Bible in 90 Days
Sacerdotes para servir en el templo
24 Estos son los grupos de los hijos de Aarón. Los hijos de Aarón fueron: Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. 2 Nadab y Abihú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos. Y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.
3 David, con Sadoc de los hijos de Eleazar y con Ajimelec de los hijos de Itamar, los organizó según sus funciones en su servicio. 4 Los hijos de Eleazar resultaron ser más numerosos que los de Itamar en cuanto a hombres principales, por lo que los organizaron así: De los hijos de Eleazar había dieciséis jefes de casas paternas, y de los hijos de Itamar había ocho, según sus casas paternas. 5 Los organizaron por sorteo, tanto a los unos como a los otros, pues había oficiales del santuario y oficiales de la casa de Dios entre los hijos de Eleazar y entre los hijos de Itamar. 6 El escriba Semeías hijo de Natanael, de los levitas, los inscribió en presencia del rey, de los magistrados, del sacerdote Sadoc, de Ajimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y de los levitas. Designaron por sorteo una casa paterna para Eleazar y otra para Itamar.
7 La primera suerte tocó a Joyarib, la segunda a Jedaías, 8 la tercera a Harim, la cuarta a Seorim, 9 la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín, 10 la séptima a Cos, la octava a Abías, 11 la novena a Jesúa, la décima a Secanías, 12 la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim, 13 la decimotercera a Hupa, la decimocuarta a Jesebeab, 14 la decimoquinta a Bilga, la decimosexta a Imer, 15 la decimoséptima a Hezir, la decimoctava a Afses, 16 la decimonovena a Petajías, la vigésima a Ezequiel, 17 la vigesimoprimera a Jaquín, la vigesimosegunda a Gamul, 18 la vigesimotercera a Delaías, la vigesimocuarta a Maazías.
19 Estos fueron distribuidos para el servicio al entrar en la casa del SEÑOR, conforme a lo establecido para ellos por medio de su padre Aarón, de la manera que le había mandado el SEÑOR Dios de Israel.
Otros levitas para el servicio
20 De los hijos de Leví que quedaron, fueron designados: Subael de los hijos de Amram y Jehedías de los hijos de Subael. 21 De Rejabías: Isías era el jefe de los hijos de Rejabías.
22 De los hijos de Izjar, Selomot. De los hijos de Selomot, Yajat.
23 De los hijos de Hebrón[a]: Jerías el primero, Amarías el segundo, Yajaziel el tercero y Jecamán el cuarto.
24 De los hijos de Uziel, Micaías. De los hijos de Micaías, Samir. 25 El hermano de Micaías fue Isías; y de los hijos de Isías, Zacarías.
26 Los hijos de Merari fueron Majli y Musi; y de los hijos de Jaazías, Beno. 27 De los hijos de Merari, a través de Jaazías, Beno, Soham, Zacur e Ibri. 28 De Majli, Eleazar, el cual no tuvo hijos. 29 De Quis, el hijo de Quis fue Jerameel. 30 Los hijos de Musi fueron: Majli, Eder y Jerimot.
Estos fueron los hijos de los levitas, conforme a sus casas paternas. 31 Estos también participaron en el sorteo, como sus hermanos los hijos de Aarón, tanto los jefes de casas paternas como el menor de sus hermanos, en presencia del rey David, de Sadoc, de Ajimelec y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y de los levitas.
Músicos y cantores para el templo
25 Asimismo, David y los jefes del ejército apartaron para el servicio a algunos de los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, quienes profetizaban con arpas, liras y címbalos. La lista de ellos, de los hombres que realizaban su servicio fue:
2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela. Los hijos de Asaf estaban bajo la dirección de Asaf, quien profetizaba bajo la dirección del rey.
3 De Jedutún, los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Simei[b], Hasabías y Matatías; seis en total. Ellos estaban bajo la dirección de su padre Jedutún, quien profetizaba acompañado de arpa para dar gracias y alabar al SEÑOR.
4 De Hemán, los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Subael[c], Jeremot, Ananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romamti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Majaziot. 5 Todos estos eran hijos de Hemán, vidente del rey, y tenían palabras de Dios, para ensalzar su poder. Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas. 6 Todos estos, bajo la dirección de su padre, estaban dedicados a la música en la casa del SEÑOR con címbalos, liras y arpas, para el servicio de la casa de Dios. Y Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo la dirección del rey. 7 El número de ellos y de sus hermanos, expertos en la música dedicada al SEÑOR, todos maestros, era de doscientos ochenta y ocho. 8 Echaron suertes para establecer los turnos del servicio, participando tanto el pequeño como el grande, lo mismo el maestro que el alumno.
9 La primera suerte tocó a José, de los de Asaf.
La segunda, a Gedalías que con sus hermanos y sus hijos eran doce.
10 La tercera, a Zacur que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
11 La cuarta, a Izri que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
12 La quinta, a Netanías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
13 La sexta, a Buquías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
14 La séptima, a Jesarela que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
15 La octava, a Jesaías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
16 La novena, a Matanías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
17 La décima, a Simei que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
18 La undécima, a Azareel que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
19 La duodécima, a Hasabías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
20 La decimotercera, a Subael que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
21 La decimocuarta, a Matatías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
22 La decimoquinta, a Jeremot que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
23 La decimosexta, a Ananías que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
24 La decimoséptima, a Josbecasa que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
25 La decimoctava, a Hanani que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
26 La decimonovena, a Maloti que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
27 La vigésima, a Eliata que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
28 La vigesimoprimera, a Hotir que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
29 La vigesimosegunda, a Gidalti que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
30 La vigesimotercera, a Majaziot que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
31 La vigesimocuarta, a Romamti-ezer que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
Porteros para el templo
26 La distribución de los porteros fue así: De los coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf. 2 Los hijos de Meselemías fueron: Zacarías el primogénito, Yediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto, 3 Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo.
4 Los hijos de Obed-edom fueron: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Jóaj el tercero, Sacar el cuarto, Natanael el quinto, 5 Amiel el sexto, Isacar el séptimo, Peultai el octavo; porque Dios había bendecido a Obed-edom. 6 También a su hijo Semaías le nacieron hijos que gobernaban en sus casas paternas[d], porque eran hombres valientes. 7 Los hijos de Semaías fueron: Otni, Rafael, Obed, Elzabad y sus hermanos, hombres valerosos, Elihú y Samaquías. 8 Todos estos fueron de los hijos de Obed-edom. Ellos, con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio, fueron sesenta y dos de Obed-edom.
9 Los hijos de Meselemías y sus parientes fueron dieciocho hombres valerosos.
10 Los hijos de Hosa, de los hijos de Merari, fueron: Simri el primero (aunque no era el primogénito, su padre lo designó el primero), 11 Hilquías el segundo, Tebalías el tercero y Zacarías el cuarto. Todos los hijos y hermanos de Hosa fueron trece.
12 Estos grupos de porteros, a través de sus hombres principales, tenían los deberes, igual que sus hermanos, de servir en la casa del SEÑOR. 13 Echaron suertes para cada puerta, participando tanto el pequeño como el grande, según sus casas paternas. 14 La suerte para la del oriente tocó a Selemías. También incluyeron en el sorteo a su hijo Zacarías, consejero entendido, y le tocó la del norte. 15 A Obed-edom le tocó la del sur, y a sus hijos les tocó la casa de las provisiones. 16 A Supim y a Hosa les tocó la del occidente con la puerta de Salequet, en la calzada que sube.
Una guardia estaba frente a la otra guardia: 17 Al oriente había seis levitas[e], al norte había cuatro por día, al sur había cuatro por día, en la casa de las provisiones se turnaban de dos en dos, 18 en el atrio del occidente había cuatro en la avenida y dos en el atrio mismo.
19 Esta es la distribución de los porteros, descendientes de Coré y de Merari.
Tesoreros para el templo
20 De los levitas, Ajías estaba encargado de los tesoros de la casa de Dios y de los tesoros de las cosas sagradas. 21 De los hijos de Ladán, de los hijos de los gersonitas a través de Ladán: El jefe de las casas paternas de Ladán el gersonita era Yejiel. 22 Los hijos de Yejiel, Zetam y su hermano Joel, estaban encargados de los tesoros de la casa del SEÑOR.
23 De los amramitas, de los izjaritas, de los hebronitas y de los uzielitas, 24 Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés, era jefe sobre los tesoros. 25 Y sus hermanos, a través de Eliezer: su hijo Rejabías, cuyo hijo fue Jesaías, cuyo hijo fue Joram, cuyo hijo fue Zicri, cuyo hijo fue Selomot. 26 Este Selomot y sus hermanos estaban encargados de todos los tesoros de las cosas sagradas que habían consagrado el rey David, los jefes de las casas paternas, los jefes de millares y de centenas y los jefes del ejército. 27 Las habían consagrado de las batallas y del botín, para mantener la casa del SEÑOR. 28 Asimismo, todo lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl hijo de Quis, Abner hijo de Ner y Joab, hijo de Sarvia, y todo lo que cualquiera consagraba estaba bajo la administración de Selomot y de sus hermanos.
Oficiales y jueces en Israel
29 De los izjaritas, Quenaanías y sus hijos estaban encargados de la administración externa. Eran oficiales y jueces en Israel.
30 De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, mil setecientos hombres de valor, estaban encargados de la administración de Israel en la región occidental del Jordán, en toda la obra del SEÑOR y en el servicio del rey. 31 En cuanto a los hebronitas, Jerías era el jefe de los hebronitas, distribuidos según sus clanes y casas paternas. En el año cuarenta del reinado de David se buscaron, y se hallaron entre ellos hombres valerosos en Jazer de Galaad. 32 Y sus hermanos, hombres de valor, sumaban dos mil setecientos jefes de casas paternas, a los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y sobre la media tribu de Manasés, tanto para los asuntos de Dios como para los asuntos del rey.
Los jefes del ejército
27 Esta es la lista de los hijos de Israel, los jefes de casas paternas, los jefes de millares y de centenas, y sus oficiales que servían al rey en todo lo concerniente a las divisiones del ejército, que entraban y salían cada mes, durante todos los meses del año. Cada división tenía veinticuatro mil hombres.
2 Al frente de la primera división, para el primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel. Su división tenía veinticuatro mil hombres. 3 Él era de los hijos de Fares y estaba al frente de todos los jefes del ejército para el primer mes.
4 Al frente de la división del segundo mes estaba Dodai el ajojita, y un jefe en su división era Miclot. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
5 El tercer jefe del ejército, para el tercer mes, era Benaías, hijo del sumo sacerdote Joyada. Su división tenía veinticuatro mil hombres. 6 Este Benaías era uno de los treinta valientes, y estaba al mando de los treinta. En su división estaba su hijo Amisabad.
7 El cuarto, para el cuarto mes, era Asael, hermano de Joab. Y después de él estaba su hijo Zebadías. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
8 El quinto, para el quinto mes, era el jefe Samot el izrajita. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
9 El sexto, para el sexto mes, era Ira hijo de Iques, de Tecoa. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
10 El séptimo, para el séptimo mes, era Heles el pelonita, de los hijos de Efraín. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
11 El octavo, para el octavo mes, era Sibecai, de Husa, de los zerajitas. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
12 El noveno, para el noveno mes, era Abiezer, de Anatot, de los de Benjamín. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
13 El décimo, para el décimo mes, era Maharai, de Netofa, de los zerajitas. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
14 El undécimo, para el undécimo mes, era Benaías, de Piratón, de los hijos de Efraín. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
15 El duodécimo, para el duodécimo mes, era Heldai, de Netofa, de Otoniel. Su división tenía veinticuatro mil hombres.
Los jefes de las tribus
16 Asimismo, al frente de las tribus de Israel estaban:
de los rubenitas, el jefe Eliezer hijo
de Zicri;
de los simeonitas, Sefatías hijo de Maaca;
17 de los levitas, Hasabías hijo de Quemuel; de los aaronitas, Sadoc;
18 de Judá, Elihú, uno de los hermanos de David;
de Isacar, Omri hijo de Micael;
19 de Zabulón, Ismaías hijo de Abdías;
de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel;
20 de los hijos de Efraín, Oseas hijo de Azazías;
de la media tribu de Manasés, Joel hijo de Pedaías;
21 de la otra media tribu de Manasés en Galaad, Ido hijo de Zacarías;
de Benjamín, Jaaziel hijo de Abner;
22 de Dan, Azareel hijo de Jerojam.
Estos fueron los jefes de las tribus de Israel. 23 David no tomó el número de los de veinte años para abajo, porque el SEÑOR había prometido que él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab, hijo de Sarvia, había comenzado a contar, pero no acabó, pues por esto vino la ira sobre Israel. Y el número no fue registrado en el libro de las crónicas del rey David.
Administradores del patrimonio real
25 Azmávet hijo de Adiel era el encargado de los tesoros reales. Jonatán hijo de Uzías, de los almacenes en el campo, en las ciudades, en las aldeas y en las torres. 26 Ezri hijo de Quelub, de los que trabajaban en el cultivo de las tierras. 27 Simei, de Ramá, de las viñas. Zabdías el sifmita, del producto de las viñas para las bodegas. 28 Baal-janán, de Gedera, de los olivares y de los sicómoros que había en la Sefela. Joás, de los almacenes de aceite. 29 Sitrai, de Sarón, del ganado vacuno que pastaba en Sarón. Safat hijo de Adlai, del ganado vacuno que estaba en los valles. 30 Obil el ismaelita, de los camellos. Jehedías, de Meronot, de los asnos. 31 Y Jaziz el hagrieno, de los rebaños de ovejas.
Todos estos eran los encargados del patrimonio del rey David.
Otros funcionarios de David
32 Jonatán, tío de David, era consejero, hombre prudente y escriba; él y Yejiel hijo de Hacmoni asistían a los hijos del rey. 33 Ajitofel era consejero del rey. Husai el arquita era amigo del rey. 34 Después de Ajitofel estaban Joyada hijo de Benaías y Abiatar. Y Joab era el jefe del ejército del rey.
Salomón asume los planes del templo
28 David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel: los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y los jefes de centenas, los jefes de todo el patrimonio, del ganado del rey y de sus hijos, con los funcionarios, los hombres valerosos y todos los guerreros valientes. 2 Y poniéndose de pie, David dijo: “Óiganme, hermanos míos y pueblo mío: Yo tenía en mi corazón el anhelo de edificar una casa para que reposara el arca del pacto del SEÑOR y para estrado de los pies de nuestro Dios. Yo hice los preparativos para edificar, 3 pero Dios me dijo: ‘No edificarás una casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre’. 4 No obstante, el SEÑOR Dios de Israel me eligió de entre toda la familia de mi padre para que fuera rey de Israel para siempre, porque escogió a Judá como caudillo. De la tribu de Judá escogió a la casa de mi padre, y entre los hijos de mi padre se complació en mí para constituirme rey sobre todo Israel. 5 Y de todos mis hijos (porque el SEÑOR me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón, para que se sentara en el trono del reino del SEÑOR sobre Israel. 6 Él me ha dicho: ‘Tu hijo Salomón, él edificará mi casa y mis atrios; porque a él he escogido como mi hijo, y yo seré padre para él. 7 Asimismo, yo confirmaré su reino para siempre, si se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día’.
8 “Ahora pues, ante los ojos de todo Israel, la congregación del SEÑOR, y a oídos de nuestro Dios, guarden y escudriñen todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, para que posean la buena tierra y para que la dejen por heredad a sus hijos después de ustedes, para siempre.
9 “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones y entiende toda la intención de los pensamientos. Si tú lo buscas, él se dejará hallar; pero si lo abandonas, él te desechará para siempre. 10 Mira ahora, porque el SEÑOR te ha elegido para que edifiques una casa para ser santuario. ¡Esfuérzate y actúa!”.
11 Entonces David entregó a su hijo Salomón el diseño del pórtico, de sus edificios, de sus almacenes, de sus salas superiores, de sus cámaras interiores y del lugar del propiciatorio. 12 También entregó el diseño de todo lo que tenía en mente para los atrios de la casa del SEÑOR, para todas las cámaras de alrededor, para los tesoros de la casa de Dios, para los almacenes de las cosas sagradas, 13 para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del servicio en la casa del SEÑOR y para todos los utensilios del servicio de la casa del SEÑOR.
14 Para las cosas de oro, también entregó la debida cantidad de oro para todos los utensilios de cada servicio, y para todos los utensilios de plata, la debida cantidad para todos los utensilios de cada servicio. 15 Entregó la debida cantidad de oro para los candelabros de oro y sus lámparas de oro: la debida cantidad para cada candelabro con sus lámparas. De igual manera dio para los candelabros de plata: la debida cantidad para cada candelabro y sus lámparas, de acuerdo con la función de cada candelabro. 16 También entregó la debida cantidad de oro para cada una de las mesas para la presentación de los panes, y la plata para las mesas de plata. 17 También entregó oro puro para los tenedores, los tazones de la aspersión y las vasijas. Para las tazas de oro, la debida cantidad de oro para cada taza; y para las tazas de plata, la debida cantidad para cada taza. 18 Además, entregó la debida cantidad de oro refinado para el altar del incienso, para el diseño de la carreta y para los querubines de oro que extienden sus alas y cubren el arca del pacto del SEÑOR.
19 “Todo esto”, dijo David, “está por escrito, porque la mano del SEÑOR está sobre mí, y él me ha hecho entender todos los detalles del diseño”. 20 Además, David dijo a su hijo Salomón: “Esfuérzate, sé valiente y actúa. No temas ni desmayes, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, estará contigo. No te abandonará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa del SEÑOR. 21 He aquí que los grupos de los sacerdotes y de los levitas para todo el servicio de la casa de Dios estarán contigo en toda la obra. Asimismo, todos los voluntarios y expertos en toda clase de artesanía, los jefes y todo el pueblo estarán totalmente a tus órdenes”.
La ofrenda para el templo
29 Después el rey David dijo a toda la congregación: “Solo a mi hijo Salomón ha elegido Dios. Él es joven e inmaduro, y la obra es grande; porque el templo no será para hombre sino para el SEÑOR Dios. 2 Con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios: oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las cosas de bronce, hierro para las cosas de hierro, madera para las cosas de madera, piedras de ónice y de engaste, piedras de turquesa y de diversos colores; toda clase de piedras preciosas y piedras de mármol en abundancia. 3 Además, en mi anhelo por la casa de mi Dios, doy mi tesoro personal de oro y de plata para la casa de mi Dios, además de todo lo que he preparado para el edificio del santuario; 4 a saber: noventa y nueve mil kilos de oro, oro de Ofir, y doscientos treinta y un mil kilos de plata refinada para recubrir las paredes de los edificios: 5 oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata; para toda la obra de mano de los artífices. Y ahora, ¿quién de ustedes se consagrará hoy al SEÑOR, haciendo una ofrenda voluntaria?”.
6 Entonces los jefes de las casas paternas, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de millares y de centenas, y los encargados de las obras del rey hicieron ofrendas voluntarias. 7 Y dieron para el servicio de la casa de Dios ciento sesenta y cinco mil kilos de oro y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, quinientos noventa y cuatro mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro. 8 Todo el que tenía piedras preciosas las entregó en manos de Yejiel el gersonita, para el tesoro de la casa del SEÑOR. 9 Y el pueblo se regocijó por haber contribuido con ofrendas voluntarias, porque con un corazón íntegro habían hecho al SEÑOR ofrendas voluntarias. Y el rey David se alegró muchísimo.
David bendice al SEÑOR
10 David bendijo al SEÑOR a la vista de toda la congregación. Y dijo David: “¡Bendito seas tú, oh SEÑOR Dios de Israel, nuestro Padre desde la eternidad y hasta la eternidad! 11 Tuyos son, oh SEÑOR, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino, oh SEÑOR, y tú te enalteces como cabeza sobre todo. 12 Las riquezas y la honra provienen de ti. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano está la facultad de engrandecer y de fortalecer a todos. 13 Y ahora, oh Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. 14 Porque, ¿quién soy yo, y qué es mi pueblo, para que podamos ofrecer espontáneamente cosas como estas, siendo todo tuyo, y que de lo que hemos recibido de tu mano, te damos? 15 Somos forasteros y advenedizos delante de ti, así como todos nuestros padres. Nuestros días son como una sombra sobre la tierra, y sin esperanza. 16 Oh SEÑOR, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar una casa a tu santo nombre, de tu mano proviene y todo es tuyo. 17 Yo sé, oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto. Y ahora he visto con alegría que tu pueblo que se encuentra aquí ha dado para ti espontáneamente. 18 Oh SEÑOR, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, preserva esto para siempre, formando el pensamiento del corazón de tu pueblo, y predispón su corazón hacia ti. 19 Asimismo, da a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus leyes, a fin de que haga todas las cosas y edifique el templo para el cual yo he hecho preparativos”.
20 David dijo después a toda la congregación: “¡Bendigan, por favor, al SEÑOR, el Dios de ustedes!”.
Entonces toda la congregación bendijo al SEÑOR, el Dios de sus padres. Luego se inclinaron y se postraron delante del SEÑOR y delante del rey.
Salomón asume el trono
21 Al día siguiente hicieron sacrificios al SEÑOR y ofrecieron holocaustos al SEÑOR: mil toros, mil carneros, mil corderos, con sus sacrificios de ofrenda líquida, y muchos sacrificios por todo Israel. 22 Aquel día comieron y bebieron con gran gozo delante del SEÑOR, y por segunda vez proclamaron rey a Salomón hijo de David, y lo ungieron ante el SEÑOR como el soberano. Y ungieron a Sadoc como sacerdote.
23 Así se sentó Salomón como rey en el trono del SEÑOR, en lugar de su padre David, y fue prosperado. Todo Israel le rindió obediencia. 24 Todos los principales, los valientes y todos los hijos del rey David se sometieron a la autoridad del rey Salomón. 25 Y el SEÑOR engrandeció a Salomón hasta lo sumo ante la vista de todo Israel, y le dio un esplendor real, como ningún otro rey lo tuvo antes de él en Israel.
Muerte de David
26 Así David hijo de Isaí reinó sobre todo Israel. 27 El tiempo que reinó sobre Israel fue de cuarenta años. En Hebrón reinó siete años, y en Jerusalén reinó treinta y tres años. 28 Murió en buena vejez y lleno de años, de riquezas y de gloria. Y su hijo Salomón reinó en su lugar.
29 Los hechos del rey David, los primeros y los últimos, he aquí que están escritos en el libro del vidente Samuel, en el libro del profeta Natán y en el libro del vidente Gad, 30 con todo lo relativo a su reinado, a su poder y a las circunstancias por las cuales pasaron él, Israel y todos los reinos de aquellas tierras.
Salomón pide sabiduría para gobernar
1 Salomón hijo de David se afianzó en su reino. El SEÑOR su Dios estaba con él y lo engrandeció sobremanera. 2 Entonces Salomón habló a todo Israel: a los jefes de millares y de centenas, a los jueces y a todos los dirigentes de todo Israel, jefes de las casas paternas. 3 Salomón, y toda la congregación con él, fue al lugar alto que había en Gabaón; porque allí se encontraba el tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, siervo del SEÑOR, había hecho en el desierto. 4 (Aunque David había subido el arca de Dios desde Quiriat-jearim al lugar que le había preparado, porque le había erigido una tienda en Jerusalén). 5 Y el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo del SEÑOR. Y Salomón y la congregación fueron a consultarle. 6 Salomón fue allí, ante el SEÑOR, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos. 7 Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo:
—Pide lo que quieras que yo te dé.
8 Y Salomón respondió a Dios:
—Tú has mostrado gran misericordia a mi padre David, y a mí me has constituido rey en su lugar. 9 Ahora, oh SEÑOR Dios, sea confirmada tu palabra dada a mi padre David, porque tú me has constituido rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. 10 Ahora pues, dame sabiduría y conocimiento, para que yo pueda salir y entrar delante de este pueblo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?
11 Entonces Dios dijo a Salomón:
—Porque esto ha estado en tu corazón, y no has pedido riquezas ni posesiones ni gloria ni la vida de los que te aborrecen ni tampoco has pedido muchos años, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo sobre el cual te he constituido rey, 12 te son dados sabiduría y conocimiento. Pero también te daré riquezas, posesiones y gloria tales como nunca sucedió con los reyes que fueron antes de ti ni sucederá así después de ti.
Prosperidad de Salomón
13 Salomón volvió a Jerusalén desde el lugar alto que estaba en Gabaón, de delante del tabernáculo de reunión, y comenzó a reinar sobre Israel.
14 Salomón también acumuló carros y jinetes. Tenía mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, que puso en las ciudades de los carros y en Jerusalén junto al rey.
15 El rey hizo que la plata y el oro fueran tan comunes en Jerusalén como las piedras, y que el cedro fuera tan abundante como los sicómoros que hay en la Sefela.
16 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de Coa. Los mercaderes del rey los adquirían en Coa al contado. 17 Cada carro que importaban de Egipto costaba seis kilos y medio de plata; y cada caballo, un kilo y medio. Y así los exportaban por medio de ellos, a todos los reyes de los heteos y a los reyes de Siria.
Preparativos para el templo
2 Salomón se propuso construir una casa al nombre del SEÑOR, y una casa real para sí. 2 Entonces reclutó[f] a setenta mil cargadores, a ochenta mil canteros en la región montañosa, y a tres mil seiscientos supervisores.
3 Salomón también envió a decir a Hiram, rey de Tiro:
Haz conmigo como hiciste con mi padre David al enviarle cedro, para que edificara para sí una casa en que habitar. 4 He aquí, yo voy a construir una casa al nombre del SEÑOR mi Dios, a fin de consagrársela para quemar incienso aromático delante de él, para la presentación continua de los panes, y para los holocaustos de la mañana, de la tarde, de los sábados, de las lunas nuevas y de las fiestas solemnes del SEÑOR nuestro Dios, lo que a Israel le corresponde ofrecer perpetuamente.
5 La casa que voy a construir será grande, porque nuestro Dios es más grande que todos los dioses. 6 Pero, ¿quién ha de ser capaz de construirle una casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no lo pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo para que le construya una casa, aunque sea solo para quemar incienso delante de él?
7 Ahora pues, envíame un hombre hábil para trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en carmesí y en material azul, y que sea experto en tallados, para que trabaje junto con los que están conmigo en Judá y en Jerusalén, a quienes ha preparado mi padre David. 8 Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo; porque yo sé que tus siervos saben cortar los árboles del Líbano. He aquí que mis siervos estarán con los tuyos 9 para que me preparen mucha madera, porque el templo que voy a edificar ha de ser grande y maravilloso.
10 He aquí que para tus siervos que cortan y labran la madera, yo doy cuatro millones cuatrocientos mil kilos de trigo para el sustento[g], cuatro millones cuatrocientos mil kilos de cebada, cuatrocientos cuarenta mil litros de vino y cuatrocientos cuarenta mil litros de aceite.
11 Hiram, rey de Tiro, respondió con una carta que envió a Salomón:
¡Porque el SEÑOR ama a su pueblo, te ha hecho rey sobre ellos!
12 E Hiram añadió:
¡Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra y que dio al rey David un hijo sabio que conoce la cordura y el entendimiento, y que ha de edificar una casa para el SEÑOR y una casa real para sí! 13 Yo, pues, te envío a Hiram-abi, un hombre hábil y entendido. 14 Él es hijo de una mujer de las hijas de Dan, y su padre es un hombre de Tiro. Él sabe trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera, en púrpura, en material azul, en lino fino y en carmesí. También sabe hacer todo tipo de tallados y todos los diseños que se le asignen. Él estará con tus expertos y con los de mi señor David, tu padre. 15 Ahora pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino que ha prometido. 16 Nosotros cortaremos en el Líbano toda la madera que necesites, y te la llevaremos por mar en balsas hasta Jope; y tú la subirás a Jerusalén.
17 Salomón hizo un censo de todos los hombres extranjeros que estaban en la tierra de Israel, después del censo que había hecho su padre, y se halló que eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos. 18 De ellos designó a setenta mil cargadores, a ochenta mil canteros en la región montañosa, y a tres mil seiscientos supervisores que hicieran trabajar a la gente.
La construcción del templo
3 Salomón comenzó a edificar la casa del SEÑOR en Jerusalén, en el monte Moriah, donde él se había aparecido a su padre David, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán el jebuseo. 2 Comenzó a edificar en el segundo día del mes segundo[h] del cuarto año de su reinado.
3 Estas son las medidas (de acuerdo con el patrón de medida) que Salomón determinó para construir la casa de Dios: Era de veintisiete metros de largo y de nueve metros de ancho. 4 El pórtico, que estaba en la parte frontal del templo, tenía nueve metros de largo, como el ancho del edificio, y cincuenta y cuatro metros de alto. Y lo revistió por dentro de oro puro.
5 Cubrió la sala mayor con madera de ciprés; la recubrió de oro de buena calidad, y encima grabó figuras de palmeras y cadenas. 6 También revistió la sala con piedras preciosas para ornamento. Y el oro era oro de Parvaim. 7 Así que recubrió de oro la sala, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puertas. Y talló querubines sobre las paredes.
8 Hizo también la sala del lugar santísimo; era de nueve metros de largo, según el ancho del frente del edificio, y de nueve metros de ancho. Luego la recubrió con unos veinte mil kilos de oro de buena calidad. 9 Los clavos pesaban quinientos cincuenta kilos de oro. También recubrió de oro las salas superiores.
10 Hizo también en la sala del lugar santísimo dos querubines, obra de escultura, a los cuales recubrió de oro. 11 Las alas de los querubines eran de nueve metros de largo. El ala del uno tenía dos metros y llegaba hasta una pared de la sala; y la otra ala, de dos metros, tocaba el ala del otro querubín. 12 El ala del otro querubín, de dos metros, también llegaba hasta la pared de la sala; y la otra ala, de dos metros, tocaba el ala del otro querubín. 13 Las alas de estos querubines estaban extendidas en un espacio de nueve metros. Ellos estaban de pie, con sus rostros hacia el centro de la sala.
14 Hizo también el velo de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino fino; y en el mismo hizo bordar querubines.
15 Hizo también delante del templo dos columnas de quince metros de alto, las cuales tenían encima capiteles de dos metros. 16 E hizo cadenillas, a manera de collares[i], y las puso en la parte superior de las columnas. Hizo cien granadas y las puso en las cadenillas. 17 Luego erigió las columnas delante del templo, una al sur y otra al norte. A la del sur llamó Jaquín[j], y a la del norte llamó Boaz[k].
4 Hizo también un altar de bronce de nueve metros de largo, nueve metros de ancho y cuatro y medio metros de alto.
2 Hizo también la fuente de bronce fundido que tenía cuatro y medio metros de borde a borde. Era circular y tenía dos metros de alto, y una circunferencia de trece metros. 3 Había un motivo de bueyes debajo y alrededor del borde, diez por cada codo, dispuestos en dos hileras de bueyes alrededor de la fuente, los cuales habían sido fundidos en una sola pieza con ella. 4 Estaba asentada sobre doce bueyes: tres miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al este. La fuente estaba sobre ellos, y todas sus partes traseras daban hacia el lado interior. 5 La fuente tenía siete centímetros de espesor; su borde era como el borde de un cáliz o de una flor de lirio. Tenía una capacidad de sesenta y seis mil litros.
6 Hizo también diez pilas y puso cinco de ellas al sur y cinco al norte, para que lavaran en ellas las cosas para el holocausto y las enjuagaran en ellas. Y la fuente era para que los sacerdotes se lavaran en ella.
7 Hizo también diez candelabros de oro, de acuerdo con lo establecido para ellos, y los puso en el templo, cinco al sur y cinco al norte. 8 Hizo también diez mesas y las puso en el templo, cinco al sur y cinco al norte. Hizo también cien tazones de oro para la aspersión. 9 Hizo también el atrio de los sacerdotes, el gran atrio y las puertas del atrio, y revistió de bronce sus puertas. 10 Colocó la fuente en el lado sur hacia el sudeste. 11 Hiram hizo también las ollas, las palas y los tazones para la aspersión.
Así terminó Hiram de hacer la obra que hizo para el rey Salomón en la casa de Dios: 12 las dos columnas, los tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las dos columnas; y las dos redes que cubrían los tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas; 13 las cuatrocientas granadas para las dos redes (dos hileras de granadas para cada red) para cubrir los dos tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas; 14 las diez[l] bases y las diez[m] pilas sobre las bases; 15 la fuente con los doce bueyes debajo de ella; 16 las ollas, las palas y los tenedores. Todos los utensilios Hiram-abi los hizo de bronce bruñido al rey Salomón, para la casa del SEÑOR. 17 El rey los hizo fundir en la llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán. 18 Salomón hizo todos estos utensilios en tal cantidad que el peso del bronce no pudo ser determinado.
19 Salomón también hizo todos los utensilios de la casa de Dios: el altar de oro, las mesas sobre las cuales estaba el pan de la Presencia, 20 y los candelabros con sus lámparas de oro fino, para que fueran encendidos delante del santuario interior, conforme a lo establecido. 21 Las flores, las lámparas y las tenazas fueron hechas de oro purísimo. 22 Asimismo, las despabiladeras, los tazones para la aspersión, las cucharas y los incensarios eran de oro fino. También eran de oro los goznes de las puertas del templo, tanto los de las puertas interiores del lugar santísimo como los de las puertas de la sala del templo.
5 Así se terminó toda la obra que Salomón hizo para la casa del SEÑOR. Luego Salomón hizo traer las cosas que su padre David había consagrado, y puso la plata, el oro y todos los utensilios en los tesoros de la casa de Dios.
Salomón traslada el arca al templo
2 Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel, para hacer subir el arca del pacto del SEÑOR desde la Ciudad de David, que es Sion. 3 Y se congregaron ante el rey todos los hombres de Israel en la fiesta del mes séptimo[n].
4 Fueron todos los ancianos de Israel, y los levitas tomaron el arca. 5 Luego subieron el arca, el tabernáculo de reunión y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes levitas los subieron. 6 El rey Salomón y toda la congregación de Israel, que se había reunido junto a él delante del arca, sacrificaban tantas ovejas y vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni numerar.
7 Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del pacto del SEÑOR en su lugar, en el santuario interior del templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. 8 Los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de modo que los querubines cubrían el arca y sus varas por encima. 9 Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían ver desde el lugar santo[o], ante el santuario interior; pero no se podían ver desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de hoy. 10 Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, donde el SEÑOR hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto.
11 Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes se habían santificado, sin distinción de sus grupos); 12 cuando todos los músicos levitas (Asaf, Hemán y Jedutún, con sus hijos y sus hermanos) vestidos de lino fino y portando címbalos, liras y arpas, estaban de pie al este del altar, y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas; 13 cuando los que tocaban las trompetas y los que cantaban hicieron oír su voz al unísono alabando y dando gracias al SEÑOR; cuando elevaron la voz junto con las trompetas, los címbalos y otros instrumentos de música; y cuando alababan al SEÑOR diciendo: “Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”, entonces la casa se llenó con una nube, la casa[p] del SEÑOR. 14 Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa de Dios.
Salomón dedica el templo
6 Entonces Salomón dijo: “El SEÑOR ha dicho que él habita en la densa oscuridad. 2 Y yo te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para siempre”.
3 El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie. 4 Entonces dijo: “¡Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel!, quien con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo: 5 ‘Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviera mi nombre ni había elegido un hombre que fuera el soberano sobre mi pueblo Israel. 6 Pero elegí Jerusalén para que allí estuviera mi nombre, y elegí a David para que estuviera al frente de mi pueblo Israel’.
7 “Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel. 8 Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: ‘Por cuanto ha estado en tu corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien al tener esto en tu corazón. 9 Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre’.
10 “El SEÑOR ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR había prometido, y he edificado la casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel. 11 Y he puesto allí el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que él hizo con los hijos de Israel”.
Salomón ora al dedicar el templo
12 Entonces Salomón se puso de pie delante del altar del SEÑOR, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos. 13 (Pues Salomón había mandado hacer una plataforma de bronce de dos metros y medio de largo, dos metros y medio de ancho y un metro y medio de alto, y la había puesto en medio del atrio. Se puso de pie sobre ella, e hincando sus rodillas ante toda la congregación de Israel, extendió las manos al cielo). 14 Y dijo: “¡Oh SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios como tú ni en el cielo ni en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón. 15 Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. 16 Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste diciendo: ‘No te faltará delante de mí un hombre que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar en mi ley, como tú has andado delante de mí’. 17 Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David.
18 “Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar con los hombres sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado! 19 Sin embargo, oh SEÑOR, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace delante de ti. 20 Estén abiertos tus ojos de día y de noche hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho que allí estaría tu nombre, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar. 21 Escucha las plegarias de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oren hacia este lugar. Escucha tú desde el lugar de tu morada, desde los cielos; escucha tú y perdona.
22 “Si alguna persona peca contra su prójimo, y este le toma juramento al hacerla jurar, y ella entra bajo juramento ante tu altar en este templo, 23 entonces escucha tú desde los cielos y actúa. Juzga a tus siervos dando la paga al injusto, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y justificando al justo, dándole conforme a su justicia.
24 “Si tu pueblo Israel es derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelven y confiesan tu nombre, y oran y suplican ante ti en este templo, 25 entonces escucha tú desde los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazlos volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres.
26 “Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia, por haber ellos pecado contra ti; si oran hacia este lugar, confiesan tu nombre y se vuelven de su pecado cuando tú los aflijas, 27 entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por heredad.
28 “Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón, añublo, langosta o pulgón, o cuando sus enemigos lo asedien en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la enfermedad), 29 cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo su plaga y su dolor, y extendiendo sus manos hacia este templo), 30 entonces escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y perdona. Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón (porque solo tú conoces el corazón del hombre); 31 a fin de que te teman para andar en tus caminos todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra que tú has dado a nuestros padres.
32 “Asimismo, cuando el extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo extendido, y venga a orar hacia este templo, 33 entonces escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado por tu nombre.
34 “Si tu pueblo sale a la batalla contra sus enemigos por el camino que los envíes, y ellos oran a ti en dirección a esta ciudad que tú has elegido y a la casa que he edificado a tu nombre, 35 entonces escucha desde los cielos su oración y su plegaria, y ampara su causa.
36 “Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos y los entregas ante el enemigo, y estos los llevan como cautivos suyos a tierra lejana o cercana; 37 si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan sido llevados cautivos, y se vuelven y te suplican en la tierra de su cautividad, diciendo: ‘Hemos pecado; hemos hecho iniquidad; hemos actuado impíamente’; 38 si en la tierra de su cautividad, adonde los hayan llevado cautivos, ellos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran en dirección a la tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo que he edificado a tu nombre, 39 entonces escucha desde los cielos, el lugar de tu morada, su oración y sus plegarias, y ampara su causa. Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.
40 “Ahora pues, oh Dios mío, por favor, estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración hecha en este lugar. 41 Y ahora, levántate, oh SEÑOR Dios; ven al lugar de tu reposo, tú y el arca de tu poder. Tus sacerdotes, oh SEÑOR Dios, sean revestidos de salvación, y tus fieles regocíjense en el bien. 42 Oh SEÑOR Dios, no rechaces a tu ungido. Acuérdate de tu misericordia para con tu siervo David”.
7 Cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego del cielo y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria del SEÑOR llenó el templo. 2 Los sacerdotes no pudieron entrar en la casa del SEÑOR, porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa del SEÑOR. 3 Todos los hijos de Israel vieron descender el fuego y la gloria del SEÑOR sobre el templo, y se postraron con el rostro en tierra sobre el pavimento. Y adoraron y dieron gracias al SEÑOR diciendo: “Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”.
Fiesta por la dedicación del templo
4 Entonces el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios delante del SEÑOR. 5 El rey Salomón ofreció en sacrificio veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. Así el rey y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.
6 Los sacerdotes estaban de pie en sus puestos de servicio, y los levitas tenían los instrumentos de música del SEÑOR, que el rey David hiciera para dar gracias al SEÑOR, “porque para siempre es su misericordia”, cuando David alababa con ellos. Los sacerdotes tocaban trompetas frente a ellos, y todo Israel estaba de pie.
7 Entonces Salomón consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa del SEÑOR, pues allí ofreció los holocaustos y los sebos de los sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que Salomón había hecho no podía contener los holocaustos, las ofrendas vegetales y los sebos.
8 En aquella ocasión Salomón y todo Israel con él, una gran congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto, hicieron fiesta durante siete días. 9 Y al octavo día hicieron una asamblea festiva, porque habían celebrado la dedicación del altar en siete días; y celebraron la fiesta durante siete días. 10 El día veintitrés del mes séptimo[q], envió al pueblo a sus moradas, alegres y con el corazón gozoso por la bondad que el SEÑOR había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel.
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