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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
2 Samuel 22:19 - 1 Reyes 7:37

19 Los cuales me tomaron descuidado en el día de mi calamidad; mas el SEÑOR fue mi bordón.

20 Me sacó a anchura; me libró, porque había puesto su voluntad en mí.

21 Me pagó el SEÑOR conforme a mi justicia; y conforme a la limpieza de mis manos, me dio la paga.

22 Porque yo guardé los caminos del SEÑOR; y no me aparté impíamente de mi Dios.

23 Porque delante de mí tengo todas sus ordenanzas; y atento a sus fueros, no me retiraré de ellos.

24 Y fui perfecto para con él, y me guardé de mi iniquidad.

25 Y me pagó el SEÑOR conforme a mi justicia, y conforme a mi limpieza delante de sus ojos.

26 Con el misericordioso eres misericordioso, y con el valeroso y perfecto eres recto;

27 con el limpio eres limpio, mas con el perverso eres adversario.

28 Y tú salvas a los pobres de espíritu; mas tus ojos están sobre los altivos, para abatirlos.

29 Porque tú eres mi lámpara, oh SEÑOR; el SEÑOR da luz a mis tinieblas.

30 Porque en ti rompí escuadrones, y con mi Dios pasé las murallas.

31 Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR purificada, escudo es de todos los que en él confían.

32 Porque ¿qué Dios hay sino el SEÑOR? ¿O quién es fuerte sino nuestro Dios?

33 Dios es el que con virtud me corrobora, y el que despeja mi camino;

34 el que hace mis pies como de ciervas, y el que me asienta en mis alturas;

35 el que enseña mis manos para la pelea, y da que con mis brazos quiebre el arco de bronce.

36  me diste asimismo el escudo de tu salud, y tu mansedumbre me ha multiplicado.

37  ensanchaste mis pasos debajo de mí, para que no titubearan mis rodillas.

38 Perseguí a mis enemigos, y los quebranté; y no me volví hasta que los acabé.

39 Los consumí, y los herí, y no se levantaron; y cayeron debajo de mis pies.

40 Me ceñiste de fortaleza para la batalla, y postraste debajo de mí los que contra mí se levantaron.

41  me diste la cerviz de mis enemigos, de mis aborrecedores, y que yo los talara.

42 Miraron, y no hubo quien los librara; aun al SEÑOR, mas no les respondió.

43 Yo los quebranté como a polvo de la tierra; como a lodo de las plazas los desmenucé, y los disipé.

44  me libraste de contiendas de pueblos; tú me guardaste para que fuera cabeza de gentiles; pueblos que no conocía, me sirvieron.

45 Los extraños temblaban ante mi mandamiento; apenas oían algo de mí me obedecían.

46 Los extraños desfallecían, y temblaban en sus encerramientos.

47 Viva el SEÑOR, y sea bendita mi peña; sea ensalzado el Dios, que es la roca de mi salvación.

48 El Dios que me ha dado venganzas, y sujeta los pueblos debajo de mí.

49 Que me saca de entre mis enemigos; tú me sacaste en alto de entre los que se levantaron contra mí; me libraste del varón de violencia.

50 Por tanto yo te confesaré entre los gentiles, oh SEÑOR, y cantaré a tu nombre.

51 El que engrandece la salud de su rey, y hace misericordia a su ungido David, y a su simiente, para siempre.

23 ¶ Estas son las postreras palabras de David. Dijo David hijo de Jessé, dijo aquel varón que fue levantado alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel:

(El Espíritu del SEÑOR ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi lengua.

El Dios de Israel me ha dictado, el Fuerte de Israel habló): Señoreador de los hombres, justo señoreador en el temor de Dios.

Y como la luz de la mañana cuando sale el sol, de la mañana resplandeciente sin nubes; como resplandor por llovizna sobre la yerba de la tierra:

¿No será así mi casa para con Dios? bien que a toda mi salud, y a toda mi voluntad no se hará producir todavía. Mas él ha hecho conmigo pacto perpetuo ordenado en todas las cosas, y será guardado;

mas los de Belial serán todos ellos como espinas arrancadas, las cuales nadie toma con la mano;

sino que el que quiere tocar en ellas, se arma de hierro y de asta de lanza, y son quemadas del todo en su lugar.

¶ Estos son los nombres de los valientes que tuvo David: El que se sentaba en cátedra de sabiduría, principal de los tres: Adino el eznita, que en una ocasión se halló haber matado ochocientos enemigos.

Después de éste fue Eleazar, hijo de Dodo de Ahohi, uno de los tres valientes que estaban con David, cuando desafiaron a los filisteos que se habían juntado allí a la batalla, y subieron los de Israel.

10 Este, levantándose, hirió a los filisteos, hasta que su mano se cansó, y quedó pegada su mano a la espada. Aquel día el SEÑOR hizo gran salvación; y se volvió el pueblo en pos de él solamente a tomar el despojo.

11 Después de éste fue Sama, hijo de Age, el araita; que habiéndose juntado los filisteos en una aldea, había allí una heredad de tierra llena de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos.

12 El entonces se paró en medio de la heredad de tierra, y la defendió, e hirió a los filisteos; y el SEÑOR hizo una gran salvación.

13 Estos tres que eran de los treinta principales descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David a la cueva de Adulam; y el campamento de los filisteos estaba puesto en el valle de Refaim.

14 David entonces estaba en la fortaleza, y la guarnición de los filisteos estaba en Belén.

15 Y David tuvo deseo, y dijo: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén, que está a la puerta!

16 Entonces estos tres valientes rompieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que estaba a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino la derramó al SEÑOR, diciendo:

17 Lejos sea de mí, oh SEÑOR, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Estos tres valientes hicieron esto.

18 Y Abisai hermano de Joab, hijo de Sarvia, fue el principal de tres; el cual alzó su lanza contra trescientos, los cuales mató; y tuvo nombre entre los tres.

19 El era el más noble de los tres, y el capitán de ellos; mas no llegó a los tres primeros.

20 Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en hechos, de Cabseel. Este hirió dos leones de Moab: y él mismo descendió, e hirió un león en medio de un foso en el tiempo de la nieve.

21 También hirió él a un egipcio, hombre de grande estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano; mas descendió a él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza.

22 Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y tuvo nombre entre los tres valientes.

23 De los treinta fue el más noble; pero no llegó a los tres primeros. Y lo puso David en su consejo.

24 Asael hermano de Joab fue de los treinta; Elhanán hijo de Dodo de Belén;

25 Sama de Harodi, Elica de Harodi;

26 Heles de Palti, Ira, hijo de Iques, de Tecoa;

27 Abiezer de Anatot, Mebunai de Husa;

28 Salmón de Hahoh, Maharai de Netofat;

29 Heleb hijo de Baana de Netofat, Itai hijo de Ribai de Gabaa de los hijos de Benjamín;

30 Benaía, el piratonita, Hidai del arroyo de Gaas;

31 Abi-albón de Arbat, Azmavet de Barhum;

32 Eliaba de Saalbón, Jonatán de los hijos de Jasén;

33 Sama de Arar, Ahíam hijo de Sarar de Arar.

34 Elifelet hijo de Ahasbai hijo de Maaca; Eliam hijo de Ahitofel de Gelón;

35 Hesrai del Carmelo, Paarai de Arbi;

36 Igal hijo de Natán de Soba, Bani de Gadi;

37 Selec de Amón, Naharai de Beerot, escudero de Joab hijo de Sarvia;

38 Ira de Itri, Gareb de Itri;

39 Urías, el heteo. Entre todos treinta y siete.

24 ¶ Y volvió el furor del SEÑOR a encenderse contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijera: Ve, cuenta a Israel y a Judá.

Y dijo el rey a Joab, general del ejército que tenía consigo: Rodea todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y contad el pueblo, para que yo sepa el número del pueblo.

Y Joab respondió al rey: Añada El SEÑOR tu Dios al pueblo cien veces tanto como son, y que lo vea mi señor el rey; mas ¿para qué quiere esto mi señor el rey?

Pero la palabra del rey pudo más que Joab, y que los capitanes del ejército. Salió, pues, Joab, con los capitanes del ejército, de delante del rey, para ir a contar el pueblo de Israel.

Y pasando el Jordán acamparon en Aroer, a la mano derecha de la ciudad que está en medio del arroyo de Gad y junto a Jazer.

Después vinieron a Galaad, y a la tierra baja de Hodsi; y de allí vinieron a Danjaán y alrededor de Sidón.

Y vinieron luego a la fortaleza de Tiro, y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos; y salieron al mediodía de Judá, a Beerseba.

Y después que hubieron andado toda la tierra, volvieron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días.

Y Joab dio la cuenta del número del pueblo al rey; y fueron los de Israel ochocientos mil hombres valientes que sacaban espada; y de los de Judá quinientos mil hombres.

10 ¶ Y después que David hubo contado el pueblo, le hirió su corazón; y dijo David al SEÑOR: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh SEÑOR, te ruego que traspases la iniquidad de tu esclavo, porque yo he obrado muy locamente.

11 Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra del SEÑOR a Gad profeta, vidente de David, diciendo:

12 Ve, y di a David: Así dijo el SEÑOR: Tres cosas te ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo la haga.

13 Vino, pues, Gad a David, y le denunció, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿O que huyas tres meses delante de tus enemigos, y que ellos te persigan? ¿O que tres días haya pestilencia en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me envió.

14 Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; ruego que caigamos en la mano del SEÑOR, porque sus misericordias son muchas, y que no caiga yo en manos de hombres.

15 Y envió el SEÑOR pestilencia en Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres.

16 Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, el SEÑOR se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía el pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Entonces el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Arauna, el jebuseo.

17 ¶ Y David dijo al SEÑOR, cuando vio al ángel que hería al pueblo: Yo pequé, yo hice la iniquidad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.

18 Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y haz un altar al SEÑOR en la era de Arauna, el jebuseo.

19 Y David subió, conforme al dicho de Gad, que el SEÑOR le había mandado.

20 Y mirando Arauna, vio al rey y a sus esclavos que pasaban a él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey hacia tierra.

21 Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su esclavo? Y David respondió: Para comprar de ti esta era, para edificar en ella altar al SEÑOR, a fin de que la mortandad cese del pueblo.

22 Y Arauna dijo a David: Tome y sacrifique mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto; y trillos y otros aderezos de bueyes para leña;

23 todo lo da el rey Arauna al Rey. Luego dijo Arauna al rey: El SEÑOR tu Dios te sea propicio.

24 Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré al SEÑOR mi Dios holocaustos que no me cuestan nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.

25 Y edificó allí David un altar al SEÑOR, y sacrificó holocaustos y pacíficos; y el SEÑOR se aplacó con la tierra, y cesó la plaga de Israel.

Cuando el rey David era viejo, y entrado en días, le cubrían de vestidos, mas no se calentaba.

Le dijeron, por tanto, sus esclavos: Busquen a mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey, y lo caliente, y duerma a su lado, y calentará a nuestro señor el rey.

Y buscaron una joven hermosa por todo el término de Israel, y hallaron a Abisag, la sunamita, y la trajeron al rey.

Y la joven era muy hermosa, la cual calentaba al rey, y le servía; mas el rey nunca la conoció.

¶ Entonces Adonías hijo de Haguit se levantó, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y gente de a caballo, y cincuenta varones que corrieran delante de él.

Y su padre nunca lo entristeció en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Y también éste era de hermoso parecer; y lo había engendrado después de Absalón.

Y tenía tratos con Joab hijo de Sarvia, y con Abiatar, el sacerdote, los cuales ayudaban a Adonías.

Mas Sadoc, el sacerdote, Benaía hijo de Joiada, Natán, el profeta, Simei, Rei, y todos los grandes de David, no seguían a Adonías.

Y matando Adonías ovejas y vacas y animales engordados junto a la peña de Zohelet, que está cerca de la fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, esclavos del rey;

10 mas no convidó a Natán, el profeta, ni a Benaía, ni a los grandes, ni a Salomón su hermano.

11 Y habló Natán a Betsabé madre de Salomón, diciendo: ¿No has oído que reina Adonías hijo de Haguit, sin saberlo David nuestro señor?

12 Ven pues ahora, y toma mi consejo, para que libres tu vida, y la vida de tu hijo Salomón.

13 Ve, y preséntate ante el rey David, y dile: Rey señor mío, ¿no has jurado tú a tu esclava, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué pues reina Adonías?

14 Y estando tú aún hablando con el rey, yo entraré tras ti, y confirmaré tus razones.

15 Entonces Betsabé entró al rey a la cámara; y el rey era muy viejo; y Abisag, la sunamita servía al rey.

16 Y Betsabé se inclinó, y adoró al rey. Y el rey dijo: ¿Qué tienes?

17 Y ella le respondió: Señor mío, tú juraste a tu esclava por el SEÑOR tu Dios, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono;

18 y he aquí ahora Adonías reina; y , mi señor rey, hasta ahora no lo sabes.

19 Ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a Abiatar, el sacerdote, y a Joab general del ejército; mas a Salomón tu esclavo no ha convidado.

20 Rey señor mío, los ojos de todo Israel están sobre ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.

21 Y acontecerá, cuando mi señor el rey durmiere con sus padres, que yo y mi hijo Salomón seremos estimados pecadores.

22 Y estando aún hablando ella con el rey, he aquí Natán, el profeta, que vino.

23 E hicieron saber al rey, diciendo: He aquí está Natán, el profeta; el cual cuando entró al rey, se postró delante del rey inclinando su rostro a tierra.

24 Y dijo Natán: Rey señor mío, ¿has dicho tú: Adonías reinará después de mí, y él se sentará en mi trono?

25 Porque hoy ha descendido, y ha sacrificado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también a Abiatar, el sacerdote; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!

26 Mas ni a mí tu esclavo, ni a Sadoc, el sacerdote, ni a Benaía hijo de Joiada, ni a Salomón tu esclavo, ha convidado.

27 ¿Es este negocio ordenado por mi señor el rey, sin haber declarado a tu esclavo quién se había de sentar en el trono de mi señor el rey después de él?

28 Entonces el rey David respondió, y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey.

29 Y el rey juró, diciendo: Vive el SEÑOR, que ha rescatado mi alma de toda angustia,

30 que como yo te he jurado por el SEÑOR Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy.

31 Entonces Betsabé se inclinó al rey, su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre.

32 Y el rey David dijo: Llamadme a Sadoc, el sacerdote, y a Natán, el profeta, y a Benaía hijo de Joiada. Y ellos entraron a la presencia del rey.

33 Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los esclavos de vuestro señor, y haced subir a Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo a Gihón.

34 Y allí lo ungirán Sadoc, el sacerdote y Natán, el profeta por rey sobre Israel; y tocaréis el shofar, diciendo: ¡Viva el rey Salomón!

35 Después iréis vosotros detrás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará por mí; porque a él he ordenado para que sea príncipe sobre Israel y sobre Judá.

36 Entonces Benaía hijo de Joiada respondió al rey, y dijo: Amén. Así lo diga el SEÑOR, Dios de mi señor el rey.

37 De la manera que el SEÑOR ha sido con mi señor el rey, así sea con Salomón; y él haga mayor su trono que el trono de mi señor el rey David.

38 Y descendió Sadoc, el sacerdote, y Natán, el profeta, y Benaía hijo de Joiada, y los cereteos y los peleteos, e hicieron subir a Salomón en la mula del rey David, y lo llevaron a Gihón.

39 Y tomando Sadoc, el sacerdote el cuerno del aceite del tabernáculo, ungió a Salomón; y tocaron el shofar, y dijo todo el pueblo: ¡Viva el rey Salomón!

40 Después subió todo el pueblo en pos de él, y cantaba el pueblo con flautas, y hacían grandes alegrías, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.

41 ¶ Y lo oyó Adonías, y todos los convidados que con él estaban, cuando ya habían acabado de comer. Y oyendo Joab el sonido del shofar, dijo: ¿Por qué se alborota la ciudad con estruendo?

42 Estando aún él hablando, he aquí Jonatán hijo de Abiatar sacerdote vino, al cual dijo Adonías: Entra, porque tú eres hombre de esfuerzo, y traerás buenas nuevas.

43 Y Jonatán respondió, y dijo a Adonías: Ciertamente nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón.

44 Y el rey ha enviado con él a Sadoc, el sacerdote y a Natán, el profeta, y a Benaía hijo de Joiada, y también a los cereteos y a los peleteos, los cuales le hicieron subir en la mula del rey;

45 y Sadoc, el sacerdote y Natán, el profeta lo han ungido en Gihón por rey; y de allá han subido con alegrías, y la ciudad está llena de estruendo. Este es el alboroto que habéis oído.

46 Y también Salomón se ha sentado en el trono del reino.

47 Y aun los esclavos del rey han venido a bendecir a nuestro señor el rey David, diciendo: Dios haga bueno el nombre de Salomón más que tu nombre, y haga mayor su trono que el tuyo. Y el rey adoró en la cama.

48 Y también el rey habló así: Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono, viéndolo mis ojos.

49 Ellos entonces se espantaron, y se levantaron todos los convidados que estaban con Adonías, y se fue cada uno por su camino.

50 Mas Adonías, temiendo de la presencia de Salomón, se levantó y se fue, y tomó los cuernos del altar.

51 Y fue hecho saber a Salomón, diciendo: He aquí que Adonías tiene miedo del rey Salomón; porque ha tomado los cuernos del altar, diciendo: Júreme hoy el rey Salomón que no matará a espada a su esclavo.

52 Y Salomón dijo: Si él fuere virtuoso, ni uno de sus cabellos caerá en tierra; mas si se hallare mal en él, morirá.

53 Y envió el rey Salomón, y lo trajeron del altar; y él vino, y se inclinó al rey Salomón. Y Salomón le dijo: Vete a tu casa.

Llegaron los días de David para morir, y mandó a Salomón su hijo, diciendo:

Yo voy por el camino de toda la tierra; esfuérzate, y sé varón.

Guarda la ordenanza del SEÑOR tu Dios, andando en sus caminos, y guardando sus estatutos y mandamientos, y sus derechos, y sus testimonios de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que tengas entendimiento en todo lo que hicieres, y en todo aquello que emprendieres;

para que confirme el SEÑOR la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren su camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón, y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón del trono de Israel.

Y ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner, y a Amasa hijo de Jeter, los cuales él mató, derramando en paz la sangre de guerra, y poniendo la sangre de guerra en su talabarte que tenía sobre sus lomos, y en sus zapatos que tenía en sus pies.

pues harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz.

Mas a los hijos de Barzilai, el galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron así a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano.

También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por el SEÑOR, diciendo: Yo no te mataré a espada.

Pero ahora no lo absolverás; que hombre sabio eres, y sabes cómo has de hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.

10 Y David durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David.

11 Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén.

12 Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y fue su reino firme en gran manera.

13 ¶ Entonces Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella dijo: ¿Es tu venida de paz? Y él respondió: , de paz.

14 En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di.

15 Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro, para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a mi hermano; porque por el SEÑOR era suyo.

16 Y ahora yo te hago una petición: no me hagas volver mi rostro. Y ella le dijo: Habla.

17 El entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón (porque él no te hará volver tu rostro) para que me dé a Abisag, la sunamita por mujer.

18 Y Betsabé dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey.

19 Y vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó a ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo poner una silla a la madre del rey, la cual se sentó a su diestra.

20 Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me hagas volver mi rostro. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te haré volver el rostro.

21 Y ella dijo: Dese Abisag, la sunamita por mujer a tu hermano Adonías.

22 Y el rey Salomón respondió, y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag, la sunamita para Adonías? Demanda también para él el reino, porque él es mi hermano mayor; y tiene también a Abiatar, el sacerdote, y a Joab hijo de Sarvia.

23 Y el rey Salomón juró por el SEÑOR, diciendo: Así me haga Dios y así me añada, que contra su vida ha hablado Adonías esta palabra.

24 Ahora pues, vive el SEÑOR, que me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y que me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy.

25 Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, él lo hirió, y murió.

26 ¶ Y a Abiatar, el sacerdote dijo el rey: Vete a Anatot a tus heredades, que tú eres digno de muerte; mas no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca del Señor DIOS delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.

27 Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio del SEÑOR, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR que había dicho sobre la casa de Elí en Silo.

28 Y vino la noticia hasta Joab; porque también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo del SEÑOR, y tomó los cuernos del altar.

29 Y fue hecho saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo del SEÑOR, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y mátale.

30 Y entró Benaía al tabernáculo del SEÑOR, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así habló Joab, y así me respondió.

31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérralo, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente.

32 Y el SEÑOR hará tornar su sangre sobre su cabeza; que él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiera nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá.

33 La sangre, pues, de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su simiente perpetuamente; mas sobre David y sobre su simiente, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte del SEÑOR.

34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió, y lo hirió, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto.

35 Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército; y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.

36 Después envió el rey, e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén, y mora ahí, y no salgas de allá a una parte ni a otra;

37 porque sabe de cierto que el día que salieres, y pasares el arroyo de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza.

38 Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu esclavo. Y habitó Simei en Jerusalén muchos días.

39 Pero pasados tres años, aconteció que le huyeron a Simei dos esclavos a Aquis, hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus esclavos están en Gat.

40 Se levantó entonces Simei, y enalbardó su asno, y fue a Gat, a Aquis, a buscar a sus esclavos. Fue, pues, Simei, y trajo a sus esclavos de Gat.

41 Y fue dicho a Salomón como Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto.

42 Entonces el rey envió, e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te conjuré yo por el SEÑOR, y te protesté, diciendo: El día que salieres, y fueres acá o allá, sabe de cierto que has de morir? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco.

43 ¿Por qué pues no guardaste el juramento del SEÑOR, y el mandamiento que yo te mandé?

44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; el SEÑOR pues, ha tornado el mal sobre tu cabeza.

45 Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante del SEÑOR.

46 Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y lo hirió; y murió. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.

Y Salomón hizo parentesco con el Faraón rey de Egipto, porque tomó por mujer a la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa del SEÑOR, y los muros de Jerusalén alrededor.

Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque aún no había casa edificada al nombre del SEÑOR hasta aquellos tiempos.

Mas Salomón amó al SEÑOR, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba perfumes en los lugares altos.

E iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí, mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar.

¶ Y se le apareció el SEÑOR a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quisieres que yo te dé.

Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu esclavo David mi padre, según la manera que él anduvo delante de ti con verdad, con justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has guardado ésta tu grande misericordia, que le diste hijo que se sentara en su trono, como sucede en este día.

Ahora pues, SEÑOR Dios mío, tú me has puesto a mí tu esclavo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy muy joven, que no sé cómo entrar ni salir.

Y tu esclavo está en medio de tu pueblo al cual tú elegiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.

Da pues a tu esclavo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para que pueda discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar éste tu pueblo tan grande?

10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiera esto.

11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, mas demandaste para ti entendimiento para oír juicio;

12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria; tal, que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.

14 Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.

15 Y cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto del SEÑOR, y sacrificó holocaustos, e hizo pacíficos; hizo también banquete a todos sus esclavos.

16 ¶ En aquella sazón vinieron dos mujeres rameras al rey, y se presentaron delante de él.

17 Y dijo una mujer: ¡Ruego, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa.

18 Y aconteció al tercer día después que yo di a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas; ningún extraño estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.

19 Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.

20 Y se levantó a medianoche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu esclava durmiendo, y lo puso a su lado, y me puso a mi lado su hijo muerto.

21 Y cuando yo me levanté por la mañana para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; mas le observé a la luz del día, y vi que no era mi hijo, que yo había dado a luz.

22 Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.

23 El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.

24 Entonces dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada.

25 Y el rey dijo: Partid por en medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra.

26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ruego, señor mío! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; sino partidlo.

27 Entonces el rey respondió, y dijo: Dad a aquella el hijo vivo, y no lo matéis: ella es su madre.

28 Y todo Israel oyó aquel juicio que había juzgado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.

Así que el rey Salomón fue rey sobre todo Israel.

Y éstos fueron los príncipes que tuvo: Azarías hijo de Sadoc, el sacerdote;

Elihoref y Ahías, hijos de Sisa, los escribas; Josafat hijo de Ahilud, el escritor de las crónicas;

Benaía hijo de Joiada era sobre el ejército; y Sadoc y Abiatar eran los sacerdotes;

Azarías hijo de Natán era sobre los gobernadores; Zabud hijo de Natán era el sacerdote, compañero especial del rey;

y Ahisar era mayordomo; y Adoniram hijo de Abda era sobre el tributo.

Y tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecer por un mes en el año.

Y éstos son los nombres de ellos: el hijo de Hur en el monte de Efraín;

el hijo de Decar, en Macaz, en Saalbim, en Bet-semes, en Elón, y en Bet-hanán;

10 el hijo de Hesed, en Arubot; éste tenía también a Soco y toda la tierra de Hefer.

11 El hijo de Abinadab, en todos los términos de Dor; éste tenía por mujer a Tafat hija de Salomón;

12 Baana hijo de Ahilud, en Taanac y Meguido, y en toda Bet-seán, que es cerca de Saretán, abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam;

13 el hijo de Geber, en Ramot de Galaad; éste tenía también las ciudades de Jair hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad; tenía también la provincia de Argob, que estaba en Basán, sesenta grandes ciudades con muro y cerraduras de bronce;

14 Ahinadab hijo de Iddo, en Mahanaim;

15 Ahimaas en Neftalí; éste tomó también por mujer a Basemat hija de Salomón.

16 Baana hijo de Husai, en Aser y en Alot;

17 Josafat hijo de Parúa, en Isacar;

18 Simei hijo de Ela, en Benjamín;

19 Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, y en la tierra de Sehón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán; y además de éstos había un gobernador general en toda la tierra.

20 Los de Judá y de Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo y alegrándose.

21 ¶ Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos, desde el río hasta la tierra de los filisteos, hasta el término de Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió.

22 Y la despensa de Salomón era cada día de treinta coros de flor de harina, y sesenta coros de harina.

23 Diez bueyes engordados, y veinte bueyes de pasto, y cien ovejas; sin los ciervos, cabras, búfalos, y aves engordados.

24 Porque él señoreaba en toda la región que estaba al otro lado del río y desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del río; y tuvo paz por todos lados en derredor suyo.

25 Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.

26 Tenía además de esto Salomón cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil caballos de cabalgar.

27 Y estos gobernadores mantenían al rey Salomón, y a todos los que a la mesa del rey Salomón venían, cada uno su mes; y hacían que nada faltara.

28 Y traían también cebada y paja para los caballos, y para las bestias de carga, al lugar donde él estaba, cada uno conforme al cargo que tenía.

29 Y dio Dios a Salomón sabiduría, e inteligencia muy grande, y magnanimidad de corazón, como la arena que está a la orilla del mar.

30 Que fue mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los hijos del oriente, y que toda la sabiduría de los egipcios.

31 Y aun fue más sabio que todos los hombres; más que Etán, el ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue nombrado entre todas las naciones de alrededor.

32 Y propuso tres mil proverbios; y sus canciones fueron mil cinco.

33 También disertó de los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó de los animales, de las aves, de las serpientes, y de los peces.

34 Y venían de todos los pueblos a oír la sabiduría de Salomón, y de todos los reyes de la tierra, donde había llegado la fama de su sabiduría.

Hiram rey de Tiro envió también sus esclavos a Salomón, luego que oyó que lo habían ungido por rey en lugar de su padre; porque Hiram había siempre amado a David.

Entonces Salomón envió a decir a Hiram:

Tú sabes como mi padre David no pudo edificar casa al nombre del SEÑOR su Dios, por las guerras que le cercaron, hasta que el SEÑOR puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies.

Ahora el SEÑOR mi Dios me ha dado reposo por todas partes; que ni hay adversarios, ni mal encuentro.

Yo por tanto he determinado ahora edificar Casa al nombre del SEÑOR mi Dios, como el SEÑOR lo habló a David mi padre, diciendo: Tu hijo, que yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi nombre.

Manda pues ahora que me corten cedros del Líbano; y mis esclavos estarán con los tuyos, y yo te daré por tus esclavos el salario que tú dijeres; porque tú sabes bien, que ninguno hay entre nosotros que sepa labrar la madera como los sidonios.

Y cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy el SEÑOR, que dio hijo sabio a David sobre este pueblo tan grande.

Y envió Hiram a decir a Salomón: He oído lo que me enviaste a decir; yo haré todo lo que te plazca acerca de la madera de cedro, y la madera de haya.

Mis esclavos la llevarán desde el Líbano al mar; y yo la pondré en balsas por el mar hasta el lugar que tú me señalares, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú también harás mi voluntad, en dar de comer a mi familia.

10 Dio pues Hiram a Salomón madera de cedro, y madera de haya toda la que quiso.

11 Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte mil coros de aceite limpio; esto daba Salomón a Hiram cada año.

12 Dio, pues, el SEÑOR a Salomón sabiduría como le había dicho; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron pacto entre ambos.

13 Y el rey Salomón impuso tributo a todo Israel, y el tributo fue de treinta mil hombres;

14 los cuales enviaba al Líbano de diez mil en diez mil, cada mes por su turno, viniendo así a estar un mes en el Líbano, y dos meses en sus casas; y Adoniram estaba sobre aquel tributo.

15 Tenía también Salomón setenta mil que llevaban las cargas, y ochenta mil cortadores en el monte;

16 sin los principales oficiales de Salomón que estaban sobre la obra, eran tres mil trescientos, los cuales tenían a su cargo el pueblo que hacía la obra.

17 Y mandó el rey que trajeran grandes piedras, piedras de precio, para los cimientos de la Casa, y piedras labradas.

18 Y los albañiles de Salomón, y los de Hiram, y los aparejadores, cortaron y aparejaron la madera y la cantería para labrar la casa.

Y fue en el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, en el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, que él comenzó a edificar la Casa del SEÑOR.

La Casa que el rey Salomón edificó al SEÑOR, tuvo sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto.

Y el portal delante del templo de la Casa, de veinte codos de largo, según la anchura de la Casa, y su ancho era de diez codos delante de la Casa.

E hizo a la Casa ventanas anchas por dentro, y estrechas por fuera.

Edificó también junto al muro de la Casa un colgadizo alrededor, pegado a las paredes de la Casa en derredor del templo y del oráculo; e hizo cámaras alrededor.

El colgadizo de abajo era de cinco codos de ancho, y el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete codos de ancho; porque por fuera había hecho disminuciones a la casa en derredor, para no trabar las vigas de las paredes de la Casa.

Y la Casa cuando se edificó, la fabricaron de piedras perfectas que traían ya acabadas de labrar; de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la Casa, ni ningún otro instrumento de hierro.

La puerta del colgadizo de en medio estaba al lado derecho de la Casa; y se subía por una escalera de caracol al del medio, y del medio al tercero.

Labró pues la Casa, y la acabó; y cubrió la Casa de labrados y de maderas de cedro puestas por orden.

10 Y edificó asimismo el colgadizo en derredor de toda la Casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con vigas de cedro.

11 Y vino palabra del SEÑOR a Salomón, diciendo:

12 Esta Casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos, e hicieres mis derechos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo tendré firme contigo mi palabra que hablé a David tu padre;

13 y habitaré en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel.

14 Así que, Salomón labró la Casa, y la acabó.

15 Y edificó las paredes de la Casa por dentro con tablas de cedro, vistiéndola de madera por dentro, desde el solado de la casa hasta las paredes de la techumbre; y el solado lo recubrió de dentro con madera de haya.

16 Edificó también al cabo de la Casa veinte codos de tablas de cedro, desde el solado hasta las paredes, y se labró en la Casa un oráculo, que es el lugar santísimo.

17 Y la Casa, a saber, el templo adentro, tenía cuarenta codos.

18 Y la Casa estaba cubierta de cedro por dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de flores abiertas. Todo era cedro; ninguna piedra se veía.

19 Y adornó el oráculo por dentro en medio de la Casa, para poner allí el arca del pacto del SEÑOR.

20 Y el oráculo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte codos de largo, y otros veinte de ancho, y otros veinte de altura; y lo vistió de oro purísimo; asimismo cubrió el altar de cedro.

21 Así que vistió Salomón de oro puro la Casa por dentro, y cerró la puerta del oráculo con cadenas de oro, y lo vistió de oro.

22 Vistió pues de oro toda la Casa hasta el cabo; y asimismo vistió de oro todo el altar que estaba delante del oráculo.

23 Hizo también en el oráculo dos querubines de madera de oliva, cada uno de altura de diez codos.

24 Un ala del querubín tenía cinco codos, y la otra ala del mismo querubín otros cinco codos; así que había diez codos desde la punta de un ala hasta la punta de la otra.

25 Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines eran de un tamaño y de una hechura.

26 La altura del uno era de diez codos, y asimismo el otro.

27 Y puso estos querubines en la casa de adentro; los querubines extendían sus alas, de modo que el ala del uno tocaba a la pared, y el ala del otro querubín tocaba a la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en la mitad de la Casa.

28 Y recubrió de oro los querubines.

29 Y esculpió todas las paredes de la Casa alrededor de diversas figuras, de querubines, de palmas, y de flores abiertas, por dentro y por fuera.

30 Y recubrió de oro el solado de la casa, por dentro y por fuera.

31 Y a la entrada del oráculo hizo puertas de madera de oliva; y el umbral y los postes eran de cinco esquinas.

32 Las dos puertas eran de madera de oliva; y entalló en ellas figuras de querubines y de palmas y de flores abiertas, y las recubrió de oro; recubrió también de oro los querubines y las palmas.

33 De la misma forma hizo a la puerta del templo postes de madera de oliva cuadrados.

34 Las dos puertas eran de madera de haya; y los dos lados de una puerta eran redondos, y los otros dos lados de la otra puerta también redondos.

35 Y entalló en ellas querubines, palmas y flores abiertas, y las recubrió de oro ajustado a las entalladuras.

36 Y labró el atrio interior de tres órdenes de piedras labradas, y de un órden de vigas de cedro.

37 En el cuarto año, en el mes de Zif, se pusieron los cimientos de la Casa del SEÑOR.

38 Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue acabada la Casa con todas sus pertenencias, y con todo lo necesario. La edificó pues, en siete años.

Mas su casa la edificó Salomón en trece años, y la acabó toda.

Y asimismo edificó la casa del bosque del Líbano, la cual tenía cien codos de longitud, y cincuenta codos de anchura, y treinta codos de altura, sobre cuatro órdenes de columnas de cedro, con vigas de cedro sobre las columnas.

Y estaba cubierta de tablas de cedro arriba sobre las vigas, que se apoyaban en cuarenta y cinco columnas; cada hilera tenía quince columnas.

Las ventanas estaban por tres órdenes, una ventana contra la otra por tres órdenes.

Y todas la puertas y postes eran cuadrados; y unas ventanas estaban frente a las otras en tres órdenes.

También hizo un portal de columnas, que tenía de largo cincuenta codos, y treinta codos de ancho; y aquel portal estaba delante de aquellas otras, con sus columnas y maderos correspondientes.

Hizo asimismo el portal del trono en que había de juzgar, que es el portal del juicio, y lo vistió de cedro de un lado del suelo al otro.

Y en la casa en que él moraba, había otra sala dentro del portal, de obra semejante a ésta. Edificó también Salomón una casa para la hija de Faraón, que había tomado por mujer, de la misma obra de aquel portal.

Todas aquellas obras fueron de piedras de precio, cortadas y aserradas con sierras según las medidas, así por dentro como por fuera, desde el cimiento hasta las vigas, y asimismo por fuera hasta el gran atrio.

10 El cimiento era de piedras de precio, de piedras grandes, de piedras de diez codos, y de piedras de ocho codos.

11 De allí hacia arriba eran también piedras de precio, labradas conforme a sus medidas, y obra de cedro.

12 Y en el gran atrio alrededor había tres órdenes de piedras labradas, y un orden de vigas de cedro; y así el atrio interior de la Casa del SEÑOR, y el atrio de la Casa.

13 ¶ Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram,

14 el cual era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, y su padre había sido de Tiro; que labraba en bronce, lleno de sabiduría y de inteligencia y saber en toda obra de bronce. Este pues vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.

15 Este hizo dos columnas de bronce, la altura de cada cual era de dieciocho codos; y rodeaba a cada columna un hilo de doce codos.

16 Hizo también dos capiteles de fundición de bronce, para que fueran puestos sobre las cabezas de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos, y la del otro capitel de cinco codos.

17 E hizo unas trenzas a manera de red, y unas cintas a manera de cadenas, para los capiteles que se habían de poner sobre las cabezas de las columnas; siete para cada capitel.

18 Y cuando hubo hecho las columnas, hizo también dos órdenes de granadas alrededor en el enredado, para cubrir los capiteles que estaban en las cabezas de las columnas con las granadas; y de la misma forma hizo en el otro capitel.

19 Los capiteles que estaban sobre las columnas tenían forma de lirios como las que se veían en el portal, por cuatro codos.

20 Los capiteles que estaban sobre las dos columnas tenían también doscientas granadas en dos órdenes alrededor en cada capitel, encima del vientre del capitel, el cual vientre estaba delante del enredado.

21 Estas columnas puso enhiestas en el portal del templo. Y cuando hubo enhestado la columna de la mano derecha, le puso por nombre Jaquín (El SEÑOR establece); y enhestando la columna de la mano izquierda, le puso su nombre Boaz (Solo en El hay fortaleza).

22 En las cabezas de las columnas había una obra de lirios; y así se acabó la obra de las columnas.

23 Hizo asimismo un mar de fundición, de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos.

24 Y cercaban aquel mar por debajo de su labio en derredor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos órdenes, las cuales habían sido fundidas cuando él fue fundido.

25 Y estaba asentado sobre doce bueyes; tres miraban al norte, y tres miraban al poniente, y tres miraban al mediodía, y tres miraban al oriente; sobre éstos se apoyaba el mar, y los traseros de ellos estaban hacia la parte de adentro.

26 El grueso del mar era de un palmo, y su labio era labrado como el labio de un cáliz, con flores de lirios; y cabían en él dos mil batos.

27 Hizo también diez basas de bronce, siendo la longitud de cada basa de cuatro codos, y la anchura de cuatro codos, y de tres codos la altura.

28 La obra de las basas era ésta: tenían unas cintas, las cuales estaban entre molduras;

29 y sobre aquellas cintas que estaban entre las molduras, figuras de leones, y de bueyes, y de querubines; y sobre las molduras de la basa, así encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras de bajo relieve.

30 Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce con cardinales (ejes con bisagras) de bronce; y en sus cuatro esquinas había unos hombrillos, los cuales nacían de fundición a cada lado de aquellas añadiduras, para estar debajo de la fuente.

31 Su boca entraba en el capitel (en el remate que salía de la basa) un codo para arriba; y era su boca redonda, de la hechura (del mismo remate) de la basa, de codo y medio. Había también sobre la boca entalladuras con sus cintas, las cuales eran cuadradas, no redondas.

32 Las cuatro ruedas estaban debajo de las cintas, y los ejes de las ruedas nacían en la misma basa. La altura de cada rueda era de un codo y medio.

33 Y la hechura de las ruedas era como la hechura de las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, y sus cubos, y sus cinchos, todo era de fundición.

34 Asimismo los cuatro hombrillos a las cuatro esquinas de cada basa; y los hombrillos eran de la misma basa.

35 Y en lo alto de la basa había medio codo de altura redondo por todas partes; y encima de la basa sus molduras y cintas, las cuales eran de ella misma.

36 E hizo en las tablas de las molduras, y en las cintas, entalladuras de querubines, y de leones, y de palmas, delante de las añadiduras de cada una alrededor.

37 De esta forma hizo diez basas fundidas de una misma manera, de una misma medida, y de una misma entalladura.

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