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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Éxodo 15:19-28:43

19 Cuando la caballería del faraón entró en el mar con sus carros y jinetes, el SEÑOR hizo volver las aguas del mar sobre ellos, mientras que los hijos de Israel caminaron en seco en medio del mar. 20 Entonces María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. 21 Y María las dirigía diciendo:

“¡Canten al SEÑOR,

pues se ha enaltecido grandemente! ¡Ha arrojado al mar caballos y jinetes!”.

Las aguas de Mara son hechas dulces

22 Moisés hizo que Israel partiera del mar Rojo, y ellos se dirigieron al desierto de Shur. Caminaron tres días por el desierto, sin hallar agua, 23 y llegaron a Mara. Pero no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas. Por eso pusieron al lugar el nombre de Mara[a]. 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés diciendo:

—¿Qué hemos de beber?

25 Moisés clamó al SEÑOR, y el SEÑOR le mostró un árbol. Cuando él arrojó el árbol dentro de las aguas, las aguas se volvieron dulces. Allí dio al pueblo leyes y decretos. Allí lo probó 26 diciéndole:

—Si escuchas atentamente la voz del SEÑOR tu Dios y haces lo recto ante sus ojos; si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy el SEÑOR tu sanador.

El SEÑOR envía codornices y maná

27 Llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.

16 Toda la congregación de los hijos de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día quince del mes segundo[b] después de salir de la tierra de Egipto. Entonces toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto. Los hijos de Israel les decían:

—¡Ojalá el SEÑOR nos hubiera hecho morir en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—He aquí, yo haré llover para ustedes pan del cielo. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día; así lo pondré a prueba, si anda en mi ley o no. Pero en el sexto día prepararán lo que han de llevar, que será el doble de lo que recogen cada día.

Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel:

—Al atardecer sabrán que el SEÑOR los ha sacado de la tierra de Egipto. Y al amanecer verán la gloria del SEÑOR, porque él ha oído sus murmuraciones contra el SEÑOR. Pues, ¿qué somos nosotros para que murmuren contra nosotros? —Agregó Moisés—: El SEÑOR les dará al atardecer carne para comer y al amanecer pan hasta saciarse, porque el SEÑOR ha oído las murmuraciones de ustedes contra él. Pues, ¿qué somos nosotros? Sus murmuraciones no son contra nosotros, sino contra el SEÑOR.

Moisés dijo a Aarón:

—Di a toda la congregación de los hijos de Israel: “Acérquense a la presencia del SEÑOR, pues él ha oído sus murmuraciones”.

10 Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de Israel, miraron hacia el desierto; y he aquí, la gloria del SEÑOR se apareció en la nube. 11 Y el SEÑOR habló a Moisés diciendo:

12 —Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales diciendo: “Al atardecer comerán carne, y al amanecer se saciarán de pan, y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios”.

13 Al atardecer vinieron las codornices y cubrieron el campamento. Y al amanecer había una capa de rocío alrededor del campamento. 14 Cuando se evaporó la capa de rocío, he aquí que sobre la superficie del desierto había una sustancia menuda, escamosa y fina como la escarcha sobre la tierra. 15 Al verla, los hijos de Israel se preguntaron unos a otros:

—¿Qué es esto?[c].

Pues no sabían lo que era. Entonces Moisés les dijo:

—Es el pan que el SEÑOR les da para comer. 16 Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: “Recojan de ello cada uno según lo que necesite para comer: como dos kilos por persona. Cada uno recogerá según el número de las personas que están en su tienda”.

17 Así lo hicieron los hijos de Israel. Unos recogieron más, y otros menos. 18 Midieron como dos kilos, y al que recogió mucho no le sobró, y al que recogió poco no le faltó. Cada uno recogió según lo que necesitaba para comer. 19 Y Moisés les dijo:

—Ninguno guarde nada de ello hasta el día siguiente.

20 Pero no obedecieron a Moisés, sino que algunos guardaron algo para el día siguiente; pero crió gusanos y hedió. Y Moisés se enojó contra ellos. 21 Lo recogían cada mañana, cada uno según lo que necesitaba para comer; y cuando el sol calentaba, se derretía. 22 En el sexto día recogieron doble porción de comida: como cuatro kilos para cada uno. Todos los principales de la congregación fueron a Moisés y se lo hicieron saber. 23 Y él les dijo:

—Esto es lo que ha dicho el SEÑOR: “Mañana es sábado de reposo, el sábado consagrado al SEÑOR. Lo que tengan que cocer al horno, cuézanlo hoy; y lo que tengan que cocinar, cocínenlo. Y todo lo que sobre, déjenlo a un lado y guárdenlo para la mañana”.

24 Ellos lo guardaron para la mañana, según lo había mandado Moisés, y no hedió ni crió gusanos. 25 Y dijo Moisés:

—Cómanlo hoy, porque es el sábado del SEÑOR. Hoy no lo hallarán en el campo. 26 Seis días lo recogerán; pero el séptimo día es sábado, en el cual no será hallado.

27 Aconteció que algunos del pueblo salieron para recoger en el séptimo día, y no hallaron nada. 28 Y el SEÑOR dijo a Moisés:

—¿Hasta cuándo rehusarán guardar mis mandamientos y mis instrucciones? 29 Miren que el SEÑOR les ha dado el sábado, y por eso en el sexto día les da pan para dos días. Permanezca cada uno en su lugar; nadie salga de allí en el séptimo día.

30 Así reposó el pueblo el séptimo día.

El maná conservado como señal

31 La casa de Israel lo llamó “maná”[d]. Era como semilla de cilantro, blanco; y su sabor era como de galletas con miel. 32 Moisés dijo:

—Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: “Llenen como dos kilos de maná para que sea conservado para sus generaciones, a fin de que ellas vean el pan que les di a comer en el desierto, cuando los saqué de la tierra de Egipto”.

33 Moisés también dijo a Aarón:

—Toma una vasija y pon en ella como dos kilos de maná; colócala delante del SEÑOR, para que sea conservado para las generaciones de ustedes.

34 Y Aarón lo puso delante del Testimonio, para que fuera conservado, como el SEÑOR había mandado a Moisés.

35 Los hijos de Israel comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Comieron maná hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán. 36 (La medida llamada “gomer” era como dos kilos, a su vez era la décima parte de la medida que llamaban “efa”).

Brota agua de la peña de Horeb

17 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin, para continuar sus etapas, según el mandato del SEÑOR; y acamparon en Refidim, donde no había agua para que el pueblo bebiera. El pueblo altercó con Moisés diciendo:

—¡Danos agua para beber!

Moisés les dijo:

—¿Por qué altercan conmigo? ¿Por qué ponen a prueba al SEÑOR?

Así que el pueblo sediento murmuró allí contra Moisés diciendo:

—¿Por qué nos trajiste de Egipto para matarnos de sed, a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?

Moisés clamó al SEÑOR diciendo:

—¿Qué haré con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.

El SEÑOR respondió a Moisés:

—Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los ancianos de Israel. Toma también en tu mano la vara con que golpeaste el Nilo, y ve. He aquí, yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb. Tú golpearás la peña y saldrá de ella agua, y el pueblo beberá.

Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masá y Meriba[e], por el altercado de los hijos de Israel y porque pusieron a prueba al SEÑOR, diciendo: “¿Está el SEÑOR entre nosotros, o no?”.

Victoria de Israel sobre Amalec

Entonces vino Amalec y combatió contra Israel en Refidim. Y Moisés dijo a Josué:

—Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cima de la colina con la vara de Dios en mi mano.

10 Josué hizo como le dijo Moisés y combatió contra Amalec, mientras Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina. 11 Sucedió que cuando Moisés alzaba su mano, Israel prevalecía; pero cuando bajaba su mano, prevalecía Amalec. 12 Ya las manos de Moisés estaban cansadas; por tanto, tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y él se sentó sobre ella. Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro lado. Así hubo firmeza en sus manos hasta que se puso el sol. 13 Y así derrotó Josué a Amalec y a su pueblo, a filo de espada. 14 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Escribe esto en un libro como recordatorio, y di claramente a Josué que yo borraré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.

15 Moisés edificó un altar y llamó su nombre “el SEÑOR es mi bandera”. 16 Y dijo:

—Por cuanto alzó la mano contra el trono del SEÑOR, el SEÑOR tendrá guerra contra Amalec de generación en generación.

Jetro visita a Moisés en Refidim

18 Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, oyó todas las cosas que Dios había hecho a favor de Moisés y de su pueblo Israel, y cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto. Y Jetro, suegro de Moisés, tomó a Séfora, la mujer de Moisés, a quien este había enviado; también tomó a sus dos hijos. (El uno se llamaba Gersón[f], porque Moisés había dicho: “Fui forastero en tierra extranjera”. El otro se llamaba Eliezer[g], porque había dicho: “El Dios de mi padre me ayudó y me libró de la espada del faraón”). Jetro, suegro de Moisés, y la mujer de este y sus hijos fueron a ver a Moisés en el desierto donde estaba el campamento, junto al monte de Dios. Y envió a decir a Moisés: “Yo, tu suegro Jetro, vengo a ti con tu mujer y con sus dos hijos”.

Moisés salió a recibir a su suegro, se postró ante él y lo besó. Se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y entraron en la tienda. Moisés contó a su suegro todas las cosas que el SEÑOR había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel, los contratiempos que habían pasado en el camino, y cómo los había librado el SEÑOR. Se alegró Jetro de todo el bien que el SEÑOR había hecho a Israel, librándolo de la mano de los egipcios. 10 Jetro dijo:

—¡Bendito sea el SEÑOR, que los libró de mano de los egipcios y de mano del faraón! Él es quien libró al pueblo de mano de los egipcios. 11 Ahora reconozco que el SEÑOR es más grande que todos los dioses, porque castigó[h] a aquellos que los trataron con arrogancia.

12 Después Jetro, suegro de Moisés, ofreció[i] un holocausto y sacrificios a Dios. Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a comer con el suegro de Moisés delante de Dios.

Jetro asesora la elección de jueces

13 Aconteció que al día siguiente Moisés se sentó para administrar justicia al pueblo. Y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la noche. 14 Al ver el suegro de Moisés todo lo que él hacía por el pueblo, dijo:

—¿Qué es esto que haces con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la noche?

15 Moisés respondió a su suegro:

—Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. 16 Cuando tienen cualquier asunto, vienen a mí. Yo juzgo entre uno y otro, y les hago conocer las leyes y las instrucciones de Dios.

17 Entonces el suegro de Moisés le dijo:

—No está bien lo que haces. 18 Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. 19 Ahora pues, escúchame; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el portavoz del pueblo delante de Dios, y lleva los asuntos a Dios. 20 Enséñales las leyes y las instrucciones, y muéstrales el camino a seguir y lo que han de hacer. 21 Pero selecciona de entre todo el pueblo a hombres capaces, temerosos de Dios, hombres íntegros que aborrezcan las ganancias deshonestas, y ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, 22 para que juzguen al pueblo en todo tiempo. Todo asunto difícil lo traerán a ti, pero ellos juzgarán todo asunto menor. Así aliviarás la carga que hay sobre ti, haciendo que otros la compartan contigo. 23 Si haces esto, y Dios así te lo manda, tú podrás resistir; y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.

24 Moisés escuchó el consejo de su suegro e hizo todo lo que él dijo. 25 Escogió Moisés hombres capaces de entre todo Israel y los puso al frente del pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. 26 Ellos juzgaban al pueblo en todo tiempo. Los asuntos difíciles los llevaban a Moisés, pero ellos se hacían cargo de todos los asuntos menores.

27 Entonces despidió Moisés a su suegro, y este se fue a su tierra.

El SEÑOR confirma su pacto en Sinaí

19 En el mes tercero[j] después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en ese mismo día llegaron al desierto de Sinaí. Partieron de Refidim y llegaron al desierto de Sinaí, e Israel acampó allí en el desierto frente al monte. Entonces Moisés subió para encontrarse con Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo:

—Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he levantado a ustedes sobre alas de águilas y los he traído a mí. Ahora pues, si de veras escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán para mí un pueblo[k] especial entre todos los pueblos. Porque mía es toda la tierra, y ustedes me serán un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

Entonces Moisés volvió y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en su presencia todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado. Todo el pueblo respondió a una, y dijo:

—¡Haremos todo lo que el SEÑOR ha dicho!

Y Moisés repitió al SEÑOR las palabras del pueblo. El SEÑOR dijo a Moisés:

—He aquí, yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo y te crea para siempre.

Y Moisés repitió al SEÑOR las palabras del pueblo. 10 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana, y que laven sus vestidos. 11 Que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el SEÑOR descenderá sobre el monte Sinaí, a la vista de todo el pueblo. 12 Tú señalarás un límite al pueblo, alrededor, diciendo: “Cuidado; no suban al monte ni toquen su límite. Cualquiera que toque el monte, morirá irremisiblemente. 13 Nadie pondrá sus manos sobre él, porque ciertamente será apedreado o muerto a flechazos; sea animal u hombre, no vivirá. Solo podrán subir al monte cuando la corneta suene prolongadamente”.

14 Moisés descendió del monte al encuentro del pueblo y lo santificó, y ellos lavaron sus vestidos. 15 Entonces dijo al pueblo:

—Estén preparados para el tercer día. Absténganse de relaciones con mujer.

16 Aconteció al tercer día, al amanecer, que hubo truenos y relámpagos, una densa nube sobre el monte, y un fuerte sonido de corneta. Y todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. 17 Moisés hizo salir al pueblo del campamento al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte. 18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en medio de fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera. 19 Mientras el sonido de la corneta se intensificaba en extremo, Moisés hablaba, y Dios le respondía con truenos.

20 El SEÑOR descendió sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte. Entonces el SEÑOR llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Desciende y advierte al pueblo, no sea que traspasen el límite para ver al SEÑOR y mueran muchos de ellos. 22 Santifíquense también los sacerdotes que se acercan al SEÑOR, no sea que el SEÑOR acometa contra ellos.

23 Moisés dijo al SEÑOR:

—El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has ordenado diciendo: “Señala límites al monte y santifícalo”.

24 Y el SEÑOR le dijo:

—Ve, desciende y luego sube tú con Aarón. Pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a encontrarse con el SEÑOR, no sea que él acometa contra ellos.

25 Entonces Moisés descendió al encuentro del pueblo y se lo dijo.

Los Diez Mandamientos

20 Y Dios habló todas estas palabras, diciendo: “Yo soy el SEÑOR tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:

“No tendrás otros dioses delante de mí.

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el SEÑOR tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen. Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

“No tomarás en vano el nombre del SEÑOR tu Dios, porque el SEÑOR no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

“Acuérdate del día sábado[l] para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 10 pero el séptimo día será sábado para el SEÑOR tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días el SEÑOR hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso el SEÑOR bendijo el día sábado[m] y lo santificó.

12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.

13 “No cometerás homicidio.

14 “No cometerás adulterio.

15 “No robarás.

16 “No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo”.

El pueblo teme ante la voz de Dios

18 Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia. 19 Y dijeron a Moisés:

—Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.

20 Y Moisés respondió al pueblo:

—No teman, porque Dios ha venido para probarlos, a fin de que su temor esté delante de ustedes para que no pequen.

21 Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios. 22 Y el SEÑOR dijo a Moisés: “Así dirás a los hijos de Israel: ‘Ustedes han visto que he hablado desde los cielos con ustedes. 23 No se hagan dioses de plata junto a mí; tampoco se hagan dioses de oro’.

Sobre la edificación de altares

24 “Harás para mí un altar de tierra, y sobre él sacrificarás tus holocaustos y ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas. En cualquier lugar donde yo haga recordar mi nombre vendré a ti y te bendeciré. 25 Y si me haces un altar de piedras, no lo construyas con piedras labradas; porque si alzas una herramienta sobre él, lo profanarás[n]. 26 Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta sobre él.

Sobre los esclavos hebreos

21 “Estos son los decretos que expondrás ante ellos:

“Cuando compres un esclavo hebreo, seis años te servirá; pero al séptimo saldrá libre, gratuitamente. Si entró solo, solo saldrá. Si tenía mujer, entonces su mujer saldrá con él. Si su amo le ha dado mujer y ella le ha dado hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo; y él saldrá solo. Y si él insiste en decir: ‘Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no quiero salir libre’, entonces su amo lo acercará ante los jueces, lo acercará a la puerta o al poste de la puerta y le horadará la oreja con una lezna. Y le servirá para siempre.

“Cuando alguien venda a su hija como esclava, esta no saldrá libre de la misma manera que suelen salir los esclavos varones. Si ella no agrada a su señor, quien la había destinado para sí mismo, él ha de permitir que ella sea rescatada. No tendrá derecho de venderla a un pueblo extranjero, por haberla decepcionado. Pero si la ha destinado para su hijo, hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas. 10 Si él toma para sí otra mujer, a la primera no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni su derecho conyugal. 11 Si no le provee estas tres cosas, entonces ella saldrá libre gratuitamente, sin pagar dinero.

Ofensas, compensaciones y penas

12 “El que hiere a alguien causándole la muerte morirá irremisiblemente. 13 Pero si él no lo premeditó, sino que Dios permitió que cayera en sus manos, entonces yo te pondré el lugar al cual ha de huir. 14 Pero si alguno actúa con premeditación contra su prójimo y lo mata con alevosía, lo quitarás de mi altar para que muera.

15 “El que hiera a su padre o a su madre morirá irremisiblemente.

16 “El que secuestre a una persona, sea que la venda o que esta sea encontrada en su poder, morirá irremisiblemente.

17 “El que maldiga a su padre o a su madre morirá irremisiblemente.

18 “Cuando algunos hombres peleen y uno hiera al otro con una piedra o con el puño, y este no muera pero caiga en cama; 19 si se levanta y anda fuera apoyado en su bastón, entonces el que lo hirió será absuelto. Solamente lo compensará por el tiempo de inactividad, y se hará cargo de su curación.

20 “Cuando alguien golpee a su esclavo o a su esclava con un palo, y muera en sus manos, sin falta será castigado. 21 Pero si sobrevive uno o dos días, no será castigado, porque es propiedad suya.

22 “Cuando algunos hombres peleen y hieran a una mujer encinta y esta aborte sin mayor daño, el culpable será multado de acuerdo con lo que le imponga el marido de la mujer y según lo que establezcan los jueces. 23 Pero si ocurre un daño mayor, entonces pagará vida por vida, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.

26 “Cuando alguien hiera el ojo de su esclavo o el ojo de su esclava y lo destruya, lo dejará ir libre en compensación por su ojo. 27 Si ocasiona la pérdida de un diente a su esclavo o un diente a su esclava, dejará que se vaya libre en compensación por su diente”.

Muerte causada por animales

28 “Cuando un buey cornee a un hombre o a una mujer, y como consecuencia muera, el buey morirá apedreado, y no se comerá su carne; pero su dueño será absuelto. 29 Si el buey era corneador en el pasado y a su dueño se le había advertido, pero no lo había guardado, y mata a un hombre o a una mujer, el buey morirá apedreado; y también morirá el dueño. 30 Si le es impuesta una multa, entonces dará en rescate de su vida cuanto le sea impuesto. 31 Si ha acorneado a un hijo o a una hija, se hará con él conforme a este mismo decreto. 32 Si el buey cornea a un esclavo o a una esclava, el dueño del buey dará trescientos treinta gramos de plata al dueño del esclavo; y el buey morirá apedreado.

Muerte ocasionada a animales

33 “Cuando alguien deje abierta o cave una cisterna, y no la cubra, y allí caiga un buey o un asno, 34 el dueño de la cisterna pagará a su dueño su valor en dinero; y el animal muerto será suyo.

35 “Cuando el buey de alguien hiera al buey de su prójimo, y muera, entonces venderán el buey vivo y se repartirán el dinero. También se repartirán el buey muerto. 36 Pero si se sabía que el buey era corneador en el pasado y su dueño no lo había guardado, pagará buey por buey; y el buey muerto será suyo.

Leyes acerca de la restitución

22 “Cuando alguien robe un buey o una oveja y lo degüelle o venda, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja, pagará cuatro ovejas. Si un ladrón es hallado forzando una casa, y es herido y muere, no hay castigo. Pero si sucede después de salido el sol, sí, hay castigo. Al ladrón le corresponde hacer restitución, y si no tiene con qué, será vendido por lo que ha robado. Si lo robado es hallado vivo en su poder, sea buey, asno u oveja, pagará el doble.

“Cuando alguien deje pastar su ganado en un campo o una viña y permita que su ganado pase a otro campo, pagará con lo mejor de su propio campo y con lo mejor de su viña.

“Cuando un fuego se extienda y halle espinos, y sean destruidas las gavillas, la mies o un campo, el que prendió el fuego, sin falta pagará el daño del incendio.

“Cuando alguien dé a su prójimo plata u objetos para que los guarde, y estos sean robados de la casa del hombre; si es hallado el ladrón, este pagará el doble. Pero si no es hallado el ladrón, entonces al señor de la casa se le hará comparecer ante los jueces para determinar si ha metido la mano en la propiedad de su prójimo.

“Sobre todo asunto de posesión ilegal, sea con respecto a buey, asno, oveja, vestido o cualquier propiedad perdida, si uno dice: ‘Esto es mío’, la causa de ambos será llevada ante los jueces. Y aquel a quien los jueces declaren culpable pagará el doble a su prójimo.

10 “Cuando alguien entregue a su prójimo un asno, un buey, una oveja o cualquier otro animal para que lo guarde, y se muera o se lastime, o sea robado sin que nadie lo vea, 11 tendrá lugar entre ambos un juramento ante el SEÑOR, de que no ha metido la mano en la propiedad de su prójimo. El dueño aceptará su testimonio, y el otro no hará restitución. 12 Pero si efectivamente le ha sido robado, él hará restitución a su dueño. 13 Y si el animal fue despedazado, él llevará al dueño evidencia del animal despedazado; y no hará restitución.

14 “Cuando alguien pida prestado un animal a su prójimo y sea lesionado o muerto en ausencia de su dueño, hará completa restitución. 15 Pero si el dueño estuvo presente, no la hará. Si el animal era alquilado, los daños están incluidos en el alquiler.

16 “Cuando alguien seduzca a una mujer virgen no desposada y se acueste con ella, deberá pagar el precio matrimonial por ella y la tomará por mujer. 17 Pero si el padre de ella rehúsa dársela, a pesar de ello él pagará en dinero el precio matrimonial.

Leyes diversas

18 “No dejarás que vivan las brujas.

19 “Cualquiera que tiene cópula con un animal morirá irremisiblemente.

20 “El que ofrece sacrificio a un dios que no sea el SEÑOR, será anatema.

21 “No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque también ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto.

22 “No afligirás a ninguna viuda ni ningún huérfano. 23 Porque si llegas a afligirlo y él clama a mí, ciertamente oiré su clamor, 24 y mi furor se encenderá, y a ustedes mataré a espada; y sus mujeres quedarán viudas, y sus hijos huérfanos.

25 “Si das prestado dinero a algún pobre de mi pueblo que está contigo, no te portarás con él como usurero ni le impondrás intereses. 26 Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás a la puesta del sol. 27 Porque eso es su única cubierta; eso es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿Con qué más ha de dormir? Cuando él clame a mí, yo lo oiré; porque soy misericordioso.

28 “No maldecirás a los jueces ni hablarás mal del gobernante de tu pueblo.

29 “No demorarás en presentar las primicias de tu cosecha ni de tu lagar.

“Me darás el primogénito de tus hijos. 30 Lo mismo harás con el de tus vacas y el de tus ovejas. Siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás.

31 “Me serán hombres santos. No comerán la carne de un animal despedazado en el campo. A los perros se la echarán.

Principios de bondad y honestidad

23 “No suscitarás rumores falsos ni te pondrás de acuerdo con el impío para ser testigo perverso.

“No seguirás a la mayoría para hacer el mal. No testificarás en un pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa. Tampoco harás favoritismo al pobre en su pleito.

“Si encuentras extraviado el buey o el asno de tu enemigo, devuélveselo. Si ves caído debajo de su carga el asno del que te aborrece, no lo dejes abandonado. Ciertamente le ayudarás con él.

“No pervertirás el derecho del necesitado en su pleito. Te alejarás de las palabras de mentira, y no condenarás a morir al inocente y al justo; porque yo no justificaré al culpable.

“No recibirás soborno, porque el soborno ciega a los que ven con claridad y pervierte las palabras de los justos.

“No oprimirás al extranjero; pues ustedes saben cómo es el ánimo del extranjero, porque ustedes han sido extranjeros en la tierra de Egipto.

El sábado y el año sabático

10 “Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto. 11 Pero el séptimo la dejarás sin cultivar y vacante, para que coman de ella los necesitados de tu pueblo y para que de lo que quede coman también los animales del campo. Lo mismo harás con tu viña y con tu olivar.

12 “Seis días te dedicarás a tus labores; pero en el séptimo día cesarás, para que descansen tu buey y tu asno, y renueven fuerzas el hijo de tu sierva y el forastero.

13 “Guardarán todo lo que les he dicho. No mencionarán los nombres de otros dioses ni se los oiga en sus labios.

Las fiestas de peregrinación

14 “Tres veces al año me celebrarás fiesta:

15 “Guardarás la fiesta de los Panes sin levadura. Siete días comerás panes sin levadura, como te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib[o]; porque en él saliste de Egipto. Y nadie se presentará delante de mí con las manos vacías.

16 “Guardarás también la fiesta de la Siega, las primicias de los frutos de lo que hayas sembrado en el campo.

“También guardarás la fiesta de la Cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido del campo el fruto de tus labores.

17 “Tres veces al año se presentarán todos tus hombres delante del SEÑOR Dios[p].

Ofrendas y sacrificios

18 “No ofrecerás la sangre de mi sacrificio junto con algo que tenga levadura.

“No quedará el sebo de mi ofrenda hasta la mañana.

19 “Traerás lo mejor de las primicias de tu tierra a la casa del SEÑOR tu Dios.

“No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

Condiciones para la prosperidad

20 “He aquí, yo envío un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te lleve al lugar que yo he preparado. 21 Guarda tu conducta delante de él y escucha su voz. No lo resistas, porque él no perdonará la rebelión de ustedes, pues mi nombre está en él. 22 Pero si en verdad escuchas su voz y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. 23 Porque mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra de los amorreos, heteos, ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos, y yo los destruiré. 24 No te inclinarás ante sus dioses ni les rendirás culto, ni harás como ellos hacen. Más bien, los destruirás del todo y romperás por completo sus piedras rituales. 25 Pero servirás al SEÑOR tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré las enfermedades de en medio de ti. 26 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni mujer estéril. Al número de tus días yo daré plenitud.

27 “Yo enviaré mi terror delante de ti y traeré confusión a todo pueblo donde tú entres. Haré que todos tus enemigos huyan de delante de ti. 28 Yo enviaré delante de ti la avispa, la cual echará de tu presencia a los heveos, cananeos y heteos. 29 No los echaré de tu presencia en un solo año, para que la tierra no quede desolada ni se multipliquen contra ti las fieras del campo. 30 Poco a poco los echaré de tu presencia, hasta que multipliques y tomes posesión de la tierra. 31 Yo estableceré tus fronteras desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos; y desde el desierto hasta el Río. Yo entregaré en la mano de ustedes a los habitantes del país, y tú los echarás de tu presencia. 32 No harás pacto con ellos ni con sus dioses. 33 No habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí; porque si rindes culto a sus dioses, ciertamente ellos te harán tropezar”.

Confirmación del pacto en Sinaí

24 Dios dijo a Moisés:

—Suban ante el SEÑOR, tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel, y se postrarán a distancia. Luego se acercará Moisés solo al SEÑOR; pero no se acerquen ellos ni suba el pueblo con él.

Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras del SEÑOR y todos los decretos, y todo el pueblo respondió a una voz diciendo:

—Haremos todas las cosas que el SEÑOR ha dicho.

Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR. Y levantándose muy de mañana, erigió al pie del monte un altar y doce piedras según las doce tribus de Israel. Luego mandó a unos jóvenes de los hijos de Israel, y estos ofrecieron holocaustos y mataron toros como sacrificios de paz al SEÑOR. Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. Asimismo, tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo:

—Haremos todas las cosas que el SEÑOR ha dicho, y obedeceremos.

Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo:

—He aquí la sangre del pacto que el SEÑOR ha hecho con ustedes referente a todas estas palabras.

Luego Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel subieron, 10 y vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había como un pavimento de zafiro, semejante en pureza al mismo cielo. 11 Y no extendió su mano contra los principales de los hijos de Israel. Ellos vieron a Dios, y comieron y bebieron. 12 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Sube a mí, al monte, y espera allí. Yo te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles.

13 Se levantaron Moisés y Josué su ayudante, y Moisés subió al monte de Dios; 14 y dijo a los ancianos:

—Espérennos aquí hasta que volvamos a ustedes. He aquí Aarón y Hur están con ustedes. El que tenga algún asunto, acuda a ellos.

15 Entonces Moisés subió al monte, y la nube cubrió el monte. 16 La gloria del SEÑOR posó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día él llamó a Moisés de dentro de la nube. 17 Y la apariencia de la gloria del SEÑOR en la cumbre del monte era como un fuego consumidor ante los ojos de los hijos de Israel. 18 Moisés entró en la nube y subió al monte. Y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Ofrenda para el tabernáculo

25 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: “Di a los hijos de Israel que tomen para mí una ofrenda; de todo hombre cuyo corazón lo mueva a hacerlo tomarán mi ofrenda. Esta es la ofrenda que tomarán de ellos: oro, plata, bronce, material azul, púrpura, carmesí, lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles finas, madera de acacia, aceite para la iluminación, especias aromáticas para el aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral. Que me hagan un santuario, y yo habitaré en medio de ellos. Harán el diseño del tabernáculo y el de todos sus accesorios, conforme a todo lo que yo te mostraré.

El arca del testimonio

10 “Harás[q] un arca de madera de acacia. Será de un metro con diez centímetros de largo, de sesenta y cinco centímetros de ancho, y de sesenta y cinco centímetros de alto. 11 La recubrirás de oro puro; por dentro y por fuera la recubrirás, y harás sobre ella una moldura de oro alrededor. 12 Para ella harás cuatro aros de oro fundido, los cuales pondrás en sus cuatro patas: dos aros a un lado de ella, y dos aros al otro lado. 13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales recubrirás de oro; 14 y meterás las varas por los aros a los lados del arca, para llevar el arca con ellas. 15 Las varas permanecerán en los aros del arca; no se quitarán de ella. 16 Pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.

El propiciatorio

17 “Harás un propiciatorio de oro puro. Será de un metro diez centímetros de largo, y de sesenta y cinco centímetros de ancho. 18 Harás también dos querubines; de oro modelado a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. 19 Harás un querubín en un extremo, y el otro querubín en el otro extremo. De una sola pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. 20 Los querubines extenderán las alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio. Sus caras estarán una frente a la otra; las caras de los querubines estarán mirando hacia el propiciatorio.

21 “Pondrás el propiciatorio sobre el arca, por encima; y dentro del arca pondrás el testimonio que yo te daré. 22 Allí me encontraré contigo, y desde encima del propiciatorio, de en medio de los querubines que están sobre el arca del testimonio, hablaré contigo de todo lo que te mande para los hijos de Israel.

La mesa de la Presencia

23 “Harás una mesa de madera de acacia. Será de noventa centímetros de largo, de cuarenta y cinco de ancho y de sesenta y cinco centímetros de alto. 24 La recubrirás de oro puro y le harás una moldura de oro alrededor. 25 Le harás también un marco alrededor, de siete centímetros de ancho, y al marco le harás una moldura de oro alrededor. 26 Le harás cuatro aros de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas. 27 Próximos al marco estarán los aros, donde se colocarán las varas para llevar la mesa.

28 “Harás las varas de madera de acacia y las recubrirás de oro; con ellas será llevada la mesa. 29 También harás sus platos, sus cucharas, sus vasijas y sus tazones para hacer la ofrenda ritual de un líquido; los harás de oro puro. 30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la Presencia, continuamente, delante de mí.

El candelabro de oro

31 “Harás un candelabro[r] de oro puro modelado a martillo. El candelabro con su base, su tallo, sus cálices, sus botones y sus flores será de una sola pieza. 32 Seis brazos saldrán de sus lados: tres brazos del candelabro de un lado, y tres brazos del candelabro del otro lado. 33 Habrá tres cálices en forma de flor de almendro en un brazo, con un botón y una flor; y tres cálices en forma de flor de almendro en el otro brazo, con un botón y una flor; así en los seis brazos que salen del candelabro. 34 En el tallo del candelabro habrá cuatro cálices en forma de flor de almendro, con sus botones y sus flores. 35 Habrá un botón debajo de dos brazos del mismo, otro botón debajo de otros dos brazos del mismo, y otro botón debajo de los otros dos brazos del mismo; así con los seis brazos que salen del candelabro. 36 Sus botones y sus brazos serán de una sola pieza con él; todo será una pieza de oro puro modelado a martillo.

37 “Además, le harás siete lámparas, y las pondrás en alto, para que alumbren hacia adelante. 38 También sus despabiladeras y sus platillos serán de oro puro. 39 Lo harás de treinta y tres kilos de oro puro, junto con todos estos accesorios. 40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Las piezas del tabernáculo

26 “Harás el tabernáculo de diez tapices de lino torcido, de material azul, de púrpura y de carmesí. Y los decorarás con querubines, obra de fina artesanía. Cada tapiz será de doce metros y medio de largo y de un metro ochenta centímetros de ancho. Todos los tapices tendrán la misma medida. Cinco tapices se unirán el uno con el otro; y también los otros cinco tapices se unirán el uno con el otro. Harás lazos de hilo azul en la orilla de cada tapiz del extremo de la unión, y lo mismo harás en la orilla del tapiz del extremo en la otra unión. Harás cincuenta lazos en el primer tapiz, y otros cincuenta en el extremo del tapiz de la otra unión, estando los lazos contrapuestos, uno frente al otro. También harás cincuenta ganchos de oro con los cuales unirás los tapices el uno con el otro, de manera que el tabernáculo forme un solo conjunto.

“Asimismo, harás tapices de pelo de cabra para la tienda que estará sobre el tabernáculo, once tapices en total. Cada tapiz será de trece metros y medio de largo y de un metro ochenta centímetros de ancho. Los once tapices tendrán una misma medida. Unirás cinco tapices en un conjunto, y seis tapices en el otro conjunto. Doblarás el sexto tapiz para que vaya en la parte frontal del tabernáculo. 10 Harás cincuenta lazos en la orilla del tapiz del extremo, en la primera unión; y otros cincuenta lazos en la orilla del otro tapiz, en la segunda unión. 11 Asimismo, harás cincuenta ganchos de bronce, los cuales meterás en los lazos, y juntarás la tienda de manera que forme un conjunto. 12 El sobrante de los tapices de la cubierta, que es de medio tapiz, colgará hacia la parte posterior del tabernáculo. 13 Y cuarenta y cinco centímetros de un lado y otros cuarenta y cinco centímetros del otro lado, que sobran a lo largo de los tapices de la tienda, colgarán sobre los lados del tabernáculo, a un lado y al otro, para cubrirlo.

14 “También harás para el tabernáculo una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y sobre esta habrá una cubierta de pieles finas.

15 “Harás para el tabernáculo tablones de madera de acacia para estar puestos de manera vertical. 16 Cada tablón será de cuatro metros y medio de largo y de sesenta y cinco centímetros de ancho. 17 Cada tablón tendrá dos espigas para ser trabadas una con otra. Así harás con todos los tablones del tabernáculo. 18 Harás para el lado sur del tabernáculo veinte tablones. 19 Harás cuarenta bases de plata para estar debajo de los veinte tablones: dos bases debajo de un tablón para sus dos espigas, y dos bases debajo de otro tablón para sus dos espigas. 20 Y para el otro lado del tabernáculo, el lado norte, harás otros veinte tablones, 21 con sus cuarenta bases de plata, dos bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón. 22 Para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablones. 23 Harás, además, dos tablones para las esquinas del tabernáculo en los dos extremos posteriores, 24 los cuales estarán unidos por abajo y unidos por arriba con un aro. Así será con los dos tablones para las dos esquinas. 25 De modo que habrá ocho tablones con sus bases de plata, dieciséis bases; dos bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón.

26 “Harás también travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones de un lado del tabernáculo; 27 cinco travesaños para los tablones del otro lado del tabernáculo, y cinco travesaños para los tablones del lado posterior del tabernáculo, al occidente. 28 El travesaño del centro pasará por la mitad de los tablones, de un extremo al otro extremo. 29 Recubrirás de oro los tablones. Harás también de oro sus aros en los cuales se han de meter los travesaños. También recubrirás de oro los travesaños. 30 Y levantarás el tabernáculo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

31 “Harás también un velo de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido, decorado con querubines, obra de fina artesanía. 32 Lo pondrás sobre cuatro pilares de madera de acacia recubiertos de oro, con sus ganchos de oro sobre las cuatro bases de plata. 33 Harás colgar el velo de los ganchos. Introducirás detrás del velo el arca del testimonio. Aquel velo les servirá de separación entre el lugar santo y el lugar santísimo. 34 Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio, en el lugar santísimo.

35 “Pondrás la mesa fuera del velo, y el candelabro frente a la mesa, en el lado sur del tabernáculo. Y pondrás la mesa en el lado norte.

36 “Harás para la entrada del tabernáculo una cortina de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido, obra de bordador. 37 Harás para la cortina cinco pilares de madera de acacia, y los recubrirás de oro. Sus ganchos serán de oro; y les harás cinco bases de bronce fundido.

El altar del holocausto

27 “Harás un altar de madera de acacia. Será cuadrado, de dos metros veinticinco centímetros de largo, de dos metros veinticinco centímetros de ancho y de un metro treinta y cinco centímetros de alto. Le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán de una misma pieza. Y lo recubrirás de bronce. También harás sus bandejas para las cenizas, sus palas, sus tazones para la aspersión, sus tenedores y sus baldes. Harás de bronce todos sus utensilios. Le harás una rejilla de bronce en forma de red, y sobre la red harás cuatro aros de bronce en sus cuatro extremos. Y la pondrás por debajo y alrededor del borde del altar. La red llegará hasta la mitad del altar.

“Harás varas para el altar, varas de madera de acacia, y las recubrirás de bronce. Las varas se meterán por los aros. Esas varas estarán a los dos lados del altar cuando sea transportado. Harás el altar hueco, hecho de tablas. De la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harán.

El atrio del tabernáculo

“Harás el atrio del tabernáculo. En el lado sur el atrio tendrá mamparas de lino torcido a lo largo de cuarenta y cinco metros, por un lado. 10 Sus veinte pilares y sus veinte bases serán de bronce. Los ganchos de los pilares y sus bandas serán de plata. 11 De la misma manera, en el lado norte habrá mamparas a lo largo de cuarenta y cinco metros, con sus veinte pilares y sus veinte bases de bronce. Los ganchos de los pilares y sus bandas serán de plata.

12 “El ancho del atrio en el lado occidental tendrá veintidós metros y medio de mamparas. Sus pilares serán diez, con sus diez bases. 13 El ancho del atrio al frente, es decir, al este, será de veintidós metros y medio. 14 Las mamparas de un lado tendrán seis metros setenta y cinco centímetros con sus tres pilares y sus tres bases. 15 Al otro lado las mamparas tendrán seis metros setenta y cinco centímetros, y sus pilares y sus bases también serán tres.

16 “En la entrada del atrio habrá una cortina de nueve metros de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido, obra de bordador. Sus pilares y sus bases serán cuatro. 17 Todos los pilares alrededor del atrio estarán ceñidos de plata. Sus ganchos serán de plata, y sus bases de bronce. 18 El atrio será de cuarenta y cinco metros de largo, de veintidós metros y medio de ancho y de dos metros veinticinco centímetros de alto. Sus mamparas serán de lino torcido; y sus bases, de bronce.

19 “Todos los utensilios para el servicio del tabernáculo, así como todas sus estacas y las del atrio, serán de bronce.

Aceite para las lámparas

20 “Tú mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas claro y puro para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente las lámparas. 21 Aarón y sus hijos las dispondrán delante del SEÑOR, en el tabernáculo de reunión, fuera del velo que está delante del testimonio, desde el anochecer hasta el amanecer. Este es un estatuto perpetuo de los hijos de Israel, a través de sus generaciones.

Las vestiduras sacerdotales

28 “Harás que se acerque a ti, de entre los hijos de Israel, tu hermano Aarón y sus hijos con él, para que Aarón y sus hijos Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar me sirvan como sacerdotes. Harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, que le den gloria y esplendor. Tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes he llenado de espíritu de sabiduría, y ellos harán las vestiduras de Aarón, para consagrarlo a fin de que me sirva como sacerdote. Las vestiduras que serán confeccionadas son las siguientes: el pectoral, el efod, la túnica, el vestido a cuadros, el turbante y el cinturón. Harán las vestiduras sagradas para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes.

El efod

“Tomarán oro, material azul, púrpura, carmesí y lino; y harán el efod de oro, de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido, obra de fina artesanía. Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos, para poderse unir. Su ceñidor para ajustar el efod, que estará sobre este, será de su misma hechura y de los mismos materiales: oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Tomarás dos piedras de ónice y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel: 10 seis de sus nombres en una piedra y los nombres de los seis restantes en la otra piedra, conforme al orden de su nacimiento. 11 Por mano de grabador en piedra y con grabadura de sello, harás grabar aquellas dos piedras con los nombres de los hijos de Israel, y les harás engastes de oro alrededor. 12 Y pondrás aquellas piedras sobre las hombreras del efod, como piedras para recordar a los hijos de Israel. Aarón llevará sus nombres delante del SEÑOR, sobre sus dos hombreras, para recordarlos. 13 Harás engastes de oro, 14 y dos cadenillas de oro puro, trenzadas como cordón, y fijarás en los engastes las cadenillas trenzadas como cordón.

El pectoral del juicio

15 “Harás el pectoral del juicio, obra de fina artesanía; lo harás como la hechura del efod: de oro, de material azul, de púrpura, de carmesí y de lino torcido. 16 Será cuadrado y plegado; será de veintidós centímetros de largo y de veintidós centímetros de ancho. 17 Lo llenarás con los engastes de piedras, con cuatro hileras de piedras: La primera hilera tendrá un rubí, un topacio y un berilo. 18 La segunda hilera tendrá una turquesa, un zafiro y un diamante. 19 La tercera hilera tendrá un jacinto, un ágata y una amatista. 20 La cuarta hilera tendrá un crisólito, un ónice y un jaspe. Estas piedras estarán montadas en engastes de oro. 21 Las piedras corresponderán a los nombres de los hijos de Israel; serán doce como sus nombres. Corresponderán a las doce tribus, como grabaduras de sello, cada una con su nombre.

22 “Harás sobre el pectoral cadenillas trenzadas como cordón, de oro puro. 23 Harás también sobre el pectoral dos anillos de oro, los cuales pondrás en los dos extremos del pectoral. 24 Meterás los dos cordones de oro en los dos anillos, en los extremos del pectoral. 25 Fijarás los dos extremos de ambos cordones sobre los dos engastes, y los fijarás a las hombreras del efod en su parte delantera.

26 “Harás también otros dos anillos de oro, los que pondrás en los dos extremos del pectoral, en el borde que está al lado interior del efod. 27 Harás también otros dos anillos de oro y los fijarás en la parte inferior de las dos hombreras del efod, en su parte delantera, frente a su unión sobre el ceñidor del efod. 28 Así atarán el pectoral por sus anillos a los anillos del efod con un cordón azul, para que esté sobre el ceñidor del efod y para que el pectoral no se desprenda del efod. 29 Y cuando Aarón entre en el santuario, llevará los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, para recordarlo continuamente delante del SEÑOR.

30 “Y pondrás el Urim y el Tumim en el pectoral del juicio, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia del SEÑOR. Así llevará continuamente Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón, en presencia del SEÑOR.

La túnica del efod

31 “Harás la túnica del efod toda de material azul. 32 En medio de ella, en la parte superior, habrá una abertura que tendrá un borde alrededor. Será obra de tejedor, como la abertura de una coraza de cuero, para que no se rompa. 33 En sus bordes inferiores harás granadas de material azul, de púrpura y de carmesí; y entre ellas y alrededor de sus bordes harás campanillas de oro: 34 campanilla de oro y granada, luego campanilla de oro y granada, alrededor de los bordes de la túnica. 35 Aarón las llevará cuando ministre. Su sonido se oirá cuando entre en el santuario delante del SEÑOR, y cuando salga, para que no muera.

Otras vestiduras sacerdotales

36 “Harás de oro puro una lámina en forma de flor, y grabarás en ella con grabadura de sello: ‘Consagrado al SEÑOR’. 37 La colocarás sobre un cordón azul, y estará sobre el turbante; estará en la parte delantera del turbante. 38 Estará sobre la frente de Aarón, y Aarón cargará con la culpa relacionada con las cosas sagradas que los hijos de Israel hayan consagrado, todos sus obsequios sagrados. Estará continuamente sobre su frente para que hallen gracia delante del SEÑOR.

39 “Tejerás a cuadros un vestido de lino y harás un turbante de lino. Harás también un cinturón, obra de bordador. 40 También harás vestidos y cinturones para los hijos de Aarón, y les harás turbantes para gloria y esplendor. 41 Con ellos vestirás a tu hermano Aarón, y con él a sus hijos. Los ungirás, los investirás y los consagrarás para que me sirvan como sacerdotes.

42 “También les harás pantalones de lino para cubrir su desnudez desde la cintura hasta los muslos. 43 Aarón y sus hijos estarán vestidos con ellos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario; no sea que carguen con la culpa y mueran. Este es un estatuto perpetuo para él y para sus descendientes después de él.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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