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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
1 Crónicas 10-23

Muerte de Saúl y de sus hijos(A)

10 Los filisteos pelearon contra los israelitas y los pusieron en fuga, y muchos israelitas murieron en el monte de Gilboa. Los filisteos persiguieron a Saúl y a sus hijos, y de ellos mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa. Al arreciar la batalla contra Saúl, los flecheros lo alcanzaron y lo hirieron. Saúl dijo entonces a su escudero: «Saca tu espada y clávamela, no sea que estos incircuncisos vengan y se burlen de mí.» Pero su escudero no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl sacó su propia espada, y se arrojó sobre ella. Cuando su escudero vio muerto a Saúl, también él se arrojó sobre su espada y se mató. Así murieron Saúl y sus tres hijos, y con él murió toda su familia.

Cuando todos los israelitas que habitaban en el valle vieron que el ejército huía, y que Saúl y sus hijos habían muertos, abandonaron sus ciudades y huyeron, y los filisteos llegaron y las ocuparon. Y al día siguiente, cuando los filisteos llegaron para despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte de Gilboa. Entonces lo despojaron, le quitaron la cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar la noticia a sus ídolos y al pueblo. 10 Pusieron las armas de Saúl en el templo de sus dioses, y su cabeza la colgaron en el templo de Dagón. 11 Y cuando todos los de Jabés de Galaad supieron lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12 todos los más aguerridos fueron a recoger los cuerpos de Saúl y de sus hijos, y los llevaron a Jabés, y allí en Jabés enterraron sus huesos debajo de una encina, y ayunaron siete días.

13 Así fue como Saúl murió por haberse rebelado y por pecar contra el Señor y contra su palabra, la cual no obedeció,(B) pues prefirió consultar a una adivina(C) 14 en vez de consultarlo a él. Por eso el Señor le quitó la vida y entregó el reino a David hijo de Yesé.

David es proclamado rey de Israel(D)

11 Todo Israel se reunió en torno a David en Hebrón, para decirle:

«Mira, nosotros somos carne de tu carne. Incluso antes de ahora, cuando Saúl era rey, tú eras el que guiaba a Israel en sus guerras, y quien lo volvía a traer. Además, el Señor tu Dios te ha dicho: “Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y serás el príncipe de Israel, mi pueblo.”»

También todos los ancianos de Israel fueron a ver al rey en Hebrón, y David hizo un pacto con ellos delante del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel, según la palabra del Señor comunicada por medio de Samuel.

David toma la fortaleza de Sión(E)

David se fue entonces a Jerusalén, que también es Jebús, con todos los israelitas. En aquel tiempo los jebuseos habitaban en esa región,(F) y los habitantes de Jebús le dijeron a David: «Aquí no entrarás.» Sin embargo, David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David. Además, David había dicho: «El primero que derrote a los jebuseos será capitán y jefe.» Y Joab hijo de Seruyá fue el primero en atacar, y fue nombrado jefe.

David habitó en la fortaleza, y por esto fue llamada «la Ciudad de David». También edificó los alrededores de la ciudad, desde Milo hasta la muralla, y Joab reconstruyó el resto de la ciudad. Y David avanzaba y se hacía fuerte, y el Señor de los ejércitos estaba con él.

Los valientes de David(G)

10 Éstos son los principales guerreros de David, que junto con todo Israel le ayudaron en su reino para hacerlo su rey, conforme a la palabra del Señor. 11 Y éste es el número de los guerreros que David tuvo:

Yasobeán hijo de Jacmoní, caudillo de los treinta, que en cierta ocasión blandió su lanza contra trescientos y los mató.

12 Le seguía Eleazar hijo de Dodo, el ajojita, que era de los tres más valientes. 13 Eleazar estuvo con David en Pasdamín, combatiendo con él a los filisteos. Allí había una parcela sembrada de cebada. Cuando el pueblo huía de los filisteos, 14 ellos se pusieron en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos porque el Señor los favoreció con una gran victoria.

15 Tres de los treinta principales bajaron a la peña a David, a la cueva de Adulán, mientras los filisteos estaban acampando en el valle de Refayin. 16 En aquel tiempo David se encontraba en la fortaleza; en Belén había entonces una guarnición de los filisteos. 17 David tuvo sed y exclamó:

«¡Cómo quisiera beber un poco de agua del pozo que está a la entrada de Belén!»

18 Aquellos tres irrumpieron en el campamento de los filisteos y sacaron agua del pozo que está a la entrada de Belén, y se la llevaron a David, pero él no la quiso beber; al contrario, la derramó en honor del Señor y dijo:

19 «¡Dios me libre de hacer esto! ¿Cómo podría yo beber la sangre y la vida de estos hombres, que por traerme agua han puesto en peligro su vida?»

Y no la quiso beber. Tal fue la hazaña de esos tres valientes.

20 El jefe de los treinta era Abisay, hermano de Joab, que blandió su lanza contra trescientos enemigos, y los mató, con lo que se hizo famoso junto con los tres. 21 Aunque fue el más destacado de los treinta, y era su jefe, nunca igualó a los tres primeros.

22 Benaías hijo de Joyadá era hijo de un valiente de Cabsel, que realizó grandes hazañas: Venció a dos moabitas muy aguerridos, y durante el invierno mató a un león en medio de un foso, 23 y con sus propias manos venció a un egipcio de cinco codos de estatura. El egipcio blandía una lanza semejante al rodillo de un tejedor, pero Benaías se enfrentó a él con un palo, le arrebató de la mano la lanza, y con su misma lanza lo mató. 24 Por estos hechos de Benaías hijo de Joyadá, fue incluido entre los tres valientes, 25 y aunque fue el más distinguido de los treinta, nunca igualó a los tres primeros. A éste, David lo incluyó en su guardia personal.

26 Los guerreros más valientes eran:

Asael, que era hermano de Joab;

Eljanán hijo de Dodo, el de Belén;

27 Samot el harodita,

Heles el pelonita,

28 Ira hijo de Iques, el tecoíta;

Abiezer el anatotita,

29 Sibecay el husatita,

Ilay el ajojita,

30 Maray el netofatita,

Jéled hijo de Baná, el netofatita;

31 Itay hijo de Ribay, el benjaminita de Gabaa;

Benaías el piratonita,

32 Juray, el del río Gaas;

Abiel el arbatita,

33 Azmavet el barhumita,

Elijaba el salbonita,

34 los hijos de Hasem el gizonita,

Jonatán hijo de Sage, el ararita;

35 Ajían hijo de Sacar, el ararita;

Elifal hijo de Ur,

36 Jéfer el mequeratita,

Ajías el pelonita,

37 Hezro el carmelita,

Naray hijo de Ezbay,

38 Joel, el hermano de Natán;

Mibejar hijo de Hagrí,

39 Selec el amonita,

Najaray el berotita, que era escudero de Joab hijo de Seruyá;

40 Ira el itrita,

Gareb el itrita,

41 Urías el hitita,

Zabad hijo de Ajlay,

42 Adina hijo de Siza el rubenita, que era príncipe de los rubenitas, más los treinta que lo acompañaban;

43 Janán hijo de Macá,

Josafat el mitnita,

44 Uzías el astarotita,

Samá y Yeguiel, hijos de Jotán el aroerita;

45 Jediael hijo de Simerí,

Yojá el tizita, hermano de Jediael;

46 Eliel el mahavita,

Yerebay y Josavía, hijos de Elnaam;

Itma el moabita,

47 Eliel, Obed y Jasiel el mesobaíta.

El ejército de David

12 Éstos son los valientes que ayudaron a David en la guerra, y que se le unieron en Siclag, mientras él se encontraba en prisión por culpa de Saúl hijo de Cis. Eran certeros arqueros, capaces de usar las dos manos para lanzar piedras con honda y disparar flechas.

De los hermanos de Saúl de Benjamín:

En primer lugar, Ajiezer; y en segundo, Joás. Estos dos eran hijos de Semagá el gabaatita.

Jeziel y Pelet, hijos de Azmavet; Beraca, Jehú el anatotita, Ismaías el gabaonita, uno de los treinta valientes, y el más valiente de los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad el gederatita; Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías el harufita, Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Yasobeán, todos ellos coreítas, y Joela y Zebadías, hijos de Jeroán de Gedor.

También algunos gaditas se unieron a David mientras éste estaba en la fortaleza del desierto. Eran hombres muy valientes y aguerridos, que sabían manejar el escudo; su rostro reflejaba la fiereza de los leones, y eran ligeros de pies, como las gacelas en los montes. El primero era Ezer, y le seguían, en ese orden, Abdías, Eliab, 10 Mismana, Jeremías, 11 Atay, Eliel, 12 Johanán, Elzabad, 13 Jeremías y Macbanay. 14 Éstos fueron capitanes del ejército gadita. El menor de ellos valía por cien soldados, y el mayor de ellos valía por mil. 15 Todos ellos cruzaron el Jordán en el mes primero, cuando el río se había desbordado por completo, y pusieron en fuga a todos los que vivían en los valles al oriente y al poniente.

16 También algunos de los benjaminitas y de la tribu de Judá se unieron a David en la fortaleza. 17 David habló con ellos, y les dijo: «Si ustedes han venido a verme en son de paz, y quieren ayudarme, yo me uniré a ustedes de todo corazón; pero si lo que quieren es entregarme a mis enemigos, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo juzgue, pues yo no he cometido ninguna maldad.» 18 Entonces el espíritu se apoderó de Amasay, jefe de los treinta, y dijo:

«¡Por ti, David hijo de Yesé, y contigo! ¡Paz, paz contigo! ¡Y paz también con quienes te ayudan, pues también tu Dios te ayuda!»

Así David los recibió y los nombró capitanes de la tropa.

19 También algunos de Manasés se pusieron de parte de David cuando éste acompañó a los filisteos a la batalla contra Saúl. (En realidad no los ayudó, pues los jefes de los filisteos acordaron despedirlo porque dijeron: «Nuestra cabeza peligra si David se pasa al bando de su señor Saúl.»)

20 Cuando David llegó a Siclag, se le unieron algunos de Manasés, que fueron Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Siletay, que en su tribu eran jefes de legiones. 21 Éstos ayudaron a David contra las bandas de malhechores, pues todos ellos eran aguerridos y capitaneaban el ejército. 22 A decir verdad, todos los días le llegaba ayuda a David, hasta que logró hacerse de un ejército muy numeroso.

23 Éste es el número de los jefes que estaban en pie de guerra y que, conforme a la palabra del Señor, llegaron a Hebrón para entregarle a David el trono de Saúl:

24 De los hijos de Judá que portaban escudo y lanza, seis mil ochocientos hombres listos para la guerra.

25 De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres valientes y esforzados para la guerra.

26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos hombres.

27 Joyadá, que era jefe de los aaronitas, y sus tres mil setecientos hombres.

28 Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós jefes de la familia de su padre.

29 De los benjaminitas parientes de Saúl, tres mil hombres. Hasta entonces, muchos de ellos se habían mantenido fieles a la familia de Saúl.

30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos hombres aguerridos, muy valientes y famosos en las familias de sus antepasados.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil hombres, designados de manera especial para ir y proclamar a David como rey.

32 De los hijos de Isacar, doscientos jefes, cuyas palabras eran respetadas por todos sus parientes, pues sabían cuándo actuar y qué debía hacer Israel.

33 De Zabulón, cincuenta mil hombres listos para entrar en batalla y que sabían manejar toda clase de armas. Siempre estaban dispuestos a pelear sin dar ni pedir cuartel.

34 De Neftalí, mil capitanes, más treinta y siete mil hombres con escudo y lanza.

35 De los danitas, veintiocho mil seiscientos hombres dispuestos a entrar en combate.

36 De Aser, cuarenta mil hombres dispuestos y preparados para entrar en combate.

37 De los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, al otro lado del Jordán, ciento veinte mil hombres armados hasta los dientes.

38 Todos estos guerreros estaban dispuestos a entrar en combate, así que fueron a Hebrón con el corazón en la mano, para proclamar a David como rey de todo Israel. En realidad todos en Israel compartían el mismo deseo de proclamar como rey a David. 39 Y estuvieron allí tres días comiendo y bebiendo con David, pues sus parientes habían preparado todo para ellos. 40 También Isacar, Zabulón y Neftalí, que vivían cerca, llevaron asnos, camellos, mulos y bueyes cargados de víveres y de provisiones de harina, de tortas de higos y pasas, y vino y aceite, y muchos bueyes y ovejas, porque todos en Israel estaban alegres.

David propone trasladar el arca a Jerusalén

13 Entonces David pidió consejo a los jefes de millares y de centenas, y al resto de los jefes. Y dijo David a toda la asamblea de Israel:

«Si les parece bien, y si es la voluntad del Señor nuestro Dios, convocaremos a nuestros hermanos que están esparcidos por todo Israel, lo mismo que a los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros. Traigamos aquí el arca de nuestro Dios, porque desde los días de Saúl no la hemos consultado.»

Toda la asamblea estuvo de acuerdo en que se hiciera así, pues a todos les pareció bien.

David intenta traer el arca(H)

Entonces David reunió a todos los israelitas, desde Sijor de Egipto hasta la entrada de Jamat, para que trasladaran el arca de Dios desde Quiriat Yearín.(I) Y fue David con todo Israel a Baalá de Quiriat Yearín, que está en Judá, para trasladar de allí el arca sobre la cual se invoca el nombre de Dios el Señor, que habita entre los querubines.(J) Desde la casa de Abinadab llevaron el arca de Dios en un carro nuevo, y Uzá y Ajió guiaban el carro, mientras David y todo Israel se regocijaban con todas sus fuerzas delante de Dios, entre cánticos y música de arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

Cuando llegaron a la era de Quidón, los bueyes tropezaron, y para sostener el arca Uzá extendió la mano. 10 Entonces el furor del Señor se encendió contra Uzá por haber extendido su mano hacia el arca, y lo hirió de muerte, y Uzá murió allí, delante de Dios. 11 A David le pesó que el Señor hubiera fulminado a Uzá; por eso llamó a ese lugar Peres Uzá,[a] y hasta el día de hoy se llama así.

12 Ese día David temió a Dios, y dijo:

«¿Y cómo voy a llevar el arca de Dios a mi casa?»

13 Así que ya no llevó el arca a su casa, en la ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obed Edom, el de Gat. 14 Y el arca de Dios se quedó tres meses en la casa de Obed Edom, con su familia, y el Señor bendijo la casa de Obed Edom(K) y todo lo que él tenía.

Jirán envía embajadores a David(L)

14 El rey Jirán de Tiro envió embajadores a David, y también madera de cedro, albañiles y carpinteros, para que le construyeran una casa. Con esto David entendió que el Señor lo había confirmado como rey de Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel.

Hijos de David nacidos en Jerusalén(M)

David tomó otras mujeres en Jerusalén, y tuvo más hijos e hijas. Éstos son los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, Ibejar, Elisúa, Elpelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama, Beeliada y Elifelet.

David derrota a los filisteos(N)

Cuando los filisteos supieron que David había sido ungido rey de todo Israel, fueron en su busca. Pero al saberlo David, salió a enfrentarse con ellos. Al llegar, los filisteos se extendieron por el valle de Refayin. 10 Entonces David consultó a Dios, y le dijo:

«¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano?»

Y el Señor le dijo:

«Atácalos, que yo los entregaré en tus manos.»

11 Los filisteos llegaron a Baal Perasín, y allí David los derrotó. Después de eso, David dijo:

«Con mi mano Dios partió en dos a mis enemigos, como si abriera en dos las aguas.»

Por eso el nombre de aquel lugar fue llamado «Baal Perasín».[b] 12 Allí los filisteos dejaron a sus dioses, y David ordenó que los quemaran.

13 Pero los filisteos volvieron a extenderse por el valle, 14 así que David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo:

«No los ataques de frente, sino rodéalos, para que los ataques frente a las balsameras. 15 Así, cuando oigas un estruendo por las copas de las balsameras, lánzate a la batalla, porque yo saldré delante de ti y heriré al ejército de los filisteos.»

16 David hizo lo que Dios le ordenó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Guézer. 17 Y la fama de David se extendió por todas aquellas tierras, y el Señor infundió el temor ante David en todas las naciones.

David lleva el arca a Jerusalén(O)

15 David también se construyó casas en la ciudad de David, y preparó un lugar para el arca de Dios y le instaló una tienda. Luego dijo:

«El arca de Dios debe ser llevada sólo por los levitas; porque fue a ellos a quienes el Señor eligió para que la lleven y le sirvan siempre.»(P)

Y David congregó a todo Israel en Jerusalén para que se llevara el arca del Señor al lugar que le había preparado.

David reunió además a los aaronitas y a los levitas.

De los descendientes de Coat, reunió a Uriel, que era su jefe, y a sus parientes: ciento veinte personas.

De los descendientes de Merari, a Asaías, que era su jefe, y a sus parientes: doscientos veinte personas.

De los hijos de Gersón, a Joel, que era su jefe, y a sus parientes: ciento treinta personas.

De los hijos de Elisafán, a Semaías, que era su jefe, y a sus parientes: doscientas personas.

De los hijos de Hebrón, a Eliel, que era su jefe, y a sus parientes: ochenta personas.

10 De los hijos de Uziel, a Aminadab, que era su jefe, y a sus parientes: ciento doce personas.

11 Después, David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, 12 y les dijo:

«Ustedes son los principales padres de familia de los levitas, así que santifíquense, ustedes y sus hermanos, y lleven el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado. 13 Como ustedes no lo hicieron así la primera vez, el Señor nuestro Dios nos castigó, pues no lo consultamos como debimos hacerlo.»

14 Los sacerdotes y los levitas se santificaron para transportar el arca del Señor, el Dios de Israel. 15 Por medio de las barras, los descendientes de los levitas llevaron el arca de Dios sobre sus hombros, conforme a la palabra del Señor(Q) y tal y como lo había ordenado Moisés. 16 Además, David les dijo a los jefes de los levitas que de entre sus parientes designaran cantores con instrumentos musicales, es decir, con salterios y arpas y címbalos, y que los tocaran y levantaran alegremente la voz.

17 Los levitas designaron a Hemán hijo de Joel, y de sus parientes designaron a Asaf hijo de Berequías.

De los descendientes de Merari y de sus parientes, designaron a Etán hijo de Cusaías.

18 Además de todos ellos, designaron como porteros a sus parientes del orden inmediato, es decir, a Zacarías, Jaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Benaías, Maseías, Matatías, Elifelu, Micnías, Obed Edom y Yejiel.

19 Hemán, Asaf y Etán, que eran cantores, tocaban címbalos de bronce.

20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Maseías y Benaías, tocaban salterios sobre Alamot.

21 Matatías, Elifelu, Micnías, Obed Edom, Yeguiel y Azazías tenían arpas afinadas y fungían como directores.

22 Quenanías, que era jefe de los levitas, fue nombrado director de los cantos, pues sabía mucho de música.

23 Berequías y Elcana vigilaban el arca.

24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer tocaban las trompetas delante del arca de Dios.

Obed Edom y Yejías estaban también a cargo de la vigilancia del arca.

25 Con gran alegría David y los ancianos de Israel y los capitanes de legiones fueron a trasladar el arca del pacto del Señor, de casa de Obed Edom. 26 Dios el Señor ayudó a los levitas a llevar el arca del pacto, y se sacrificaron siete novillos y siete carneros. 27 David iba vestido de lino fino, y además llevaba sobre sí un efod de lino. Todos los levitas que llevaban el arca, y los cantores, iban vestidos de lino. Entre los cantores, Quenanías era el maestro de canto. 28 Fue así como todo Israel transportó el arca del pacto del Señor, en medio de jubilosos sonidos de bocinas, trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas. 29 Mical, la hija de Saúl, miraba por una ventana cuando el arca del pacto del Señor llegó a la ciudad de David, y al ver que el rey David saltaba y danzaba, sintió en su corazón mucho desprecio por él.

16 Así fue como el arca de Dios fue transportada y puesta en medio de la tienda que David había mandado levantar para ella. Y se ofrecieron delante de Dios holocaustos y sacrificios de paz, y cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre del Señor y repartió entre todos y cada uno de los israelitas, hombres y mujeres, una torta de pan, un trozo de carne y una torta de pasas.

Delante del arca del Señor David puso algunos levitas, para que ministraran, e invocaran, confesaran y alabaran al Señor, Dios de Israel. En primer lugar puso a Asaf, seguido de Zacarías, Yeguiel, Semiramot, Yejiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Yeguiel, todos ellos con sus salterios y arpas, pero Asaf tocaba los címbalos. También los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Salmo de acción de gracias(R)

Ese día, David puso por primera vez a Asaf y sus parientes a cargo de las alabanzas al Señor. Y cantaron:

¡Alaben al Señor, invoquen su nombre!
¡Que los pueblos reconozcan sus obras!
¡Canten, sí, cántenle salmos!
¡Proclamen todas sus maravillas!
10 ¡Regocíjense en su santo nombre!
¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
11 ¡Busquen el poder del Señor!
¡Busquen siempre a Dios!
12 ¡Recuerden sus grandes maravillas,
sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!
13 Ustedes son los descendientes de Abrahán;
ustedes son los hijos de Jacob, sus escogidos.
14 El Señor es nuestro Dios;
en toda la tierra prevalecen sus juicios.
15 Nunca se olvida de su pacto,
de la palabra que dictó para mil generaciones.
16 Fue un acuerdo que hizo con Abrahán,(S)
y que lo confirmó con Isaac.(T)
17 Con Jacob lo estableció como decreto;
con Israel lo hizo un pacto duradero
18 cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán
como la herencia que te corresponde.»(U)

19 Ellos no eran numerosos;
eran unos simples forasteros.
20 Andaban de nación en nación,
y de un reino a otro reino;
21 pero Dios no dejó que lo agraviaran,
sino que por ellos castigó a los reyes
22 y dijo: «¡No toquen a mis ungidos!
¡No les hagan daño a mis profetas!»(V)

23 ¡Canten al Señor todos en la tierra!
¡Anuncien su salvación todos los días!
24 ¡Canten entre los pueblos su gloria!
¡Anuncien entre los pueblos sus maravillas!
25 El Señor es grande, y digno de alabanza;
¡es temible, más que todos los dioses!
26 Todos los dioses de los pueblos son ídolos,
pero el Señor es quien creó los cielos.
27 En su presencia hay alabanza y magnificencia;
en su santuario hay poder y gloria.

28 Ustedes, familias de los pueblos,
¡tributen al Señor la gloria y el poder!
29 ¡Tributen al Señor la honra que merece su nombre!
¡Traigan sus ofrendas, y vengan a su presencia!
¡Adoren al Señor en la hermosura de la santidad!(W)
30 ¡Tiemblen ante él todos en la tierra!
El Señor afirmó el mundo, y no será conmovido.
31 ¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra!
Digan entre las naciones: «¡El Señor es rey!»
32 ¡Que brame el mar y todo lo que contiene!
¡Que se alegre el campo y todo lo que hay en él!
33 ¡Que todos los árboles del bosque rebosen de gozo
delante del Señor, que viene a juzgar la tierra!

34 ¡Aclamen al Señor, porque él es bueno;
porque su misericordia es eterna.(X)
35 Digan: «¡Sálvanos, Dios de nuestra salvación!
¡Vuelve a reunirnos, y líbranos de las naciones!
¡Así alabaremos tu santo nombre
y nos alegraremos con tus alabanzas!»

36 ¡Bendito sea el Señor y Dios de Israel,
desde la eternidad y hasta la eternidad!

Y todo el pueblo dijo «Amén», y alabó al Señor.

Los levitas encargados del arca

37 David dejó a Asaf y a sus parientes delante del arca del pacto del Señor, para que ministraran todo el tiempo delante del arca, cada cosa en su día. 38 Al cuidado del arca puso a Obed Edom y a sus sesenta y ocho parientes, y también a Obed Edom hijo de Jedutún y a Josá. 39 Al sacerdote Sadoc y a sus parientes los sacerdotes los puso delante del tabernáculo del Señor, en el lugar alto que estaba en Gabaón, 40 para que todos los días, a mañana y tarde, ofrecieran sacrificios y holocaustos al Señor en el altar del holocausto, conforme a todo lo que está escrito en la ley que el Señor prescribió a Israel. 41 Con ellos puso a Hemán y Jedutún y a los otros escogidos por nombre, para que glorificaran al Señor, cuya misericordia es eterna. 42 Para alabar a Dios, Hemán y Jedutún tocaban las trompetas y los címbalos y otros instrumentos musicales. Los hijos de Jedutún vigilaban la entrada.

43 Después de esto, todo el pueblo se fue a su casa, y también David se fue a bendecir su propia casa.(Y)

Pacto de Dios con David(Z)

17 David ocupaba ya el trono en su palacio cuando le dijo al profeta Natán:

«¡Mírame aquí, entronizado en un palacio de cedro, mientras el arca del pacto del Señor está debajo de unas cortinas!»

Y Natán le contestó:

«Haz todo lo que de corazón te propongas hacer, que cuentas con el apoyo de Dios.»

En esa misma noche la palabra de Dios vino a Natán, y le dijo:

«Ve y dile a mi siervo David que yo, el Señor, he dicho: “No serás tú quien me edifique casa para que la habite. Desde el día en que saqué a los israelitas, y hasta el día de hoy, yo no he habitado en ninguna casa. Al contrario, anduve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. Por dondequiera que he andado con todo Israel, jamás dije nada a ninguno de los jueces de Israel, a los que ordené apacentar a mi pueblo; jamás le pedí que me edificaran un palacio de cedro. Así que ve a decirle a mi siervo David que yo, el Señor de los ejércitos, he dicho: ‘Yo te tomé del redil, cuando andabas detrás de las ovejas, para que fueras el príncipe de mi pueblo Israel. Yo he estado contigo por dondequiera que has andado, y he derrotado a todos los enemigos que has enfrentado. Y ahora voy a hacerte famoso, tan famoso como los más importantes de la tierra.’ Además, he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí lo plantaré, para que se establezca y no vuelva a ser removido, ni la gente malvada vuelva a consumirlo como en el pasado, 10 cuando puse jueces sobre mi pueblo Israel. Yo humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber también que yo, el Señor, te edificaré una casa. 11 Cuando llegue el momento de que te reúnas con tus antepasados, yo haré que uno de entre tus hijos se levante para sucederte, y yo también afirmaré su reinado. 12 Él me edificará casa, y yo confirmaré su trono para siempre. 13 Yo seré su padre, y él será mi hijo,(AA) y jamás le negaré mi misericordia, como se la negué a quien reinó antes de ti; 14 más bien, lo confirmaré en mi casa y en mi reino para siempre, y para siempre se afirmará su trono.”»

15 Y Natán le repitió a David todas estas palabras y toda esta visión. 16 Entonces el rey David se presentó delante del Señor, y dijo:

«Señor y Dios, ¿quién soy yo, y quién es mi familia, para que me hayas traído hasta aquí? 17 ¡Y aun esto te ha parecido poco, Dios mío! Tú, mi Señor y Dios, hablas en futuro de la casa de tu siervo, y me ves como si fuera yo un hombre excelente. 18 ¿Qué más puedo yo, tu siervo David, añadir y pedir de ti, para mi propia gloria? ¡Tú conoces a este siervo tuyo! 19 Tú, Señor, has hecho todos estos portentos, por amor a tu siervo y según tu corazón, para dar a conocer tu grandeza. 20 Señor, no hay nada semejante a ti, y hasta donde sabemos, no hay más Dios que tú. 21 ¿Qué otro pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, redimido por su propio Dios, para dar a conocer tu nombre por medio de grandes maravillas, al desalojar las naciones de delante de tu pueblo, el pueblo que tú rescataste de Egipto? 22 Tú has hecho de Israel tu propio pueblo para siempre; ¡tú, Señor, has llegado a ser su Dios!

23 »Ahora, Señor, que la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, se afirme para siempre. Que se haga lo que tú has dicho. 24 Que tu nombre permanezca y sea engrandecido para siempre, a fin de que se diga: “El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel”, y que la casa de tu siervo David se afirme en tu presencia. 25 Tú, Dios mío, le has revelado a tu siervo tu intención de edificarle casa. Por eso tu siervo ha hallado motivo para orar en tu presencia. 26 Tú, Señor, eres el Dios que le ha revelado a tu siervo tal bondad; 27 eres tú quien ha querido bendecir la casa de este siervo tuyo, para que permanezca para siempre delante de ti. Tú, Señor, la has bendecido, y bendita será para siempre.»

David extiende sus dominios(AB)

18 Después de eso, sucedió que David derrotó y humilló a los filisteos, y les arrebató la ciudad de Gat y sus villas. También derrotó a los moabitas, y los hizo sus esclavos y los obligó a pagarle tributo. Derrotó además en Jamat a Hadad Ezer, rey de Soba, cuando éste pretendía asegurar su dominio en la ribera del río Éufrates. David le quitó mil carros de guerra, siete mil soldados de caballería y veinte mil soldados de infantería, y además desjarretó a los caballos que tiraban todos los carros, con la excepción de los caballos para cien carros.

Cuando los sirios vinieron de Damasco en ayuda de Hadad Ezer, rey de Soba, David hirió a veintidós mil de ellos; luego puso una guarnición en Siria de Damasco, y obligó a los sirios a servirle y a pagarle tributo, pues el Señor le daba la victoria a David por dondequiera que iba.

David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadad Ezer, y los llevó a Jerusalén. También se apoderó del mucho bronce que había en Tibejat y Cun, ciudades de Hadad Ezer, y con ese bronce hizo Salomón el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce.(AC)

Cuando el rey Toy de Jamat supo que David había derrotado totalmente al ejército de Hadad Ezer, rey de Soba, 10 envió a su hijo Hadorán para que saludara a David y lo bendijera por haber peleado con Hadad Ezer y haberlo vencido. Como Toy estaba en guerra contra Hadad Ezer, le envió al rey David toda clase de utensilios de oro, plata y bronce, 11 y el rey David dedicó todo esto al Señor, junto con la plata y el oro que les había quitado a todas las naciones de Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec.

12 Además de esto, Abisay hijo de Seruyá derrotó en el valle de la Sal a dieciocho mil edomitas,(AD) 13 y puso una guarnición en Edom y obligó a todos los edomitas a servir a David, pues el Señor daba el triunfo a David por dondequiera que éste iba.

Oficiales de David(AE)

14 David llegó a ser rey de todo Israel, y gobernó con justicia y rectitud a todo su pueblo. 15 Joab hijo de Seruyá era el general de su ejército, y Josafat hijo de Ajilud era el canciller. 16 Sadoc hijo de Ajitob y Abimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes, y Savsá era el secretario. 17 Benaías hijo de Joyadá estaba al mando de los cretenses y peleteos, y los hijos de David eran los príncipes que rodeaban al rey.

Derrotas de amonitas y sirios(AF)

19 Después de esto, murió Najás, el rey de los amonitas, y en su lugar reinó su hijo. Entonces dijo David:

«Voy a tratar con misericordia a Janún hijo de Najás, porque también su padre me trató con misericordia.»

Entonces envió unos mensajeros para expresarle sus condolencias por la muerte de su padre. Pero cuando los mensajeros de David llegaron a la tierra de los amonitas para consolar a Janún, los jefes amonitas le dijeron a Janún:

«¿Y crees que David rinde honores a tu padre, al enviarte estos consoladores? ¿Acaso sus siervos no vienen más bien a espiarte, y a investigar y reconocer la tierra?»

Janún tomó entonces a los mensajeros de David y los rapó, les rasgó los vestidos por la mitad, hasta las nalgas, y los mandó de vuelta.

Los mensajeros se fueron, y cuando David se enteró de lo que les había sucedido, mando gente a que los recibieran, porque estaban muy ofendidos. Pero el rey mandó que les dijeran:

«Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba. Entonces volverán.»

Cuando los amonitas vieron que se habían hecho odiosos ante David, Janún y los amonitas enviaron treinta y tres mil kilos de plata a Mesopotamia, Siria, Macá y Soba, para contratar allá carros de guerra y gente de caballería. Y contrataron treinta y dos mil carros de guerra, y al rey de Macá y a su ejército, los cuales vinieron y acamparon frente a Medeba. También los amonitas se juntaron en sus ciudades y salieron a la guerra. Pero David lo supo y envió a Joab y a todo el ejército de sus hombres más valientes.

Los amonitas salieron a la entrada de la ciudad y se presentaron en orden de batalla, mientras que los reyes que habían venido se quedaron en el campo. 10 Y al ver Joab que el ataque contra él se había dispuesto por el frente y por la retaguardia, escogió a los mejores soldados israelitas, y con ellos se preparó para enfrentar a los sirios. 11 El resto del ejército lo puso en manos de su hermano Abisay, y los dispuso para enfrentar a los amonitas. 12 Le dijo:

«Si los sirios resultan ser más fuertes que yo, tú vendrás en mi ayuda; pero si los amonitas resultan ser más fuertes que tú, yo iré a ayudarte. 13 ¡Ánimo! ¡Luchemos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, y que sea lo que el Señor quiera!»

14 Al avanzar Joab y su ejército para pelear contra los sirios, éstos huyeron de él. 15 Y al ver los amonitas que los sirios huían, también ellos huyeron delante de Abisay, el hermano de Joab, y se metieron en la ciudad. Entonces Joab volvió a Jerusalén.

16 Cuando los sirios vieron que habían sido vencidos por los israelitas, enviaron mensajeros para que vinieran en su ayuda los sirios que estaban al otro lado del Éufrates, y que eran capitaneados por Sofac, general del ejército de Hadad Ezer. 17 Pero tan pronto como David recibió la noticia, reunió a todos los israelitas, cruzó el Jordán, y se dispuso a presentar batalla contra ellos. En cuanto David ordenó su tropa contra los sirios, éstos lo atacaron, 18 pero huyeron delante de los israelitas. Y David mató a siete mil sirios de los carros de guerra, a cuarenta mil hombres de infantería, y además mató a Sofac, que era el general del ejército. 19 Y al ver los siervos de Hadad Ezer que habían sido derrotados por los israelitas, hicieron la paz con David y fueron sus siervos. Y nunca más los sirios quisieron ayudar a los amonitas.

David captura a Rabá(AG)

20 A la vuelta de un año, y mientras David estaba en Jerusalén,(AH) Joab llevó a campaña al ejército en pleno y fue y sitió la ciudad de Rabá y la conquistó, destruyendo por completo la tierra de los amonitas. Esto sucedió en los días en que los reyes acostumbran salir a la guerra. David le quitó al rey de Rabá la corona de oro, la cual pesaba treinta y tres kilos y estaba adornada de piedras preciosas, y con ella fue coronado David. Además de esto, David sacó de la ciudad cuantioso botín de guerra, y sacó también a la gente que estaba en ella y la puso a trabajar con sierras, trillos de hierro y hachas. Esto mismo lo hizo David con todas las ciudades amonitas, y después de eso David volvió a Jerusalén con todo su ejército.

Los hombres de David matan a los gigantes(AI)

Después de esto se desató en Guézer la guerra contra los filisteos. Sibecay el husatita mató a Sipay, que descendía de los gigantes, y los filisteos fueron derrotados. Pero hubo otra guerra contra los filisteos, y Eljanán hijo de Yaír mató a Lamí, que era hermano de Goliat de Gat, el que blandía una lanza parecida al rodillo de un telar.(AJ) Y se desató en Gat una guerra más, en la que participó un guerrero de gran estatura, el cual tenía seis dedos en cada mano y en cada pie, es decir, un total de veinticuatro dedos. Éste era descendiente de los gigantes, y se puso a insultar a los israelitas, pero Jonatán hijo de Simea, hermano de David, lo mató.

Éstos fueron los descendientes de los gigantes de Gat, que perdieron la vida a manos de David y de sus siervos.

David censa al pueblo(AK)

21 Pero Satanás se pueso en contra de Israel e indujo a David a levantar un censo en Israel. Entonces David ordenó a Joab y a los jefes del pueblo:

«Vayan y levanten un censo de Israel desde Berseba hasta Dan, y tráiganme el informe de cuántos son. Quiero saberlo.»

Joab le dijo:

«Mi señor y rey: ¡Que el Señor multiplique cien veces más el número de su pueblo! ¿Acaso no están todos estos al servicio de mi señor? ¿Para qué quiere mi señor hacer tal cosa? ¡Eso le contará a Israel como pecado!»

Pero la orden del rey pudo más que Joab. Así que Joab salió y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén para entregar a David el número del pueblo censado. En todo Israel había un millón cien mil hombres que manejaban la espada, y en Judá había cuatrocientos setenta mil hombres que manejaban la espada. No fueron contados los levitas ni los benjaminitas, porque para Joab la orden del rey era repugnante.

Esto desagradó a Dios, e hirió de muerte a Israel. Entonces David le dijo a Dios:

«Con esto que he hecho he pecado gravemente. Te ruego que perdones a este siervo tuyo por su maldad, porque he actuado sin pensar.»

El Señor habló con Gad, que era el vidente de David, y le dijo:

10 «Ve y habla con David, y dile que yo, el Señor, he dicho: “Te propongo tres cosas. Escoge de ellas la que quieras que yo haga contigo.”»

11 Gad fue a hablar con David, y le dijo:

«Así ha dicho el Señor: 12 Escoge qué prefieres: tres años de hambre, o ser derrotado durante tres meses por la espada de tus enemigos, o que haya peste en la tierra durante tres días, y que la espada del Señor, es decir, el ángel del Señor, traiga destrucción por todo Israel. Dime qué debo responder al que me ha enviado.»

13 Y David le dijo a Gad:

«Estoy en un gran aprieto. Permíteme caer en las manos del Señor, porque su misericordia es grande en extremo. ¡No me dejes caer en las manos de ningún hombre!»

14 Fue así como el Señor envió una peste sobre Israel, y murieron setenta mil israelitas. 15 El Señor envió al ángel a Jerusalén, para que la destruyera; pero cuando el Señor lo vio destruirla, le pesó haberle enviado ese mal y le dijo al ángel destructor:

«¡Basta ya! ¡Detente!»

En ese momento el ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán el jebuseo. 16 David levantó los ojos y, al ver al ángel del Señor, que estaba entre el cielo y la tierra, y con la espada en la mano, desenvainada y extendida contra Jerusalén, tanto David como los ancianos se postraron sobre sus rostros y se cubrieron de cilicio. 17 Entonces David le dijo a Dios:

«¿Acaso no fui yo quien ordenó que se contara el pueblo? ¡Yo, y nadie más, ha pecado! ¡Yo soy quien ha actuado mal! Pero estas ovejas, ¿qué mal han hecho? Señor y Dios mío, deja caer tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre. ¡Que no venga la peste sobre tu pueblo!»

18 El ángel del Señor le ordenó a Gad decir a David que construyera un altar al Señor en la era de Ornán el jebuseo, 19 y conforme a la palabra de Gad de parte del Señor, David fue a hacerlo así. 20 Pero Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y vio al ángel, y los cuatro hijos suyos que estaban con él corrieron a esconderse. 21 Entonces David fue a hablar con Ornán y, cuando éste miró a David, salió de la era y se postró en tierra ante David. 22 Entonces David le dijo a Ornán:

«Concédeme este lugar, para edificar un altar al Señor. Véndemelo por lo que realmente vale, para que el pueblo ya no siga muriendo.»

23 Y Ornán le respondió:

«Mi señor el rey puede tomar la era y hacer con ella lo que le parezca mejor. Yo le daré todo lo que necesite, hasta los bueyes para el holocausto, los trillos para la leña, y el trigo para la ofrenda.»

24 Entonces el rey David le dijo a Ornán:

«De ninguna manera. Yo te compraré la era por su precio justo. No voy a tomar para el Señor lo que es tuyo, ni voy a ofrecer ningún holocausto que nada me cueste.»

25 Y David pesó y le pagó a Ornán por la era seiscientas monedas de oro. 26 Allí edificó David un altar al Señor, y en él ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó al Señor, quien le respondió desde los cielos enviando fuego sobre el altar del holocausto. 27 Entonces el Señor habló con el ángel, para que éste devolviera su espada a la vaina.

El lugar para el templo

28 Al ver David que el Señor le había atendido en el caso de la era de Ornán el jebuseo, ofreció sacrificios allí. 29 En aquel tiempo el tabernáculo del Señor que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban en el lugar alto de Gabaón, 30 pero como David tenía miedo por causa de la espada del ángel del Señor, no podía ir allá para consultar a Dios.

22 Entonces David dijo:

«Éste será el lugar de la casa de Dios el Señor, y aquí tendrá Israel el altar del holocausto.»

Preparativos para el templo

Después de eso, David mandó reunir a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y escogió algunos de ellos como canteros, para que labraran piedras y edificaran la casa de Dios. Preparó también mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas, y mucho bronce y madera de cedro. Y es que los sidonios y los tirios habían traído a David abundante madera de cedro. Entonces dijo David:

«Salomón, mi hijo, es todavía un niño de tierna edad, pero la casa que debe edificarse al Señor tiene que ser una obra excelente, de gran renombre en todo lugar. Así que voy a prepararle todo lo necesario.»

Y antes de su muerte, David hizo abundantes preparativos.

Llamó entonces David a Salomón, su hijo, y le mandó edificar una casa para el Señor, el Dios de Israel. Le dijo:

«Hijo mío, la intención de mi corazón era edificar un templo al nombre del Señor mi Dios. Pero la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: “Tú has derramado mucha sangre; has librado muchas batallas. Es tanta la sangre que has derramado en la tierra delante de mí, que no edificarás casa a mi nombre. Pero te nacerá un hijo, el cual será un hombre de paz. Yo haré que esté en paz con todos los enemigos que lo rodean; por eso se llamará Salomón.[c] Durante su vida yo le daré a Israel paz y reposo. 10 Él edificará una casa para honrar mi nombre, y él será mi hijo, y yo seré su padre, y para siempre(AL) afirmaré sobre Israel el trono de su reino.” 11 Así que, hijo mío, que el Señor esté contigo, y que seas prosperado y edifiques la casa del Señor tu Dios, como él lo ha dicho. 12 Que el Señor te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel cumplas la ley del Señor tu Dios. 13 Si pones por obra los estatutos y decretos que el Señor le entregó a Moisés para Israel, serás prosperado. Esfuérzate y cobra ánimo; no temas ni desmayes.(AM) 14 Toma en cuenta que yo, con grandes esfuerzos, he preparado para la casa del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata, y muchísimo bronce y hierro, porque en realidad es mucho. También he preparado madera y piedra, pero puedes añadir más. 15 Tú cuentas con muchos obreros, canteros, albañiles y carpinteros, y con gente experta en distintos trabajos. 16 La cantidad de oro, plata, bronce y hierro es incalculable. Así que levántate y pon manos a la obra, y que el Señor esté contigo.»

17 David mandó también a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo. Les dijo:

18 «¿No es verdad que el Señor su Dios les ha dado a ustedes paz por todas partes? Él ha entregado en mis manos a los habitantes de la tierra, y la tierra ha sido sometida delante del Señor y de su pueblo. 19 Dispongan ahora su corazón y su ánimo a buscar al Señor su Dios. Levántense y edifiquen el santuario de Dios, el Señor, para trasladar a la casa edificada al nombre del Señor el arca del pacto y los utensilios consagrados a Dios.»

Distribución y deberes de los levitas

23 Cuando David ya era viejo y tenía muchos años, declaró a su hijo Salomón rey de Israel.(AN) Además, juntó a todos los jefes de Israel y a los sacerdotes y levitas, contando a los levitas mayores de treinta años, y el número total de ellos, contados uno por uno, resultó ser de treinta y ocho mil. De éstos, veinticuatro mil debían dirigir la obra de la casa del Señor, y seis mil fungirían como gobernadores y jueces; cuatro mil serían porteros, y los cuatro mil restantes se dedicarían a alabar al Señor con los instrumentos que David había hecho para tributar alabanzas.

David los repartió en grupos, siguiendo el orden de los hijos de Leví, es decir, de Gersón, Coat y Merari.

Los hijos de Gersón fueron Laadán y Simey.

Los hijos de Laadán fueron tres: Yejiel, el primero, seguido de Zetán y Joel.

Los hijos de Simey fueron tres: Selomit, Jaziel y Harán. Éstos fueron los jefes de las familias de Laadán.

10 Y los hijos de Simey fueron Yajat, Zina, Jeús y Beria. Estos cuatro fueron los hijos de Simey. 11 Yajat fue el primero, y Zina el segundo; pero Jeús y Beria no tuvieron muchos hijos, así que fueron contados como una sola familia.

12 Los hijos de Coat fueron cuatro: Amirán, Isar, Hebrón y Uziel.

13 Los hijos de Amirán fueron Aarón y Moisés. Aarón fue apartado, junto con sus hijos, para dedicarse siempre a las cosas más santas, para quemar incienso delante del Señor, y para servirle y bendecir en su nombre siempre.(AO)

14 Los hijos de Moisés, hombre de Dios, fueron contados en la tribu de Leví, 15 y fueron Gersón y Eliezer.

16 El hijo de Gersón fue el jefe Sebuel.

17 El hijo de Eliezer fue el jefe Rejabías.

Eliezer no tuvo otros hijos, pero Rejabías si tuvo muchos hijos.

18 El hijo de Isar fue el jefe Selomit.

19 Los hijos de Hebrón fueron el jefe Jerías, seguido de Amarías, Jahaziel y Jecamán.

20 Los hijos de Uziel fueron el jefe Micaía, seguido de Isías.

21 Los hijos de Merari fueron Mali y Musi.

Los hijos de Mali fueron Eleazar y Cis. 22 Eleazar murió sin haber tenido hijos, pero tuvo hijas, y sus parientes, los hijos de Cis, las tomaron por mujeres.

23 Los hijos de Musi fueron tres: Mali, Edar y Jeremot.

24 Éstos fueron los descendientes de Leví por las familias de sus padres. Según el censo, eran jefes de familia, mayores de veinte años, cada uno contado por nombre, y todos ellos trabajaban en el ministerio de la casa del Señor. 25 Y es que David dijo:

«El Señor, el Dios de Israel, ha dado paz a su pueblo, y habitará en Jerusalén para siempre. 26 Los levitas no tendrán que volver a cargar el tabernáculo y todos los utensilios para su ministerio.»(AP)

27 Fue así como, de acuerdo con las últimas palabras de David, se hizo la cuenta de los hijos de Leví mayores de veinte años. 28 Todos ellos estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para ministrar en la casa del Señor, en los atrios, en las cámaras, y en la purificación de todo objeto santificado, lo mismo que en la obra restante del ministerio de la casa de Dios, 29 y para los panes de la proposición, para la flor de harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para lo preparado en sartén, para lo tostado, para toda medida y cuenta, 30 y para asistir todos los días por la mañana y por la tarde para dar gracias y tributar alabanzas al Señor, 31 y para ofrecer delante del Señor, continuamente, todos los holocaustos en los días de reposo, y en las lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con su rito, 32 y para que en el ministerio de la casa del Señor(AQ) estuvieran a cargo del tabernáculo de reunión y del santuario, bajo las órdenes de sus hermanos, los hijos de Aarón.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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