Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Levítico 26:27 - Números 8:18

27 »Si a pesar de todo esto siguen siendo desobedientes, 28 yo me enfrentaré a ustedes y los castigaré todavía más de lo que merecen sus pecados. 29 ¡Hasta llegarán a comerse a sus propios hijos e hijas! 30 Yo les mostraré mi desprecio destruyendo sus pequeños templos de las colinas, derribando sus altares y amontonando sus cadáveres encima de sus ídolos.

31 »Yo convertiré sus ciudades en un montón de ruinas. Destruiré su santuario, y rechazaré el aroma de sus ofrendas. 32-33 Su país quedará hecho un desierto, y sus ciudades quedarán en ruinas, pues los perseguiré espada en mano, y huirán a las naciones vecinas. ¡Hasta sus enemigos se sorprenderán al verlo!

34-35 Mientras la tierra esté abandonada, descansará, como debió hacerlo cada siete años mientras ustedes vivieron en ella. Sólo así podrá gozar de sus merecidos descansos. Y mientras tanto, ustedes andarán dispersos en un país enemigo. 36 A los que aún queden vivos, los llenaré de terror en la tierra de sus enemigos. Oirán caer una hoja, y saldrán huyendo como quien huye de la espada; ¡caerán sin que nadie los persiga! 37 Se atropellarán unos con otros, y no podrán hacer frente a sus enemigos.

38-40 »Sobre ustedes recaerá la culpa por los pecados que cometieron sus padres, y también la culpa por sus propios pecados. ¡Morirán en otras tierras, bajo el poder de sus enemigos! Entonces reconocerán que se rebelaron contra mí. 41 Ahora son rebeldes y se comportan como las naciones que no creen en mí, pero entonces se humillarán y aceptarán el castigo de su maldad.

42 »Yo cumpliré la promesa que les hice a Abraham, a Isaac y a Jacob, y bendeciré la tierra prometida; 43 tierra que ustedes dejarán abandonada y que al fin gozará de su merecido descanso. ¡Pero ustedes serán castigados por su maldad y por no haber cumplido mis mandamientos! 44-45 Y aunque estarán en un país enemigo, yo no los destruiré por completo. Mi enojo no llega a tanto. Yo soy el Dios de Israel, y renovaré el pacto que hice con sus antepasados, cuando los saqué de Egipto para ser su Dios. ¡Esto lo vieron todas las naciones!»

46 Éstas son las leyes que Dios nos dio por medio de Moisés, cuando estaba en el monte Sinaí.

El rescate de personas que pertenecen a Dios

27 Dios ordenó a Moisés que les diera a los israelitas las siguientes instrucciones:

«Cuando alguien quiera liberar a una persona que pertenece a Dios, deberá pagar las siguientes cantidades, que están calculadas según la moneda de plata que se usa en el santuario:

Por un varón de veinte a sesenta años, cincuenta monedas.

Por una mujer de la misma edad, treinta monedas.

Por un varón de cinco a veinte años, veinte monedas.

Por una mujer de la misma edad, diez monedas.

Por un niño de un mes a cinco años, cinco monedas.

Por una niña de la misma edad, tres monedas.

Por un varón de más de sesenta años, quince monedas.

Por una mujer de la misma edad, diez monedas.

»Si la persona es demasiado pobre para pagar esa cantidad, podrá presentarse ante el sacerdote para que él le fije una cantidad menor que sí pueda pagar.

El rescate de todo lo dedicado a Dios

»Los animales que se hayan apartado como ofrenda especial para mí, 10 no podrán ser cambiados por otro animal, pues al cambiar un animal por otro, los dos animales quedan dedicados.

11 »En caso de que el animal que se haya separado esté dentro de la lista de animales impuros, se deberá llevar ante el sacerdote 12 para que él le ponga un precio. Ese precio no podrá ser cambiado, 13 y en caso de que alguien quiera recuperar su animal, tendrá que pagar un veinte por ciento más.

14 »Si alguien me dedica una casa, el sacerdote le pondrá un precio. Ese precio no podrá ser cambiado, 15 y si alguien quiere recuperar su casa, tendrá que pagar un veinte por ciento más.

16 »Si alguien me dedica un terreno de su propiedad, su precio se calculará según la cantidad de semilla que pueda sembrarse en él, y se pagarán cincuenta monedas de plata por cada doscientos veinte kilos de semilla de cebada.

17 »Si esa persona me dedica el terreno en el año de liberación, el precio establecido no podrá ser cambiado. 18 Una vez pasado ese año, el precio se establecerá según los años que falten para el próximo año de liberación.

19 »Si la persona que me dedicó el terreno quisiera rescatarlo, tendrá que pagar un veinte por ciento más del valor establecido. 20 Pero debe hacerlo antes de que el terreno sea vendido a otro, o de lo contrario no podrá recuperarlo. 21 Cuando el terreno sea liberado en el año de liberación, pasará a ser propiedad de los sacerdotes, pues se trata de algo que me fue ofrecido de manera especial.

22 »Si alguien me dedica un terreno que no es de su propiedad familiar sino que lo compró de otra persona, 23 el sacerdote contará los años que faltan hasta el próximo año de liberación, y ese mismo día la persona pagará el precio que el sacerdote establezca. 24 Cuando llegue el año de liberación, el terreno volverá a ser propiedad de su verdadero dueño.

25 »Todos estos precios se calcularán según la moneda de plata que se usa en el santuario, la cual pesa once gramos.

Casos especiales

26 »Nadie podrá dedicarme la primera cría de sus vacas o de sus ovejas, porque de todos modos toda primera cría me pertenece.

27 »Si el animal que se ofrece está en la lista de animales impuros, el dueño podrá rescatarlo. En ese caso, deberá pagarse el precio establecido, más un veinte por ciento. En caso de que no sea rescatado, podrá venderse en el precio fijado.

28 »No se podrá vender nada de lo que haya sido dedicado a mí, pues se trata de algo muy especial. Será como si esa ofrenda hubiera sido destruida. 29 Esto vale también para las personas que sean dedicadas a mi servicio.

30-32 »La décima parte de lo que produzcan los campos sembrados y los árboles frutales me pertenece. También me pertenece la décima parte de los ganados y de los rebaños. El que quiera recuperar algo de esa décima parte, tendrá que pagar un veinte por ciento más del precio establecido.

33 »Nadie debe quedarse con los animales buenos y presentarme los animales malos. Si lo hacen, tanto los buenos como los malos serán míos, y no podrán ser rescatados».

34 Éstos son los mandamientos que Dios le dio a Moisés en el monte Sinaí, para los israelitas.

El ejército israelita

Los israelitas estaban en el desierto del Sinaí, cuando Dios habló con Moisés en el santuario. Habían pasado trece meses desde que ellos habían salido de Egipto. Dios le dijo a Moisés:

«Haz una lista de todos los israelitas por tribus y familias. Así sabrás el número exacto y el nombre de todos los varones mayores de veinte años capaces de ir a la guerra. Anótalos, según el grupo a que pertenezcan. Que te ayuden Aarón 4-16 y los jefes de familia que van a representar a cada tribu. Éstos son los jefes de familia que te deben ayudar:

De la tribu de Rubén: Elisur hijo de Sedeúr.

De la tribu de Simeón: Salumiel hijo de Surisadai.

De la tribu de Judá: Nahasón hijo de Aminadab.

De la tribu de Isacar: Natanael hijo de Suar.

De la tribu de Zabulón: Eliab hijo de Helón.

De la tribu de Efraín: Elisamá hijo de Amihud.

De la tribu de Manasés: Gamaliel hijo de Pedasur.

De la tribu de Benjamín: Abidán hijo de Guidoní.

De la tribu de Dan: Ahiézer hijo de Amisadai.

De la tribu de Aser: Paguiel hijo de Ocrán.

De la tribu de Gad: Eliasaf hijo de Reuel.

De la tribu de Neftalí: Ahirá hijo de Enán».

17-19 Un mes después todavía estaban en el desierto del Sinaí. Entonces Moisés y Aarón reunieron a todos estos jefes que Dios había elegido, y a los varones mayores de veinte años. El resto del pueblo también estaba allí. Entonces los contaron y los anotaron según la tribu de Israel a la que pertenecían. Lo hicieron tal y como Dios se lo había ordenado a Moisés.

20-46 Éste fue el número total de varones capaces de ir a la guerra:

De la tribu de Rubén: cuarenta y seis mil quinientos.

De la tribu de Simeón: cincuenta y nueve mil trescientos.

De la tribu de Gad: cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.

De la tribu de Judá: setenta y cuatro mil seiscientos cincuenta.

De la tribu de Isacar: cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.

De la tribu de Zabulón: cincuenta y siete mil cuatrocientos.

De la tribu de Efraín: cuarenta mil quinientos.

De la tribu de Manasés: treinta y dos mil doscientos.

De la tribu de Benjamín: treinta y cinco mil cuatrocientos.

De la tribu de Dan: sesenta y dos mil setecientos.

De la tribu de Aser: cuarenta y un mil quinientos.

De la tribu de Neftalí: cincuenta y tres mil cuatrocientos.

El número total de soldados fue de seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

Los descendientes de Leví

47 Los descendientes de Leví no fueron contados entre sus antepasados, como los otros, 48 porque Dios le había dicho a Moisés:

49 «Cuando cuentes a los israelitas, no incluyas entre ellos a los descendientes de Leví. 50 Debes ponerlos al servicio del santuario, para que cuiden de todo lo que hay dentro de ese lugar santo. Se encargarán de transportar el santuario y todo lo que hay allí dentro, y también acamparán a su alrededor.

51 »Además, los de la tribu de Leví desarmarán el santuario cuando el pueblo se ponga en marcha; cuando se detenga, lo armarán de nuevo.

»Toda persona que se acerque al santuario y no sea de la tribu de Leví, morirá.

52 »Las otras once tribus de Israel acamparán al estilo militar: cada una en su propio campamento, y junto a su propia bandera. 53 Los de la tribu de Leví acamparán alrededor del santuario y lo cuidarán, para que Dios no se enoje con el pueblo».

54 Los israelitas hicieron todo lo que Dios le mandó a Moisés.

Distribución del campamento israelita

Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

«Los israelitas deberán acampar a cierta distancia, alrededor del santuario, cada uno con su propia bandera y con su escudo familiar.

Campamento del este

3-9 »Al este del santuario la tribu de Judá. Su jefe militar es Nahasón hijo de Aminadab. Según la cuenta que se hizo, sus tropas suman setenta y cuatro mil seiscientos soldados.

»A la derecha de la tribu de Judá acampará la tribu de Isacar. Su jefe militar es Natanael hijo de Suar. Sus tropas suman cincuenta y cuatro mil cuatrocientos soldados.

»A la izquierda de Judá acampará la tribu de Zabulón. Su jefe militar es Eliab hijo de Helón. Sus tropas suman cincuenta y siete mil cuatrocientos soldados.

»Las tropas de estas tribus seguirán la bandera de Judá. Juntas suman ciento ochenta y seis mil cuatrocientos soldados. Todos ellos marcharán al frente del ejército israelita.

Campamento del sur

10-17 »Al sur acampará la tribu de Rubén. Su jefe militar es Elisur hijo de Sedeúr. Según la cuenta que se hizo, sus tropas suman cuarenta y seis mil quinientos soldados.

»A la derecha de la tribu de Rubén acampará la tribu de Simeón. Su jefe militar es Selumiel hijo de Surisadai. Sus tropas suman cincuenta y nueve mil trescientos soldados.

»A la izquierda de Rubén acampará la tribu de Gad. Su jefe militar es Eliasaf hijo de Reuel. Sus tropas suman cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta soldados.

»Las tropas de estas tribus seguirán la bandera de Rubén. Juntas suman ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta soldados. Todos ellos marcharán en segundo lugar.

»Detrás de ellos marcharán los descendientes de Leví con el santuario.

Campamento del oeste

18-24 »Al oeste acampará la tribu de Efraín. Su jefe militar es Elisamá hijo de Amihud. Según la cuenta que se hizo, sus tropas suman cuarenta mil quinientos soldados.

»A la derecha de la tribu de Efraín acampará la tribu de Manasés. Su jefe militar es Gamaliel, hijo de Pedasur. Sus tropas suman treinta y dos mil doscientos soldados.

»A la izquierda de Efraín acampará la tribu de Benjamín. Su jefe militar es Abidán hijo de Guidoní. Sus tropas suman treinta y cinco mil cuatrocientos soldados.

»Las tropas de estas tribus seguirán la bandera de Efraín. Juntas suman ciento ocho mil cien soldados. Todos ellos marcharán en tercer lugar.

Campamento del norte

25-31 »Al norte acampará la tribu de Dan. Su jefe militar es Ahiézer hijo de Amisadai. Según la cuenta que se hizo, sus tropas suman sesenta y dos mil setecientos soldados.

»A la derecha de la tribu de Dan acampará la tribu de Aser. Su jefe militar es Paguiel hijo de Ocrán. Sus tropas suman cuarenta y un mil quinientos soldados.

»A la izquierda de Dan acampará la tribu de Neftalí. Su jefe militar es Ahirá hijo de Enán. Sus tropas suman cincuenta y tres mil cuatrocientos soldados.

»Las tropas de estas tribus seguirán la bandera de Dan. Juntas suman ciento cincuenta y siete mil seiscientos soldados. Todos ellos marcharán en último lugar».

El ejército israelita

32 Cuando se contaron las familias israelitas, entre todas formaron un ejército de seiscientos tres mil quinientos cincuenta soldados. 33 Dios le había ordenado a Moisés que no incluyera a los descendientes de Leví. 34 Los israelitas obedecieron todo lo que Dios le había ordenado a Moisés. Cada uno acampó bajo su propia bandera, y marchó con su propia familia y su propia tribu.

El trabajo de los descendientes de Leví

Cuando Dios le habló a Moisés en el monte Sinaí, Aarón tenía cuatro hijos: Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. Nadab era su hijo mayor. Cada uno de los cuatro fue elegido y consagrado para ser sacerdote. Pero sólo Eleazar e Itamar se ocuparon del sacerdocio, bajo el cuidado de su padre. Nadab y Abihú nunca tuvieron hijos. Dios les quitó la vida a ambos por haber prendido el incienso del santuario sin seguir cuidadosamente las instrucciones exactas que Dios había dado.

Dios le dijo a Moisés:

6-8 «Llama a la tribu de Leví, para que se ponga al servicio del sacerdote Aarón y del pueblo. Cuidarán el santuario y todos los utensilios que hay en él.

9-10 »De entre todo el pueblo de Israel, solamente Aarón y sus descendientes serán sacerdotes. Aparta al resto de los descendientes de Leví para que estén a su servicio. Cualquiera que tome el lugar de un sacerdote y no sea descendiente de Aarón morirá».

Los descendientes de Leví pertenecen a Dios

11 Dios le dijo a Moisés:

12-13 «El día en que le quité la vida al primer hijo de cada familia egipcia, decidí que los israelitas debían entregarme todo primer hijo varón, tanto de personas como de animales. En lugar de sus hijos quiero que me consagren a los descendientes de Leví para que estén a mi servicio y me pertenezcan de manera especial. Yo soy el Dios de Israel».

Moisés hace una lista de los descendientes de Leví

14 Dios le dijo a Moisés en el desierto de Sinaí: 15 «Haz una lista de todos los descendientes de Leví mayores de un mes, según la familia a la que pertenezcan». 16-21 Ésta es la lista que hizo Moisés siguiendo el orden de cada familia levita:

Hijos de Leví:

Guersón,

Quehat y

Merarí.

Hijos de Guersón:

Libní y

Simí.

Hijos de Quehat:

Amram,

Ishar,

Hebrón y

Uziel.

Hijos de Merarí:

Mahli y

Musí.

22-24 Los varones de la familia de Guersón, mayores de un mes, eran siete mil quinientos. El jefe de todas las familias de Guersón era Eliasaf hijo de Lael. Todos ellos acampaban al occidente, atrás del santuario, 25 y estaban a cargo del santuario y su toldo. Cuidaban la cubierta de piel del santuario, la cortina de la entrada, 26 las cortinas del patio de la entrada y las de la puerta del patio que rodeaba el santuario y el altar. Además eran responsables de las cuerdas que se usaban para las cortinas.

27-30 Las familias de Quehat eran las de Amram, Ishar, Hebrón y Uziel, y acampaban en el costado sur del santuario. Los varones mayores de un mes eran ocho mil seiscientos. Su jefe era Elisafán hijo de Uziel.

31 Los descendientes de Quehat tenían a su cargo el cofre del pacto, la mesa del pan consagrado a Dios, el candelabro, los altares, la cortina del Lugar Santísimo y todo lo que se usaba para el culto a Dios.

32 El jefe principal de todos los descendientes de Leví y de todos los que cuidaban el santuario era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón.

33-35 Las familias de Merarí eran las de Mahli y Musí, y acampaban en el costado norte del santuario. Los varones mayores de un mes eran seis mil doscientos. Su jefe era Suriel hijo de Abihail.

36-37 Los descendientes de Merarí tenían a su cargo las tablas del santuario con sus barras de madera, postes, bases, los postes que rodeaban el patio, con sus bases, estacas y cuerdas, más todos los utensilios del santuario.

38 Moisés, Aarón y sus hijos acampaban en el costado este, frente al santuario. Ellos cuidaban el santuario y estaban al servicio del pueblo de Israel. Si alguien que no fuera sacerdote hacía lo que sólo un sacerdote puede hacer, era condenado a muerte.

39 Moisés y Aarón hicieron lo que Dios les había mandado. Contaron y anotaron a todos los varones de la tribu de Leví que eran mayores de un mes, según sus familias. En total fueron veintidós mil.

La tribu de Leví, propiedad especial de Dios

40 Dios le dijo a Moisés:

«Haz una lista de todos los varones de cada familia israelita que hayan sido los primeros en nacer y que sean mayores de un mes. Anota sus nombres, 41 y apártame a los descendientes de Leví a cambio de los primeros hijos varones del pueblo de Israel. Apártame también el ganado de la tribu de Leví en lugar de todos los animales que hayan nacido primero. Yo soy el Dios de Israel».

42 Tal como Dios se lo había mandado, Moisés contó en cada familia a todos los hijos varones que nacieron primero. 43 En total fueron veintidós mil doscientos setenta y tres.

44 Tiempo después Dios le dijo a Moisés:

45-48 «Los descendientes de Leví me pertenecen y ocuparán el lugar de todos los primeros hijos varones de los israelitas. También el ganado de ellos me pertenece en lugar del ganado del pueblo. Como los primeros hijos varones de los israelitas son más numerosos que los descendientes de Leví, se podrá rescatar a los doscientos setenta y tres que hay de más. Para rescatarlos se pedirá a cada persona cinco monedas de plata, de once gramos cada una. Ésa es la cantidad aprobada para las ofrendas que se entregan en el santuario. Ese dinero les pertenece a Aarón y a sus descendientes. Yo soy el Dios de Israel».

49 Moisés tomó el pago por el rescate de los hijos mayores de los israelitas que había de más, 50 y recogió mil trescientas sesenta y cinco monedas de plata, según lo aprobado para las ofrendas del santuario. 51 Ese dinero se lo entregó a Aarón y a sus descendientes, tal como Dios se lo había ordenado.

El trabajo de los descendientes de Leví

Grupo familiar de Quehat

Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

«Hagan una lista de los descendientes de Leví que pertenezcan al grupo familiar de Quehat, pero tomen en cuenta a qué familia pertenecen. Incluyan a los que tengan entre treinta y cincuenta años de edad, y que puedan prestar servicio en el santuario. El trabajo de los descendientes de Quehat en ese santo lugar, será el siguiente:

»Cuando el pueblo levante el campamento para irse a otro lugar, Aarón y sus hijos vendrán y quitarán el velo del Lugar Santísimo, y con él cubrirán el cofre del pacto. Encima le pondrán unas pieles finas, extenderán sobre ellas una tela azul, y luego le pondrán las barras de madera que se usan para transportar el cofre.

»Sobre la mesa donde se ponen los panes consagrados a mí, extenderán una tela azul, y sobre ella pondrán los platos, las cucharas, las copas y las jarras para las ofrendas de vino. También pondrán el pan que se ofrece todos los días. Encima de todo esto extenderán una tela roja, y lo cubrirán con pieles finas. Luego pondrán las barras que se usan para transportar el cofre.

»Tomarán una tela azul, y con ella cubrirán el candelabro, las lámparas, las tenazas, los platillos y todos los vasos que se utilizan para el aceite. 10 Todo esto lo cubrirán con pieles finas, y lo pondrán sobre unas barras de madera para transportarlo.

11 »Extenderán una tela azul sobre el altar de oro, lo cubrirán con pieles finas, y le pondrán unas barras para transportarlo. 12 Tomarán también todo lo que se usa en el santuario y lo pondrán en una tela azul, lo cubrirán con pieles finas y lo llevarán sobre unas barras de madera.

13 »Limpiarán la ceniza del altar, y lo cubrirán con una tela de color rojo oscuro, 14 sobre él pondrán todo lo que se usa para el culto: los braseros, los tenedores, las palas y los tazones. Cubrirán todo esto con pieles finas y le pondrán unas barras de madera para transportarlo.

15 »Cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de envolver todo lo que se usa en el santuario y se pongan en camino, mandarás que los hijos de Quehat carguen con todo eso. Pero deberán tener cuidado de no tocar ningún objeto sagrado, pues si lo hacen morirán. Éste es el trabajo que harán los descendientes de Quehat en el santuario.

16 »Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se encargará del aceite para las lámparas, del incienso perfumado, la ofrenda que siempre me deben ofrecer, y del aceite que se usa para la consagración. También se encargará de cuidar el santuario con todos los objetos sagrados que se usan en él».

17 Dios les dijo a Moisés y a Aarón:

18 «No dejen que la familia de Quehat desaparezca de entre los descendientes de Leví. 19 Para que la familia de Quehat no muera castigada por tocar los objetos sagrados, harán lo siguiente: Aarón y sus hijos les dirán a cada uno de ellos lo que deben hacer y llevar. 20 De esta manera ellos no entrarán a ver los objetos sagrados, y no morirán».

Grupo familiar de Guersón

21 Dios le dijo a Moisés:

22 «Haz una lista de todos los que pertenezcan al grupo familiar de Guersón. 23 Incluye a los que tengan entre treinta y cincuenta años de edad, y que puedan prestar servicio en el santuario. 24 Éste será su trabajo:

25 »Llevarán las cortinas del santuario, las pieles finas con que éste se cubre, la cortina de la entrada, 26 las cortinas del patio, la cortina de la entrada al patio que rodea el santuario y el altar, sus cuerdas y todo lo que se necesita para el culto.

27-28 »Aarón y sus hijos les dirán a los descendientes de Guersón todo lo que tienen que hacer en el santuario, y todo lo que deben transportar. Itamar, hijo del sacerdote Aarón, será quien los dirija.

Grupo familiar de Merarí

29 »Haz una lista de todos los que pertenezcan al grupo familiar de Merarí. 30 Incluye a los que tengan entre treinta y cincuenta años de edad, y que puedan prestar servicio en el santuario. 31 Su trabajo consistirá en transportar las tablas, las barras, los postes y las bases. 32 También llevarán los postes del patio que rodea el santuario, las bases, las estacas, las cuerdas y todo lo que se necesita para el culto. Tú debes decirle a cada uno exactamente lo que debe llevar. 33 Éste será el trabajo de todos los descendientes de Merarí, bajo la dirección de Itamar».

Moisés y Aarón obedecen

34-49 Moisés y Aarón hicieron lo que Dios les había mandado, y junto con los jefes del pueblo contaron y anotaron a todos los descendientes de Leví. Hicieron una lista de todas las familias descendientes de Quehat, de Guersón y de Merarí. Contaron a los que tenían entre treinta y cincuenta años de edad, y que podían prestar servicio en el santuario. Éste fue el resultado:

De Quehat: dos mil setecientos cincuenta hombres.

De Guersón: dos mil seiscientos treinta.

De Merarí: tres mil doscientos.

En total fueron ocho mil quinientos ochenta. De esta manera, Moisés le dijo a cada uno todo lo que tenía que hacer y llevar, tal como Dios se lo había mandado.

Reglas para el campamento

Dios le dijo a Moisés:

2-3 «Diles a los israelitas que echen fuera del campamento a todo hombre o mujer que tenga estos problemas: alguna enfermedad sexual o de la piel, y a los que hayan tocado algún cadáver. De esa manera no contaminarán el campamento donde yo vivo».

Los israelitas obedecieron lo que Dios le había mandado a Moisés, y expulsaron del campamento a esas personas.

Otras reglas

Luego Dios le dijo a Moisés:

«Diles a los israelitas que si alguien roba o daña las pertenencias de otra persona, me lo está haciendo a mí. Es un pecado, y debe corregirse así: se le devolverá a la persona todo lo que se le haya quitado, más una quinta parte. Si la persona que dañaron ya murió, y no le pueden devolver sus pertenencias a alguno de sus parientes, entonces se las darán a Dios y las podrá usar el sacerdote. Además, la persona que robó o dañó esas pertenencias deberá llevarle al sacerdote un carnero para que lo sacrifique, y así Dios le perdonará su pecado.

9-10 »Todas estas ofrendas que la gente lleve a Dios, serán para los sacerdotes».

Reglas en relación con los celos

11 Dios le dio otra ley a Moisés, y le dijo:

12-13 «Diles esto a los israelitas: puede ser que una mujer sea infiel a su esposo y tenga relaciones sexuales con otro hombre, sin que nadie se entere de lo que hizo, ni siquiera su esposo. 14 Pero también puede ser que el esposo sospeche de ella y se ponga celoso, y hasta puede suceder que alguno sospeche que su mujer lo engañó, aunque no sea cierto.

15 »Cuando esto pase, el esposo llevará a su mujer ante el sacerdote, y le dará a Dios una ofrenda de dos kilos de harina de cebada. Como la ofrenda es de un esposo celoso que quiere descubrir si su esposa lo ha engañado, no se derramará aceite ni incienso sobre la harina.

16 »El sacerdote le pedirá a la mujer que se acerque, y la presentará ante Dios. 17 Luego el sacerdote traerá agua consagrada a Dios y pondrá en ella un poco de tierra del santuario.

18 »Luego, en señal de dolor, le soltará el pelo a la mujer, y la presentará ante Dios. El sacerdote le dará la ofrenda a la mujer mientras él sostiene en sus manos el agua amarga que hace daño a quienes han pecado. 19 Entonces el sacerdote la hará jurar y le dirá: “Si no has engañado a tu esposo ni has tenido relaciones con otro hombre, le pido a Dios que cuando bebas esta agua amarga no te pase nada malo. 20 Pero si le has sido infiel y lo has engañado con otro hombre, 21-22 le pido a Dios que te castigue de tal manera que, cuando tomes esta agua, el estómago se te hinche y no puedas tener hijos. Que esto les sirva de ejemplo a todos. Ése será tu castigo”.

»Y la mujer contestará: “ Amén, amén”.

23 »Entonces el sacerdote escribirá esta maldición y la borrará con el agua amarga. 24 Después le dará el agua amarga a la mujer para que la beba, 25 y la mujer le dará al sacerdote la ofrenda para que la ponga sobre el altar y la presente a Dios. 26 El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de cereal y lo quemará sobre el altar para que Dios se acuerde de quién presenta la ofrenda.

»Luego la mujer beberá el agua amarga, 27 y si ella engañó a su esposo, el agua la hará sentirse tan mal que el estómago se le hinchará y no podrá tener hijos. Esto servirá de ejemplo a toda la gente.

28 »Pero si la mujer no engañó a su marido, no le pasará nada malo y podrá tener hijos.

29 »Esto es lo que se debe hacer cuando una mujer engañe a su esposo con otro hombre. Si el esposo se pone celoso, 30 tenga o no razón, debe llevarla ante Dios, y el sacerdote hará todo lo que ya te he dicho. 31 El esposo no será castigado. Pero si la mujer hizo algo malo, será castigada.»

Leyes para los nazireos

Dios le habló a Moisés y le dijo:

«Diles a los israelitas que, cuando un hombre o una mujer prometa consagrarse a mí como nazireo,[a] no podrá beber bebidas alcohólicas. Tampoco podrá comer uvas ni pasas. Mientras dure su promesa no podrá comer nada que provenga de la vid. Durante todo ese tiempo, tampoco se cortará el cabello, pues eso indicará que es una persona que vive sólo para servirme.

»Además, tampoco podrá acercarse a ningún cadáver, aunque se trate de uno de sus padres o hermanos. Si lo hace, ya no tendrá la pureza que deben tener los que viven sólo para servirme. Mientras dure su promesa, deberá mantenerse puro.

»Si alguna persona muere a su lado, el nazireo volverá a quedar puro rapándose toda la cabeza una semana después. 10 Al octavo día llevará dos tórtolas o dos pichones de paloma, y se los dará al sacerdote a la entrada del santuario.

11-12 »Para que yo, su Dios, perdone el pecado del nazireo, el sacerdote sacrificará primero una de las aves, quemándola completamente. Luego sacrificará la otra junto con el cordero de un año que el nazireo presentará. De esa manera, yo le perdonaré el haber tocado un cadáver, y el nazireo podrá dedicarse otra vez a mi servicio.

»Por haberse contaminado, ya no se le tomará en cuenta al nazireo todo el tiempo que estuvo a mi servicio. Por eso, el día que haga sus ofrendas, empezará a contar de nuevo el tiempo de su promesa.

13 »Cuando el nazireo cumpla con el tiempo de servicio prometido, deberá pararse a la entrada del santuario 14 y presentarme las siguientes ofrendas: un cordero de un año que no tenga defectos, el cual presentará como una ofrenda que se quema por completo, una oveja de un año que no tenga ningún defecto, para perdón de su pecado, y por último, un carnero que no tenga ningún defecto, para que el nazireo vuelva a estar en paz conmigo.

15 »Además, el nazireo debe llevar al santuario una canasta con panes y tortillas sin levadura, hechos con la mejor harina y amasados con aceite, y las demás ofrendas de cereal y de vino.

16-19 »El sacerdote me presentará la canasta con los panes, los cereales y el vino. Luego el nazireo se rapará la cabeza a la entrada del santuario, y el sacerdote quemará el cabello junto con el animal que se sacrifica para hacer las paces conmigo. Después de esto, el sacerdote le dará al nazireo la espaldilla del carnero ya cocida, junto con un pan y una tortilla sin levadura.

20 »Luego el sacerdote mecerá las costillas y el muslo del animal que se ofrecen en mi honor. Estas porciones son sagradas y se le dan sólo al sacerdote. Después de hacer todo esto, el nazireo podrá beber vino.

21 »Esto es lo que debe hacer quien se haya consagrado a mi servicio como nazireo. Éstas son las ofrendas que debe presentarme, además de otras cosas que pueda y quiera ofrecerme. Lo que realmente importa es que cumpla con todo lo que ha prometido».

La bendición de los sacerdotes

22 Además Dios le dijo a Moisés:

23 «Diles a Aarón y a sus hijos, que así deben bendecir a los israelitas:

24 “Que Dios te bendiga
y siempre te cuide;
25 que Dios te mire con agrado
y te muestre su bondad;

26 que Dios te mire con agrado
y te llene de paz”.

27 »Cuando los sacerdotes pronuncien esta bendición, yo haré que se haga realidad».

Ofrendas para la dedicación del santuario

Cuando Moisés ya había construido el santuario, lo roció con aceite para indicar que el santuario y todo lo que había en él estaba consagrado para adorar a Dios. Los jefes de las tribus de Israel, que ayudaron a contar y anotar todo, le presentaron a Dios como ofrenda seis carretas y doce bueyes. Cada jefe le dio un buey, y entre dos jefes le dieron una carreta. Todo esto se lo ofrecieron en el santuario.

Y Dios le dijo a Moisés: «Recibe las carretas y los bueyes, y dáselos a los descendientes de Leví. Diles que los usen en su trabajo en el santuario, según lo que cada uno tenga que hacer».

Moisés recibió las carretas y los bueyes, y se los dio a los descendientes de Leví, 7-8 para que hicieran su trabajo. A los que pertenecían al grupo familiar de Guersón les dio dos carretas y cuatro bueyes, y a los del grupo familiar de Merarí les dio cuatro carretas y ocho bueyes. Su jefe era Itamar, el hijo del sacerdote Aarón. A los del grupo familiar de Quehat no les dio nada, porque su trabajo era llevar sobre los hombros los objetos sagrados.

10 El día en que se consagró el altar, los jefes de las tribus trajeron ofrendas y las pusieron frente al altar. 11 Entonces Dios le dijo a Moisés: «Haz que cada día un jefe distinto traiga su ofrenda para dedicar a Dios el altar».

12-83 Éstas son las ofrendas que los jefes de las doce tribus de Israel presentaron a Dios:

una bandeja de plata de un kilo y medio,

una jarra de plata de tres cuartos de kilo,

una gran cuchara de oro de ciento diez gramos, llena de incienso,

un ternero,

un carnero,

un cordero de un año para quemarlo completamente en honor a Dios,

un chivo para sacrificarlo como pago por sus pecados,

dos toros, como ofrenda para hacer la paz con Dios,

cinco carneros,

cinco chivos y

cinco corderos de un año.

Todo eso fue pesado según el peso aprobado en el santuario. La bandeja y la jarra estaban llenas de harina fina amasada con aceite, para preparar una ofrenda de cereales. Todas estas ofrendas las presentaron los doce jefes en el siguiente orden:

El primer día, Nahasón, de la tribu de Judá,

el segundo día, Natanael, de la tribu de Isacar,

el tercer día, Eliab, de la tribu de Zabulón,

el cuarto día, Elisur, de la tribu de Rubén,

el quinto día, Selumiel, de la tribu de Simeón,

el sexto día, Eliasaf hijo de Reuel, de la tribu de Gad,

el séptimo día, Elisamá, de la tribu de Efraín,

el octavo día, Gamaliel, de la tribu de Manasés,

el noveno día, Abidán, de la tribu de Benjamín,

el décimo día, Ahiézer, de la tribu de Dan,

el día once, Paguiel, de la tribu de Aser,

el día doce, Ahirá, de la tribu de Neftalí.

84-88 Los jefes de las tribus dieron todas estas ofrendas para dedicar el altar al servicio de Dios:

doce bandejas de plata, de un kilo cada una,

doce jarras de plata, de medio kilo cada una y

doce cucharas de oro, de cien gramos cada una.

El peso total de las bandejas y jarras fue de veintiséis kilos y medio, y el de las cucharas, de un kilo y trescientos veinte gramos, según el peso aprobado en el santuario.

El total de los animales que se quemaron completamente para volver a estar en paz con Dios fueron:

doce toros,

doce carneros y

doce corderos de un año.

89 Después de esto, Moisés entró en el santuario para hablar con Dios. Allí, desde la tapa del cofre del pacto, donde están los dos querubines, Moisés oyó la voz de Dios.

El candelabro de oro

Dios le dijo a Moisés: 2-3 «Dile a Aarón que cuando encienda las siete lámparas, debe colocarlas sobre el candelabro de manera que alumbren hacia adelante».

Y Aarón colocó el candelabro tal como Dios se lo había mandado por medio de Moisés. El candelabro era de oro. De arriba abajo le habían dado forma de flor a golpes de martillo. Así le había dicho Dios a Moisés que lo hiciera.

Consagración de los descendientes de Leví

Luego Dios le dijo a Moisés:

«Separa a los descendientes de Leví y purifícalos. Derrama agua sobre ellos como símbolo de esa purificación, y luego mándales que se afeiten todo el cuerpo y laven su ropa. Así quedarán purificados.

»Después deben tomar un toro y harina fina, amasada con aceite. Así presentarán su ofrenda de cereales, junto con el toro para el sacrificio por el perdón de los pecados.

»Luego, haz que los descendientes de Leví y el resto del pueblo se acerquen al santuario. 10-18 Allí estarán Aarón y sus descendientes, como representantes del pueblo, y Aarón los consagrará a mi servicio de la siguiente manera:

»Los israelitas pondrán sus manos sobre la cabeza de los descendientes de Leví. Luego, ellos pondrán sus manos sobre la cabeza de los dos novillos. Uno de ellos lo sacrificarás como ofrenda por el pecado, y el otro lo quemarás completamente en mi honor. Así purificarás a los descendientes de Leví. Con esto, quedarán listos para servirme en el santuario.

»Los de la tribu de Leví serán míos, porque los israelitas me los entregarán en lugar de sus primeros hijos. Cuando maté al hijo mayor de cada familia egipcia, decidí que todos los primeros hijos de los israelitas serían míos, incluyendo a las primeras crías de sus animales. A cambio de todos ellos acepté a la tribu de Leví.

»Así que, separarás a los descendientes de Leví de entre los demás israelitas, para que vivan siempre a mi servicio.