que os profetizan, diciendo: «He aquí, los utensilios de la casa del Señor serán devueltos en breve de Babilonia(GX)», porque ellos os profetizan mentira(GY). 17 No los escuchéis; servid al rey de Babilonia y viviréis. ¿Por qué ha de convertirse en ruinas esta ciudad(GZ)? 18 Mas si ellos son profetas, y si la palabra del Señor está con ellos, que supliquen ahora al Señor(HA) de los ejércitos para que los utensilios que quedan en la casa del Señor, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no sean llevados a Babilonia. 19 Porque así dice el Señor de los ejércitos acerca de las columnas, del mar, de las basas(HB) y de los demás utensilios que quedan en esta ciudad, 20 los cuales no tomó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando llevó al destierro a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, de Jerusalén a Babilonia con todos los nobles de Judá y de Jerusalén(HC). 21 Sí, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de los utensilios que quedan en la casa del Señor, en la casa del rey de Judá y en Jerusalén: 22 «A Babilonia serán llevados, y allí quedarán(HD) hasta el día en que yo los visite(HE)» —declara el Señor—. «Entonces los traeré[al] y los restituiré a este lugar(HF)».

Falsa profecía de Hananías

28 Y sucedió que el mismo año, al principio del reinado de Sedequías, rey de Judá(HG), en el año cuarto, en el mes quinto, el profeta Hananías(HH), hijo de Azur, que era de Gabaón(HI), me habló en la casa del Señor en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «He quebrado el yugo del rey de Babilonia(HJ). Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa del Señor, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, tomó de este lugar y llevó a Babilonia(HK). Y a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá(HL), y a todos los desterrados(HM) de Judá que fueron a Babilonia, yo los haré volver a este lugar(HN)» —declara el Señor— «porque romperé el yugo del rey de Babilonia(HO)».

El profeta Jeremías respondió al profeta Hananías en presencia de los sacerdotes y en presencia de todo el pueblo(HP) que estaba de pie en la casa del Señor; y el profeta Jeremías dijo: Amén, así lo haga el Señor(HQ). Confirme[am] el Señor tus palabras, que has profetizado para que sean devueltos los utensilios de la casa del Señor y vuelvan todos los desterrados de Babilonia a este lugar. Pero oye ahora esta palabra(HR) que voy a hablar a tus oídos y a oídos de todo el pueblo: Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti desde la antigüedad, profetizaron guerra, calamidad y pestilencia contra muchas tierras(HS) y contra grandes reinos. Si un profeta[an] profetiza paz, cuando la palabra del profeta se cumpla, entonces ese profeta será conocido como el que el Señor en verdad ha enviado(HT). 10 Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías(HU) y lo rompió. 11 Y Hananías habló en presencia de todo el pueblo, diciendo: Así dice el Señor(HV): «De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, dentro de dos años, del cuello de todas las naciones». Y el profeta Jeremías se fue por su camino.

12 Entonces vino a Jeremías la palabra del Señor(HW), después que Hananías había roto el yugo del cuello del profeta Jeremías, diciendo: 13 Ve y habla a Hananías, diciendo: «Así dice el Señor: “Has roto yugos de madera, pero en su lugar harás yugos de hierro(HX)”. 14 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Yugo de hierro he puesto sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia(HY), y le servirán(HZ). Y le he dado también las bestias del campo(IA)”». 15 Y el profeta Jeremías dijo al profeta Hananías: Escucha ahora, Hananías, el Señor no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira(IB). 16 Por tanto, así dice el Señor: «He aquí, te voy a quitar[ao] de sobre la faz de la tierra(IC). Este año morirás, porque has aconsejado[ap](ID) la rebelión contra el Señor(IE)». 17 Y murió el profeta Hananías aquel mismo año, en el mes séptimo.

Carta a los desterrados

29 Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén(IF) al resto de los ancianos del destierro, a los sacerdotes, a los profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor había llevado al destierro de Jerusalén a Babilonia. (Esto sucedió después de salir de Jerusalén el rey Jeconías y la reina madre, los oficiales de la corte, los príncipes de Judá y de Jerusalén(IG), los artífices y los herreros.) La carta fue enviada por mano de Elasa, hijo de Safán, y de Gemarías, hijo de Hilcías(IH), a quienes Sedequías, rey de Judá, envió a Babilonia, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, diciendo: Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, a todos los desterrados que envié al destierro(II) de Jerusalén a Babilonia: «Edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed su fruto(IJ). Tomad mujeres y engendrad hijos e hijas, tomad mujeres para vuestros hijos y dad vuestras hijas a maridos para que den a luz hijos e hijas(IK), y multiplicaos allí y no disminuyáis. Y buscad el bienestar[aq](IL) de la ciudad adonde os he desterrado, y rogad al Señor por ella(IM); porque en su bienestar[ar] tendréis bienestar[as]». Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «No os engañen vuestros profetas(IN) que están en medio de vosotros, ni vuestros adivinos(IO), ni escuchéis los[at] sueños que sueñan[au](IP). Porque os profetizan falsamente en mi nombre; no los he enviado» —declara el Señor(IQ). 10 Pues así dice el Señor: «Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar(IR). 11 Porque yo sé los planes que tengo[av] para vosotros(IS)» —declara el Señor(IT)— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza(IU). 12 Me invocaréis(IV), y vendréis a rogarme, y yo os escucharé(IW). 13 Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón(IX). 14 Me dejaré hallar de vosotros» —declara el Señor— «y restauraré vuestro bienestar[aw] y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé(IY)» —declara el Señor— «y os traeré de nuevo al lugar de donde os envié al destierro(IZ)».

15 Por cuanto habéis dicho: «El Señor nos ha levantado profetas en Babilonia(JA)» 16 (pues así dice el Señor(JB) acerca del rey que se sienta sobre el trono de David, y acerca de todo el pueblo que habita en esta ciudad, vuestros hermanos que no fueron con vosotros al destierro), 17 así dice el Señor de los ejércitos: «He aquí, yo envío contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia(JC), y los pondré como higos reventados que de podridos no se pueden comer(JD). 18 Los perseguiré con la espada, con el hambre y con la pestilencia, y los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra(JE), para que sean maldición, horror(JF), burla(JG) y oprobio entre todas las naciones adonde los he arrojado, 19 porque no han escuchado mis palabras(JH)» —declara el Señor— «que les envié repetidas veces[ax] por medio de mis siervos los profetas; pero no escuchasteis(JI)» —declara el Señor. 20 Oíd, pues, la palabra del Señor, vosotros todos los desterrados, a quienes he enviado de Jerusalén a Babilonia(JJ).

21 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de Acab, hijo de Colaías, y acerca de Sedequías, hijo de Maasías, que os profetizan mentira en mi nombre(JK): «He aquí, los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará delante de vuestros ojos. 22 Y de ellos será tomada esta maldición(JL) por todos los desterrados de Judá que están en Babilonia, diciendo: “Que el Señor te haga como a Sedequías y como a Acab, a quienes el rey de Babilonia asó al fuego(JM)”. 23 Porque obraron neciamente en Israel(JN), cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos(JO) y hablaron en mi nombre palabras falsas que no les mandé(JP). Yo soy el que sabe y soy testigo —declara el Señor(JQ)».

24 Y a Semaías el nehelamita hablarás, diciendo(JR): 25 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «Por cuanto has enviado cartas en tu nombre a todo el pueblo que está en Jerusalén, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, y a todos los sacerdotes(JS), diciendo a Sofonías(JT): 26 “El Señor te ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para estar encargado[ay](JU) en la casa del Señor(JV) de todo demente que profetice(JW), a fin de que lo pongas en el cepo y la argolla(JX). 27 Pues entonces ¿por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot(JY) que os profetiza? 28 Porque él nos ha enviado un mensaje a Babilonia(JZ), diciendo(KA): ‘El destierro será largo; edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed su fruto(KB)’”».

29 Y el sacerdote Sofonías(KC) leyó esta carta a oídos del profeta Jeremías. 30 Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías, diciendo: 31 Envía un mensaje a todos los desterrados(KD), diciendo: «Así dice el Señor acerca de Semaías el nehelamita(KE): “Por cuanto Semaías os ha profetizado(KF) sin que yo lo haya enviado, y os ha hecho confiar en una mentira(KG)”, 32 por tanto, así dice el Señor: “He aquí, voy a castigar a Semaías el nehelamita y a su descendencia[az](KH); no tendrá a nadie que habite en medio de este pueblo, ni verá el bien que voy a hacer a mi pueblo(KI)” —declara el Señor— “porque ha predicado[ba] rebelión contra el Señor(KJ)”».

Promesa de liberación

30 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor, diciendo: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Escribe en un libro todas las palabras que te he hablado(KK). Porque, he aquí, vienen días», —declara el Señor— «cuando restauraré el bienestar[bb] de mi pueblo, Israel y Judá». El Señor dice: «También los haré volver(KL) a la tierra(KM) que di a sus padres(KN), y la poseerán(KO)».

Estas son las palabras que el Señor habló acerca de Israel y de Judá: Porque así dice el Señor:

«He oído voces[bc] de terror,
de pánico, y no de paz(KP).
Preguntad ahora, y ved
si da a luz el varón.
¿Por qué veo a todos los hombres
con las manos sobre sus lomos, como mujer de parto(KQ)
y se han puesto pálidos todos los rostros?
¡Ay! porque grande es aquel día(KR),
no hay otro semejante a él;
es tiempo de angustia(KS) para Jacob,
mas de ella será librado(KT).

Y acontecerá en aquel día» —declara el Señor de los ejércitos— «que quebraré el yugo de su[bd] cerviz y romperé sus[be] coyundas(KU), y extraños no lo esclavizarán más(KV), sino que servirán al Señor su Dios, y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos(KW).

10 (KX)Así que tú no temas, siervo mío Jacob» —declara el Señor
«ni te atemorices, Israel;
porque he aquí, te salvaré de lugar remoto,
y a tu descendencia[bf] de la tierra de su cautiverio(KY).
Y volverá Jacob, y estará tranquilo(KZ)
y seguro, y nadie lo atemorizará(LA).
11 Porque yo estoy contigo» —declara el Señor— «para salvarte(LB);
pues acabaré con todas las naciones entre las que te he esparcido,
pero no acabaré contigo(LC),
sino que te castigaré con justicia(LD);
de ninguna manera te dejaré sin castigo(LE)».

12 Porque así dice el Señor:

«Incurable es tu quebranto,
y grave tu herida(LF).
13 No hay quien defienda tu causa;
para una llaga hay cura,
pero no hay mejoría para ti(LG).
14 Todos tus amantes te han olvidado(LH),
ya no te buscan;
porque con herida de enemigo te han herido(LI),
con castigo de hombre cruel(LJ),
por lo grande de tu iniquidad(LK)
y lo numeroso de tus pecados(LL).
15 ¿Por qué gritas a causa de tu quebranto?
Tu dolor es incurable.
Por lo grande de tu iniquidad
y lo numeroso de tus pecados,
te he hecho esto.
16 Por tanto, todos los que te devoran serán devorados(LM),
y todos tus adversarios, todos ellos, irán al cautiverio(LN);
todos los que te saquean serán saqueados,
y a todos los que te despojan los daré al despojo.
17 Porque yo te devolveré la salud[bg],
y te sanaré de tus heridas(LO)» —declara el Señor
«porque te han llamado desechada(LP), diciendo:
“Esta es Sión, nadie se preocupa por ella[bh]”».

18 Así dice el Señor:

«He aquí, restauraré el bienestar[bi] de las tiendas de Jacob,
y tendré misericordia(LQ) de sus moradas(LR);
será reedificada la ciudad(LS) sobre sus ruinas,
y el palacio(LT) se asentará como estaba.
19 Saldrá de ellos canto de acción de gracias
y voz de los que se divierten(LU);
los multiplicaré(LV) y no disminuirán,
los honraré(LW) y no serán menospreciados.
20 Y serán sus hijos como antes,
su congregación delante de mí será confirmada,
y castigaré a todos sus opresores(LX).
21 Será su guía uno de ellos,
su gobernante(LY) de en medio de ellos[bj] saldrá,
y lo haré acercarse y él se llegará a mí(LZ);
porque ¿quién se atrevería a arriesgar su vida[bk] para llegarse a mí(MA)?» —declara el Señor.
22 «Y vosotros seréis mi pueblo,
y yo seré vuestro Dios(MB)».

23 He aquí, la tempestad del Señor
con furor ha salido;
una tempestad devastadora[bl]
descargará sobre la cabeza de los malvados(MC).
24 La ardiente ira del Señor(MD) no se aplacará
hasta que haya hecho y cumplido
los propósitos de su corazón;
en los postreros días entenderéis esto(ME).

Gozo en lugar de duelo

31 En aquel tiempo —declara el Señor— yo seré el Dios de todas las familias de Israel(MF), y ellos serán mi pueblo(MG). Así dice el Señor(MH):

Ha hallado gracia en el desierto
el pueblo que escapó[bm] de la espada,
Israel, cuando iba en busca de su reposo(MI).
Desde lejos el Señor se le[bn] apareció, diciendo:
Con amor eterno te he amado(MJ),
por eso te he atraído con misericordia(MK).
De nuevo te edificaré, y serás reedificada,
virgen de Israel(ML);
de nuevo tomarás[bo] tus panderos(MM),
y saldrás a las danzas con[bp] los que se divierten(MN).
De nuevo plantarás viñas
en los montes de Samaria;
los plantadores las plantarán
y las disfrutarán[bq](MO).
Porque habrá un día en que clamarán los guardas
en la región montañosa de Efraín:
«Levantaos y subamos a Sión,
al Señor nuestro Dios(MP)».

Porque así dice el Señor:

Gritad con alegría por Jacob(MQ),
y dad voces por la primera de las naciones(MR);
proclamad, dad alabanza, y decid:
«Oh Señor, salva a tu pueblo(MS),
al remanente de Israel(MT)».
He aquí, yo los traigo del país del norte(MU),
y los reuniré de los confines de la tierra(MV),
entre ellos los ciegos(MW) y los cojos,
la mujer encinta y también la que está dando a luz;
una gran compañía[br] volverá acá(MX).
Con llanto vendrán(MY),
y entre súplicas los guiaré;
los haré andar junto a arroyos de aguas(MZ),
por camino derecho en el cual no tropezarán(NA);
porque soy un padre(NB) para Israel,
y Efraín es mi primogénito(NC).

10 Oíd, naciones, la palabra del Señor,
anunciad en las costas lejanas(ND),
y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá(NE),
y lo guardará como un pastor a su rebaño(NF).
11 Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
y lo ha redimido de manos más fuertes(NG) que él(NH).
12 Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sión(NI),
y radiarán de gozo por la bondad(NJ) del Señor(NK):
por el grano, por el vino y por el aceite(NL),
y por las crías de las ovejas y de las vacas(NM).
Su alma será como huerto regado(NN),
y nunca más languidecerán(NO).
13 Entonces la virgen se alegrará en la danza,
y los jóvenes y los ancianos(NP) a una;
cambiaré su duelo en gozo(NQ),
los consolaré y los alegraré de su tristeza(NR).
14 Y llenaré[bs] con abundancia[bt] el alma(NS) de los sacerdotes,
y mi pueblo se saciará de mi bondad —declara el Señor.

15 Así dice el Señor:

Se oye una voz en Ramá(NT),
lamento y llanto amargo(NU).
Raquel llora por sus hijos;
rehúsa ser consolada, por sus hijos(NV)
que ya no existen(NW).

16 Así dice el Señor:

Reprime tu voz del llanto,
y tus ojos de las lágrimas(NX);
hay pago para tu trabajo(NY) —declara el Señor—,
pues volverán de la tierra(NZ) del enemigo.
17 Y hay esperanza para tu porvenir —declara el Señor(OA)—,
los hijos volverán a su territorio.
18 Ciertamente he oído a Efraín lamentarse(OB):
«Me has castigado(OC), y castigado fui
como becerro indómito(OD).
Hazme volver para que sea restaurado(OE),
pues tú, Señor, eres mi Dios.
19 Porque después que me aparté[bu], me arrepentí(OF),
y después que comprendí, me di golpes en el muslo(OG);
me avergoncé y también me humillé,
porque llevaba el oprobio de mi juventud(OH)».
20 ¿No es Efraín mi hijo amado?
¿No es un niño encantador?
Pues siempre que hablo contra él,
lo recuerdo aún más;
por eso mis entrañas se conmueven por él(OI),
ciertamente tendré de él misericordia(OJ) —declara el Señor.

21 Levanta para ti señales(OK),
coloca para ti majanos(OL);
presta atención[bv] a la calzada,
al camino que anduviste.
Vuelve, virgen de Israel,
vuelve a estas tus ciudades.
22 ¿Hasta cuándo andarás errante,
hija infiel(OM)?
Porque el Señor ha creado algo nuevo en la tierra:
la mujer rodeará al hombre.

23 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Otra vez hablarán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo restaure su bienestar[bw](ON):

«El Señor te bendiga, morada de justicia(OO),
monte santo(OP)».

24 Y morarán juntamente en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que van con los rebaños(OQ). 25 Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar[bx] a toda alma atribulada(OR). 26 En esto me desperté(OS) y miré, y mi sueño me resultó agradable(OT).

El nuevo pacto

27 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal(OU). 28 Y[by] como velé sobre ellos para arrancar y para derribar, para derrocar, para destruir y para traer calamidad(OV), así velaré sobre ellos para edificar y para plantar(OW) —declara el Señor. 29 En aquellos días no dirán más:

«Los padres comieron uvas agrias,
y los dientes de los hijos tienen dentera[bz](OX)»,

30 sino que cada cual por su propia iniquidad(OY) morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera[ca]. 31 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto(OZ), 32 no como el pacto(PA) que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra(PB) de Egipto, mi pacto que ellos rompieron(PC), aunque fui un esposo para ellos —declara el Señor; 33 porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —declara el Señor—. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré(PD); y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo(PE). 34 Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo(PF) y cada cual a su hermano, diciendo: «Conoce al Señor», porque todos me conocerán(PG), desde el más pequeño de ellos hasta el más grande —declara el Señor— pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado(PH).

35 Así dice el Señor,

el que da el sol para luz del día,
y las leyes[cb] de la luna y de las estrellas para luz de la noche(PI),
el que agita el mar para que bramen sus olas;
el Señor de los ejércitos es su nombre(PJ):
36 Si se apartan estas leyes[cc](PK)
de mi presencia —declara el Señor
también la descendencia de Israel dejará
de ser nación en mi presencia para siempre[cd](PL).

37 Así dice el Señor:

Si los cielos arriba pueden medirse,
y explorarse abajo los cimientos de la tierra(PM),
también yo desecharé toda la descendencia de Israel
por todo lo que hicieron —declara el Señor(PN).

38 He aquí, vienen días —declara el Señor— en que la ciudad será reedificada(PO) para el Señor, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo(PP). 39 Y el cordel de medir(PQ) saldrá más allá, directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa. 40 Y todo el valle de los cadáveres(PR) y de las cenizas, y todos los campos hasta el arroyo Cedrón(PS), hasta la esquina de la puerta de los Caballos(PT) hacia el oriente, serán santos al Señor(PU). La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.

Jeremías compra un campo en Anatot

32 Palabra que vino a Jeremías de parte del Señor en el año décimo de Sedequías, rey de Judá, que fue el año dieciocho de Nabucodonosor(PV). En aquel tiempo el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba encerrado en el patio de la guardia(PW), que estaba en la casa del rey de Judá, porque Sedequías, rey de Judá, lo había encerrado(PX), diciendo: ¿Por qué profetizas, diciendo: «Así dice el Señor(PY): “He aquí, voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia(PZ), y él la tomará(QA); y Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los caldeos, sino que ciertamente será entregado en manos del rey de Babilonia(QB) que hablará con él cara a cara[ce], y sus ojos verán sus ojos; y él llevará a Sedequías a Babilonia, y allí estará hasta que yo lo visite” —declara el Señor— “si peleáis contra los caldeos(QC), no tendréis éxito(QD)”»?

Y Jeremías dijo: Vino a mí la palabra del Señor, diciendo: «He aquí, Hanameel, hijo de tu tío Salum, viene a ti, diciendo: “Cómprate el campo que tengo en Anatot(QE), porque tú tienes el derecho de rescate para comprarlo(QF)”». Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, al patio de la guardia conforme a la palabra del Señor, y me dijo(QG): «Te ruego que compres el campo que tengo en Anatot, que está en la tierra de Benjamín, porque tú tienes el derecho de posesión(QH) y el rescate es tuyo; cómpralo para ti». Entonces supe que esta era la palabra del Señor(QI). Y compré a Hanameel, hijo de mi tío, el campo que estaba en Anatot, y le pesé la plata, diecisiete siclos[cf] de plata(QJ). 10 Firmé la escritura(QK) y la[cg] sellé(QL), llamé testigos(QM) y pesé la plata en la balanza. 11 Luego tomé la escritura(QN) de compra, la copia sellada con los términos y condiciones, y también la copia abierta; 12 y di la escritura de compra a Baruc, hijo de Nerías(QO), hijo de Maasías(QP), en presencia de Hanameel, hijo de mi tío, en presencia de los testigos que firmaron la escritura de compra y en presencia de todos los judíos que se encontraban en el patio de la guardia. 13 Y di orden a Baruc en presencia de ellos, diciendo: 14 «Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Toma estas escrituras, esta escritura de compra sellada y esta escritura abierta, y ponlas en una vasija de barro para que duren mucho tiempo[ch]”. 15 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “De nuevo se comprarán casas, campos y viñas en esta tierra(QQ)”».

16 Entonces oré al Señor, después de haber dado la escritura de compra a Baruc, hijo de Nerías, diciendo(QR): 17 «¡Ah, Señor Dios[ci]! He aquí(QS), tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido(QT); nada es imposible para ti(QU), 18 que muestras misericordia a millares, pero que castigas la iniquidad de los padres en[cj] sus hijos después de ellos(QV), oh grande(QW) y poderoso Dios(QX), el Señor de los ejércitos es su nombre(QY); 19 grande en consejo y poderoso en obras(QZ), cuyos ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres(RA), para dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus obras(RB). 20 Tú realizaste[ck] señales y portentos en la tierra de Egipto(RC) hasta este día, y en Israel y entre los hombres, y te has hecho un nombre, como se ve hoy(RD). 21 Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y con brazo extendido y con gran terror(RE), 22 y les diste esta tierra, que habías jurado dar a sus padres, tierra que mana leche y miel(RF). 23 Y ellos entraron y tomaron posesión de ella(RG), pero no obedecieron tu voz ni anduvieron en tu ley(RH); no hicieron nada de todo lo que les mandaste hacer(RI); por tanto tú has hecho venir sobre ellos toda esta calamidad(RJ). 24 He aquí, los terraplenes de asalto han llegado a la ciudad para tomarla(RK), y la ciudad va a ser entregada en manos de los caldeos que pelean contra ella, por causa de la espada, el hambre y la pestilencia(RL); lo que habías hablado ha venido a ser(RM), y he aquí, tú lo estás viendo. 25 Y tú me has dicho, oh Señor Dios[cl]: “Cómprate el campo con dinero, y llama testigos”; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos».

26 Entonces vino palabra del Señor a Jeremías, diciendo: 27 He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne(RN), ¿habrá algo imposible para mí(RO)? 28 Por tanto, así dice el Señor: He aquí, entregaré esta ciudad en mano de los caldeos y en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él la tomará(RP). 29 Y entrarán los caldeos que atacan esta ciudad, prenderán fuego a la[cm] ciudad y la quemarán(RQ), junto con las casas en las que han ofrecido incienso a Baal sobre sus terrazas y han derramado libaciones a otros dioses(RR) para provocarme a ira. 30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá solo han hecho lo malo ante mis ojos desde su juventud; ciertamente los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos(RS) —declara el Señor(RT). 31 Porque motivo de mi ira y de mi furor ha sido esta ciudad para mí, desde el día en que la edificaron(RU) hasta hoy, de modo que será quitada de mi presencia(RV) 32 por todo el mal que los hijos de Israel y los hijos de Judá hicieron para provocarme a ira, ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén(RW). 33 Ellos me dieron la espalda, y no el rostro; aunque les enseñaba, enseñándoles una y otra vez[cn], no escucharon ni aceptaron[co] corrección(RX), 34 sino que pusieron sus abominaciones en la casa que es llamada por mi nombre, profanándola(RY). 35 Y edificaron los lugares altos de Baal que están en el valle de Ben-hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas en honor de Moloc(RZ), lo cual no les había mandado, ni me pasó por la mente[cp] que ellos cometieran esta abominación(SA), para hacer que Judá pecara.

36 Ahora pues, así dice el Señor, Dios de Israel, en cuanto a esta ciudad de la cual vosotros decís: «Va a ser entregada en mano del rey de Babilonia por la espada, por el hambre y por la pestilencia(SB)». 37 He aquí, los reuniré de todas las tierras a las cuales los he echado en mi ira, en mi furor y con gran enojo, y los haré volver a este lugar y los haré morar seguros(SC). 38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios(SD); 39 y les daré un solo corazón(SE) y un solo camino, para que me teman siempre, para bien de ellos y de sus hijos después de ellos(SF). 40 Haré con ellos un pacto eterno(SG), por el que no me apartaré de ellos(SH), para hacerles bien, e infundiré mi temor en sus corazones para que no se aparten de mí(SI). 41 Me regocijaré en ellos haciéndoles bien(SJ), y ciertamente los plantaré en esta tierra(SK), con todo mi corazón y con toda mi alma(SL). 42 Porque así dice el Señor: «Como he traído a este pueblo toda esta gran calamidad así he de traer sobre ellos todo el bien(SM) que les prometo(SN). 43 Y se comprarán campos en esta tierra de la cual decís vosotros: “Es una desolación, sin hombres ni animales(SO); entregada está en mano de los caldeos(SP)”. 44 La gente comprará campos por dinero, firmarán y sellarán escrituras[cq] y llamarán a testigos(SQ), en la tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, en las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la llanura y en las ciudades del Neguev[cr](SR), porque restauraré su bienestar[cs]» —declara el Señor(SS).

Promesas de restauración

33 Vino la palabra del Señor a Jeremías por segunda vez, mientras él estaba aún detenido[ct] en el patio de la guardia, diciendo(ST): Así dice el Señor que hizo la tierra[cu], el Señor que la formó para establecerla; el Señor es su nombre(SU): «Clama a mí, y yo te responderé(SV) y te revelaré cosas grandes e inaccesibles(SW), que tú no conoces(SX)». Porque así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes(SY) de Judá que han sido derribadas para hacer defensas contra los terraplenes de asalto y contra la espada(SZ): «Mientras ellos vienen a pelear contra los caldeos(TA) y a llenarlas con los cadáveres de los hombres que herí en mi ira y en mi furor, pues yo había escondido mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad(TB), he aquí, yo le traeré salud y sanidad; los sanaré(TC) y les revelaré abundancia de paz(TD) y de verdad. Restauraré el bienestar[cv] de Judá y el bienestar[cw] de Israel(TE) y los reedificaré como eran al principio(TF). Los limpiaré de toda la maldad que cometieron contra mí, y perdonaré todas las iniquidades con que pecaron contra mí y con las que se rebelaron contra mí(TG). Y la ciudad(TH) será para mí un nombre de gozo, de alabanza y de gloria ante todas las naciones de la tierra(TI), que oirán de todo el bien que yo le hago(TJ), y temerán y temblarán a causa de todo el bien y de toda la paz que yo le doy[cx](TK)».

10 Así dice el Señor: «En este lugar, del cual decís vosotros: “Es una desolación, sin hombres y sin animales”, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén que están desoladas, sin hombres, sin habitantes(TL) y sin animales(TM), se oirá de nuevo 11 voz de gozo y voz de alegría(TN), la voz del novio y la voz de la novia, la voz de los que dicen:

“Dad gracias al Señor de los ejércitos,
porque el Señor es bueno,
porque para siempre es su misericordia(TO)”;

y de los que traen ofrenda de acción de gracias(TP) a la casa del Señor. Porque restauraré el bienestar[cy] de esta[cz] tierra como fueron al principio» —dice el Señor.

12 Así dice el Señor de los ejércitos: «En este lugar desolado, sin hombres y sin animales(TQ), y en todas sus ciudades, habrá de nuevo morada[da] de pastores que hagan descansar sus rebaños(TR). 13 En las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la llanura, en las ciudades del Neguev[db], en la tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá(TS), volverán a pasar las ovejas bajo las manos del que las cuenta(TT)» —declara el Señor.

14 «He aquí, vienen días» —declara el Señor(TU)— «en que cumpliré la buena palabra que he hablado(TV) a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar de David un Renuevo justo, y Él hará juicio y justicia(TW) en la tierra(TX). 16 En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén morará segura, y este es el nombre con el cual será llamada: el Señor, justicia nuestra(TY)». 17 Porque así dice el Señor: «Nunca le faltará a David[dc] quien se siente sobre el trono de la casa de Israel(TZ); 18 y a los sacerdotes levitas(UA) nunca les faltará[dd] quien en presencia mía ofrezca holocausto, queme ofrendas de cereal y prepare sacrificios todos los días(UB)».

19 Y vino palabra del Señor a Jeremías, diciendo: 20 Así dice el Señor: «Si pudierais romper mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de modo que el día y la noche(UC) no vinieran a su tiempo, 21 entonces también se podría romper mi pacto con mi siervo David(UD), y él no tendría hijo para reinar sobre su trono con los sacerdotes levitas, mis ministros. 22 Como no se puede contar el ejército del cielo, ni se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia[de](UE) de mi siervo David(UF) y de los levitas(UG) que me sirven».

La Biblia de las Américas (LBLA)

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