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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Ezequiel 12:21-23:39

21 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

22 Hijo de hombre, ¿qué refrán es éste que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Se prolongarán los días, y perecerá toda visión?

23 Diles por tanto: Así dijo el Señor DIOS: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este dicho en Israel. Diles, pues: Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda visión.

24 Porque no habrá más visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la Casa de Israel.

25 Porque yo, el SEÑOR, hablaré; y se cumplirá la palabra que yo hablaré; no se dilatará más; antes en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra, y la cumpliré, dijo el Señor DIOS.

26 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

27 Hijo de hombre, he aquí que los de la Casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para muchos días, y para lejanos tiempos profetiza éste.

28 Diles por tanto: Así dijo el Señor DIOS: No se dilatarán más todas mis palabras; se cumplirá la palabra que yo hablaré, dijo el Señor DIOS.

13 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra del SEÑOR.

Así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada vieron!

Como zorras en los desiertos son tus profetas, oh Israel.

Nunca subistes a los portillos, ni echasteis vallado para que la Casa de Israel, estuviera firme en la batalla en el día del SEÑOR.

Vieron vanidad y adivinación de mentira. Dicen: Dijo el SEÑOR; y el SEÑOR nunca los envió; y hacen esperar que se confirme la palabra.

¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación de mentira, por cuanto decís, Dijo el SEÑOR; no habiendo yo hablado?

Por tanto, así dijo el Señor DIOS: por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dijo el Señor DIOS.

Y será mi mano contra los profetas que ven vanidad, y adivinan mentira, no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán escritos en el libro de la Casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy el Señor DIOS.

10 Por tanto, y por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la pañetaban con lodo suelto;

11 di a los pañetadores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia inundante, y daré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá.

12 Y he aquí, cuando la pared haya caído, no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que pañetasteis?

13 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Y haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia inundante vendrá con mi furor, y piedras de granizo con mi enojo para consumir.

14 Así derribaré la pared que vosotros pañetasteis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

15 Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la pañetaron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni aquellos que la pañetaron,

16 los profetas de Israel que profetizan a Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dijo el Señor DIOS.

17 Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro a las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas,

18 Y di: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de aquellas que cosen almohadillas a todos codos de manos, y hacen veletes sobre la cabeza de toda edad para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida?

19 ¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando las almas que no deben morir, y dando vida a las almas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?

20 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: He aquí yo estoy contra vuestras almohadillas, con que cazáis ahí las almas volando; yo las arrancaré de vuestros brazos, y soltaré las almas, las almas volando que cazáis.

21 Romperé asimismo vuestros veletes, y libraré mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más en vuestra mano para caza; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

22 Por cuanto entristecisteis con mentira el corazón del justo, al cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartare de su mal camino, infundiéndole ánimo;

23 por tanto, no veréis vanidad, ni más adivinaréis adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

14 Y vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí.

Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, estos hombres han hecho subir sus inmundicias sobre su corazón, y han establecido el tropezadero de su iniquidad delante de su rostro; ¿cuando me preguntaren, les tengo que responder?

Háblales por tanto, y diles: Así dijo el Señor DIOS: Cualquier varón de la Casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropezadero de su iniquidad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo, el SEÑOR, responderé al que así viniere en la multitud de sus ídolos;

para tomar a la Casa de Israel en su corazón, que se han apartado de mí todos ellos en sus ídolos.

Por tanto, di a la Casa de Israel: Así dijo el Señor DIOS: Convertíos, y haced que se conviertan de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.

Porque cualquier hombre de la Casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el tropezadero de su iniquidad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo, el SEÑOR, le responderé por mí mismo;

y pondré mi rostro contra aquel varón, y le pondré por señal y por refranes, y yo lo cortaré de entre mi pueblo; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

Y el profeta, cuando fuere engañado y hablare palabra, yo, el SEÑOR, engañé al tal profeta; y extenderé mi mano sobre él, y le raeré de en medio de mi pueblo de Israel.

10 Y llevarán su iniquidad, como la iniquidad del que pregunta, así será la iniquidad del profeta;

11 para que no yerren más los de la Casa de Israel de en pos de mí; ni más se contaminen en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea por Dios, dijo el Señor DIOS.

12 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

13 Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el arrimo del pan, y enviare en ella hambre, y talare de ella hombres y bestias;

14 si estuvieren en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel, y Job, ellos por su justicia librarán su vida, dijo el Señor DIOS.

15 Y si hiciere pasar mala bestia por la tierra, y la asolare, y fuere desolada que no haya quien pase a causa de la bestia,

16 y estos tres varones estuvieren en medio de ella, vivo yo, dijo el Señor DIOS, ni a sus hijos ni a sus hijas librarán; ellos solos serán libres, y la tierra será asolada.

17 O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere talar de ella hombres y bestias,

18 y estos tres varones estuvieren en medio de ella, vivo yo, dijo el Señor DIOS, no librarán a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos serán libres.

19 O si pestilencia enviare sobre esa tierra, y derramare mi ira sobre ella en sangre, para talar de ella hombres y bestias,

20 y estuvieren en medio de ella Noé, Daniel, y Job, vivo yo, dijo el Señor DIOS, no librarán a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarán su vida.

21 Por lo cual así dijo el Señor DIOS: ¿Cuánto más, si mis cuatro malos juicios, espada, hambre, mala bestia, y pestilencia, enviare contra Jerusalén, para talar de ella hombres y bestias?

22 Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, de los cuales serán llevados cautivos sus hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos entrarán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos; y tomaréis consolación del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella.

23 Y os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y conoceréis que no sin causa hice todo lo que habré hecho en ella, dijo el Señor DIOS.

15 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, ¿qué es el palo de la vid más que todo palo? ¿El sarmiento qué es entre los maderos del bosque?

¿Tomarán de él madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de él una estaca para colgar de ella algún vaso?

He aquí, que es puesto en el fuego para ser consumido; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte del medio se quemó; ¿aprovechará para obra alguna?

He aquí que cuando estaba entero no era para obra alguna, ¿cuánto menos después que el fuego lo hubiere consumido, y fuere quemado? ¿Será más para alguna obra?

Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Como el palo de la vid entre los maderos del bosque, el cual yo entregué al fuego para que lo consuma, así he entregado a los moradores de Jerusalén.

Y pondré mi rostro contra ellos; de un fuego salieron, y otro fuego los consumirá; y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando pusiere mi rostro contra ellos.

Y tornaré la tierra en asolamiento, por cuanto se rebelaron completamente, dijo el Señor DIOS.

16 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones,

Y di: Así dijo el Señor DIOS sobre Jerusalén: Tu habitación y tu raza fue de la tierra de Canaán; tu padre amorreo, y tu madre hetea.

En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para ablandarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.

No hubo ojo que se compadeciere de ti, para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste echada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.

Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y te dije: En tus sangres vivirás; te dije: En tus sangres vivirás.

En diez millares, como la hierba del campo, te puse, y fuiste aumentada y engrandecida, y viniste a ser adornada grandemente; los pechos te crecieron, y tu pelo reverdeció; mas tú estabas desnuda y descubierta.

Y pasé yo junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tus vergüenzas; y te di juramento, y entré en pacto contigo, dijo el Señor DIOS, y fuiste mía;

y te lavé con aguas, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite;

10 y te vestí de bordado, y te calcé de tejón, y te ceñí de lino, y te vestí de seda.

11 Y te atavíe con ornamentos, y puse brazaletes en tus brazos, y collar a tu cuello;

12 y puse cerquillos sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza.

13 Y fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido fue lino, y seda, y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel, y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, y has prosperado hasta reinar.

14 Y te salió renombre entre los gentiles a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dijo el Señor DIOS.

15 Mas confiaste en tu hermosura, y fornicaste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras.

16 Y tomaste de tus vestidos, e hiciste altares de diversos colores, y fornicaste en ellos; cosa semejante no vendrá, ni será así.

17 Tomaste asimismo los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre, y fornicaste con ellas.

18 Y tomaste tus vestidos de diversos colores, y las cubriste; y mi aceite y mi perfume pusiste delante de ellas.

19 Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite, y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor suave; y fue así, dijo el Señor DIOS.

20 Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que me habías engendrado, y los sacrificaste a ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones?

21 Y sacrificaste mis hijos, y los diste a ellas para que los hicieran pasar por el fuego a ellas.

22 Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones, ¿no te has acordado de los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda y descubierta? Envuelta en tus sangres estabas.

23 Y fue que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! Dijo el Señor DIOS),

24 te edificaste alto, y te hiciste altar en todas las plazas;

25 en toda cabeza de camino edificaste tu altar, y tornaste abominable tu hermosura, y abriste tus piernas a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.

26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme.

27 Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu libertad, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino tan deshonesto.

28 Fornicaste también con los hijos de Assur por no haberte saciado; y fornicaste con ellos, y tampoco te saciaste.

29 Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos; ni tampoco con esto te saciaste.

30 ¡Cuán inconstante es tu corazón, dijo el Señor DIOS, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una poderosa ramera,

31 edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, menospreciando el salario,

32 sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.

33 A todas las rameras dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que entraren a ti de todas partes por tus fornicaciones.

34 Y ha sido en ti al contrario de las mujeres en tus fornicaciones, ni nunca después de ti será así fornicado; porque en dar tú dones, y no ser dados dones a ti, ha sido al contrario.

35 Por tanto, ramera, oye palabra del SEÑOR:

36 Así dijo el Señor DIOS: Por cuanto han sido descubiertas tus vergüenzas, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados en tus fornicaciones; y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste;

37 por tanto, he aquí que yo junto todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré contra ti alrededor, y les descubriré tu vergüenza, y verán toda tu desnudez.

38 Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y te daré en sangre de ira y de celo.

39 Y te entregaré en mano de ellos; y destruirán tu alto, y derribarán tus altares, y te harán desnudar de tus ropas, y se llevarán los vasos de tu gloria, y te dejarán desnuda y descubierta.

40 Y harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas.

41 Y quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios a ojos de muchas mujeres; y te haré cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don.

42 Y haré reposar mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré de enojarme más.

43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también he tornado tu camino sobre tu cabeza, dijo el Señor DIOS; pues ni aun has pensado sobre todas tus abominaciones.

44 He aquí, que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija.

45 Hija de tu madre eres tú, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre el amorreo.

46 Y tu hermana mayor es Samaria con sus hijas, la cual habita a tu mano izquierda; y tu hermana la menor que tú es Sodoma con sus hijas, la cual habita a tu mano derecha.

47 Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, antes te corrompiste más que ellas en todos tus caminos.

48 Vivo yo, dijo el Señor DIOS, Sodoma tu hermana, con sus hijas, nunca hizo como hiciste tú y tus hijas.

49 He aquí que ésta fue la iniquidad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso.

50 Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité.

51 Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas tus abominaciones que hiciste.

52 Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en tus pecados que hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, pues que has justificado a tus hermanas.

53 Yo, pues, haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus cautiverios entre ellas,

54 para que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siéndoles tú motivo de consuelo.

55 Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado.

56 Sodoma, tu hermana, no fue nombrada en tu boca en el tiempo de tus soberbias,

57 antes que tu maldad se descubriere, como en el tiempo de la vergüenza de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos alrededor, que te menosprecian en contorno.

58 Tú has llevado tu lujuria y tus abominaciones, dijo el SEÑOR.

59 Porque así dijo el Señor DIOS: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto?

60 Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y te confirmaré un pacto sempiterno.

61 Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú con las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto.

62 Y confirmaré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy el SEÑOR;

63 Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que hiciste, dijo el Señor DIOS.

17 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, propón un enigma, y compón una parábola a la Casa de Israel.

Y dirás: Así dijo el Señor DIOS: Una gran águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro:

Arrancó el principal de sus renuevos, y lo llevó a la tierra de mercaderes, y lo puso en la ciudad de los negociantes.

Tomó también de la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para sembrar, la plantó junto a grandes aguas, la puso como un sauce.

Y reverdeció, y se hizo una vid de mucha rama, baja de estatura, que sus ramas la miraban, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos, y echó mugrones.

Y fue otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plantío.

En un buen campo, junto a muchas aguas fue plantada, para que hiciera ramas y llevara fruto, y para que fuera vid robusta.

Di: Así dijo el Señor DIOS: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y se secará? Todas las hojas de su verdura se secará, y no con gran brazo, ni con mucha gente, arrancándola de sus raíces.

10 Y he aquí que plantada está ella, ¿será prosperada? ¿No se secará del todo cuando el viento solano la tocare? En los surcos de su verdor se secará.

11 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

12 Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, y tomó tu rey y sus príncipes, y los llevó consigo a Babilonia.

13 Tomó también de la simiente del reino, e hizo con él alianza, y le trajo a juramento; y tomó los fuertes de la tierra,

14 Para que el Reino fuera abatido y no se levantara, sino que guardara su alianza y estuviera en ella.

15 Pero se rebeló contra él enviando sus embajadores a Egipto, para que le diera caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará, el que estas cosas hizo? ¿Y el que rompió la alianza, podrá huir?

16 Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar del rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuya alianza hecha con él rompió.

17 Y no con gran ejército, ni con mucha compañía hará Faraón nada con él en la batalla, cuando funden baluarte y edifiquen bastiones para cortar muchas vidas.

18 Pues menospreció el juramento, para invalidar el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, e hizo todas estas cosas, no escapará.

19 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció, y mi pacto que invalidó, tornaré sobre su cabeza.

20 Y extenderé sobre él mi red, y será preso en mi malla; y lo haré venir a Babilonia, y allí estaré a juicio con él, por su prevaricación con que contra mí se ha rebelado.

21 Y todos sus fugitivos, con todos sus ejércitos caerán a espada, y los que quedaren serán esparcidos a todo viento; y sabréis que yo, el SEÑOR, he hablado.

22 Así dijo el Señor DIOS: Y tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo pondré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré yo sobre el monte alto y sublime;

23 en el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y llevará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves, toda cosa que vuela habitará a la sombra de sus ramas.

24 Y sabrán todos los árboles del campo que yo, el SEÑOR, abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo, el SEÑOR, hablé e hice.

18 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

¿Qué pensáis vosotros, vosotros que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, diciendo: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen la dentera?

Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel.

He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.

Y el hombre que fuere justo, e hiciere juicio y justicia;

que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la Casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare a la mujer menstruosa,

ni oprimiere a ninguno; al deudor tornare su prenda, no cometiere robo, diere de su pan al hambriento, y cubriere al desnudo con vestido,

no prestare a interés, ni recibiere más de lo que hubiere dado; de la maldad retrajere su mano, e hiciere juicio de verdad entre hombre y hombre,

en mis ordenanzas caminare, y guardare mis derechos para hacer según la verdad, éste es justo; éste vivirá, dijo el Señor DIOS.

10 Mas si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga alguna cosa de éstas,

11 Y que no haga las otras; antes comiere sobre los montes, o violare la mujer de su prójimo,

12 al pobre y menesteroso oprimiere, cometiere robos, no tornare la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos, o hiciere abominación,

13 diere a usura, y recibiere más de lo que dio; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá; su sangre será sobre él.

14 Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos;

15 no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la Casa de Israel; la mujer de su prójimo no violare,

16 ni oprimiere a nadie; la prenda no empeñare, ni cometiere robos; al hambriento diere de su pan, y cubriere de vestido al desnudo;

17 apartare su mano de oprimir al pobre, usura ni aumento no recibiere; hiciere según mis derechos, y anduviere en mis ordenanzas, éste no morirá por la iniquidad de su padre; de cierto vivirá.

18 Su padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su iniquidad.

19 Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará la iniquidad de su padre? Porque el hijo hizo juicio y justicia, guardó todas mis ordenanzas, y las hizo, de cierto vivirá.

20 El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará la iniquidad del padre, ni el padre llevará la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.

21 Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todas mis ordenanzas, e hiciere juicio y justicia, de cierto vivirá; no morirá.

22 Todas sus rebeliones que cometió, no le serán recordadas; por su justicia que hizo vivirá.

23 ¿Quiero yo por ventura la muerte del impío? Dijo el Señor DIOS. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?

24 Mas si el justo se apartare de su justicia, y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo; ¿vivirá él? Todas las justicias que hizo no vendrán en memoria; por su rebelión con que prevaricó, y por su pecado con que cometió, por ellos morirá.

25 Y si dijereis: No es derecho el camino del Señor, oíd ahora, Casa de Israel: ¿No es derecho mi camino? ¿No son vuestros caminos torcidos?

26 Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá en ello; por su iniquidad que hizo, morirá.

27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo juicio y justicia, hará vivir su alma.

28 Porque miró, y se apartó de todas sus rebeliones que hizo, de cierto vivirá; no morirá.

29 Si aún dijere la Casa de Israel: No es derecho el camino del Señor; ¿no son derechos mis caminos, Casa de Israel? Cierto, vuestros caminos no son derechos.

30 Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh Casa de Israel, dijo el Señor DIOS. Convertíos, y haced convertir de todas vuestras iniquidades; y no os será la iniquidad causa de ruina.

31 Echad de vosotros todas vuestras iniquidades con que te habéis rebelado, y haceos corazón nuevo y espíritu nuevo. ¿Y por qué moriréis, Casa de Israel?

32 Que no quiero la muerte del que muere, dijo el Señor DIOS, convertíos pues, y viviréis.

19 Y tú levanta esta endecha sobre los príncipes de Israel.

Y dirás: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! Entre los leoncillos crió sus cachorros.

E hizo subir uno de sus cachorros; vino a ser leoncillo, y aprendió a prender presa, y a devorar hombres.

Y los gentiles oyeron de él; fue tomado con el lazo de ellos, y le llevaron con grillos a la tierra de Egipto.

Y viendo ella que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su esperanza, tomó otro de sus cachorros, y lo puso por leoncillo.

Y él andaba entre los leones; se hizo leoncillo, aprendió a hacer presa, devoró hombres.

Y conoció sus viudas, y asoló sus ciudades; y la tierra fue asolada, y su abundancia, a la voz de su bramido.

Y dieron sobre él los gentiles de las provincias de su alrededor, y extendieron sobre él su red; fue preso en su hoyo.

Y lo pusieron en cárcel con cadenas, y le llevaron al rey de Babilonia; lo metieron en fortalezas, para que su voz no se oyera más sobre los montes de Israel.

10 Tu madre fue como una vid en tu sangre, plantada junto a las aguas, haciendo fruto y echando vástagos a causa de las muchas aguas.

11 Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y se levantó su estatura por encima entre las ramas, y fue vista en su altura, y con la multitud de sus sarmientos.

12 Pero fue arrancada con ira, derribada en tierra, y viento solano secó su fruto; fueron quebradas sus ramas y se secó; fuego consumió la vara de su fuerza.

13 Y ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez.

14 Y salió fuego de la vara de sus ramas, que consumió su fruto, y no quedó en ella vara fuerte, cetro para enseñorear. Endecha es ésta, y de endecha servirá.

20 Y aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar al SEÑOR, y se sentaron delante de mí.

Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel, y diles: Así dijo el Señor DIOS: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que yo no os responderé, dijo el Señor DIOS.

¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Notifícales las abominaciones de sus padres;

y diles: Así dijo el Señor DIOS: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano por la simiente de la Casa de Jacob, y que fui conocido de ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano a ellos, diciendo: Yo soy el SEÑOR vuestro Dios;

aquel día que les alcé mi mano, y juré, que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;

entonces les dije: Cada uno eche de sí todo culto de dios fabricado por su carnal parecer, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.

Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron escucharme; no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.

Con todo, obré a causa de mi Nombre, para que no se infamare en los ojos de los gentiles en medio de los cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido de ellos, para sacarlos de tierra de Egipto.

10 Los saqué pues de la tierra de Egipto, y los traje al desierto;

11 y les di mis ordenanzas, y les declaré mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos.

12 Y les di también mis sábados que fueran por señal entre mí y ellos, para que supieran que yo soy el SEÑOR que los santifico.

13 Mas se rebeló contra mí la Casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.

14 Pero obré a causa de mi Nombre para que no se infamare a la vista de los gentiles, delante de cuyos ojos los saqué.

15 Y también yo les alcé mi mano en el desierto, y juré, que no los metería en la tierra que les di, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;

16 porque desecharon mis derechos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y mis sábados profanaron; porque tras sus ídolos iba su corazón.

17 Con todo, los perdonó mi ojo, no matándolos, ni los consumí en el desierto;

18 antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus ídolos.

19 Yo soy el SEÑOR vuestro Dios; andad en mis ordenanzas, y guardad mis derechos, y ponedlos por obra;

20 y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios.

21 Y los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.

22 Mas retraje mi mano, y obré por causa de mi Nombre para que no se infamara a vista de los gentiles, delante de cuyos ojos los saqué.

23 Y también les alcé yo mi mano en el desierto, y juré, que los esparciría entre los gentiles, y que los aventaría por las tierras;

24 porque no pusieron por obra mis derechos, y desecharon mis ordenanzas, y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron sus ojos.

25 Por eso yo también les di ordenanzas no buenas, y derechos por los cuales no vivieren;

26 y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego todo primogénito, para que los desolare, a fin de que supieran que yo soy el SEÑOR.

27 Por tanto, hijo de hombre, habla a la Casa de Israel, y diles: Así dijo el Señor DIOS: Aun en esto me blasfemaron vuestros padres cuando cometieron contra mí rebelión.

28 Porque yo los metí en la tierra sobre la cual había alzado mi mano que les había de dar, y miraron a todo collado alto, y a todo árbol espeso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron la irritación de sus ofrendas, allí pusieron también el olor de su suavidad, y allí derramaron sus libaciones.

29 Y yo les dije: ¿Qué es ese alto adonde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy.

30 Di, pues, a la Casa de Israel: Así dijo el Señor DIOS: ¿Por ventura no os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones?

31 Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy, ¿y he de responderos yo, Casa de Israel? Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que no os responderé.

32 Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como los gentiles, como las familias de las naciones, sirviendo a la madera y a la piedra.

33 Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado, tengo que reinar sobre vosotros;

34 y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado;

35 y os he de traer al desierto de pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara.

36 Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dijo el Señor DIOS.

37 Y os haré pasar bajo vara y os traeré en vínculo del pacto;

38 y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus destierros los sacaré, y a la tierra de Israel no vendrán; y sabréis que yo soy el SEÑOR.

39 Y vosotros, oh Casa de Israel, así dijo el Señor DIOS: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, pues que a mí no me escuchéis; y no profanéis más mi santo Nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros ídolos.

40 Porque en el monte de mi Santidad, en el alto monte de Israel, dijo el Señor DIOS, allí me servirá toda la Casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los querré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas.

41 Con su olor de suavidad os aceptaré, cuando os hubiere sacado de entre los pueblos, y os hubiere juntado de las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros en los ojos de los gentiles.

42 Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando os hubiere metido en la tierra de Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano que la daría a vuestros padres.

43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os avergonzaréis de vosotros mismos por todos vuestros pecados que cometisteis.

44 Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando hiciere con vosotros por causa de mi Nombre, no según vuestros caminos malos, ni según vuestras perversas obras, oh Casa de Israel, dijo el Señor DIOS.

45 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

46 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el mediodía, y derrama tu palabra al mediodía, y profetiza contra el bosque del campo del mediodía.

47 Y dirás al bosque del mediodía: Oye palabra del SEÑOR: Así dijo el Señor DIOS: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los rostros, desde el mediodía hasta el aquilón.

48 Y verá toda carne que yo, el SEÑOR, lo encendí; no se apagará.

49 Y dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?

21 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra sobre los santuarios, y profetiza sobre la tierra de Israel;

y dirás a la tierra de Israel: Así dijo el SEÑOR: He aquí, que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y talaré de ti al justo y al impío.

Y por cuanto talaré de ti al justo y al impío, por tanto, mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el aquilón:

y sabrá toda carne que yo, el SEÑOR, saqué mi espada de su vaina; no la envainaré más.

Y tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos, y con amargura; gime delante de los ojos de ellos.

Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? Dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón se desleirá, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla se irá en aguas; he aquí que viene, y se hará, dijo el Señor DIOS.

Y vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo:

Hijo de hombre, profetiza, y di: Así dijo el Señor DIOS: Di: La espada, la espada está afilada, y aun acicalada;

10 para degollar víctimas está afilada, acicalada está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? Viene menospreciando a la vara de mi hijo como a todo árbol.

11 Y lo dio a acicalar para tenerlo en la mano; la espada está afilada, y está acicalada, para entregarla en mano del matador.

12 Clama y aúlla, oh hijo de hombre; porque éste será sobre mi pueblo, será él sobre todos los príncipes de Israel. Temores de espada serán a mi pueblo; por tanto, hiere el muslo;

13 porque él será prueba. Y qué sería si no menospreciare la vara, dijo el Señor DIOS.

14 Tú, pues, hijo de hombre, profetiza y bate una mano con otra, y dóblese la espada la tercera vez, la espada de muertos; ésta es espada de gran matanza que los penetrará,

15 Para que el corazón desmaye, y las ruinas se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ay! Que es hecho para que relumbre, y es aderezado para degollar.

16 Ponte a una parte, ponte a la diestra, o ponte a la siniestra, hacia donde tu rostro se determinare.

17 Y yo también batiré mi mano con mi mano, y haré descansar mi ira. Yo, el SEÑOR, he hablado.

18 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

19 Y tú, hijo de hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos: y pinta un ejército; en el principio del camino de la ciudad lo harás.

20 El camino señalarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra Jerusalén la fuerte.

21 Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada, al principio de dos caminos, para tomar adivinación; acicaló saetas, consultó en ídolos, miró el hígado.

22 La adivinación fue a su mano derecha, sobre Jerusalén, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito, para poner ingenios contra las puertas, para fundar baluarte, y edificar fuerte.

23 Y les será como adivinación mentirosa en sus ojos, por estar juramentados con juramento a ellos; mas él trae a la memoria la iniquidad, para prenderlos.

24 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto habéis hecho venir en memoria vuestras iniquidades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto habéis venido en memoria, seréis tomados con la mano.

25 Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día es venido en el tiempo de la consumación de la iniquidad;

26 así dijo el Señor DIOS: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; al bajo alzaré, y al alto abatiré.

27 Del revés, del revés, del revés la tornaré; y no será esto más, hasta que venga aquel de quién es el derecho, y yo se lo entregaré.

28 Y tú, hijo de hombre, profetiza, y di: Así dijo el Señor DIOS sobre los hijos de Amón, y su oprobio. Dirás pues: La espada, la espada está desenvainada para degollar; acicalada para consumir con resplandor.

29 Te profetizan vanidad, te adivinan mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día es venido en el tiempo de la consumación de la iniquidad.

30 ¿La volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te tengo que juzgar.

31 Y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré soplar sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción.

32 Del fuego serás para ser consumido; tu sangre será en medio de la tierra; no habrá más memoria de ti: porque yo, el SEÑOR, he hablado.

22 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Y tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de la sangre inocente, y le mostrarás todas sus abominaciones?

Dirás, pues: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!

En tu sangre que derramaste eres culpable, y te has contaminado con tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tus días, y has llegado a tus años; por tanto, te he dado en oprobio a los gentiles, y en escarnio a todas las tierras.

Las que están cerca, y las que están lejos de ti, se reirán de ti, amancillada de fama, y de grande turbación.

He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, fueron en ti para derramar sangre.

Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con calumnia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.

Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.

Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti; hicieron en medio de ti suciedades.

10 La desnudez del padre descubrieron en ti; la inmunda de menstruo forzaron en ti.

11 Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti a su hermana, hija de su padre.

12 Soborno recibieron en ti para derramar sangre; usura y logro tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dijo el Señor DIOS.

13 Y he aquí, que herí mi mano a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de tus sangres que fueron en medio de ti.

14 ¿Estará firme tu corazón? ¿Tus manos serán fuertes en los días que obraré yo contra ti? Yo, el SEÑOR, he hablado, y lo haré.

15 Y yo te esparciré por los gentiles, y te aventaré por las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia.

16 Y tomarás heredad en ti a los ojos de los gentiles; y sabrás que yo soy el SEÑOR.

17 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

18 Hijo de hombre, la Casa de Israel se me ha tornado en escoria; todos ellos como bronce, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron.

19 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto todos vosotros os habéis tornado en escorias, por tanto, he aquí que yo os junto en medio de Jerusalén.

20 Como quien junta plata, bronce, hierro, plomo y estaño en medio del horno, para soplar fuego en él para fundir; así os juntaré en mi furor y en mi ira, y os haré reposar, y os fundiré.

21 Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos.

22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo, el SEÑOR, habré derramado mi enojo sobre vosotros.

23 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

24 Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.

25 La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella.

26 Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios, entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni entre inmundo y limpio hicieron manifestación; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era profanado en medio de ellos.

27 Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa, derramando sangre, para destruir las almas, para seguir su avaricia.

28 Y sus profetas los pañetaban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así dijo el Señor DIOS; y el SEÑOR no había hablado.

29 El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al pobre y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho.

30 Y busqué de ellos hombre que hiciera vallado y que se pusiera al portillo delante de mí por la tierra, para que yo no la destruyera; y no le hallé.

31 Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el fuego de mi ira los consumí; torné el camino de ellos sobre su cabeza, dijo el Señor DIOS.

23 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre,

las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad.

Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron, Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.

Y Ahola cometió fornicación en mi poder; y se enamoró de sus amantes, los asirios sus vecinos,

vestidos de cárdeno, capitanes y príncipes, mancebos todos de codiciar, caballeros que andaban a caballo.

Y puso sus fornicaciones con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos.

Y no dejó sus fornicaciones de Egipto, porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación.

Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado.

10 Ellos descubrieron sus vergüenzas, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser de nombre entre las mujeres, pues en ella hicieron juicios.

11 Y lo vio su hermana Aholiba, y corrompió su amor más que ella; y sus fornicaciones, más que las fornicaciones de su hermana.

12 Se enamoró de los hijos de los asirios, sus vecinos, capitanes y príncipes, vestidos en perfección, caballeros que andaban a caballo, todos ellos mancebos de codiciar.

13 Y vi que se había contaminado, y que un camino era el de ambas.

14 Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio unos hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color,

15 ceñidos de cintos por sus lomos, y mitras pintadas en sus cabezas, teniendo todos ellos parecer de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de caldeos,

16 se enamoró de ellos viéndolos, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos.

17 Y entraron a ella los hombres de Babilonia a la cama de los amores, y la contaminaron con su fornicación; y ella también se contaminó con ellos, y su alma se descoyuntó de ellos.

18 Así hizo patentes sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas; por lo cual mi alma se descoyuntó de ella, como se había ya hartado mi alma de su hermana.

19 Aun multiplicó sus fornicaciones trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto.

20 Y se enamoró de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos.

21 Así tornaste a la memoria la suciedad de tu juventud, cuando estrujaron tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad.

22 Por tanto, Aholiba, así dijo el Señor DIOS: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se hartó tu deseo, y yo les haré venir contra ti en derredor;

23 los de Babilonia, y todos los caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos; mancebos todos ellos de codiciar, capitanes y príncipes, todos ellos; nobles y principales, que montan a caballo todos ellos.

24 Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán.

25 Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán tus hijos y tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego.

26 Y te desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria.

27 Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto; ni más levantarás a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto.

28 Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo;

29 los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones.

30 Estas cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de los gentiles, con los cuales te contaminaste con sus ídolos.

31 En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano.

32 Así dijo el Señor DIOS: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán los gentiles, y te escarnecerán; de gran cabida será el cáliz.

33 Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de asolamiento, por el cáliz de tu hermana Samaria.

34 Lo beberás pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y tus pechos arrancarás; porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS.

35 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones.

36 Y me dijo el SEÑOR: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola, y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones?

37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar por el fuego a ellos, quemándolos.

38 Aun esto más me hicieron; contaminaron mi Santuario en aquel día, y profanaron mis sábados;

39 pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi Santuario el mismo día para contaminarlo y he aquí, así hicieron en medio de mi Casa.

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