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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Salmos 45:15-69:21

15 Serán traídas con alegría y gozo;
entrarán en el palacio del rey.

16 En lugar de tus padres serán tus hijos,
a quienes harás príncipes en toda la tierra.
17 Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones,
por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.

Dios es nuestro amparo y fortaleza

Al músico principal; de los hijos de Coré. Salmo sobre Alamot

46 Dios es nuestro amparo y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida
y se traspasen los montes al corazón del mar;
aunque bramen y se turben sus aguas,
y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah

Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
el santuario de las moradas del Altísimo.
Dios está en medio de ella; no será conmovida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
Bramaron las naciones, titubearon los reinos;
dio él su voz y se derritió la tierra.
    ¡Jehová de los ejércitos está con nosotros!
    ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Selah

Venid, ved las obras de Jehová,
que ha hecho portentos en la tierra,
que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra,
que quiebra el arco, corta la lanza
y quema los carros en el fuego.
10 «Estad quietos y conoced que yo soy Dios;
seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.»
11     ¡Jehová de los ejércitos está con nosotros!
    ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Selah

Dios, el Rey de toda la tierra

Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré

47 ¡Pueblos todos, batid las manos!
¡Aclamad a Dios con voz de júbilo!
Porque Jehová, el Altísimo, es temible,
rey grande sobre toda la tierra.
Él someterá a los pueblos debajo de nosotros
y a las naciones debajo de nuestros pies.
Él nos elegirá nuestras heredades,
la hermosura de Jacob, a quien amó. Selah

¡Subió Dios con júbilo,
Jehová con el sonido de trompeta!
¡Cantad a Dios, cantad!
¡Cantad a nuestro Rey, cantad!,
porque Dios es el Rey de toda la tierra.
¡Cantad con inteligencia!

Dios reina sobre las naciones;
Dios se sienta sobre su santo trono.
Los príncipes de los pueblos se reunieron
como pueblo del Dios de Abraham,
10 porque de Dios son los escudos de la tierra.
¡Él es muy enaltecido!

Hermosura y gloria de Sión

Cántico. Salmo de los hijos de Coré

48 Grande es Jehová y digno de ser en gran manera alabado
en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
¡Hermosa provincia,
el gozo de toda la tierra
es el monte Sión, a los lados del norte!
¡La ciudad del gran Rey!
En sus palacios
Dios es conocido por refugio.

Ciertamente los reyes de la tierra se reunieron;
pasaron todos.
Y viéndola ellos así, se maravillaron,
se turbaron, se apresuraron a huir.
Les tomó allí temblor;
dolor como de mujer que da a luz.
Con viento solano
quiebras tú las naves de Tarsis.
Como lo oímos,
así lo hemos visto
en la ciudad de Jehová de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios.
¡La afirmará Dios para siempre! Selah

Nos acordamos de tu misericordia, Dios,
en medio de tu Templo.
10 Conforme a tu nombre, Dios,
así es tu loor hasta los fines de la tierra.
De justicia está llena tu diestra.
11 Se alegrará el monte Sión,
se gozarán las hijas de Judá
por tus juicios.

12 Andad alrededor de Sión y rodeadla;
contad sus torres.
13 Considerad atentamente su antemuro,
mirad sus palacios,
para que lo contéis a la generación venidera,
14 porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;
él nos guiará aun más allá de la muerte.

La insensatez de confiar en las riquezas

Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré

49 Oíd esto, pueblos todos;
escuchad, todos los habitantes del mundo,
tanto los plebeyos como los nobles;
el rico y el pobre juntamente.
Mi boca hablará sabiduría,
y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
Inclinaré al proverbio mi oído;
declararé con el arpa mi enigma.

¿Por qué he de temer en los días de adversidad,
cuando la iniquidad de mis opresores me rodee?
Los que confían en sus bienes
y de sus muchas riquezas se jactan,
ninguno de ellos podrá, en manera alguna, redimir al hermano
ni pagar a Dios su rescate
(pues la redención de su vida es de tan alto precio
que no se logrará jamás),
para que viva en adelante para siempre,
sin jamás ver corrupción,

10 pues se ve que aun los sabios mueren;
que perecen del mismo modo que el insensato y el necio,
y dejan a otros sus riquezas.
11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas,
y sus habitaciones para generación y generación.
¡Dan sus nombres a sus tierras!
12 Pero el hombre no gozará de honores para siempre.
¡Es semejante a las bestias que perecen!

13 Este su camino es locura;
con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah
14 Como a rebaños que son conducidos al seol,
la muerte los pastoreará.
Los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana,
se consumirá su buen parecer
y el seol será su morada.
15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del seol,
porque él me tomará consigo. Selah

16 No temas cuando se enriquece alguno,
cuando aumenta la gloria de su casa,
17 porque cuando muera no llevará nada
ni descenderá tras él su gloria.
18 Aunque, mientras viva, llame dichosa a su alma
y sea alabado porque prospera,
19 entrará en la generación de sus padres,
y nunca más verá la luz.
20 El hombre que goza de honores y no entiende,
semejante es a las bestias que perecen.

Dios juzgará al mundo

Salmo de Asaf

50 El Dios de dioses, Jehová, ha hablado y ha convocado la tierra
desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Desde Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.

Vendrá nuestro Dios y no callará;
fuego consumirá delante de él
y tempestad poderosa lo rodeará.
Convocará a los cielos de arriba
y a la tierra, para juzgar a su pueblo.
«Juntadme a mis santos,
a los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.»
¡Los cielos declararán su justicia,
porque Dios es el juez! Selah

«Oye, pueblo mío, y hablaré;
escucha, Israel, y testificaré contra ti:
Yo soy Dios, el Dios tuyo.
No te reprenderé por tus sacrificios
ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.
No tomaré de tu casa becerros
ni machos cabríos de tus apriscos,
10 porque mía es toda bestia del bosque
y los millares de animales en los collados.
11 Conozco todas las aves de los montes,
y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti,
porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer yo carne de toros
o beber sangre de machos cabríos?
14 Sacrifica a Dios alabanza
y paga tus votos al Altísimo.
15 Invócame en el día de la angustia;
te libraré y tú me honrarás.»

16 Pero al malo dijo Dios:
«¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes
y tomar mi pacto en tu boca?,
17 pues tú aborreces la corrección
y echas a tu espalda mis palabras.
18 Si veías al ladrón, tú corrías con él,
y con los adúlteros era tu parte.
19 Tu boca metías en mal
y tu lengua componía engaño.
20 Tomabas asiento y hablabas contra tu hermano;
contra el hijo de tu madre ponías infamia.
21 Estas cosas hiciste y yo he callado;
pensabas que de cierto sería yo como tú;
¡pero te reprenderé
y las pondré delante de tus ojos!
22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios,
no sea que os despedace y no haya quien os libre.
23 El que ofrece sacrificios de alabanza me honrará,
y al que ordene su camino,
le mostraré la salvación de Dios.»

Arrepentimiento y plegaria pidiendo purificación

Al músico principal. Salmo de David, cuando, después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.

51 Ten piedad de mí, Dios,
conforme a tu misericordia;
conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones.
¡Lávame más y más de mi maldad
y límpiame de mi pecado!,

porque yo reconozco mis rebeliones,
y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti sólo he pecado;
he hecho lo malo delante de tus ojos,
para que seas reconocido justo en tu palabra
y tenido por puro en tu juicio.
En maldad he sido formado
y en pecado me concibió mi madre.
Tú amas la verdad en lo íntimo
y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

Purifícame con hisopo y seré limpio;
lávame y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría,
y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados
y borra todas mis maldades.

10 ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí!
11 No me eches de delante de ti
y no quites de mí tu santo espíritu.
12 Devuélveme el gozo de tu salvación
y espíritu noble me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos
y los pecadores se convertirán a ti.
14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
cantará mi lengua tu justicia.

15 Señor, abre mis labios
y publicará mi boca tu alabanza,
16 porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
no quieres holocausto.
17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

18 Haz bien con tu benevolencia a Sión.
Edifica los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
el holocausto u ofrenda del todo quemada;
entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.

Futilidad de la jactancia del malo

Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: «David ha venido a casa de Ahimelec».

52 ¿Por qué tú, poderoso, te jactas de la maldad?
¡La misericordia de Dios es continua!
Agravios maquina tu lengua;
engaña como navaja afilada.
Amaste el mal más que el bien,
la mentira más que la verdad. Selah
Has amado toda suerte de palabras perversas,
engañosa lengua.

Por tanto, Dios te destruirá para siempre,
te arruinará y te echará de tu casa,
te desarraigará de la tierra de los vivientes. Selah
Verán los justos y temerán;
se reirán de él, diciendo:
«Éste es el hombre
que no consideró a Dios como su fortaleza,
sino que confió en sus muchas riquezas
y se mantuvo en su maldad.»

Pero yo estoy como olivo verde
en la casa de Dios;
¡en la misericordia de Dios confío
eternamente y para siempre!
Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así.
Esperaré en tu nombre, porque es bueno,
delante de tus santos.

Insensatez y maldad de los hombres(A)

Al músico principal; sobre Mahalat. Masquil de David

53 Dice el necio en su corazón:
«No hay Dios.»
Se han corrompido e hicieron abominable maldad;
¡no hay quien haga el bien!

Dios, desde los cielos, miró
sobre los hijos de los hombres,
para ver si había algún entendido
que buscara a Dios.

Cada uno se había vuelto atrás;
todos se habían corrompido;
no hay quien haga el bien,
no hay ni aun uno.

¿No tienen conocimiento todos los que hacen lo malo,
que devoran a mi pueblo como si comieran pan
y a Dios no invocan?

Allí se sobresaltaron de pavor
donde no había miedo,
porque Dios esparció los huesos del que puso asedio contra ti.
Los avergonzaste porque Dios los desechó.

¡Ah, si saliera de Sión la salvación de Israel!
Cuando Dios haga volver de la cautividad a su pueblo,
se gozará Jacob, se alegrará Israel.

Plegaria pidiendo protección contra los enemigos

Al músico principal; en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: «¿No está David escondido en nuestra tierra?»

54 Dios, sálvame por tu nombre
y con tu poder defiéndeme.
Dios, oye mi oración;
escucha las razones de mi boca,

porque extraños se han levantado contra mí
y hombres violentos buscan mi vida;
no han puesto a Dios delante de sí. Selah

Dios es el que me ayuda;
el Señor está con los que sostienen mi vida.
Él devolverá el mal a mis enemigos.
¡Córtalos, por tu verdad!

Voluntariamente sacrificaré a ti;
alabaré tu nombre, Jehová, porque es bueno,
porque él me ha librado de toda angustia
y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.

Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros

Al músico principal; en Neginot. Masquil de David

55 Escucha, Dios, mi oración
y no te escondas de mi súplica;
atiéndeme y respóndeme.
Clamo en mi oración, y me conmuevo
a causa de la voz del enemigo,
por la opresión del impío,
porque sobre mí echaron iniquidad
y con furor me persiguen.

Mi corazón está dolorido dentro de mí
y terrores de muerte sobre mí han caído.
Temor y temblor vinieron sobre mí
y me envuelve el espanto.
Y dije: «¡Quién me diera alas como de paloma!
Volaría yo y descansaría.
Ciertamente huiría lejos;
moraría en el desierto. Selah
Me apresuraría a escapar
del viento borrascoso, de la tempestad.»

Destrúyelos, Señor; confunde la lengua de ellos,
porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
10 Día y noche la rodean sobre sus muros,
e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
11 La maldad está en medio de ella,
y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12 No me afrentó un enemigo,
lo cual yo habría soportado,
ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
pues me habría ocultado de él;
13 sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,
¡mi guía y mi familiar!,
14 que juntos comunicábamos dulcemente los secretos
y andábamos en amistad en la casa de Dios.
15 Que la muerte los sorprenda;
desciendan vivos al seol,
porque hay maldades en sus casas, en medio de ellos.

16 En cuanto a mí, a Dios clamaré,
y Jehová me salvará.
17 En la tarde, al amanecer y al mediodía
oraré y clamaré,
y él oirá mi voz.
18 Él redimirá en paz mi alma
de la guerra contra mí,
aunque muchos estén contra mí.
19 Dios oirá, y los quebrantará pronto
el que permanece desde la antigüedad,
por cuanto no cambian
ni temen a Dios. Selah

20 Extendió el perverso sus manos contra los que estaban en paz con él;
violó su pacto.
21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla,
pero guerra hay en su corazón;
suaviza sus palabras más que el aceite,
mas ellas son espadas desnudas.

22 Echa sobre Jehová tu carga
y él te sostendrá;
no dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, Dios, harás que ellos desciendan
al pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y engañadores
no llegarán a la mitad de sus días.
Pero yo en ti confiaré.

Oración de confianza

Al músico principal; sobre «La paloma silenciosa en paraje muy distante». Mictam de David, cuando los filisteos lo apresaron en Gat.

56 Dios, ten misericordia de mí, porque me devoraría el hombre;
me oprime combatiéndome cada día.
Todo el día mis enemigos me pisotean,
porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.
En el día que temo,
yo en ti confío.
    En Dios, cuya palabra alabo,
    en Dios he confiado. No temeré.
    ¿Qué puede hacerme el hombre?

Todos los días ellos pervierten mi causa;
contra mí son todos sus pensamientos para mal.
Se reúnen, se esconden,
miran atentamente mis pasos,
como quienes acechan mi alma.
¡Págales conforme a su iniquidad, Dios,
y derriba en tu furor a los pueblos!

Mis huidas tú has contado;
pon mis lágrimas en tu redoma;
¿no están ellas en tu libro?
Serán luego vueltos atrás mis enemigos,
el día en que yo clame.
Esto sé: Dios está a mi favor.
10     En Dios, cuya palabra alabo,
    en Jehová, cuya palabra alabo,
11     en Dios he confiado. No temeré.
    ¿Qué puede hacerme el hombre?

12 Sobre mí, Dios, están los votos que te hice;
te ofreceré sacrificio de alabanza,
13 porque has librado mi alma de la muerte
y mis pies de caída,
para que ande delante de Dios
en la luz de los que viven.

Plegaria pidiendo ser librado de los perseguidores(B)

Al músico principal; sobre «No destruyas». Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.

57 Ten misericordia de mí, Dios, ten misericordia de mí,
porque en ti ha confiado mi alma
y en la sombra de tus alas me ampararé
hasta que pasen los quebrantos.
Clamaré al Dios Altísimo,
al Dios que me favorece.
Él enviará desde los cielos y me salvará
de la infamia del que me acosa. Selah
Dios enviará su misericordia y su verdad.

Mi vida está entre leones;
estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;
sus dientes son lanzas y saetas,
y su lengua, espada aguda.

    ¡Exaltado seas, Dios, sobre los cielos!
    ¡Sobre toda la tierra sea tu gloria!

Red han armado a mis pasos;
se ha abatido mi alma;
hoyo han cavado delante de mí;
en medio de él han caído ellos mismos. Selah

Listo está mi corazón, Dios,
mi corazón está dispuesto;
cantaré y entonaré salmos.
¡Despierta, alma mía!
¡Despertad, salterio y arpa!
¡Me levantaré de mañana!
Te alabaré entre los pueblos, Señor;
cantaré de ti entre las naciones,
10 porque grande hasta los cielos es tu misericordia
y hasta las nubes tu verdad.

11     ¡Exaltado seas, Dios, sobre los cielos!
    ¡Sobre toda la tierra sea tu gloria!

Plegaria pidiendo el castigo de los malos

Al músico principal; sobre «No destruyas». Mictam de David

58 Poderosos, ¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
Antes bien, en el corazón maquináis la maldad;
hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.

Se apartaron los impíos desde la matriz;
se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.
Veneno tienen, como veneno de serpiente;
son como la víbora sorda que cierra su oído,
que no oye la voz de los que encantan,
por más hábil que sea el encantador.

Quiebra, Dios, sus dientes en sus bocas;
quiebra, Jehová, las muelas de los leoncillos.
Sean disipados como aguas que corren;
cuando disparen sus saetas, que se rompan en pedazos.
Pasen ellos como con el caracol que se deshace;
como el que nace muerto, no vean el sol.
Antes que sus ollas sientan la llama de los espinos,
así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.

10 Se alegrará el justo cuando vea la venganza;
sus pies lavará en la sangre del impío.
11 Entonces dirá el hombre:
«Ciertamente hay galardón para el justo;
ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.»

Oración pidiendo ser librado de los enemigos

Al músico principal; sobre «No destruyas». Mictam de David, cuando envió Saúl, y vigilaron la casa para matarlo.

59 Líbrame de mis enemigos, Dios mío;
ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
Líbrame de los que cometen maldad
y sálvame de hombres sanguinarios,

porque están acechando mi vida;
se han juntado contra mí poderosos,
no por falta mía, ni pecado mío, Jehová;
sin delito mío corren y se preparan.
Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel,
despierta y castiga a todas las naciones;
no tengas misericordia de todos los que se rebelan con maldad. Selah

Volverán a la tarde,
ladrarán como perros
y rodearán la ciudad.
Declaran con su boca;
espadas hay en sus labios,
pues dicen: «¿Quién oye?»

Mas tú, Jehová, te reirás de ellos;
te burlarás de todas las naciones.
A causa del poder del enemigo esperaré en ti,
porque Dios es mi defensa.
10 El Dios de mi misericordia irá delante de mí;
Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.

11 No los mates, para que mi pueblo no olvide;
dispérsalos con tu poder y abátelos,
Jehová, escudo nuestro.
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios,
sean ellos presos en su soberbia,
y por la maldición y mentira que profieren.
13 ¡Acábalos con furor,
acábalos, para que no existan más!
¡Sépase que Dios gobierna en Jacob
hasta los confines de la tierra! Selah
14 Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros
y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para hallar qué comer;
y al no saciarse, que pasen la noche quejándose.

16 Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia.
17 Fortaleza mía, a ti cantaré,
porque eres, Dios, mi refugio,
el Dios de mi misericordia.

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo(C)

Al músico principal; sobre «Lirios». Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.

60 Tú, Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste;
te has airado. ¡Vuélvete a nosotros!
Hiciste temblar la tierra, la has hendido;
¡sana sus fracturas, porque titubea!
Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;
nos hiciste beber vino de aturdimiento.
Has dado a los que te temen bandera
que alcen por causa de la verdad. Selah
¡Para que se libren tus amados,
salva con tu diestra y óyeme!

Dios ha dicho en su santuario:
«Yo me alegraré; repartiré a Siquem
y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad y mío es Manasés;
Efraín es la fortaleza de mi cabeza;
Judá es mi legislador.
Moab, vasija para lavarme;
sobre Edom echaré mi calzado;
me regocijaré sobre Filistea.»

¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
¿Quién me llevará hasta Edom?
10 ¿No serás tú, Dios, que nos habías desechado
y no salías, Dios, con nuestros ejércitos?
11 Danos socorro contra el enemigo,
porque vana es la ayuda de los hombres.
12 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.

Confianza en la protección de Dios

Al músico principal; sobre «Neginot». Salmo de David

61 Oye, Dios, mi clamor;
atiende a mi oración.
Desde el extremo de la tierra clamaré a ti
cuando mi corazón desmaye.

Llévame a la roca que es más alta que yo,
porque tú has sido mi refugio
y torre fuerte delante del enemigo.

Yo habitaré en tu Tabernáculo para siempre;
estaré seguro bajo la cubierta de tus alas, Selah
porque tú, Dios, has oído mis votos;
me has dado la heredad de los que temen tu nombre.

Días sobre días añadirás al rey;
sus años serán como generación y generación.
Estará para siempre delante de Dios;
prepara misericordia y verdad para que lo conserven.

Así cantaré tu nombre para siempre,
pagando mis votos cada día.

Dios, el único refugio

Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David

    62 En Dios solamente descansa mi alma;
    de él viene mi salvación.
    Solamente él es mi roca y mi salvación;
    es mi refugio, no resbalaré mucho.
¿Hasta cuándo conspiraréis contra un hombre,
tratando todos vosotros de aplastarlo
como a pared desplomada y como a cerca derribada?
Solamente conspiran
para arrojarlo de su grandeza.
Aman la mentira;
con su boca bendicen,
pero maldicen en su corazón. Selah

    En Dios solamente reposa mi alma,
    porque de él viene mi esperanza.
    Solamente él es mi roca y mi salvación.
    Es mi refugio, no resbalaré.
En Dios está mi salvación y mi gloria;
en Dios está mi roca fuerte y mi refugio.

Pueblos, ¡esperad en él en todo tiempo!
¡Derramad delante de él vuestro corazón!
¡Dios es nuestro refugio! Selah

Por cierto, sólo un soplo son los hijos de los hombres,
una mentira son los hijos de los poderosos;
pesándolos a todos por igual en la balanza,
serán menos que nada.
10 No confiéis en la violencia
ni en la rapiña os envanezcáis.
Si se aumentan las riquezas,
no pongáis el corazón en ellas.

11 Una vez habló Dios;
dos veces he oído esto:
que de Dios es el poder,
12 y tuya, Señor, es la misericordia,
pues tú pagas a cada uno
conforme a su obra.

Dios, satisfacción del alma

Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

63 ¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas,
para ver tu poder y tu gloria,
así como te he mirado en el santuario.
Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos.

Como de médula y de grosura será saciada mi alma,
y con labios de júbilo te alabará mi boca,
cuando me acuerde de ti en mi lecho,
cuando medite en ti en las vigilias de la noche,
porque has sido mi socorro
y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Está mi alma apegada a ti;
tu diestra me ha sostenido.

Pero los que para destrucción buscaron mi alma
caerán en los sitios bajos de la tierra.
10 Los destruirán a filo de espada;
serán presa de los chacales.
11 Pero el rey se alegrará en Dios;
será alabado cualquiera que jura por él,
porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos

Al músico principal. Salmo de David

64 Escucha, Dios, la voz de mi queja;
guarda mi vida del miedo al enemigo.
Escóndeme del plan secreto de los malignos,
de la conspiración de los malvados
que afilan como espada su lengua;
lanzan como una saeta suya la palabra amarga,
para disparar a escondidas contra el íntegro;
de repente le disparan, y no temen.
Obstinados en su perverso designio,
tratan de esconder los lazos,
y dicen: «¿Quién los ha de ver?»
Planean maldades,
hacen una investigación exacta;
el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo.

Pero Dios los herirá con saeta;
de repente llegarán sus plagas.
Sus propias lenguas los harán caer.
Se espantarán todos los que los vean.
Temerán entonces todos los hombres,
y anunciarán la obra de Dios,
y entenderán sus hechos.

10 Se alegrará el justo en Jehová
y confiará en él;
¡se gloriarán todos los rectos de corazón!

La generosidad de Dios en la naturaleza

Al músico principal. Salmo. Cántico de David

65 Tuya, Dios, es la alabanza en Sión,
y a ti se pagarán los votos.
Tú oyes la oración;
a ti vendrá toda carne.
Las iniquidades prevalecen contra mí,
pero tú perdonas nuestras rebeliones.
Bienaventurado el que tú escojas y atraigas a ti
para que habite en tus atrios.
Seremos saciados del bien de tu Casa,
de tu santo Templo.

Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Dios de nuestra salvación,
esperanza de todos los términos de la tierra
y de los más remotos confines del mar.
Tú, el que afirma los montes con su poder,
ceñido de valentía;
el que sosiega el estruendo de los mares,
el estruendo de sus olas,
y el alboroto de las naciones.
Por tanto, los habitantes de los confines de la tierra temen ante tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Visitas la tierra y la riegas;
en gran manera la enriqueces.
Con el río de Dios, lleno de aguas,
preparas el grano de ellos cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus surcos,
haces correr el agua por sus canales,
la ablandas con lluvias,
bendices sus renuevos.
11 Tú coronas el año con tus bienes
y tus nubes destilan abundancia,
12 destilan sobre los pastizales del desierto
y los collados se ciñen de alegría.
13 Se visten de manadas los llanos
y los valles se cubren de grano;
¡dan voces de júbilo y aun cantan!

Alabanza por los poderosos hechos de Dios

Al músico principal. Cántico. Salmo

66 Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
Cantad la gloria de su nombre;
dadle la gloria con alabanza.
Decid a Dios: «¡Cuán asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
Toda la tierra te adorará
y cantará a ti;
cantarán a tu nombre.» Selah

¡Venid y ved las obras de Dios,
las cosas admirables que ha hecho por los hijos de los hombres!
Volvió el mar en tierra seca;
por el río pasaron a pie.
Allí en él nos alegramos.
Él señorea con su poder para siempre;
sus ojos atalayan sobre las naciones;
los rebeldes no serán enaltecidos. Selah

¡Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
y haced oír la voz de su alabanza!
Él es quien preservó la vida a nuestra alma
y no permitió que nuestros pies resbalaran,
10 porque tú, Dios, nos probaste;
nos purificaste como se purifica la plata.
11 Nos metiste en la red;
pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza.
¡Pasamos por el fuego y por el agua,
pero nos sacaste a la abundancia!

13 Entraré en tu Casa con holocaustos;
te pagaré mis votos,
14 que pronunciaron mis labios
y habló mi boca cuando estaba angustiado.
15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré,
te inmolaré carneros;
te ofreceré en sacrificio toros y machos cabríos. Selah

16 ¡Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
y contaré lo que ha hecho en mi vida!
17 A él clamé con mi boca
y fue exaltado con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad,
el Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios;
atendió a la voz de mi súplica.

20 ¡Bendito sea Dios,
que no echó de sí mi oración
ni de mí su misericordia!

Exhortación a las naciones, para que alaben a Dios

Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico

67 Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga;
haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah
para que tu camino sea conocido en la tierra,
y en todas las naciones tu salvación.
    ¡Alábente, Dios, los pueblos,
    todos los pueblos te alaben!

Alégrense y gócense las naciones,
porque juzgarás los pueblos con equidad
y pastorearás las naciones en la tierra. Selah
    ¡Alábente, Dios, los pueblos;
    todos los pueblos te alaben!

La tierra dará su fruto;
nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
Bendíganos Dios
y témanlo todos los términos de la tierra.

El Dios del Sinaí y del santuario

Al músico principal. Salmo de David. Cántico

68 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos
y huyan de su presencia los que lo aborrecen.
Como es lanzado el humo,
los disiparás;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecerán los impíos delante de Dios.
Mas los justos se alegrarán;
se gozarán delante de Dios
y saltarán de alegría.

Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;
exaltad al que cabalga sobre los cielos.
Jah es su nombre:
¡alegraos delante de él!
Padre de huérfanos y defensor de viudas
es Dios en su santa morada.
Dios hace habitar en familia a los desamparados;
saca a los cautivos a prosperidad;
mas los rebeldes habitan en tierra árida.

Cuando tú, Dios, saliste delante de tu pueblo,
cuando anduviste por el desierto, Selah
la tierra tembló y destilaron los cielos;
ante la presencia de Dios, aquel Sinaí tembló,
delante de Dios, del Dios de Israel.
Abundante lluvia esparciste, oh Dios;
a tu heredad exhausta tú la reanimaste.
10 Los que son de tu grey han morado en ella;
por tu bondad, Dios,
has provisto para el pobre.

11 El Señor daba la palabra,
multitud de mujeres anunciaba las buenas nuevas:
12 «¡Huyeron, huyeron reyes de ejércitos!»,
y las mujeres que se quedaban en casa repartían los despojos.
13 Bien que quedasteis echados entre los tiestos,
seréis como alas de paloma cubiertas de plata,
y sus plumas de amarillez de oro.
14 Cuando esparció el Omnipotente a los reyes allí,
fue como si hubiera nevado en el monte Salmón.

15 Muy altos son los montes de Basán,
altas son sus cimas.
16 ¿Por qué miráis con hostilidad, montes altos,
al monte que deseó Dios para su morada?
Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares;
el Señor viene del Sinaí a su santuario.
18 Subiste a lo alto, tomaste cautivos.
Tomaste dones de los hombres,
también de los rebeldes,
para que habite entre ellos Jah Dios.

19 ¡Bendito sea el Señor!
¡Cada día nos colma de beneficios
el Dios de nuestra salvación! Selah
20 Dios, nuestro Dios, ha de salvarnos;
de Jehová el Señor es el librar de la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos,
la testa cabelluda del que camina en sus pecados.
22 El Señor dijo: «De Basán te haré volver;
de las profundidades del mar te haré volver,
23 porque tu pie se enrojecerá con la sangre de tus enemigos,
y con ella la lengua de tus perros.»

24 ¡Vieron tus caminos, oh Dios;
los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario!
25 Los cantores van delante, los músicos atrás;
en medio, las doncellas con panderos.
26 ¡Bendecid a Dios en las congregaciones;
al Señor, vosotros de la estirpe de Israel!
27 Allí estaba el joven Benjamín, a la cabeza de ellos,
los príncipes de Judá en su congregación,
los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza;
confirma, Dios, lo que has hecho para nosotros.
29 Por causa de tu Templo, en Jerusalén,
los reyes te ofrecerán dones.
30 Reprime la reunión de gentes armadas,
la multitud de toros con los becerros de los pueblos,
hasta que todos se sometan con sus piezas de plata.
¡Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra!
31 Vendrán príncipes de Egipto;
Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.

32 ¡Reinos de la tierra, cantad a Dios,
cantad al Señor, Selah
33 al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad!
Él hará oír su voz, su poderosa voz.
34 Atribuid el poder a Dios;
sobre Israel es su magnificencia
y su poder está en los cielos.
35 Temible eres, Dios, desde tus santuarios.
El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.

Bendito sea Dios.

Un grito de angustia

Al músico principal; sobre «Lirios». Salmo de David

69 ¡Sálvame, Dios,
porque las aguas han entrado hasta el alma!
Estoy hundido en cieno profundo,
donde no puedo hacer pie;
he llegado hasta lo profundo de las aguas
y la corriente me arrastra.
Cansado estoy de llamar;
mi garganta se ha enronquecido;
han desfallecido mis ojos
esperando a mi Dios.

Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza
los que me odian sin causa;
se han hecho poderosos mis enemigos,
los que me destruyen sin tener por qué.
¿Y he de pagar lo que no robé?
Dios, tú conoces mi insensatez,
y mis pecados no te son ocultos.

No sean avergonzados por causa mía
los que en ti confían,
Señor, Jehová de los ejércitos;
no sean confundidos por causa mía
los que te buscan,
Dios de Israel,
porque por amor de ti he sufrido afrenta;
confusión ha cubierto mi rostro.
Extraño he sido para mis hermanos
y desconocido para los hijos de mi madre.

Me consumió el celo de tu Casa
y los insultos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.
10 Lloré, afligiendo con ayuno mi alma,
y esto me ha sido por afrenta.
11 Me vestí, además, con ropas ásperas
y vine a serles por proverbio.
12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
y en sus canciones los bebedores se burlaban de mí.

13 Pero yo a ti oraba, Jehová,
en el tiempo de tu buena voluntad;
Dios, por la abundancia de tu misericordia,
por la verdad de tu salvación, escúchame.
14 Sácame del lodo
y no sea yo sumergido;
sea yo libertado de los que me aborrecen
y de lo profundo de las aguas.
15 No me arrastre la corriente de las aguas,
ni me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca.

16 Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia;
mírame conforme a la multitud de tus piedades.
17 No escondas de tu siervo tu rostro,
porque estoy angustiado. ¡Apresúrate, óyeme!
18 ¡Acércate a mi alma, redímela!
¡Líbrame por causa de mis enemigos!

19 Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio.
Delante de ti están todos mis adversarios.
20 El escarnio ha quebrantado mi corazón y estoy acongojado.
Esperé a quien se compadeciera de mí, y no lo hubo;
busqué consoladores, y ninguno hallé.
21 Me pusieron además hiel por comida
y en mi sed me dieron a beber vinagre.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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