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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Éxodo 15:19-28:43

19 Cuando los carros de guerra, sus conductores y los caballos del faraón entraron al mar, el Señor hizo que las aguas cayeran con fuerza sobre ellos. ¡Pero el pueblo de Israel había cruzado por en medio del mar, pisando tierra seca!

20 Entonces la profetisa Miriam, hermana de Aarón, tomó una pandereta, se puso al frente, y todas las mujeres la siguieron, danzando y tocando sus panderetas. 21 Y Miriam entonaba este cántico:

«Canten al Señor,
    porque ha triunfado gloriosamente;
arrojó al mar al caballo y al jinete».

Agua amarga en Mara

22 Entonces Moisés guio al pueblo de Israel lejos del mar Rojo, y se internaron en el desierto de Shur. Viajaron por este desierto durante tres días sin encontrar agua. 23 Cuando llegaron al oasis de Mara, no pudieron beber el agua porque era demasiado amarga. Por eso llamaron al lugar Mara (que significa «amarga»).

24 Entonces la gente se quejó y se puso en contra de Moisés. «¿Qué vamos a beber?», reclamaron. 25 Así que Moisés clamó al Señor por ayuda, y él le mostró un trozo de madera. Moisés echó la madera al agua, y el agua se volvió potable.

Fue allí, en Mara, donde el Señor estableció el siguiente decreto como una norma para probar la fidelidad del pueblo. 26 Les dijo: «Si ustedes escuchan atentamente la voz del Señor su Dios y hacen lo que es correcto ante sus ojos, obedeciendo sus mandatos y cumpliendo todos sus decretos, entonces no les enviaré ninguna de las enfermedades que envié a los egipcios; porque yo soy el Señor, quien los sana».

27 Después de salir de Mara, los israelitas viajaron hasta el oasis de Elim, donde encontraron doce manantiales y setenta palmeras. Y acamparon allí, junto a las aguas.

Maná y codornices del cielo

16 Después, toda la comunidad de Israel partió de Elim y viajó al desierto de Sin, ubicado entre Elim y el monte Sinaí. Llegaron el día quince del segundo mes, un mes después de salir de la tierra de Egipto.[a] Allí también toda la comunidad de Israel se quejó de Moisés y Aarón.

«¡Si tan solo el Señor nos hubiera matado en Egipto!—protestaban—. Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre».

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Mira, haré llover alimento del cielo para ustedes. Cada día la gente podrá salir a recoger todo el alimento necesario para ese día. Con esto los pondré a prueba para ver si siguen o no mis instrucciones. El sexto día juntarán el alimento y cuando preparen la comida habrá el doble de lo normal».

Entonces Moisés y Aarón dijeron a todos los israelitas: «Antes de anochecer, sabrán que fue el Señor quien los sacó de la tierra de Egipto. Por la mañana, verán la gloria del Señor, porque él oyó las quejas de ustedes, que son contra él y no contra nosotros. ¿Qué hemos hecho para que ustedes se quejen de nosotros?». Luego Moisés añadió: «El Señor les dará de comer carne por la tarde y los saciará con pan por la mañana, porque él oyó todas sus quejas contra él. ¿Qué hemos hecho nosotros? Así es, las quejas de ustedes son contra el Señor, no contra nosotros».

Después Moisés le dijo a Aarón: «Anuncia lo siguiente a toda la comunidad de Israel: “Preséntense ante el Señor, porque él ha oído sus quejas”». 10 Mientras Aarón hablaba a toda la comunidad de Israel, miraron hacia el desierto, y allí pudieron ver la imponente gloria del Señor en la nube.

11 Luego el Señor le dijo a Moisés: 12 «He oído las quejas de los israelitas. Ahora diles: “Por la tarde tendrán carne para comer, y por la mañana tendrán todo el pan que deseen. Así ustedes sabrán que yo soy el Señor su Dios”».

13 Esa tarde, llegó una cantidad enorme de codornices que cubrieron el campamento, y a la mañana siguiente los alrededores del campamento estaban húmedos de rocío. 14 Cuando el rocío se evaporó, la superficie del desierto quedó cubierta por copos de una sustancia hojaldrada y fina como escarcha. 15 Los israelitas quedaron perplejos al ver eso y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto?», porque no tenían idea de lo que era.

Entonces Moisés les dijo: «Este es el pan que el Señor les da para comer. 16 Estas son las instrucciones del Señor: cada grupo familiar juntará todo lo que necesite. Recojan dos litros[b] por cada persona en su carpa».

17 Así que los israelitas hicieron lo que se les dijo. Algunos recogieron mucho; otros, solo un poco. 18 Pero cuando lo midieron,[c] cada uno tenía lo justo y necesario. A los que recogieron mucho, nada les sobraba, y a los que recogieron solo un poco, nada les faltaba. Cada familia tuvo justo lo que necesitaba.

19 Entonces Moisés les dijo: «No guarden nada para el día siguiente». 20 Sin embargo, algunos no hicieron caso y guardaron un poco hasta la mañana siguiente; pero para entonces se había llenado de gusanos y apestaba, y Moisés se enojó mucho con ellos.

21 Después de este incidente, cada familia recogía el alimento cada mañana, conforme a su necesidad. Cuando el sol calentaba, los copos que no se habían recogido se derretían y desaparecían. 22 El sexto día recogían el doble de lo habitual, es decir, cuatro litros[d] por persona en lugar de dos. Entonces todos los líderes de la comunidad se dirigieron a Moisés en busca de una explicación. 23 Él les dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: “Mañana será un día de descanso absoluto, un día sagrado de descanso, reservado para el Señor. Así que horneen o hiervan hoy todo lo que necesiten y guarden para mañana lo que les sobre”».

24 Entonces ellos dejaron un poco aparte para el día siguiente, tal como Moisés había ordenado. Al otro día la comida sobrante estaba buena y saludable, sin gusanos ni mal olor. 25 Así que Moisés dijo: «Coman este alimento hoy, porque es el día de descanso, dedicado al Señor. Hoy no habrá alimento en el campo para recoger. 26 Durante seis días se les permite recoger alimento, pero el séptimo día es el día de descanso; ese día no habrá alimento en el campo».

27 Aun así, algunas personas salieron a recoger el día séptimo, pero no encontraron alimento. 28 Entonces el Señor le preguntó a Moisés: «¿Hasta cuándo este pueblo se negará a obedecer mis mandatos y mis instrucciones? 29 Tienen que entender que el día de descanso es un regalo del Señor para ustedes. Por eso él les provee doble cantidad de alimento el sexto día, a fin de que tengan suficiente para dos días. El día de descanso, todos deben quedarse en el lugar donde estén; no salgan a buscar pan el séptimo día». 30 Así que la gente no recogió alimento el día séptimo.

31 Los israelitas llamaron maná[e] al alimento. Era blanco como la semilla de cilantro, y tenía un gusto parecido a obleas con miel.

32 Luego Moisés dijo: «Esto es lo que el Señor ha ordenado: “Llenen un recipiente con dos litros de maná y consérvenlo para sus descendientes. Así las generaciones futuras podrán ver el pan que les di a ustedes en el desierto cuando los liberé de Egipto”».

33 Entonces Moisés le dijo a Aarón: «Toma una vasija y llénala con dos litros de maná. Después colócala en un lugar sagrado, delante del Señor, a fin de conservarlo para todas las generaciones futuras». 34 Así que Aarón hizo tal como el Señor le ordenó a Moisés. Posteriormente lo colocó dentro del arca del pacto, frente a las tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto.[f] 35 Y los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra donde se establecerían. Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán.

36 El recipiente utilizado para medir el maná era un gómer, que era la décima parte de un efa; equivalía a dos litros.[g]

Agua de la roca

17 Por orden del Señor, toda la comunidad de Israel partió del desierto de Sin y anduvo de un lugar a otro. Finalmente acamparon en Refidim, pero allí no había agua para que el pueblo bebiera. Así que el pueblo volvió a quejarse contra Moisés:

—¡Danos agua para beber!—reclamaron.

—¡Cállense!—respondió Moisés—. ¿Por qué se quejan contra mí? ¿Por qué ponen a prueba al Señor?

Pero ellos, atormentados por la sed, siguieron discutiendo con Moisés:

—¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Quieres matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros animales?

Entonces Moisés clamó al Señor:

—¿Qué hago con este pueblo? ¡Están a punto de apedrearme!

El Señor le dijo a Moisés:

—Pasa por delante del pueblo; toma tu vara, la que usaste para golpear las aguas del Nilo, y llama a algunos ancianos de Israel para que te acompañen. Yo me pararé frente a ti sobre la roca, en el monte Sinaí.[h] Golpea la roca, y saldrá agua a chorros. Entonces el pueblo podrá beber.

Así que Moisés golpeó la roca como se le indicó, y el agua brotó a chorros a la vista de los ancianos.

Entonces Moisés llamó a aquel lugar Masá (que significa «prueba») y Meriba (que significa «discusión»), porque el pueblo de Israel discutió con Moisés y puso a prueba al Señor diciendo: «¿Está o no el Señor aquí con nosotros?».

Israel derrota a los amalecitas

Mientras el pueblo de Israel aún se encontraba en Refidim, los guerreros de Amalec lo atacaron. Así que Moisés le ordenó a Josué: «Escoge a algunos hombres para salir a pelear contra el ejército de Amalec. Mañana yo estaré en la cima de la colina sosteniendo la vara de Dios en mi mano».

10 Josué hizo lo que Moisés le ordenó y peleó contra el ejército de Amalec. Entre tanto Moisés, Aarón y Hur subieron a la cima de una colina cercana. 11 Mientras Moisés sostenía en alto la vara en su mano, los israelitas vencían; pero, cuando él bajaba la mano, dominaban los amalecitas. 12 Pronto se le cansaron tanto los brazos que ya no podía sostenerlos en alto. Así que Aarón y Hur le pusieron una piedra a Moisés para que se sentara. Luego se pararon a cada lado de Moisés y le sostuvieron las manos en alto. Así sus manos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol. 13 Como resultado, Josué aplastó al ejército de Amalec en la batalla.

14 Después de la victoria, el Señor dio a Moisés las siguientes instrucciones: «Escribe esto en un rollo para que sea un recuerdo perpetuo, y léelo en voz alta a Josué: “Yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo”». 15 Entonces Moisés edificó un altar en ese lugar y lo llamó Yahveh-nisi (que significa «el Señor es mi estandarte»). 16 Dijo: «Por cuanto han levantado su puño contra el trono del Señor, ahora[i] el Señor estará en guerra con Amalec de generación en generación».

Jetro visita a Moisés

18 Jetro, el suegro de Moisés y sacerdote de Madián, se enteró de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo, los israelitas; y oyó particularmente cómo el Señor los había sacado de Egipto.

Anteriormente, Moisés había enviado a su esposa Séfora y a sus dos hijos de regreso a casa de Jetro, y él los había hospedado. (El primer hijo de Moisés se llamaba Gersón,[j] porque cuando el niño nació, Moisés dijo: «He sido un extranjero en tierra extraña». A su segundo hijo lo llamó Eliezer,[k] porque dijo: «El Dios de mis antepasados me ayudó y me rescató de la espada del faraón»). Así que Jetro, el suegro de Moisés, fue a visitarlo al desierto y llevó consigo a la esposa y a los dos hijos de Moisés. Llegaron cuando Moisés y el pueblo acampaban cerca del monte de Dios. Jetro le había enviado un mensaje a Moisés para avisarle: «Yo, tu suegro, Jetro, vengo a verte, junto con tu esposa y tus dos hijos».

Entonces Moisés salió a recibir a su suegro. Se inclinó ante él y le dio un beso. Luego de preguntarse el uno al otro cómo les iba, entraron en la carpa de Moisés. Moisés le contó a su suegro todo lo que el Señor les había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel. También le habló de todas las privaciones que habían sufrido a lo largo del camino y de cómo el Señor había librado a su pueblo de las dificultades. Jetro se alegró mucho al oír de todo el bien que el Señor había hecho por Israel al rescatarlo de las manos de los egipcios.

10 «¡Alabado sea el Señor!—exclamó Jetro—. Pues los rescató de los egipcios y del faraón. ¡Así es, rescató a Israel del poder de Egipto! 11 Ahora sé que el Señor es más grande que todos los demás dioses, porque rescató a su pueblo de la opresión de los egipcios arrogantes».

12 Luego Jetro, el suegro de Moisés, presentó una ofrenda quemada y sacrificios ante Dios. Aarón y todos los ancianos de Israel lo acompañaron a comer lo que fue ofrecido en sacrificio en presencia de Dios.

Consejo sabio de Jetro

13 Al día siguiente, Moisés se sentó para oír los pleitos que los israelitas tenían unos con otros. Y el pueblo esperó a ser atendido delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.

14 Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó:

—¿Qué logras en realidad sentado aquí? ¿Por qué te esfuerzas en hacer todo el trabajo tú solo, mientras que el pueblo está de pie a tu alrededor desde la mañana hasta la tarde?

15 Moisés contestó:

—Porque el pueblo acude a mí en busca de resoluciones de parte de Dios. 16 Cuando les surge un desacuerdo, ellos acuden a mí, y yo soy quien resuelve los casos entre los que están en conflicto. Mantengo al pueblo informado de los decretos de Dios y les transmito sus instrucciones.

17 —¡No está bien lo que haces!—exclamó el suegro de Moisés—. 18 Así acabarás agotado y también se agotará el pueblo. Esta tarea es una carga demasiado pesada para una sola persona. 19 Ahora escúchame y déjame darte un consejo, y que Dios esté contigo. Tú debes seguir siendo el representante del pueblo ante Dios, presentándole los conflictos. 20 Enséñales los decretos de Dios; transmíteles sus instrucciones; muéstrales cómo comportarse en la vida. 21 Sin embargo, elige, de entre todo el pueblo, a algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno. Nómbralos jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. 22 Ellos tendrán que estar siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos que surgen entre el pueblo, pero los casos más graves te los traerán a ti. Deja que los jefes juzguen los asuntos de menor importancia. Ellos te ayudarán a llevar la carga, para que la tarea te resulte más fácil. 23 Si sigues este consejo, y si Dios así te lo ordena, serás capaz de soportar las presiones, y la gente regresará a su casa en paz.

24 Moisés escuchó el consejo de su suegro y siguió sus recomendaciones. 25 Eligió hombres capaces de entre todo Israel y los nombró jefes del pueblo. Los puso a cargo de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. 26 Estos hombres estaban siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos de la gente. Los casos más graves los remitían a Moisés, pero ellos mismos se encargaban de los asuntos de menor importancia.

27 Poco tiempo después, Moisés se despidió de su suegro, quien regresó a su propia tierra.

El Señor se manifiesta en el Sinaí

19 Exactamente dos meses después de haber salido de Egipto,[l] los israelitas llegaron al desierto de Sinaí. Después de levantar campamento en Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon al pie del monte Sinaí.

Entonces Moisés subió al monte para presentarse delante de Dios. El Señor lo llamó desde el monte y le dijo: «Comunica estas instrucciones a la familia de Jacob; anúncialas a los descendientes de Israel: “Ustedes vieron lo que hice con los egipcios. Saben cómo los llevé a ustedes sobre alas de águila y los traje hacia mí. Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán mi reino de sacerdotes, mi nación santa”. Este es el mensaje que debes transmitir a los hijos de Israel».

Entonces Moisés regresó del monte y llamó a los ancianos del pueblo y les comunicó todo lo que el Señor le había ordenado. Y todo el pueblo respondió a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado». Entonces Moisés llevó al Señor la respuesta del pueblo.

Luego el Señor le dijo a Moisés: «Yo me presentaré ante ti en una densa nube, para que el pueblo pueda oírme cuando hable contigo; así ellos siempre confiarán en ti».

Moisés le dijo al Señor lo que el pueblo había dicho. 10 Después el Señor le dijo a Moisés: «Desciende y prepara al pueblo para mi llegada. Conságralos hoy y mañana, y haz que laven sus ropas. 11 Asegúrate de que estén preparados para el tercer día, porque ese día el Señor descenderá sobre el monte Sinaí a la vista de todo el pueblo. 12 Marca un límite alrededor del monte y dile al pueblo esta advertencia: “¡Tengan cuidado! No suban al monte, ni siquiera toquen los límites. Cualquiera que toque el monte será ejecutado. 13 Ninguna mano puede tocar a la persona o al animal que traspase el límite, sino que esa persona morirá apedreada o atravesada con flechas. Ellos tendrán que morir”. Sin embargo, cuando se oiga un toque prolongado del cuerno de carnero entonces el pueblo podrá subir al monte[m]».

14 Así que Moisés descendió a donde estaba el pueblo. Consagró a la gente para la adoración, y ellos lavaron sus ropas. Les dijo: 15 «Prepárense para el tercer día y, hasta entonces, absténganse de tener relaciones sexuales».

16 En la mañana del tercer día, retumbaron truenos y destellaron relámpagos, y una nube densa descendió sobre el monte. Se oyó un fuerte y prolongado toque de cuerno de carnero, y todo el pueblo tembló. 17 Moisés llevó a la multitud fuera del campamento para encontrarse con Dios, y todos se pararon al pie de la montaña. 18 El monte Sinaí estaba totalmente cubierto de humo, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Nubes de humo subían al cielo como el humo que sale de un horno de ladrillos, y todo el monte se sacudía violentamente. 19 A medida que el sonido del cuerno de carnero se hacía cada vez más fuerte, Moisés hablaba y Dios le respondía con voz de trueno. 20 El Señor descendió sobre la cumbre del monte Sinaí y llamó a Moisés a la cima. Así que Moisés subió al monte.

21 Entonces el Señor le dijo a Moisés:

—Baja de nuevo y advierte al pueblo que no traspase los límites para ver al Señor, porque quien lo haga morirá. 22 Incluso los sacerdotes que se acercan al Señor con regularidad deben purificarse para que el Señor no arremeta contra ellos y los destruya.

23 —Pero Señor—protestó Moisés—, la gente no puede subir al monte Sinaí. Tú ya nos lo advertiste; me dijiste: “Marca un límite alrededor del monte para que quede apartado como santo”.

24 Pero el Señor dijo:

—Baja ahora y trae a Aarón cuando vuelvas. Mientras tanto, no permitas que los sacerdotes ni el pueblo traspasen el límite para acercarse al Señor; de lo contrario, él arremeterá contra ellos y los destruirá.

25 Entonces Moisés descendió a donde estaba el pueblo y les dijo lo que el Señor había dicho.

Los diez mandamientos para el pueblo del pacto

20 Luego Dios le dio al pueblo las siguientes instrucciones:[n]

«Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.

»No tengas ningún otro dios aparte de mí.

»No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los[o] que me aman y obedecen mis mandatos.

»No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios. El Señor no te dejará sin castigo si usas mal su nombre.

»Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo. Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, 10 pero el séptimo día es un día de descanso y está dedicado al Señor tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto se refiere a ti, a tus hijos e hijas, a tus siervos y siervas, a tus animales y también incluye a los extranjeros que vivan entre ustedes. 11 Pues en seis días el Señor hizo los cielos, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos; pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día de descanso y lo apartó como un día santo.

12 »Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da.

13 »No cometas asesinato.

14 »No cometas adulterio.

15 »No robes.

16 »No des falso testimonio contra tu prójimo.

17 »No codicies la casa de tu prójimo. No codicies la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca».

18 Cuando los israelitas oyeron los truenos y el toque fuerte del cuerno de carnero y vieron los destellos de relámpagos y el humo que salía del monte, se mantuvieron a distancia, temblando de miedo.

19 Entonces le dijeron a Moisés:

—¡Háblanos tú y te escucharemos, pero que no nos hable Dios directamente, porque moriremos!

20 —¡No tengan miedo!—les respondió Moisés—, porque Dios ha venido de esta manera para ponerlos a prueba y para que su temor hacia él les impida pecar.

21 Así que el pueblo se mantuvo a distancia, pero Moisés se acercó a la nube oscura donde estaba Dios.

Uso apropiado de los altares

22 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Dile al pueblo de Israel lo siguiente: “Ustedes han visto con sus propios ojos que les hablé desde el cielo. 23 Recuerden que no deben hacer ningún ídolo ni de plata ni de oro que compita conmigo.

24 »”Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sus sacrificios: sus ofrendas quemadas y ofrendas de paz, sus ovejas y cabras y su ganado. Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi nombre, y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré. 25 Si usan piedras para construir un altar, que sean piedras enteras y en su forma original. No den forma a las piedras con ninguna herramienta, pues eso haría que el altar fuera indigno de un uso santo. 26 No suban escalones para acercarse a mi altar; si lo hacen, alguien podría mirarles bajo la ropa y ver su desnudez”.

Trato justo de los esclavos

21 »Estas son las ordenanzas que darás a Israel:

»Si compras un esclavo hebreo, este podrá estar a tu servicio por no más de seis años. El séptimo año ponlo en libertad, y no te deberá nada por su libertad. Si estaba soltero cuando pasó a ser tu esclavo, saldrá soltero; pero si ya estaba casado antes de ser tu esclavo, entonces su esposa tendrá que ser liberada junto con él.

»Si el amo le dio una esposa mientras era esclavo, y tuvieron hijos o hijas, entonces solo el hombre saldrá libre el séptimo año, pero su esposa e hijos seguirán siendo propiedad del amo. Sin embargo, el esclavo puede declarar: “Yo amo a mi señor, a mi esposa y a mis hijos; no quiero ser libre”. Si decide quedarse, el amo lo presentará delante de Dios.[p] Luego el amo lo llevará a la puerta o al marco de la puerta y públicamente le perforará la oreja con un punzón. Después de esto, el esclavo servirá a su amo de por vida.

»Cuando un hombre venda a su hija como esclava, ella no saldrá libre al cabo de los seis años como en el caso de los hombres. Si ella no satisface a su amo, él deberá permitir que la vuelvan a comprar; pero tendrá prohibido venderla a cualquier extranjero, ya que fue el amo quien no cumplió el contrato con ella. Sin embargo, si el amo la entrega como esposa a su hijo, ya no podrá tratarla como esclava, sino como a una hija.

10 »Ahora bien, si un hombre ya está casado con una esclava, pero además se casa con otra mujer, este no deberá descuidar los derechos de la primera esposa en cuanto al alimento, el vestido y la intimidad sexual. 11 Si no cumple alguna de estas tres obligaciones, ella quedará libre sin tener que pagar nada.

Casos de daños personales

12 »Cualquiera que agreda y mate a otra persona será ejecutado, 13 pero si solo fue un accidente permitido por Dios, yo designaré un lugar de refugio adonde el responsable de la muerte podrá huir para ponerse a salvo. 14 Sin embargo, si alguien mata a otra persona a propósito, tendrán que agarrar al responsable, aunque esté frente a mi altar, y matarlo.

15 »Cualquiera que golpee a su padre o a su madre será ejecutado.

16 »Todo secuestrador será ejecutado, ya sea que encuentren a la víctima en su poder o que ya la haya vendido como esclavo.

17 »Cualquiera que deshonre a su padre o a su madre[q] será ejecutado.

18 »Supongamos que dos hombres pelean, y uno golpea al otro con una piedra o con el puño, y la persona herida no muere pero tiene que guardar cama. 19 Si después puede levantarse y salir caminando de la casa, aunque fuera con muletas, entonces no se castigará al agresor, pero estará obligado a compensar a su víctima por el trabajo perdido y a pagar por su recuperación.

20 »Si un hombre golpea a su esclavo o a su esclava con un palo y debido a ello el esclavo muere, el amo tendrá que ser castigado. 21 Pero si en uno o dos días el esclavo se recupera, el amo no recibirá ningún castigo porque el esclavo es su propiedad.

22 »Supongamos que dos hombres pelean y, durante la lucha, golpean accidentalmente a una mujer embarazada y ella da a luz antes de término.[r] Si ella no sufrió más heridas, el hombre que golpeó a la mujer estará obligado a pagar la compensación que el esposo de la mujer exija y que los jueces aprueben. 23 Pero si hay más lesiones, el castigo debe ser acorde a la gravedad del daño: vida por vida, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, herida por herida, moretón por moretón.

26 »Si un hombre golpea a su esclavo o a su esclava en el ojo, y debido a ello lo deja ciego de ese ojo, tendrá que darle su libertad a modo de compensación por el ojo. 27 Y si le rompe un diente a su esclavo o esclava, tendrá que darle la libertad para compensarle el diente.

28 »Si un buey[s] mata a cornadas a un hombre o a una mujer, habrá que apedrear al buey y se prohíbe comer su carne. En ese caso, sin embargo, el dueño del buey no será responsable. 29 Pero supongamos que el buey tenía fama de cornear, y el dueño ya había sido advertido pero no lo mantenía bajo control; si el buey posteriormente mata a alguien, habrá que apedrearlo, y el dueño también tendrá que morir. 30 Sin embargo, los familiares del muerto podrán aceptar un pago a modo de compensar por la pérdida de vida. El dueño del buey podrá salvar su vida pagando lo que se le exija.

31 »La misma ordenanza se aplica si el buey cornea a un muchacho o a una muchacha. 32 Pero si el buey cornea a un esclavo, sea hombre o mujer, el dueño del animal pagará al dueño del esclavo treinta monedas de plata,[t] y el buey morirá apedreado.

33 »Supongamos que alguien cava o destapa un pozo y, por no taparlo, un buey o un burro cae adentro. 34 El dueño del pozo compensará en forma total al dueño del animal, pero podrá quedarse con el animal muerto.

35 »Si el buey de una persona cornea al buey de otra y el animal herido muere, entonces los dos dueños tendrán que vender el buey vivo y repartirse el dinero por partes iguales; también dividirán entre ellos el animal muerto. 36 Sin embargo, si el buey tenía fama de cornear y su dueño no lo mantenía bajo control, el dueño tendrá que pagar una compensación total—un buey vivo por el buey muerto—pero podrá quedarse con el animal muerto.

Protección de la propiedad

22 [u]»Si alguien roba un buey[v] o una oveja y luego mata o vende el animal, el ladrón tendrá que pagar cinco bueyes por cada buey robado y cuatro ovejas por cada oveja robada.

[w]»Si se sorprende a un ladrón en el acto de forzar la entrada a una casa y, durante el enfrentamiento, se le mata a golpes, la persona que mató al ladrón no es culpable de asesinato. Pero si sucede a la luz del día, el que mató al ladrón sí es culpable de asesinato.

»El ladrón que sea capturado pagará la cantidad total de lo que haya robado. Si no puede pagar, se venderá como esclavo para pagar por lo robado. Si alguien roba un buey o un burro o una oveja, y se encuentra el animal en su poder, entonces el ladrón tendrá que pagar el doble del valor del animal robado.

»Si un animal pasta en un campo o en un viñedo, y el dueño deja que se meta a pastar en el campo de otro, el dueño del animal tendrá que compensar al dueño del campo con lo mejor de su cosecha de grano o de uvas.

»Si alguien prende fuego a espinos y el fuego se sale de control y se extiende al campo de un vecino, y por lo tanto, destruye las gavillas de grano o lo que está por cosecharse o todos los cultivos, el que encendió el fuego tendrá que pagar por la cosecha perdida.

»Supongamos que alguien entrega dinero o bienes a un vecino para que se los guarde en un lugar seguro, y al vecino se los roban de su casa. Si se atrapa al ladrón, la compensación consistirá en el doble del valor de lo robado. Pero si no se encuentra al ladrón, el vecino tendrá que presentarse ante Dios, y él determinará[x] si el vecino es quien robó los bienes.

»Supongamos que hay un pleito entre dos personas, y ambas afirman ser dueñas de cierto buey o burro, cierta oveja o prenda de vestir, o algún objeto perdido. Ambas partes tendrán que presentarse ante Dios, y la persona a quien Dios declare[y] culpable tendrá que pagarle el doble al otro.

10 »Ahora supongamos que alguien deja un burro, un buey, una oveja o cualquier otro animal al cuidado de un vecino, pero el animal muere, se lastima o alguien se lo lleva, y nadie vio lo sucedido, 11 el vecino tendrá que hacer un juramento en presencia del Señor. Si el Señor confirma que el vecino no robó el animal, el dueño deberá aceptar el veredicto, y no se exigirá ningún pago; 12 pero si efectivamente el animal fue robado, el culpable deberá compensar al dueño. 13 Si un animal salvaje lo despedazó, los restos del animal muerto se presentarán como prueba, y no se exigirá ninguna compensación.

14 »Si alguien pide prestado un animal a un vecino, y el animal se lastima o muere en ausencia del dueño, el que lo pidió prestado tendrá que compensar al dueño en forma total y absoluta; 15 pero si el dueño estaba presente, no se exigirá ninguna compensación. Si el animal fue alquilado, tampoco se exigirá ninguna compensación, porque los posibles daños están incluidos en el alquiler.

Responsabilidad social

16 »Si un hombre seduce a una mujer virgen que no está comprometida y tiene sexo con ella, tendrá que pagar a la familia de la mujer la cantidad acostumbrada por una virgen y casarse con ella. 17 Aun si el padre se niega a que él se case con ella, el hombre tendrá que pagar una cantidad igual al precio que se acostumbra pagar por una virgen.

18 »No dejes con vida a las hechiceras.

19 »Cualquiera que tenga relaciones sexuales con un animal será ejecutado.

20 »Cualquiera que ofrezca sacrificios a un dios que no sea el Señor tendrá que ser destruido.[z]

21 »No maltrates ni oprimas a los extranjeros en ninguna forma. Recuerda que tú también fuiste extranjero en la tierra de Egipto.

22 »No explotes a la viuda ni al huérfano. 23 Si los explotas de alguna manera y ellos claman a mí, ten por seguro que oiré su clamor. 24 Mi enojo se encenderá contra ti y te mataré a filo de espada. Entonces tus esposas serán las viudas y tus hijos los huérfanos.

25 »Si prestas dinero a cualquiera de mi pueblo que pase necesidad, no le cobres interés como acostumbran hacer los prestamistas. 26 Si tomas el abrigo de tu prójimo como garantía por un préstamo, se lo devolverás antes de la puesta del sol. 27 Puede ser que este abrigo sea la única manta que tiene para abrigarse. ¿Cómo podrá dormir sin abrigo? Si no se lo devuelves y tu prójimo clama a mí por ayuda, yo lo oiré, porque soy misericordioso.

28 »No deshonres a Dios ni insultes a ninguno de tus gobernantes.

29 »No retengas nada cuando me entregues las ofrendas de tus cosechas y de tu vino.

»Deberás darme a tu primer hijo varón.

30 »También tienes que entregarme las primeras crías de tu ganado, de tus ovejas y de tus cabras. Dejarás la nueva cría con su madre durante siete días y al octavo día me la entregarás.

31 »Ustedes tienen que ser mi pueblo santo. Por eso, no coman ningún animal que haya sido muerto y despedazado por animales salvajes. Échenselo a los perros.

Un llamado a la justicia

23 »No esparzas rumores falsos. No te hagas cómplice de gente malvada cuando tengas que jurar en el estrado de los testigos.

»No te dejes llevar por la mayoría en su maldad. Cuando te llamen a testificar en un pleito, no te dejes influir por la multitud para torcer la justicia. Tampoco inclines tu testimonio en favor de una persona solo porque sea pobre.

»Si encuentras extraviado el buey o el burro de tu enemigo, devuélveselo a su dueño. Si ves que el burro de alguien que te odia cayó debajo de su carga, no pases de largo. Detente y ayúdalo.

»Ante una demanda judicial, no le negarás la justicia al pobre.

»Asegúrate que nunca acuses a nadie falsamente de algún mal. Jamás condenes a muerte a una persona inocente o intachable, porque yo nunca declaro inocente al culpable.

»No aceptes sobornos, porque el soborno te lleva a hacer la vista gorda en aquello que ves con claridad. El soborno mueve incluso a una persona justa a tergiversar la verdad.

»No oprimas a los extranjeros. Tú sabes lo que es ser extranjero, porque tú también fuiste extranjero en la tierra de Egipto.

10 »Siembra y recoge tus cosechas durante seis años, 11 pero el séptimo año deja que la tierra se renueve y descanse sin cultivar. Permite que la gente pobre de tu pueblo coseche lo que crezca por sí mismo durante ese año. Deja el resto para que coman los animales salvajes. Haz lo mismo con tus viñedos y olivares.

12 »Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, pero el séptimo día dejarás de trabajar. Así tu buey y tu burro podrán descansar, y también recobrarán sus fuerzas tus esclavos y los extranjeros que vivan en medio de ti.

13 »Presta mucha atención a todas mis instrucciones. No invoques el nombre de ningún otro dios; ni siquiera menciones sus nombres.

Tres festivales anuales

14 »Cada año, deberás celebrar tres festivales en mi honor. 15 En primer lugar, celebra el Festival de los Panes sin Levadura. Durante siete días, prepararás sin levadura el pan que comas, tal como yo te ordené. Celebra este festival cada año, en el tiempo señalado, a comienzos de la primavera, en el mes de abib,[aa] porque en esa fecha se cumple el aniversario de tu salida de Egipto. Nadie podrá presentarse ante mí sin una ofrenda.

16 »En segundo lugar, celebra el Festival de la Cosecha[ab] cuando me traigas los primeros frutos de tus cosechas.

»Por último, celebra el Festival de la Cosecha Final[ac] cuando termine la temporada de la cosecha, una vez que hayas cosechado todos los cultivos de tus campos. 17 Cada año, en estas tres ocasiones anuales, todo hombre de Israel deberá presentarse delante del Soberano, el Señor.

18 »No ofrezcas la sangre de mis sacrificios con ningún tipo de pan que contenga levadura. Tampoco dejes hasta la mañana siguiente la grasa de las ofrendas del festival.

19 »Cuando recojas tus cosechas, lleva a la casa del Señor tu Dios lo mejor de la primera cosecha.

»No cocines a un cabrito en la leche de su madre.

Promesa de la presencia del Señor

20 »Mira, yo envío un ángel delante de ti para que te proteja en el viaje y te lleve a salvo al lugar que te he preparado. 21 Préstale mucha atención y obedece sus instrucciones. No te rebeles contra él, porque es mi representante y no perdonará tu rebelión. 22 Pero si te aseguras de obedecerlo y sigues todas mis instrucciones, entonces yo seré enemigo de tus enemigos y me opondré a todos los que se te opongan. 23 Pues mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra de los amorreos, de los hititas, de los ferezeos, de los cananeos, de los heveos y de los jebuseos, para que vivas en ella. Yo los destruiré por completo. 24 No rindas culto a los dioses de estas naciones, ni los sirvas de ninguna manera, ni imites sus prácticas malvadas. En cambio, destruye sus ídolos por completo y destroza sus columnas sagradas.

25 »Sirve solamente al Señor tu Dios. Si lo haces, yo te bendeciré[ad] con alimento y agua, y te protegeré de enfermedades. 26 No habrá en tu tierra ninguna mujer que pierda su embarazo o sea estéril; te daré una vida larga y plena.

27 »Enviaré mi terror delante de ti y sembraré pánico entre todos los pueblos de las tierras que invadas. Haré que todos tus enemigos den la vuelta y salgan corriendo. 28 Mandaré terror[ae] delante de ti para expulsar a los heveos, a los cananeos y a los hititas; 29 pero no los expulsaré a todos en un solo año, porque la tierra quedaría desierta y los animales salvajes se multiplicarían y serían una amenaza para ti. 30 Los expulsaré poco a poco, hasta que tu población aumente lo suficiente para tomar posesión de la tierra. 31 Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo,[af] y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates.[ag] Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás de tu paso.

32 »No hagas tratados con ellos ni con sus dioses. 33 Ninguno de ellos deberá vivir en tu tierra, porque te harán pecar contra mí. Si sirves a sus dioses, quedarás apresado en la trampa de la idolatría».

Israel acepta el pacto del Señor

24 Luego el Señor instruyó a Moisés: «Sube para encontrarte conmigo, y ven junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel. Todos tendrán que adorar de lejos; solo a Moisés se le permite acercarse al Señor. Los demás no se acercarán, y a nadie del pueblo se le permite subir al monte con él».

Después Moisés descendió y le repitió al pueblo todas las instrucciones y ordenanzas que el Señor le había dado, y todo el pueblo respondió a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado».

Entonces Moisés escribió cuidadosamente todas las instrucciones del Señor, y temprano a la mañana siguiente se levantó y construyó un altar al pie del monte. También levantó doce columnas, una por cada tribu de Israel. Luego envió a unos jóvenes israelitas a presentar ofrendas quemadas y a sacrificar toros como ofrendas de paz al Señor. Moisés dejó escurrir la mitad de la sangre de estos animales en unos tazones; la otra mitad la salpicó sobre el altar.

Luego tomó el libro del pacto y lo leyó al pueblo en voz alta. Una vez más todos respondieron: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado. Vamos a obedecer».

Entonces Moisés tomó la sangre de los tazones y la salpicó sobre el pueblo, mientras declaraba: «Esta sangre confirma el pacto que el Señor ha hecho con ustedes al darles estas instrucciones».

Después Moisés, Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron al monte. 10 Allí vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies parecía haber una superficie de lapislázuli de color azul brillante, tan clara como el mismo cielo. 11 Aunque estos nobles de Israel pudieron contemplar a Dios, él no los destruyó. De hecho, compartieron una comida para celebrar el pacto, en la cual comieron y bebieron en su presencia.

12 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Sube al monte para encontrarte conmigo. Espera allí, y te daré las tablas de piedra en las que he escrito las instrucciones y los mandatos para que puedas enseñar al pueblo». 13 Entonces Moisés y su ayudante Josué salieron, y Moisés subió al monte de Dios.

14 Moisés les dijo a los ancianos: «Quédense aquí y espérennos hasta que regresemos. Aarón y Hur se quedan aquí con ustedes; si alguien tiene algún altercado durante mi ausencia, que consulte con ellos».

15 Luego Moisés subió al monte, el cual quedó cubierto por la nube. 16 Entonces la gloria del Señor se posó sobre el monte Sinaí, y durante seis días la nube cubrió el monte. Al séptimo día, el Señor llamó a Moisés desde el interior de la nube. 17 Para los israelitas que estaban al pie del monte, la gloria del Señor, que estaba sobre la cima del monte, parecía como un fuego consumidor. 18 Entonces Moisés fue desapareciendo en la nube a medida que subía al monte, y permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Ofrendas para el tabernáculo

25 El Señor le dijo a Moisés: «Dile al pueblo de Israel que me traiga sus ofrendas sagradas. Acepta las contribuciones de todos los que tengan el corazón dispuesto a ofrendar. La siguiente es una lista de las ofrendas sagradas que podrás aceptar de ellos:

oro, plata y bronce;

hilo azul, púrpura y escarlata;

lino fino y pelo de cabra para tela;

pieles de carnero curtidas y cuero de cabra de la mejor calidad;

madera de acacia;

aceite de oliva para las lámparas;

especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático;

piedras de ónice y otras piedras preciosas para incrustar en el efod y en el pectoral del sacerdote.

»Haz que los israelitas me construyan un santuario para que yo habite en medio de ellos. Deberán construir el tabernáculo y su mobiliario exactamente según el modelo que te mostraré.

Instrucciones para el arca del pacto

10 »Haz que el pueblo construya un arca con madera de acacia, un cofre sagrado que mida un metro con quince centímetros de largo, sesenta y nueve centímetros de ancho, y sesenta y nueve centímetros de alto.[ah] 11 Recúbrela de oro puro por dentro y por fuera, y ponle una moldura de oro alrededor. 12 Funde cuatro anillos de oro y sujétalos a sus cuatro patas, dos anillos en cada lado. 13 Haz también varas con madera de acacia y recúbrelas de oro. 14 Mete las varas por los anillos que están a los costados del arca para transportarla. 15 Estas varas para transportar el arca deberán quedar dentro de los anillos; nunca las quites. 16 Cuando el arca esté terminada, pon dentro de ella las tablas de piedra, las tablas grabadas con las condiciones del pacto[ai] que te entregaré.

17 »Después haz la tapa del arca—el lugar de la expiación—de oro puro. Tendrá que medir un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho.[aj] 18 Luego forma dos querubines de oro labrado a martillo y colócalos en los dos extremos de la tapa de la expiación. 19 Moldea los querubines a cada extremo de la tapa de la expiación, de modo que formen una sola pieza de oro con la tapa. 20 Los querubines estarán frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación; con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla. 21 Coloca dentro del arca las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto que te entregaré. Luego pon la tapa de la expiación encima del arca. 22 Allí me encontraré contigo y te hablaré desde encima de la tapa de la expiación, entre los querubines de oro que están suspendidos sobre el arca del pacto.[ak] Desde allí te daré mis mandatos para el pueblo de Israel.

Instrucciones para la mesa

23 »Luego haz una mesa con madera de acacia que mida noventa y dos centímetros de largo, cuarenta y seis centímetros de ancho, y sesenta y nueve centímetros de alto.[al] 24 Recúbrela de oro puro y ponle una moldura de oro alrededor del borde. 25 Adórnala con un reborde de ocho centímetros de ancho[am] y ponle una moldura de oro alrededor del reborde. 26 Haz cuatro anillos de oro para la mesa y sujétalos en las cuatro esquinas, junto a las cuatro patas. 27 Sujeta los anillos cerca del reborde para sostener las varas que se usan para transportar la mesa. 28 Haz estas varas con madera de acacia y recúbrelas de oro. 29 Haz recipientes especiales de oro puro para la mesa—tazones, cucharones, jarras y frascos—los cuales se usarán al derramar las ofrendas líquidas. 30 Coloca sobre la mesa el pan de la Presencia para que esté siempre delante de mí.

Instrucciones para el candelabro

31 »Haz un candelabro de oro puro labrado a martillo. Todo el candelabro y sus decoraciones serán de una sola pieza: la base, el tronco, las copas para las lámparas, los capullos y los pétalos. 32 Hazlo con seis ramas que salgan del tronco, tres a cada lado. 33 Cada una de las seis ramas tendrá tres copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos. 34 Trabaja artesanalmente el tronco del candelabro con cuatro copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos. 35 También habrá un brote de almendro debajo de cada par de ramas, donde las seis ramas salen del tronco. 36 Los brotes de almendro y las ramas deben ser de una sola pieza con el tronco, y de oro puro labrado a martillo. 37 Luego haz las siete lámparas para el candelabro y acomódalas de tal manera que reflejen la luz hacia adelante. 38 Las despabiladeras de las lámparas y las bandejas también serán de oro puro. 39 Necesitarás treinta y cuatro kilos[an] de oro puro para formar el candelabro y sus accesorios.

40 »Asegúrate de hacer todo según el modelo que te mostré aquí en la montaña.

Instrucciones para el tabernáculo

26 »Haz el tabernáculo con diez cortinas de lino de tejido fino. Adorna las cortinas con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. Cada una de estas diez cortinas tendrá exactamente la misma medida: doce metros con noventa centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.[ao] Junta cinco de estas cortinas para hacer una larga, y luego junta las otras cinco para hacer una segunda cortina larga. En la última cortina de cada conjunto, pondrás presillas de tejido azul a lo largo del borde. Las cincuenta presillas a lo largo del borde de la cortina del primer conjunto deben coincidir con las cincuenta presillas en el borde de la cortina del otro conjunto. Luego haz cincuenta broches de oro y úsalos para sujetar las dos cortinas largas. De este modo, el tabernáculo se formará de una pieza completa.

»Confecciona once cortinas con tejido de pelo de cabra, para que sirvan de cubierta para el tabernáculo. Cada una de estas once cortinas deberá tener exactamente la misma medida: trece metros con ochenta centímetros de largo, por un metro con ochenta centímetros de ancho.[ap] Junta cinco de estas cortinas para formar una larga, y junta las otras seis para formar una segunda cortina larga. De ese segundo conjunto de cortinas, deja que noventa centímetros de material cuelguen sobre la parte delantera[aq] de la carpa sagrada. 10 Haz cincuenta presillas para el borde de cada cortina larga. 11 Luego haz cincuenta broches de bronce y úsalos para sujetar las presillas de las cortinas largas. De ese modo, la cubierta se formará de una pieza completa. 12 Los noventa centímetros restantes de la cubierta, dejarás que cuelguen[ar] sobre la parte posterior del tabernáculo. 13 Deja que cuelguen de cada lado los cuarenta y seis centímetros[as] del material restante, de modo que el tabernáculo quede completamente cubierto. 14 Completa la cubierta con una capa protectora de pieles de carnero curtidas y otra capa de cuero de cabra de la mejor calidad.

15 »Para el armazón del tabernáculo, construye soportes de madera de acacia. 16 Cada soporte deberá medir cuatro metros con sesenta centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho,[at] 17 y tendrá dos estacas debajo de cada soporte. Todos los soportes tienen que ser idénticos. 18 Construye veinte de esos soportes para sostener las cortinas del lado sur del tabernáculo. 19 Haz también cuarenta bases de plata. Pondrás dos bases debajo de cada soporte y harás que las estacas encajen firmemente en las bases. 20 Para el lado norte del tabernáculo construye otros veinte soportes, 21 con sus cuarenta bases de plata (dos bases por cada soporte). 22 Construye seis soportes para la parte posterior—es decir, el lado occidental del tabernáculo— 23 junto con dos soportes más para reforzar las esquinas de la parte posterior del tabernáculo. 24 Los soportes de las esquinas estarán emparejados por abajo y firmemente sujetados por arriba con un solo anillo; esto formará un solo esquinero. Arma los dos esquineros de la misma manera. 25 Entonces habrá ocho soportes en la parte posterior del tabernáculo sobre dieciséis bases de plata (dos bases por cada soporte).

26 »Haz travesaños de madera de acacia para unir los soportes: cinco travesaños para el lado norte del tabernáculo 27 y cinco para el lado sur. Prepara también cinco travesaños para la parte posterior del tabernáculo, que dará al occidente. 28 El travesaño central, sujetado a la mitad de la altura de los soportes, pasará de un extremo del tabernáculo al otro. 29 Recubre de oro los soportes y haz anillos de oro para sostener los travesaños. También recubre de oro los travesaños.

30 »Arma el tabernáculo según el modelo que se te mostró en el monte.

31 »Para el interior del tabernáculo, confecciona una cortina especial de lino de tejido fino. Adórnala con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. 32 Cuélgala de ganchos de oro, que estarán sujetos a cuatro postes de madera de acacia. Recubre de oro los postes y colócalos en cuatro bases de plata. 33 Cuelga con broches la cortina interior y coloca el arca del pacto[au] en la sala detrás de la cortina. Esta cortina separará el Lugar Santo del Lugar Santísimo.

34 »Después pondrás la tapa del arca—el lugar de la expiación—encima del arca del pacto, dentro del Lugar Santísimo. 35 Coloca la mesa fuera de la cortina interior, en el lado norte del tabernáculo, y ubica el candelabro al otro lado de la sala, es decir, en el lado sur.

36 »Confecciona otra cortina para la entrada de la carpa sagrada. Elabórala con lino de tejido fino y bórdala con diseños refinados, usando hilo azul, púrpura y escarlata. 37 Fabrica cinco postes con madera de acacia; recúbrelos de oro y cuelga de ellos la cortina con ganchos de oro. También funde cinco bases de bronce para los postes.

Instrucciones para el altar de las ofrendas quemadas

27 »Con madera de acacia, construye un altar cuadrado que mida dos metros con treinta centímetros de ancho y de largo, y un metro con cuarenta centímetros de alto.[av] Haz cuernos en cada una de las cuatro esquinas, de modo que el altar y los cuernos formen una sola pieza. Recubre con bronce el altar. Haz recipientes para las cenizas, palas, tazones, tenedores para la carne y braseros, todos de bronce. Hazle una rejilla de bronce y ponle cuatro anillos de bronce en las cuatro esquinas. Instala la rejilla a la mitad de la altura del altar, debajo del borde. Para trasladar el altar, haz varas con madera de acacia y recúbrelas de bronce. Mete las varas por los anillos a ambos lados del altar. El altar deberá ser hueco y estar hecho con tablas. Constrúyelo tal como se te mostró en el monte.

Instrucciones para el atrio

»Luego harás el atrio del tabernáculo y lo encerrarás con cortinas de lino de tejido fino. Las cortinas del lado sur medirán cuarenta y seis metros de largo.[aw] 10 Estarán sostenidas por veinte postes encajados firmemente en veinte bases de bronce. Cuelga las cortinas con ganchos y anillos de plata. 11 Confecciona las cortinas del lado norte iguales a las del lado sur: de cuarenta y seis metros de largo, sostenidas por veinte postes encajados firmemente en bases de bronce. Cuelga las cortinas con ganchos y anillos de plata. 12 Las cortinas del lado occidental del atrio medirán veintitrés metros de largo,[ax] y estarán sostenidas por diez postes encajados en diez bases. 13 El lado oriental del atrio, o sea el frente, también medirá veintitrés metros de largo. 14 La entrada al atrio estará ubicada en el lado oriental, flanqueada por dos cortinas. La cortina del lado derecho medirá seis metros con noventa centímetros de largo y estará sostenida por tres postes encajados en tres bases. 15 La cortina del lado izquierdo también medirá seis metros con noventa centímetros de largo y estará sostenida por tres postes encajados en tres bases.

16 »Para la entrada del atrio, confecciona una cortina de nueve metros con veinte centímetros de largo.[ay] Elabórala de lino de tejido fino y adórnala con bordado hermoso de hilo azul, púrpura y escarlata. Sostenla con cuatro postes, cada uno encajado firmemente en su propia base. 17 Todos los postes alrededor del atrio deberán tener anillos y ganchos de plata, y bases de bronce. 18 Así que el atrio entero medirá cuarenta y seis metros de largo, por veintitrés metros de ancho, y tendrá paredes de cortinas de dos metros con treinta centímetros de alto,[az] hechas de lino de tejido fino. Las bases de los postes serán de bronce.

19 »Todos los objetos que se usen para las ceremonias del tabernáculo, incluidas las estacas para sostener el tabernáculo y las cortinas del atrio, serán de bronce.

Iluminación para el tabernáculo

20 »Ordénale al pueblo de Israel que te traiga aceite puro de olivas prensadas para la iluminación, a fin de mantener las lámparas siempre encendidas. 21 El candelabro estará en el tabernáculo, delante de la cortina interior que protege el arca del pacto.[ba] Aarón y sus hijos deberán mantener las lámparas encendidas toda la noche en la presencia del Señor. Esta es una ley perpetua para el pueblo de Israel, y deberá cumplirse de generación en generación.

Vestiduras para los sacerdotes

28 »Manda llamar a tu hermano Aarón y a sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Apártalos de los demás israelitas para que me sirvan y sean mis sacerdotes. Hazle a Aarón vestiduras sagradas que irradien belleza y esplendor. Instruye a todos los hábiles artesanos, a quienes he llenado con el espíritu de sabiduría, que confeccionen las vestiduras de Aarón, las cuales lo distinguirán como un sacerdote apartado para mi servicio. Las vestiduras que deben elaborar son las siguientes: un pectoral, un efod, un manto, una túnica con diseños, un turbante y una faja. Los artesanos harán estas vestiduras sagradas para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que las usen cuando me sirvan como sacerdotes. Por lo tanto, dales tela de lino fino, hilo de oro e hilo azul, púrpura y escarlata.

Diseño del efod

»Los artesanos deberán hacer el efod de lino de tejido fino y bordado hábilmente con hilo de oro e hilo azul, púrpura y escarlata. Constará de dos piezas—el frente y la espalda—unidas en los hombros por dos hombreras. La faja decorativa estará confeccionada con los mismos materiales: lino de tejido fino, bordado con oro y con hilo azul, púrpura y escarlata.

»Toma dos piedras de ónice y graba sobre ellas los nombres de las tribus de Israel: 10 seis nombres en cada piedra, dispuestos según el orden de nacimiento de los hijos de Israel. 11 Graba estos nombres en las dos piedras con la misma técnica que emplea un joyero para grabar un sello. Luego incrusta las piedras en monturas de filigrana de oro. 12 Sujeta las dos piedras sobre las hombreras del efod, pues son un recordatorio de que Aarón representa al pueblo de Israel. Aarón llevará estos nombres sobre sus hombros como un recordatorio continuo cada vez que se presente ante el Señor. 13 Elabora las monturas con filigrana de oro, 14 luego trenza dos cordones de oro puro y sujétalos a las monturas de filigrana, sobre las hombreras del efod.

Diseño del pectoral

15 »Después, con mucho cuidado y gran habilidad, harás un pectoral que se usará cuando se busque una decisión de parte de Dios.[bb] Confecciónalo de modo que haga juego con el efod: de lino de tejido fino, bordado con oro y con hilo azul, púrpura y escarlata. 16 Haz el pectoral de una sola pieza de tela, doblada en forma de bolsa cuadrada, de veintitrés centímetros[bc] cada lado. 17 Incrusta sobre el pectoral cuatro hileras de piedras preciosas.[bd] La primera hilera tendrá una cornalina roja, un peridoto de color verde pálido y una esmeralda. 18 La segunda hilera estará compuesta por una turquesa, un lapislázuli de color azul y una adularia blanca. 19 La tercera hilera consistirá de un jacinto anaranjado, un ágata y una amatista púrpura. 20 La cuarta hilera estará formada por un berilo azul y verde, un ónice y un jaspe verde. Todas estas piedras estarán incrustadas en filigranas de oro. 21 Cada piedra representará a uno de los doce hijos de Israel, y el nombre de la tribu que representa estará grabado en ella como un sello.

22 »Para sujetar el pectoral al efod, prepara cordones trenzados de hilo de oro puro. 23 Luego haz dos anillos de oro y sujétalos a las esquinas superiores del pectoral. 24 Ata los dos cordones de oro a los dos anillos colocados en el pectoral. 25 También ata los otros extremos de los cordones a las monturas de oro que van sobre las hombreras del efod. 26 Luego haz otros dos anillos de oro y fíjalos a los bordes interiores del pectoral, junto al efod. 27 Y haz otros dos anillos de oro y fíjalos a la parte delantera del efod, debajo de las hombreras, justo por encima del nudo donde la faja decorativa se ciñe al efod. 28 Luego sujeta con cordones azules los anillos inferiores del pectoral a los anillos del efod. Así el pectoral quedará firmemente unido al efod por encima de la faja decorativa.

29 »De esta manera, cuando entre en el Lugar Santo, Aarón llevará los nombres de las tribus de Israel cerca de su corazón, en el pectoral sagrado.[be] Esto servirá para recordarle continuamente que él representa al pueblo cuando entra a la presencia del Señor. 30 Dentro del pectoral sagrado meterás el Urim y el Tumim, para que Aarón los lleve sobre su corazón cuando se presente ante el Señor. De este modo, cada vez que Aarón entre a la presencia del Señor, llevará siempre sobre su corazón los objetos que se usan para determinar la voluntad del Señor para su pueblo.

Otras vestiduras para los sacerdotes

31 »Confecciona el manto que se usa con el efod de una sola pieza de tela azul, 32 con una abertura en el centro por donde Aarón pueda meter la cabeza. Refuerza la abertura con un cuello[bf] tejido para evitar que se rasgue. 33 Haz granadas de hilo azul, púrpura y escarlata, y sujétalas al borde del manto, alternándolas con campanillas de oro. 34 Las campanillas de oro y las granadas irán en forma alternada por todo el borde. 35 Aarón llevará puesto el manto cada vez que oficie delante del Señor, y las campanillas sonarán cuando entre a la presencia del Señor, en el Lugar Santo, y también cuando salga de allí. Si lleva puesto el manto, no morirá.

36 »Luego haz un medallón de oro puro y grábalo como un sello con las palabras Santo para el Señor. 37 Con un cordón azul, sujeta el medallón a la parte delantera del turbante de Aarón, donde deberá quedar permanentemente. 38 Aarón lo llevará sobre su frente para cargar sobre sí mismo toda culpabilidad de los israelitas cuando consagran sus ofrendas sagradas. Aarón tendrá que llevarlo siempre sobre su frente para que el Señor acepte al pueblo.

39 »La túnica con diseños para Aarón, téjela con tela de lino fino. Con el mismo lino, haz también el turbante. Confecciona, además, una faja y adórnala con un bordado colorido.

40 »Para los hijos de Aarón, confecciona túnicas, fajas y gorros especiales que irradien belleza y esplendor. 41 Viste a tu hermano Aarón y a sus hijos con estas vestiduras, y luego úngelos y ordénalos. Conságralos para que puedan servir como mis sacerdotes. 42 Hazles también ropa interior de lino que usen directamente sobre la piel, y les cubra desde la cadera hasta los muslos. 43 Aarón y sus hijos tendrán que llevarla puesta cada vez que entren al tabernáculo[bg] o se acerquen al altar en el Lugar Santo para realizar sus tareas sacerdotales. Así no incurrirán en culpa y no morirán. Esta es una ley perpetua para Aarón y para todos sus descendientes.

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