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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Eclesiastés 3 - Cantares 8

Todo a su debido tiempo

Hay una temporada para todo,
    un tiempo para cada actividad bajo el cielo.
Un tiempo para nacer y un tiempo para morir.
    Un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar.
Un tiempo para matar y un tiempo para sanar.
    Un tiempo para derribar y un tiempo para construir.
Un tiempo para llorar y un tiempo para reír.
    Un tiempo para entristecerse y un tiempo para bailar.
Un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para juntar piedras.
    Un tiempo para abrazarse y un tiempo para apartarse.
Un tiempo para buscar y un tiempo para dejar de buscar.
    Un tiempo para guardar y un tiempo para botar.
Un tiempo para rasgar y un tiempo para remendar.
    Un tiempo para callar y un tiempo para hablar.
Un tiempo para amar y un tiempo para odiar.
    Un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.

¿Qué es lo que en verdad gana la gente a cambio de tanto trabajo? 10 He visto la carga que Dios puso sobre nuestros hombros. 11 Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. 12 Así que llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que alegrarse y disfrutar de la vida mientras podamos. 13 Además, la gente debería comer, beber y aprovechar el fruto de su trabajo, porque son regalos de Dios.

14 También sé que todo lo que Dios hace es definitivo. No se le puede agregar ni quitar nada. El propósito de Dios es que el ser humano le tema. 15 Los sucesos del presente ya ocurrieron en el pasado, y lo que sucederá en el futuro ya ocurrió antes, porque Dios hace que las mismas cosas se repitan una y otra vez.

Las injusticias de la vida

16 También noté que, bajo el sol, la maldad está presente en el juzgado. Sí, ¡hasta en los tribunales de justicia hay corrupción! 17 Me dije: «A su debido tiempo, Dios juzgará a todos, tanto a los malos como a los buenos, por cada cosa que hayan hecho».

18 También reflexioné acerca de la condición humana, sobre cómo Dios les hace ver a los seres humanos que son como los animales. 19 Pues tanto las personas como los animales tienen el mismo destino: ambos respiran[a] y ambos mueren. Así que las personas no tienen una verdadera ventaja sobre los animales. ¡Qué absurdo! 20 Ambos terminan en el mismo lugar: del polvo vienen y al polvo vuelven. 21 Pues, ¿quién puede demostrar que el espíritu humano va hacia arriba y el espíritu de los animales desciende al fondo de la tierra? 22 Entonces me di cuenta de que no hay nada mejor para la gente que ser feliz con su trabajo. Ese es nuestro destino, y nadie nos puede traer de regreso para ver qué pasa después de que hayamos muerto.

Además, observé toda la opresión que sucede bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no había nadie para consolarlos. Los opresores tienen mucho poder y sus víctimas son indefensas. Entonces llegué a la conclusión de que los muertos están mejor que los vivos; pero los más afortunados de todos son los que aún no nacen, porque no han visto toda la maldad que se comete bajo el sol.

Luego observé que a la mayoría de la gente le interesa alcanzar el éxito porque envidia a sus vecinos; pero eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.

«Los necios se cruzan de brazos,
    y acaban en la ruina».

Sin embargo,

«es mejor tener un puñado con tranquilidad
    que tener dos puñados con mucho esfuerzo
    y perseguir el viento».

Las ventajas de tener compañía

También observé otro ejemplo de algo absurdo bajo el sol. Es el caso de un hombre que está totalmente solo, sin hijos ni hermanos, no obstante trabaja mucho para acumular toda la riqueza posible. Sin embargo, luego se pregunta: «¿Para quién trabajo? ¿Por qué me privo de tantos placeres?». Nada tiene sentido, todo es tan deprimente.

Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. 10 Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. 11 Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? 12 Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente.

La inutilidad del poder político

13 Es mejor ser un joven pobre pero sabio que ser un rey viejo y necio que rechaza todo consejo. 14 Un joven así podría salir de la pobreza y triunfar. Hasta podría llegar a ser rey, aunque hubiera estado en la cárcel. 15 Sin embargo, luego todo el mundo corre a aliarse con otro joven[b] que lo reemplaza. 16 Lo rodean innumerables multitudes,[c] pero luego surge otra generación y lo rechaza a él también. Así que nada tiene sentido, es como perseguir el viento.

Precauciones al acercarse a Dios

[d]Cuando entres en la casa de Dios, abre los oídos y cierra la boca. El que presenta ofrendas a Dios sin pensar hace mal. [e]No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras.

Demasiada actividad trae pesadillas; demasiadas palabras te hacen necio.

Cuando le hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple todas las promesas que le hagas. Es mejor no decir nada que hacer promesas y no cumplirlas. No dejes que tu boca te haga pecar, y no te defiendas ante el mensajero del templo al decir que la promesa que hiciste fue un error. Esa actitud enojaría a Dios y quizá destruya todo lo que has logrado.

Hablar no cuesta nada, es como soñar despierto y tantas otras actividades inútiles. Tú, en cambio, teme a Dios.

La inutilidad de las riquezas

No te sorprendas si ves que un poderoso oprime a un pobre o que no se hace justicia en toda la tierra. Pues todo funcionario está bajo las órdenes de otro superior a él, y la justicia se pierde entre trámites y burocracia. ¡Hasta el rey saca todo lo que puede de la tierra para su propio beneficio![f]

10 Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad! 11 Cuanto más tengas, más se te acercará la gente para ayudarte a gastarlo. Por lo tanto, ¿de qué sirven las riquezas? ¡Quizás solo para ver cómo se escapan de las manos!

12 La gente trabajadora siempre duerme bien, coma mucho o coma poco; pero los ricos rara vez tienen una buena noche de descanso.

13 He notado otro gran problema bajo el sol: acaparar riquezas perjudica al que ahorra. 14 Se invierte dinero en negocios arriesgados que fracasan, y entonces todo se pierde. A fin de cuentas, no queda nada para dejarles a los hijos. 15 Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir.

16 Esto es otro problema muy serio: las personas no se van de este mundo mejor de lo que llegaron. Todo su esfuerzo es en vano, como si trabajaran para el viento. 17 Viven toda su vida bajo una carga pesada: con enojo, frustración y desánimo.

18 Aun así, he notado al menos una cosa positiva. Es bueno que la gente coma, beba y disfrute del trabajo que hace bajo el sol durante el corto tiempo de vida que Dios le concedió, y que acepte su destino. 19 También es algo bueno recibir riquezas de parte de Dios y la buena salud para disfrutarlas. Disfrutar del trabajo y aceptar lo que depara la vida son verdaderos regalos de Dios. 20 A esas personas Dios las mantiene tan ocupadas en disfrutar de la vida que no pasan tiempo rumiando el pasado.

He visto otro mal terrible bajo el sol que pesa tremendamente sobre la humanidad. Dios les da a algunos mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear, pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y algún otro—incluso un extraño—termina disfrutando de toda esa abundancia. Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible.

Un hombre podría tener cien hijos y llegar a vivir muchos años. Pero si no encuentra satisfacción en la vida y ni siquiera recibe un entierro digno, sería mejor para él haber nacido muerto. Entonces su nacimiento habría sido insignificante, y él habría terminado en la oscuridad. Ni siquiera habría tenido un nombre ni habría visto la luz del sol o sabido que existía. Sin embargo, habría gozado de más paz que si hubiera crecido para convertirse en un hombre infeliz. Podría vivir mil años o el doble, y ni aun así encontrar satisfacción; y si al final de cuentas tiene que morir como todos, ¿de qué le sirve?

Toda la gente se pasa la vida trabajando para tener qué comer, pero parece que nunca le alcanza. Entonces, ¿de verdad están los sabios en mejores condiciones que los necios? ¿Ganan algo los pobres con ser sabios y saber comportarse frente a otros?

Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento.

El futuro: algo definido y a la vez incierto

10 Todo ha sido decidido. Ya se sabía desde hace tiempo lo que cada persona habría de ser. Así que no sirve de nada discutir con Dios acerca de tu destino.

11 Cuantas más palabras decimos, menos sentido tienen. Entonces, ¿para qué sirven?

12 En la brevedad de nuestra vida sin sentido, ¿quién conoce cómo pasar mejor nuestros días? Nuestra vida es como una sombra. ¿Quién sabe lo que sucederá en este mundo después de la muerte?

Sabiduría para la vida

Vale más una buena reputación que un perfume costoso.
    Y el día que morimos es mejor que el día que nacemos.
Vale más pasar el tiempo en funerales que en festejos.
    Al fin y al cabo, todos morimos,
    así que los que viven deberían tenerlo muy presente.
Es mejor el llanto que la risa,
    porque la tristeza tiende a pulirnos.
El que es sabio piensa mucho en la muerte,
    mientras que el necio solo piensa en divertirse.

Es mejor ser criticado por un sabio
    que alabado por un necio.
La risa del necio se apaga enseguida,
    como los espinos que crepitan en el fuego.
    Eso tampoco tiene sentido.

La extorsión vuelve necio al sabio,
    y el soborno corrompe el corazón.

Vale más terminar algo que empezarlo.
    Vale más la paciencia que el orgullo.

Controla tu carácter,
    porque el enojo es el distintivo de los necios.

10 No añores «viejos tiempos»;
    no es nada sabio.

11 La sabiduría es aún mejor cuando uno tiene dinero;
    ambas cosas son de beneficio a lo largo de la vida.
12 La sabiduría y el dinero abren casi todas las puertas,
    pero solo la sabiduría puede salvarte la vida.

13 Acepta el modo en que Dios hace las cosas,
    porque, ¿quién puede enderezar lo que él torció?
14 Disfruta de la prosperidad mientras puedas,
    pero cuando lleguen los tiempos difíciles, reconoce que ambas cosas provienen de Dios.
    Recuerda que nada es seguro en esta vida.

Los límites de la sabiduría humana

15 He visto de todo en esta vida sin sentido, incluso jóvenes buenos que mueren y personas malvadas que tienen una vida larga. 16 Así que, ¡no seas demasiado bueno ni demasiado sabio! ¿Para qué destruirte a ti mismo? 17 Por otra parte, tampoco seas demasiado malo. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo? 18 Presta atención a estas instrucciones, porque todo el que teme a Dios evitará caer en ambos extremos.[g]

19 ¡Un solo sabio es más fuerte que diez ciudadanos prominentes de una ciudad!

20 No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque.

21 No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice. 22 Pues sabes bien de las veces que tú mismo maldijiste a otros.

23 Siempre hice todo lo posible para que la sabiduría guiara mis acciones y mis pensamientos. Me dije: «Me propongo ser sabio», pero no funcionó. 24 La sabiduría siempre está lejos y es difícil de encontrar. 25 Busqué por todas partes, decidido a encontrarla y a entender la razón de las cosas. Me había propuesto demostrarme a mí mismo que la maldad es una tontería y la insensatez, una locura.

26 Descubrí que una mujer seductora[h] es una trampa más amarga que la muerte. Su pasión es una red, y sus manos suaves son cadenas. Los que agradan a Dios escaparán de ella, pero los pecadores caerán en su trampa.

27 «Llegué a la siguiente conclusión—dice el Maestro—, la descubrí después de analizar la cuestión desde todos los ángulos posibles. 28 Aunque lo he investigado una y otra vez, veo que aún no encuentro lo que buscaba. Hay solo un hombre virtuoso entre mil, ¡pero ni una sola mujer! 29 Sin embargo, sí encontré lo siguiente: Dios creó al ser humano para que sea virtuoso, pero cada uno decidió seguir su propio camino descendente».

Qué maravilloso es ser sabio,
    poder analizar e interpretar las cosas.
La sabiduría ilumina el rostro de una persona;
    suaviza la dureza de sus facciones.

La obediencia al rey

Obedece al rey porque lo juraste ante Dios. No trates de evitar cumplir con tu deber ni te juntes con los que conspiran maldad, porque el rey puede hacer lo que se le antoje. Sus órdenes tienen el respaldo de su gran poder. Nadie puede oponerse ni cuestionarlas. Quienes lo obedezcan no serán castigados. Los sabios encontrarán el momento y la forma de hacer lo correcto, pues hay un tiempo y un modo para cada cosa, incluso cuando uno está en apuros.

Además, ¿cómo puede uno evitar lo que no sabe que está por suceder? Nadie puede retener su espíritu y evitar que se marche. Nadie tiene el poder de impedir el día de su muerte. No hay forma de escapar de esa cita obligatoria: esa batalla oscura. Y al enfrentarse con la muerte, la maldad no rescatará al malvado.

El malvado y el justo

He reflexionado mucho acerca de todo lo que ocurre bajo el sol, donde las personas tienen poder para herirse unas a otras. 10 He visto que hay malvados que reciben honores en su entierro. Sin embargo, eran los mismos que frecuentaban el templo, ¡y hoy se les alaba[i] en la misma ciudad donde cometieron sus delitos! Eso tampoco tiene sentido. 11 Cuando no se castiga enseguida un delito, la gente siente que no hay peligro en cometer maldades. 12 Sin embargo, aunque una persona peque cien veces y siga gozando de muchos años de vida, yo sé que les irá mejor a los que temen a Dios. 13 Los malvados no prosperarán, porque no temen a Dios. Sus días nunca se prolongarán, como lo hacen las sombras del anochecer.

14 Y eso no es todo lo que carece de sentido en nuestro mundo. En esta vida, a las personas buenas se les suele tratar como si fueran malvadas, y a las malvadas, como si fueran buenas. ¡Eso no tiene ningún sentido!

15 Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol.

16 Mientras buscaba la sabiduría y observaba las cargas que lleva la gente aquí en la tierra, descubrí que la actividad no cesa ni de día ni de noche. 17 Me di cuenta de que nadie puede descubrir todo lo que Dios está haciendo bajo el sol. Ni siquiera los más sabios lo descubren todo, no importa lo que digan.

La muerte nos llega a todos

También me dediqué a investigar lo siguiente: si bien Dios tiene en sus manos las acciones de los sabios y de los justos, nadie sabe si Dios les mostrará su favor. A la larga, a todos les espera el mismo destino, sean justos o malvados, buenos o malos,[j] religiosos o no religiosos, estén o no ceremonialmente puros. Las personas buenas reciben el mismo trato que los pecadores, y las personas que hacen promesas a Dios reciben el mismo trato que los que no las hacen.

¡Parece tan mal que todo el mundo bajo el sol tenga el mismo destino! Ya torcida por el mal, la gente elige su propio camino de locura, porque nadie tiene esperanza. Sea como fuere, lo único que hay por delante es la muerte. Hay esperanza solo para los que están vivos. Como se suele decir: «¡Más vale perro vivo que león muerto!».

Los que están vivos al menos saben que un día van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no reciben más recompensas, y nadie los recuerda. Lo que hayan hecho en su vida—amar, odiar, envidiar—pasó ya hace mucho. Ya no son parte de nada en este mundo. Así que, ¡adelante! Come tus alimentos con alegría y bebe tu vino con un corazón contento, ¡porque Dios lo aprueba! ¡Vístete con ropa elegante y échate un poco de perfume!

Vive feliz junto a la mujer que amas, todos los insignificantes días de vida que Dios te haya dado bajo el sol. La esposa que Dios te da es la recompensa por todo tu esfuerzo terrenal. 10 Todo lo que hagas, hazlo bien, pues cuando vayas a la tumba[k] no habrá trabajo ni proyectos ni conocimiento ni sabiduría.

11 Observé algo más bajo el sol. El corredor más veloz no siempre gana la carrera y el guerrero más fuerte no siempre gana la batalla. Los sabios a veces pasan hambre, los habilidosos no necesariamente son ricos, y los bien instruidos no siempre tienen éxito en la vida. Todo depende de la suerte, de estar en el lugar correcto en el momento oportuno.

12 La gente nunca puede predecir cuándo vendrán tiempos difíciles. Como los peces en la red o los pájaros en la trampa, la gente queda atrapada por tragedias repentinas.

Reflexiones sobre la sabiduría y la necedad

13 Hay otro aspecto de la sabiduría que me quedó grabado al observar cómo funciona el mundo. 14 Había una ciudad pequeña con unos cuantos habitantes, y vino un rey poderoso con su ejército y la sitió. 15 Un hombre pobre pero sabio sabía cómo salvar la ciudad, y así la ciudad fue rescatada. Sin embargo, pasado el incidente, a nadie se le ocurrió darle las gracias. 16 Por lo tanto, aunque la sabiduría es mejor que la fuerza, los sabios—si son pobres—también serán despreciados. Lo que digan no será valorado por mucho tiempo.

17 Es mejor oír las palabras suaves de una persona sabia
    que los gritos de un rey necio.
18 Es mejor tener sabiduría que armas de guerra,
    pero un solo pecador puede destruir muchas cosas buenas.
10 Así como las moscas muertas apestan todo un frasco de perfume,
    una pizca de necedad arruina gran sabiduría y honor.

Una persona sabia elige el camino correcto;
    el necio toma el rumbo equivocado.

¡Se puede identificar a los necios
    tan solo de ver cómo andan por la calle!

Si tu jefe se enoja contigo, ¡no renuncies a tu puesto!
    Un espíritu sereno puede superar grandes errores.

Las ironías de la vida

He visto otro mal bajo el sol: los reyes y gobernantes cometen un grave error cuando le otorgan gran autoridad a gente necia y asignan cargos inferiores a personas con capacidad comprobada. Hasta he visto sirvientes cabalgar como príncipes, ¡y príncipes andar a pie como si fueran sirvientes!

Cuando cavas un pozo,
    puedes caerte en él.
Cuando derrumbas una pared vieja,
    puede morderte una serpiente.
Cuando trabajas en una cantera,
    las piedras pueden caerte encima y aplastarte.
Cuando cortas leña,
    se corre peligro en cada golpe del hacha.

10 Si se usa un hacha sin filo hay que hacer doble esfuerzo,
    por lo tanto, afila la hoja.
Ahí está el valor de la sabiduría:
    ayuda a tener éxito.

11 Si una serpiente te muerde antes de que la encantes,
    ¿de qué te sirve ser encantador de serpientes?

12 Las palabras sabias traen aprobación,
    pero a los necios, sus propias palabras los destruyen.

13 Los necios basan sus pensamientos en suposiciones insensatas,
    por lo tanto, llegan a conclusiones locas y malvadas;
14     hablan y hablan sin parar.

Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que va a suceder;
    nadie puede predecir el futuro.

15 Los necios se agotan tanto con un poco de trabajo
    que ni siquiera saben cómo regresar a su casa.

16 ¡Qué tristeza sufrirá el pueblo gobernado por un sirviente,[l]
    cuyos líderes hacen fiesta desde la mañana!
17 Dichoso el pueblo que tiene por rey a un líder noble
    y cuyos dirigentes festejan en el momento apropiado
    para trabajar con fuerza y no para emborracharse.

18 Por la pereza se hunde el techo;
    por el ocio gotea la casa.

19 Una fiesta da alegría;
    un buen vino, felicidad;
    ¡y el dinero lo da todo!

20 Nunca te burles del rey, ni siquiera en tu mente;
    y no te mofes de los poderosos, ni siquiera dentro de tu dormitorio.
Pues un pajarito podría transmitir tu mensaje
    y contarles lo que dijiste.

Las incertidumbres de la vida

11 Envía tu grano por los mares,
    y a su tiempo recibirás ganancias.[m]
Coloca tus inversiones en varios lugares,[n]
    porque no sabes qué riesgos podría haber más adelante.

Cuando las nubes están cargadas, vienen las lluvias.
    Un árbol puede caer hacia el norte o hacia el sur, pero donde cae, allí queda.

El agricultor que espera el clima perfecto nunca siembra;
    si contempla cada nube, nunca cosecha.

Así como no puedes entender el rumbo que toma el viento ni el misterio de cómo crece un bebecito en el vientre de su madre,[o] tampoco puedes entender cómo actúa Dios, quien hace todas las cosas.

Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde no dejes de trabajar porque no sabes si la ganancia vendrá de una actividad o de la otra, o quizás de ambas.

Consejos para jóvenes y ancianos

La luz es agradable; qué hermoso es ver el amanecer de un nuevo día.

Si alguien llega a la ancianidad, que disfrute de cada día de vida; pero que también recuerde que habrá muchos días oscuros. Todo lo que aún vendrá carece de sentido.

Gente joven:[p] ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan. 10 Así que dejen de preocuparse y mantengan un cuerpo sano; pero tengan presente que la juventud—con toda la vida por delante—no tiene sentido.

12 No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable». Acuérdate de él antes de que la luz del sol, de la luna y de las estrellas se vuelva tenue a tus ojos viejos, y las nubes negras oscurezcan para siempre tu cielo. Acuérdate de él antes de que tus piernas—guardianas de tu casa—empiecen a temblar, y tus hombros—los guerreros fuertes—se encorven. Acuérdate de él antes de que tus dientes—esos pocos sirvientes que te quedan—dejen de moler, y tus pupilas—las que miran por las ventanas—ya no vean con claridad.

Acuérdate de él antes de que la puerta de las oportunidades de la vida se cierre y disminuya el sonido de la actividad diaria. Ahora te levantas con el primer canto de los pájaros, pero un día todos esos trinos apenas serán perceptibles.

Acuérdate de él antes de que tengas miedo de caerte y te preocupes de los peligros de la calle; antes de que el cabello se te ponga blanco como un almendro en flor y arrastres los pies sin energía como un saltamontes moribundo, y la alcaparra ya no estimule el deseo sexual. Acuérdate de él antes de que te falte poco para llegar a la tumba—tu hogar eterno—donde los que lamentan tu muerte llorarán en tu entierro.

Sí, acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes de que se rompa el cordón de plata de la vida y se quiebre la vasija de oro. No esperes hasta que la jarra de agua se haga pedazos contra la fuente y la polea se rompa en el pozo. Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que fue quien lo dio.

Reflexiones finales acerca del Maestro

«Nada tiene sentido—dice el Maestro—, ningún sentido en absoluto».

Ten en cuenta lo siguiente: el Maestro fue considerado sabio y le enseñó a la gente todo lo que sabía. Escuchó con atención muchos proverbios, los estudió y los clasificó. 10 El Maestro se esmeró por encontrar las palabras correctas para expresar las verdades con claridad.[q]

11 Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado: dolorosas pero necesarias. El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor[r] para guiar a sus ovejas.

12 Pero ahora, hijo mío, déjame darte un consejo más: ten cuidado, porque escribir libros es algo que nunca termina y estudiar mucho te agota.

13 Aquí culmina el relato. Mi conclusión final es la siguiente: teme a Dios y obedece sus mandatos, porque ese es el deber que tenemos todos. 14 Dios nos juzgará por cada cosa que hagamos, incluso lo que hayamos hecho en secreto, sea bueno o sea malo.

Este es el Cantar de los Cantares de Salomón, la mejor de las canciones.

La joven[s]

Bésame, una y otra vez,
    porque tu amor es más dulce que el vino.
¡Qué agradable es tu fragancia!
    Tu nombre es como el aroma que se esparce de aceites perfumados.
    ¡Con razón todas las jóvenes te aman!
¡Llévame contigo, ven, corramos!
    El rey me ha traído a su alcoba.

Las jóvenes de Jerusalén

Cuánto nos alegramos por ti, oh rey;
    elogiamos tu amor aún más que el vino.

La joven

Con razón te quieren las jóvenes.

Soy morena pero hermosa,
    oh mujeres de Jerusalén,
morena como las carpas de Cedar,
    morena como las cortinas de las carpas de Salomón.
No me miren así por ser morena;
    el sol ha bronceado mi piel.
Mis hermanos se enojaron conmigo;
    me obligaron a cuidar de sus viñedos,
    por eso no pude cuidarme a mí misma, mi propio viñedo.

Dime, mi amor, ¿hacia dónde llevarás hoy tu rebaño?
    ¿Dónde harás descansar tus ovejas al mediodía?
¿Por qué tendría yo que vagar como una prostituta[t]
    entre tus amigos y sus rebaños?

El joven

Oh, más hermosa mujer, si no lo sabes,
    sigue las huellas de mi rebaño
    y apacienta tus cabritos junto a las carpas de los pastores.
Amada mía, tú eres tan cautivante
    como una yegua entre los sementales del faraón.
10 ¡Qué hermosas son tus mejillas!
    ¡Tus pendientes las encienden aún más!
¡Qué hermoso es tu cuello
    realzado con un collar de joyas!
11 Te haremos unos pendientes de oro
    con cuentas de plata.

La joven

12 El rey está descansando en su sofá,
    encantado por la fragancia de mi perfume.
13 Mi amante es como una bolsita de mirra
    que reposa entre mis pechos.
14 Es como un ramito de aromáticas flores de alheña
    de los viñedos de En-gadi.

El joven

15 ¡Qué hermosa eres, amada mía,
    qué hermosa!
    Tus ojos son como palomas.

La joven

16 ¡Y tú eres tan apuesto, amor mío,
    tan agradable que no puedo expresarlo!
La tierna hierba es nuestra cama;
17     las ramas fragantes de los cedros son los soportes de nuestra casa
    y los abetos aromáticos, las vigas del techo.

La joven

Soy el azafrán de primavera que florece en la llanura de Sarón,[u]
    el lirio del valle.

El joven

Como un lirio entre los cardos
    es mi amada entre las jóvenes.

La joven

Como el manzano más selecto del huerto
    es mi amante entre los jóvenes.
Me siento bajo su sombra placentera
    y saboreo sus deliciosos frutos.
Él me escolta hasta la sala de banquetes;
    es evidente lo mucho que me ama.
Fortalézcanme con pasteles de pasas,
    refrésquenme con manzanas,
    porque desfallezco de amor.
Su brazo izquierdo está debajo de mi cabeza,
    y su brazo derecho me abraza.

Prométanme, oh mujeres de Jerusalén,
    por las gacelas y los ciervos salvajes,
    que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado.[v]

¡Ay, oigo que viene mi amado!
    Viene saltando por las montañas,
    brincando por las colinas.
Mi amante es como una gacela veloz
    o un venado joven.
¡Miren! Allí está, detrás del muro,
    asomándose por la ventana,
    mirando dentro de la habitación.

10 Mi amante me dijo:
    «¡Levántate, amada mía!
    ¡Ven conmigo, mi bella mujer!
11 Mira, el invierno se acabó
    y las lluvias ya pasaron.
12 Las flores están brotando;
    ha llegado la temporada de los pájaros cantores,[w]
    y el arrullo de las tórtolas llena el aire.
13 Las higueras comienzan a formar su fruto,
    y las vides fragantes están en flor.
¡Levántate, amada mía!
    ¡Ven conmigo, mi bella mujer!».

El joven

14 Mi paloma se esconde detrás de las rocas,
    detrás de un peñasco en el precipicio.
Déjame ver tu cara;
    déjame oír tu voz.
Pues tu voz es agradable,
    y tu cara es hermosa.

Las jóvenes de Jerusalén

15 Atrapen todos los zorros,
    esos zorros pequeños,
antes de que arruinen el viñedo del amor,
    ¡porque las vides están en flor!

La joven

16 Mi amado es mío, y yo soy suya.
    Él apacienta entre los lirios.
17 Antes de que soplen las brisas del amanecer
    y huyan las sombras de la noche,
regresa a mí, amor mío, como una gacela
    o un venado joven sobre montes empinados.[x]

La joven

Una noche, mientras estaba en mi cama, suspiré por mi amado;
    suspiraba por él, pero él no venía.
Así que me dije: «Me levantaré y recorreré la ciudad,
    y buscaré por todas las calles y las plazas.
Buscaré a mi amado».
    Entonces busqué por todas partes pero no lo encontré.
Los guardias me detuvieron mientras hacían sus rondas,
    y yo les pregunté: «¿Han visto ustedes al hombre que amo?».
Y apenas me alejé de ellos,
    ¡encontré a mi amado!
Lo tomé y lo abracé con fuerza,
    y lo llevé a la casa de mi madre,
    a la cama de mi madre, donde fui concebida.

Prométanme, oh mujeres de Jerusalén,
    por las gacelas y los ciervos salvajes,
    que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado.[y]

Las jóvenes de Jerusalén

¿Quién es ese que viene majestuosamente desde el desierto
    como una nube de humo?
¿Quién es el que viene perfumado con mirra e incienso
    y todo tipo de especias?
Miren, es el carruaje de Salomón,
    rodeado de sesenta héroes,
    los mejores soldados de Israel.
Son espadachines hábiles,
    guerreros con experiencia.
Cada uno lleva una espada al costado;
    están listos para defender al rey contra un ataque nocturno.
El carruaje del rey Salomón está hecho
    con madera importada del Líbano.
10 Sus postes son de plata,
    su techo de oro,
    sus cojines de púrpura.
El carruaje fue decorado con amor
    por las jóvenes de Jerusalén.

La joven

11 Salgan a ver al rey Salomón,
    mujeres jóvenes de Jerusalén.[z]
Lleva puesta la corona que su madre le regaló el día de su boda,
    el día más feliz de su vida.

El joven

Eres hermosa, amada mía;
    tan hermosa que no puedo expresarlo.
Tus ojos son como palomas
    detrás del velo.
Tu cabello cae en ondas,
    como un rebaño de cabras que serpentea por las laderas de Galaad.
Tus dientes son blancos como ovejas
    recién esquiladas y bañadas.
Tu sonrisa es perfecta;
    cada diente hace juego con su par.[aa]
Tus labios son como una cinta escarlata;
    tu boca me cautiva.
Tus mejillas son como granadas color rosa
    detrás de tu velo.
Tu cuello es tan hermoso como la torre de David,
    adornado con los escudos de mil héroes.
Tus pechos son como dos cervatillos,
    los mellizos de una gacela que pastan entre los lirios.
Antes de que soplen las brisas del amanecer
    y huyan las sombras de la noche,
correré a la montaña de mirra
    y al cerro del incienso.
Toda tú eres hermosa, amada mía,
    bella en todo sentido.

Ven conmigo desde el Líbano, esposa mía;
    ven conmigo desde el Líbano.
Desciende del[ab] monte Amana,
    de las cumbres del Senir y del Hermón,
donde los leones tienen sus guaridas
    y los leopardos viven entre las colinas.

Has cautivado mi corazón,
    tesoro mío,[ac] esposa mía.
Lo tienes como rehén con una sola mirada de tus ojos,
    con una sola joya de tu collar.
10 Tu amor me deleita,
    tesoro mío, esposa mía.
Tu amor es mejor que el vino,
    tu perfume, más fragante que las especias.
11 Tus labios son dulces como el néctar, esposa mía.
    Debajo de tu lengua hay leche y miel.
Tus vestidos están perfumados
    como los cedros del Líbano.

12 Tú eres mi jardín privado, tesoro mío, esposa mía,
    un manantial apartado, una fuente escondida.
13 Tus muslos[ad] resguardan un paraíso de granadas
    con especias exóticas:
alheña con nardo,
14     nardo con azafrán,
    cálamo aromático y canela,
con toda clase de árboles de incienso, mirra y áloes,
    y todas las demás especias deliciosas.
15 Tú eres una fuente en el jardín,
    un manantial de agua fresca
    que fluye de las montañas del Líbano.

La joven

16 ¡Despierta, viento del norte!
    ¡Levántate, viento del sur!
Soplen en mi jardín
    y esparzan su fragancia por todas partes.
Ven a tu jardín, amado mío;
    saborea sus mejores frutos.

El joven

¡He entrado en mi jardín, tesoro mío,[ae] esposa mía!
    Recojo mirra entre mis especias,
y disfruto del panal con mi miel
    y bebo vino con mi leche.

Las jóvenes de Jerusalén

Oh amante y amada: ¡coman y beban!
    ¡Sí, beban su amor hasta saciarse!

La joven

Yo dormía, pero mi corazón estaba atento,
    cuando oí que mi amante tocaba a la puerta y llamaba:
«Ábreme, tesoro mío, amada mía,
    mi paloma, mi mujer perfecta.
Mi cabeza está empapada de rocío,
    mi cabello, con la humedad de la noche».

Pero yo le respondí:
«Me he quitado el vestido,
    ¿por qué debería vestirme otra vez?
He lavado mis pies,
    ¿por qué debería ensuciarlos?».

Mi amante trató de abrir el cerrojo de la puerta,
    y mi corazón se estremeció dentro de mí.
Salté para abrirle la puerta a mi amor,
    y mis manos destilaron perfume.
Mis dedos goteaban preciosa mirra
    mientras yo corría el pasador.
Le abrí a mi amado,
    ¡pero él ya se había ido!
    Se me desplomó el corazón.
Lo busqué
    pero no pude encontrarlo.
Lo llamé
    pero no tuve respuesta.
Los guardias nocturnos me encontraron
    mientras hacían sus rondas.
Me golpearon y me lastimaron
    y me arrancaron el velo,
    aquellos guardias del muro.

Oh mujeres de Jerusalén, prométanme:
    si encuentran a mi amante,
    díganle que desfallezco de amor.

Las jóvenes de Jerusalén

¿Por qué es tu amante mejor que todos los demás,
    oh mujer de singular belleza?
¿Qué hace que tu amante sea tan especial
    para que te hagamos esa promesa?

La joven

10 Mi amado es trigueño y deslumbrante,
    ¡el mejor entre diez mil!
11 Su cabeza es del oro más fino;
    su cabello ondulado es negro como el cuervo.
12 Sus ojos brillan como palomas
    junto a manantiales de agua,
montados como joyas
    lavadas en leche.
13 Sus mejillas son como jardines de especias
    que esparcen aromas.
Sus labios son como lirios,
    perfumados con mirra.
14 Sus brazos son como barras de oro torneadas,
    adornados con berilo.
Su cuerpo es como marfil reluciente;
    resplandece de lapislázuli.
15 Sus piernas son como columnas de mármol
    colocadas sobre bases de oro puro.
Su porte es majestuoso,
    como los nobles cedros del Líbano.
16 Su boca es la dulzura misma;
    él es deseable en todo sentido.
Así es mi amante, mi amigo,
    oh mujeres de Jerusalén.

Las jóvenes de Jerusalén

¿Adónde se ha ido tu amante,
    oh mujer de singular belleza?
Dinos por cuál camino se fue
    para ayudarte a encontrarlo.

La joven

Mi amante ha bajado a su jardín,
    a sus lechos de especias,
para pasear por los jardines
    y juntar los lirios.
Yo soy de mi amante, y mi amante es mío.
    Él apacienta entre los lirios.

El joven

Eres hermosa, amada mía,
    como la bella ciudad de Tirsa.
Sí, eres tan hermosa como Jerusalén,
    tan majestuosa como un ejército con sus estandartes desplegados al viento.
Aparta de mí tus ojos,
    porque me dominan.
Tu cabello cae en ondas,
    como un rebaño de cabras que serpentea por las laderas de Galaad.
Tus dientes son blancos como ovejas
    recién bañadas.
Tu sonrisa es perfecta;
    cada diente hace juego con su par.[af]
Tus mejillas son como granadas de color rosado
    detrás de tu velo.

Aun entre sesenta reinas
    y ochenta concubinas
    e incontables doncellas,
yo todavía elegiría a mi paloma, a mi mujer perfecta,
    la favorita de su madre,
    muy amada por quien la dio a luz.
Las jóvenes la ven y la alaban;
    hasta las reinas y las concubinas del palacio le entonan alabanzas:
10 «¿Quién es esa, que se levanta como la aurora,
    tan hermosa como la luna,
tan resplandeciente como el sol,
    tan majestuosa como un ejército con sus estandartes desplegados al viento?».

La joven

11 Bajé a la arboleda de nogales
    y salí al valle para ver los nuevos brotes primaverales,
para ver si habían brotado las vides
    o si las granadas ya estaban florecidas.
12 Antes de darme cuenta,
    mis fuertes deseos me habían llevado a la carroza de un hombre noble.[ag]

Las jóvenes de Jerusalén

13 [ah] Vuelve, vuelve a nosotras, oh doncella de Sulam.
    Regresa, regresa, para que te veamos otra vez.

El joven

¿Por qué miran así a esta jovencita de Sulam
    mientras se mueve con tanta gracia entre dos filas de bailarines?[ai]
[aj]¡Qué hermosos son tus pies con sandalias,
    oh doncella y princesa!
Las curvas de tus muslos son como joyas,
    la obra de un habilidoso artesano.
Tu ombligo tiene la forma perfecta,
    como una copa llena de vino mezclado.
Entre tus muslos hay un manojo de trigo,
    rodeado de lirios.
Tus pechos son como dos cervatillos,
    mellizos de una gacela.
Tu cuello es tan hermoso como una torre de marfil.
Tus ojos son como los manantiales cristalinos de Hesbón,
    junto a la puerta de Bat-rabim.
Tu nariz es tan fina como la torre del Líbano
    con vista a Damasco.
Tu cabeza es tan majestuosa como el monte Carmelo,
    y el brillo de tus cabellos irradia realeza.
    El rey quedó cautivado con tus rizos.
¡Qué hermosa eres!
    ¡Qué encantadora, mi amor, qué llena de delicias!
Eres esbelta como una palmera
    y tus pechos son como los racimos de su fruto.
Dije: «Treparé a la palmera
    y tomaré su fruto».
Que tus pechos sean como racimos de uvas
    y tu aliento, como la fragancia de manzanas.
Que tus besos sean tan apasionantes como el mejor de los vinos...

La joven

Sí, vino que le desciende suavemente a mi amante,
    que fluye delicadamente sobre los labios y los dientes.[ak]
10 Yo soy de mi amante,
    y él me declara como suya.
11 Ven, amor mío, salgamos a las praderas
    y pasemos la noche entre las flores silvestres.[al]
12 Levantémonos temprano y vayamos a los viñedos
    para ver si brotaron las vides,
si ya abrieron las flores,
    y si las granadas están en flor.
    Allí te daré mi amor.
13 Allí las mandrágoras dan su aroma,
    y los mejores frutos están a nuestra puerta,
deleites nuevos y antiguos,
    que he guardado para ti, amado mío.

La joven

¡Cómo quisiera que fueras mi hermano,
    el que mamó de los pechos de mi madre!
Así podría besarte sin pensar en quién nos mira,
    y nadie me criticaría.
Te llevaría al hogar de mi infancia,
    y allí tú me enseñarías.[am]
Te daría a beber vino con especias,
    mi dulce vino de granada.
Tu brazo izquierdo estaría bajo mi cabeza
    y tu brazo derecho me abrazaría.

Prométanme, oh mujeres de Jerusalén,
    que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado.[an]

Las jóvenes de Jerusalén

¿Quién es esa que viene majestuosamente desde el desierto
    recostada sobre su amante?

La joven

Desperté tus deseos bajo el manzano,
    donde tu madre te dio a luz,
    donde con tanto dolor te trajo al mundo.
Ponme como un sello sobre tu corazón,
    como un sello sobre tu brazo.
Pues el amor es tan fuerte como la muerte,
    y sus celos, tan duraderos[ao] como la tumba.[ap]
El amor destella como el fuego
    con la llama más intensa.
Las muchas aguas no pueden apagar el amor,
    ni los ríos pueden ahogarlo.
Si un hombre tratara de comprar amor
    con toda su fortuna,
    su oferta sería totalmente rechazada.

Los hermanos de la joven

Tenemos una hermanita
    demasiado joven para tener pechos.
¿Qué haremos con nuestra hermana
    si alguien pide casarse con ella?
Si es virgen como un muro,
    la protegeremos con una torre de plata;
pero si es promiscua como una puerta que gira,
    le trabaremos la puerta con una barra de cedro.

La joven

10 Yo era virgen como un muro,
    ahora mis pechos son como torres.
Cuando mi amante me mira
    se deleita con lo que ve.

11 Salomón tiene un viñedo en Baal-hamón
    y lo renta a arrendatarios.
Cada uno de ellos paga mil monedas de plata
    por cosechar la fruta.
12 Sin embargo, yo soy la dueña de mi viñedo y yo decido a quién dárselo,
    y Salomón no tiene que pagar mil monedas de plata;
pero yo daré doscientas monedas
    a quienes cuiden de sus vides.

El joven

13 Amada mía, tú que te entretienes en los jardines,
    tus compañeros tienen la dicha de oír tu voz.
    ¡Déjame oírla también!

La joven

14 ¡Ven conmigo, mi amor! Sé como una gacela,
    o como un venado joven sobre los montes de especias.

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