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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Salmos 45:15-69:21

15 Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del Rey.

16 En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra.

17 Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones; por lo cual pueblos te alabarán eternamente y para siempre.

Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo sobre Alamot.

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; aunque se traspasen los montes al corazón del mar.

Bramarán, se turbarán sus aguas; temblarán los montes a causa de su braveza. (Selah.)

Del Río sus conductos alegrarán la ciudad de Dios, el santuario de las tiendas del Altísimo.

Dios está en medio de ella; no será conmovida; Dios la ayudará al clarear la mañana.

¶ Bramaron los gentiles, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra.

El SEÑOR de los ejércitos es con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Selah.)

Venid, ved las obras del SEÑOR, que ha puesto asolamientos en la tierra.

Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego.

10 Cesad, y conoced que yo soy Dios; me ensalzaré en los gentiles, me ensalzaré en la tierra.

11 El SEÑOR de los ejércitos es con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Selah.)

Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo.

Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo.

Porque el SEÑOR es Sublime y temible; Rey grande sobre toda la tierra.

El guiará a los pueblos debajo de nosotros, y a los gentiles debajo de nuestros pies.

El nos elegirá nuestras heredades; la hermosura de Jacob, al cual amó. (Selah.)

¶ Subió Dios con júbilo, el SEÑOR con voz de trompeta.

Cantad a Dios, cantad; cantad a nuestro Rey, cantad.

Porque el Rey de toda la tierra es Dios; cantad con entendimiento.

Reinó Dios sobre los gentiles; se sentó Dios sobre el trono de su santidad.

Los príncipes de los pueblos se juntaron al pueblo del Dios de Abraham; porque de Dios son los escudos de la tierra; El es muy ensalzado.

Canción de Salmo a los hijos de Coré.

Grande es el SEÑOR y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santidad.

Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sion, a los lados del aquilón, la ciudad del gran Rey.

Dios en sus palacios es conocido por lugar de refugio.

Porque he aquí los reyes de la tierra fueron reunidos; pasaron todos.

Y viéndola ellos así, se maravillaron, se asombraron, se dieron prisa a huir.

Les tomó allí temblor; dolor, como a mujer que da a luz.

Con viento solano quiebras las naves de Tarsis.

¶ Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre. (Selah.)

Concebimos según tu misericordia, oh Dios, en medio de tu Templo.

10 Conforme a tu Nombre, oh Dios, así es tu loor hasta los fines de la tierra; de justicia está llena tu diestra.

11 Se alegrará el monte de Sion; se gozarán las hijas de Judá por tus juicios.

12 Andad alrededor de Sion, y rodeadla; contad sus torres.

13 Considerad bien su antemuro, mirad sus palacios; para que lo contéis a la generación venidera.

14 Porque este Dios es Dios nuestro eternalmente y para siempre; El nos capitaneará hasta la muerte.

Al Vencedor: a los hijos de Coré: Salmo.

Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitadores todos del mundo:

Así los hijos de los hombres como los hijos de los varones; el rico y el pobre juntamente.

Mi boca hablará sabiduría; y el pensamiento de mi corazón inteligencia.

Acomodaré a ejemplos mi oído; declararé con el arpa mi enigma.

¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis calcañares me cercará?

¶ Los que confían en sus haciendas, y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,

ninguno de ellos podrá en manera alguna rescatar al hermano, ni dar a Dios propiciación por él.

(Porque la redención de su vida es de gran precio, y no lo pueden hacer)

que viva adelante para siempre, y nunca vea la sepultura.

10 Pues se ve que mueren todos los sabios; el loco y el ignorante perecen, y dejan a otros sus riquezas.

11 En su interior piensan que sus casas son eternas, y sus habitaciones para generación y generación; llamaron sus tierras de sus nombres.

12 Mas el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que son cortadas.

13 Este es su camino, su locura; y sus descendientes corren por el dicho de ellos. (Selah.)

14 Como ovejas son puestos en el Seol; la muerte los pastorea; y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; y se consumirá su bien parecer en la sepultura desde su morada.

15 ¶ Ciertamente Dios rescatará mi vida de la mano del Seol, cuando me tomará. (Selah.)

16 No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa;

17 porque en su muerte no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria.

18 Porque mientras viviere, será su vida bendita; y tú serás loado cuando fueres próspero.

19 Entrará a la generación de sus padres; no verán luz para siempre.

20 El hombre en honra que no entiende, semejante es a las bestias que son cortadas.

Salmo a Asaf.

El Dios de dioses, el SEÑOR, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.

Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de su presencia, y en derredor suyo habrá tempestad grande.

Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

Juntadme mis misericordiosos; los que pactaron mi pacto sobre sacrificio.

Y denunciarán los cielos su justicia; porque Dios mismo es el juez. (Selah.)

¶ Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.

No te reprenderé sobre tus sacrificios, que tus holocaustos delante de mí están siempre.

No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.

10 Porque mía es toda bestia del monte; millares de animales en los montes.

11 Conozco todas las aves de los montes, y las fieras del campo están conmigo.

12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.

13 ¿Tengo de comer yo carne de toros, o de beber sangre de machos cabríos?

14 Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus promesas al Altísimo.

15 Y llámame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.

16 ¶ Pero al malo dijo Dios: ¿Qué parte tienes tú de declarar mis leyes, y que tomes mi pacto en tu boca?

17 ¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!

18 Si veías al ladrón, tú corrías con él; y con los adúlteros era tu parte.

19 Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño.

20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia.

21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas por eso que de cierto sería yo como tú; yo te argüiré, y las pondré delante de tus ojos.

22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que os arrebate, y no haya quién os libre.

23 El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le enseñaré la salud de Dios.

Al Vencedor: Salmo de David, cuando después que entró a Betsabé, vino a él Natán el profeta.

Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tu compasión rae mis rebeliones.

Lávame más y más de mi iniquidad, y límpiame de mi pecado.

Porque yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí.

Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y puro en tu juicio.

He aquí, el dolor de mi iniquidad me ha hecho revolcar; mi madre me concibió para que el pecado fuera removido de mí.

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

¶ Remueva el pecado en mí con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.

Hazme oír gozo y alegría; y se recrearán los huesos que has abatido.

Esconde tu rostro de mis pecados, y rae todas mis maldades.

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto dentro de mí.

11 No me eches de delante de ti; y no quites de mí tu santo Espíritu.

12 Vuélveme el gozo de tu salud; y tu espíritu de libertad me sustentará.

13 Enseñaré a los prevaricadores tus caminos; y los pecadores se convertirán a ti.

14 ¶ Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia.

15 Señor, abre mis labios; y publicará mi boca tu alabanza.

16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.

17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

18 Haz bien con tu voluntad a Sion; edifica los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán sobre tu altar becerros.

Al Vencedor: Masquil de David, cuando vino Doeg el edomita y dio cuenta a Saúl, diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.

¿Por qué te glorías de maldad, oh hombre fuerte? La misericordia de Dios es cada día.

Agravios maquina tu lengua; como navaja amolada hace engaño.

Amaste el mal más que el bien; la mentira más que hablar justicia. (Selah.)

Has amado toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua.

Por tanto Dios te derribará para siempre; te cortará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah.)

¶ Y verán los justos, y temerán; y se reirán de él, diciendo:

He aquí un varón que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; se esforzó en su maldad.

Mas yo estoy como oliva verde en la Casa de Dios; confié en la misericordia de Dios perpetua y eternalmente.

Te alabaré para siempre porque obraste; y esperaré a tu Nombre, porque es bueno, delante de tus misericordiosos.

Al Vencedor: sobre Mahalat: Masquil de David.

Dijo el loco en su corazón: No hay Dios. Se corrompieron e hicieron abominable maldad; no hay quien haga bien.

Dios desde los cielos miró sobre los hijos de Adán, por ver si hay algún entendido que busque a Dios.

Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían dañado; no hay quien haga bien, no hay ni aun uno.

¿No tienen conocimiento todos esos que obran iniquidad, que comen a mi pueblo como si comieran pan? A Dios no invocan.

Allí se sobresaltaron de pavor donde no había pavor; porque Dios descoyuntó los huesos del que asentó campamento contra ti; los avergonzaste, porque Dios los desechó.

¡Oh quién diera de Sion saludes a Israel! Volviendo Dios la cautividad de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

Al Vencedor: en Neginot: Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra?

Oh Dios, sálvame en tu Nombre, y con tu valentía defiéndeme.

Oh Dios, oye mi oración; escucha las razones de mi boca.

Porque extraños se han levantado contra mí, y fuertes buscan mi alma; no han puesto a Dios delante de sí. (Selah.)

¶ He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es con los que sustentan mi alma.

El volverá el mal a mis enemigos; córtalos por tu verdad.

Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu Nombre, oh SEÑOR, porque es bueno.

Porque me ha librado de toda angustia, y sobre mis enemigos vieron mis ojos el deseo de El.

Al Vencedor: en Neginot: Masquil de David.

Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.

Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo,

a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque echaron sobre mí iniquidad, y con furor me han amenazado.

Mi corazón está doloroso dentro de mí, y terrores de muerte han caído sobre mí.

Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto.

Y dije: ¡Quién me diera alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.

Ciertamente huiría lejos; moraría en el desierto. (Selah.)

Me apresuraría a escapar del viento tempestuoso, de la tempestad.

¶ Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

10 Día y noche la rodean sobre sus muros; e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

11 Agravios hay en medio de ella, y el fraude y engaño no se apartan de sus plazas.

12 Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni el que me aborrecía se engrandeció contra mí, porque me hubiera escondido de él;

13 mas tú, hombre, según mi estimación: mi señor, y mi familiar.

14 Porque juntos comunicábamos dulcemente los secretos, en la Casa de Dios andábamos en compañía.

15 Condenados sean a muerte, desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en su compañía, entre ellos.

16 ¶ Yo a Dios clamaré; y el SEÑOR me salvará.

17 Tarde y mañana y a mediodía hablo y bramo; y él oirá mi voz.

18 El ha rescatado en paz mi alma de la guerra contra mí; porque muchos fueron contra mí.

19 Dios oirá, y los quebrantará, y el que permanece desde la antigüedad (Selah); por cuanto no se mudan, ni temen a Dios.

20 Extendió sus manos contra sus pacíficos; ensució su pacto.

21 Ablandan más que manteca su boca, pero guerra hay en su corazón; enternecen sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas.

22 Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitará que resbale el justo.

23 Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la sepultura; los varones sanguinarios y engañadores no vivirán ni la mitad de sus días; pero yo confiaré en ti.

Al Vencedor: sobre la paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat.

Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.

Me devoran mis enemigos cada día; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.

Cuando temo, confiaré en ti.

En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado, no temeré lo que la carne me hiciere.

Todos los días me contristan mis negocios; contra mí son todos sus pensamientos para mal.

Se reúnen, se esconden, miran ellos atentamente mis pisadas, esperando mi alma.

¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor.

¶ Mis huidas has contado tú; pon mis lágrimas en tu odre, ciertamente en tu libro.

Entonces serán vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare a ti; en esto conozco que Dios es por mí.

10 En Dios alabaré su palabra; en el SEÑOR alabaré su palabra.

11 En Dios he confiado; no temeré lo que el hombre me pueda hacer.

12 Sobre mí, oh Dios, están tus promesas; te tributaré alabanzas.

13 Porque has librado mi vida de la muerte, ciertamente mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.

Al Vencedor: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.

Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.

Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me galardona.

El enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me devora; (Selah) Dios enviará su misericordia y su verdad.

Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres que echan llamas; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda.

Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.

Red han armado a mis pasos; mi alma se ha abatido; hoyo han cavado delante de mí; cayeron en medio de él. (Selah.)

¶ Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y diré salmos.

Despierta, oh gloria mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana.

Te alabaré en los pueblos, oh Señor; cantaré de ti en las naciones.

10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad.

11 Ensálzate sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra se ensalze tu gloria.

Al Vencedor: sobre No destruyas: Mictam de David.

Por ventura oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de Adán?

Antes, de corazón obráis iniquidades en la tierra; hacéis pesar la violencia de vuestras manos.

Se extrañaron los impíos desde la matriz; erraron desde el vientre, hablando mentira.

Veneno tienen semejante al veneno de la serpiente; son como áspid sordo que cierra su oído;

que no oye la voz de los que encantan, por más hábil que el encantador sea.

¶ Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh SEÑOR, las muelas de los leoncillos.

Córranse como aguas que se van de suyo; armen sus saetas como si fueran cortadas.

Pasen de este mundo como el caracol que se deslíe; como el abortivo de mujer, no vean el sol.

Antes que vuestras ollas sientan el fuego de las espinas, así vivos, así airado, los arrebate él con tempestad.

10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío.

11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay fruto para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

Al Vencedor: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo.

Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí.

Líbrame de los que obran iniquidad, y sálvame de varones sanguinarios.

Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí fuertes sin rebelión mía, y sin pecado mío, oh SEÑOR.

Sin iniquidad mía corren y se aperciben; despierta para venir a mi encuentro, y mira.

Y tú, SEÑOR Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para visitar todos los gentiles; no hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)

Se volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad.

He aquí proferirán con su boca; espadas están en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?

¶ Mas tú, SEÑOR, te reirás de ellos, te burlarás de todos los gentiles.

Para ti reservaré su fortaleza; porque Dios es mi defensa.

10 El Dios de mi misericordia me encontrará en el camino; Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo.

11 No los matarás, para que mi pueblo no se olvide; hazlos vagar con tu fortaleza, y abátelos, oh SEÑOR, escudo nuestro,

12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; y sean presos por su soberbia, y cuenten con maldición y con debilidad.

13 Acábalos con furor, acábalos, y no sean; y sepan que Dios domina en Jacob hasta los fines de la tierra. (Selah).

14 Vuelvan pues a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad.

15 Anden ellos errantes para hallar qué comer; y si no se saciaren, murmuren.

16 Y yo cantaré tu fortaleza, y loaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.

17 Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.

Al Vencedor: sobre Susan-Hedut: Mictam de David, para enseñar. Cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram Sobat, y volvió Joab, e hirió a Edom en el valle de las Salinas, matando doce mil.

Oh Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; te has airado: vuélvete a nosotros.

Hiciste temblar la tierra, la abriste; sana sus fracturas, porque titubea.

Has hecho ver a tu pueblo duras cosas; nos hiciste beber el vino de temblor.

Has dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad. (Selah.)

Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y óyeme.

¶ Dios pronunció en santidad; yo me alegraré; partiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.

Mío es Galaad, y mío es Manasés; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;

Moab, la vasija de mi lavatorio; sobre Edom echaré mi zapato; triunfa por razón de mí, oh Filistea.

¿Quién me llevará a la ciudad fortalecida? ¿Quién me llevará hasta Idumea?

10 Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado; y tú, oh Dios, que no salías con nuestras armadas.

11 Danos socorro contra el enemigo, que vana es la salvación de los hombres.

12 En Dios haremos ejército; y él hollará nuestros enemigos.

Al Vencedor; sobre Neginot: Salmo de David.

Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende.

Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare; a la peña más alta que me conduzcas,

porque has sido mi refugio, mi torre de fortaleza delante del enemigo.

Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro en el escondedero de tus alas.

¶ Porque tú, oh Dios, has oído mis votos, has dado heredad a los que temen tu Nombre.

Días sobre días añadirás al Rey; sus años serán de generación a generación.

El estará para siempre delante de Dios; misericordia y verdad apercibe que lo conserven.

Así cantaré tu Nombre para siempre, pagando mis votos cada día.

Al Vencedor: a Jedutún: Salmo de David.

En Dios solamente se reposa mi alma; de él es mi salud.

El solamente es mi fuerte, y mi salud; es mi refugio, no resbalaré mucho.

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un varón? ¿Asesinaréis todos vosotros como pared desplomada, como cerca derribada?

Solamente consultan de arrojarle de su grandeza; aman la mentira, con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)

Alma mía, en Dios solamente reposa; porque de él es mi esperanza.

El solamente es mi fuerte y mi salud; mi refugio, no resbalaré.

En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.

¶ Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro amparo. (Selah.)

Solamente, vanidad son los hijos de Adán, mentira los hijos del varón; pesándolos a todos juntos en la balanza, serán menos que la vanidad.

10 No confiéis en la violencia, ni en la rapiña no os envanezcáis; si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.

11 Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza.

12 Y tuya Señor, es la misericordia; porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

Salmo de David, estando en el desierto de Judá.

Dios, Dios mío eres tú; a ti madrugaré; mi alma tuvo sed de ti, mi carne te desea en tierra de sequedad y transida sin aguas.

Así te miré en santidad, cuando vi tu fortaleza y tu gloria.

¶ Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.

Así te bendeciré en mi vida; en tu Nombre alzaré mis manos.

Como de sebo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de alegría te alabará mi boca,

cuando me acordare de ti en mi lecho, cuando meditare de ti en las velas de la noche.

¶ Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

Mi alma se apegó tras de ti; tu diestra me ha sustentado.

Mas los que para destrucción buscaron mi alma, descendieron en los sitios bajos de la tierra.

10 Los matarán a filo de espada; serán porción de las zorras.

11 Y el rey se alegrará en Dios; serán alabados todos los que juran por él; porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.

Al Vencedor: Salmo de David.

Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.

Escóndeme del secreto consejo de los malignos; de la conspiración de los que obran iniquidad;

que amolaron su lengua como espada, y armaron por su saeta palabra amarga,

para asaetear a escondidas al perfecto; de improviso lo asaetean, y no temen.

Se afirman a sí mismos la palabra mala, tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de ver?

Escudriñan iniquidades, perfeccionan y ponen en efecto lo que inventaron en lo íntimo de cada uno, y en su corazón inventivo.

¶ Mas Dios los herirá con saeta; de repente serán sus plagas.

Y harán caer sobre sí sus mismos consejos y acuerdos; se espantarán todos los que los vieren.

Y temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán su obra.

10 El justo se alegrará en el SEÑOR, y se asegurará en él; y se alabarán en El todos los rectos de corazón.

Al Vencedor: Salmo de David, Canción.

En ti reposa la alabanza, oh Dios, en Sión; y a ti se pagará el voto.

oyes la oración; a ti vendrá toda carne.

Palabras de iniquidades me sobrepujaron; mas nuestras rebeliones tú las limpiarás.

Dichoso el que tú escogieres, e hicieres llegar para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu Casa, de tu santo templo.

Con tremendas cosas, nos oirás en justicia, oh Dios de nuestra salud, esperanza de todos los fines de la tierra, y las lejuras del mar.

, el que afirma los montes con su potencia, ceñido de valentía.

El que amansa el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de los gentiles.

Y los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas; que haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Visitas la tierra, y desde que la has hecho desear mucho, la enriqueces con el Río de Dios lleno de aguas; preparas el grano de ellos, porque así la ordenaste.

10 Embriagas sus surcos, haces descender el agua en sus regaderas; la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos.

11  coronas el año de tus bienes; y tus nubes destilan grosura.

12 Destilan sobre las habitaciones del desierto; y los collados se ciñen de alegría.

13 Se visten los llanos de ovejas, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan.

Al Vencedor: Canción de Alabanza.

Jubilad a Dios toda la tierra.

Cantad la gloria de su Nombre; poned gloria en su alabanza.

Decid a Dios: ¡Cuán terrible eres en tus obras! Por lo grande de tu fortaleza se sujetarán a ti tus enemigos.

Toda la tierra te adorará, y cantará a ti; cantarán a tu Nombre. (Selah.)

Venid, y ved las obras de Dios, terrible en hechos sobre los hijos de los hombres.

Volvió el mar en seco; por el río pasaron a pie; allí nos alegramos en él.

El se enseñorea con su fortaleza para siempre; sus ojos atalayan sobre los gentiles; los rebeldes no serán ensalzados. (Selah.)

¶ Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.

El es el que puso nuestra alma en vida, y no permitió que nuestros pies resbalaran.

10 Porque nos probaste, oh Dios; nos afinaste como se afina la plata.

11 Nos metiste en la red; pusiste apretura en nuestros lomos.

12 Hiciste subir varón sobre nuestra cabeza; entramos en fuego y en aguas, y nos sacaste a abundancia.

13 ¶ Entraré en tu Casa con holocaustos; te pagaré mis votos,

14 que pronunciaron mis labios, y habló mi boca, cuando estaba angustiado.

15 Holocaustos de cebados te ofreceré, con perfume de carneros; sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah.)

16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho a mi alma.

17 A él clamé con mi boca, y fue ensalzado con mi lengua.

18 Si en mi corazón hubiera yo mirado a la iniquidad, el Señor no me oiría.

19 Mas ciertamente me oyó Dios; atendió a la voz de mi oración.

20 Bendito Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Al Vencedor: en Neginot: Salmo de Canción.

Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros (Selah);

para que conozcamos en la tierra tu camino, entre todos los gentiles tu salud.

Alábente los pueblos, oh Dios; Alábente todos los pueblos.

Alégrense y gócense los gentiles cuando juzgares los pueblos con equidad, y pastorearás los gentiles en la tierra. (Selah.)

Alábente los pueblos, oh Dios: Alábente todos los pueblos.

Entonces la tierra dará su fruto; nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

Bendíganos Dios, y témanlo todos los confines de la tierra.

Al Vencedor: de David: Salmo de Canción.

Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan delante de El los que le aborrecen.

Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.

Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría.

Cantad a Dios, cantad salmos a su Nombre; ensalzad al que cabalga sobre los cielos; JAH es su Nombre, y alegraos delante de él.

Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en la morada de su santuario;

el Dios que hace habitar en familia a los solos; que saca a los aprisionados con grillos; mas los rebeldes habitan en sequedad.

¶ Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, (Selah,)

la tierra tembló; también destilaron los cielos su lluvia ante la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.

10 Tu compañía estaba en ella; por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

11 El Señor dará palabra; de los evangelizadores habrá grande ejército.

12 Huyan, huyan reyes de ejércitos; y la moradora de la casa partía los despojos.

13 Aunque seáis echados entre las ollas, seréis como las alas de la paloma cubierta de plata, y sus plumas con amarillez de oro.

14 Cuando esparcía el Omnipotente los reyes que estuvieron en ella, se emblanqueció ésta como la nieve en Salmón.

15 ¶ Monte de Dios es el monte de Basán; monte alto el de Basán.

16 ¿Por qué saltasteis, oh montes altos? Este monte amó Dios para su asiento; ciertamente el SEÑOR habitará en él para siempre.

17 Los carros de Dios son dos millares de miles de ángeles, el Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.

18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salud. (Selah.)

20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos; y el Señor DIOS tiene salidas para la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la cabelluda mollera del que camina en sus pecados.

22 ¶ El Señor dijo: De Basán haré volver, te haré volver de lo profundo del mar:

23 Porque tu pie se embermejecerá de sangre de tus enemigos, y de ella la lengua de tus perros.

24 Vieron tus caminos, oh Dios; los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.

25 Los cantores iban delante, los tañedores detrás; en medio, las doncellas con panderos.

26 Bendecid a Dios en las congregaciones; al Señor, vosotros del linaje de Israel.

27 Allí estaba Benjamín, pequeño, señoreándolos, príncipes de Judá en su congregación, príncipes de Zabulón, príncipes de Neftalí.

28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza; confirma, oh Dios, lo que has obrado en nosotros.

29 Desde tu templo en Jerusalén; a ti ofrecerán los reyes dones.

30 Reprende escuadrón de lanza, escuadrón de fuertes con señores de pueblos hollándolos con sus piezas de plata; destruye los pueblos que quieren guerras.

31 Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía apresurará sus manos a Dios.

32 ¶ Reinos de la tierra, cantad a Dios, cantad al Señor (Selah);

33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos de antigüedad; he aquí dará su voz, poderosa voz.

34 Atribuid fortaleza a Dios; sobre Israel es su magnificencia, y su fortaleza está en las nubes.

35 Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios; el Dios de Israel, él da fortaleza y fuerzas a su pueblo. Bendito el Dios.

Al Vencedor: sobre Sosanim (lirios): Salmo de David.

Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.

Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie; soy venido en profundos de aguas, y la corriente me ha anegado.

He trabajado llamando, mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; se han fortalecido mis enemigos, los que me destruyen sin por qué; entonces devolví lo que no hurté.

Dios, tú sabes mi locura; y mis delitos no te son ocultos.

No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor DIOS de los ejércitos; no sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

Porque por ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro.

He sido extrañado de mis hermanos, y extraño a los hijos de mi madre.

Porque me consumió el celo de tu Casa; y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

10 Y lloré con ayuno de mi alma; y me has sido por afrenta.

11 Puse además cilicio por mi vestido; y vine a serles por proverbio.

12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, y me zaherían en las canciones de los bebedores de sidra.

13 ¶ Pero yo enderezaba mi oración a ti, oh SEÑOR, al tiempo de la buena voluntad. Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salud, óyeme.

14 Sácame del lodo, y no sea yo anegado; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.

15 No me anegue el ímpetu de las aguas, ni me trague la hondura, ni el pozo cierre sobre mí su boca.

16 Oyeme, SEÑOR, porque apacible es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus miseraciones.

17 Y no escondas tu rostro de tu esclavo; porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.

18 Acércate a mi alma, redímela; líbrame a causa de mis enemigos.

19 Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos.

20 La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quién se compadeciera de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.

21 Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.

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