Bible in 90 Days
24 Los hijos de Aarón fueron también distribuidos en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 2 Pero como Nadab y Abiú murieron antes que su padre, sin haber tenido hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.
3 David, con Sadoc, de los hijos de Eleazar, y Ahimelec, de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio. 4 Como entre los hijos de Eleazar había más varones principales que entre los hijos de Itamar, los repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis jefes de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho. 5 Los repartieron, pues, por suerte a unos y otros; porque tanto entre los hijos de Eleazar como entre los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario y príncipes de la casa de Dios. 6 Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante de Sadoc, el sacerdote, de Ahimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por suerte una casa paterna para Eleazar y otra para Itamar.
7 La primera suerte tocó a Joiarib, la segunda, a Jedaías, 8 la tercera, a Harim, la cuarta, a Seorim, 9 la quinta, a Malquías, la sexta, a Mijamín, 10 la séptima, a Cos, la octava, a Abías, 11 la novena, a Jesúa, la décima, a Secanías, 12 la undécima, a Eliasib, la duodécima, a Jaquim, 13 la decimotercera, a Hupa, la decimocuarta, a Jesebeab, 14 la decimoquinta, a Bilga, la decimosexta, a Imer, 15 la decimoséptima, a Hezir, la decimoctava, a Afses, 16 la decimonovena, a Petaías, la vigésima, a Hezequiel, 17 la vigesimaprimera, a Jaquín, la vigesimasegunda, a Gamul, 18 la vigesimatercera, a Delaía, la vigesimacuarta, a Maazías.
19 Éstos fueron distribuidos para su ministerio, para que entraran en la casa de Jehová, según les fue ordenado por Aarón, su padre, de la manera que le había mandado Jehová, el Dios de Israel.
20 Éstos son los otros hijos de Leví: Subael, de los hijos de Amram; y de los hijos de Subael, Jehedías. 21 Y de los hijos de Rehabías, Isías, el jefe. 22 De los izharitas, Selomot; de los hijos de Selomot, Jahat. 23 De los hijos de Hebrón: Jerías, el jefe, el segundo, Amarías, el tercero, Jahaziel, el cuarto, Jecamán. 24 Hijo de Uziel, Micaía; e hijo de Micaía, Samir. 25 Hermano de Micaía, Isías; e hijo de Isías, Zacarías. 26 Los hijos de Merari: Mahli y Musi; hijo de Jaazías, Beno. 27 Los hijos de Merari por Jaazías: Beno, Soham, Zacur e Ibri. 28 Y de Mahli, Eleazar, quien no tuvo hijos. 29 Hijo de Cis, Jerameel. 30 Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jerimot.
Éstos fueron los hijos de los levitas conforme a sus casas paternas. 31 Estos también echaron suertes, como sus hermanos, los hijos de Aarón, delante del rey David, de Sadoc, de Ahimelec, y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas; siendo tratados el principal de los padres igualmente que el menor de los hermanos.
Distribución de músicos y cantores
25 Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizaran con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:
2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey.
3 De los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová.
4 De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romanti-ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Mahaziot. 5 Todos estos fueron hijos de Hemán, vidente del rey en las cosas de Dios, para exaltar su poder; y Dios dio a Hemán catorce hijos y tres hijas. 6 Todos ellos estaban bajo la dirección de su padre en la música, en la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban por disposición del rey. 7 Su número, contando a sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos ellos aptos, era de doscientos ochenta y ocho.
8 Echaron suertes para repartir los turnos del servicio, tanto el pequeño como el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.
9 La primera suerte recayó sobre el asafita José; la segunda, sobre Gedalías, quien con sus hermanos e hijos eran doce; 10 la tercera, sobre Zacur, con sus hijos y sus hermanos, doce; 11 la cuarta, sobre Izri, con sus hijos y sus hermanos, doce; 12 la quinta, sobre Netanías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 13 la sexta, sobre Buquías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 14 la séptima, sobre Jesarela, con sus hijos y sus hermanos, doce; 15 la octava, sobre Jesahías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 16 la novena, sobre Matanías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 17 la décima, sobre Simei, con sus hijos y sus hermanos, doce; 18 la undécima, sobre Azareel, con sus hijos y sus hermanos, doce; 19 la duodécima, sobre Hasabías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 20 la decimotercera, sobre Subael, con sus hijos y sus hermanos, doce; 21 la decimocuarta, sobre Matatías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 22 la decimoquinta, sobre Jeremot, con sus hijos y sus hermanos, doce; 23 la decimosexta, sobre Hananías, con sus hijos y sus hermanos, doce; 24 la decimoséptima, sobre Josbecasa, con sus hijos y sus hermanos, doce; 25 la decimoctava, sobre Hanani, con sus hijos y sus hermanos, doce; 26 la decimanovena, sobre Maloti, con sus hijos y sus hermanos, doce; 27 la vigésima, sobre Eliata, con sus hijos y sus hermanos, doce; 28 la vigesimaprimera, sobre Hotir, con sus hijos y sus hermanos, doce; 29 la vigesimasegunda, sobre Gidalti, con sus hijos y sus hermanos, doce; 30 la vigesimatercera, sobre Mahaziot, con sus hijos y sus hermanos, doce; 31 la vigesimacuarta, sobre Romanti-ezer, con sus hijos y sus hermanos, doce.
Porteros y funcionarios
26 También fueron distribuidos los porteros, así:
De los coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf. 2 Los hijos de Meselemías: Zacarías, el primogénito, Jediael, el segundo, Zebadías, el tercero, Jatniel, el cuarto, 3 Elam, el quinto, Johanán, el sexto, Elioenai, el séptimo.
4 Los hijos de Obed-edom: Semaías, el primogénito, Jozabad, el segundo, Joa, el tercero, el cuarto, Sacar, el quinto, Natanael, 5 el sexto, Amiel, el séptimo, Isacar, el octavo, Peultai; porque Dios había bendecido a Obed-edom. 6 También de su hijo Semaías nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran hombres valerosos y esforzados. 7 Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías. 8 Todos estos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, eran hombres robustos y fuertes para el servicio; sesenta y dos de Obed-edom. 9 Los hijos de Meselemías y sus hermanos fueron dieciocho hombres valientes.
10 De Hosa, de los hijos de Merari: Simri, el jefe (aunque no era el primogénito, su padre lo puso por jefe), 11 el segundo, Hilcías, el tercero, Tebalías, el cuarto, Zacarías. El total de los hijos y hermanos de Hosa fue de trece.
12 Entre estos se hizo la distribución de los porteros, alternando los principales de los hombres en la guardia con sus hermanos, para servir en la casa de Jehová. 13 Echaron suertes, el pequeño con el grande, según sus casas paternas, para cada puerta.
14 Para la puerta del oriente, la suerte cayó sobre Selemías. Echaron otra vez suertes y la parte norte le tocó a su hijo Zacarías, consejero entendido. 15 A Obed-edom le tocó la puerta del sur, y a sus hijos la casa de provisiones del Templo. 16 Para Supim y Hosa, la del occidente, la puerta de Salequet, en el camino de la subida. Las guardias se correspondían unas a otras: 17 Al oriente seis levitas, al norte cuatro de día; al sur cuatro de día; y en la casa de provisiones de dos en dos. 18 En el atrio de los utensilios, al occidente, había cuatro para el camino, y dos para el atrio mismo. 19 Éstas son las distribuciones de los porteros, hijos de los coreítas y de los hijos de Merari.
20 De los levitas, Ahías estaba encargado de los tesoros de la casa de Dios y de los tesoros de las cosas santificadas. 21 Los hijos de Laadán hijo de Gersón: tenían a los jehielitas por jefes de familia de Laadán, el gersonita. 22 Los hijos de Jehieli, Zetam y su hermano Joel, estuvieron a cargo de los tesoros de la casa de Jehová.
23 De entre los amramitas, de los izharitas, de los hebronitas y de los uzielitas, 24 Sebuel hijo de Gersón hijo de Moisés, era tesorero mayor. 25 En cuanto a su hermano Eliezer, sus descendientes por línea directa fueron Rehabías, Jesaías, Joram, Zicri y Selomit. 26 Este Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los tesoros de todas las cosas santificadas que había consagrado el rey David, y los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército. 27 Lo habían consagrado de las guerras y de los botines, para reparar la casa de Jehová. 28 Asimismo todas las cosas que habían consagrado el vidente Samuel, y Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia, y todo lo que cualquiera consagraba, estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos.
29 De los izharitas, Quenanías y sus hijos eran gobernadores y jueces sobre Israel en asuntos exteriores.
30 De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres de vigor, en número de mil setecientos, gobernaban a Israel al otro lado del Jordán, al occidente, para toda la obra de Jehová y el servicio del rey. 31 El jefe de los hebronitas, repartidos en sus linajes por sus familias, era Jerías. En el año cuarenta del reinado de David se registraron, y se halló entre ellos a hombres fuertes y vigorosos en Jazer de Galaad. 32 Los hermanos de Jerías eran hombres valientes, en número de dos mil setecientos, jefes de familias, los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, para todas las cosas de Dios y los negocios del rey.
Otros funcionarios del reino
27 Éstos son los principales de los hijos de Israel, jefes de familias, jefes de millares y de centenas, y funcionarios que servían al rey en todos los negocios de las divisiones militares que se relevaban cada mes durante todo el año. Cada división era de veinticuatro mil hombres.
2 Sobre la primera división, la del primer mes, estaba Jasobeam hijo de Zabdiel; y tenía su división veinticuatro mil. 3 Descendiente de Fares, él fue jefe de todos los capitanes de las compañías que prestaban servicios el primer mes.
4 Sobre la división del segundo mes estaba Dodai, el ahohíta; y Miclot era jefe en esta división, en la que también había veinticuatro mil.
5 El jefe de la tercera división, que servía el tercer mes, era Benaía, hijo del sumo sacerdote Joiada; y en su división había veinticuatro mil. 6 Este Benaía era valiente entre los treinta y sobre los treinta; y en su división estaba su hijo Amisabad.
7 El cuarto jefe, para el cuarto mes, era Asael, hermano de Joab, y le sucedió su hijo Zebadías; y en su división había veinticuatro mil.
8 El quinto jefe, para el quinto mes, era Samhut, el izraíta; y en su división había veinticuatro mil.
9 El sexto jefe, para el sexto mes, era Ira hijo de Iques, de Tecoa; y en su división había veinticuatro mil.
10 El séptimo jefe, para el séptimo mes, era Heles, el pelonita, de los hijos de Efraín; y en su división había veinticuatro mil.
11 El octavo jefe, para el octavo mes, era Sibecai, el husatita, de los zeraítas; y en su división había veinticuatro mil.
12 El noveno jefe, para el noveno mes, era Abiezer, el anatotita, de los benjamitas; y en su división había veinticuatro mil.
13 El décimo jefe, para el décimo mes, era Maharai, el netofatita, de los zeraítas; y en su división había veinticuatro mil.
14 El undécimo jefe, para el undécimo mes, era Benaía, el piratonita, de los hijos de Efraín; y en su división había veinticuatro mil.
15 El duodécimo jefe, para el duodécimo mes, era Heldai, el netofatita, de Otoniel; y en su división había veinticuatro mil.
16 Los jefes de las tribus de Israel eran: De los rubenitas, Eliezer hijo de Zicri; de los simeonitas, Sefatías hijo de Maaca. 17 De los levitas, Hasabías hijo de Kemuel; de los de Aarón, Sadoc. 18 De Judá, Eliú, uno de los hermanos de David; de los de Isacar, Omri hijo de Micael. 19 De los de Zabulón, Ismaías hijo de Abdías; de los de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel. 20 De los hijos de Efraín, Oseas hijo de Azazías; de la media tribu de Manasés, Joel hijo de Pedaías. 21 De la otra media tribu de Manasés, en Galaad, Iddo hijo de Zacarías; de los de Benjamín, Jaasiel hijo de Abner. 22 Y de Dan, Azareel hijo de Jeroham. Éstos fueron los jefes de las tribus de Israel.
23 David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, por cuanto Jehová había dicho que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab hijo de Sarvia había comenzado a hacer el censo; pero no acabó, pues por esto vino el castigo sobre Israel, y así su número no fue puesto en el registro de las crónicas del rey David.
25 Azmavet hijo de Adiel tenía a su cargo los tesoros del rey; y Jonatán hijo de Uzías era el encargado de los tesoros de los campos, las ciudades, las aldeas y las torres. 26 Al frente de los que trabajaban en la labranza de las tierras estaba Ezri hijo de Quelub. 27 De las viñas, Simei, el ramatita; y del fruto de las viñas para las bodegas, Zabdi, el sifmita. 28 De los olivares e higuerales de la Sefela, Baal-hanán, el gederita; y de los almacenes del aceite, Joás. 29 Del ganado que pastaba en Sarón, Sitrai, el saronita; y del ganado que estaba en los valles, Safat hijo de Adlai. 30 De los camellos, Obil, el ismaelita; de las asnas, Jehedías, el meronotita; 31 y de las ovejas, Jaziz, el agareno. Todos estos eran administradores de la hacienda del rey David.
32 Jonatán, tío de David, era consejero, hombre prudente y escriba; mientras Jehiel hijo de Hacmoni estaba con los hijos del rey. 33 También Ahitofel era consejero del rey, y Husai, el arquita, amigo del rey. 34 Después de Ahitofel estaba Joiada hijo de Benaía y Abiatar. Joab era el jefe del ejército del rey.
Salomón sucede a David
28 Reunió David en Jerusalén a todos los principales de Israel, los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y de centenas, los administradores de toda la hacienda y posesión del rey y de sus hijos, los oficiales y los más poderosos y valientes de sus hombres.
2 Entonces el rey David se puso en pie y dijo: «Oídme, hermanos míos y pueblo mío. Yo tenía el propósito de edificar una Casa en la cual reposara el Arca del pacto de Jehová, y sirviera de estrado a los pies de nuestro Dios; y había ya preparado todo para edificar. 3 Pero Dios me dijo: “Tú no edificarás Casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.” 4 Sin embargo, Jehová, el Dios de Israel, me eligió de entre toda la casa de mi padre, para que fuera rey de Israel perpetuamente; porque a Judá escogió para ser caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel. 5 Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel. 6 Y me ha dicho: “Salomón, tu hijo, él edificará mi Casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo seré para él padre. 7 Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.”
8 »Ahora, pues, delante de todo Israel, congregación de Jehová, y de nuestro Dios que nos escucha, guardad y observad todos los preceptos de Jehová, vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra, y la dejéis en herencia a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente.
9 »Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo generoso; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscas, lo hallarás; pero si lo dejas, él te desechará para siempre. 10 Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques Casa para el santuario; ¡esfuérzate, y hazla!»
11 Entonces David entregó a su hijo Salomón el plano del pórtico del Templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus salas y la casa del propiciatorio. 12 Asimismo el plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehová, para todas las habitaciones alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas. 13 También para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos los utensilios del ministerio de la casa de Jehová.
14 Le dio oro en cantidad suficiente para las cosas de oro, para todos los utensilios de cada servicio, y plata en cantidad suficiente para todas las cosas de plata, para todos los utensilios de cada servicio. 15 El oro necesario para los candelabros de oro, y para sus lámparas; suficiente oro para cada candelabro y sus lámparas; y para los candelabros de plata, la plata necesaria para cada candelabro y sus lámparas, conforme al servicio de cada candelabro. 16 Asimismo le dio oro suficiente para las mesas de la proposición, para cada mesa; del mismo modo, plata para las mesas de plata. 17 También oro puro para los garfios, para los lebrillos, para las copas y para las tazas de oro; para cada taza, según su peso; y para las tazas de plata, según el peso de cada taza. 18 Además, suficiente oro puro para el altar del incienso, y para el carro de los querubines de oro, que con las alas extendidas cubrían el Arca del pacto de Jehová.
19 «Todas estas cosas —dijo David— me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño.»
20 David dijo además a su hijo Salomón: «Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová. 21 Ahí tienes los grupos de los sacerdotes y de los levitas para todo el ministerio de la casa de Dios; estarán a tu lado en toda la obra; también te dará su ayuda toda clase de voluntarios y gente hábil para toda forma de servicio, y los príncipes y todo el pueblo ejecutarán todas tus órdenes.»
29 Después dijo el rey David a toda la asamblea: «Solamente a Salomón, mi hijo, ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad, y la obra, grande; porque la Casa no es para un hombre, sino para Jehová Dios. 2 Con todas mis fuerzas yo he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia. 3 Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios: 4 tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para recubrir las paredes de las casas; 5 oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Quién quiere, pues, hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?»
6 Entonces los jefes de familia, los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores de la hacienda del rey, ofrendaron voluntariamente. 7 Dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro. 8 Todo el que tenía piedras preciosas las entregó para el tesoro de la casa de Jehová, en manos de Jehiel, el gersonita. 9 Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrendaron espontáneamente a Jehová.
10 Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: «Bendito seas tú, Jehová, Dios de Israel, nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. 11 Tuya es, Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el dar grandeza y poder a todos. 13 Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. 14 Porque ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que pudiéramos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. 15 Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura. 16 Jehová, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar Casa a tu santo nombre, de tu mano procede y todo es tuyo. 17 Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente. 18 Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de tu pueblo y encamina su corazón a ti. 19 Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, para que haga todas las cosas, y te edifique la Casa para la cual yo he hecho preparativos.»
20 Después dijo David a toda la congregación: «Bendecid ahora a Jehová, vuestro Dios.» Entonces toda la congregación bendijo a Jehová, Dios de sus padres, e inclinándose adoraron delante de Jehová y del rey.
21 Al día siguiente sacrificaron víctimas y ofrecieron holocaustos a Jehová; mil becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones, y muchos sacrificios de parte de todo Israel. 22 Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová lo ungieron como príncipe, y a Sadoc, como sacerdote. 23 Se sentó Salomón como rey en el trono de Jehová en lugar de su padre David, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel. 24 Todos los príncipes y poderosos, y todos los hijos del rey David, prestaron homenaje al rey Salomón. 25 Y Jehová engrandeció en extremo a Salomón a los ojos de todo Israel, y le dio tal gloria en su reino, cual ningún rey la tuvo antes que él en Israel.
Muerte de David(A)
26 Así reinó David hijo de Isaí sobre todo Israel. 27 El tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón y treinta y tres reinó en Jerusalén. 28 Murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria. Reinó en su lugar Salomón, su hijo.
29 Los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, están escritos en el libro de las crónicas del vidente Samuel, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas del vidente Gad, 30 con todo lo relativo a su reinado y su poder, y los cosas que le ocurrieron a él, a Israel y a todos los reinos de aquellas tierras.
Salomón pide a Dios sabiduría(B)
1 Salomón hijo de David fue afirmado en su reino, y Jehová, su Dios, estaba con él y lo engrandeció sobremanera.
2 Convocó Salomón a todo Israel, a jefes de millares y de centenas, a jueces y a todos los príncipes de todo Israel, jefes de familias. 3 Después Salomón fue con toda esta asamblea al lugar alto que había en Gabaón, pues allí estaba el Tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, siervo de Jehová, había hecho en el desierto. 4 Pero David había traído el Arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que él le había preparado; porque le había levantado una tienda en Jerusalén. 5 Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba allí, delante del tabernáculo de Jehová, al cual fue a consultar Salomón con aquella asamblea. 6 Subió, pues, Salomón allá delante de Jehová, al altar de bronce que estaba en el Tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos.
7 Aquella noche se le apareció Dios a Salomón y le dijo:
—Pídeme lo que quieras que yo te dé.
8 Salomón respondió a Dios:
—Tú has tenido con David, mi padre, gran misericordia, y a mí me has puesto por rey en lugar suyo. 9 Ahora pues, Jehová Dios, que se cumpla la palabra que le diste a David, mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. 10 Dame ahora sabiduría y ciencia, para que sepa dirigir a este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?
11 Respondió Dios a Salomón:
—Por cuanto éste ha sido el deseo de tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que procuran tu mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, 12 sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca la tuvieron los reyes que fueron antes de ti, ni la tendrán los que vengan después de ti.
13 Y desde el lugar alto que estaba en Gabaón, delante del Tabernáculo de reunión, volvió Salomón a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
Salomón comercia en carros y caballos(C)
14 Salomón reunió carros y gente de a caballo; y tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades destinadas a los carros y junto al rey en Jerusalén. 15 Hizo el rey que hubiera en Jerusalén tanta plata y oro como piedras, y que abundara el cedro como las higueras silvestres de la Sefela. 16 Los mercaderes del rey compraban por contrato caballos y lienzos finos de Egipto para Salomón. 17 Subían y compraban en Egipto un carro por seiscientas piezas de plata y un caballo por ciento cincuenta. Y todos los reyes de los heteos y los reyes de Siria compraban así por medio de ellos.
Pacto de Salomón con Hiram(D)
2 Determinó, pues, Salomón edificar Casa al nombre de Jehová, y casa para su reino. 2 Y designó Salomón setenta mil cargadores, ochenta mil canteros y tres mil seiscientos capataces que los vigilaran.
3 Después envió Salomón a decir a Hiram, rey de Tiro: «Haz conmigo como hiciste con mi padre David, enviándole cedros para que se construyera una casa en que habitar. 4 Mira, yo tengo que edificar una Casa al nombre de Jehová, mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, para la colocación continua de los panes de la proposición, para los holocaustos de la mañana y la tarde, los sábados, nuevas lunas, y festividades de Jehová, nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel. 5 Y la Casa que tengo que edificar ha de ser grande, porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses. 6 Pero ¿quién será capaz de edificarle Casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique Casa, aunque sólo sea para quemar incienso delante de él? 7 Envíame, pues, ahora un hombre hábil que sepa trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales contrató mi padre. 8 Envíame también madera del Líbano: cedro, ciprés y sándalo; porque yo sé que tus siervos saben cortar madera en el Líbano. Mis siervos irán con los tuyos 9 para que me preparen mucha madera, porque la Casa que tengo que edificar ha de ser grande y portentosa. 10 Para tus siervos, los que trabajen cortando la madera, daré veinte mil coros de trigo en grano, veinte mil coros de cebada, veinte mil batos de vino y veinte mil batos de aceite.»
11 Entonces Hiram, rey de Tiro, respondió en una carta que envió a Salomón: «Porque Jehová amó a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.» 12 Hiram también decía: «Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que va a edificar una casa a Jehová y una casa para su reino. 13 Yo, pues, te he enviado un hombre hábil y entendido, Hiram-abi, 14 hijo de una mujer de las hijas de Dan, aunque su padre era de Tiro, el cual sabe trabajar en oro, plata, bronce y hierro, en piedra y en madera, en púrpura y en azul, en lino y en carmesí; asimismo sabe esculpir toda clase de figuras y sacar toda forma de diseño que se le pida, junto a tus hombres peritos y a los de mi señor David, tu padre. 15 Ahora, pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo y la cebada, el aceite y el vino de que ha hablado; 16 y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que necesites, y te la llevaremos en balsas por el mar hasta Jope, y tú harás que la suban hasta Jerusalén.»
17 Salomón hizo el censo de todos los extranjeros que había en la tierra de Israel, después del que David, su padre, había hecho; y se halló que eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos. 18 Y señaló de ellos setenta mil para llevar cargas, ochenta mil para las canteras en las montañas, y tres mil seiscientos como capataces para hacer trabajar al pueblo.
La edificación del Templo(E)
3 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán, el jebuseo. 2 Y comenzó a edificar en el mes segundo, a los dos días del mes, en el cuarto año de su reinado.
3 Éstas son las medidas que dio Salomón a los cimientos de la casa de Dios: la longitud era de sesenta codos y la anchura de veinte codos. 4 El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la Casa, y su altura de ciento veinte codos. Salomón lo recubrió por dentro de oro puro, 5 y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés, la cual recubrió de oro fino, haciendo esculpir en ella palmeras y cadenas. 6 Recubrió también la Casa con un ornamento de piedras preciosas; y el oro era oro de Parvaim. 7 Revistió, pues, la Casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas, con oro; y esculpió querubines en las paredes.
8 Construyó asimismo el Lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos, de acuerdo al ancho del frente de la Casa, y su anchura de veinte codos. Lo revistió de oro fino, el cual ascendía a seiscientos talentos. 9 Los clavos de oro pesaban de uno hasta cincuenta siclos. También recubrió de oro los aposentos.
10 Dentro del Lugar santísimo hizo dos querubines de madera, los cuales fueron recubiertos de oro. 11 La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque un ala era de cinco codos, y llegaba hasta la pared de la Casa, mientras la otra de cinco codos tocaba el ala del segundo querubín. 12 De la misma manera una ala del otro querubín era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la Casa, y la otra era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín. 13 Estos querubines, cuyas alas extendidas medían veinte codos, estaban en pie con los rostros vueltos hacia la Casa. 14 Hizo también el velo de azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo bordar querubines en él.
Las dos columnas(F)
15 Delante de la Casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada una, con capiteles de cinco codos encima. 16 Hizo asimismo cadenas en el santuario y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas. 17 Colocó las columnas delante del Templo, una a la mano derecha y otra a la izquierda; a la de la mano derecha llamó Jaquín y a la de la izquierda, Boaz.
Mobiliario del Templo(G)
4 Hizo además un altar de bronce de veinte codos de largo, veinte codos de ancho y diez codos de alto.
2 También hizo un mar de metal fundido, el cual tenía diez codos de un borde al otro, enteramente redondo; su altura era de cinco codos, y un cordón de treinta codos de largo lo ceñía alrededor. 3 Debajo y alrededor del mar había figuras de calabazas, diez por cada codo, colocadas en dos hileras fundidas juntamente con el mar. 4 Éste estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, tres al sur, y tres al oriente; el mar descansaba sobre ellos, y sus partes traseras miraban hacia adentro. 5 Y tenía de grueso un palmo menor, y el borde tenía la forma del borde de un cáliz o de una flor de lis. Y le cabían tres mil batos.
6 Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se ofrecía en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.
7 Hizo asimismo diez candelabros de oro según la forma prescrita, los cuales puso en el Templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. 8 Además hizo diez mesas y las puso en el Templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda; igualmente hizo cien tazones de oro. 9 También hizo el atrio de los sacerdotes, el gran atrio y las portadas del atrio, y recubrió de bronce sus puertas. 10 Y colocó el mar al lado derecho, hacia el sureste de la Casa.
11 Hiram también hizo calderos, palas y tazones. Así acabó Hiram la obra que le había encargado el rey Salomón para la casa de Dios. 12 Las dos columnas y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y las dos redes para cubrir las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas; 13 cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubrieran las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas. 14 Hizo también las basas, sobre las cuales colocó las fuentes; 15 un mar, y los doce bueyes debajo de él; 16 y calderos, palas y garfios.
Todos estos enseres los hizo Hiram-abi al rey Salomón, para la casa de Jehová, de bronce muy fino. 17 Los fundió el rey en los llanos del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata. 18 Salomón hizo todos estos enseres en número tan grande, que no pudo saberse el peso del bronce.
19 Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de Dios, el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición; 20 asimismo los candelabros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendieran delante del Lugar santísimo conforme a la ordenanza. 21 Las flores, lámparas y tenazas se hicieron de oro, de oro finísimo; 22 también las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas y los incensarios eran de oro puro. También eran de oro la entrada de la Casa, sus puertas interiores para el Lugar santísimo, y las puertas del Templo mismo.
5 Así se acabó toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová. Luego metió Salomón las ofrendas que David, su padre, había consagrado: la plata, el oro y todos los demás utensilios, y lo puso todo en los tesoros de la casa de Dios.
Salomón traslada el Arca al Templo(H)
2 Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los príncipes de las tribus, y a los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trasladaran el Arca del pacto de Jehová desde la Ciudad de David, que es Sión. 3 Y se congregaron junto al rey todos los hombres de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo. 4 Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los levitas tomaron el Arca, 5 y la llevaron, junto con el Tabernáculo de reunión y todos los utensilios del santuario que estaban en el Tabernáculo. Los sacerdotes y los levitas los llevaron. 6 El rey Salomón y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del Arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni calcular.
7 Los sacerdotes metieron el Arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la Casa, en el Lugar santísimo, bajo las alas de los querubines; 8 pues los querubines extendían las alas sobre el lugar del Arca, cubriendo así tanto el Arca como sus barras por encima. 9 E hicieron salir las barras, de modo que se vieran las cabezas de las barras del Arca delante del Lugar santísimo, pero no se veían desde fuera; y allí están hasta el día de hoy. 10 En el Arca no había nada más que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, las tablas del pacto que Jehová había hecho con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.
11 Cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes habían sido santificados, sin tener en cuenta su distribución por turnos), 12 los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, junto con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos, salterios y arpas al oriente del altar. Con ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas. 13 Hacían sonar, pues, las trompetas y cantaban al unísono, alabando y dando gracias a Jehová. Y sucedió que mientras ellos alzaban la voz al son de las trompetas, de los címbalos y de los otros instrumentos de música, y alababan a Jehová diciendo: «Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre», una nube llenó la Casa, la casa de Jehová. 14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.
Dedicación del Templo(I)
6 Entonces dijo Salomón:
«Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad.
2 Pero yo he querido edificarte una morada,
un lugar en que vivas para siempre.»
3 Luego el rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel, mientras toda la congregación de Israel estaba en pie. 4 Y dijo: «Bendito sea Jehová, Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que prometió con su boca a David, mi padre, diciendo: 5 “Desde el día que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar Casa donde estuviera mi nombre, ni he escogido otro hombre para que fuera príncipe sobre mi pueblo Israel. 6 Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel.” 7 David, mi padre, tuvo en su corazón edificar Casa al nombre de Jehová, Dios de Israel. 8 Pero Jehová dijo a David mi padre: “Respecto a haber sentido en tu corazón el deseo de edificar una Casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón. 9 Pero tú no edificarás la Casa, sino un hijo tuyo, salido de tus entrañas, él edificará la Casa a mi nombre.”
10 »Pues bien, Jehová ha cumplido su promesa: me levanté yo en lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado una Casa al nombre de Jehová, Dios de Israel. 11 En ella he puesto el Arca, en la cual está el pacto que Jehová celebró con los hijos de Israel.»
12 Se puso luego Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos; 13 pues Salomón había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto, y lo había puesto en medio del atrio; y poniéndose sobre él se arrodilló delante de toda la congregación de Israel, extendió sus manos al cielo y dijo: 14 «Jehová, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y tienes misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón; 15 que has mantenido a tu siervo David, mi padre, la promesa que le hiciste; tú lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como se ve en este día. 16 Ahora, pues, Jehová, Dios de Israel, cumple a tu siervo David, mi padre, lo que le has prometido, diciendo: “Nunca faltará en mi presencia uno de los tuyos, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino andando en mi Ley, como tú has andado delante de mí.” 17 Ahora, pues, Jehová, Dios de Israel, cúmplase la promesa que hiciste a tu siervo David.
18 »Pero, ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, ¿cuánto menos esta Casa que he edificado? 19 Pero tú mirarás a la oración de tu siervo, y a su ruego, Jehová, Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti. 20 Que tus ojos estén abiertos sobre esta Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste: “Mi nombre estará allí.” Escucha la oración con que tu siervo ora en este lugar. 21 Asimismo escucha el ruego de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hagan oración. Escucha desde los cielos, desde el lugar de tu morada; escucha y perdona.
22 »Cuando alguno peque contra su prójimo, y se le exige juramento, si viene a jurar ante tu altar en esta Casa, 23 tú oirás desde los cielos, actuarás y juzgarás a tus siervos, dando la paga al impío, haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo, al darle conforme a su justicia.
24 »Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, si se convierte y confiesa tu nombre, si ruega delante de ti en esta Casa, 25 tú oirás desde los cielos, perdonarás el pecado de tu pueblo Israel y les harás volver a la tierra que les diste a ellos y a sus padres.
26 »Cuando los cielos se cierren y no haya lluvias, por haber pecado contra ti, si oran a ti en este lugar y confiesan tu nombre, si se convierten de sus pecados cuando los aflijas, 27 tú los oirás en los cielos y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, les enseñarás el buen camino para que anden en él y enviarás lluvia sobre tu tierra, la que diste por heredad a tu pueblo.
28 »Cuando haya hambre en la tierra, o pestilencia, o las plantas se sequen por el calor, o sean atacadas por hongos, las langostas o el pulgón; cuando los sitien sus enemigos en la tierra donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; 29 toda oración y todo ruego que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conozca su llaga y su dolor en su corazón, si extiende sus manos hacia esta Casa, 30 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada; perdonarás y darás a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón; porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres; 31 para que te teman y anden en tus caminos, todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.
32 »También al extranjero que no sea de tu pueblo Israel, que haya venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viene y ora hacia esta Casa, 33 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales haya clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta Casa que yo he edificado.
34 »Cuando tu pueblo salga a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú le envíes, y ora a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la Casa que he edificado a tu nombre, 35 tú oirás desde los cielos su oración y su ruego, y ampararás su causa.
36 »Cuando pequen contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojes contra ellos, y los entregues a sus enemigos, para que sus conquistadores los lleven cautivos a otras tierras, lejos o cerca, 37 si ellos vuelven en sí en la tierra adonde los hayan llevado cautivos; si se convierten y oran a ti en la tierra de su cautividad, y dicen: “Pecamos, somos culpables, impíamente hemos actuado”; 38 si se convierten a ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hayan llevado cautivos, y oran hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la Casa que he edificado a tu nombre; 39 tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, ampararás su causa y perdonarás a tu pueblo que pecó contra ti.
40 »Ahora, pues, Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.
41 »Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el Arca de tu poder; Jehová Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad. 42 Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de tus misericordias para con tu siervo David.»
7 Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos y consumió el holocausto y los sacrificios; y la gloria de Jehová llenó la Casa. 2 Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová la había llenado. 3 Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la Casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: «Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre.»
4 Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante de Jehová. 5 Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así, el rey y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios.
6 Los sacerdotes desempeñaban su ministerio, mientras los levitas alababan a Jehová con los instrumentos de música que el rey David había hecho para acompañar los cánticos a Jehová, «porque su misericordia es para siempre», entonando los cánticos compuestos por David. Los sacerdotes tocaban las trompetas delante de ellos, y todo Israel se mantenía en pie.
7 También Salomón consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto había ofrecido allí los holocaustos, y lo mejor de las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían los holocaustos, las ofrendas y las grasas.
8 Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo Israel, una gran congregación, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto. 9 Al octavo día hicieron solemne asamblea, porque habían hecho la dedicación del altar en siete días, y habían celebrado la fiesta solemne por siete días. 10 Y a los veintitrés días del mes séptimo envió al pueblo a sus hogares, alegres y gozosos de corazón por los beneficios que Jehová había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo Israel.
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