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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Oseas 13:7 - Amós 9:10

Por tanto yo seré para ellos como un león; los acecharé como un leopardo en el camino. Les saldré al encuentro como una osa que ha perdido sus crías y les desgarraré la caja del corazón. Allí los devoraré como león, como los despedaza un animal del campo.

No habrá socorro para Israel

“Yo te destruiré, oh Israel. ¿Quién te podrá socorrer? 10 ¿Dónde está tu rey para que te salve en todas tus ciudades? ¿Qué de tus jueces, de quienes decías: ‘Dame rey y gobernantes’? 11 En mi furor yo te di rey y en mi ira lo quité.

12 “Atada está la maldad de Efraín; su pecado está bien guardado. 13 Dolores de mujer que da a luz le sobrevendrán. Pero él es un hijo torpe que no se presenta al tiempo de nacer. 14 ¿Los redimiré del poder del Seol? ¿Los rescataré de la Muerte? ¿Dónde está, oh Muerte, tu espina? ¿Dónde está, oh Seol, tu aguijón? La compasión se ha ocultado de mis ojos. 15 Aunque él fructifique entre los hermanos vendrá el solano, el viento del SEÑOR, subiendo del desierto; y su fuente se secará y se agotará su manantial. Él saqueará el tesoro de todas las cosas preciosas. 16 Samaria será desolada porque se rebeló contra su Dios. Ellos caerán a espada; sus niños serán estrellados y sus mujeres encintas serán reventadas”.

Arrepentimiento y restauración

14 ¡Vuelve, oh Israel, al SEÑOR tu Dios; porque por tu pecado has caído! Tomen con ustedes estas palabras y vuelvan al SEÑOR. Díganle: “Quita toda la iniquidad y acéptanos con benevolencia; te ofrecemos el fruto de nuestros labios. No nos librará Asiria; no montaremos sobre caballos ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: ‘Dioses nuestros’; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.

“Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente porque mi furor se habrá apartado de ellos. Yo seré a Israel como el rocío; él florecerá como lirio y echará sus raíces como el Líbano. Sus ramas se extenderán. Su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano. Volverán y se sentarán bajo su sombra. Cultivarán el trigo y florecerán como la vid. Su fragancia será como el vino del Líbano. ¿Qué más tiene[a] que ver Efraín con los ídolos? Soy yo quien le responderá y velará por él. Yo soy como el ciprés verde; debido a mí será hallado fruto en ti”.

¿Quién es sabio para entender estas cosas y prudente para que las conozca? Ciertamente los caminos del SEÑOR son rectos y los justos andarán por ellos; pero los rebeldes tropezarán en ellos.

Devastación causada por la langosta

La palabra del SEÑOR que vino a Joel hijo de Petuel. Escuchen esto, ancianos; y presten atención, todos los habitantes de la tierra. ¿Ha sucedido algo semejante en sus días o en los de sus padres? Contarán de esto a los hijos de ustedes, y ellos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación. Lo que dejó la oruga lo comió la langosta, y lo que dejó la langosta lo comió el pulgón, y lo que dejó el pulgón lo comió el saltón.

¡Despierten, borrachos, y lloren! ¡Giman, todos los que beben vino, porque el mosto es quitado de su boca! Porque un pueblo ha subido a mi tierra, fuerte y sin número. Sus dientes son como dientes de león, y sus muelas son de leona. Ha convertido mi vid en desolación y mi higuera en tronco. La ha desnudado por completo y la ha derribado; sus ramas han quedado blancas.

¡Suspira tú, como una joven ceñida de cilicio a causa del marido de su juventud! Han sido eliminadas de la casa del SEÑOR la ofrenda vegetal y la libación. Los sacerdotes que sirven al SEÑOR están de duelo. 10 El campo es devastado y la tierra se enluta; porque el trigo es destruido, se seca el mosto y se agota el aceite.

11 Constérnense, oh labradores; giman, oh viñadores, por el trigo y la cebada; porque se ha perdido la cosecha del campo. 12 Se seca la vid, se echa a perder la higuera; también el granado, la palmera y el manzano. Se han secado todos los árboles del campo, por lo cual se ha desvanecido la alegría de los hijos del hombre.

Asamblea a causa de la devastación

13 ¡Cíñanse y hagan duelo, oh sacerdotes! ¡Giman, oh servidores del altar! Vengan, duerman sobre cilicio, oh servidores de mi Dios; porque la ofrenda vegetal y líquida han sido quitadas de la casa de su Dios. 14 Pregonen ayuno, convoquen a una asamblea, reúnan a los ancianos y a todos los habitantes del país en la casa del SEÑOR su Dios, e invoquen al SEÑOR. 15 ¡Ay por aquel día! Porque cercano está el día del SEÑOR; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso[b]. 16 ¿No ha sido arrancado el sustento de delante de nuestros ojos, la alegría y el júbilo de la casa de nuestro Dios? 17 Del todo se han secado los higos. Sus eras están arruinadas[c]. Han sido desolados los depósitos y destruidos los graneros por haberse acabado el grano. 18 ¡Cómo gimen los animales! ¡Cuán aturdidos andan los hatos de bueyes porque no hay pastos para ellos! También están sufriendo los rebaños de ovejas.

19 A ti, oh SEÑOR, clamaré, porque el fuego ha consumido los pastizales y la llama ha abrasado a todos los árboles del campo. 20 También los animales del campo jadean detrás de ti porque se han secado los arroyos de agua y el fuego ha devorado los pastizales.

La devastación del día del señor

¡Toquen la corneta en Sion y griten en mi santo monte! ¡Tiemblen todos los habitantes de la tierra porque viene el día del SEÑOR! ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y de densa neblina! Como negrura que se despliega sobre las montañas es un ejército grande y fuerte. ¡Nunca antes ha subido algo semejante ni después de ello ocurrirá por años, de generación en generación! Delante consume el fuego, y detrás abrasa la llama. La tierra que antes era como el jardín de Edén será después como desierto desolado. ¡No habrá quien escape!

Su aspecto es como el aspecto de caballos y corren como gente de a caballo. Con estruendo de carros saltan sobre las cumbres de los montes, con crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca como pueblo fuerte listo para la batalla. Delante de él tiemblan los pueblos y palidecen todos los semblantes. Corren como valientes; como hombres de guerra escalan la muralla. Cada uno sigue su camino y no abandonan sus sendas. Ninguno tropieza con su compañero; cada uno va por su calzada. Aun cayendo a causa de la espada no rompen su formación en la ciudad. Van saltando por el muro, corren por las casas, suben por las ventanas y entran como ladrones. 10 Delante de ellos tiembla la tierra y se estremecen los cielos. El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retiran su fulgor.

11 El SEÑOR da la voz delante de su ejército. Enorme es su campamento y poderoso es el que ejecuta su palabra. Grande y temible es el día del SEÑOR. ¿Quién lo podrá resistir?

Llamado a arrepentirse y a orar

12 “Pero aun ahora”, dice el SEÑOR, “vuélvanse a mí con todo su corazón, con ayuno, llanto y lamento. 13 Desgarren su corazón y no sus vestidos”.

Vuelvan al SEÑOR, su Dios, porque él es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y desiste del castigo. 14 ¿Quién sabe si desiste, cambia de parecer y deja tras sí bendición, es decir, ofrenda vegetal y líquida para el SEÑOR su Dios?

15 ¡Toquen la corneta en Sion; pregonen ayuno! ¡Convoquen a la asamblea! 16 ¡Reúnan al pueblo; santifiquen la congregación; agrupen a los ancianos; reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Salga el novio de su cámara nupcial y la novia de su dosel! 17 Los sacerdotes que sirven al SEÑOR lloren entre el vestíbulo y el altar. Digan: “Perdona, oh SEÑOR, a mi pueblo. No entregues tu heredad a la afrenta para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: ‘¿Dónde está su Dios?’ ”.

Futura restauración y prosperidad

18 Entonces el SEÑOR tuvo celo por su tierra y se apiadó de su pueblo. 19 El SEÑOR respondió a su pueblo diciendo: “He aquí, yo les envío granos, vino nuevo y aceite; y serán saciados. Nunca más los entregaré como afrenta en medio de las naciones. 20 Yo haré que se aleje de ustedes lo que viene del norte. Lo arrojaré a tierra seca y desierta; su vanguardia hacia el mar oriental[d] y su retaguardia hacia el mar occidental[e]. Se levantará su hedor y subirá su putrefacción”. ¡Porque ha hecho grandes cosas!

21 “¡Oh tierra, no temas! ¡Alégrate y regocíjate porque el SEÑOR ha hecho grandes cosas! 22 No teman, animales del campo, porque los pastizales reverdecerán; porque los árboles llevarán su fruto; la higuera y la vid darán su riqueza. 23 Ustedes también, oh hijos de Sion, alégrense y regocíjense en el SEÑOR su Dios, porque les ha dado la lluvia primera en su justa medida. También hará descender sobre ustedes la lluvia temprana y la tardía, como antes. 24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite. 25 Yo les restituiré los años que comieron la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta; mi gran ejército que envié contra ustedes. 26 Comerán hasta saciarse y alabarán el nombre del SEÑOR su Dios, quien ha hecho maravillas con ustedes. Y nunca más será avergonzado mi pueblo. 27 Así sabrán que estoy en medio de Israel, que yo soy el SEÑOR su Dios y que no hay otro. Y nunca más será avergonzado mi pueblo.

Derramamiento del Espíritu Santo

28 “Sucederá después de esto que derramaré mi Espíritu sobre todo mortal. Sus hijos y sus hijas profetizarán. Sus ancianos tendrán sueños; y sus jóvenes visiones. 29 En aquellos días también derramaré mi Espíritu sobre los siervos y las siervas. 30 Realizaré prodigios en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día del SEÑOR, grande y temible. 32 Y sucederá que cualquiera que invoque el nombre del SEÑOR será salvo, porque en el monte Sion y en Jerusalén estarán los libertados, como ha dicho el SEÑOR; y entre los sobrevivientes estarán aquellos que el SEÑOR ha llamado.

El SEÑOR juzga a las naciones

“He aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure de la cautividad a Judá y a Jerusalén, reuniré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat[f]. Allí entraré en juicio contra ellas a causa de mi pueblo, de Israel mi heredad, al cual esparcieron entre las naciones, y luego se repartieron mi tierra. Sobre mi pueblo echaron suertes; por el niño pagaron como por prostituta y vendieron a la niña por vino para beber.

“Ustedes también, oh Tiro, oh Sidón y todas las comarcas de Filistea, ¿qué son para mí? ¿Quieren vengarse de mí? Si de mí se vengan, bien pronto haré que recaiga la paga sobre sus cabezas porque han llevado mi plata y mi oro. Mis cosas preciosas y hermosas han introducido en sus templos[g]. Vendieron los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos[h] para alejarlos de sus territorios. He aquí, yo los despertaré en el lugar a donde los vendieron y volveré su paga sobre su cabeza. Yo venderé a sus hijos y a sus hijas en mano de los hijos de Judá, y estos los venderán a los sabeos, a una nación distante, porque el SEÑOR ha hablado”.

¡Proclamen esto entre las naciones, declaren guerra santa, convoquen a los valientes! Acérquense y acudan todos los hombres de guerra. 10 Hagan espadas de sus rejas de arado y lanzas de sus podaderas. Diga el débil: “Soy valiente”. 11 Apresúrense y acudan todas las naciones de alrededor; congréguense allá. ¡Haz que desciendan allá tus valientes, oh SEÑOR!

12 “Despierten las naciones y vayan al valle de Josafat, porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. 13 Metan la hoz porque el grano ya está maduro. Vengan, pisoteen porque el lagar está lleno y rebosan las cubas; pues mucha es la maldad de ellos.

14 “Multitudes, multitudes están en el valle de la decisión porque está cercano el día del SEÑOR en el valle de la decisión. 15 El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retiran su fulgor. 16 El SEÑOR ruge desde Sion y da su voz desde Jerusalén. Tiemblan los cielos y la tierra, pero el SEÑOR es refugio para su pueblo y fortaleza para los hijos de Israel. 17 Y conocerán que yo soy el SEÑOR su Dios que habito en Sion, mi santo monte. Santa será Jerusalén y los extraños no pasarán más por ella.

Vindicación y gloria de Sion

18 “En aquel día sucederá que los montes gotearán jugo de uvas, las colinas fluirán leche y correrán aguas por todos los arroyos de Judá. Un manantial saldrá de la casa del SEÑOR y regará el valle de Sitim. 19 Egipto será convertido en desolación, y Edom en desierto desolado por la violencia hecha a los hijos de Judá; porque en su tierra derramaron la sangre inocente. 20 Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén de generación en generación. 21 Yo tomaré venganza de la sangre y a nadie daré por inocente[i]”.

¡El SEÑOR habita en Sion!

Las palabras de Amós, uno de los pastores de Tecoa, sobre lo que vio acerca de Israel en los días de Uzías rey de Judá, y en los días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. Dijo Amós: “¡El SEÑOR ruge desde Sion y da su voz desde Jerusalén! Se enlutan los prados de los pastores y se seca la cumbre del Carmelo”.

Juicios contra las naciones vecinas

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Damasco, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque trillaron a Galaad con trillos de hierro, enviaré fuego a la casa de Hazael, el cual devorará los palacios de Ben-hadad. Romperé los cerrojos de Damasco, exterminaré a los habitantes del valle de Avén y al que porta el cetro en Bet-edén. Y el pueblo de Siria será llevado cautivo a Quir”, ha dicho el SEÑOR.

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Gaza, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom, enviaré fuego al muro de Gaza, el cual devorará sus palacios. Exterminaré a los habitantes de Asdod y al que porta el cetro en Ascalón. Volveré mi mano contra Ecrón y perecerán los sobrevivientes de Filistea”, ha dicho el SEÑOR Dios[j].

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Tiro, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque entregaron cautivo a todo un pueblo a Edom y no se acordaron del pacto de sus hermanos, 10 enviaré fuego al muro de Tiro, el cual devorará sus palacios”.

11 Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Edom, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque persiguió con espada a su hermano y suprimió su compasión, y porque en su furor siempre ha destrozado y ha guardado continuamente el rencor, 12 enviaré fuego a Temán, el cual devorará los palacios de Bosra”.

13 Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de los hijos de Amón, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque para ensanchar su territorio reventaron a las mujeres de Galaad que estaban embarazadas, 14 prenderé fuego en el muro de Rabá, el cual devorará sus palacios con clamor en el día de la batalla y con tormenta en el día de la tempestad. 15 Su rey irá al cautiverio, él y todos sus principales”, ha dicho el SEÑOR.

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Moab, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque quemaron los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos, enviaré fuego a Moab, el cual devorará los palacios de Queriot. Moab morirá en medio de alboroto, con clamor y sonido de corneta. Yo quitaré al juez de en medio de ellos y junto con él mataré a sus magistrados”, ha dicho el SEÑOR.

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Judá, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque despreciaron la ley del SEÑOR y no guardaron sus decretos, y porque les hicieron errar sus mentiras tras las cuales anduvieron sus padres, enviaré fuego a Judá el cual devorará los palacios de Jerusalén”.

El juicio contra Israel

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Israel, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque venden por dinero al justo y al pobre por un par de zapatos, codician hasta el polvo de la tierra que está sobre la cabeza de los empobrecidos y trastornan el camino de la gente humilde. Un hombre y su hijo tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo nombre. Sobre ropas retenidas en prenda se recuestan junto a cualquier altar, y en la casa de sus dioses beben el vino de los multados.

Oportunidades que Israel perdió

“Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya estatura era como la altura de los cedros y que era fuerte como una encina. Destruí su fruto arriba y sus raíces abajo. 10 Los hice subir de la tierra de Egipto y durante cuarenta años los hice caminar por el desierto, y caminé con ustedes por el desierto para que poseyeran la tierra del amorreo. 11 Levanté profetas de sus hijos y nazareos de sus jóvenes. ¿No es esto así, hijos de Israel?, dice el SEÑOR. 12 Pero ustedes dieron de beber vino a los nazareos y a los profetas mandaron diciendo: ‘¡No profeticen!’. 13 Yo, pues, haré tambalear sus pies como se tambalea la carreta repleta de gavillas.

14 “El veloz no alcanzará refugio; al fuerte no le ayudará su fuerza ni librará su vida el valiente. 15 El que toma el arco no resistirá ni escapará el rápido de pies ni el que monta a caballo salvará su vida. 16 El más valiente de los valientes huirá desnudo en aquel día”, dice el SEÑOR.

Amós defiende el llamado profético

Oigan esta palabra que el SEÑOR ha hablado contra ustedes, oh hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: “Solamente a ustedes he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, los castigaré por todas sus maldades. ¿Andarán dos juntos, a menos que se pongan de acuerdo? ¿Rugirá el león en el bosque sin haber cazado presa? ¿Dará su rugido el cachorro de león desde su guarida sin haber atrapado algo? ¿Caerá el ave en la trampa en la tierra sin haber cazador? ¿Se alzará la trampa del suelo sin haber atrapado algo? ¿Se tocará la corneta en la ciudad y no se estremecerá el pueblo? ¿Habrá alguna calamidad en la ciudad sin que el SEÑOR la haya hecho?”.

Así, nada hará el SEÑOR Dios[k] sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. Si ruge el león, ¿quién no temerá? Si habla el SEÑOR Dios[l], ¿quién no profetizará?

Profecía de la venida del enemigo

Proclamen en los palacios de Asdod[m] y en los palacios de la tierra de Egipto, y digan: “¡Reúnanse sobre los montes de Samaria y vean los muchos tumultos y la opresión que hay en medio de ella! 10 No saben hacer lo recto, los que atesoran violencia y despojo en sus palacios”, dice el SEÑOR. 11 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[n]: “Un enemigo vendrá por todos los lados de la tierra. Echará abajo tu fortaleza y tus palacios serán saqueados. 12 Así dice el SEÑOR: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas o la punta de la oreja, así escaparán los hijos de Israel que en Samaria se sientan en un borde de la cama o en un diván de Damasco.

13 “Oigan y testifiquen contra la casa de Jacob, dice el SEÑOR Dios de los Ejércitos. 14 El día en que castigue las rebeliones de Israel también castigaré los altares de Betel. Serán derribados los cuernos del altar y caerán al suelo. 15 Yo golpearé la casa de invierno junto con la casa de verano y las casas de marfil perecerán. ¡Muchas casas serán arruinadas!”, dice el SEÑOR.

Contra las mujeres indolentes

Oigan esta palabra, oh vacas de Basán que están en el monte de Samaria, que oprimen a los pobres, que quebrantan a los necesitados, que dicen a sus maridos: “¡Traigan y bebamos!”. El SEÑOR Dios[o] juró por su santidad: “He aquí, vienen días sobre ustedes en que serán llevadas con ganchos y a sus descendientes con anzuelos de pescar. ¡Saldrán por las brechas una tras otra y serán arrojadas hacia el Hermón[p]!”, dice el SEÑOR.

Castigos que no corrigieron a Israel

“¡Vayan a Betel y rebélense! ¡A Gilgal y multipliquen la rebelión! ¡Traigan de mañana sus sacrificios y sus diezmos al tercer día! ¡Quemen pan con levadura como ofrenda de acción de gracias! ¡Pregonen, anuncien ofrendas voluntarias, ya que eso es lo que les gusta, oh hijos de Israel!”, dice el SEÑOR Dios[q].

“Por mi parte, yo los he tenido a diente limpio en todas sus ciudades y con falta de pan en todos sus pueblos. Pero no se volvieron a mí”, dice el SEÑOR.

“También les detuve la lluvia cuando faltaban tres meses para la siega. Hice llover sobre una ciudad y sobre otra no hice llover. Sobre una parcela llovió, y la parcela sobre la cual no llovió se secó. Acudían dos o tres ciudades a otra ciudad para beber agua y no se saciaban. Pero no se volvieron a mí”, dice el SEÑOR.

“Yo los golpeé con tizón y añublo. La langosta comió sus muchos huertos, sus viñas, sus higueras y sus olivos. Pero no se volvieron a mí”, dice el SEÑOR.

10 “Envié entre ustedes una plaga como en Egipto. Maté a espada a sus jóvenes mientras sus caballos eran capturados. Hice que el hedor de sus campamentos subiera a sus narices. Pero no se volvieron a mí”, dice el SEÑOR.

11 “Los trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fueron cual leño salvado del fuego. Pero no se volvieron a mí”, dice el SEÑOR.

12 “Por tanto, de esta manera te haré, oh Israel. Y porque voy a hacerte esto, ¡prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel!”.

13 Porque he aquí, el que forma las montañas y crea el viento y revela al hombre su pensamiento, el que hace a la aurora tinieblas y pisa sobre las alturas de la tierra, ¡el SEÑOR Dios de los Ejércitos es su nombre!

Lamento por la ruina de Israel

Oigan esta palabra que yo pronuncio como lamento por ustedes, oh casa de Israel:

¡Cayó la virgen de Israel

para no volverse a levantar!

Sobre su suelo yace abandonada

y no hay quien la levante.

Porque así dice el SEÑOR Dios[r]

a la casa de Israel:

“La ciudad que salía con mil quedará con cien,

y la que salía con cien

quedará con diez”.

Llamado al arrepentimiento

Porque así ha dicho el SEÑOR a la casa de Israel: “¡Búsquenme y vivirán! Y no busquen a Betel ni entren en Gilgal ni pasen a Beerseba; porque Gilgal será llevada en cautiverio y Betel será convertida en nada”.

¡Busquen al SEÑOR y vivan! No sea que él acometa como fuego contra la casa de José y consuma a Betel sin que haya quien lo apague. Ustedes que convierten el derecho en ajenjo y echan por tierra la justicia, busquen al que hizo las Pléyades y el Orión, que a las tinieblas convierte en mañana, y que hace oscurecer el día hasta que se hace noche. Busquen al que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra. ¡El SEÑOR es su nombre! Él es el que irrumpe con destrucción contra la fortaleza, de modo que la destrucción alcance a la plaza fuerte.

10 Ellos aborrecen al que los amonesta en el tribunal y abominan al que habla lo recto. 11 Por tanto, puesto que pisotean al pobre y toman de él tributo de granos, aunque hayan edificado casas de piedra labrada no las habitarán. Plantaron hermosas viñas pero no beberán el vino de ellas. 12 Porque yo conozco sus muchas rebeliones y sus grandes pecados: que hostilizan al justo, que toman soborno y que hacen perder su causa a los pobres en el tribunal. 13 Por eso, en tal tiempo el prudente calla, porque es tiempo malo.

14 ¡Busquen el bien y no el mal para que vivan! Así estará con ustedes el SEÑOR Dios de los Ejércitos, como dicen. 15 Aborrezcan el mal y amen el bien. Establezcan el juicio en el tribunal; quizás el SEÑOR Dios de Israel tenga piedad del remanente de José.

16 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios de los Ejércitos, el Señor: “En todas las plazas habrá llanto y en todas las ciudades dirán: ‘¡Ay, ay!’. Convocarán a duelo al labrador y a lamentación a los que saben entonar lamentos. 17 En todas las viñas habrá llanto porque pasaré por en medio de ti”, ha dicho el SEÑOR.

18 ¡Ay de los que anhelan el día del SEÑOR! ¿Para qué quieren este día del SEÑOR? Será día de tinieblas y no de luz. 19 Será como el que huye de un león y choca con un oso; entra en casa y apoya su mano en la pared, y lo muerde una serpiente. 20 ¿No será el día del SEÑOR para él tinieblas y no luz, oscuridad y no resplandor?

Rechazo del culto extraño y vacío

21 “Aborrezco, rechazo las festividades de ustedes, y no me huelen bien sus asambleas festivas. 22 Aunque me ofrezcan sus holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptaré ni miraré sus sacrificios de paz de animales engordados. 23 Quita de mí el bullicio de tus canciones, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. 24 Más bien, corra el derecho como agua y la justicia como arroyo permanente.

25 “¿Acaso me ofrecieron sacrificios y ofrendas vegetales en el desierto durante cuarenta años, oh casa de Israel? 26 Al contrario, llevaron el tabernáculo de sus ídolos Moloc y Quiún, la estrella de sus dioses que se han hecho. 27 Por tanto, yo haré que los lleven cautivos más allá de Damasco”, ha dicho el SEÑOR, cuyo nombre es Dios de los Ejércitos.

Contra los dirigentes indolentes

¡Ay de los que viven reposados en Sion y de los confiados en el monte de Samaria, señalados como los principales de las naciones y a quienes acuden los de la casa de Israel! Pasen a Calne y miren. De allí vayan a la gran Hamat. Luego desciendan a Gat de los filisteos. ¿Acaso son mejores que aquellos reinos? ¿Acaso el territorio de ellos era mayor que el de ustedes?

Ustedes suponen que el día malo está lejos y acercan la sede del terror. Duermen en camas de marfil, se extienden sobre sus lechos y comen los corderos del rebaño y los terneros de engorde. Improvisan al son de la lira e inventan instrumentos musicales al estilo de David. Beben vino en grandes copas, se ungen con los más finos perfumes y no se afligen por la ruina de José. Por tanto, ahora serán llevados a la cabeza de los cautivos, ¡y se acabará el banquete de los holgazanes!

El SEÑOR Dios[s] ha jurado por su alma; el SEÑOR Dios de los Ejércitos dice: “Abomino la soberbia de Jacob y aborrezco sus palacios. Entregaré al enemigo la ciudad y todo lo que hay en ella”. Acontecerá que si quedan diez hombres en una casa, morirán, 10 y su pariente lo tomará para incinerarlo. Al sacar sus restos de la casa preguntará al que se encuentra en la parte más recóndita: “¿Hay algún otro contigo?”. Este responderá: “¡Nadie!”. Y le dirá: “¡Calla; no hay que mencionar el nombre del SEÑOR!”. 11 Porque he aquí, el SEÑOR ha mandado que sea reducida a escombros la casa mayor y a ruinas la casa menor.

12 ¿Acaso corren los caballos por las peñas? ¿Se arará con bueyes en el mar? Pero ustedes han convertido el derecho en veneno y el fruto de la justicia en ajenjo. 13 Ustedes se alegran por Lo-debar y dicen: “¿Acaso no hemos tomado Carnaim con nuestra fuerza?”.

14 “Pues he aquí, oh casa de Israel, yo levantaré sobre ustedes una nación que los oprimirá desde Lebo-hamat hasta el arroyo del Arabá”, dice el SEÑOR Dios de los Ejércitos.

Tres visiones de destrucción

Así me mostró el SEÑOR Dios[t]: He aquí que él formaba un enjambre de langostas cuando comenzaba a brotar el heno tardío, después de la siega del rey. Aconteció que cuando acababan de comer la hierba de la tierra, dije:

—¡Oh SEÑOR Dios[u], perdona, por favor! ¿Cómo podrá levantarse Jacob que es tan pequeño?

El SEÑOR desistió de ello.

—No será así —ha dicho el SEÑOR—.

Así me mostró el SEÑOR Dios[v]: He aquí que el SEÑOR Dios[w] convocó para juzgar por fuego, y el fuego consumió el gran océano y una parte de la tierra. Yo dije:

—¡Oh SEÑOR Dios[x], desiste, por favor! ¿Cómo podrá restablecerse Jacob que es tan pequeño?

El SEÑOR desistió de ello.

—No será así tampoco —dijo el SEÑOR Dios[y]—.

Así me mostró: He aquí que el Señor estaba de pie sobre un muro hecho a plomo, y en su mano tenía una plomada de albañil. Entonces me preguntó el SEÑOR:

—¿Qué ves, Amós?

Yo respondí:

—Una plomada de albañil.

Y el SEÑOR dijo:

—He aquí yo pongo una plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel. ¡No lo soportaré más! Los altares de Isaac serán destruidos y los santuarios de Israel quedarán desolados. Y me levantaré con espada contra la casa de Jeroboam.

Confrontación de Amós con Amasías

10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: “Amós ha conspirado contra ti en medio de la casa de Israel. ¡La tierra no puede soportar todas sus palabras! 11 Así ha dicho Amós: ‘Jeroboam morirá a espada e Israel saldrá de su tierra en cautiverio’ ”.

12 Y Amasías dijo a Amós:

—¡Vidente, vete; huye a la tierra de Judá y come allá tu pan! Profetiza allá 13 y no profetices más en Betel porque es el santuario del rey y la casa del reino.

14 Respondió Amós y dijo a Amasías:

—Yo no soy profeta ni hijo de profeta; soy ganadero y cultivador de higos silvestres. 15 Pero el SEÑOR me tomó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”. 16 Ahora pues, escucha la palabra del SEÑOR: Tú dices:“No profetices contra Israel ni prediques contra la casa de Isaac”. 17 Por tanto, así dice el SEÑOR: “Tu mujer se prostituirá en la ciudad; tus hijos y tus hijas caerán a espada. Tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra inmunda, e Israel definitivamente será llevado cautivo de su tierra”.

Visión del fin del reino de Israel

Así me mostró el SEÑOR Dios[z]: He aquí una cesta con frutas de verano. Y me preguntó

—¿Qué ves, Amós?

Yo respondí:

—Una cesta de frutas de verano[aa].

Entonces el SEÑOR me dijo:

—¡Ha llegado el final[ab] de mi pueblo Israel! ¡No lo soportaré más! En aquel día gemirán los cantores del templo, dice el SEÑOR Dios[ac]. Muchos serán los cadáveres; en todo lugar serán arrojados en silencio.

»Oigan esto, los que pisotean a los necesitados y arruinan a los pobres de la tierra diciendo: “¿Cuándo pasará la luna nueva para que vendamos el trigo y el sábado para que abramos los almacenes del trigo; para que reduzcamos el peso y aumentemos el precio falsificando fraudulentamente las balanzas; para comprar a los pobres por dinero y a los necesitados por un par de zapatos; para que vendamos los desechos del trigo?”.

El SEÑOR ha jurado por la gloria de Jacob: “¡No me olvidaré jamás de todas las cosas que han hecho! ¿No temblará la tierra por esto? ¿No harán duelo todos sus habitantes? Subirá toda como el río Nilo; se agitará y mermará como el Nilo de Egipto. Sucederá en aquel día, dice el SEÑOR Dios[ad], que haré que el sol se oculte al medio día, y en pleno día haré que la tierra sea cubierta de tinieblas. 10 Convertiré las fiestas de ustedes en duelo y todas sus canciones en cantos fúnebres. Haré que todos los lomos se cubran de luto y que se rapen todas las cabezas. Traeré a ella duelo como por hijo único y su final será un día de amargura.

Hambre y sed de la Palabra de Dios

11 “He aquí que vienen días, dice el SEÑOR Dios[ae], en los cuales enviaré hambre a la tierra; no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír las palabras del SEÑOR. 12 Irán errantes de mar a mar. Desde el norte hasta el oriente andarán errantes buscando palabra del SEÑOR y no la encontrarán. 13 En aquel día desmayarán de sed las bellas muchachas y los jóvenes. 14 Los que juran por la culpa de Samaria diciendo: ‘¡Viva tu dios, oh Dan!’ y, ‘¡Que viva el camino de Beerseba!’, caerán y nunca más se levantarán”.

Vanos recursos para escapar de Dios

Vi al Señor que estaba de pie sobre el altar, y dijo: “¡Golpea los capiteles de las columnas y estremézcanse los umbrales! Hazlos pedazos sobre las cabezas de todos ellos, y a sus descendientes los mataré a espada. ¡De ellos no habrá quien se fugue ni escape!

“Aunque caven hasta el Seol, de allá los tomará mi mano. Si suben hasta los cielos, de allá los haré bajar. Si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré. Aunque se escondan de mis ojos en el fondo del mar, allí mandaré la serpiente y los morderá. Aunque vayan cautivos delante de sus enemigos, allí mandaré la espada que los matará. Sobre ellos pondré mis ojos para mal y no para bien”.

El SEÑOR Dios[af] de los Ejércitos es el que toca la tierra y ella se derrite. Hacen duelo todos los que habitan en ella. Toda la tierra sube como el Nilo y luego merma como el Nilo de Egipto. Él edifica su morada en los cielos y pone en la tierra los cimientos de su firmamento. Convoca las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra. ¡El SEÑOR es su nombre!

Israel no escapará del juicio divino

“Oh hijos de Israel, ¿acaso no son para mí como los hijos de los etíopes?, dice el SEÑOR. ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, a los filisteos de Caftor y a los sirios de Quir? He aquí, los ojos del SEÑOR Dios[ag] están contra el reino pecador. Yo lo destruiré de sobre la faz de la tierra, pero no destruiré del todo a la casa de Jacob, dice el SEÑOR. Pues he aquí que yo mandaré y haré que la casa de Israel sea sacudida entre las naciones, como se sacude en un harnero sin que caiga a tierra un solo grano. 10 Pero a espada morirán todos los pecadores de mi pueblo que dicen: ‘No se acercará ni nos alcanzará el desastre’.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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