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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Daniel 9:1 - Oseas 13:6

Oración de Daniel por su pueblo

En el año primero de Darío, hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos,

en el año primero de su reinado, yo, Daniel, miré atentamente en los libros sagrados el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: setenta años.

Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

Y oré a Jehová, mi Dios, y le hice esta confesión: ¡Ah, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos!

Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos obrado perversamente, hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.

No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

A ti, Señor, la justicia, y a nosotros la vergüenza en el rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de las rebeliones con que se rebelaron contra ti.

Oh Jehová, a nosotros, la vergüenza en el rostro, a nuestros reyes, a nuestros príncipes y a nuestros padres; porque contra ti pecamos.

Al Señor, nuestro Dios, el tener compasión y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado,

10 y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.

11 Todo Israel traspasó tu ley, apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.

12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén.

13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y prestar atención a tu verdad.

14 Por tanto, Jehová veló sobre este mal y lo ha hecho venir sobre nosotros; porque es justo Jehová nuestro Dios en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos hecho caso de su voz.

15 Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y con ello te granjeaste un renombre que perdura hasta hoy; hemos pecado, hemos obrado impíamente.

16 Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.

17 Ahora pues, Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor de ti mismo, oh Señor.

18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y escucha; abre tus ojos, y mira nuestras ruinas, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus grandes misericordias.

19 ¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, presta atención, y actúa! ¡No tardes más, por amor de ti mismo, Dios mío! Porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.

Profecía de las setenta semanas

20 Aún estaba yo hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios, por el monte santo de mi Dios;

21 aún estaba hablando en oración, cuando Gabriel, el varón a quien había visto en la visión al principio, vino a mí volando con presteza, como a la hora del sacrificio de la tarde.

22 Y hablando conmigo, me hizo comprender, diciendo: Daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligencia.

23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para revelártela, porque tú eres muy amado. Comprende, pues, la orden, y entiende la visión.

24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar con las prevaricaciones y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro, pero esto en tiempos angustiosos.

26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por él mismo; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será en una inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

27 Y hará que se concierte un pacto con muchos por una semana; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda; y en el ala del templo estará la abominación horrible, hasta que la ruina decretada se derrame sobre el desolador.

Visión de Daniel junto al río

10 En el año tercero de Ciro, rey de Persia, fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; él prestó atención a la palabra, y tuvo inteligencia en la visión.

En aquellos días yo, Daniel, estuve en duelo por espacio de tres semanas.

No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.

Y el día veinticuatro del primer mes estaba yo a la orilla del gran río Jidekel.

Y alcé mis ojos y miré, y vi un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.

Su cuerpo era como de crisólito, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.

Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran terror, y huyeron a esconderse.

Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí; se demudó el color de mi rostro hasta quedar desfigurado, y perdí todo mi vigor.

Aparición del ángel

Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí desvanecido, con mi rostro en tierra.

10 Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.

11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque he sido enviado ahora a ti. Al hablarme así, me puse en pie temblando.

12 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día en que aplicaste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.

13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.

14 He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.

15 Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido.

16 Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí la boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido angustias, y no me queda fuerza.

17 ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.

18 Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,

19 y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; ten valor y ánimo. Y en cuanto él me habló, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.

20 Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.

21 Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel, vuestro príncipe.

11 Y yo mismo, en el año primero de Darío, el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo.

Los reyes del norte y del sur

Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará con grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia.

Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará cuanto quiera.

Pero cuando se haya engrandecido, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será dividido y pasará a otros distintos de ellos.

Y se hará fuerte el rey del sur, mas uno de sus príncipes será más fuerte que él, y se hará poderoso; su dominio será grande.

Al cabo de algunos años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo.

Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su trono, y vendrá con ejército y entrará en las plazas fuertes del rey del norte, y dispondrá de ellas a su arbitrio, y predominará.

Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, los arrebatará y se los llevará a Egipto; y por algunos años se mantendrá él lejos del rey del norte.

Y éste entrará en el reino del rey del sur, y después se volverá a su tierra.

10 Mas sus hijos se prepararán para la guerra, y reunirán multitud de grandes ejércitos; y uno de ellos vendrá apresuradamente como una inundación, y pasará adelante; luego volverá y llevará la guerra hasta las fortalezas.

11 Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte; éste pondrá en campaña multitud grande, pero toda aquella multitud será entregada en sus manos.

12 Y al aniquilar él la multitud, se exaltará su corazón, y abatirá a muchos millares; mas no prevalecerá.

13 Y el rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá apresuradamente con un gran ejército y con muchas riquezas.

14 En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán para cumplir la visión, pero sucumbirán.

15 Vendrá, pues, el rey del norte, y levantará baluartes, y tomará una ciudad fortificada; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no tendrán fuerzas para resistir.

16 Y el que vendrá contra él le tratará a su arbitrio, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y se establecerá en la tierra gloriosa, y la destrucción estará en su mano.

17 Concebirá luego el proyecto de poner bajo su dominación todo su reino y hacer con aquél convenios, y le dará una hija suya por mujer para destruirle; pero esto no sucederá, ni tendrá éxito.

18 Volverá después su rostro a las islas, y tomará muchas; mas un príncipe hará cesar la afrenta que quiso echar sobre ellas, y aun hará volver sobre él su oprobio.

19 Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra; mas tropezará y caerá, y no será hallado ya más.

20 Y se levantará en su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por lo mejor del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla.

21 Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán el honor de la realeza; pero vendrá de improviso y tomará el reino con intrigas.

22 Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con un príncipe del pacto.

23 Después de concertarse con él, obrará con engaño, se pondrá en marcha y saldrá vencedor con poca gente.

24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; repartirá a sus soldados botín, despojos y riquezas, y formará sus designios contra las plazas fuertes; y todo esto por cierto tiempo.

25 Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ejército; y el rey del sur se empeñará en la guerra con un ejército grande y muy fuerte; mas no prevalecerá, porque le harán traición.

26 Aun los que coman de sus manjares le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos.

27 Estos dos reyes meditarán en su corazón para hacerse mal y, sentados a una misma mesa, se dirán mentiras; mas no servirá de nada, porque el plazo aún no habrá llegado.

28 Y él volverá a su tierra con gran riqueza, y su corazón estará contra el pacto santo; hará su voluntad contra el pacto y luego se volverá a su tierra.

29 Al tiempo señalado volverá de nuevo al sur; mas no será la postrera venida como la primera.

30 Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se desanimará; se volverá atrás, y se enojará contra el pacto santo; no se quedará inactivo, pues volverá a concertarse con los que abandonen el santo pacto.

31 Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, harán cesar el continuo sacrificio y pondrán la abominación espantosa.

32 Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se mantendrá firme y actuará en consecuencia.

33 Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; mas por algunos días sucumbirán a espada y a fuego, al destierro y al despojo.

34 Y en su caída recibirán poca ayuda; y muchos se juntarán a ellos traidoramente.

35 También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo final, porque el plazo fijado está aún por venir.

36 Y el rey hará lo que quiera, y se ensoberbecerá, y se engreirá por encima de todos los dioses; y proferirá cosas inauditas contra el Dios de los dioses, y prosperará, hasta que sea colmada la ira; porque lo determinado se cumplirá.

37 No respetará ni aun al Dios de sus padres, ni al deseo de las mujeres; no respetará a dios alguno, porque sobre todos se exaltará a sí mismo.

38 Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio.

39 Con ese dios extraño combatirá las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y les repartirá la tierra como recompensa.

40 Pero al tiempo del fin, el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, las invadirá como un torrente y las pasará.

41 Entrará en la tierra gloriosa, y muchos caerán; mas estas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón.

42 Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto.

43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán.

44 Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos.

45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude.

El tiempo del fin

12 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca lo hubo hasta entonces, desde que existen las naciones; pero en aquel tiempo serán salvados todos los que de tu pueblo se hallen escritos en el libro.

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas a perpetua eternidad.

Y tú, Daniel, guarda en secreto las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.

Y yo, Daniel, miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado.

Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el cumplimiento de estas maravillas?

Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?

Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.

10 Muchos serán lavados, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.

11 Y desde el tiempo en que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.

12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

13 Y tú caminarás hacia tu fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.

La esposa infiel de Oseas, y sus hijos

Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beerí, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.

Comienzo de lo que habló Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria y engendra hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová.

Fue, pues, y tomó a Gómer, hija de Dibláyim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.

Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jizreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jizreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.

Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jizreel.

Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios a Oseas: Ponle por nombre Lo-ruhamá, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.

Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.

Después de haber destetado a Lo-ruhamá, concibió y dio a luz un hijo.

Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.

10 Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.

11 Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jizreel será grande.

El amor de Jehová hacia su pueblo infiel

Decid a vuestros hermanos: Ammí, y a vuestras hermanas: Ruhamá.

Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos;

no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed.

Y no tendré compasión de sus hijos, porque son hijos de prostitución.

Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.

Por tanto, he aquí que yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con un muro, y no hallará sus sendas.

Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora.

Pues ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ellos usaban para Baal.

Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez.

10 Y ahora descubriré yo su vergüenza delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.

11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus lunas nuevas, sus sábados y todas sus solemnidades.

12 Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y se las comerán las bestias del campo.

13 Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba con sus pendientes y sus joyas, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová.

14 Por eso, he aquí que yo la voy a seducir y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí responderé como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.

16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishí, y nunca más me llamarás Baalí.

17 Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.

18 En aquel tiempo haré en favor de ellos un pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; y quebraré arco y espada y guerra fuera de la tierra, y haré que reposen seguros.

19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en rectitud, justicia, amabilidad y compasión.

20 Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.

21 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra.

22 Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jizreel.

23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhamá; y diré a Lo-ammí: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

Oseas y la adúltera

Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, y, con todo, adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, mientras ellos se vuelven a dioses ajenos, y se deleitan en tortas de pasas.

La compré entonces para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada.

Y le dije: Tú me permanecerás aquí durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo.

Porque durante muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estela, sin efod y sin terafines.

Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y acudirán con temor a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

Controversia de Jehová con Israel

Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová tiene pleito con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

Perjuran, mienten, matan, hurtan, adulteran y oprimen, y se suceden homicidios tras homicidios.

Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán.

Que nadie entre en pleito ni reprenda a nadie, porque tu pueblo es como los que ponen pleito al sacerdote.

Tropezarás en pleno día, y tropezará también contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré.

Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Conforme a su multitud, pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta.

Del pecado de mi pueblo comen, y hacia su maldad dirigen su avidez.

Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.

10 Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque se obstinaron en alejarse de Jehová.

11 Fornicación, vino y mosto quitan el juicio.

12 Mi pueblo pregunta a su ídolo de madera, y el leño le responde; porque un espíritu de fornicaciones lo ha descarriado, y dejaron a su Dios para fornicar.

13 Sobre las cimas de los montes sacrificaron, e incensaron sobre los collados, debajo de las encinas, álamos y terebintos que tienen grata sombra; por eso, vuestras hijas fornicarán, y adulterarán vuestras nueras.

14 No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras, y sacrifican con malas mujeres; y el pueblo, por no entender, perecerá.

15 Si fornicas tú, Israel, que al menos no peque Judá; y no entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-aven, ni juréis: Vive Jehová.

16 Porque se ha encabritado Israel como novilla indómita, ¿los apacentará ahora Jehová como a corderos en lugar espacioso?

17 Efraín está ligado a los ídolos; déjalo.

18 Cuando se les pasa la embriaguez, se dan a la fornicación; cambian la gloria por la ignominia.

19 El viento los envolverá en sus alas, y serán avergonzados de sus sacrificios.

Castigo de la apostasía de Israel

Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque contra vosotros es el juicio, pues habéis sido un lazo en Mizpá, y una red tendida sobre el Tabor.

Los apóstatas se han hundido hasta lo profundo en la matanza; pero yo soy un correctivo para todos ellos.

Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.

No les permiten sus obras convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación hay dentro de ellos, y no conocen a Jehová.

La soberbia de Israel testifica contra él; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos.

Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos.

Han traicionado a Jehová, porque han engendrado hijos bastardos; ahora la luna nueva los consumirá a ellos y sus heredades.

Tocad el cuerno en Guibeá, la trompeta en Ramá; sonad alarma en Bet-aven; alerta, oh Benjamín.

Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hago saber cosa segura.

10 Los príncipes de Judá fueron como los que desplazan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.

11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque se complace en seguir su propia norma.

12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá.

13 Efraín ve su enfermedad, y Judá su llaga; acude entonces Efraín a Asiria, y envía mensaje a un rey vengador; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.

14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo mismo haré presa, y me iré; arrebataré, y no habrá quien liberte.

Insinceridad del arrepentimiento de Israel

15 Voy a volverme de ellos a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Venid y volvamos a Jehová; porque él ha desgarrado, y él nos curará; él hirió, y él nos vendará.

Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos levantará, y viviremos delante de él.

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está fijada su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.

¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece.

Por esta causa los he tajado por medio de los profetas, y los maté con las palabras de mi boca; y mi juicio saldrá como la luz.

Porque quiero misericordia, y no sacrificios; y conocimiento de Dios más que holocaustos.

Mas ellos, como hombres, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.

Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada de sangre.

Y como bandidos al acecho es la pandilla de sacerdotes que mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación.

10 En la casa de Israel he visto cosas espantosas; allí fornicó Efraín, y se contaminó Israel.

11 Para ti también, oh Judá, está preparada una cosecha, cuando yo haga volver a los cautivos de mi pueblo.

Iniquidad y rebelión de Israel

Mientras quería curar yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín, y las maldades de Samaria; porque practican mentira; y entra el ladrón mientras afuera saquean los bandidos.

Y no consideran en su corazón que tengo en memoria toda su maldad; ahora les rodean sus obras; delante de mí están.

Con su maldad recrean al rey, y a los príncipes con sus mentiras.

Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido por el hornero, que cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, y espera a que fermente.

En el día de nuestro rey los príncipes se hicieron enfermar con el ardor del vino; y él tendió su mano a los escarnecedores.

Aplicaron su corazón, semejante a un horno, a sus intrigas; toda la noche duerme su hornero; a la mañana está encendido como llama de fuego.

Todos ellos arden como un horno, y devoran a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien clame a mí.

Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín es como una torta a la que no se le ha dado vuelta.

Los extranjeros devoran su vigor sin que él se dé cuenta; se ha llenado de canas, y aún no se ha enterado.

10 Y la soberbia de Israel testifica contra él en su cara; y aun así no se volvieron a Jehová su Dios, ni lo buscan con todo eso.

11 Efraín es como una paloma incauta, sin entendimiento; llaman a Egipto, acuden a Asiria.

12 Mientras vayan, tenderé sobre ellos mi red; les haré caer como aves del cielo; les castigaré conforme a lo decretado contra sus maldades.

13 ¡Ay de ellos!, porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque se rebelaron contra mí; yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí.

14 Y no claman a mí con su corazón cuando aúllan sobre sus almohadillas; sino que se congregan para el trigo y el mosto, y se rebelan contra mí.

15 Y aunque yo los adiestré y fortalecí sus brazos, maquinaron el mal contra mí.

16 Se vuelven, pero no hacia lo alto; son como arco engañoso; caerán sus príncipes a espada por la insolencia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto.

Reprensión de la idolatría de Israel

Pon trompeta a tu boca. Como un águila vigila sobre la casa de Jehová, porque quebrantaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley.

Me gritan: Dios mío, los de Israel te hemos conocido.

Pero Israel desechó el bien; el enemigo lo perseguirá.

Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos.

Yo rechazo tu becerro, oh Samaria; se encendió mi enojo contra ellos; ¿hasta cuándo estarán sin purificarse?

Porque de Israel es también éste, y un artífice lo hizo; no es Dios; por lo que será deshecho en pedazos el becerro de Samaria.

Porque sembraron viento, y segarán torbellino; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la llega a hacer, se la comerán extranjeros.

Devorado será Israel; pronto será entre las naciones como vasija de desecho.

Porque ellos acudieron a Asiria; el asno montés prefiere estar solo; pero Efraín alquiló amantes por salario.

10 Aunque los alquilen entre las naciones, ahora los juntaré, y serán afligidos un poco de tiempo bajo el peso del rey de los príncipes.

11 Porque Efraín multiplicó altares para pecar, altares que sólo le han servido para pecar.

12 Aunque yo haya escrito para él mis leyes a millares, se las tiene como cosa de un extraño.

13 Les gustan los sacrificios, ¡que los ofrezcan!; sacrifican carne, ¡que la coman!; no los acepta Jehová; ahora se acordará de su iniquidad, y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.

14 Pues Israel olvidó a su Hacedor, y edificó templos; y Judá multiplicó ciudades fortificadas; mas yo prenderé fuego a sus ciudades, el cual consumirá sus palacios.

Castigo de la infidelidad de Israel

No te alegres, oh Israel, no te regocijes como los demás pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo.

La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el mosto.

No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá Efraín a Egipto y a Asiria, donde comerán viandas inmundas.

No harán libaciones a Jehová, ni le presentarán sus sacrificios; como pan de enlutados será su alimento; todos los que coman de él serán inmundos; pues su pan será sólo para ellos; ese pan no entrará en la casa de Jehová.

¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta de Jehová?

Porque he aquí que se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga heredará sus tesoros de plata, y en sus moradas crecerán los espinos.

Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución; Israel sabe que es necio el profeta, e insensato el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y de la grandeza de tu hostilidad.

El centinela de Efraín con su Dios, el profeta, halla en todos sus caminos el lazo del cazador; hostilidad en la casa de su Dios.

Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días de Guibeá; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal-peor, se dieron a la infamia, y se hicieron abominables como aquello que amaron.

11 La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones.

12 Y si llegan a hacerse grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!

13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza.

14 Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos.

15 Toda la maldad de ellos apareció en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales.

16 Efraín fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré el fruto deseado de su vientre.

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le escucharon; y andarán errantes entre las naciones.

10 Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto, multiplicó también los altares; conforme a la bondad de su tierra, más hermosas hacía las estelas.

Su corazón está dividido; mas ahora lo van a pagar; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.

Seguramente dirán ahora: No tenemos rey porque no temimos a Jehová; ¿y qué podría hacer ahora el rey por nosotros?

Han hablado meras palabras, jurando en vano al hacer pacto; por tanto, el castigo florecerá como ajenjo en los surcos del campo.

Por las becerras de Bet-aven serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo hará duelo por el becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, porque ha desaparecido.

También él será llevado a Asiria como presente al rey vengador; Efraín será avergonzado, e Israel se cubrirá de confusión a causa de su designio.

Fue cortada Samaria; su rey es como espuma sobre la superficie de las aguas.

Y serán destruidos los lugares altos de Aven, el pecado de Israel; espinos y cardos crecerán sobre sus altares. Entonces dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros.

Desde los días de Guibeá has pecado, oh Israel; allí tomaron posiciones; ¿no los alcanzará la batalla en Guibeá a estos hijos de iniquidad?

10 Yo voy a castigarlos, y los pueblos se reunirán contra ellos cuando yo los ate por su doble crimen.

11 Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz; unciré al carro a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob.

12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; roturad el barbecho, porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.

13 Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad y habéis comido fruto de mentira. Porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes;

14 por eso, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando la madre fue aplastada con los hijos.

15 Así haré a vosotros, casa de Dios, por causa de vuestra gran maldad; al rayar el alba, será del todo cortado el rey de Israel.

Dios se compadece de su pueblo obstinado

11 Cuando Israel era un niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.

Cuanto más los llamaba yo, tanto más se alejaban de mí; sacrificaban a los baales, y a los ídolos ofrecían sahumerios.

Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole en brazos; y no conoció que yo le cuidaba.

Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que quitan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.

No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.

Caerá la espada sobre sus ciudades, y consumirá las barras de sus puertas; y ellos comerán del fruto de sus propios designios.

Entretanto, mi pueblo está obstinado en apartarse de mí, y aunque les exhortan a subir, nadie quiere levantarse.

¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Cómo podré entregarte, oh Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Admá, o ponerte como a Zeboím? Mi corazón se revuelve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.

No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no vendré con ira.

10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá como un león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente.

11 Como un pájaro acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como una paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová.

12 Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de engaño. Judá aún es inconstante con su Dios, y con el Santo, que es fiel.

Efraín, reprendido por su falsedad y opresión

12 Efraín se apacienta de viento, y sigue al solano; todo el día multiplica mentiras y destrucción; porque hacen un pacto con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto.

También tiene Jehová pleito con Judá, y castigará a Jacob conforme a sus caminos; le pagará conforme a sus obras.

En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su fuerza luchó con un ser divino.

Luchó con el ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Betel le halló, y allí habló con nosotros.

Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su nombre.

Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y espera siempre en tu Dios.

En cuanto al mercader, tiene en su mano una balanza falsa; le gusta oprimir.

Efraín dijo: Ciertamente me he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará en mí iniquidad que sea pecado, en todos mis trabajos.

Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.

10 Y he hablado a los profetas, y multipliqué las visiones, y por medio de los profetas usé parábolas.

11 En Galaad todo es iniquidad y mentira; en Gilgal sacrifican a toros, y sus altares serán como montones en los surcos del campo.

12 Y Jacob huyó a tierra de Aram; Israel sirvió para adquirir mujer, y por adquirir mujer fue pastor.

13 Y por medio de un profeta, Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por medio de un profeta fue guardado.

14 Efraín ha provocado muy amargamente; por tanto, hará recaer sobre él su sangre, y su Señor le devolverá su ultraje.

Destrucción total de Efraín predicha

13 Cuando Efraín hablaba, cundía el terror; se encumbró en Israel; mas cuando se hizo culpable por Baal, murió.

Y ahora añadieron más pecados, y de su plata se han hecho según su entendimiento imágenes de fundición, ídolos, todo ello obra de artífices, de los cuales dicen: Los que sacrifican hombres, besan a los becerros.

Por tanto, serán como la niebla de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa; como el tamo que el viento se lleva de la era, y como el humo que sale por la ventana.

Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; y no conoces otro dios fuera de mí, y fuera de mí no hay salvador.

Yo te conocí en el desierto, en tierra de gran sequedad.

Cuando eran apacentados se saciaron; se saciaron y se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.