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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 89:14-108:13

14 La justicia y el derecho son
el fundamento de tu trono;
la misericordia y la verdad van delante de tu rostro.
15 ¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo!
Andarán a la luz de tu rostro,
oh SEÑOR.
16 En tu nombre se alegrarán todo el día,
y en tu justicia serán enaltecidos.
17 Porque tú eres la gloria de su poder,
y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío.
18 ¡El SEÑOR es nuestro escudo! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!
19 Antaño hablaste en visión
a tus piadosos
y les dijiste: “Yo he puesto el socorro sobre un valiente;
he enaltecido a uno escogido
de mi pueblo.
20 Hallé a mi siervo David
y lo ungí con mi aceite santo.
21 Mi mano estará firme con él; también mi brazo lo fortalecerá.
22 No lo doblegará el enemigo;
ningún hijo de iniquidad
lo quebrantará.
23 Pero yo quebrantaré delante de él
a sus enemigos,
y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi fidelidad y mi misericordia
estarán con él;
en mi nombre será enaltecido
su poderío.
25 Asimismo, pondré su mano sobre
el mar,
y su mano derecha sobre los ríos.
26 Él me dirá: ‘Tú eres mi padre; eres mi Dios y la roca
de mi salvación’.
27 Yo también le pondré por
primogénito,
más alto que los reyes de la tierra.
28 Para siempre le confirmaré
mi misericordia,
y mi pacto será firme para con él.
29 Estableceré su linaje para siempre,
y su trono como los días de los cielos.
30 Si sus hijos dejan mi ley
y no caminan en mis juicios,
31 si profanan mis estatutos
y no guardan mis mandamientos,
32 entonces castigaré con vara
su rebelión,
y con azotes sus iniquidades.
33 Pero no retiraré de él mi misericordia,
ni falsearé mi fidelidad.
34 No profanaré mi pacto,
ni cambiaré lo que ha salido
de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad,
y no mentiré a David:
36 Su descendencia será para siempre;
y su trono, delante de mí, como el sol.
37 Será como la luna que permanece firme para siempre;
un fiel testigo en medio de las nubes”.
Selah[a]
38 Pero tú has desechado y
menospreciado a tu ungido;
te has airado contra él.
39 Tú has rechazado el pacto
de tu siervo,
y su diadema has profanado hasta
el suelo.
40 Has roto todos sus vallados
y has convertido en ruinas sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
es objeto de afrenta a sus vecinos.
42 Has enaltecido la mano derecha de sus enemigos,
y has alegrado a todos sus adversarios.
43 Asimismo, has hecho volver atrás[b]
su espada
y no lo levantaste en la batalla.
44 Has hecho cesar el cetro
de su esplendor[c],
y has echado su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud, y le has cubierto de afrenta. Selah[d]
46 ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda, por favor, cuán pasajero soy. ¿Por qué habrás creado en vano a todos los hijos del hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá y no verá
la muerte?
¿Librarás su vida del poder del Seol?
Selah[e]
49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias
que por tu fidelidad juraste a David?
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos,
el de muchos pueblos que llevo
en mi seno.
51 Porque tus enemigos, oh SEÑOR, han deshonrado,
han deshonrado los pasos
de tu ungido.
52 ¡Bendito sea el SEÑOR para siempre! Amén y amén.

Libro IV: Salmos 90—106

El Dios eterno y el hombre fugaz

90 Oración de Moisés, hombre de Dios.

Señor, tú has sido nuestro refugio[f] de generación en generación.
Antes que nacieran los montes
y formaras la tierra y el mundo, desde la eternidad hasta la eternidad,
tú eres Dios.
Haces que el hombre vuelva al polvo. Dices: “¡Retornen, oh hijos
del hombre!”.
Pues mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó. Son como una de las vigilias
de la noche.
Los arrasas; son como un sueño: En la mañana son como la hierba que crece;
en la mañana brota y crece,
y al atardecer se marchita y se seca.
Porque con tu furor somos
consumidos
y con tu ira somos turbados.
Has puesto nuestras maldades delante de ti;
nuestros secretos están ante la luz de tu rostro.
Pues todos nuestros días pasan a causa de tu ira;
acabamos nuestros años como un suspiro.
10 Los días de nuestra vida
son setenta años;
y en los más robustos, ochenta años.
La mayor parte de ellos[g] es duro trabajo y vanidad;
pronto pasan, y volamos.
11 ¿Quién conoce el poder de tu ira y de tu indignación,
como debes ser temido?
12 Enséñanos a contar nuestros días
de tal manera que traigamos al corazón sabiduría.
13 ¡Vuelve, oh SEÑOR! ¿Hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos.
14 Por la mañana sácianos de
tu misericordia,
y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos conforme a los días de nuestra aflicción
y a los años en que hemos visto
el mal.
16 Sea manifestada tu obra a tus siervos
y tu esplendor sobre sus hijos.
17 Sea sobre nosotros la gracia del SEÑOR nuestro Dios.
La obra de nuestras manos confirma entre nosotros;
sí, confirma la obra de nuestras manos.

Viviendo bajo la protección divina

91 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.

Diré yo al SEÑOR:
“¡Refugio mío y castillo mío,
mi Dios en quien confío!”.
Porque él te librará
de la trampa del cazador
y de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas te refugiarás;
escudo y defensa es su verdad.
No tendrás temor de espanto nocturno
ni de flecha que vuele de día
ni de peste que ande en la oscuridad
ni de plaga que en pleno día destruya.
Caerán a tu lado mil
y diez mil a tu mano derecha pero a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
y verás la recompensa de los impíos.
Porque al SEÑOR, que es mi refugio,
al Altísimo, has puesto como tu morada,
10 no te sobrevendrá mal
ni la plaga se acercará a tu tienda.
11 Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti
para que te guarden en todos tus caminos.
12 En sus manos te llevarán
de modo que tu pie no tropiece
en piedra.
13 Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo y a la serpiente.
14 “Porque en mí ha puesto su amor,
yo lo libraré;
lo pondré en alto,
por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé; con él estaré en la angustia.
Lo libraré y lo glorificaré;
16 lo saciaré de larga vida
y le mostraré mi salvación”.

La dulzura de la alabanza

92 Salmo. Cántico para el día sábado. Bueno es alabar al SEÑOR, cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.

Bueno es anunciar por la mañana tu misericordia
y tu verdad en las noches
con el arpa de diez cuerdas y la lira, con el tono suave del arpa.
Ciertamente me has alegrado,
oh SEÑOR, con tus hechos; grito de gozo por las obras
de tus manos.
¡Cuán grandes son tus obras,
oh SEÑOR!
Muy profundos son tus pensamientos.
El hombre necio no sabe,
y el insensato no entiende esto:
que los impíos brotan como la hierba,
y que todos los que hacen iniquidad florecen para ser destruidos
para siempre.
Pero tú, oh SEÑOR,
para siempre eres el Altísimo.
Porque he aquí tus enemigos,
oh SEÑOR;
porque he aquí, tus enemigos perecerán.
Serán dispersados todos los que hacen iniquidad.
10 Pero tú enaltecerás mi poder como el de un toro salvaje,
y sobre mí verterás aceite fresco.
11 Mis ojos mirarán sobre mis enemigos; mis oídos oirán de los malhechores que se levantaron contra mí.
12 El justo florecerá como la palmera; crecerá alto como el cedro en el Líbano.
13 Plantados estarán en la casa
del SEÑOR;
florecerán en los atrios de
nuestro Dios.
14 Aun en la vejez fructificarán. Estarán llenos de savia y frondosos
15 para anunciar que el SEÑOR,
mi roca, es recto
y que en él no hay injusticia.

El reinado eterno del SEÑOR

93 ¡El SEÑOR reina!

Se ha vestido de magnificencia.
El SEÑOR se ha vestido de poder
y se ha ceñido.
También afirmó el mundo, y no
se moverá.
Firme es tu trono desde la antigüedad;
tú eres desde la eternidad.
Alzaron los ríos, oh SEÑOR,
alzaron los ríos su sonido;
alzaron los ríos su estruendo.
El SEÑOR en las alturas
es más poderoso
que el estruendo de muchas aguas, más que las recias olas del mar.
Tus testimonios son muy firmes.
La santidad adorna tu casa,
oh SEÑOR,
a través de los años.

El SEÑOR, Dios de justicia

94 Oh SEÑOR, Dios de las venganzas; oh Dios de las venganzas, ¡manifiéstate!

¡Exáltate, oh Juez de la tierra! Da su recompensa a los soberbios.
¿Hasta cuándo los impíos,
hasta cuándo, oh SEÑOR,
se regocijarán los impíos?
Vocean, hablan insolencias
y se confabulan los que hacen
iniquidad.
A tu pueblo, oh SEÑOR, quebrantan;
a tu heredad afligen.
A la viuda y al forastero matan;
a los huérfanos asesinan.
Han dicho: “No lo verá el SEÑOR[h],
ni entenderá el Dios de Jacob”.
Entiendan, torpes del pueblo; ustedes, necios, ¿cuándo serán entendidos?
El que puso el oído, ¿no oirá?
El que formó el ojo, ¿no verá?
10 El que disciplina a las naciones,
¿no reprenderá?
¿No sabrá el que enseña al hombre
el saber?
11 El SEÑOR conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.
12 Bienaventurado el hombre a quien tú, oh SEÑOR[i], disciplinas
y lo instruyes sobre la base de tu ley
13 para darle tranquilidad en los días
de la desgracia;
en tanto que para los impíos se cava una fosa.
14 Porque el SEÑOR no abandonará
a su pueblo
ni desamparará a su heredad.
15 Más bien, el derecho volverá a la justicia,
y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.
16 ¿Quién se levantará por mí contra los malhechores?
¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?
17 Si el SEÑOR no me ayudara
pronto mi alma moraría en el silencio.
18 Cuando yo decía: “Mi pie resbala”,
tu misericordia, oh SEÑOR, me sustentaba.
19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí
tus consolaciones alegraban mi alma.
20 ¿Se aliará contigo el trono de maldad,
el que por decreto instituye el abuso?
21 Conspiran contra la vida del justo
y condenan la sangre inocente.
22 Pero el SEÑOR ha sido mi refugio;
mi Dios ha sido la roca
de mi confianza.
23 Él hará volver sobre ellos
su iniquidad,
y los destruirá a causa de su maldad.
El SEÑOR, nuestro Dios,
los destruirá.

Llamado a la adoración

95 ¡Vengan, cantemos con gozo

al SEÑOR!
Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Acerquémonos ante su presencia con acción de gracias;
aclamémosle con salmos.
Porque el SEÑOR es Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra;
suyas son las alturas de los montes.
Suyo es el mar, pues él lo hizo;
y sus manos formaron la tierra seca.
¡Vengan, adoremos y postrémonos! Arrodillémonos delante del SEÑOR, nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios;
nosotros somos el pueblo de su prado
y las ovejas de su mano.
Si oyen hoy su voz
“no endurezcan sus corazones como en Meriba[j];
como el día de Masá, en el desierto,
donde sus padres me pusieron a prueba;
me probaron y vieron mis obras.
10 Cuarenta años estuve disgustado con aquella generación
y dije: ‘Este pueblo se desvía
en su corazón
y no ha conocido mis caminos’.
11 Por eso juré en mi ira:
‘¡Jamás entrarán en mi reposo!’”[k].

Alabanza al Rey y Juez del universo

96 ¡Canten al SEÑOR un cántico nuevo! ¡Canten al SEÑOR, toda la tierra!

Canten al SEÑOR; bendigan su nombre.
Anuncien de día en día su salvación.
Cuenten entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillas;
porque grande es el SEÑOR
y digno de suprema alabanza.
Él es temible sobre todos los dioses;
porque todos los dioses de los pueblos son ídolos
pero el SEÑOR hizo los cielos.
Gloria y esplendor hay delante de él; poder y hermosura hay en su santuario.
Den al SEÑOR, oh familias
de pueblos,
den al SEÑOR la gloria y el poder.
Den al SEÑOR la gloria debida
a su nombre;
traigan ofrendas y vengan a sus atrios;
adoren al SEÑOR en la hermosura
de la santidad;
tiemble ante su presencia
toda la tierra.
10 Digan entre las naciones:
“¡El SEÑOR reina!
Ciertamente ha afirmado el mundo
y no será movido.
Juzgará a los pueblos con rectitud”.
11 ¡Alégrense los cielos, y gócese
la tierra!
¡Ruja el mar y su plenitud!
12 ¡Regocíjese el campo
y todo lo que hay en él!
Entonces cantarán con júbilo todos los árboles del bosque
13 delante del SEÑOR, pues él viene. Porque él viene para juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con su verdad.

Manifestación del Rey de gloria

97 ¡El SEÑOR reina!

¡Regocíjese la tierra!
¡Alégrense las muchas costas!
Nube y oscuridad hay alrededor de él;
la justicia y el derecho son el fundamento de su trono.
El fuego avanza delante de él
y abrasa a sus enemigos en derredor.
Sus relámpagos alumbran el mundo;
la tierra mira y se estremece.
Delante del Señor los montes se derriten como cera,
delante del SEÑOR de toda la tierra.
Los cielos anuncian su justicia,
y todos los pueblos ven su gloria.
Avergüéncense todos los que sirven a imágenes de talla,
los que se glorían en los ídolos.
¡Todos los dioses póstrense ante él!
Sion escuchó y se alegró;
las hijas de Judá se regocijarán
a causa de tus juicios, oh SEÑOR.
Porque tú, oh SEÑOR,
eres supremo sobre toda la tierra; eres muy enaltecido sobre
todos los dioses.
10 Los que aman al SEÑOR
aborrezcan el mal.
Él guarda la vida de sus fieles; los libra de manos de los impíos.
11 La luz está sembrada para el justo,
la alegría para los rectos de corazón.
12 Alégrense, oh justos, en el SEÑOR; celebren la memoria de su santidad.

Celebración de las victorias de Dios

98 Salmo.

¡Canten al SEÑOR un cántico nuevo porque ha hecho maravillas!
Victoria le ha dado su diestra
y su santo brazo.
El SEÑOR ha dado a conocer su victoria;
ante los ojos de las naciones ha manifestado su justicia.
Se ha acordado de su misericordia
y de su fidelidad para con la casa
de Israel.
Todos los confines de la tierra
han visto la victoria de nuestro Dios.
¡Canten alegres al SEÑOR,
toda la tierra!
Prorrumpan, estallen de gozo
y canten salmos.
Canten salmos al SEÑOR con la lira; con lira y melodía de himnos.
Aclamen con trompetas y sonido
de corneta
delante del Rey, el SEÑOR.
Ruja el mar y su plenitud,
el mundo y los que lo habitan.
Aplaudan los ríos;
regocíjense todos los montes
delante del SEÑOR
porque viene para juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con rectitud.

Reinado de Dios en Sion

99 ¡El SEÑOR reina, tiemblan los pueblos!

Él tiene su trono entre los querubines;
la tierra se estremece.
El SEÑOR es grande en Sion;
es alto sobre todos los pueblos.
Alaben su nombre grande y temible. ¡Él es santo!
Oh poderoso Rey que amas
el derecho,
tú has establecido la rectitud;
tú ejerces en Jacob el derecho
y la justicia.
¡Exalten al SEÑOR, nuestro Dios! Póstrense ante el estrado de sus pies porque[l] él es santo.
Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes;
Samuel estaba entre los que invocaban su nombre.
Invocaban al SEÑOR, y él
les respondía.
En columna de nube hablaba con ellos;
y ellos guardaban sus testimonios
y el estatuto que les había dado.
Oh SEÑOR, Dios nuestro,
tú les respondías;
tú les fuiste un Dios perdonador
y castigador de sus malas obras.
¡Exalten al SEÑOR nuestro Dios! Póstrense ante su santo monte porque santo es el SEÑOR,
nuestro Dios.

Exhortación a la gratitud

100 Salmo de acción de gracias. ¡Canten alegres al SEÑOR, habitantes de[m] toda la tierra!

Sirvan al SEÑOR con alegría; vengan ante su presencia con regocijo.
Reconozcan que el SEÑOR es Dios;
él nos hizo, y no nosotros
a nosotros mismos.
Pueblo suyo somos y ovejas
de su prado.
Entren por sus puertas con acción
de gracias,
por sus atrios con alabanza. Denle gracias; bendigan su nombre
porque el SEÑOR es bueno.
Para siempre es su misericordia,
y su fidelidad por todas
las generaciones.

Votos de un gobernante

101 Salmo de David.

De la misericordia y el derecho cantaré;
a ti cantaré salmos, oh SEÑOR.
Daré atención al camino de
la integridad.
¿Cuándo vendrás a mí?
En integridad de corazón andaré
en medio de mi casa.
No pondré delante de mis ojos cosa indigna;
aborrezco la obra de los que
se desvían.
Ella no se me pegará.
El corazón perverso será apartado
de mí;
no reconoceré al malo.
Al que solapadamente difama
a su prójimo,
a ese yo lo silenciaré;
no soportaré al de ojos altaneros y
de corazón arrogante.
Mis ojos pondré en los fieles
de la tierra
para que habiten conmigo.
El que anda en camino de integridad, ese me servirá.
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos.
Por las mañanas cortaré de la tierra
a todos los impíos
para extirpar de la ciudad del SEÑOR a todos los que obran iniquidad.

Oración de un afligido

102 Oración de un afligido, cuando desmaya y derrama su lamento delante del SEÑOR. Oh SEÑOR, escucha mi oración

y llegue a ti mi clamor.
No escondas de mí tu rostro
en el día de mi angustia;
inclina a mí tu oído.
En el día en que te invoque
apresúrate a responderme.
Porque mis días se han disipado como humo;
mis huesos arden como un brasero.
Mi corazón ha sido herido
y se ha secado como la hierba por lo cual me olvidé de comer mi pan.
Por la voz de mi gemido
mis huesos se han pegado a mi carne.
Soy semejante al búho del desierto; soy como la lechuza
de los sequedales.
Estoy insomne;
soy como un pájaro solitario
sobre el tejado.
Todo el día me afrentan
mis enemigos;
los que me escarnecen se han conjurado contra mí.
Por eso he comido ceniza como pan,
y mi bebida mezclo con llanto
10 a causa de tu enojo y de tu ira. Porque me levantaste y me arrojaste,
11 mis días son como la sombra
que se va.
Me he secado como la hierba.
12 Pero tú, oh SEÑOR, permanecerás para siempre,
y tu memoria de generación en generación.
13 Levántate, ten misericordia de Sion porque ha llegado el tiempo de tener compasión de ella.
14 Tus siervos aman sus piedras,
y de su polvo tienen compasión.
15 Entonces las naciones temerán el nombre del SEÑOR
y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.
16 Por cuanto el SEÑOR habrá edificado a Sion,
será visto en su gloria.
17 Habrá considerado la oración de los despojados,
y no habrá desechado el ruego
de ellos.
18 Sea escrito esto para la generación venidera,
y un pueblo que será creado alabará al SEÑOR[n].
19 Porque miró desde lo alto de su santuario,
el SEÑOR miró desde los cielos
a la tierra,
20 para oír el gemido de los presos, para librar a los sentenciados a muerte,
21 para contar en Sion del nombre del SEÑOR
y de su alabanza en Jerusalén
22 cuando los pueblos y reinos se congreguen en uno para servir
al SEÑOR.
23 Debilitó mi fuerza en el camino
y acortó mis días.
24 Dije: “Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días.
¡Tus años duran por generación y generación!
25 Tú fundaste la tierra en la antigüedad; los cielos son obra de tus manos.
26 Ellos perecerán pero tú permanecerás. Todos ellos se envejecerán como
un vestido;
como a ropa los cambiarás, y pasarán.
27 Pero tú eres el mismo
y tus años no se acabarán.
28 Los hijos de tus siervos habitarán
seguros,
y su descendencia estará firme delante de ti”.

Alabanza de un alma agradecida

103 De David.

Bendice, oh alma mía, al SEÑOR. Bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, oh alma mía, al SEÑOR
y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas
tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias,
el que rescata del hoyo tu vida,
el que te corona de favores
y de misericordia,
el que sacia con bien tus anhelos[o]
de modo que te rejuvenezcas
como el águila.
El SEÑOR es quien hace justicia
y derecho
a todos los que padecen violencia.
Sus caminos dio a conocer a Moisés;
y a los hijos de Israel, sus obras.
Compasivo y clemente es el SEÑOR, lento para la ira y grande
en misericordia.
No contenderá para siempre
ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades
ni nos ha pagado conforme
a nuestros pecados.
11 Pues como la altura de los cielos sobre la tierra,
así ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen.
12 Tan lejos como está el oriente del occidente
así hizo alejar de nosotros nuestras
rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
así se compadece el SEÑOR de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba
son sus días:
Florece como la flor del campo
16 que, cuando pasa el viento, perece
y su lugar no la vuelve a conocer.
17 Pero la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen;
y su justicia sobre los hijos
de sus hijos,
18 sobre los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 El SEÑOR estableció en los cielos
su trono,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendigan al SEÑOR, ustedes sus poderosos ángeles
que ejecutan su palabra obedeciendo la voz de ella.
21 Bendigan al SEÑOR, ustedes todos sus ejércitos;
servidores suyos que hacen su voluntad.
22 Bendigan al SEÑOR, ustedes todas sus obras
en todos los lugares de su señorío. ¡Bendice, alma mía, al SEÑOR!

Creación y providencia de Dios

104 ¡Bendice, alma mía, al SEÑOR! SEÑOR, Dios mío, qué

¡grande eres!
Te has vestido de gloria y de
esplendor.
Tú eres el que se cubre de luz como de vestidura,
que extiende los cielos como una tienda,
que construye sus altas moradas sobre las aguas,
que hace de las nubes su carroza,
que anda sobre las alas del viento,
que hace a los vientos sus mensajeros
y a las llamas de fuego sus servidores.
Él fundó la tierra sobre sus cimientos;
no será jamás removida.
Con el océano, como con vestido,
la cubriste;
sobre las montañas estaban las aguas.
A tu reprensión huyeron;
se apresuraron al sonido de tu trueno.
Subieron las montañas;
descendieron los valles
al lugar que tú estableciste para ellos.
Les pusiste un límite,
el cual no traspasarán
ni volverán a cubrir la tierra.
10 Tú eres el que vierte los manantiales en los arroyos;
corren entre las colinas.
11 Dan de beber a todos los animales del campo;
los asnos monteses mitigan su sed.
12 Junto a ellos habitan las aves del cielo
y trinan entre las ramas.
13 Tú das de beber a las montañas desde tus altas moradas;
del fruto de tus obras se sacia la tierra.
14 Haces producir el pasto para los animales
y la vegetación para el servicio del hombre
a fin de sacar de la tierra el alimento:
15 el vino que alegra el corazón del hombre,
el aceite que hace lucir su rostro,
y el pan que sustenta el corazón del hombre.
16 Se llenan de savia los árboles del SEÑOR;
los cedros del Líbano que él plantó.
17 Allí anidan las aves;
en sus copas hace su nido la cigüeña.
18 Los montes altos son para las cabras monteses;
las peñas, para las madrigueras de los conejos.
19 Tú eres el que hizo la luna para
las estaciones;
el sol conoce su ocaso.
20 Pones las tinieblas, y es de noche;
en ella corretean todos los animales silvestres.
21 Los leones rugen por la presa
y reclaman a Dios su comida.
22 Sale el sol; se recogen
y se echan en sus cuevas.
23 Sale el hombre a su labor
y a su labranza hasta el anochecer.
24 ¡Cuán numerosas son tus obras,
oh SEÑOR!
A todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
25 Este es el mar grande y ancho,
en el cual hay peces sin número, animales grandes y pequeños.
26 Sobre él van los navíos;
allí está el Leviatán[p]
que hiciste para que jugase en él.
27 Todos ellos esperan en ti
para que les des su comida
a su tiempo.
28 Tú les das, y ellos recogen;
abres tu mano, y se sacian del bien.
29 Escondes tu rostro, y se desvanecen;
les quitas el aliento, y dejan de ser. Así vuelven a ser polvo.
30 Envías tu hálito, y son creados;
y renuevas la superficie de la tierra.
31 ¡Sea la gloria del SEÑOR
para siempre!
Alégrese el SEÑOR en sus obras.
32 Él mira la tierra, y ella tiembla; toca las montañas, y humean.
33 Cantaré al SEÑOR en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
34 Que mi meditación le sea grata
y que yo me alegre en el SEÑOR.
35 Sean exterminados de la tierra los pecadores,
y los impíos dejen de ser.
¡Bendice, oh alma mía, al SEÑOR! ¡Aleluya!

Dios en la historia de Israel

105 ¡Den gracias al SEÑOR! ¡Invoquen su nombre!

Den a conocer entre los pueblos sus hazañas.
Cántenle, cántenle salmos;
hablen de todas sus maravillas.
Gloríense en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.
Busquen al SEÑOR y su poder; busquen continuamente su rostro.
Acuérdense de las maravillas
que ha hecho,
de sus prodigios y de los juicios
de su boca,
oh ustedes, descendientes de Abraham[q], su siervo;
hijos de Jacob, sus escogidos.
Él es el SEÑOR, nuestro Dios;
en toda la tierra están sus juicios.
Se acordó para siempre de su pacto[r]
—de la palabra que mandó para mil generaciones—,
el cual hizo con Abraham;
y de su juramento a Isaac.
10 Lo confirmó a Jacob por estatuto, como pacto sempiterno a Israel,
11 diciendo: “A ti[s] daré la tierra de Canaán
como la porción que poseerán”.
12 Cuando eran pocos en número, muy pocos y forasteros en ella;
13 cuando andaban de nación en nación
y de un reino a otro pueblo,
14 no permitió que nadie los oprimiese; más bien, por causa de ellos castigó a reyes.
15 Dijo: “¡No toquen a mis ungidos,
ni hagan mal a mis profetas!”.
16 Cuando trajo hambre sobre la tierra
y cortó todo el sustento de pan,
17 ya había enviado delante de ellos
a un hombre,
a José[t], que fue vendido como
esclavo.
18 Afligieron con grilletes sus pies,
y a su cuello pusieron cadena de hierro
19 hasta que se cumplió su palabra,
y el dicho del SEÑOR lo aprobó.
20 Entonces el rey mandó que
lo soltaran;
el soberano de los pueblos lo desató.
21 Lo puso como señor de su casa[u]
y como gobernador de toda
su posesión
22 para que disciplinara a su gusto a los grandes
y a sus ancianos enseñara sabiduría.
23 Después entró Israel en Egipto,
y Jacob fue extranjero en la tierra
de Cam[v].
24 Dios hizo que su pueblo fuera muy fecundo,
y lo hizo más fuerte que sus enemigos.
25 Cambió el corazón de estos
para que aborreciesen a su pueblo, para que contra sus siervos actuaran con engaño.
26 Envió a su siervo Moisés[w],
y a Aarón, al cual escogió.
27 Puso en ellos las palabras de
sus señales
y sus prodigios en la tierra de Cam.
28 Envió tinieblas[x] y trajo oscuridad pero no guardaron[y] sus palabras.
29 Convirtió sus aguas en sangre[z]
y mató sus peces.
30 Su tierra produjo ranas[aa]
hasta en las habitaciones de sus reyes.
31 Habló, y llegaron enjambres
de moscas
y piojos en todo su territorio[ab].
32 Convirtió sus lluvias en granizo[ac]
y en llamas de fuego, en su tierra.
33 Dañó sus viñas y sus higueras
y quebró los árboles de su territorio.
34 Habló, y vinieron langostas[ad]
y pulgón sin número.
35 Comieron toda la hierba de su país
y devoraron el pasto de su tierra.
36 Golpeó, además, a todos los
primogénitos[ae] de su país,
las primicias de todo su vigor.
37 Los sacó con plata y oro[af];
no hubo entre sus tribus enfermo.
38 Egipto se alegró de que salieran porque su terror había caído
sobre ellos.
39 Extendió una nube por cortina[ag];
y fuego para alumbrar de noche.
40 Pidieron, e hizo venir codornices[ah]
y los sació con pan del cielo[ai].
41 Abrió la peña[aj] y fluyeron aguas; corrieron por los sequedales como río.
42 Porque se acordó de su santa promesa dada a su siervo Abraham[ak].
43 Así sacó a su pueblo con gozo; con júbilo sacó a sus escogidos.
44 Les dio las tierras de las naciones,
y heredaron el fruto de las labores
de ellas
45 para que guardaran sus estatutos
y observaran sus leyes.
¡Aleluya!

Confesión de los fracasos de Israel

106 ¡Aleluya!

¡Alaben al SEÑOR, porque es bueno;
porque para siempre es
su misericordia!
¿Quién declarará las proezas del SEÑOR?
¿Quién hará oír todas sus alabanzas?
Bienaventurados los que guardan
el derecho,
los que en todo tiempo hacen justicia.
Acuérdate de mí, oh SEÑOR, según tu benevolencia para con
tu pueblo.
Visítame con tu salvación
para que vea el bien de tus escogidos, para que me alegre con la alegría de tu pueblo,
para que me gloríe con tu heredad.
Hemos pecado como nuestros padres; hemos hecho iniquidad;
hemos actuado impíamente.
Nuestros padres en Egipto
no entendieron tus maravillas;
no se acordaron de tus innumerables hechos de misericordia
sino que se rebelaron junto al mar,
el mar Rojo.
Sin embargo, los libró por amor
de su nombre
para dar a conocer su poder.
Reprendió al mar Rojo[al] y lo secó; los hizo ir por los abismos como por un desierto.
10 Los libró del enemigo;
los rescató de mano del adversario.
11 Las aguas cubrieron a sus enemigos[am];
no quedó uno solo de ellos.
12 Entonces creyeron en sus palabras
y cantaron su alabanza[an].
13 Pero pronto se olvidaron de sus obras
y no esperaron su consejo.
14 Ardieron de apetito[ao] en el desierto
y probaron a Dios en la soledad.
15 Él les dio lo que pidieron
pero envió a sus almas debilidad.
16 Después tuvieron celos[ap] de Moisés en el campamento,
y de Aarón, el consagrado
del SEÑOR.
17 La tierra se abrió y tragó a Datán[aq],
y cubrió al grupo de Abiram.
18 El fuego se encendió contra su grupo;
la llama devoró a los impíos.
19 En Horeb hicieron un becerro[ar]
y se postraron ante una imagen
de fundición.
20 Así cambiaron su gloria
por la de un toro que come hierba.
21 Olvidaron al Dios de su salvación que había hecho grandezas en Egipto,
22 maravillas en la tierra de Cam, cosas formidables junto al mar Rojo.
23 Él dijo que los hubiera destruido[as] de no haberse interpuesto Moisés,
su escogido, ante él en la brecha,
a fin de aplacar su ira, para que no los destruyera.
24 Sin embargo, aborrecieron la tierra deseable
y no creyeron en su palabra.
25 Más bien, murmuraron en sus tiendas
y no escucharon la voz del SEÑOR.
26 Por tanto, alzó su mano contra ellos para postrarlos en la tierra.
27 para dispersar[at] a sus descendientes entre las naciones
y esparcirlos por las tierras.
28 Cuando se adhirieron al Baal de Peor, comieron[au] de los sacrificios
de los muertos.
29 Provocaron a Dios con sus obras,
y se desató entre ellos la mortandad.
30 Entonces se levantó Fineas[av]
y ejecutó juicio,
y se detuvo la mortandad.
31 Aquello le fue contado por justicia
de generación en generación y para siempre.
32 También le indignaron en las aguas de Meriba[aw]
y por causa de ellos le fue mal
a Moisés;
33 porque hicieron que su espíritu
se amargara
y él habló precipitadamente con sus labios.
34 Tampoco destruyeron[ax] a los pueblos, como el SEÑOR les había dicho.
35 Más bien, se mezclaron con gentiles
y aprendieron sus obras.
36 Sirvieron a sus ídolos,
los cuales llegaron a ser una trampa.
37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas
a los demonios;
38 derramaron la sangre inocente,
la sangre de sus hijos y de sus hijas que sacrificaron a los ídolos
de Canaán.
La tierra fue profanada con los hechos de sangre.
39 Así se contaminaron con sus obras
y se prostituyeron con sus hechos.
40 Por tanto, la ira del SEÑOR
se encendió contra su pueblo,
y abominó su heredad.
41 Los entregó en poder de las naciones,
y los que los aborrecían se
enseñorearon de ellos.
42 Sus enemigos los oprimieron,
y fueron quebrantados debajo
de su mano.
43 Muchas veces los libró,
pero ellos se rebelaron contra
su consejo
y fueron humillados[ay] a causa
de su iniquidad.
44 Con todo, él los vio cuando estaban en angustia
y oyó su clamor.
45 Se acordó de su pacto con ellos
y se compadeció conforme
a su gran compasión.
46 Asimismo, hizo que tuviesen misericordia de ellos
todos los que los tenían cautivos.
47 ¡Sálvanos, oh SEÑOR, Dios nuestro! Reúnenos de entre las naciones para que confesemos tu santo nombre, para que nos gloriemos
en tus alabanzas.
48 ¡Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel desde la eternidad hasta la eternidad!
Y diga todo el pueblo: “¡Amén!”. ¡Aleluya!

Libro V: Salmos 107—150

Salmo de gratitud por la liberación

107 ¡Alaben al SEÑOR, porque

es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
Díganlo los redimidos del SEÑOR, los que ha redimido del poder del enemigo
y los que ha congregado de las tierras del oriente y del occidente,
del norte y del sur.
Perdidos anduvieron por el desierto, en el sequedal;
no hallaron camino hacia una ciudad habitada.
Estaban hambrientos y sedientos; sus almas desfallecían en ellos.
Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
Los dirigió por camino derecho para que fuesen a una ciudad en que habitar.
¡Den gracias al SEÑOR por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
Porque él sacia al alma sedienta
y llena de bien al alma hambrienta.
10 Habitaban en tinieblas y en densa oscuridad,
aprisionados en la miseria y en cadenas de hierro,
11 porque fueron rebeldes a las palabras del SEÑOR
y aborrecieron el consejo del Altísimo.
12 Por eso sometió el corazón de ellos con dura labor;
cayeron, y no hubo quien les ayudase.
13 Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
14 Los sacó de las tinieblas, de la densa oscuridad,
y rompió sus cadenas.
15 ¡Den gracias al SEÑOR por
su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
16 Porque rompió las puertas de bronce
y desmenuzó los cerrojos de hierro.
17 Fueron afligidos los insensatos
a causa de su camino rebelde
y a causa de sus maldades.
18 Su alma abominó toda comida,
y llegaron hasta las puertas
de la muerte.
19 Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
20 Envió su palabra y los sanó;
los libró de su ruina.
21 ¡Den gracias al SEÑOR por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
22 Ofrezcan sacrificios de acción
de gracias
y proclamen sus obras con júbilo.
23 Los que descienden al mar
en los barcos
y hacen negocios en los océanos,
24 ellos han visto las obras del SEÑOR
y sus maravillas en lo profundo del mar.
25 Él habló y desató el viento
de la tempestad,
e hizo que se elevaran sus olas.
26 Subieron los cielos, descendieron los abismos;
su alma se derretía con el daño.
27 Se tambalearon y temblaron como
un borracho,
y toda su sabiduría se echó a perder.
28 Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
29 Él trae calma a la tempestad,
y se apaciguan sus olas.
30 Entonces se alegran porque ellas
se aquietan,
y él los guía al puerto que desean.
31 ¡Den gracias al SEÑOR por
su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
32 Exáltenlo en la congregación del pueblo
y alábenlo en la reunión de
los ancianos.
33 Él convierte los ríos en desierto
y las fuentes de aguas en tierra sedienta.
34 Convierte las tierras fértiles en salobres
por la maldad de los que las habitan.
35 Convierte el desierto en estanques
de agua
y la tierra seca en manantiales.
36 Allí establece a los hambrientos
y fundan una ciudad en que habitar.
37 Siembran campos, plantan viñas
y logran abundante fruto.
38 Los bendice, y se multiplican en gran manera;
y no deja que disminuya su ganado.
39 Cuando son reducidos en número
y menoscabados
a causa de la opresión, de la calamidad y de la congoja,
40 derrama menosprecio sobre
los príncipes,
y les hace andar errantes, vagabundos, sin camino.
41 Y levanta de la miseria al necesitado y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.
42 Véanlo los rectos y alégrense; pero toda maldad cierre la boca.
43 Quien sea sabio y guarde estas cosas entenderá los hechos misericordiosos del SEÑOR.

La liberación divina

108 Cántico. Salmo de David. Mi corazón está firme, oh Dios; cantaré y entonaré salmos aun con

mi alma.
¡Despierten, oh arpa y lira!
Despertaré al alba.
Te alabaré entre los pueblos,
oh SEÑOR;
a ti cantaré salmos entre las naciones.
Porque grande, más que los cielos,
es tu misericordia;
y hasta las nubes, tu verdad.
¡Seas exaltado sobre los cielos,
oh Dios;
y sobre toda la tierra, tu gloria!
Salva con tu diestra y respóndenos
de modo que sean librados
tus amados.
Dios ha hablado en su santuario: “¡Cómo me regocijo!
Repartiré a Siquem
y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad y mío es Manasés. Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi cetro.
Moab es la vasija en que me lavo; sobre Edom echaré mis sandalias,
y sobre Filistea lanzaré mi grito
de victoria”.
10 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?
¿Quién me conducirá hasta Edom?
11 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,
y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?
12 Danos socorro ante el enemigo pues vana es la liberación
que da el hombre.
13 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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