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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Habacuc 1 - Zacarías 10

Habacuc se queja de injusticia

Oráculo que tuvo en visión el profeta Habacuc.

¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?

¿Por qué me haces ver iniquidad, y toleras la vista de la aflicción? Destrucción y violencia hay delante de mí, y se levantan pleitos y contiendas.

Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.

Los caldeos castigarán a Judá

Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os cuente, no la creeréis.

Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación feroz y fogosa, que camina por la anchura de la tierra para apoderarse de las moradas ajenas.

Formidable es y terrible; de ella misma procede su derecho y su exaltación.

Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se desplegarán rápidamente; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se apresuran a devorar.

Todos ellos vendrán para arrojarse a la presa; el terror va delante de ellos, y recogerán cautivos como arena.

10 Escarnecen a los reyes, y de los príncipes hacen burla; se ríen de toda fortaleza, pues levantan terraplenes y la toman.

11 Luego pasan barriéndolo todo como el huracán, y se cargan de culpa, haciendo de su fuerza su dios.

Protesta de Habacuc

12 ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, mi Dios, mi Santo? No moriremos. Oh Jehová, lo pusiste para ejecutar tus juicios; y tú, oh Roca, lo estableciste para castigar.

13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, y no puedes contemplar inactivo el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,

14 y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?

15 Sacará a todos con anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se alegrará y se regocijará.

16 Por esto hará sacrificios a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas acrecienta su porción, y hace suculenta su comida.

17 ¿Continuará, por tanto, vaciando su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?

Jehová responde a Habacuc

Estaré en mi puesto de guardia, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que me dirá, y qué responderá tocante a mi queja.

Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y grábala bien clara en tablas, para que el que pase corriendo, pueda leerla.

Aunque la visión está aún por cumplirse a su tiempo, se apresura hacia el fin y no defraudará; aunque tarde, espéralo, porque, sin duda, vendrá y no se retrasará.

He ahí al orgulloso: su alma no es recta en él, mas el justo por su fe vivirá.

Y también el vino es traicionero, el hombre soberbio no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se sacia; antes reunió para sí todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos.

Ayes contra los injustos

¿No han de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: ¡Ay del que acaparó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda tras prenda?

¿No se levantarán de repente tus deudores, y se despertarán los que te harán temblar, y serás despojo para ellos?

Por cuanto tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de la sangre de los hombres, y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que habitan en ellas.

¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder de la adversidad!

10 Has decretado la vergüenza para tu casa, pues asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu propia alma.

11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.

12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!

13 ¿No es esto de Jehová de los ejércitos: Que los pueblos trabajen para el fuego, y las naciones se fatiguen para la vanidad?

14 Pero la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.

15 ¡Ay del que hace beber a su prójimo, y le añade del cáliz de tu furor hasta embriagar para mirar su desnudez!

16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y muestra tu prepucio; el cáliz de la mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta caerá sobre tu gloria.

17 Porque la violencia hecha en el Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las bestias te quebrantará, a causa de la sangre de los hombres, y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que en ellas habitaban.

18 ¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo?; ¿la estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?

19 ¡Ay del que dice al leño: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí que está cubierto de oro y plata, pero no hay aliento vital dentro de él.

20 Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.

Oración de Habacuc

Oración del profeta Habacuc, en tonos diversos.

Oh Jehová, he oído lo que se dice de ti, y temí.
Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos,
En medio de los tiempos hazla conocer;
En la ira acuérdate de la compasión.
Dios viene de Temán,
Y el Santo desde el monte de Parán.
Selah
Su gloria cubre los cielos.
Y la tierra está llena de su alabanza.
Y el resplandor es como la luz del sol;
Rayos brillantes salen de su mano.
Y allí está escondido su poder.
Delante de su rostro va la pestilencia,
Y adondequiera que va, salen carbones encendidos.
Se levantó, y sacudió la tierra;
Miró, e hizo temblar las gentes;
Los montes antiguos fueron desmenuzados,
Los collados antiguos se humillaron.
Son sus caminos de siempre.
He visto las tiendas de Cusán en aflicción;
Las tiendas de la tierra de Madián temblaron.
¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos?
¿Contra los ríos se encendió tu furia?
¿Fue tu ira contra el mar
Cuando montaste en tus caballos,
Y en tus carros de victoria?
Se descubrió enteramente tu arco;
Los juramentos a las tribus fueron palabra segura.
Selah
Hendiste la tierra con ríos.
10 Te vieron y tuvieron temor los montes;
Se desbordó la inundación de las aguas;
El abismo dio su voz,
A lo alto alzó sus manos.
11 El sol y la luna se pararon en su lugar,
A la luz de tus saetas que volaban,
Y al resplandor de tu fulgente lanza.
12 Con ira hollaste la tierra,
Con furor trillaste las naciones.
13 Saliste para socorrer a tu pueblo,
Para socorrer a tu ungido.
Heriste la cabeza de la casa del impío,
Descubriendo los fundamentos hasta el cuello.
Selah
14 Traspasaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros,
Que como tempestad acometieron para dispersarme,
Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.
15 Caminaste en el mar con tus caballos,
Sobre la mole de las grandes aguas.
16 Cuando lo oí se conmovieron mis entrañas;
A la voz, temblaron mis labios;
La caries penetra en mis huesos, y me estremecí sobre mis pies;
Si bien espero tranquilo el día de la angustia,
Cuando suba él contra el pueblo al que invade.
17 Pues aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas falten en el aprisco,
Y no haya vacas en los establos;
18 Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me regocijaré en el Dios de mi salvación.
19 Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como los de las ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.

El día de la ira de Jehová

Palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusí, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá.

Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.

Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y derribaré los tropiezos y a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.

Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con los sacerdotes;

y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová, y juran por Milcom;

y a los que se apartan de en pos de Jehová, y a los que no buscan a Jehová, ni le consultan.

Calla en la presencia de Jehová el Señor porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado un sacrificio, y ha santificado a sus convidados.

Y en el día del sacrificio de Jehová castigaré a los príncipes, a los hijos del rey y a todos los que visten vestido extranjero.

Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan por encima de la puerta, los que llenan las casas de sus señores de violencia y de fraude.

10 Y habrá en aquel día, dice Jehová, voz de clamor desde la puerta del Pescado, y aullido desde la segunda puerta, y gran quebrantamiento desde los collados.

11 Aullad, habitantes del Mortero, porque todo el pueblo mercader es destruido; destruidos son todos los que pesaban plata.

12 Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan asentados sobre sus heces como el vino, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal.

13 Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; aunque edifiquen casas, no las habitarán, y aunque planten viñas, no beberán el vino de ellas.

14 Cercano está el día grande de Jehová, está cercano y viene velozmente; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente.

15 Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de devastación y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento,

16 día de trompeta y de alarma sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.

17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.

18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque hará un exterminio súbito y espantoso de todos los habitantes de la tierra.

Juicios contra las naciones vecinas

Recogeos dentro de vosotros mismos e inclinaos, oh nación sin pudor,

antes que tenga efecto el decreto, y aquel día seáis como el tamo que pasa; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros.

Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra sus ordenanzas; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; quizá quedaréis resguardados en el día del enojo de Jehová.

Porque Gaza será desamparada, y Ascalón asolada; Asdod será saqueada en pleno día, y Ecrón será desarraigada.

¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de Jehová se alza contra vosotros; oh Canaán, tierra de los filisteos, yo te haré destruir hasta no dejar morador.

Y será la costa del mar praderas para pastores, y corrales de ovejas.

Será aquel lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán; dormirán de noche en las casas de Ascalón; porque Jehová su Dios los visitará, y les hará volver de su cautiverio.

Yo he oído las afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Amón con que deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron con su territorio.

Por tanto, vivo yo, dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento perpetuo; el remanente de mi pueblo los saqueará, y el remanente de mi pueblo los heredará.

10 Éste será el pago de su soberbia, porque afrentaron y se insolentaron contra el pueblo de Jehová de los ejércitos.

11 Terrible será Jehová contra ellos, porque destruirá a todos los dioses de la tierra, y se inclinarán a él, cada una desde su lugar, todas las tierras de las naciones.

12 También vosotros, los de Etiopía, seréis muertos con mi espada.

13 Y extenderá su mano contra el norte, y destruirá a Asiria, y convertirá a Nínive en asolamiento y en sequedal como un desierto.

14 En medio de ella se tumbarán los rebaños, y todas las bestias del campo; también el pelícano y el erizo dormirán en sus capiteles; una voz cantará en las ventanas; habrá desolación en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.

15 Ésta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y nadie más. ¡Cómo fue asolada, hecha guarida de fieras! Cualquiera que pase junto a ella, se burlará y agitará la mano.

Contra el pecado de Jerusalén

¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora!

No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan ni un hueso para la mañana.

Sus profetas son fanfarrones, hombres traicioneros; sus sacerdotes contaminaron el santuario, han violado la ley.

Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; cada mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza.

La lección de las naciones castigadas

Hice destruir naciones; sus torres han sido derruidas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante.

Me dije: Al menos tú me temerás, y recibirás corrección; y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la castigué. Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.

Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.

Conversión de los paganos

En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento.

10 De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda.

11 En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se jactan orgullosamente de tu gloria, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte.

El humilde resto de Israel

12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová.

13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni se hallará en la boca de ellos lengua engañosa; porque serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.

Júbilo mesiánico en Sión

14 Canta, oh hija de Sión; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén.

15 Jehová ha revocado sus juicios contra ti, ha echado fuera tus enemigos; Jehová, el Rey de Israel, está en medio de ti; nunca más verás el infortunio.

16 En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sión, no se debiliten tus manos.

17 Jehová está en medio de ti, como poderoso salvador; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.

18 Reuniré a los afligidos por causa del largo tiempo; tuyos son, y para ellos el oprobio de ella es una carga.

19 He aquí, en aquel tiempo yo exterminaré a todos tus opresores; y salvaré a la que cojea, y recogeré la descarriada; y las pondré por alabanza y por renombre en todas las tierras donde fueron avergonzadas.

20 En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando haga volver a vuestros cautivos delante de vuestros ojos, dice Jehová.

Exhortación a edificar el templo

En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:

Así dice Jehová de los ejércitos: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.

Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

¿Es para vosotros tiempo de habitar en vuestras casas artesonadas mientras esta casa está en ruinas?

Ahora, pues, así dice Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.

Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal, recibe su jornal en saco roto.

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.

Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y me complaceré en ella, y seré glorificado, ha dicho Jehová.

Esperabais mucho, y habéis hallado poco, y aun eso que habéis almacenado en casa, yo lo disiparé con un soplo. ¿Por qué?, dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, mientras cada uno de vosotros se apresura a edificar su propia casa.

10 Por eso retuvieron los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra no dio sus frutos.

11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo el trabajo de vuestras manos.

12 Y Zorobabel hijo de Sealtiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, escucharon la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, conforme le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.

13 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.

14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,

15 en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.

La gloria del nuevo templo

En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

Habla ahora a Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:

¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera? ¿Y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?

Pues ahora, Zorobabel, ten ánimo, dice Jehová; ten ánimo tú también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.

Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;

y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.

La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

Consulta simbólica a los sacerdotes

10 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

11 Así dice Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:

12 Si uno lleva carne santificada en el halda de su vestido, y con el vuelo de ella toca pan, potaje, vino, aceite o cualquier otra comida, ¿será ésta santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No.

13 Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa del contacto con un cadáver, toca alguna cosa de éstas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.

14 Entonces respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.

Promesa de prosperidad agrícola

15 Ahora, pues, estad atentos desde este día en adelante: antes que pusieran piedra sobre piedra en el templo de Jehová, ¿qué era de vosotros?

16 Durante todo ese tiempo, venían al montón de veinte efas, y sólo había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y sólo había veinte.

17 Os herí con tizón, con añublo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová.

18 Considerad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; considerad, pues, en vuestro corazón.

19 ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo han florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.

Promesa de Jehová a Zorobabel

20 Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo:

21 Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo voy a sacudir los cielos y la tierra;

22 y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; volcaré los carros y los que montan en ellos, y se vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano.

23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Sealtiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque a ti te escogí, dice Jehová de los ejércitos.

Exhortación a la conversión

En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddó, diciendo:

Se enojó Jehová en gran manera contra vuestros padres.

Diles, pues: Así dice Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.

Vuestros padres, ¿dónde están?; y los profetas, ¿han de vivir para siempre?

Pero mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso se volvieron ellos y dijeron: Como Jehová de los ejércitos pensó tratarnos conforme a nuestros caminos, y conforme a nuestras obras, así lo hizo con nosotros.

Visión de los jinetes

A los veinticuatro días del mes undécimo, que es el mes de Sebat, en el año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddó, en estos términos:

Tuve una visión esta noche, y he aquí que un varón cabalgaba sobre un caballo alazán, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondonada; y detrás de él había caballos alazanes, negros y blancos.

Entonces dije: ¿Qué son éstos, señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos.

10 Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Éstos son los que Jehová ha enviado a recorrer la tierra.

11 Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí, toda la tierra está reposada y quieta.

12 Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado desde hace setenta años?

13 Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo.

14 Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Estoy celoso con gran celo por Jerusalén y por Sión.

15 Y estoy muy airado contra las naciones que se sienten seguras de sí mismas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal.

16 Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con compasión; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén.

17 Clama de nuevo y di: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén.

Visión de los cuernos y los carpinteros

18 Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos.

19 Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos? Y me respondió: Éstos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén.

20 Me mostró luego Jehová cuatro obreros.

21 Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? Y me respondió, diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que nadie alzó su cabeza; mas éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno contra la tierra de Judá para dispersarla.

Llamamiento a los desterrados

Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.

Y le dije: ¿Adónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.

Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro,

y le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella.

Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella.

Eh, eh, huid de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová.

Oh Sión, la que moras con la hija de Babilonia, escápate.

Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo.

Porque he aquí, yo voy a alzar mi mano sobre ellos, y serán despojo para los que eran sus esclavos, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió.

10 Canta y alégrate, hija de Sión; porque he aquí que vengo, y moraré en medio de ti, dice Jehová.

11 Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti.

12 Y Jehová poseerá a Judá como su heredad en la tierra santa, y escogerá de nuevo a Jerusalén.

13 Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada.

Visión del sumo sacerdote Josué

Después me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba de pie delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.

Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?

Y Josué estaba vestido de vestiduras sucias, y estaba de pie delante del ángel.

Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras sucias. Y a él le dijo: Mira que hago pasar de ti tu pecado, y te voy a vestir de ropas de gala.

Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.

Y el ángel de Jehová aseguró solemnemente a Josué, diciendo:

Así dice Jehová de los ejércitos: Si andas por mis caminos, y eres fiel a mi ministerio, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar.

Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones de presagio, pues he aquí que yo traigo a mi siervo el Retoño.

Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un solo día.

10 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su parra y debajo de su higuera.

El candelero de oro y los olivos

Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño.

Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelero, y siete tubos para las lámparas que están encima de él;

y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda.

Proseguí y hablé, diciéndole al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío?

Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío.

Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con la fuerza, ni con el poder, sino sólo con mi Espíritu, dice Jehová de los ejércitos.

¿Quién eres tú, oh gran monte, delante de Zorobabel? Vendrás a ser una llanura; y él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.

Vino palabra de Jehová a mí, diciendo:

Las manos de Zorobabel echaron el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.

10 Porque los que menospreciaron el día de los modestos comienzos se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Éstos son siete, siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.

11 Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelero y a su izquierda?

12 Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que hay al lado de los dos tubos de oro por medio de los cuales es vertido el aceite dorado?

13 Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.

14 Y él dijo: Éstos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.

El rollo volante

De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba.

Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho.

Entonces me dijo: Ésta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido.

Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y entrará en la casa del ladrón, y en la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras.

La mujer en el efá

Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale.

Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Éste es un efá que sale. Además dijo: Ésta es la iniquidad de ellos en toda la tierra.

Y he aquí que levantaron la tapa de plomo, y estaba sentada una mujer en medio de aquel efá.

Y él dijo: Ésta es la Maldad; y la echó dentro del efá, y volvió a colocar la tapa de plomo en la boca del efá.

Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí que salían dos mujeres, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efá entre la tierra y los cielos.

10 Le dije entonces al ángel que hablaba conmigo: ¿Adónde llevan el efá?

11 Y él me respondió: Van a edificarle casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán allí sobre su base.

Los cuatro carros

De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce.

En el primer carro había caballos alazanes, en el segundo carro, caballos negros,

en el tercer carro, caballos blancos, y en el cuarto carro, caballos tordos vigorosos.

Tomé entonces la palabra y dije al ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto?

Y el ángel me respondió y me dijo: Éstos son los cuatro vientos de los cielos, que salen de presentarse delante del Señor de toda la tierra.

El carro con los caballos negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los tordos salieron hacia la tierra del sur.

Y los alazanes salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra.

Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte han aplacado mi Espíritu en la tierra del norte.

Coronación simbólica de Josué

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

10 Toma ofrendas de los del cautiverio a Helday, a Tobías y a Jedaías; e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías, a la que han llegado desde Babilonia.

11 Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y pondrás una en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac.

12 Y le hablarás, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: He aquí el varón cuyo nombre es el Retoño, el cual retoñará de su lugar, y edificará el templo de Jehová.

13 Él edificará el templo de Jehová, y él llevará las insignias reales, y se sentará y dominará en su trono, y habrá un sacerdote junto a su solio; y consejo de paz habrá entre ambos.

14 Las coronas servirán a Helem, a Tobías, a Jedaías y a Hen hijo de Sofonías, como memorial en el templo de Jehová.

15 Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si escucháis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios.

El ayuno que Dios reprueba

Aconteció que en el año cuarto del rey Darío, vino palabra de Jehová a Zacarías, a los cuatro días del mes noveno, que es Quisléu,

cuando el pueblo de Betel había enviado a Sarezer, con Régem-mélec y sus hombres, a implorar el favor de Jehová,

y a hablar a los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años?

Vino, pues, a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo:

Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunabais y llorabais en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿es por mí por quien habéis ayunado?

Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos?

¿No son éstas las palabras que proclamó Jehová por medio de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada y en paz, y sus ciudades en sus alrededores y el Négueb y la Sefelá estaban también habitados?

La desobediencia, causa del cautiverio

Y vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo:

Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a verdad, y practicad la misericordia y la compasión cada cual con su hermano;

10 no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno maquine el mal en su corazón contra su hermano.

11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

12 y pusieron su corazón como el diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.

13 Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamarán, y yo no escucharé, dice Jehová de los ejércitos;

14 sino que los esparciré con torbellino por todas las naciones que ellos no conocen. Así fue desolada la tierra tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.

Promesa de la restauración de Jerusalén

Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo:

Así dice Jehová de los ejércitos: He celado a Sión con gran celo, y con gran ira la he celado.

Así dice Jehová: Yo retornaré a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de la Santidad.

Así dice Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.

Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas.

Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parece sorprendente a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será sorprendente delante de mis ojos?, dice Jehová de los ejércitos.

Así dice Jehová de los ejércitos: He aquí, yo voy a salvar a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol;

y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia.

Así dice Jehová de los ejércitos: Fortalézcanse vuestras manos, los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento a la casa de Jehová de los ejércitos, para reedificar el templo.

10 Porque antes de estos días no ha habido salario para los hombres ni paga para bestias, ni hubo paz para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo; y yo mismo di rienda suelta a todos los hombres cada cual contra su compañero.

11 Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos.

12 Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto.

13 Y sucederá que así como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.

14 Porque así dice Jehová de los ejércitos: Como decidí castigaros cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehová de los ejércitos, y no cambié de parecer,

15 así, de nuevo, he decidido en estos días hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá; no temáis.

16 Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas.

17 Y ninguno de vosotros piense ningún mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas éstas son cosas que aborrezco, dice Jehová.

18 Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo:

19 Así dice Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz.

20 Así dice Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades;

21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré.

22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová.

23 Así dice Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Dejadnos ir con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.

Castigo de las naciones vecinas

La profecía de la palabra de Jehová está contra la tierra de Hadrac y sobre Damasco; porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel.

También Hamat será comprendida en el territorio de éste; Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias.

Bien que Tiro se edificó fortaleza, y amontonó plata como polvo, y oro como lodo de las calles,

he aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en el mar su poderío, y ella será consumida por el fuego.

Verá Ascalón esto, y temerá; Gaza también, y le entrará mucho miedo; asimismo Ecrón, porque su esperanza será confundida; y perecerá el rey de Gaza, y Ascalón no será habitada.

Habitará en Asdod gente bastarda, y pondré fin a la soberbia de los filisteos.

Quitaré la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes, y quedará también un remanente para nuestro Dios, y serán como capitanes en Judá, y Ecrón será como el jebuseo.

Entonces acamparé junto a mi casa como un puesto de guardia, para que ninguno vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora miraré con mis ojos.

El futuro rey de Sión

Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí que tu rey viene a ti, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna.

10 Y destruirá los carros de Efraín, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y dictará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.

11 Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua.

12 Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble.

13 Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sión, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente.

14 Y Jehová será visto sobre ellos, y su dardo saldrá como relámpago; y el Señor Jehová tocará trompeta, y avanzará entre los torbellinos del austro.

15 Jehová de los ejércitos los amparará, y ellos devorarán, y hollarán las piedras de la honda, y beberán, y harán estrépito como agitados por el vino; y se llenarán como tazones, o como los cuernos del altar.

16 Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como al rebaño de su pueblo; porque refulgirán sobre su tierra como piedras de diadema.

17 Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo hará prosperar a los jóvenes, y el mosto hará florecer a las doncellas.

Jehová redimirá a su pueblo

10 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová, el que hace los relámpagos, os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.

Porque las imágenes han hablado vanidad, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor.

Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los machos cabríos; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra.

De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también todos los jefes.

Y serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán avergonzados.

Yo fortaleceré la casa de Judá, y daré la victoria a la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré compasión, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré.

Y Efraín será como un valiente, y se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová.

Yo los llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido; y serán tan numerosos como lo fueron antes.

Y aunque los esparciré entre los pueblos, con todo, se acordarán de mí en lejanos países; y vivirán con sus hijos, y volverán.

10 Porque yo los haré volver de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no habrá bastante sitio para ellos.

11 Y él atravesará el mar de la angustia, y herirá en el mar las ondas, y se secarán todas las profundidades del río; y la soberbia de Asiria será abatida, y quedará suprimido el cetro de Egipto.

12 Y yo los fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.