Bible in 90 Days
Primera respuesta de Bildad a Job
8 Entonces Bildad, el suhita, respondió a Job:
2 «¿Hasta cuándo seguirás hablando así?
Suenas como un viento rugiente.
3 ¿Acaso Dios tuerce la justicia?
¿Tuerce el Todopoderoso lo que es recto?
4 Seguramente tus hijos pecaron contra él,
y por eso el castigo estaba bien merecido;
5 pero si oras a Dios
y buscas el favor del Todopoderoso,
6 si eres puro y vives con integridad,
sin duda que él se levantará y devolverá la felicidad a tu hogar.
7 Aunque comenzaste con poco,
terminarás con mucho.
8 »Tan solo pregunta a la generación anterior;
presta atención a la experiencia de nuestros antepasados,
9 porque nacimos apenas ayer y no sabemos nada;
nuestros días sobre la tierra son tan fugaces como una sombra.
10 Sin embargo, los que vivieron antes que nosotros te enseñarán;
te enseñarán la sabiduría de antaño.
11 »¿Pueden crecer altas las cañas del papiro donde no hay pantanos?
¿Pueden crecer en abundancia las hierbas de pantano donde no hay agua?
12 Cuando están floreciendo y aún no están listas para ser cortadas,
empiezan a marchitarse más rápido que la hierba.
13 Lo mismo les ocurre a todos los que se olvidan de Dios;
las esperanzas de los que viven sin Dios se evaporan.
14 Su confianza pende de un hilo;
se apoyan en una tela de araña.
15 Se aferran a su hogar para sentirse seguros, pero esa seguridad no durará;
intentan retenerla con firmeza, pero no permanecerá.
16 Los que no tienen a Dios parecen una planta frondosa que crece al sol,
y que extiende sus ramas por el jardín;
17 sus raíces penetran entre las piedras
y se sujetan a las rocas;
18 pero cuando se la arranca de raíz,
¡es como si nunca hubiera existido!
19 Así termina su vida,
y del suelo brotan otras plantas para reemplazarla.
20 »Sin embargo, mira, Dios no rechazará a una persona íntegra,
tampoco dará una mano a los malvados.
21 Él volverá a llenar tu boca de risas
y tus labios con gritos de alegría.
22 Los que te odian se vestirán de vergüenza,
y el hogar de los malvados será destruido».
Tercer discurso de Job: respuesta a Bildad
9 Entonces Job habló de nuevo:
2 «Sí, yo sé que en teoría todo esto es verdad.
Pero ¿cómo puede una persona ser declarada inocente a los ojos de Dios?
3 Si alguien quisiera llevar a Dios a juicio,[a]
¿sería posible responderle siquiera una vez entre mil?
4 Dios es tan sabio y tan poderoso.
¿Quién lo ha desafiado alguna vez con éxito?
5 »Él mueve las montañas sin dar aviso;
en su enojo las voltea.
6 Él sacude la tierra de su lugar
y tiemblan sus cimientos.
7 Si él lo ordena, el sol no saldrá
ni brillarán las estrellas.
8 Él solo extendió los cielos
y marcha sobre las olas del mar.
9 Él hizo todas las estrellas: la Osa y el Orión,
las Pléyades y las constelaciones del cielo del sur.
10 Él hace grandezas, demasiado maravillosas para comprenderlas,
y realiza milagros incontables.
11 »Sin embargo, cuando él se acerca no puedo verlo;
cuando se mueve, no lo veo pasar.
12 Si arrebata la vida de alguien, ¿quién podrá detenerlo?
¿Quién se atreve a preguntarle: “¿Qué haces?”?
13 Dios no contiene su enojo;
aun los monstruos del mar[b] son aplastados bajo sus pies.
14 »Así que, ¿quién soy yo para intentar responder a Dios
o incluso razonar con él?
15 Aunque yo tuviera razón, no tendría ninguna defensa;
solo podría rogar misericordia.
16 Y aunque lo llamara y él me respondiera,
dudo que me preste atención.
17 Pues él me ataca con una tormenta
y vez tras vez me hiere sin motivo.
18 No me deja recobrar el aliento
sino que me llena de amargas tristezas.
19 Si es cuestión de fuerza, él es el fuerte,
y si de justicia, ¿quién se atreverá a llevarlo[c] al tribunal?
20 Aunque soy inocente, mi boca me declararía culpable;
aunque soy intachable, la misma boca demostraría[d] que soy malvado.
21 »Soy inocente,
pero para mí no marca ninguna diferencia;
desprecio mi vida.
22 Inocente o perverso, para Dios es lo mismo,
por eso digo: “Él destruye tanto al intachable como al perverso”.
23 Cuando azota la plaga,[e]
él se ríe de la muerte del inocente.
24 Toda la tierra está en manos de los malvados,
y Dios ciega los ojos de los jueces.
Si no es él quien lo hace, ¿entonces quién?
25 »Mi vida pasa más rápido que un corredor
y se va volando sin una pizca de felicidad;
26 desaparece como un barco veloz hecho de papiro,
como un águila que se lanza en picada sobre su presa.
27 Si decidiera olvidar mis quejas,
abandonar mi cara triste y alegrarme,
28 aun así le tendría pavor a todo el dolor
porque sé que tú, oh Dios, no me encontrarías inocente.
29 Pase lo que pase, seré declarado culpable;
entonces, ¿para qué seguir luchando?
30 Incluso aunque me lavara con jabón
y limpiara mis manos con lejía,
31 me hundirías en un pozo lleno de lodo,
y mis propias ropas sucias me odiarían.
32 »Dios no es un mortal como yo,
por eso no puedo discutir con él ni llevarlo a juicio.
33 Si tan solo hubiera un mediador entre nosotros,
alguien que pudiera acercarnos el uno al otro.
34 Ese mediador podría hacer que Dios dejara de golpearme,
y ya no viviría aterrorizado de su castigo.
35 Entonces podría hablar con él sin temor,
pero no puedo lograrlo con mis propias fuerzas.
Job expresa su petición a Dios
10 »Estoy harto de mi vida.
Dejen que desahogue mis quejas abiertamente;
mi alma llena de amargura debe quejarse.
2 Le diré a Dios: “No me condenes de plano,
dime qué cargos tienes en mi contra.
3 ¿Qué ganas con oprimirme?
¿Por qué me rechazas, siendo yo obra de tus manos,
mientras miras con favor los planes de los malvados?
4 ¿Son tus ojos como los de un ser humano?
¿Ves las cosas de la misma manera que la gente?
5 ¿Dura tu vida lo mismo que la nuestra?
¿Es tu vida tan corta
6 que tienes que apurarte a descubrir mi culpa
y a buscar mi pecado?
7 Aunque sabes que no soy culpable,
no hay quien me rescate de tus manos.
8 »”Tú me formaste con tus manos; tú me hiciste,
sin embargo, ahora me destruyes por completo.
9 Recuerda que me hiciste del polvo;
¿me harás volver tan pronto al polvo?
10 Tú guiaste mi concepción
y me formaste en el vientre.[f]
11 Me vestiste con piel y carne
y tejiste mis huesos junto con mis tendones.
12 Me diste vida y me mostraste tu amor inagotable,
y con tu cuidado preservaste mi vida.
13 »”Sin embargo, tu verdadero motivo
—tu verdadera intención—
14 era vigilarme y, si cometía pecado,
no perdonar mi culpa.
15 Si soy culpable, mala suerte para mí;
aun si soy inocente, no puedo mantener mi cabeza en alto
porque estoy lleno de vergüenza y sufrimiento.
16 Y si mantengo mi cabeza en alto, tú me persigues como un león
y despliegas contra mí tu imponente poder.
17 Una y otra vez testificas en mi contra;
derramas sobre mí tu creciente enojo
y desplazas tropas de relevo contra mí.
18 »”¿Por qué entonces me sacaste del vientre de mi madre?
¿Por qué no me dejaste morir al nacer?
19 Sería como si nunca hubiera existido;
habría ido directamente del vientre a la tumba.
20 Me quedan pocos días, así que déjame en paz
para que tenga un momento de consuelo
21 antes de irme—para nunca más volver—
a la tierra de oscuridad y penumbra absoluta.
22 Es una tierra tan oscura como la medianoche,
una tierra de penumbra y confusión
donde aun la luz es tan oscura como la medianoche”».
Primera respuesta de Zofar a Job
11 Entonces Zofar el naamatita respondió a Job:
2 «¿No debería alguien responder a este torrente de palabras?
¿Se declara inocente a una persona solo porque habla mucho?
3 ¿Debo quedarme en silencio mientras tú sigues parloteando?
Cuando te burlas de Dios, ¿no debería alguien hacerte sentir vergüenza?
4 Tú afirmas: “Mis creencias son puras”
y “estoy limpio a los ojos de Dios”.
5 Si tan solo Dios hablara;
¡si tan solo te dijera lo que piensa!
6 Si tan solo te declarara los secretos de la sabiduría,
porque la verdadera sabiduría no es un asunto sencillo.
¡Escucha! ¡Sin duda Dios te está castigando
mucho menos de lo que mereces!
7 »¿Puedes tú resolver los misterios de Dios?
¿Puedes descubrir todo acerca del Todopoderoso?
8 Tal conocimiento es más alto que los cielos
y tú, ¿quién eres?
Es más profundo que el averno[g]
¿y qué sabes tú?
9 Es más extenso que la tierra
y más ancho que el mar.
10 Si Dios pasa por aquí y mete a alguien en la cárcel
o llama al orden a los tribunales, ¿quién puede detenerlo?
11 Pues él sabe quiénes son los impostores
y toma nota de todos sus pecados.
12 El que tiene la cabeza hueca no llegará a ser sabio
como tampoco un burro salvaje puede dar a luz un niño.[h]
13 »¡Si tan solo prepararas tu corazón
y levantaras tus manos a él en oración!
14 Abandona tus pecados
y deja atrás toda iniquidad.
15 Entonces tu rostro se iluminará con inocencia;
serás fuerte y estarás libre de temor.
16 Olvidarás tu sufrimiento;
será como agua que corre.
17 Tu vida será más radiante que el mediodía,
y aun la oscuridad brillará como la mañana.
18 Tener esperanza te dará valentía.
Estarás protegido y descansarás seguro.
19 Te acostarás sin temor;
muchos buscarán tu ayuda.
20 Pero los malos serán cegados;
no tendrán escapatoria;
su única esperanza es la muerte».
Cuarto discurso de Job: respuesta a Zofar
12 Entonces Job habló de nuevo:
2 «Ustedes sí que lo saben todo, ¿no es cierto?
Y cuando mueran, ¡la sabiduría morirá con ustedes!
3 Ahora bien, yo también sé algunas cosas,
y ustedes no son mejores que yo.
¿Quién no sabe estas cosas que acaban de decir?
4 Sin embargo, mis amigos se ríen de mí
porque clamo a Dios y espero una respuesta.
Soy un hombre justo e intachable,
sin embargo, se ríen de mí.
5 La gente que está tranquila se burla de los que están en dificultades.
Le da un empujón a los que tropiezan.
6 Los ladrones están en paz
y los que provocan a Dios viven seguros,
aunque todavía siguen bajo el control de Dios.[i]
7 »Solo pregunten a los animales, y ellos les enseñarán;
pregunten a los pájaros del cielo, y ellos les contarán.
8 Hablen a la tierra, y ella los instruirá;
dejen que los peces del mar les hablen.
9 Pues todos ellos saben
que mi desgracia[j] ha venido de la mano del Señor,
10 ya que la vida de todo ser viviente está en sus manos,
así como el aliento de todo ser humano.
11 El oído pone a prueba las palabras que oye
igual que la boca distingue los sabores.
12 La sabiduría pertenece a los ancianos,
y el entendimiento, a los mayores.
13 »Pero la verdadera sabiduría y el poder se encuentran en Dios;
el consejo y el entendimiento le pertenecen.
14 Lo que él destruye no se puede volver a construir.
Cuando él mete a alguien en la cárcel, no hay escapatoria.
15 Si él detiene la lluvia, la tierra se convierte en un desierto;
si libera las aguas, se inunda la tierra.
16 Así es, la fuerza y la sabiduría le pertenecen a él;
los que engañan y los engañados, los dos están bajo su poder.
17 Él se lleva a los consejeros y les quita el buen juicio;
los jueces sabios se vuelven necios.
18 Él despoja a los reyes del manto real
y son llevados lejos con cuerdas alrededor de la cintura.
19 Él se lleva lejos a los sacerdotes, despojados de su posición;
derroca a los que llevan muchos años en el poder.
20 Él hace callar al consejero de confianza
y quita la percepción a los ancianos.
21 Él derrama deshonra sobre los príncipes
y desarma a los fuertes.
22 ȃl descubre los misterios escondidos en la oscuridad;
trae luz a la más profunda penumbra.
23 Él levanta naciones y las destruye;
hace crecer a las naciones y las abandona.
24 Él quita el entendimiento a los reyes,
y los deja vagando en un desierto sin salida.
25 Ellos andan a tientas en la oscuridad sin una luz;
él los hace tambalear como borrachos.
Job quiere defender su caso ante Dios
13 »Miren, he visto todo esto con mis propios ojos,
y lo he escuchado con mis propios oídos y ahora comprendo.
2 Tengo tanto conocimiento como ustedes;
no son mejores que yo.
3 En cuanto a mí, hablaría directamente con el Todopoderoso;
quiero defender mi caso ante Dios mismo.
4 En cuanto a ustedes, me calumnian con mentiras.
Como médicos, son unos matasanos inútiles.
5 ¡Si tan solo se quedaran callados!
Es lo más sabio que podrían hacer.
6 Escuchen los cargos que presento;
presten atención a mis argumentos.
7 »¿Acaso defienden a Dios con mentiras?
¿Presentan argumentos engañosos en su nombre?
8 ¿Mostrarán parcialidad en su testimonio a favor de él?
¿Serán los abogados defensores de Dios?
9 ¿Qué ocurrirá cuando descubra lo que hacen?
¿Creen que pueden engañarlo tan fácilmente como lo hacen con la gente?
10 Si en secreto hacen inclinar los testimonios a su favor,
ciertamente se meterán en problemas con él.
11 ¿No les da terror su majestad?
¿No los deja abrumados el temor que sienten por él?
12 Sus frases vacías valen tanto como las cenizas;
su defensa es tan frágil como una vasija de barro.
13 »Ahora quédense en silencio y déjenme en paz.
Permítanme hablar y afrontaré las consecuencias.
14 ¿Por qué debería ponerme en peligro de muerte[k]
y tomar mi vida en mis manos?
15 Dios podría matarme, pero es mi única esperanza;[l]
voy a presentar mi caso ante él.
16 Esto es lo que me salvará: no soy ningún impío.
Si lo fuera, no podría estar delante de él.
17 »Presten mucha atención a lo que voy a decir;
escúchenme hasta el final.
18 He preparado mi defensa;
seré declarado inocente.
19 ¿Quién puede discutir conmigo sobre esto?
Y si demuestran que estoy equivocado, me quedaré callado y moriré.
Job pregunta cómo pecó
20 »Oh Dios, concédeme estas dos cosas
y entonces podré enfrentarme contigo:
21 quítame de encima tu mano dura
y no me atemorices con tu temible presencia.
22 Ahora llámame, ¡y te responderé!
O deja que te hable y contéstame tú.
23 Dime, ¿qué he hecho mal?
Muéstrame mi rebelión y mi pecado.
24 ¿Por qué te alejas de mí?
¿Por qué me tratas como a tu enemigo?
25 ¿Atemorizarías a una hoja llevada por el viento?
¿Perseguirías a la paja seca?
26 »Escribes amargas acusaciones en mi contra
y sacas a relucir todos los pecados de mi juventud.
27 Pones mis pies en el cepo,
examinas todos mis caminos
y rastreas todas mis pisadas.
28 Me consumo como madera que se pudre,
como un abrigo carcomido por la polilla.
14 »¡Qué frágil es el ser humano!
¡Qué breve es la vida, tan llena de dificultades!
2 Brotamos como una flor y después nos marchitamos;
desaparecemos como una sombra pasajera.
3 ¿Tienes que vigilar a una criatura tan frágil
y exiges que yo te rinda cuentas?
4 ¿Quién podrá sacar pureza de una persona impura?
¡Nadie!
5 Tú has determinado la duración de nuestra vida.
Tú sabes cuántos meses viviremos,
y no se nos concederá ni un minuto más.
6 Así que, ¡déjanos tranquilos, déjanos descansar!
Somos como los jornaleros, entonces déjanos terminar nuestro trabajo en paz.
7 »¡Hasta un árbol tiene más esperanza!
Si lo cortan, volverá a brotar
y le saldrán nuevas ramas.
8 Aunque sus raíces hayan envejecido en la tierra
y su tocón esté podrido,
9 al sentir el agua renacerá
y echará nuevos brotes como un árbol recién plantado.
10 »En cambio, cuando los seres humanos mueren, pierden su fuerza;
dan su último suspiro, y después, ¿dónde están?
11 Como el agua se evapora de un lago
y el río desaparece en la sequía,
12 así mismo la gente yace en la tumba y jamás se levanta.
Hasta que los cielos dejen de existir, nadie despertará
ni será perturbado de su sueño.
13 »¡Cómo quisiera que me escondieras en la tumba[m]
y que allí me dejaras olvidado hasta que pase tu enojo!
¡Pero anota en tu calendario para que te acuerdes de mí!
14 ¿Pueden los muertos volver a vivir?
De ser así, esto me daría esperanza durante todos mis años de lucha
y con anhelo esperaría la liberación de la muerte.
15 Me llamarías y yo te respondería,
y tú me añorarías a mí, la obra de tus manos.
16 Entonces, cuidarías mis pasos
en lugar de vigilar mis pecados.
17 Mis pecados estarían sellados en una bolsa
y cubrirías mi culpa.
18 »En cambio, de la manera que las montañas caen y se derrumban
y como las rocas se despeñan por el precipicio,
19 como el agua desgasta las piedras
y las inundaciones arrastran la tierra,
así mismo tú destruyes la esperanza de la gente.
20 Tú siempre puedes más que ellos, y desaparecen de la escena.
Los desfiguras cuando mueren y los despides.
21 Ellos nunca saben si sus hijos crecen con honor
o si se hunden en el olvido.
22 Sufren con dolor;
su vida está llena de desgracia».
Segunda respuesta de Elifaz a Job
15 Luego Elifaz el temanita respondió:
2 «¡Un hombre sabio no contestaría con tanta palabrería!
No eres más que un charlatán.
3 Los sabios no se enredan en palabras vanas.
¿De qué sirven tales palabras?
4 ¿No tienes temor de Dios
ni reverencia a él?
5 Tus pecados le dicen a tu boca qué decir,
y tus palabras se basan en el astuto engaño.
6 Tu propia boca te condena, no yo;
tus propios labios testifican contra ti.
7 »¿Acaso eres la primera persona que nació?
¿Naciste antes de que fueran creadas las colinas?
8 ¿Estuviste presente durante el concilio secreto de Dios?
¿Tienes tú el monopolio de la sabiduría?
9 ¿Qué sabes tú que no sepamos nosotros?
¿Qué entiendes tú que no entendamos nosotros?
10 De nuestro lado están los hombres de edad y de canas,
¡más ancianos que tu padre!
11 »¿Es el consuelo de Dios demasiado poco para ti?
¿No te es suficiente su palabra amable?
12 ¿Qué te ha quitado la razón?
¿Qué ha debilitado tu visión,[n]
13 para que te vuelvas en contra de Dios
y digas estas cosas malvadas?
14 ¿Acaso puede algún mortal ser puro?
¿Puede alguien nacido de mujer ser justo?
15 Mira, Dios ni siquiera confía en los ángeles.[o]
Ni los cielos son completamente puros a sus ojos,
16 ¡mucho menos una persona corrupta y pecadora
que tiene sed de maldad!
17 »Si escuchas, yo te explicaré,
y te responderé con mi propia experiencia.
18 Se confirma en las palabras de los sabios,
que a su vez escucharon lo mismo de sus padres;
19 de aquellos a quienes se les dio la tierra
mucho antes de que llegara algún extranjero.
20 »Los malos se retuercen de dolor toda su vida.
Para los despiadados están reservados años de desgracia.
21 En sus oídos resuena el sonido del terror,
y aun en los días buenos temen el ataque del destructor.
22 No se atreven a salir en la oscuridad
por miedo a ser asesinados.
23 Deambulan diciendo: “¿Dónde podré encontrar pan?”[p].
Saben que se acerca el día de su destrucción.
24 Ese día oscuro los llena de terror.
Viven en aflicción y angustia
como un rey que se prepara para la batalla.
25 Pues amenazan a Dios con el puño,
desafiando al Todopoderoso.
26 Con sus fuertes escudos en alto,
avanzan insolentes contra él.
27 »Esos malvados están gordos y son prósperos;
su cintura se hincha de grasa,
28 pero sus ciudades quedarán en ruinas.
Vivirán en casas abandonadas
a punto de derrumbarse.
29 No durarán sus riquezas
ni sus bienes permanecerán.
Sus posesiones ya no se extenderán hasta el horizonte.
30 »No escaparán de las tinieblas.
El sol abrasador secará sus retoños
y el aliento de Dios los destruirá.
31 Que no se engañen más confiando en riquezas huecas,
porque su única recompensa será el vacío.
32 Serán cortados en la flor de la vida;
sus ramas no reverdecerán jamás.
33 Serán como una vid cuyas uvas se recogen demasiado temprano,
como un olivo que pierde sus flores antes de que se forme el fruto.
34 Pues los que viven sin Dios son estériles.
Sus casas, enriquecidas mediante el soborno, se quemarán.
35 Conciben desgracia y dan a luz maldad;
su vientre produce engaño».
Quinto discurso de Job: respuesta a Elifaz
16 Entonces Job volvió a hablar:
2 «Ya escuché todo esto antes,
¡qué consejeros tan miserables son ustedes!
3 ¿Nunca dejarán de decir más que palabrería?
¿Qué los mueve a seguir hablando?
4 Si ustedes estuvieran en mi lugar, yo podría decir lo mismo.
Podría lanzar críticas y menear mi cabeza ante ustedes.
5 Sin embargo, yo les daría palabras de ánimo;
intentaría aliviar su dolor.
6 En cambio, sufro si me defiendo,
y no sufro menos si me niego a hablar.
7 »Oh Dios, tú me has molido
y arrasaste con mi familia.
8 Me has reducido a piel y huesos, como si tuvieras que demostrar que he pecado;
mi carne consumida testifica en mi contra.
9 Dios me odia y me despedaza en su enojo.
Rechina los dientes contra mí
y me atraviesa con su mirada.
10 La gente me abuchea y se ríe de mí.
Con desprecio me dan bofetadas en la mejilla,
y una turba se junta en mi contra.
11 Dios me ha entregado a los pecadores
y me ha arrojado en manos de los malvados.
12 »Yo vivía tranquilo hasta que él me quebró;
me tomó por el cuello y me hizo pedazos.
Después me usó como blanco
13 y ahora sus arqueros me rodean.
Sus flechas me atraviesan sin misericordia
y el suelo está empapado con mi sangre.[q]
14 Una y otra vez él se estrella contra mí;
arremete como un guerrero.
15 Me visto de tela áspera en señal de mi dolor.
Mi orgullo yace en el polvo.
16 Mis ojos están enrojecidos de tanto llorar;
los rodean sombras oscuras.
17 Sin embargo, no he hecho nada malo
y mi oración es pura.
18 »Oh tierra, no escondas mi sangre;
deja que clame por mí.
19 Ahora mismo, mi testigo está en el cielo;
mi abogado está en las alturas.
20 Mis amigos me desprecian,
y derramo mis lágrimas ante Dios.
21 Necesito un mediador entre Dios y yo,
como una persona que intercede entre amigos.
22 Pues pronto me tocará recorrer ese camino
del que nunca volveré.
Job sigue defendiendo su inocencia
17 »Mi espíritu está destrozado,
y mi vida está casi extinguida.
La tumba está lista para recibirme.
2 Estoy rodeado de burlones;
observo que se mofan de mí de manera implacable.
3 »Debes defender mi inocencia, oh Dios,
ya que nadie más se levantará en mi favor.
4 Les cerraste la mente para que no comprendieran,
pero no permitas que triunfen.
5 Traicionan a sus amigos para su propio beneficio;
haz que sus hijos desfallezcan de hambre.
6 »Dios me ha puesto en ridículo ante la gente;
me escupen en la cara.
7 Mis ojos están hinchados de tanto llorar,
y soy solamente una sombra de lo que fui.
8 Los íntegros se horrorizan cuando me ven;
los inocentes se levantan contra los que no tienen a Dios.
9 Los justos siguen avanzando,
y los de manos limpias se vuelven cada vez más fuertes.
10 »En cuanto a todos ustedes, regresen con mejores argumentos,
aunque seguiré sin encontrar a un solo sabio entre ustedes.
11 Mis días se acaban.
Mis esperanzas han desaparecido;
los deseos de mi corazón están destruidos.
12 Estos hombres dicen que la noche es día;
afirman que la oscuridad es luz.
13 ¿Qué pasará si voy a la tumba[r]
y tiendo mi cama en las tinieblas?
14 ¿Qué pasará si llamo padre a la tumba
y madre o hermana a los gusanos?
15 ¿Dónde está entonces mi esperanza?
¿Podrá alguien encontrarla?
16 No, mi esperanza descenderá conmigo a la tumba.
¡Descansaremos juntos en el polvo!».
Segunda respuesta de Bildad a Job
18 Entonces Bildad el suhita respondió:
2 «¿Cuánto tiempo pasará hasta que dejes de hablar?
¡Habla con sentido si quieres que te respondamos!
3 ¿Crees que somos animales?
¿Piensas que somos tontos?
4 Aunque con enojo te arranques el pelo,
¿se destruirá la tierra por eso?
¿Hará que las rocas tiemblen?
5 »Ciertamente la luz de los malvados se apagará;
las chispas de su fuego no brillarán.
6 La luz en su carpa se oscurecerá;
la lámpara colgada del techo se extinguirá.
7 La zancada confiada de los malvados se acortará.
Sus propias artimañas provocarán su ruina.
8 Los malos quedan atrapados por una red;
caen en el pozo.
9 Una trampa los agarra por los talones;
el cepo los aprieta con fuerza.
10 Un lazo está escondido en el suelo;
una cuerda atraviesa su camino.
11 »El terror rodea a los malvados
y les causa problemas a cada paso.
12 El hambre agota sus fuerzas
y la calamidad queda a la espera de que tropiecen.
13 La enfermedad les carcome la piel;
la muerte devora sus miembros.
14 Son arrancados de la seguridad de sus hogares
y llevados al rey de los terrores.
15 Los hogares de los malvados se quemarán por completo;
azufre ardiente llueve sobre sus casas.
16 Sus raíces se secarán
y sus ramas se marchitarán.
17 Desaparecerá de la tierra todo recuerdo de su existencia;
nadie se acordará de sus nombres.
18 Serán sacados de la luz, arrojados a las tinieblas
y expulsados del mundo.
19 No tendrán hijos ni nietos,
ni habrá sobrevivientes donde habitaban.
20 La gente del occidente se queda consternada por su destino,
y la gente del oriente está horrorizada.
21 Dirán: “Este fue el hogar de una persona malvada,
el lugar de alguien que rechazó a Dios”».
Sexto discurso de Job: respuesta a Bildad
19 Entonces Job volvió a hablar:
2 «¿Hasta cuándo me torturarán?
¿Hasta cuándo intentarán aplastarme con sus palabras?
3 Ya me han insultado diez veces.
Deberían avergonzarse de tratarme tan mal.
4 Aunque yo hubiera pecado,
eso es asunto mío y no de ustedes.
5 Creen que son mejores que yo
al usar mi humillación como prueba de mi pecado;
6 pero es Dios quien me hizo daño
cuando me atrapó en su red.[s]
7 »Yo clamo: “¡Socorro!” pero nadie me responde;
protesto, pero no hay justicia.
8 Dios ha cerrado mi camino para que no pueda moverme;
hundió mi senda en oscuridad.
9 Me ha despojado del honor
y ha quitado la corona de mi cabeza.
10 Por todos lados me ha destruido, y estoy acabado.
Arrancó de raíz mi esperanza como un árbol caído.
11 Su furia arde contra mí;
me considera un enemigo.
12 Sus tropas avanzan
y construyen caminos para atacarme;
acampan alrededor de mi carpa.
13 »Mis familiares se mantienen lejos,
y mis amigos se han puesto en mi contra.
14 Mi familia se ha ido
y mis amigos íntimos se olvidaron de mí.
15 Mis sirvientes y mis criadas me consideran un extraño;
para ellos soy como un extranjero.
16 Cuando llamo a mi sirviente, no viene,
¡tengo que rogarle!
17 Mi aliento le da asco a mi esposa;
mi propia familia me rechaza.
18 Hasta los niños me menosprecian;
cuando me levanto para hablar, me vuelven la espalda.
19 Mis amigos íntimos me detestan;
los que yo amaba se han puesto en mi contra.
20 Quedé reducido a piel y huesos
y he escapado de la muerte por un pelo.
21 »Tengan misericordia de mí, amigos míos, tengan misericordia;
porque la mano de Dios me ha golpeado.
22 ¿Me perseguirán ustedes también como lo hace Dios?
¿No me han despellejado ya bastante?
23 »Oh, que mis palabras fueran grabadas;
oh, que quedaran escritas en un monumento,
24 talladas con cincel de hierro y rellenas de plomo,
y labradas en la roca para siempre.
25 »Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive,
y un día por fin estará sobre la tierra.
26 Y después que mi cuerpo se haya descompuesto,
¡todavía en mi cuerpo veré a Dios![t]
27 Yo mismo lo veré;
así es, lo veré con mis propios ojos.
¡Este pensamiento me llena de asombro!
28 »¿Cómo se atreven a seguir persiguiéndome,
diciendo: “Es su propia culpa”?
29 Ustedes mismos deben tener temor al castigo,
pues su actitud lo merece.
Entonces sabrán que de verdad hay un juicio».
Segunda respuesta de Zofar a Job
20 Entonces Zofar el naamatita respondió:
2 «Debo responder
porque estoy muy molesto.
3 He tenido que soportar tus insultos,
pero ahora mi espíritu me mueve a responder.
4 »¿No te das cuenta que desde el principio del tiempo,
desde que el hombre fue puesto sobre la tierra por primera vez,
5 el triunfo de los malos ha durado poco
y la alegría de los que viven sin Dios ha sido pasajera?
6 Aunque el orgullo de los incrédulos llegue hasta los cielos
y toquen las nubes con la cabeza,
7 aun así, ellos desaparecerán para siempre
y serán desechados como su propio estiércol.
Sus conocidos preguntarán:
“¿Dónde están?”.
8 Se desvanecerán como un sueño y nadie los encontrará;
desaparecerán como una visión nocturna.
9 Quienes alguna vez los vieron, no los verán más;
sus familias nunca volverán a verlos.
10 Sus hijos mendigarán de los pobres
porque tendrán que devolver las riquezas que robaron.
11 A pesar de ser jóvenes,
sus huesos yacerán en el polvo.
12 »Ellos disfrutaron del dulce sabor de la maldad,
dejando que se deshiciera bajo su lengua.
13 La saborearon,
dejándola mucho tiempo en la boca;
14 pero de repente, la comida en su estómago se vuelve ácida,
un veneno en su vientre.
15 Vomitarán la riqueza que se tragaron;
Dios no permitirá que la retengan.
16 Chuparán el veneno de cobras
y la víbora los matará.
17 Nunca más disfrutarán de las corrientes de aceite de oliva
ni de los ríos de leche y miel.
18 Devolverán todo lo que consiguieron con tanto esfuerzo;
su riqueza no les traerá alegría.
19 Pues oprimieron a los pobres y los dejaron sin nada;
se adueñaron de sus casas.
20 Estuvieron siempre llenos de avaricia y nunca quedaron satisfechos;
no queda nada de todo lo que soñaron.
21 Comen hasta hartarse, pero después no les queda nada;
por eso, su prosperidad no perdurará.
22 »En medio de la abundancia, caerán en dificultades
y el sufrimiento se apoderará de ellos.
23 Que Dios les llene la vida de problemas;
que Dios haga llover su enojo sobre ellos.
24 Cuando intenten escapar de un arma de hierro,
una flecha de bronce los atravesará.
25 Cuando les arranquen la flecha de la espalda,
la punta brillará con sangre.[u]
El terror de la muerte los invade.
26 Sus tesoros serán lanzados a la más densa oscuridad.
Un fuego descontrolado devorará sus bienes,
y consumirá todo lo que les queda.
27 Los cielos pondrán al descubierto su culpa,
y la tierra testificará contra ellos.
28 La inundación arrasará con su casa;
el enojo de Dios descenderá en torrentes sobre ellos.
29 Esa es la recompensa que Dios da a los malvados;
es la herencia decretada por Dios».
Séptimo discurso de Job: respuesta a Zofar
21 Entonces Job habló de nuevo:
2 «Escuchen con atención lo que digo;
es una forma de consolarme.
3 Ténganme paciencia y déjenme hablar.
Después de que haya hablado, podrán seguir burlándose de mí.
4 »Mi queja es con Dios, no con la gente.
Tengo buenas razones para estar tan impaciente.
5 Mírenme y quédense atónitos;
tápense la boca con la mano, totalmente sorprendidos.
6 Cuando pienso en lo que estoy diciendo, me estremezco
y mi cuerpo tiembla.
7 »¿Por qué prosperan los malvados
mientras se vuelven viejos y poderosos?
8 Llegan a ver a sus hijos crecidos y establecidos,
y disfrutan de sus nietos.
9 Sus hogares no corren ningún peligro,
y Dios no los castiga.
10 Sus toros nunca dejan de procrear;
sus vacas tienen terneros y nunca pierden sus crías.
11 Dejan brincar a sus niños como corderitos;
sus pequeños saltan y bailan.
12 Cantan con panderetas y arpas
y celebran al sonido de la flauta.
13 Pasan sus días con prosperidad;
luego van a la tumba[v] en paz.
14 Sin embargo, le dicen a Dios: “Vete,
no queremos nada de ti ni de tus caminos.
15 ¿Quién es el Todopoderoso y por qué debemos obedecerlo?
¿En qué nos beneficiará orar?”.
16 (Creen que su prosperidad depende de ellos,
pero yo no tendré nada que ver con esa forma de pensar).
17 »Sin embargo, la luz de los malvados parece no extinguirse nunca.
¿Alguna vez tienen problemas?
¿Acaso Dios les reparte dolores con enojo?
18 ¿Se los lleva el viento como la paja?
¿Los arrastra la tormenta como al heno?
¡De ninguna manera!
19 »Ustedes dicen: “Bien, ¡al menos Dios castigará a los hijos de ellos!”;
pero yo digo que él debería castigar a los que pecan
para que comprendan su juicio.
20 Que vean con sus propios ojos su destrucción,
y beban en abundancia del enojo del Todopoderoso.
21 Pues, después de muertos,
no les importará lo que le suceda a su familia.
22 »Pero ¿quién podrá enseñarle algo a Dios,
si es él quien juzga aun a los más poderosos?
23 Una persona muere próspera,
muy cómoda y segura,
24 la viva imagen de la salud,
en excelente forma y llena de vigor.
25 Otra persona muere en amarga pobreza,
sin haber saboreado nunca de la buena vida.
26 Sin embargo, a los dos se les entierra en el mismo polvo;
los mismos gusanos los comen a ambos.
27 »Miren, yo sé lo que están pensando;
conozco los planes que traman contra mí.
28 Me hablarán de gente rica y malvada,
cuyas casas desaparecieron a causa de sus pecados;
29 pero pregunten a los que han visto mucho mundo
y ellos les dirán la verdad.
30 Los malvados se salvan en tiempos de calamidad
y se les permite escapar del desastre.
31 Nadie los critica abiertamente
ni les dan su merecido por lo que hicieron.
32 Cuando los llevan a la tumba,
una guardia de honor vigila su sepultura.
33 Un gran cortejo fúnebre va al cementerio.
Muchos presentan sus respetos cuando los sepultan
y descansan en paz bajo tierra.
34 »¿Cómo podrán consolarme sus frases huecas?
¡Todas sus explicaciones son mentiras!».
Tercera respuesta de Elifaz a Job
22 Entonces Elifaz el temanita respondió:
2 «¿Puede una persona hacer algo para ayudar a Dios?
¿Puede aun el sabio ser de ayuda para él?
3 ¿Saca algún provecho el Todopoderoso con que tú seas justo?
Y si fueras perfecto, ¿le sería de beneficio?
4 ¿Acaso él te acusa y trae juicio contra ti
porque eres tan piadoso?
5 ¡No! ¡Se debe a tu maldad!
¡Tus pecados no tienen límite!
6 »Por ejemplo, debes haber prestado dinero a tu amigo
y le exigiste alguna prenda como garantía.
Sí, lo dejaste desnudo.
7 Debes haber negado agua a quien tenía sed
y comida al hambriento.
8 Probablemente pienses que la tierra le pertenece a los poderosos,
¡y que solo los privilegiados tienen derecho a ella!
9 Debes haber despedido a las viudas con las manos vacías
y acabado con las esperanzas de los huérfanos.
10 Por eso estás rodeado de trampas
y tiemblas de temores repentinos.
11 Por eso no puedes ver en la oscuridad
y olas de agua te cubren.
12 »Dios es grande, más alto que los cielos;
está por encima de las estrellas más lejanas.
13 Pero tú respondes: “¡Por eso Dios no puede ver lo que hago!
¿Cómo puede juzgar a través de las densas tinieblas?
14 Pues densas nubes se arremolinan a su alrededor y no puede vernos.
Él está allá arriba, caminando en la bóveda del cielo”.
15 »¿Seguirás en las antiguas sendas
por donde anduvieron los malvados?
16 Ellos fueron cortados en la flor de la vida,
los cimientos de su vida arrasados como por un río.
17 Pues dijeron a Dios: “¡Déjanos en paz!
¿Qué puede hacernos el Todopoderoso?”.
18 Sin embargo, él era quien llenaba sus hogares de cosas buenas;
así que yo no tendré nada que ver con esa forma de pensar.
19 »Los justos se alegrarán al ver la destrucción de los malvados,
y los inocentes se reirán con desprecio.
20 Dirán: “Miren cómo han sido destruidos nuestros enemigos;
los últimos fueron consumidos en el fuego”.
21 »Sométete a Dios y tendrás paz,
entonces te irá bien.
22 Escucha las instrucciones de Dios
y guárdalas en tu corazón.
23 Si te vuelves al Todopoderoso, serás restaurado;
por lo tanto, limpia tu vida.
24 Si renuncias a tu codicia del dinero
y arrojas tu precioso oro al río,
25 el Todopoderoso será tu tesoro.
¡Él será tu plata preciosa!
26 »Entonces te deleitarás en el Todopoderoso
y levantarás tu mirada a Dios.
27 Orarás a él, y te escuchará,
y cumplirás los votos que le hiciste.
28 Prosperarás en todo lo que decidas hacer
y la luz brillará delante de ti en el camino.
29 Si la gente tiene problemas y tú dices: “Ayúdalos”,
Dios los salvará.
30 Hasta los pecadores serán rescatados;
serán rescatados porque tienes las manos puras».
Octavo discurso de Job: respuesta a Elifaz
23 Entonces Job volvió a hablar:
2 «Hoy mi queja todavía es amarga,
y me esfuerzo por no gemir.
3 Si tan solo supiera dónde encontrar a Dios,
iría a su tribunal.
4 Expondría mi caso
y presentaría mis argumentos.
5 Luego escucharía su respuesta
y entendería lo que me dijera.
6 ¿Usaría su inmenso poder para discutir conmigo?
No, él me daría un juicio imparcial.
7 Las personas sinceras pueden razonar con él,
así que mi juez me absolvería para siempre.
8 Voy hacia el oriente, pero él no está allí;
voy hacia el occidente, pero no puedo encontrarlo.
9 No lo veo en el norte, porque está escondido;
miro al sur, pero él está oculto.
10 »Sin embargo, él sabe a dónde yo voy;
y cuando me ponga a prueba, saldré tan puro como el oro.
11 Pues he permanecido en las sendas de Dios;
he seguido sus caminos y no me he desviado.
12 No me he apartado de sus mandatos,
sino que he atesorado sus palabras más que la comida diaria.
13 Pero una vez que él haya tomado su decisión, ¿quién podrá hacerlo cambiar de parecer?
Lo que quiere hacer, lo hace.
14 Por lo tanto, él hará conmigo lo que tiene pensado;
él controla mi destino.
15 Con razón estoy tan aterrado ante su presencia;
cuando lo pienso, el terror se apodera de mí.
16 Dios me ha enfermado el corazón;
el Todopoderoso me ha aterrado.
17 No me han destruido las tinieblas que me rodean;
ni la densa e impenetrable oscuridad que está por todas partes.
Job pregunta por qué los malvados no son castigados
24 »¿Por qué el Todopoderoso no trae a juicio a los malvados?
¿Por qué los justos deben esperarlo en vano?
2 La gente malvada roba tierras moviendo los límites de propiedad;
roba animales y los pone en sus propios campos.
3 Los malos le quitan el burro al huérfano
y a la viuda le exigen el buey como garantía por un préstamo.
4 A los pobres los echan del camino;
los necesitados tienen que esconderse juntos para estar a salvo.
5 Igual que los burros salvajes en los lugares desolados,
los pobres pasan todo su tiempo buscando comida;
hasta en el desierto buscan alimento para sus hijos.
6 Cosechan un campo que no es suyo,
y recogen las sobras en los viñedos de los malvados.
7 Pasan la noche desnudos en medio del frío,
sin ropa ni abrigo para cubrirse.
8 Las lluvias de la montaña los empapan
y se amontonan contra las rocas en busca de refugio.
9 »Los malvados, a la viuda le arrebatan del pecho a su hijo,
y toman al bebé como garantía de un préstamo.
10 El pobre tiene que andar desnudo, sin ropa;
cosecha alimentos para otros mientras él mismo se muere de hambre.
11 Prensa el aceite de oliva pero no le permiten probarlo,
y pisa las uvas en el lagar mientras pasa sed.
12 Los gemidos de los moribundos se elevan desde la ciudad,
y los heridos claman por ayuda,
sin embargo, Dios no hace caso a sus lamentos.
13 »La gente malvada se rebela contra la luz;
se niega a reconocer los caminos de la luz
y a permanecer en sus sendas.
14 El asesino se levanta de madrugada
para matar al pobre y al necesitado;
por la noche es un ladrón.
15 El adúltero espera el anochecer
porque piensa: “Nadie me verá”;
esconde su cara para que nadie lo reconozca.
16 Los ladrones entran a las casas de noche
y duermen durante el día;
no están familiarizados con la luz.
17 La noche oscura es su mañana;
hacen alianza con los terrores de la oscuridad.
18 »No obstante, ellos desaparecen como espuma en el río.
Todo lo que poseen está maldito
y tienen miedo de entrar en sus propios viñedos.
19 La tumba[w] consume a los pecadores
tal como la sequía y el calor consumen la nieve.
20 Sus propias madres se olvidan de ellos.
Los gusanos los encontrarán dulces al paladar.
Nadie se acordará de ellos.
Los malvados son quebrantados como un árbol en medio de la tormenta.
21 Engañan a la mujer que no tiene hijo que la defienda
y se niegan a ayudar a la viuda necesitada.
22 »Dios, en su poder, arrastra a los ricos.
Puede ser que lleguen lejos, pero no tienen asegurada la vida.
23 Quizá se les permita vivir seguros,
pero Dios siempre los vigila.
24 Aunque ahora son importantes,
en un momento habrán desaparecido como todos los demás,
cortados como las espigas del grano.
25 ¿Puede alguien decir lo contrario?
¿Quién puede demostrar que estoy equivocado?».
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