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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Ezequiel 23:40-35:15

40 Además de esto enviaron a traer unos hombres de lejos, a los cuales se les había enviado mensajero. Y he aquí que vinieron. Para ellos te lavaste, te pintaste los ojos y te ataviaste con adornos. 41 Te sentaste sobre un suntuoso diván delante del cual había una mesa servida, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite. 42 Allí hubo un bullicio de una multitud despreocupada; sabeos fueron traídos del desierto, junto con hombres de la gente común. Y pusieron brazaletes sobre las manos de ellas y coronas hermosas sobre sus cabezas.

43 “Y acerca de la que está desgastada por sus adulterios, dije: ‘¿Ahora cometerán adulterio con ella, estando ella así?’. 44 Pues vinieron a ella como vienen a una mujer prostituta; así vinieron a Ohola y Oholiba, mujeres infames. 45 Pero los hombres justos las condenarán con la sentencia contra las adúlteras, y con la sentencia contra las que derraman sangre. Porque son adúlteras y hay sangre en sus manos.

46 “Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[a]: ‘Que se haga que suba contra ellas la asamblea, y sean entregadas al terror y al pillaje. 47 La asamblea las apedreará y con sus espadas las eliminará. Matarán a sus hijos y a sus hijas, e incendiarán sus casas con fuego’. 48 Así haré cesar en la tierra la infamia. Todas las mujeres quedarán advertidas y no cometerán infamia como ustedes. 49 Yo haré[b] que su infamia recaiga sobre ustedes mismas, y cargarán con los pecados de su idolatría. Y sabrán que yo soy el SEÑOR Dios[c]”.

Alegoría de la olla hirviente

24 Aconteció en el día diez del mes décimo[d] del noveno año que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, escribe para ti la fecha de hoy, este mismo día. El rey de Babilonia se ha lanzado contra Jerusalén en este mismo día.

“Presenta a la casa rebelde una alegoría, y diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[e]: ‘Pon la olla; ponla y echa agua en ella. Echa en ella pedazos, todos buenos pedazos, muslo y espalda. Llénala de huesos escogidos; toma lo mejor del rebaño. Amontona la leña[f] debajo de ella; haz hervir sus pedazos y cocina los huesos dentro de ella’.

“Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[g]: ‘¡Ay de la ciudad sanguinaria, la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha salido de ella! Vacíala pedazo por pedazo, sin que se echen suertes por ella. Porque su sangre está en medio de ella; la ha puesto sobre la roca desnuda. No la derramó sobre la tierra para que fuera cubierta con el polvo. Para hacer que mi[h] ira suba y tome venganza, he puesto su sangre sobre la roca desnuda, para que no sea cubierta’. Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[i]: ‘¡Ay de la ciudad sanguinaria, pues yo también agrandaré la hoguera! 10 Amontona la leña, enciende el fuego, alista la carne, vacía el caldo[j], y que los huesos sean carbonizados. 11 Luego pon la olla vacía sobre las brasas, para que se caliente y arda su bronce, con el fin de que en ella sea fundida su inmundicia y desaparezca su herrumbre’.

12 “En vano son los esfuerzos. Su mucha herrumbre no sale de ella; su herrumbre no sale ni con fuego. 13 En tu inmundicia hay infamia, por cuanto te quise purificar, pero no estás purificada de tu inmundicia. No volverás a ser purificada, hasta que yo haya asentado mi ira sobre ti. 14 Yo, el SEÑOR, he hablado. Esto vendrá, y lo haré. No cejaré; no tendré lástima ni me pesará. Conforme a tus caminos y a tus obras te juzgaré[k]”, dice el SEÑOR Dios[l].

Ezequiel ante la muerte de su esposa

15 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

16 —Oh hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos. Pero tú no harás duelo ni llorarás ni correrán tus lágrimas. 17 Gime en silencio; no guardes el luto por los muertos. Cíñete el turbante y pon las sandalias en tus pies. No te cubras los labios ni comas pan de duelo.

18 Hablé, pues, al pueblo por la mañana, y al anochecer murió mi esposa. Y a la mañana siguiente hice como me había sido ordenado. 19 Entonces me dijo el pueblo:

—¿No nos dirás qué significan para nosotros estas cosas que tú haces?

20 Y les respondí:

—La palabra del SEÑOR vino a mí diciendo: 21 “Di a la casa de Israel que así ha dicho el SEÑOR Dios[m]: ‘He aquí, yo mismo profano mi santuario, el orgullo del poderío de ustedes, la delicia de sus ojos, el anhelo de su alma. Sus hijos y sus hijas que abandonaron caerán a espada, 22 y ustedes harán como yo he hecho: No se cubrirán los labios ni comerán pan de duelo. 23 Sus turbantes estarán sobre sus cabezas, y sus sandalias en sus pies; no harán duelo ni llorarán. Más bien, se pudrirán en sus pecados y gemirán unos por otros. 24 Ezequiel, pues, les servirá de señal; harán de acuerdo con todas las cosas que él ha hecho. Cuando esto se cumpla, sabrán que yo soy el SEÑOR Dios[n]’.

25 “Y con respecto a ti, oh hijo de hombre, el día en que yo quite de ellos su poderío, el gozo de su esplendor, la delicia de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también a sus hijos y a sus hijas; 26 en aquel día uno que haya escapado vendrá a ti para traerte la noticia. 27 En aquel día se abrirá tu boca, y hablarás con el que haya escapado; pues ya no estarás más enmudecido. Tú les servirás de señal, y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Otra profecía contra Amón

25 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón y profetiza contra ellos. Di a los hijos de Amón: Oigan la palabra del SEÑOR Dios[o]. Así ha dicho el SEÑOR Diosb: Por cuanto has dicho: ‘¡Bravo!’ contra mi santuario, cuando fue profanado, y contra la tierra de Israel, cuando fue desolada, y contra los de la casa de Judá, cuando iban en cautiverio, por eso, he aquí que yo te entrego como posesión a los hijos del oriente. Ellos pondrán en ti sus campamentos y colocarán en ti sus moradas. Comerán tus frutos y beberán tu leche. Convertiré a Rabáe en pastizal para camellos, y a las ciudades de Amón en un lugar donde se recuesten las ovejas. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Pues así ha dicho el SEÑOR Dios[p]: “Porque golpeaste con tu mano y pisoteaste con tu pie, gozándote con todo el despecho de tu alma contra la tierra de Israel, por eso, he aquí que yo extenderé mi mano contra ti y te entregaré a las naciones para ser saqueada[q]. Te eliminaré de entre los pueblos y te destruiré de entre los países. Te destruiré, y sabrás que yo soy el SEÑOR”.

Profecía contra Moab

Así ha dicho el SEÑOR Dios[r]: “Por cuanto Moab y Seír[s] han dicho: ‘¡He aquí, la casa de Judá será como las demás naciones!’, por eso, he aquí yo abro el flanco de Moab desde las ciudades, desde las ciudades de su frontera, la gloria del país (Bet-jesimot, Baal-maón y Quiriataim). 10 Lo entregaré, junto con los hijos de Amón, a los hijos del oriente, como posesión, para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre las naciones. 11 También ejecutaré en Moab actos justicieros. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Profecía contra Edom

12 Así ha dicho el SEÑOR Dios[t]: “Por cuanto Edom ha procedido vengativamente contra la casa de Judá, incurriendo en grave culpa al vengarse de ellos, 13 por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[u], extenderé también mi mano contra Edom y exterminaré de ella a los hombres y los animales. La convertiré en ruinas; desde Temán hasta Dedán caerán a espada. 14 Ejecutaré mi venganza contra Edom por medio de mi pueblo Israel. Harán en Edom de acuerdo con mi furor y con mi ira, y conocerán mi venganza”, dice el SEÑOR Dios[v].

Profecía contra Filistea

15 Así ha dicho el SEÑOR Dios[w]: “Por cuanto los filisteos procedieron vengativamente y tomaron venganza con despecho del alma, para destruir a causa de una perpetua hostilidad; 16 por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[x]: ‘He aquí, yo extenderé mi mano contra los filisteos. Exterminaré a los quereteos y haré perecer a los sobrevivientes de la costa del mar. 17 Grandes venganzas y reprensiones de ira haré en ellos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando ejecute mi venganza en ellos’ ”.

Profecía de la destrucción de Tiro

26 Aconteció en el primer día del mes primero[y] del año once que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, por cuanto Tiro ha dicho con respecto a Jerusalén: ‘¡Bravo! ¡Ha sido quebrantada la que era puerta de los pueblos! ¡Se ha vuelto hacia mí! ¡Yo estaré llena, y ella desolada!’, por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[z]: ‘He aquí, oh Tiro, yo estoy contra ti. Contra ti haré subir muchas naciones, como el mar hace subir sus olas’. Arruinarán los muros de Tiro y destruirán sus torreones. Barreré de ella sus escombros y la convertiré en una roca desnuda. Será un tendedero de redes en medio del mar, porque yo he hablado, dice el SEÑOR Dios[aa]. Será saqueada por las naciones, y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[ab]: “He aquí que del norte traeré contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, carros, jinetes y una gran multitud de soldados. A sus hijas que están en el campo matará a espada, y contra ti pondrá un muro de asedio. Levantará contra ti terraplén y alzará contra ti el escudo. Contra tus murallas dirigirá el golpe de sus arietes, y con sus barras destruirá tus torreones. 10 Por causa de la multitud de sus caballos, te cubrirá el polvo que levantarán. Tus murallas temblarán por el estruendo de los jinetes y de las ruedas de sus carros, cuando él entre por tus puertas como uno entra por las brechas en una ciudad destrozada. 11 Con los cascos de sus caballos atropellará todas tus calles. A tu gente matará a espada, y tirará por tierra los monumentos conmemorativos de tu poderío. 12 Tomarán tus riquezas como botín y saquearán tus mercaderías. Destruirán tus muros y demolerán tus lujosas casas. Y tus piedras, tu madera y tus escombros los arrojarán en medio de las aguas. 13 Haré cesar el bullicio de tus canciones; no se volverá a oír el sonido de tus arpas. 14 Te convertiré en una roca desnuda, y serás un tendedero de redes. Nunca más serás edificada, porque yo, el SEÑOR, he hablado”, dice el SEÑOR Dios[ac].

15 Así ha dicho el SEÑOR Dios[ad] a Tiro: “¿Acaso no temblarán las costas a causa del estruendo de tu caída, cuando giman los heridos, cuando se lleve a cabo la matanza en medio de ti? 16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán sus mantos y se despojarán de sus ropas bordadas. Se vestirán de estremecimiento y se sentarán sobre la tierra, temblando a cada instante. Estarán atónitos a causa de ti. 17 Entonarán un lamento por ti y te dirán:

‘¡Cómo has perecido,

oh ciudad alabada,

que fuiste poblada por gente de mar!

‘Era poderosa en el mar,

ella y sus moradores.

Ellos impusieron su terror

sobre todos sus habitantes.

18 ‘Ahora tiemblan las costas

por el día de tu caída.

Las costas del mar se espantan

a causa de tu final’ ”.

19 Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[ae]: “Cuando yo te convierta en una ciudad destruida como las ciudades que no han vuelto a ser habitadas, cuando haga subir sobre ti el océano y te cubran las muchas aguas, 20 entonces te haré descender junto con los que descienden a la fosa, al pueblo de antaño. Te haré habitar en las partes más bajas de la tierra en[af] las ruinas de antaño, junto con los que descienden a la fosa, para que nunca más seas habitada ni te establezcas[ag] en la tierra de los vivientes. 21 Te convertiré en espanto, y dejarás de existir. Serás buscada, pero nunca más serás hallada”, dice el SEÑOR Dios[ah].

Lamento por la caída de Tiro

27 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Tú, oh hijo de hombre, entona un lamento por Tiro. Dirás a Tiro, que está asentada a la entrada del mar y comercia con los pueblos de muchas costas, que así ha dicho el SEÑOR Dios:

“Oh Tiro, tú has dicho:

‘Yo soy de completa hermosura’.

En el corazón de los mares

están tus fronteras;

los que te construyeron

hicieron completa tu hermosura.

Con cipreses de Senir

construyeron tus paredes.

Tomaron un cedro del Líbano para hacer un mástil sobre ti.

Con encinas de Basán

hicieron tus remos;

hicieron tu cubierta con marfil

y con cipreses de las costas de Quitim.

Tu vela fue de lino bordado de Egipto, para servirte de bandera.

Tu toldo fue de material azul

y de púrpura de las costas de Elisa.

Los habitantes de Sidón y de Arvad fueron tus remeros.

Tus expertos, oh Tiro, estaban en ti

y fueron tus timoneles.

Los ancianos de Biblos y sus sabios reparaban tus desperfectos. Todos los barcos del mar y sus marinero estuvieron en ti para hacer

contigo intercambio.

10 “Persas, lidios y libios estaban en tu ejército como tus hombres de guerra. Escudos y cascos colgaban en ti; ellos te daban tu esplendor.

11 Los hijos de Arvad estaban con

tu ejército sobre tus muros

en derredor,

y los gamadeos[ai] estaban

en tus torreones.

Colgaban sus escudos sobre

tus muros en derredor;

ellos hacían completa tu hermosura.

12 “Tarsis comerciaba contigo

a causa de la abundancia

de todas tus riquezas.

Con plata, hierro, estaño y plomo pagaban por tus mercaderías.

13 Grecia, Tubal y Mesec

comerciaban contigo.

Con vidas humanas y objetos

de bronce pagaban tus mercancías.

14 Los de Bet-togarma,

con caballos, corceles y mulos pagaban tus mercaderías.

15 “Los hijos de Rodas[aj]

comerciaban contigo.

Muchas costas comerciaban

contigo;

colmillos de marfil y madera de ébano te traían como tributo.

16 “Edom[ak] también comerciaba contigo

a causa de la abundancia

de tus productos.

Con turquesas, púrpura, telas bordadas, linos finos, corales y rubíes pagaban tus mercaderías.

17 “Judá y la tierra de Israel

comerciaban contigo.

Con trigo, mirra, casia[al],

miel, aceite y resinas

pagaban tus mercancías.

18 “Damasco comerciaba contigo debido a la abundancia

de tus productos

y a la abundancia de tus riquezas. Con vino de Helbón y lana de Sajar,

19 Vedán y Grecia, desde Uzal, pagaban tus mercaderías:

Hierro forjado, casia y caña aromática había entre tus productos.

20 “Dedán comerciaba contigo con mantas para cabalgadura.

21 Arabia y todos los príncipes de Quedar comerciaban contigo con corderos, carneros y machos cabríos; con esto comerciaban contigo.

22 “Los mercaderes de Saba y de Raama comerciaban contigo.

Con lo mejor de todas las especias, pagaban tus mercaderías.

23 “Harán, Calne[am], Edén

y los mercaderes de Saba, Asiria y Quilmad comerciaban contigo.

24 “Estos comerciaban contigo,

y a cambio de tus productos daban

espléndidos vestidos, mantos de azul, telas bordadas, tapices de colores,

y cuerdas entrelazadas y trenzadas.

25 “Las naves de Tarsis eran tus flotas que llevaban tus mercancías.

Te llenaste y te hiciste muy opulenta en el corazón de los mares.

26 Los que navegaban contigo

te condujeron por las muchas aguas, pero el viento de oriente te destrozó en el corazón de los mares.

27 “En el día de tu caída

caerán en medio de los mares:

tus riquezas, tus mercaderías, tus productos,

tus marineros, tus timoneles, los que reparaban tus desperfectos, los agentes de tu intercambio, todos tus hombres de guerra que están en ti,

y toda la multitud que se halla

en medio de ti.

28 Ante el griterío de tus timoneles

se estremecerán los campos de alrededor,

29 y descenderán de tus barcos todos los que toman el remo.

Los marineros y todos los timoneles del mar quedarán de pie en tierra.

30 Harán oír su voz por ti;

gritarán amargamente.

Echarán polvo sobre sus cabezas

y se revolcarán en la ceniza.

31 Se raparán la cabeza a causa de ti

y se ceñirán con cilicio.

Con amargura de alma llorarán por ti con amargo duelo.

32 En medio de su llanto entonarán por ti un lamento;

por ti lamentarán diciendo:

‘¡Quién como Tiro, la que ha sido

silenciada en medio del mar!’.

33 “Cuando tus mercaderías salían por los mares, saciabas a muchos pueblos. A los reyes de la tierra enriqueciste con la abundancia de tus bienes

y de tus productos.

34 Ahora[an] que eres quebrantada[ao]

en los mares, en lo profundo

de las aguas,

tus productos y toda tu tripulación han caído en medio de ti.

35 Todos los habitantes de las costas

se horrorizan a causa de ti.

Sus reyes están muy aterrorizados,

y sus rostros son abatidos.

36 Los mercaderes de los pueblos silban a causa de ti.

Has venido a ser objeto de espanto,

y dejarás de existir para siempre”.

Profecía contra el rey de Tiro

28 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, di al soberano de Tiro que así ha dicho el SEÑOR Dios[ap]: Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de ser hombre y no Dios, dijiste: ‘Yo soy un dios, y estoy sentado en la sede de los dioses, en el corazón de los mares’; porque igualaste tu corazón al corazón de Dios, ¡he aquí tú eres más sabio que Daniel, y no hay ningún misterio que te sea oculto! Con tu sabiduría e inteligencia te has conseguido riquezas, y has acumulado oro y plata en tus tesoros. Con tu gran sabiduría has engrandecido tus riquezas mediante tu comercio, y tu corazón se ha enaltecido a causa de tus riquezas. Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[aq]: Porque igualaste tu corazón con el corazón de Dios, he aquí yo traigo contra ti extranjeros, los más crueles de las naciones. Desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y profanarán tu esplendor. Te harán descender a la fosa, y morirás como los que son muertos en el corazón de los mares. ¿Osarás decir delante de tu verdugo, a pesar de ser hombre y no Dios: ‘Yo soy un dios’? En mano de quienes te atraviesen 10 morirás a la manera de los incircuncisos, en mano de los extranjeros; porque yo he hablado”, dice el SEÑOR Dios[ar].

Lamento por el rey de Tiro

11 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 12 “Oh hijo de hombre, entona un lamento por el rey de Tiro, y dile que así ha dicho el SEÑOR Dios[as]:

“‘¡Tú eras un modelo perfecto, lleno de sabiduría y de

completa hermosura!

13 Estabas en el Edén, el jardín de Dios. Tu vestidura era de toda clase

de piedras preciosas:

rubí, topacio, diamante, crisólito, ónice, jaspe, zafiro, turquesa y berilo.

Y de oro era la hechura

de tus encajes y de tus engastes. En el día que fuiste creado

fueron preparadas.

14 Cuando fuiste ungido, yo te puse junto con los querubines protectores. Estabas en el santo monte de Dios,

y andabas en medio de piedras

de fuego.

15 Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad.

16 “ ‘A causa de tu gran comercio

te llenaron de violencia y pecaste. Por eso, te expulsé del monte de Dios,

y un querubín protector hizo que desaparecieras de en medio

de las piedras de fuego.

17 Tu corazón se enalteció debido

a tu hermosura;

a causa de tu esplendor

se corrompió tu sabiduría.

“ ‘Yo te he arrojado en tierra;

te he puesto como espectáculo ante los reyes.

18 Por tus muchos pecados

y por la iniquidad de tu comercio profanaste tu santuario[at].

Yo, pues, hice que en medio de ti

se desatara y te devorase el fuego.

Te convertí en cenizas sobre la tierra ante los ojos de cuantos

te observaban.

19 Todos los que te conocen entre los pueblos se horrorizan a causa de ti. Eres objeto de espanto,

y dejarás de ser para siempre’ ”.

Profecía contra Sidón

20 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 21 “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella. 22 Dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios[au]: ‘Oh Sidón, he aquí que yo estoy contra ti y seré glorificado en medio de ti’. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando ejecute actos justicieros en medio de ella, y en ella yo muestre mi santidad. 23 Le enviaré peste y sangre por sus plazas. Los cadáveres caerán en medio de ella, y la espada estará alrededor de ella. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

24 “Nunca más habrá para la casa de Israel espina que hiera ni aguijón que cause dolor, de parte de todos los que los rodean y los desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

25 Así ha dicho el SEÑOR Dios[av]: “Cuando yo reúna a los de la casa de Israel de entre las naciones donde están dispersados, entonces en medio de ellos seré tratado como santo a la vista de las naciones. Y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. 26 Habitarán seguros en ella; edificarán casas y plantarán viñas. Habitarán seguros, cuando yo haya ejecutado actos justicieros alrededor de ellos, en medio de todos los que los desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios”.

Profecía contra Egipto y su rey

29 En el día doce del mes décimo[aw] del año diez vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia el faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. Habla y di que así ha dicho el SEÑOR Dios[ax]: He aquí yo estoy contra ti, oh faraón, rey de Egipto, gran monstruo que estás tendido en medio de sus canales, y que dices: ‘Míos son los canales del Nilo, pues yo los hice’.

“Yo pondré ganchos en tus quijadas, y haré que los peces de los canales se peguen sobre tus escamas. Te sacaré de en medio de tus canales, y todos los peces de tus canales saldrán pegados a tus escamas. Te arrojaré al desierto, a ti y a todos los peces de tus canales. Caerás sobre la superficie del campo; no serás recogido ni sepultado[ay]. Te he dado por comida a los animales de la tierra y a las aves del cielo. Y sabrán todos los habitantes de Egipto que yo soy el SEÑOR, por cuanto fuiste[az] como un bastón de caña para la casa de Israel. Cuando ellos te tomaron con la mano, te quebraste y les rompiste todo el hombro. Cuando se apoyaron sobre ti, te quebraste y les estremeciste[ba] todos sus lomos. Por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[bb], he aquí que yo traigo la espada contra ti, y exterminaré en ti a los hombres y a los animales. La tierra de Egipto será convertida en desolación y ruinas. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

“Por cuanto has dicho[bc]: ‘¡Mío es el Nilo, pues yo lo hice!’, 10 he aquí que por eso yo estoy contra ti y contra tus canales. Convertiré la tierra de Egipto en una ruina completa, una desolación desde Migdol y Asuán hasta la frontera con Etiopía. 11 No pasará por ella pie de hombre ni pata de animal pasará por ella. No será habitada durante cuarenta años. 12 Pues convertiré la tierra de Egipto en una desolación en medio de las tierras desoladas, y sus ciudades estarán arruinadas durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países”.

13 Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[bd]: “Al final de los cuarenta años reuniré a los egipcios de entre los pueblos donde habrán sido dispersados, 14 y restauraré de la cautividad a Egipto. Los haré volver a la tierra de Patros, la tierra de su origen. Allí formarán un reino modesto; 15 será modesto en comparación con los otros reinos. Nunca más se enaltecerán sobre las naciones; porque los reduciré, para que no se enseñoreen de las naciones. 16 Nunca más serán objeto de confianza para la casa de Israel, que les haga recordar el pecado de volverse hacia ellos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR Dios[be]”.

Profecía de la invasión de Egipto

17 Aconteció en el primer día del mes primero[bf] del año veintisiete que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 18 “Oh hijo de hombre: Nabucodonosor, rey de Babilonia, sometió a su ejército a una labor grande contra Tiro: Toda cabeza fue rapada y todo hombro despellejado; pero ni para él ni para su ejército hubo recompensa en Tiro por la labor que realizaron contra ella. 19 Por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[bg], he aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto. Él se llevará sus riquezas, tomará botín y la saqueará; y habrá recompensa para su ejército. 20 Le he dado la tierra de Egipto por el trabajo que realizó en ella, porque lo hizo para mí, dice el SEÑOR Dios[bh].

21 “En aquel día haré surgir el poderío de la casa de Israel, y te permitiré abrir la boca en medio de ellos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Profecía contra los aliados de Egipto

30 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, profetiza y di que así ha dicho el SEÑOR Dios[bi]: ‘¡Lamenten! ¡Ay de aquel día! Porque cercano está aquel día; cercano está el día del SEÑOR. Será día de nublado, la hora de las naciones. La espada llegará a Egipto, y habrá estremecimiento en Etiopía cuando en Egipto caigan los heridos, y tomen sus riquezas y sean destruidos sus cimientos. Etiopía, Libia, Lidia y toda Arabia[bj], los de Cub y los hijos de la tierra del pacto caerán a espada juntamente con ellos’. Así ha dicho el SEÑOR: ‘Así caerán los que apoyan a Egipto. Caerá el orgullo de su poderío, desde Migdol hasta[bk] Asuán, caerán en ella a espada, dice el SEÑOR Dios[bl]. Quedarán desolados en medio de las tierras desoladas, y sus ciudades estarán en medio de las ciudades arruinadas. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo prenda fuego a Egipto y todos sus ayudadores sean quebrantados’.

“En aquel tiempo saldrán de delante de mí mensajeros en naves, para hacer temblar a la confiada Etiopía. Habrá estremecimiento entre ellos, como en el día de Egipto, ¡porque he aquí que viene! 10 Así ha dicho el SEÑOR Dios[bm]: ‘Pondré fin a la multitud de Egipto por medio de Nabucodonosor, rey de Babilonia. 11 Él y su pueblo junto con él, los más crueles de las naciones, serán traídos para destruir la tierra. Ellos desenvainarán sus espadas contra Egipto y llenarán la tierra de muertos. 12 Convertiré en sequedad los canales, y abandonaré la tierra en mano de malvados. Destruiré la tierra y su plenitud por medio de extranjeros. Yo, el SEÑOR, he hablado’ ”.

13 Así ha dicho el SEÑOR Dios[bn]: “También destruiré los ídolos. Pondré fin a los dioses de Menfis, y ya no habrá príncipe en la tierra de Egipto. Y pondré temor en la tierra de Egipto: 14 Desolaré a Patros, prenderé fuego a Tanis y ejecutaré actos justicieros en Tebas. 15 Derramaré mi ira sobre Sin, la fortaleza de Egipto, y exterminaré la multitud de Tebas. 16 Prenderé fuego a Egipto: Sin tendrá grandes dolores de parto, Tebas será destrozada, y Menfis tendrá continuas angustias. 17 Los jóvenes de Heliópolis y de Bubastis caerán a espada; ellas irán en cautiverio. 18 En Tafnes se oscurecerá el día cuando yo rompa allí los yugos de Egipto, y en ella cesará la soberbia de su poderío. Una nube la cubrirá, y sus hijas irán en cautiverio. 19 Ejecutaré actos justicieros en Egipto. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Decadencia egipcia y apogeo babilónico

20 Aconteció en el séptimo día del mes primero[bo] del año once, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 21 “Oh hijo de hombre, yo he roto un brazo del faraón, rey de Egipto, y he aquí que no se lo ha vendado poniéndole medicinas, ni se le ha puesto una venda para ser entablillado, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada. 22 Por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[bp], he aquí que yo estoy contra el faraón, rey de Egipto, y romperé sus brazos, el fuerte y el fracturado; haré que la espada se caiga de su mano. 23 Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países.

24 “Pero fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada en su mano. Romperé los brazos del faraón y gemirá delante de aquel con gemidos de un herido de muerte. 25 Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, mientras que los brazos del faraón decaerán. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la extienda contra la tierra de Egipto. 26 Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Alegoría del cedro y de los cipreses

31 Aconteció en el primer día del mes tercero[bq] del año once que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, di al faraón, rey de Egipto, y a su multitud: ‘¿A quién te has comparado en tu grandeza? He aquí que consideraré al cedro del Líbano, de ramas hermosas, que ensombrecía al bosque. Era de gran altura y su copa estaba entre las nubes[br]. Las aguas lo hicieron crecer; lo enalteció el abismo, que dirigió sus ríos alrededor de su vergel, y envió sus canales a todos los árboles del campo. Por tanto, superó en altura a todos los árboles del campo y sus ramas se multiplicaron. A causa de la abundancia de agua, se extendió el ramaje que había echado. En sus ramas hacían su nido todas las aves del cielo, debajo de su ramaje parían todos los animales del campo, y a su sombra habitaban todas las grandes naciones. Se hizo hermoso por su grandeza y por la extensión de su follaje, pues su raíz estaba junto a muchas aguas. En el jardín de Dios los demás cedros no lo igualaban, los cipreses no se le podían comparar en ramaje ni los castaños tuvieron ramas semejantes a las suyas. Ningún árbol en el jardín de Dios era igual a él en hermosura. Lo hice hermoso por la abundancia de su follaje, y todos los árboles en Edén, el jardín de Dios, le tuvieron envidia’.

10 “Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[bs]: ‘Por cuanto se elevó[bt] en estatura y levantó su copa hasta las nubes[bu], y su corazón se enalteció con su altura, 11 por eso lo he entregado en mano de la más poderosa de la naciones, que ciertamente hará con él conforme a su impiedad. Yo lo he desechado; 12 y los extranjeros, los más crueles de los pueblos, lo cortan y lo abandonan. Sobre los montes y en todos los valles cae su follaje, y sus ramas son rotas en todas las quebradas de la tierra. Todos los pueblos de la tierra se van de su sombra; lo abandonan. 13 Sobre su tronco caído habitan todas las aves del cielo, y sobre sus ramas están todos los animales del campo. 14 Así sucede para que ninguno de los árboles que crecen junto a las aguas se exalte por su altura ni levante su copa hasta las nubes[bv]; y para que ninguno de los árboles que beben aguas confíe en la altura de sus ramas. Porque todos son entregados a la muerte, a la parte más baja de la tierra, en medio de los hijos de los hombres que descienden a la fosa’”.

15 Así ha dicho el SEÑOR Dios[bw]: “El día en que él descienda al Seol haré que haya duelo y lo cubriré con el océano. Detendré sus ríos, y las muchas aguas serán detenidas. Por él cubriré de tinieblas el Líbano, y por él todos los árboles del campo se desmayarán. 16 Por el estruendo de su caída haré temblar las naciones, cuando lo haga descender al Seol, junto con los que desciendan a la fosa. Todos los árboles del Edén, los escogidos del Líbano, todos los que beben aguas, se consolarán a sí mismos en la parte más baja de la tierra. 17 Ellos también descenderán con él al Seol, junto con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que habitaban a su sombra en medio de las naciones.

18 “¿A quién, pues, te has comparado así en gloria y en grandeza en medio de los árboles del Edén? Junto con los árboles del Edén, serás derribado a la parte más baja de la tierra. Yacerás en medio de los incircuncisos, junto con los muertos a espada.

“Eso es el faraón y toda su multitud”, dice el SEÑOR Dios[bx].

Lamento por el rey de Egipto

32 Aconteció en el primer día del mes duodécimo[by] del año doce que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, entona un lamento por el faraón, rey de Egipto, y dile:

“‘Has llegado a ser semejante

a un león de las naciones.

Tú eres como el monstruo de los mares; irrumpes en tus ríos,

agitas las aguas con tus pies

y enlodas sus corrientes.

Así ha dicho el SEÑOR Dios[bz]: Extenderé contra ti mi red

en medio de la reunión

de muchos pueblos,

y con mi malla te levantarán.

Te arrojaré en la tierra;

te lanzaré sobre la superficie

del campo.

Haré que las aves del cielo

habiten sobre ti;

haré que se sacien de ti las bestias

de toda la tierra.

Tus carnes expondré sobre los montes,

y llenaré los valles con tus restos.

Regaré la tierra con el correr

de tu sangre,

y de ti se llenarán las quebradas.

Cuando yo te haya extinguido, cubriré los cielos

y haré que se oscurezcan las estrellas. Cubriré el sol con una nube,

y dejará de alumbrar la luz de la luna.

Haré que se oscurezcan sobre ti todos los astros luminosos del cielo,

y traeré tinieblas sobre tu tierra, dice el SEÑOR Dios[ca].

“‘Perturbaré el corazón de muchos pueblos cuando haga llevar a los tuyos

en cautividad[cb] entre las naciones,

a tierras que jamás has conocido.

10 Haré que muchos pueblos

queden atónitos a causa de ti. Por tu causa sus reyes

se estremecerán de terror,

cuando yo esgrima mi espada ante sus rostros.

En el día de tu caída

todos temblarán a cada instante, cada uno por su propia vida.

11 Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[cc]:

La espada del rey de Babilonia vendrá contra ti.

12 Con espadas de hombres valientes haré caer tu multitud.

Todos ellos son los más crueles

de las naciones.

Destruirán la soberbia de Egipto,

y toda su multitud será deshecha.

13 Haré perecer todos sus animales

de junto a las muchas aguas. Nunca más las agitará

el pie del hombre

ni las agitarán las pezuñas

de los animales.

14 Entonces aquietaré sus aguas,

y haré que sus ríos corran como

el aceite, dice el SEÑOR Dios[cd].

15 “‘Cuando yo convierta en desolación la tierra de Egipto y la tierra sea vaciada de su plenitud,

cuando yo haga morir a todos los que habitan en ella,

sabrán que yo soy el SEÑOR’.

16 “Este es un lamento, y lo entonarán. Las hijas de las naciones lo entonarán. Por Egipto y por toda su multitud lo entonarán”, dice el SEÑOR Dios[ce].

Egipto yacerá en el Seol

17 Aconteció en el día quince del mes primero[cf] del año doce que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 18 “Oh hijo de hombre, lamenta tú por la multitud de Egipto y hazlos descender, tanto a él como a las hijas de las naciones poderosas, a las partes más bajas de la tierra, junto con los que descienden a la fosa: 19 ‘¿A quién superas en hermosura? ¡Desciende para que te hagan yacer con los incircuncisos!’.

20 “En medio de los muertos a espada caerán. Él es entregado a la espada. Arrástrenlo con toda su multitud. 21 De en medio del Seol los más fuertes de los poderosos, con sus ayudadores, hablarán de él: ‘Ya han descendido y yacen con los incircuncisos, muertos a espada’.

22 “Allí está Asiria y toda su multitud alrededor de sus sepulcros. Todos ellos cayeron muertos a espada. 23 Sus sepulcros han sido puestos en los lugares más profundos de la fosa, y su multitud yace alrededor de su sepulcro. Todos ellos, los que impusieron su terror en la tierra de los vivientes, han caído muertos a espada.

24 “Allí está Elam, con toda su multitud alrededor de su sepulcro. Todos ellos cayeron muertos a espada y han descendido incircuncisos a las partes más bajas de la tierra, porque impusieron su terror en la tierra de los vivientes. Cargan con su afrenta, junto con los que descienden a la fosa. 25 En medio de los muertos le tendieron su lecho, y toda su multitud está alrededor de su sepulcro, todos incircuncisos, muertos a espada; porque impusieron su terror en la tierra de los vivientes. Cargan con su afrenta, junto con los que descienden a la fosa. Fue puesto en medio de los muertos.

26 “Allí están Mesec y Tubal, con toda su multitud alrededor de sus sepulcros, todos ellos incircuncisos, muertos a espada; porque impusieron su terror en la tierra de los vivientes. 27 No yacen con los valientes que cayeron, de entre los incircuncisos, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra; cuyas espadas fueron puestas debajo de sus cabezas, y cuyos pecados quedaron puestos sobre sus huesos; porque impusieron su terror sobre los valientes en la tierra de los vivientes. 28 Tú, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos, yacerás con los muertos a espada.

29 “Allí está Edom con sus reyes y todos sus dirigentes que en su poderío fueron puestos junto con los muertos a espada. Ellos yacen con los incircuncisos y con los que descienden a la fosa.

30 “Allí están los príncipes del norte, todos ellos, y todos los de Sidón, quienes a pesar del terror causado por su poderío yacen avergonzados, incircuncisos, junto con los muertos a espada. Y cargan con su afrenta, junto con los que descienden a la fosa.

31 “A estos mirará el faraón, y se consolará por toda su multitud, los muertos a espada, aun el faraón y todo el ejército, dice el SEÑOR Dios[cg]. 32 Porque impuso[ch] su terror en la tierra de los vivientes, también al faraón y a toda su multitud se les hará yacer entre los incircuncisos, con los muertos a espada”, dice el SEÑOR Dios[ci].

Ezequiel como centinela de Israel

33 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: ‘Cuando yo traiga espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tome a un hombre de su territorio y lo ponga como centinela, si él ve venir la espada sobre la tierra y toca la corneta para advertir al pueblo, cualquiera que oye el sonido de la corneta y no se deja advertir, y al llegar la espada se lo lleva, su sangre caerá sobre su propia cabeza. Él oyó el sonido de la corneta, pero no se dejó advertir, su sangre caerá sobre él. Pero si se hubiera dejado advertir, habría librado su vida. Sin embargo, si el centinela ve venir la espada y no toca la corneta, de modo que el pueblo no es advertido, si viene la espada y se lleva a alguno de ellos, este es llevado por causa de su pecado, pero yo demandaré su sangre de mano del centinela’.

“A ti, oh hijo de hombre, te he puesto como centinela para la casa de Israel. Oirás, pues, la palabra de mi boca y les advertirás de mi parte. Si yo digo al impío: ‘Impío, morirás irremisiblemente’, y tú no hablas para advertir al impío de su camino, el impío morirá por su pecado; pero yo demandaré su sangre de tu mano. Pero si tú adviertes al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se aparta de su camino, él morirá por su pecado; pero tú habrás librado tu vida.

Esperanza para el pecador

10 “Tú, pues, oh hijo de hombre, di a la casa de Israel: Ustedes han dicho: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos nos estamos pudriendo; ¿cómo, pues, viviremos?’. 11 Diles: ¡Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva!, dice el SEÑOR Dios[cj]. ¡Apártense, apártense de sus malos caminos! ¿Por qué morirán, oh casa de Israel?

12 “Tú, oh hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo que la justicia del justo no lo librará en el día que se rebele. Y en cuanto a la impiedad del impío, no le será estorbo en el día que se aparte de su impiedad. Y el justo no podrá vivir por su justicia en el día que peque. 13 Si digo al justo: ‘Ciertamente vivirás’, y confiando en su justicia él hace iniquidad, no será recordada ninguna de sus obras de justicia, sino que morirá por la iniquidad que hizo. 14 Si digo al impío: ‘Morirás irremisiblemente’, y él se aparta de su pecado y practica el derecho y la justicia; 15 si el impío restituye la prenda y paga lo que ha robado; si camina según los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, ciertamente vivirá; no morirá. 16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido. Practica el derecho y la justicia; ciertamente vivirá.

17 “Sin embargo, los hijos de tu pueblo dicen: ‘No es correcto el camino del Señor’. Pero es el camino de ellos el que no es correcto. 18 Si el justo se aparta de su justicia y hace injusticia, por ello morirá. 19 Y si el impío se aparta de su impiedad y practica el derecho y la justicia, por ello vivirá. 20 Sin embargo, dicen: ‘No es correcto el camino del Señor’. Oh casa de Israel, yo los juzgaré a ustedes, a cada uno conforme a sus caminos”.

Ezequiel recupera el habla

21 Aconteció en el quinto día del mes décimo[ck] del año doce de nuestra cautividad que uno que había escapado de Jerusalén vino a mí para decir: “La ciudad ha sido tomada”.

22 La noche antes que llegara el que había escapado, la mano del SEÑOR vino sobre mí, y me abrió la boca antes que él llegara a mí por la mañana. Así abrió mi boca y no estuve más enmudecido.

Contra los que prescinden de Dios

23 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 24 “Oh hijo de hombre, los que habitan entre aquellas ruinas, en la tierra de Israel, andan diciendo: ‘Abraham era solo uno; sin embargo, tomó posesión de la tierra. ¡Cuánto más nosotros que somos muchos! A nosotros ha sido dada la tierra como posesión’. 25 Por tanto, diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[cl]: ‘Ustedes que comen con sangre, alzan sus ojos hacia sus ídolos y derraman sangre, ¿tomarán posesión de la tierra? 26 Han confiado en sus espadas, han hecho abominación y han mancillado cada uno a la mujer de su prójimo, ¿y tomarán posesión de la tierra?’. 27 Les dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios[cm]: ‘¡Vivo yo, que los que están en aquellas ruinas caerán a espada! Al que está sobre la superficie del campo lo daré por comida a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cavernas morirán por la peste. 28 Convertiré la tierra en desolación y asolamiento y cesará la soberbia de su poderío. Los montes de Israel quedarán desolados, de modo que no habrá quien pase por ellos. 29 Y sabrán que soy el SEÑOR, cuando yo convierta la tierra en desolación y en soledad, por todas las abominaciones que han hecho’.

30 “Oh hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan acerca de ti, junto a las paredes y a las puertas de las casas. Hablan el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: ‘¡Vengan y oigan cuál es la palabra que viene del SEÑOR!’. 31 Vienen a ti como el pueblo acostumbra venir, y se sientan delante de ti como mi pueblo. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Más bien, expresan motivos sensuales con su boca, y su corazón va en pos de sus ganancias deshonestas. 32 He aquí que para ellos tú eres como un cantante de motivos sensuales, cuya voz es agradable y que toca bien. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. 33 Pero cuando esto venga —y he aquí que ya viene—, entonces sabrán que hubo un profeta entre ellos”.

Contra los malos pastores

34 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza y di a los pastores que así ha dicho el SEÑOR Dios[cn]: ‘¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar a las ovejas? Pero ustedes se comen a las mejores de ellas y se visten con la lana. Degüellan a la oveja engordada y no apacientan al rebaño. No fortalecen a las ovejas débiles ni curan a las enfermas. No han vendado a la perniquebrada ni han hecho volver a la descarriada ni han buscado a la perdida. Más bien, las han dominado con dureza y con violencia. Ellas se han dispersado por falta de pastor, y están expuestas a ser devoradas por todas las fieras del campo. Han sido dispersadas; mis ovejas han andado descarriadas en todos los montes y sobre toda colina alta. Mis ovejas han sido dispersadas por toda la faz de la tierra, y no ha habido quien se preocupe de ellas ni quien las busque’”.

Por eso, oh pastores, oigan la palabra del SEÑOR: “¡Vivo yo!”, dice el SEÑOR Dios[co], “que por cuanto mis ovejas fueron expuestas a ser robadas o a ser devoradas por las fieras del campo, por no tener pastor, y mis pastores no se preocuparon por mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos y no apacentaron a mis ovejas; por eso, oh pastores, oigan la palabra del SEÑOR”. 10 Así ha dicho el SEÑOR Dios[cp]: “¡He aquí yo estoy contra los pastores y demandaré mis ovejas de sus manos! Haré que dejen de apacentar a las ovejas, y ellos dejarán de apacentarse a sí mismos. Libraré a mis ovejas de sus bocas, y no les servirán más de comida”.

El Señor: el Pastor del rebaño

11 Ciertamente así ha dicho el SEÑOR Dios[cq]: “He aquí, yo mismo buscaré mis ovejas y cuidaré de ellas. 12 Como el pastor cuida de su rebaño cuando está entre las ovejas dispersas, así cuidaré de mis ovejas y las libraré en todos los lugares a donde han sido dispersadas en el día del nublado y de la oscuridad. 13 Las sacaré de los pueblos, las reuniré de los países y las traeré a su propia tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en las quebradas y en todos los lugares habitados del país. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel tendrán su pastizal. Se recostarán en el buen pastizal, y se apacentarán con pastos abundantes sobre los montes de Israel. 15 Yo apacentaré mis ovejas y las haré recostar, dice el SEÑOR Dios[cr]. 16 Buscaré a la perdida y haré volver a la descarriada. A la perniquebrada vendaré y fortaleceré a la enferma. Y a la engordada y a la fuerte guardaré[cs]. Las apacentaré con justicia.

17 “Pero en cuanto a ustedes, oh rebaño mío, así ha dicho el SEÑOR Dios[ct], he aquí que yo juzgo entre cordero y cordero, entre los carneros y los machos cabríos. 18 ¿Les parece poco que se apacientan del buen pastizal, para que tengan que pisotear con sus pies lo que queda de sus pastos, y que después de haber bebido las aguas tranquilas tengan que enlodar el resto de ellas con sus pies? 19 ¿Mis ovejas han de comer lo que sus pies han pisoteado y han de beber lo que han enlodado sus pies?”.

20 Por tanto, así les ha dicho el SEÑOR Dios[cu]: “He aquí, yo mismo juzgaré entre el cordero engordado y el cordero flaco. 21 Por cuanto empujaron con el costado y con el hombro, y cornearon con sus cuernos a todas las ovejas débiles hasta dispersarlas lejos, 22 yo libraré a mis ovejas y nunca más quedarán expuestas al pillaje. ¡Yo juzgaré entre cordero y cordero!

Advenimiento del pastor mesiánico

23 “Yo levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David; y él las apacentará. Él las apacentará y así será su pastor. 24 Yo, el SEÑOR, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo el SEÑOR, he hablado.

25 “Estableceré con ellos un pacto de paz y haré que desaparezcan de la tierra las fieras dañinas, de modo que habiten seguros en el desierto y duerman en los bosques. 26 A ellos y a los alrededores de mi colina daré bendición. Haré descender la lluvia a su tiempo; serán lluvias de bendición. 27 Los árboles del campo darán su fruto y la tierra entregará sus productos. Estarán seguros en su propio suelo, y sabrán que soy el SEÑOR cuando yo rompa las coyundas de su yugo y los libre de mano de los que se sirven de ellos. 28 Ya no serán más una presa para las naciones ni los devorarán las fieras de la tierra. Habitarán seguros y no habrá quien los espante. 29 Levantaré para ellos un vergel de paz[cv], y nunca más serán consumidos de hambre en la tierra ni cargarán más con la afrenta de las naciones. 30 Sabrán que yo, su Dios el SEÑOR, estoy con ellos; y que ellos, la casa de Israel, son mi pueblo, dice el SEÑOR Dios[cw]. 31 Ustedes, ovejas mías, ovejas de mi prado, hombres son, y yo soy su Dios”, dice el SEÑOR Dios[cx].

Profecía contra el monte Seír (Edom)

35 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte Seír y profetiza contra él. Dile que así ha dicho el SEÑOR Dios[cy]: ‘He aquí, yo estoy contra ti, oh monte Seír, y contra ti extiendo mi mano. Te convertiré en desolación y soledad. A tus ciudades convertiré en ruinas, y serás una desolación. Y sabrás que yo soy el SEÑOR. Por cuanto han guardado una enemistad perpetua y han entregado a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo del castigo final; por eso, ¡vivo yo, que a la sangre te destinaré, y la sangre te perseguirá!, dice el SEÑOR Dios[cz]. Ya que no aborreciste la sangre, esta te perseguirá. Convertiré al monte Seír en desolación y soledad, y eliminaré de allí al que pasa y al que vuelve. Llenaré sus montes con sus cadáveres. En tus colinas, en tus valles y en todas tus quebradas caerán muertos a espada. Te convertiré en desolación perpetua, y tus ciudades nunca más serán habitadas. Y ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR’.

10 “Por cuanto dijiste: ‘Estas dos naciones y estas dos tierras serán mías, y tomaremos posesión de ellas’, a pesar de que el SEÑOR estaba allí, 11 por eso, ¡vivo yo, que haré conforme a tu ira y conforme al celo con que has procedido a causa de tu odio contra ellos!, dice el SEÑOR Dios[da]. Y seré conocido en ti[db] cuando te juzgue. 12 Tú sabrás que yo, el SEÑOR, he oído todas las infamias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: ‘¡Son desolados y a nosotros nos son entregados como comida!’. 13 Con la boca de ustedes los han engrandecido contra mí, y contra mí se han insolentado. Y yo he oído sus palabras”.

14 Así ha dicho el SEÑOR Dios[dc]: “Cuando toda la tierra se regocije, yo te haré una desolación. 15 Como te regocijaste porque fue desolada la heredad de la casa de Israel, así te haré a ti. Tú, oh monte Seír con toda Edom, serás una desolación. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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