Bible in 90 Days
I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (1—7)
Los holocaustos (1,1-17)
Ofrenda de animales
1 El Señor llamó a Moisés y le habló en estos términos desde la Tienda del encuentro:
2 — Di a los israelitas: cuando alguien presente al Señor una ofrenda de animales, esta podrá ser de ganado mayor o de ganado menor.
Holocausto de ganado mayor
3 Si su ofrenda para el holocausto es de ganado mayor, ofrecerá un macho sin defecto alguno; lo ofrecerá a la entrada de la Tienda del encuentro para que sea agradable al Señor. 4 Pondrá su mano sobre la cabeza del animal destinado al holocausto, para que el sacrificio sea aceptado como expiación de parte suya. 5 Entonces degollará la res en presencia del Señor, y a continuación los sacerdotes aaronitas ofrecerán la sangre rociando con ella los lados del altar que está a la entrada de la Tienda del encuentro. 6 El animal ofrecido en holocausto será desollado y descuartizado. 7 Y los sacerdotes aaronitas pondrán fuego sobre el altar y apilarán leña sobre el fuego. 8 Luego colocarán los trozos del animal, la cabeza y la grasa de las vísceras encima de la leña que arde sobre el altar, 9 y lavarán con agua las vísceras y las patas. El sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
Holocausto de ganado menor
10 Si su ofrenda para el holocausto es de ganado menor, corderos o cabritos, ofrecerá un macho sin defecto alguno. 11 Lo degollará en el lado norte del altar, en presencia del Señor; luego los sacerdotes aaronitas rociarán con su sangre los lados del altar. 12 Una vez descuartizado, el sacerdote colocará los trozos, junto con su cabeza y la grasa de las vísceras, encima de la leña que arde sobre el altar; 13 y después de lavar con agua las vísceras y las patas, el sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
Holocausto de aves
14 Si la ofrenda en holocausto para el Señor es de aves, ofrecerá tórtolas o pichones. 15 El sacerdote traerá el ave al altar, le arrancará la cabeza y hará que se queme en el altar después que su sangre sea exprimida sobre un lado del mismo. 16 Le quitará el buche y las plumas, y los echará al lado oriental del altar, en el lugar de las cenizas. 17 Le rasgará las alas, pero no se las arrancará. El sacerdote hará que lo que está en el altar, encima de la leña que arde, se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
Ofrendas de cereal (2,1-16)
Ofrendas de harina cruda
2 Cuando alguien presente una ofrenda de cereal al Señor, su ofrenda será de flor de harina, sobre la que se echará aceite y se pondrá incienso. 2 La presentará luego a los sacerdotes aaronitas; entonces el sacerdote tomará un puñado de flor de harina con el aceite y con todo el incienso y lo quemará sobre el altar como una porción simbólica; ofrenda de olor grato para el Señor. 3 Lo que resta de la ofrenda de cereal será para Aarón y sus descendientes; es la porción más sagrada de las ofrendas que se queman para el Señor.
Ofrendas cocidas
4 Cuando presentes una ofrenda de cereal cocida al horno, esta será de tortas de flor de harina sin levadura, amasadas con aceite, y de hojaldres sin levadura untadas con aceite. 5 Si tu ofrenda de cereal está preparada a la plancha, deberá ser de flor de harina sin levadura, amasada con aceite; 6 la partirás en trozos y echarás aceite sobre ella, pues es una ofrenda de cereal.
7 Si lo que presentas es una ofrenda de cereal preparada en cazuela, deberá ser de flor de harina con aceite. 8 Traerás al Señor la ofrenda de cereal así preparada y la presentarás al sacerdote, quien la llevará al altar. 9 El sacerdote tomará de aquella ofrenda de cereal una porción simbólica y la quemará sobre el altar como ofrenda de olor grato para el Señor. 10 Lo que reste de esta ofrenda de cereal será para Aarón y sus descendientes; es la porción más sagrada de las ofrendas que se queman para el Señor.
Sobre el uso de la levadura, la miel y la sal
11 Toda ofrenda de cereal que ofrezcan al Señor se hará sin levadura, porque nada que contenga levadura o miel se ha de quemar en ofrenda para el Señor. 12 Sí podrás ofrecerla como ofrenda de primicias para el Señor; pero no la pondrás sobre el altar como ofrenda de olor grato para el Señor. 13 Sazonarás con sal toda ofrenda de cereal que presentes y no dejarás que la sal de la alianza de tu Dios falte jamás en tus ofrendas; todas tus ofrendas estarán sazonadas con sal.
Primicias
14 Cuando presentes al Señor una ofrenda de las primicias del cereal, la ofrenda deberá ser de grano nuevo, molido y tostado al fuego. 15 Y pondrás aceite e incienso sobre ella, pues es una ofrenda de cereal. 16 Como porción simbólica el sacerdote quemará una parte del grano desmenuzado junto con el aceite y con todo el incienso, pues es una ofrenda para el Señor.
Sacrificios de comunión (3,1-17)
De ganado mayor
3 Cuando se ofrece al Señor un sacrificio de comunión con ganado mayor, sea macho o hembra, el animal no deberá tener defecto alguno. 2 El oferente pondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido y lo degollará a la entrada de la Tienda del encuentro; luego los sacerdotes aaronitas rociarán con sangre los lados del altar 3 De la víctima, pasada por el fuego como sacrificio de comunión, se reservará para el Señor la grasa que cubre las vísceras, toda la grasa que está sobre las entrañas, 4 los dos riñones con su grasa, la grasa de los lomos y el lóbulo del hígado que se extraerá junto con los riñones. 5 Los sacerdotes aaronitas quemarán todo esto en el altar junto con el holocausto que está encima de la leña que arde sobre el altar; es ofrenda de olor grato para el Señor.
De ganado menor
6 Cuando se ofrece al Señor un sacrificio de comunión con ganado menor, sea macho o hembra, el animal no deberá tener defecto alguno. 7 Si ofrece un cordero, lo presentará delante del Señor, 8 pondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido, lo degollará delante de la Tienda del encuentro y los sacerdotes aaronitas rociarán con la sangre los lados del altar. 9 De la víctima, pasada por el fuego como sacrificio de comunión, se reservará para el Señor la grasa, la cola entera cortada desde el espinazo, la grasa de las vísceras y toda la de las entrañas del cordero; 10 asimismo los dos riñones con su grasa, la grasa de los lomos y el lóbulo del hígado que se extraerá junto con los riñones. 11 Entonces el sacerdote quemará todo esto sobre el altar como alimento ofrecido al Señor. 12 Si ofrece una cabra, la presentará al Señor, 13 pondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido, lo degollará delante de la Tienda del encuentro y los sacerdotes aaronitas rociarán con la sangre los lados del altar. 14 De la víctima, pasada por el fuego, reservará como ofrenda suya para el Señor la grasa de las vísceras y toda la grasa de las entrañas de la cabra como su ofrenda para el Señor, 15 así como los dos riñones con su grasa, la grasa de los lomos y el lóbulo del hígado que se extraerá junto con los riñones. 16 Y el sacerdote quemará esto sobre el altar como alimento ofrecido de olor grato para el Señor.
Ley de la grasa y la sangre
Toda la grasa pertenece al Señor. 17 Esta será una norma perpetua, válida para todos los descendientes de ustedes y en todos los lugares donde habiten: no comerán ni grasa ni sangre.
Sacrificios expiatorios (4—5)
Ofrenda de purificación por pecados involuntarios
4 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Habla a los israelitas y diles: Esto harán cuando alguien peque inadvertidamente contra alguno de los mandamientos del Señor y haga algo prohibido:
Por el pecado del sacerdote ungido
3 Si es el sacerdote ungido el que ha pecado, haciendo con ello culpable al pueblo, ofrecerá al Señor un novillo sin defecto alguno como ofrenda de purificación por el pecado que ha cometido. 4 Traerá el novillo ante el Señor a la entrada de la Tienda del encuentro, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará en presencia del Señor. 5 El sacerdote ungido tomará sangre del novillo y la traerá a la Tienda del encuentro; 6 luego mojará su dedo en la sangre y hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario, en presencia del Señor. 7 Seguidamente el sacerdote untará con un poco de esa sangre los salientes del altar del incienso aromático que está en la Tienda del encuentro ante el Señor y derramará el resto de la sangre del novillo al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda del encuentro. 8 A continuación tomará toda la grasa del novillo ofrecido en sacrificio de purificación: la grasa de las vísceras y la de las entrañas; 9 asimismo los dos riñones con su grasa, la grasa de los lomos y el lóbulo del hígado que se extraerá junto con los riñones. 10 Todo esto lo separará como se hace con la res para el sacrificio de comunión, y el sacerdote lo quemará en el altar del holocausto. 11 El resto de la carne y la piel del novillo, con su cabeza, sus piernas, sus intestinos y sus excrementos, 12 todo lo que quede del novillo, lo sacará fuera del campamento a un lugar puro, al vertedero de las cenizas, y lo quemará sobre la leña. En el vertedero de las cenizas será todo quemado.
Por el pecado del pueblo
13 Si es toda la comunidad israelita la que ha pecado, sin ser consciente de ello, pero haciéndose culpable al violar, aunque inadvertidamente, alguno de los mandamientos del Señor, 14 cuando la comunidad se dé cuenta del pecado que ha cometido, ofrecerá un novillo como sacrificio de purificación. Traerán el novillo delante de la Tienda del encuentro 15 y los líderes de la comunidad pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo en presencia del Señor, degollándolo seguidamente ante el Señor. 16 El sacerdote ungido llevará a continuación una parte de la sangre del novillo a la Tienda del encuentro, 17 mojará su dedo en la sangre y, en presencia del Señor, hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario. 18 Untará luego con la sangre los salientes del altar que está ante el Señor en la Tienda del encuentro, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda del encuentro. 19 Separará del novillo toda la grasa y la quemará sobre el altar, 20 haciendo con este novillo lo mismo que se hace con el novillo de la ofrenda de purificación. El sacerdote hará así expiación por ellos, y serán perdonados. 21 Sacará después el novillo fuera del campamento y lo quemará como hizo con el primer novillo. Es el sacrificio de purificación por la comunidad.
Por el pecado de los jefes
22 Si es un jefe el que ha pecado, violando alguno de los mandamientos del Señor su Dios y convirtiéndose así en culpable al hacer, aunque inadvertidamente, algo que está prohibido, 23 tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda un macho cabrío sin defecto alguno. 24 En presencia del Señor pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto; es un sacrificio de purificación. 25 El sacerdote mojará seguidamente su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación y untará con ella los salientes del altar del holocausto, derramando el resto de la sangre al pie del altar del holocausto. 26 Luego quemará toda la grasa sobre el altar, como se quema la grasa del sacrificio de comunión. Así el sacerdote expiará el pecado del jefe y este será perdonado.
Por el pecado de alguien del pueblo
27 Si es alguien del pueblo de la tierra el que ha pecado inadvertidamente, pero se ha hecho culpable al violar alguno de los mandamientos del Señor y hacer algo que está prohibido, 28 tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda por su pecado una cabra sin defecto alguno. 29 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima ofrecida como sacrificio de purificación y la degollará en el lugar del holocausto. 30 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 31 Le quitará toda la grasa, como en el sacrificio de comunión y la quemará sobre el altar en olor grato al Señor. El sacerdote hará así expiación por él, y será perdonado. 32 Si es un cordero lo que presenta como ofrenda por el pecado, deberá ser una hembra sin defecto alguno. 33 Pondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido como expiación y lo degollará para que sirva de purificación en el lugar donde se degüella el holocausto. 34 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar. 35 Le quitará toda la grasa, como se hace con el cordero del sacrificio de comunión, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. El sacerdote hará así expiación por el pecado que tal persona cometió, y esa persona será perdonada.
Transgresiones diversas
5 Si alguien es citado a declarar como testigo y se niega a declarar lo que vio u oyó, incurre en pecado y cargará con las consecuencias de su pecado.
2 Puede suceder que una persona toque inadvertidamente alguna cosa impura, sea el cadáver de una fiera, o el de un animal doméstico, o el de un reptil; aun cuando lo haya hecho sin saberlo, esa persona ha quedado impura y se ha hecho culpable.
3 O puede haber tocado algo humano impuro —cualquier cosa que hace a una persona impura aun sin ser consciente de ello—; si luego llega a saberlo, se hará culpable.
4 O puede suceder que alguien haya hecho un juramento a la ligera, tanto para hacer algo malo como algo bueno, sin darse cuenta de que ha jurado indebidamente; si luego cae en la cuenta de lo hecho, se hará culpable de ello.
5 Pues bien, el que se haya hecho culpable de alguna de estas cosas, confesará su pecado 6 y, como ofrenda de purificación por el pecado cometido, presentará al Señor una hembra de sus rebaños: una oveja o una cabra. De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado de esa persona. 7 El que no tenga suficiente para una res de ganado menor, traerá al Señor como ofrenda de purificación por el pecado cometido dos tórtolas o dos pichones, el uno para ofrenda de purificación, y el otro para holocausto. 8 Los presentará al sacerdote, quien primero sacrificará el ave destinada a la ofrenda de purificación, separando la cabeza del cuello, pero sin arrancarla del todo. 9 Con la sangre de esta ofrenda de purificación asperjará a continuación la pared del altar; lo que sobre de la sangre lo exprimirá al pie del altar. Es una ofrenda de purificación. 10 La segunda ave la ofrecerá en holocausto como está prescrito; así el sacerdote hará expiación por el pecado, y aquel que lo cometió será perdonado. 11 Pero si ni siquiera tiene suficiente para dos tórtolas o dos pichones, el que pecó traerá como ofrenda dos kilos de flor de harina por su pecado. No pondrá sobre ella aceite, ni incienso, porque es una ofrenda de purificación. 12 La traerá al sacerdote que tomará un puñado, como una porción simbólica, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. Es una ofrenda de purificación. 13 De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado cometido, y aquel que pecó en alguna de estas cosas será perdonado. Lo que sobre será del sacerdote, como en el caso de la ofrenda de cereal.
Ofrenda de reparación por sacrilegios
14 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
15 — Cuando alguien cometa un sacrilegio defraudando (aunque sea inadvertidamente) en lo que respecta a las cosas sagradas del Señor, ofrecerá al Señor como sacrificio de reparación por su pecado un carnero de sus rebaños que no tenga ningún defecto, convenientemente valorado en siclos de plata de los utilizados en el santuario. 16 Y restituirá lo que hubiere defraudado de las cosas sagradas, añadiendo a ello la quinta parte y dándoselo todo al sacerdote que hará expiación por él con el carnero de la ofrenda de reparación. De esta manera él quedará perdonado.
17 Igualmente, si una persona peca o hace algo prohibido por los mandamientos del Señor, es culpable aunque no lo haya hecho a sabiendas y cargará con las consecuencias de su pecado. 18 Traerá, pues, al sacerdote como ofrenda de reparación, un carnero de sus rebaños que no tenga defecto alguno y valorado según se estime. El sacerdote hará la expiación por la falta cometida aunque haya sido sin darse cuenta, y esa persona quedará perdonada. 19 Es un sacrificio de reparación, pues tal persona era realmente culpable ante el Señor.
Ofrenda de reparación por defraudación
20 El Señor dijo a Moisés:
21 — Puede suceder que una persona defraude al Señor y cometa pecado al no devolver a su prójimo lo que le fue encomendado o dejado en depósito; o bien que haya robado o causado extorsión a su prójimo; 22 o que, habiendo hallado algo que se ha perdido, después lo negare; o que haya jurado en falso acerca de cualquiera de aquellas cosas en que uno suele pecar. 23 En tales casos, cuando uno ha pecado así y se ha hecho culpable, restituirá lo que robó o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, 24 o todo aquello sobre lo que juró en falso; lo restituirá completamente a quien pertenece y añadirá a ello la quinta parte de su valor en el día de su sacrificio de reparación. 25 Como ofrenda de reparación presentará al Señor un carnero de sus rebaños que no tenga ningún defecto y valorado según se estime; se lo llevará al sacerdote como ofrenda de reparación. 26 El sacerdote hará expiación por esa persona en presencia del Señor y le será perdonado cualquier pecado en que haya podido incurrir.
Administración de las ofrendas y sacrificios (6—7)
El holocausto
6 Le dijo además Dios a Moisés:
2 — Da estas órdenes a Aarón y a sus hijos: Este es el ritual del holocausto: el holocausto estará sobre el altar encima de las brasas toda la noche hasta la mañana, tiempo en el que el fuego del altar deberá permanecer encendido. 3 El sacerdote se vestirá su túnica y calzones de lino y, cuando el fuego haya consumido el holocausto, apartará las cenizas del altar y las pondrá a un lado del mismo. 4 Después se quitará sus ropas, se pondrá otras ropas y llevará las cenizas a un lugar puro fuera del campamento. 5 El fuego se mantendrá permanentemente encendido sobre el altar sin dejar que se apague; cada mañana el sacerdote lo alimentará con leña, colocará el holocausto encima de él y quemará sobre él la grasa de los sacrificios de comunión. 6 El fuego deberá arder continuamente en el altar; no se dejará apagar.
Ofrenda de cereal
7 Este es el ritual para la ofrenda de cereal: la presentarán los aaronitas en presencia del Señor delante del altar. 8 Se tomará un puñado de flor de harina de la ofrenda de cereal, junto con el aceite y con todo el incienso que corresponda a la ofrenda, y lo quemará sobre el altar como porción simbólica de olor grato al Señor. 9 El resto de la ofrenda lo comerán Aarón y sus hijos; lo comerán sin levadura en lugar sagrado, dentro del atrio de la Tienda del encuentro. 10 No se usará levadura para cocinar la ofrenda. Yo se lo he asignado como participación en mis ofrendas; es algo muy sagrado en cuanto ofrenda de purificación y ofrenda de reparación. 11 Todos los varones aaronitas comerán de ella. Es esta una norma perpetua para las futuras generaciones en lo que se refiere a las ofrendas para el Señor. Cualquier cosa con la que entren en contacto quedará consagrada.
12 Le dijo también Dios a Moisés:
13 — Esta es la ofrenda que Aarón y sus descendientes presentarán al Señor el día de su unción: dos kilos de flor de harina como ofrenda perpetua, la otra mitad por la mañana y la mitad por la tarde. 14 Se preparará con aceite en una sartén; la presentarás bien frita y partida en trozos como ofrenda de pasteles y de olor grato al Señor. 15 Cualquier sacerdote ungido descendiente de Aarón hará esta ofrenda. Es esta una norma perpetua: la ofrenda será quemada completamente en honor del Señor. 16 Esta ofrenda de cereal del sacerdote será quemada totalmente; en ningún caso se comerá.
La ofrenda de purificación
17 Dijo el Señor a Moisés:
18 — Di a Aarón y a sus hijos: Este es el ritual para la ofrenda de purificación: la víctima para la ofrenda será degollada en presencia del Señor en el lugar donde se degüella el holocausto, pues se trata de algo muy sagrado. 19 La comerá el sacerdote que la haya ofrecido en expiación por el pecado; será comida en lugar sagrado, en el atrio de la Tienda del encuentro. 20 Todo lo que entre en contacto con la carne de la víctima quedará consagrado; y si algún vestido queda salpicado con la sangre de la víctima, lo lavarás en lugar sagrado. 21 Si la víctima fue cocida en vasija de barro, se hará añicos la vasija; si lo fue en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua. 22 Cualquier sacerdote varón podrá comer de ella, pues es algo muy sagrado. 23 Pero no se podrá comer ninguna ofrenda de purificación cuya sangre se lleve a la Tienda del encuentro para hacer expiación en el santuario; tal ofrenda debe ser consumida por el fuego.
La ofrenda de reparación
7 Asimismo este es el ritual para la ofrenda de reparación; se trata de algo muy sagrado. 2 La víctima de la ofrenda de reparación será degollada en el lugar donde se degüella el holocausto y con su sangre se rociará el altar por todos sus lados. 3 Luego se ofrecerá toda la grasa de la víctima, la de la cola y la que cubre las vísceras, 4 los dos riñones, la grasa que los cubre y la que está sobre los lomos; y con los riñones quitará la grasa que está sobre el hígado. 5 El sacerdote lo quemará sobre el altar como ofrenda para el Señor. Es una ofrenda de reparación. 6 Cualquier sacerdote varón podrá comer de ella; será comida en lugar sagrado pues, es algo muy sagrado.
7 Tanto la ofrenda de purificación como la ofrenda de reparación se regirán por la misma normativa. La víctima le pertenece al sacerdote que haga la expiación. 8 Al sacerdote que ofrezca el holocausto, le pertenece la piel de la víctima que se ofrece. 9 De igual manera, será para el sacerdote que la presente toda ofrenda de cereal preparada en horno, sartén o cazuela. 10 Pero toda ofrenda de cereal, tanto la seca como la amasada con aceite, pertenecerá por igual a todos los descendientes de Aarón.
El sacrificio de comunión
11 Este es el ritual para el sacrificio de comunión ofrecido al Señor: 12 Si se presenta en acción de gracias, se ofrecerá acompañado de tortas sin levadura amasadas con aceite, de hojaldres sin levadura untadas con aceite, y de flor de harina preparada en forma de tortas amasadas con aceite.
13 Con el sacrificio de comunión ofrecido en acción de gracias, presentará una ofrenda con tortas de pan fermentado. 14 Y de todas estas ofrendas se reservará una porción como tributo al Señor, porción que será para el sacerdote que rocíe la sangre de los sacrificios de comunión. 15 La carne de este sacrificio de comunión en acción de gracias se comerá el mismo día que en que se ofrece, sin dejar nada para otro día.
16 Si es un sacrificio voluntario o en cumplimiento de un voto, la carne de la víctima será comida el mismo día en que se ofrece; lo que sobre podrá comerse al día siguiente; 17 pero si quedase algo para el tercer día, será quemado. 18 Si se come algo de la carne del sacrificio de comunión en el tercer día, el sacrificio no será aceptado, no se le tendrá en cuenta al que lo ofreció; será considerado como algo detestable, y la persona que lo haya comido sufrirá las consecuencias de su pecado.
19 No se podrá comer la carne que haya estado en contacto con cualquier cosa impura; será consumida por el fuego.
Toda persona en estado de pureza ritual podrá comer la carne; 20 pero la persona que en estado de impureza ritual coma la carne del sacrificio de comunión ofrecido al Señor, será extirpada de su pueblo.
21 La persona que toque algo impuro, sea impureza humana, animal impuro o cualquier otra cosa impura, y luego coma carne del sacrificio de comunión ofrecido al Señor, será extirpada de su pueblo.
Prohibición de comer grasa y sangre
22 Dijo el Señor a Moisés:
23 — Di a los israelitas: no comerán grasa de buey ni de cordero ni de cabra. 24 La grasa de un animal muerto o despedazado por las fieras se usará para cualquier otra cosa, pero no la comerán. 25 Porque la persona que coma la grasa de un animal ofrecido al Señor, será extirpada de su pueblo. 26 No comerán la sangre de aves o bestias en ningún lugar en donde ustedes habiten. 27 La persona que se alimente de cualquier clase de sangre, será extirpada de su pueblo.
La parte de los sacerdotes
28 Dijo el Señor a Moisés:
29 — Di a los israelitas: El que ofrezca un sacrificio de comunión al Señor, traerá ante el Señor la víctima de dicho sacrificio de comunión; 30 con sus propias manos traerá lo que ha de ofrecerse al Señor: traerá la grasa con el pecho para hacer el rito de la elevación en presencia del Señor; 31 la grasa será quemada por el sacerdote en el altar, y el pecho será para Aarón y sus descendientes. 32 Darán también al sacerdote, como tributo, el muslo derecho de sus sacrificios de comunión, 33 pues al descendiente de Aarón que ofrezca la sangre y la grasa de los sacrificios de comunión, le pertenece el muslo derecho como su ración. 34 Reservo, pues, el pecho sometido al rito de la elevación y el muslo ofrecido como tributo de los sacrificios de comunión de los israelitas, y se los doy al sacerdote Aarón y a sus descendientes. Será esta una norma perpetua para los israelitas. 35 Esta es la parte de las ofrendas hechas al Señor que corresponde a Aarón y a sus descendientes desde el día en que fueron consagrados para ser sacerdotes del Señor. 36 Esto es lo que el Señor ha ordenado que les den los israelitas desde el día que él los ungió. Es esta una norma perpetua para las futuras generaciones.
37 Este es el ritual en relación con el holocausto, la ofrenda de cereal, la ofrenda de purificación, la ofrenda de reparación, la ofrenda de consagración y el sacrificio de comunión; 38 esto es lo que el Señor mandó a Moisés en el monte Sinaí, el día que ordenó a los israelitas que presentaran sus ofrendas al Señor estando en el desierto de Sinaí.
II.— EL ORDEN DEL CULTO (8—10)
Consagración de los sacerdotes (8—9)
Rito de consagración
8 Le dijo el Señor a Moisés:
2 — Toma a Aarón y a sus hijos, junto con las ropas, el aceite de la unción, el novillo de la ofrenda de purificación, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura, 3 y convoca a toda la comunidad a la entrada de la Tienda del encuentro.
4 Moisés hizo lo que el Señor le mandó; se reunió la comunidad a la entrada de la Tienda del encuentro 5 y Moisés les comunicó lo que el Señor ordenaba hacer. 6 Entonces Moisés hizo que se acercaran Aarón y sus hijos y los lavó con agua. 7 Luego revistió a Aarón con la túnica y lo ciñó con el fajín; después le puso el manto, y encima le colocó el efod, ciñéndoselo y ajustándoselo con la cinta del efod. 8 A continuación le colocó encima el pectoral y puso dentro del mismo los Urín y los Tumín. 9 Le colocó el turbante en la cabeza y, sobre la parte frontal del turbante, puso la lámina de oro, la diadema sagrada, como el Señor le había ordenado.
10 Seguidamente tomó Moisés el aceite de la unción y ungió la Morada, consagrando todas las cosas que había en ella. 11 Roció el altar siete veces y lo ungió consagrando todos sus utensilios junto con la pila y su peana. 12 Luego derramó el aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón y lo ungió para consagrarlo. 13 Después Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón y les puso las túnicas, los ciñó con fajines y les ajustó las tiaras, como el Señor le había ordenado.
14 Seguidamente hizo traer el novillo de la ofrenda de purificación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del novillo de la ofrenda de purificación. 15 Moisés lo degolló y, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los salientes de los lados del altar, purificando de esta manera el altar; derramó el resto de la sangre al pie del altar, consagrándolo así para que se pueda hacer la expiación sobre él. 16 Tomó, finalmente, Moisés toda la grasa que envuelve las vísceras, la grasa del hígado y los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar. 17 El resto del novillo: piel, carne y excrementos, lo quemó Moisés fuera del campamento, como el Señor se lo había ordenado.
18 Luego hizo traer el carnero del holocausto, sobre cuya cabeza pusieron las manos Aarón y sus hijos. 19 Moisés lo degolló y con la sangre roció el altar por todo sus lados; 20 después Moisés descuartizó el carnero y quemó la cabeza, los trozos y la grasa. 21 Lavó con agua las vísceras y las patas y, tal como el Señor se lo había ordenado, quemó todo el carnero sobre el altar, como holocausto de olor grato ofrecido al Señor.
22 Hizo luego traer el otro carnero, el carnero de la consagración, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 Moisés lo degolló y con su sangre untó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y los pulgares de su mano y pie derechos. 24 Hizo también Moisés que se acercaran los hijos de Aarón, y con la sangre del carnero untó el lóbulo de sus orejas derechas y los pulgares de sus manos y pies derechos, rociando también con la sangre el altar por todos sus lados. 25 Tomó luego la grasa, la cola, toda la grasa que envuelve las vísceras, la grasa del hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho. 26 Tomó también una torta sin levadura, una torta de pan de aceite y una hojaldre del canastillo que estaba ante el Señor conteniendo los panes sin levadura, y colocó todo esto junto con la grasa y con el muslo derecho. 27 Puso todo en las manos de Aarón y de sus hijos, y estos hicieron el rito de la elevación ofreciéndolo en presencia del Señor. 28 De nuevo Moisés lo tomó de manos de Aarón y de sus hijos y lo quemó en el altar sobre el holocausto. Fue este un sacrificio de consagración, sacrificio de grato olor ofrecido al Señor. 29 Moisés tomó entonces el pecho haciendo con él el rito de la elevación en presencia del Señor. Esta fue la parte del carnero de la ofrenda de consagración, que correspondió a Moisés tal como el Señor se lo había ordenado al mismo Moisés.
30 Tomó, finalmente, Moisés el aceite de la unción y la sangre del altar, rociando con ellas a Aarón y a sus ropas, a los hijos de Aarón y a sus ropas; y así quedaron consagrados Aarón, sus hijos y sus ropas.
31 Moisés dijo a Aarón y a sus hijos:
— Cuezan la carne a la entrada de la Tienda del encuentro, y cómanla allí, junto con el pan que está en el canastillo del sacrificio de consagración, según lo ordené cuando dije: “Lo comerán Aarón y sus hijos”. 32 Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemarán. 33 Y no se apartarán de la entrada de la Tienda del encuentro durante siete días. Permanecerán allí hasta el día que se cumpla el período de su consagración que durará siete días. 34 Lo que se ha hecho hoy, lo ha ordenado el Señor así para obtener la expiación de ustedes. 35 Permanecerán a la entrada de la Tienda del encuentro durante siete días y siete noches, cumpliendo lo previsto por el Señor, para que no mueran. Así me ha sido ordenado.
36 Y Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había ordenado por medio de Moisés.
Inauguración del servicio sacerdotal
9 Al octavo día Moisés llamó a Aarón, a sus hijos y a los ancianos de Israel; 2 y dijo a Aarón:
— Toma un novillo para ofrenda de purificación y un carnero para holocausto, ambos sin defecto alguno, y ofrécelos ante el Señor. 3 Y di a los israelitas: “Tomen un macho cabrío para la ofrenda de purificación, y tomen también un novillo y un cordero de un año, ambos sin defecto alguno, para holocausto; 4 tomen luego un toro y un carnero para sacrificio de comunión e inmólenlos en presencia del Señor, junto con una ofrenda de cereal amasada con aceite; porque el Señor se manifestará hoy a ustedes”.
5 Llevaron lo que había ordenado Moisés ante la Tienda del encuentro, se acercó toda la comunidad y se colocó en presencia del Señor. 6 Entonces Moisés les dijo:
— Hagan esto que ha ordenado el Señor para que la gloria del Señor se les manifieste.
7 Y dijo Moisés a Aarón:
— Acércate al altar y presenta tu ofrenda de purificación y tu holocausto. Haz de esta manera la expiación por ti y por el pueblo; presenta también la ofrenda del pueblo y haz la expiación por ellos, como ha ordenado el Señor.
8 Entonces se acercó Aarón al altar y degolló el novillo de su ofrenda de purificación. 9 Sus hijos sacerdotes le trajeron la sangre en la que mojó su dedo untando con ella los salientes del altar y derramando el resto de la sangre al pie del altar. 10 Quemó luego sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo del hígado de la ofrenda de purificación, como el Señor había ordenado a Moisés; 11 la carne y la piel las quemó fuera del campamento.
12 Después Aarón degolló la víctima del holocausto; sus hijos sacerdotes le trajeron la sangre y roció con ella el altar por todos sus lados. 13 Le trajeron también, ya descuartizada, la víctima del holocausto, cabeza incluida, y lo quemó todo sobre el altar. 14 Luego lavó las vísceras y las patas, y las quemó en el altar, sobre el holocausto.
15 Presentó también Aarón la ofrenda del pueblo. Tomó el macho cabrío destinado a la ofrenda de purificación por el pueblo y lo degolló, ofreciéndolo por el pecado, igual que había hecho con el novillo. 16 Ofreció el holocausto según lo ordenado. 17 Asimismo presentó Aarón la ofrenda de cereal, de la que tomó un puñado quemándolo sobre el altar, además del holocausto de la mañana. 18 Degolló también el toro y el carnero como sacrificio de comunión por el pueblo; sus hijos sacerdotes le trajeron la sangre con la que roció el altar por todos sus lados.
19 En cuanto a la grasa del toro y del carnero, la cola, la grasa que envuelve las vísceras, los riñones y el lóbulo del hígado, 20 lo pusieron sobre el pecho de las víctimas, y Aarón lo quemó sobre el altar. 21 Con los pechos y con el muslo derecho hizo Aarón el rito de la elevación en presencia del Señor, como Moisés había ordenado.
Bendición y teofanía
22 Luego Aarón, alzando sus manos hacia el pueblo, lo bendijo; y después de hacer la ofrenda de purificación, el holocausto y el sacrificio de comunión, descendió del altar.
23 Moisés y Aarón entraron en la Tienda del encuentro; cuando salieron, bendijeron al pueblo y la gloria del Señor se manifestó a todo el pueblo. 24 Salió fuego de la presencia del Señor y consumió el holocausto y la grasa que estaba sobre el altar. Al verlo, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y se postraron rostro en tierra.
Normas adicionales (10,1-20)
Nadab y Abihú
10 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron sus incensarios, pusieron en ellos incienso sobre brasas encendidas y ofrecieron ante el Señor un fuego indebido que el Señor nunca les había ordenado. 2 Entonces salió de la presencia del Señor un fuego que los consumió, y murieron ante el Señor. 3 Moisés dijo a Aarón:
— Esto es lo que había decretado el Señor, cuando dijo: “Mostraré mi santidad a los que se acercan a mí, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”.
Aarón, por su parte, permaneció callado.
4 Luego Moisés llamó a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo:
— Vengan, retiren a sus hermanos de delante del santuario y llévenlos fuera del campamento.
5 Ellos vinieron y, vestidos aún con sus túnicas, los sacaron fuera del campamento tal como les había ordenado Moisés. 6 Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar:
— No se suelten el pelo ni rasguen sus ropas en señal de duelo, para que no mueran ni se desate la ira del Señor sobre toda la comunidad. Serán todos los demás israelitas, los hermanos de ustedes, los que podrán lamentarse por el incendio que el Señor envió. 7 No se aparten de la entrada de la Tienda del encuentro, no sea que mueran, pues llevan con ustedes la unción del Señor.
Y ellos hicieron lo que Moisés les mandó.
Conducta de los sacerdotes
8 El Señor dijo a Aarón:
9 — Ni tú ni tus hijos deberán beber vino ni cualquier otro licor cuando entren en la Tienda del encuentro, pues de lo contrario morirán. Es esta una norma perpetua para sus descendientes 10 a fin de poder discernir entre lo sagrado y lo profano, entre lo puro y lo impuro, 11 y para enseñar a los israelitas todos los preceptos que el Señor les ha transmitido por medio de Moisés.
La porción de los sacerdotes
12 Y Moisés les dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, Eleazar e Itamar:
— Tomen lo que aún resta de lo ofrecido al Señor en la ofrenda de cereal y cómanlo sin levadura junto al altar, porque es algo muy sagrado. 13 Lo comerán en lugar sagrado, porque es la porción que les corresponde a ti y a tus hijos de las ofrendas al Señor; así se me ha ordenado. 14 También comerán en lugar puro, tú junto con tus hijos e hijas, el pecho ofrecido con el rito de la elevación y el muslo ofrecido como tributo; es la porción de los sacrificios de comunión que hacen los israelitas y que les corresponde a ti y a tus hijos. 15 Junto con la ofrenda de la grasa traerán el muslo reservado como tributo y el pecho sometido al rito de elevación ante el Señor; es lo que por derecho perpetuo les corresponde a ti y a tus hijos, como el Señor lo ha ordenado.
16 Luego Moisés preguntó por el macho cabrío de la ofrenda de purificación, y resultó que ya había sido quemado. Se enojó entonces con Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban a Aarón, y les dijo:
17 — ¿Por qué no comieron la ofrenda de purificación en lugar sagrado? Es algo muy sagrado que el Señor les ha dado para borrar los pecados de la comunidad, haciendo expiación por ella en presencia del Señor. 18 Como la sangre no fue llevada al interior del santuario, ustedes debieron haber comido la ofrenda en el lugar sagrado, como yo les mandé.
19 Entonces Aarón replicó a Moisés:
— Escucha, hoy mis hijos han ofrecido su ofrenda de purificación y su holocausto ante el Señor; ¡y mira lo que me ha sucedido! Si yo hubiera comido del sacrificio de ofrenda de purificación, ¿hubiera esto agradado al Señor?
20 Al oír esto, Moisés se dio por satisfecho.
III.— NORMAS SOBRE LA PUREZA E IMPUREZA RITUAL (11—16)
Animales puros e impuros (11,1-47)
Sobre los animales terrestres
11 El Señor habló en estos términos a Moisés y a Aarón:
2 — Díganles a los israelitas: De entre todos los animales terrestres, podrán comer de los siguientes: 3 todos los animales rumiantes que tengan la pezuña partida; 4 por tanto, aunque sean rumiantes o tengan la pezuña partida, no comerán: el camello al que considerarán impuro porque es rumiante, pero no tiene pezuña partida; 5 el conejo al que considerarán impuro porque es rumiante, pero no tiene la pezuña partida; 6 la liebre a la que considerarán impura porque es rumiante, pero no tiene la pezuña partida; 7 el cerdo al que considerarán impuro porque tiene la pezuña partida, pero no es rumiante. 8 No comerán de la carne de estos animales, ni tocarán sus cadáveres; los considerarán impuros.
Sobre los peces
9 De todos los animales acuáticos, de mar o de río, podrán comer todos los que tienen escamas y aletas. 10 Pero los que no tienen ni aletas ni escamas, reptiles y otros animales acuáticos, los considerarán impuros. 11 No comerán la carne de estos animales, ni tocarán sus cadáveres; los considerarán impuros. 12 A todo animal acuático que no tenga escamas y aletas, lo considerarán impuro.
Sobre las aves
13 De las aves, considerarán impuras y no se deberán comer por cuanto son algo detestable: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina; 14 el milano y toda clase de buitres; 15 todo tipo de cuervos; 16 el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán en todas sus especies; 17 el búho, el avetoro, el cisne, 18 la lechuza nocturna, el pelícano, el buitre, 19 la cigüeña, toda clase de garzas, la abubilla y el murciélago.
Sobre los insectos
20 También considerarán impuro a todo insecto alado que camine sobre cuatro patas. 21 Pero podrán comer de todo insecto alado que, además de caminar sobre cuatro patas, tenga zancas para saltar con ellas sobre el suelo; 22 podrán, pues, comer toda clase de langostas, cortapicos, grillos y saltamontes. 23 Pero considerarán impuro cualquier otro insecto alado que tenga cuatro patas.
El contacto con animales impuros
24 El contacto con los siguientes animales los contaminará, de forma que quien toque sus cadáveres quedará impuro hasta la noche; 25 en cuanto al que transporte una parte cualquiera de sus cadáveres deberá lavar sus ropas y quedará impuro hasta la noche. 26 Todo animal que tenga pezuña, pero no partida, o que no rumie, lo considerarán impuro y cualquiera que entre en contacto con él quedará impuro. 27 Y de los animales cuadrúpedos, considerarán impuro a todo el que camine sobre sus garras; todo el que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la noche. 28 Quien transporte sus cadáveres deberá lavar sus ropas y quedará impuro hasta la noche. A todos estos animales los considerarán impuros.
29 De los animales que se arrastran sobre la tierra considerarán impuros a los siguientes: la comadreja, el ratón y cualquier tipo de lagarto; 30 el erizo, el cocodrilo, el topo, la salamandra y el camaleón; 31 estos son los animales que considerarán impuros de entre los que se arrastran; cualquiera que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la noche. 32 Y cualquier objeto que caiga sobre sus cadáveres, sea de madera, de paño, de piel, o de saco, quedará impuro. Cualquiera de estas cosas será metida en agua y quedará impura hasta la noche; sólo entonces recobrará la pureza. 33 La vasija de barro dentro de la que caiga alguno de estos animales, y todo lo que haya en ella, será considerado impuro y deberán romper la vasija. 34 Quedará impuro todo alimento comestible sobre el que caiga el agua de tales vasijas; y quedará impura toda bebida que esas vasijas contengan. 35 Quedará impuro todo aquello sobre lo que caiga la más mínima parte del cadáver de esos animales; el hornillo y el fogón se derribarán: son impuros y por impuros los tendrán. 36 Solo las fuentes y las cisternas donde se recoge el agua permanecerán puras; pero lo que haya estado en contacto con los cadáveres quedará impuro. 37 Si algo de esos cadáveres cae sobre alguna semilla para sembrar, esta permanecerá pura. 38 Pero si la semilla está remojada y cae sobre ella algo de esos cadáveres, la considerarán impura.
39 Si muere algún animal de los que ustedes pueden comer, el que toque su cadáver quedará impuro hasta la noche; 40 y el que coma carne de su cadáver deberá lavar sus ropas y quedará impuro hasta la noche; asimismo el que transporte el cadáver deberá lavar sus ropas y quedará impuro hasta la noche.
41 Es algo abominable comer cualquier reptil que se arrastre sobre la tierra, 42 como lo es comer un animal que camine sobre su vientre, que ande a cuatro o más patas, o que se arrastre por la tierra. 43 No se hagan, pues, abominables a causa de ningún animal que se arrastre por la tierra, ni se contaminen con ellos, ni contraigan impureza a causa de ellos. 44 Yo, el Señor, soy su Dios; ustedes, por tanto, deben santificarse y ser santos, porque yo soy santo; así que no se contaminen con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.
45 Porque yo soy el Señor que los hice subir del país de Egipto para ser su Dios. Serán, pues, santos porque yo soy santo.
Conclusión
46 Estas son las normas acerca de los animales terrestres, las aves y todos los vivientes que se mueven en las aguas o se arrastran sobre la tierra. 47 Así podrán distinguir entre lo puro y lo impuro, entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
Impureza contraída durante el parto (12,1-8)
Purificación de la parturienta
12 El Señor dijo a Moisés:
2 — Di a los israelitas: cuando una mujer quede embarazada y dé luz un hijo varón, será considerada impura durante siete días, como es considerada impura cuando tiene la menstruación. 3 Al octavo día, el niño será circuncidado. 4 Luego la mujer deberá permanecer en su casa treinta y tres días purificando su sangre. No tocará ninguna cosa consagrada ni entrará en el santuario hasta que haya pasado el período de su purificación. 5 Si diera a luz una niña, entonces será considerada impura por dos semanas, como es considerada impura cuando tiene la menstruación. Luego deberá permanecer en su casa sesenta y seis días purificando su sangre. 6 Cuando haya pasado el tiempo de su purificación, sea por un niño o por una niña, traerá al sacerdote, a la entrada de la Tienda del encuentro, un cordero de un año para ofrecerlo en holocausto y un pichón o una tórtola para ofrecerlo como ofrenda de purificación. 7 El sacerdote los ofrecerá al Señor y hará la expiación por la mujer, que quedará así purificada del flujo de su sangre. Este es el ritual a seguir con respecto a la mujer que da a luz un hijo, sea hombre o mujer. 8 Si no tiene medios suficientes para ofrecer un cordero, traerá dos tórtolas o dos pichones: ofrecerá uno como holocausto y el otro como ofrenda de purificación. El sacerdote hará el rito de expiación por ella y quedará purificada.
Normas sobre la lepra (13—14)
Inflamaciones y llagas blancuzcas
13 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
2 — Cuando alguien tenga en la piel una inflamación, una erupción, o una llaga blancuzca, y se forme en su piel como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos sacerdotes. 3 El sacerdote examinará la llaga de la piel; si el pelo de la parte afectada se ha vuelto blanco y la llaga parece más hundida que el resto de la piel, es una llaga de lepra; el sacerdote lo comprobará y declarará a esa persona impura. 4 Pero si lo que tiene en la piel es una llaga blancuzca que no está más hundida que el resto de la piel ni el pelo se ha vuelto blanco, entonces el sacerdote recluirá al enfermo durante siete días. 5 Al séptimo día el sacerdote lo volverá a examinar; si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido por la piel, entonces el sacerdote lo volverá a recluir durante otros siete días. 6 Al séptimo día el sacerdote lo examinará de nuevo: si la llaga parece haberse oscurecido, sin haberse extendido por la piel, entonces el sacerdote lo declarará puro; era sólo una erupción; la persona lavará sus ropas y será considerada pura. 7 Pero si después de haberse presentado al sacerdote y haber sido declarada pura, la erupción se extiende por la piel, esa persona deberá presentarse nuevamente al sacerdote. 8 Y si, una vez examinada, el sacerdote ve que la erupción se ha extendido por la piel, se trata de lepra y declarará impura a esa persona.
Lepra crónica
9 Cuando a alguien le salga una llaga como de lepra, será llevado al sacerdote. 10 El sacerdote lo examinará, y si aparece un tumor blancuzco en la piel, si ha cambiado el color del pelo y se descubre la carne viva, 11 esa persona padece de lepra crónica en la piel; el sacerdote la declarará impura y no será necesario recluirla, porque es impura. 12 Pero si la lepra se extiende por la piel y llega a cubrir toda la piel del enfermo desde la cabeza hasta los pies, en cuanto le es dado observar al sacerdote, 13 entonces este lo examinará y, si la lepra cubre todo su cuerpo, declarará puro al enfermo; toda la piel se ha vuelto blanca y él es puro. 14 Mas si un día aparece en él la carne viva, quedará impuro: 15 el sacerdote examinará la carne viva y lo declarará impuro. La carne viva es impura; es lepra. 16 Pero si la carne viva cambia de nuevo y se vuelve blanca, entonces el enfermo vendrá al sacerdote, 17 que examinará la llaga y, si la llaga se ha vuelto blanca, declarará puro al que la tenía, porque, en efecto, lo es.
Úlceras
18 Cuando alguien ha tenido en la piel una úlcera que se ha curado, 19 pero de pronto donde estaba la úlcera aparece una inflamación o una llaga blanca de tono rojizo, será presentado al sacerdote. 20 El sacerdote lo examinará y, si la llaga está más hundida que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra que se ha declarado en la úlcera. 21 Pero si cuando el sacerdote la examine, no aparece en la llaga pelo blanco ni está más hundida que la piel, sino que simplemente se ha oscurecido, entonces el sacerdote recluirá al enfermo por siete días; 22 si la llaga se sigue extendiendo por la piel, entonces el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra; 23 si, por el contrario, la llaga blanca está localizada y no se ha extendido, es la cicatriz de la úlcera y el sacerdote deberá declarar pura a esa persona.
Quemaduras
24 Asimismo cuando alguien haya sufrido una quemadura en la piel y se le produzca sobre la quemadura una llaga blanquecina de tono rojizo o sólo blanca, 25 el sacerdote la examinará: si el pelo se ha vuelto blanco en la llaga y esta parece estar más hundida que la piel, es lepra que ha brotado en la quemadura; el sacerdote declarará impura a esa persona; es un caso de lepra. 26 Pero si al examinar la llaga, el sacerdote no encuentra en ella pelo blanco ni está más hundida que la piel, sino que simplemente aparece más oscura, el sacerdote confinará al enfermo por siete días. 27 Al séptimo día el sacerdote examinará nuevamente la llaga: si se ha extendido por la piel, el sacerdote declarará impura a esa persona; es un caso de lepra. 28 Pero si la llaga está localizada, no se ha extendido por la piel y aparece simplemente oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote declarará pura a esa persona, porque es la marca dejada por la quemadura.
Lesiones del cuero cabelludo
29 Si a un hombre o a una mujer se le produce una llaga en la cabeza o en la barbilla, 30 el sacerdote examinará la llaga: si parece estar más hundida que la piel y el pelo de la llaga es amarillento y escaso, entonces el sacerdote declarará impura a esa persona; se trata de tiña, un caso de lepra de la cabeza o de la barbilla. 31 Pero si al examinar la llaga, el sacerdote no la encuentra más hundida que la piel ni hay en ella pelo negro, el sacerdote confinará al enfermo por siete días; 32 al séptimo día el sacerdote examinará nuevamente la llaga: si la tiña no se ha extendido, ni hay en ella pelo amarillento, ni parece que esté más hundida que la piel, 33 entonces el enfermo deberá rasurarse, salvo en la parte afectada, y el sacerdote confinará al que padece la tiña por otros siete días. 34 Al séptimo día examinará el sacerdote nuevamente la tiña: si no se ha extendido por la piel ni parece estar más hundida que la piel, el sacerdote declarará pura a esa persona que deberá lavar sus ropas y será considerada pura. 35 Pero si la tiña se ha ido extendiendo por la piel después de su purificación, 36 y el sacerdote así lo comprueba después del correspondiente examen, no es necesario que el sacerdote indague si el pelo es amarillento; es un caso de impureza. 37 Si, por el contrario, a su modo de ver, la tiña está controlada y en ella ha crecido el pelo negro, es señal de que la tiña está curada; esa persona es pura y así la declarará el sacerdote.
Manchas blancas y calvicie
38 Si en la piel de un hombre o de una mujer aparecen manchas blancas, 39 el sacerdote las examinará, y si comprueba que son de color blancuzco, se trata de un simple eczema que ha brotado en la piel; la persona es pura.
40 Si a una persona se le cae el cabello de la cabeza, es simple calvicie; esa persona es pura. 41 Y si pierde el cabello de las sienes, son simples entradas; esa persona es pura. 42 Mas cuando en la calvicie o en las entradas se descubre una llaga blanca de tono rojizo, es un caso de lepra que brota en su calvicie o en sus entradas. 43 Entonces el sacerdote la examinará, y si comprueba que en su calvicie o en sus entradas aparece una inflamación de la llaga blanca de tono rojizo, similar a la lepra de la piel, 44 es que esa persona padece de lepra; es impura y así la declarará el sacerdote; tiene la lepra en su cabeza.
Situación social del leproso
45 El enfermo de lepra andará con sus vestidos rasgados y con el pelo de su cabeza suelto; se cubrirá la parte inferior de su rostro y pregonará: ¡soy impuro!, ¡soy impuro! 46 Todo el tiempo que le dure la lepra será impuro y, en cuanto impuro, tendrá que vivir aislado; su morada estará fuera del campamento.
Lepra en la ropa
47 Puede suceder que aparezca en un vestido una mancha como de lepra, ya sea vestido de lana o de lino, 48 o en urdimbre de lino o de lana, en cuero o en cualquier objeto de cuero; 49 si la mancha es verdosa o de tono rojizo, se trata de lepra y se ha de indicar al sacerdote. 50 El sacerdote examinará la mancha y aislará el objeto manchado durante siete días. 51 Al séptimo día examinará nuevamente la mancha y si comprueba que se ha extendido por el vestido, en la urdimbre o en el tejido, en el cuero o en cualquier objeto de cuero, se trata de un caso de lepra maligna; el objeto se ha vuelto impuro. 52 El vestido, la urdimbre o tejido de lana o de lino, o cualquier objeto de cuero en que haya una mancha de ese tipo, será quemado porque es un caso de lepra maligna. 53 Pero si el sacerdote examina el objeto y no parece que la mancha se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o en el tejido, o en cualquier objeto de cuero, 54 entonces el sacerdote ordenará que se lave el lugar donde está la mancha y aislará otra vez el objeto durante siete días. 55 Si después de haber sido lavada la mancha, el sacerdote la examina y observa que no ha cambiado de aspecto, aunque la mancha no se haya extendido más, el objeto es impuro y deberá ser quemado porque está infectado por el derecho y por el revés. 56 Pero si el sacerdote examina la mancha y comprueba que se ha oscurecido después de ser lavada, la arrancará del vestido, del cuero, de la urdimbre o del tejido. 57 Y si la mancha aparece de nuevo en el vestido, la urdimbre o el tejido, o en cualquier objeto de cuero, extendiéndose por ellos, quemarás todo aquello que resulte afectado por la mancha. 58 En cambio, el vestido, la urdimbre o el tejido, o cualquier objeto de cuero que hayas lavado y del que haya desaparecido la mancha, se lavará por segunda vez y entonces quedará puro.
59 Esta es la norma para los casos de lepra en un vestido sea de lana o de lino, o de urdimbre o de tejido, o de cualquier objeto de cuero, con el fin de declararlo puro o impuro.
Purificación del leproso. Rito inicial
14 El Señor dijo a Moisés:
2 — Este será el ritual para la purificación del leproso: el día en que haya de purificarse, será llevado al sacerdote 3 que saldrá fuera del campamento y examinará al enfermo. Si comprueba que la lepra está curada, 4 el sacerdote ordenará traer, para el que ha de purificarse, dos aves vivas y puras, junto con madera de cedro, una cinta escarlata e hisopo. 5 El sacerdote ordenará inmolar una de las aves sobre una vasija de barro con agua corriente. 6 Después tomará el ave aún viva, la madera de cedro, la cinta escarlata y el hisopo, y los mojará en la sangre del ave inmolada sobre la vasija con agua corriente; 7 rociará siete veces al que va a ser purificado de la lepra y lo declarará puro; al ave viva la dejará en libertad por el campo. 8 Y el que se purifica lavará sus ropas, se afeitará completamente, se bañará y quedará puro. Después podrá entrar en el campamento, pero vivirá siete días fuera de su tienda.
9 Pasados los siete días, se rapará la cabeza, la barba, las cejas y todo el pelo; lavará sus ropas, se bañará y quedará puro.
Sacrificio de purificación
10 El día octavo tomará dos corderos sin defecto alguno y una cordera de un año, también sin defecto alguno, junto con seis kilos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal y un cuarto de litro de aceite.
11 El sacerdote que efectúa la purificación presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda del encuentro, a la persona que se ha de purificar junto con sus ofrendas; 12 a continuación el sacerdote tomará un cordero como reparación con un cuarto de litro de aceite, haciendo el rito de la elevación en presencia del Señor. 13 Y degollará el cordero en el lugar del santuario donde se inmolan las víctimas del sacrificio por el pecado y se ofrece el holocausto, pues tanto la víctima del sacrificio por el pecado, como la del sacrificio de reparación, les corresponde al sacerdote; es algo muy sagrado. 14 El sacerdote tomará parte de la sangre del sacrificio de reparación y untará con ella el lóbulo de la oreja derecha de la persona que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho. 15 Asimismo el sacerdote tomará el cuarto de litro de aceite, lo echará sobre la palma de su mano izquierda, 16 mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y asperjará con su dedo el aceite siete veces en presencia del Señor. 17 Con el aceite restante que hay en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha de quien se purifica, el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho, encima de donde había untado con la sangre de la ofrenda de reparación. 18 Y el resto del aceite que aún le quede en su mano, lo derramará sobre la cabeza de quien se purifica. De esta manera el sacerdote hará expiación por él en presencia del Señor. 19 El sacerdote presentará luego la ofrenda de purificación, y hará expiación por el que se ha de purificar de su impureza. Seguidamente inmolará la víctima del holocausto 20 y ofrecerá sobre el altar el holocausto y la ofrenda de cereal. El sacerdote hará de esta manera expiación por el oferente que recobrará el estado de pureza.
La ofrenda del pobre
21 Pero si quien se ha de purificar es pobre y carece de medios suficientes, entonces traerá un cordero como ofrenda de reparación; hará el rito de la elevación y el de expiación, y traerá también dos kilos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal, un cuarto de litro de aceite, 22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos: uno para la ofrenda de purificación y el otro para el holocausto. 23 Al octavo día los presentará al sacerdote para su purificación; lo hará a la entrada de la Tienda del encuentro en presencia del Señor. 24 Tomará entonces el sacerdote el cordero de la ofrenda de reparación y el cuarto de litro de aceite, haciendo con ellos el rito de la elevación ante el Señor, 25 inmolará el cordero del sacrificio de reparación, tomará un poco de la sangre de la víctima inmolada y untará con ella el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el pulgar del pie derecho de la persona que se purifica. 26 Luego el sacerdote echará un poco del aceite sobre la palma de su mano izquierda 27 y, con el índice de su mano derecha, hará siete aspersiones ante el Señor utilizando el aceite que tiene en su mano izquierda. 28 A continuación, con el aceite que tiene en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el pulgar del pie derecho de quien se purifica, por encima del lugar untado con la sangre de la ofrenda de reparación. 29 Y lo que reste del aceite que tiene en su mano, lo derramará el sacerdote sobre la cabeza de la persona que se purifica, para hacer expiación por ella en presencia del Señor. 30 Luego ofrecerá las dos tórtolas o los dos pichones, según sus recursos: 31 uno en ofrenda de purificación y el otro en holocausto; presentará, además, la ofrenda de cereal. Así hará el sacerdote expiación en presencia del Señor por la persona que se purifica. 32 Esta es la norma para quien haya padecido de lepra y no tenga recursos suficientes para su purificación.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España