Bible in 90 Days
Salmo de David.
25 A TI, oh Jehová, levantaré mi alma.
2 Dios mío, en ti confío;
No sea yo avergonzado,
No se alegren de mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido:
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
Enséñame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame;
Porque tú eres el Dios de mi salud:
En ti he esperado todo el día.
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus conmiseraciones y de tus misericordias,
Que son perpetuas.
7 De los pecados de mi mocedad, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
Conforme á tu misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Jehová.
8 Bueno y recto es Jehová:
Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.
9 Encaminará á los humildes por el juicio,
Y enseñará á los mansos su carrera.
10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Jehová,
Perdonarás también mi pecado; porque es grande.
12 ¿Quién es el hombre que teme á Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.
13 Su alma reposará en el bien,
Y su simiente heredará la tierra.
14 El secreto de Jehová es para los que le temen;
Y á ellos hará conocer su alianza.
15 Mis ojos están siempre hacia Jehová;
Porque él sacará mis pies de la red.
16 Mírame, y ten misericordia de mí;
Porque estoy solo y afligido.
17 Las angustias de mi corazón se han aumentado:
Sácame de mis congojas.
18 Mira mi aflicción y mi trabajo:
Y perdona todos mis pecados.
19 Mira mis enemigos, que se han multiplicado,
Y con odio violento me aborrecen.
20 Guarda mi alma, y líbrame:
No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21 Integridad y rectitud me guarden;
Porque en ti he esperado.
22 Redime, oh Dios, á Israel
De todas sus angustias.
Salmo de David.
26 JÚZGAME, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado:
Confiado he asimismo en Jehová, no vacilaré.
2 Pruébame, oh Jehová, y sondéame:
Examina mis riñones y mi corazón.
3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos,
Y en tu verdad ando.
4 No me he sentado con hombres de falsedad;
Ni entré con los que andan encubiertamente.
5 Aborrecí la reunión de los malignos,
Y con los impíos nunca me senté.
6 Lavaré en inocencia mis manos,
Y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová:
7 Para exclamar con voz de acción de gracias,
Y para contar todas tus maravillas.
8 Jehová, la habitación de tu casa he amado,
Y el lugar del tabernáculo de tu gloria.
9 No juntes con los pecadores mi alma,
Ni con los hombres de sangres mi vida:
10 En cuyas manos está el mal,
Y su diestra está llena de sobornos.
11 Yo empero andaré en mi integridad:
Redímeme, y ten misericordia de mí.
12 Mi pie ha estado en rectitud:
En las congregaciones bendeciré á Jehová.
Salmo de David.
27 JEHOVÁ es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme?
2 Cuando se allegaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
3 Aunque se asiente campo contra mí,
No temerá mi corazón:
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo en esto confío.
4 Una cosa he demandado á Jehová, ésta buscaré:
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Ocultaráme en lo reservado de su pabellón;
Pondráme en alto sobre una roca.
6 Y luego ensalzará mi cabeza sobre mis enemigos en derredor de mí:
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo:
Cantaré y salmearé á Jehová.
7 Oye, oh Jehová, mi voz con que á ti clamo;
Y ten misericordia de mí, respóndeme.
8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová.
9 No escondas tu rostro de mí,
No apartes con ira á tu siervo:
Mi ayuda has sido;
No me dejes y no me desampares, Dios de mi salud.
10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Jehová con todo me recogerá.
11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud,
A causa de mis enemigos.
12 No me entregues á la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que tengo de ver la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.
14 Aguarda á Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón:
Sí, espera á Jehová.
Salmo de David.
28 A TI clamaré, oh Jehová,
Fortaleza mía: no te desentiendas de mí;
Porque no sea yo, dejándome tú,
Semejante á los que descienden al sepulcro.
2 Oye la voz de mis ruegos cuando clamo á ti,
Cuando alzo mis manos hacia el templo de tu santidad.
3 No me arrebates á una con los malos,
Y con los que hacen iniquidad:
Los cuales hablan paz con sus prójimos,
Y la maldad está en su corazón.
4 Dales conforme á su obra, y conforme á la malicia de sus hechos:
Dales conforme á la obra de sus manos,
Dales su paga.
5 Porque no atendieron á las obras de Jehová,
Ni al hecho de sus manos,
Derribarálos, y no los edificará.
6 Bendito Jehová,
Que oyó la voz de mis ruegos.
7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo:
En él esperó mi corazón, y fuí ayudado;
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi canción le alabaré.
8 Jehová es su fuerza,
Y la fortaleza de las saludes de su ungido.
9 Salva á tu pueblo, y bendice á tu heredad;
Y pastoréalos y ensálzalos para siempre.
Salmo de David.
29 DAD á Jehová, oh hijos de fuertes,
Dad á Jehová la gloria y la fortaleza.
2 Dad á Jehová la gloria debida á su nombre:
Humillaos á Jehová en el glorioso santuario.
3 Voz de Jehová sobre las aguas:
Hizo tronar el Dios de gloria:
Jehová sobre las muchas aguas.
4 Voz de Jehová con potencia;
Voz de Jehová con gloria.
5 Voz de Jehová que quebranta los cedros;
Y quebrantó Jehová los cedros del Líbano.
6 E hízolos saltar como becerros
Al Líbano y al Sirión como hijos de unicornios.
7 Voz de Jehová que derrama llamas de fuego.
8 Voz de Jehová que hará temblar el desierto;
Hará temblar Jehová el desierto de Cades.
9 Voz de Jehová que hará estar de parto á las ciervas,
Y desnudará las breñas:
Y en su templo todos los suyos le dicen gloria.
10 Jehová preside en el diluvio,
Y asentóse Jehová por rey para siempre.
11 Jehová dará fortaleza á su pueblo:
Jehová bendecirá á su pueblo en paz.
Salmo cantado en la dedicación de la Casa: Salmo de David.
30 GLORIFICARTE he, oh Jehová; porque me has ensalzado,
Y no hiciste á mis enemigos alegrarse de mí.
2 Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.
3 Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro;
Dísteme vida, para que no descendiese á la sepultura.
4 Cantad á Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.
5 Porque un momento será su furor;
Mas en su voluntad está la vida:
Por la tarde durará el lloro,
Y á la mañana vendrá la alegría.
6 Y dije yo en mi prosperidad:
No seré jamás conmovido;
7 Porque tú, Jehová, por tu benevolencia has asentado mi monte con fortaleza.
Escondiste tu rostro, fuí conturbado.
8 A ti, oh Jehová, clamaré;
Y al Señor suplicaré.
9 ¿Qué provecho hay en mi muerte, cuando yo descienda al hoyo?
¿Te alabará el polvo? ¿anunciará tu verdad?
10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí:
Jehová, sé tú mi ayudador.
11 Has tornado mi endecha en baile;
Desataste mi saco, y ceñísteme de alegría.
12 Por tanto á ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Al Músico principal: Salmo de David.
31 EN ti, oh Jehová, he esperado; no sea yo confundido para siempre:
Líbrame en tu justicia.
2 Inclina á mí tu oído, líbrame presto;
Séme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Y por tu nombre me guiarás, y me encaminarás.
4 Me sacarás de la red que han escondido para mí;
Porque tú eres mi fortaleza.
5 En tu mano encomiendo mi espíritu:
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6 Aborrecí á los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia;
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias:
8 Y no me encerraste en mano del enemigo;
Hiciste estar mis pies en anchura.
9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia:
Hanse consumido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.
10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar:
Hase enflaquecido mi fuerza á causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11 De todos mis enemigos he sido oprobio,
Y de mis vecinos en gran manera, y horror á mis conocidos:
Los que me veían fuera, huían de mí.
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto:
He venido á ser como un vaso perdido.
13 Porque he oído afrenta de muchos;
Miedo por todas partes,
Cuando consultaban juntos contra mí,
E ideaban quitarme la vida.
14 Mas yo en ti confié, oh Jehová:
Yo dije: Dios mío eres tú.
15 En tu mano están mis tiempos:
Líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo:
Sálvame por tu misericordia.
17 No sea yo confundido, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean corridos los impíos, estén mudos en el profundo.
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras,
Con soberbia y menosprecio.
19 ¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen,
Que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20 Los esconderás en el secreto de tu rostro de las arrogancias del hombre:
Los pondrás en un tabernáculo á cubierto de contención de lenguas.
21 Bendito Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte.
22 Y decía yo en mi premura:
Cortado soy de delante de tus ojos:
Tú empero oíste la voz de mis ruegos, cuando á ti clamaba.
23 Amad á Jehová todos vosotros sus santos:
A los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que obra con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome vuestro corazón aliento.
Salmo de David: Masquil.
32 BIENAVENTURADO aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus pecados.
2 Bienaventurado el hombre á quien no imputa Jehová la iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay superchería.
3 Mientras callé, envejeciéronse mis huesos
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)
6 Por esto orará á ti todo santo en el tiempo de poder hallarte:
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas á él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah.)
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar:
Sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, ó como el mulo, sin entendimiento:
Con cabestro y con freno su boca ha de ser reprimida,
Para que no lleguen á ti.
10 Muchos dolores para el impío;
Mas el que espera en Jehová, lo cercará misericordia.
11 Alegraos en Jehová, y gozaos, justos:
Y cantad todos vosotros los rectos de corazón.
33 ALEGRAOS, justos, en Jehová:
A los rectos es hermosa la alabanza.
2 Celebrad á Jehová con arpa:
Cantadle con salterio y decacordio.
3 Cantadle canción nueva:
Hacedlo bien tañendo con júbilo.
4 Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su obra con verdad hecha.
5 Él ama justicia y juicio:
De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.
7 Él junta como en un montón las aguas de la mar:
Él pone en depósitos los abismos.
8 Tema á Jehová toda la tierra:
Teman de él todos los habitadores del mundo.
9 Porque él dijo, y fué hecho;
Él mandó, y existió.
10 Jehová hace nulo el consejo de las gentes,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
12 Bienaventurada la gente de que Jehová es su Dios;
El pueblo á quien escogió por heredad para sí.
13 Desde los cielos miró Jehová;
Vió á todos los hijos de los hombres:
14 Desde la morada de su asiento miró
Sobre todos los moradores de la tierra.
15 Él formó el corazón de todos ellos;
Él considera todas sus obras.
16 El rey no es salvo con la multitud del ejército:
No escapa el valiente por la mucha fuerza.
17 Vanidad es el caballo para salvarse:
Por la grandeza de su fuerza no librará.
18 He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia;
19 Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en el hambre.
20 Nuestra alma esperó á Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Como esperamos en ti.
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelech, y él lo echó, y fuése.
34 BENDECIRÉ á Jehová en todo tiempo;
Su alabanza será siempre en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma:
Oiránlo los mansos, y se alegrarán.
3 Engrandeced á Jehová conmigo,
Y ensalcemos su nombre á una.
4 Busqué á Jehová, y él me oyó,
Y libróme de todos mis temores.
5 A él miraron y fueron alumbrados:
Y sus rostros no se avergonzaron.
6 Este pobre clamó, y oyóle Jehová,
Y librólo de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen,
Y los defiende.
8 Gustad, y ved que es bueno Jehová:
Dichoso el hombre que confiará en él.
9 Temed á Jehová, vosotros sus santos;
Porque no hay falta para los que le temen.
10 Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre;
Pero los que buscan á Jehová, no tendrán falta de ningún bien.
11 Venid, hijos, oidme;
El temor de Jehová os enseñaré.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida,
Que codicia días para ver bien?
13 Guarda tu lengua de mal,
Y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16 La ira de Jehová contra los que mal hacen,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17 Clamaron los justos, y Jehová oyó,
Y librólos de todas sus angustias.
18 Cercano está Jehová á los quebrantados de corazón;
Y salvará á los contritos de espíritu.
19 Muchos son los males del justo;
Mas de todos ellos lo librará Jehová.
20 Él guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.
21 Matará al malo la maldad;
Y los que aborrecen al justo serán asolados.
22 Jehová redime el alma de sus siervos;
Y no serán asolados cuantos en él confían.
Salmo de David.
35 DISPUTA, oh Jehová, con los que contra mí contienden;
Pelea con los que me combaten.
2 Echa mano al escudo y al pavés,
Y levántate en mi ayuda.
3 Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;
Di á mi alma: Yo soy tu salud.
4 Avergüéncense y confúndanse los que buscan mi alma:
Vuelvan atrás, y sean avergonzados los que mi mal intentan.
5 Sean como el tamo delante del viento;
Y el ángel de Jehová los acose.
6 Sea su camino oscuridad y resbaladeros;
Y el ángel de Jehová los persiga.
7 Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;
Sin causa hicieron hoyo para mi alma.
8 Véngale el quebrantamiento que no sepa,
Y su red que escondió lo prenda:
Con quebrantamiento en ella caiga.
9 Y gócese mi alma en Jehová;
Y alégrese en su salud.
10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,
Que libras al afligido del más fuerte que él,
Y al pobre y menesteroso del que le despoja?
11 Levantáronse testigos falsos;
Demandáronme lo que no sabía;
12 Volviéronme mal por bien,
Para abatir á mi alma.
13 Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco;
Afligí con ayuno mi alma,
Y mi oración se revolvía en mi seno.
14 Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;
Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
15 Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron;
Juntáronse contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía:
Despedazábanme, y no cesaban;
16 Con los lisonjeros escarnecedores truhanes,
Crujiendo sobre mí sus dientes.
17 Señor, ¿hasta cuándo verás esto?
Recobra mi alma de sus quebrantamientos, mi única de los leones.
18 Te confesaré en grande congregación;
Te alabaré entre numeroso pueblo.
19 No se alegren de mí mis enemigos injustos:
Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.
20 Porque no hablan paz;
Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.
21 Y ensancharon sobre mí su boca;
Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!
22 Tú lo has visto, oh Jehová; no calles:
Señor, de mí no te alejes.
23 Muévete y despierta para mi juicio,
Para mi causa, Dios mío y Señor mío.
24 Júzgame conforme á tu justicia, Jehová Dios mío;
Y no se alegren de mí.
25 No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra!
No digan: ¡Hémoslo devorado!
26 Avergüencense, y sean confundidos á una los que de mi mal se alegran:
Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
27 Canten y alégrense los que están á favor de mi justa causa,
Y digan siempre: Sea ensalzado Jehová,
Que ama la paz de su siervo.
28 Y mi lengua hablará de tu justicia,
Y de tu loor todo el día.
Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor.
36 LA iniquidad del impío me dice al corazón:
No hay temor de Dios delante de sus ojos.
2 Lisonjéase, por tanto, en sus propios ojos,
Hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.
3 Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;
No quiso entender para bien hacer.
4 Iniquidad piensa sobre su cama;
Está en camino no bueno,
El mal no aborrece.
5 Jehová, hasta los cielos es tu misericordia;
Tu verdad hasta las nubes.
6 Tu justicia como los montes de Dios,
Tus juicios abismo grande:
Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
7 ¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia!
Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
8 Embriagarse han de la grosura de tu casa;
Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
9 Porque contigo está el manantial de la vida:
En tu luz veremos la luz.
10 Extiende tu misericordia á los que te conocen,
Y tu justicia á los rectos de corazón.
11 No venga contra mí pie de soberbia;
Y mano de impíos no me mueva.
12 Allí cayeron los obradores de iniquidad;
Fueron rempujados, y no pudieron levantarse.
Salmo de David.
37 NO te impacientes á causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2 Porque como hierba serán presto cortados,
Y decaerán como verdor de renuevo.
3 Espera en Jehová, y haz bien;
Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado.
4 Pon asimismo tu delicia en Jehová,
Y él te dará las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda á Jehová tu camino,
Y espera en él; y él hará.
6 Y exhibirá tu justicia como la luz,
Y tus derechos como el medio día.
7 Calla á Jehová, y espera en él:
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
8 Déjate de la ira, y depón el enojo:
No te excites en manera alguna á hacer lo malo.
9 Porque los malignos serán talados,
Mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
10 Pues de aquí á poco no será el malo:
Y contemplarás sobre su lugar, y no parecerá.
11 Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz.
12 Maquina el impío contra el justo,
Y cruje sobre él sus dientes.
13 El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día.
14 Los impíos desenvainaron espada, y entesaron su arco,
Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar á los de recto proceder.
15 La espada de ellos entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado.
16 Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados:
Mas el que sostiene á los justos es Jehová.
18 Conoce Jehová los días de los perfectos:
Y la heredad de ellos será para siempre.
19 No serán avergonzados en el mal tiempo;
Y en los días de hambre serán hartos.
20 Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
Serán consumidos: se disiparán como humo.
21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.
22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán talados.
23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y aprueba su camino.
24 Cuando cayere, no quedará postrado;
Porque Jehová sostiene su mano.
25 Mozo fuí, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su simiente que mendigue pan.
26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su simiente es para bendición.
27 Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.
28 Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara sus santos:
Para siempre serán guardados;
Mas la simiente de los impíos será extirpada.
29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.
30 La boca del justo hablará sabiduría;
Y su lengua proferirá juicio.
31 La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto sus pasos no vacilarán.
32 Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo.
33 Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren.
34 Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te ensalzará para heredar la tierra:
Cuando serán talados los pecadores, lo verás.
35 Vi yo al impío sumamente ensalzado,
Y que se extendía como un laurel verde.
36 Empero pasóse, y he aquí no parece;
Y busquélo, y no fué hallado.
37 Considera al íntegro, y mira al justo:
Que la postrimería de cada uno de ellos es paz.
38 Mas los transgresores fueron todos á una destruídos:
La postrimería de los impíos fué talada.
39 Pero la salvación de los justos es de Jehová,
Y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.
40 Y Jehová los ayudará,
Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.
Salmo de David, para recordar.
38 JEHOVÁ, no me reprendas en tu furor,
Ni me castigues en tu ira.
2 Porque tus saetas descendieron á mí,
Y sobre mí ha caído tu mano.
3 No hay sanidad en mi carne á causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos á causa de mi pecado.
4 Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza:
Como carga pesada se han agravado sobre mí.
5 Pudriéronse, corrompiéronse mis llagas,
A causa de mi locura.
6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.
7 Porque mis lomos están llenos de irritación,
Y no hay sanidad en mi carne.
8 Estoy debilitado y molido en gran manera;
Bramo á causa de la conmoción de mi corazón.
9 Señor, delante de ti están todos mis deseos;
Y mi suspiro no te es oculto.
10 Mi corazón está acongojado, hame dejado mi vigor;
Y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.
11 Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga;
Y mis cercanos se pusieron lejos.
12 Y los que buscaban mi alma armaron lazos;
Y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades,
Y meditaban fraudes todo el día.
13 Mas yo, como si fuera sordo no oía;
Y estaba como un mudo, que no abre su boca.
14 Fuí pues como un hombre que no oye,
Y que en su boca no tiene reprensiones.
15 Porque á ti, oh Jehová, esperé yo:
Tú responderás, Jehová Dios mío.
16 Porque dije: Que no se alegren de mí:
Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.
17 Empero yo estoy á pique de claudicar,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.
18 Por tanto denunciaré mi maldad;
Congojaréme por mi pecado.
19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes:
Y hanse aumentado los que me aborrecen sin causa:
20 Y pagando mal por bien
Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
21 No me desampares, oh Jehová:
Dios mío, no te alejes de mí.
22 Apresúrate á ayudarme,
Oh Señor, mi salud.
Al Músico principal, á Jeduthún: Salmo de David.
39 YO DIJE: Atenderé á mis caminos,
Para no pecar con mi lengua:
Guardaré mi boca con freno,
En tanto que el impío fuere contra mí.
2 Enmudecí con silencio, calléme aun respecto de lo bueno:
Y excitóse mi dolor.
3 Enardecióse mi corazón dentro de mí;
Encendióse fuego en mi meditación,
Y así proferí con mi lengua:
4 Hazme saber, Jehová, mi fin,
Y cuánta sea la medida de mis días;
Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.
5 He aquí diste á mis días término corto,
Y mi edad es como nada delante de ti:
Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)
6 Ciertamente en tinieblas anda el hombre;
Ciertamente en vano se inquieta:
Junta, y no sabe quién lo allegará.
7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza en ti está.
8 Líbrame de todas mis rebeliones;
No me pongas por escarnio del insensato.
9 Enmudecí, no abrí mi boca;
Porque tú lo hiciste.
10 Quita de sobre mí tu plaga;
De la guerra de tu mano soy consumido.
11 Con castigos sobre el pecado corriges al hombre,
Y haces consumirse como de polilla su grandeza:
Ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah.)
12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor:
No calles á mis lágrimas;
Porque peregrino soy para contigo,
Y advenedizo, como todos mis padres.
13 Déjame, y tomaré fuerzas,
Antes que vaya y perezca.
Al Músico principal: Salmo de David.
40 RESIGNADAMENTE esperé á Jehová,
E inclinóse á mí, y oyó mi clamor.
2 E hízome sacar de un lago de miseria, del lodo cenagoso;
Y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3 Puso luego en mi boca canción nueva, alabanza á nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y esperarán en Jehová.
4 Bienaventurado el hombre que puso á Jehová por su confianza,
Y no mira á los soberbios, ni á los que declinan á la mentira.
5 Aumentado has tú, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No te los podremos contar:
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enarrados.
6 Sacrificio y presente no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
7 Entonces dije: He aquí, vengo;
En el envoltorio del libro está escrito de mí:
8 El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado;
Y tu ley está en medio de mis entrañas.
9 Anunciado he justicia en grande congregación:
He aquí no detuve mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón:
Tu verdad y tu salvación he dicho:
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande concurso.
11 Tú, Jehová, no apartes de mí tus misericordias:
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
12 Porque me han cercado males hasta no haber cuento:
Hanme comprendido mis maldades, y no puedo levantar la vista:
Hanse aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falta.
13 Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate á socorrerme.
14 Sean avergonzados y confusos á una
Los que buscan mi vida para cortarla:
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean.
15 Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ea, ea!
16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan;
Y digan siempre los que aman tu salud:
Jehová sea ensalzado.
17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará de mí:
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.
Al Músico principal: Salmo de David.
41 BIENAVENTURADO el que piensa en el pobre:
En el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guarde, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregues á la voluntad de sus enemigos.
3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor:
Mullirás toda su cama en su enfermedad.
4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5 Mis enemigos dicen mal de mí preguntando:
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
6 Y si venía á verme, hablaba mentira:
Su corazón se amontonaba iniquidad;
Y salido fuera, hablábala.
7 Reunidos murmuraban contra mí todos los que me aborrecían:
Contra mí pensaban mal, diciendo de mí:
8 Cosa pestilencial de él se ha apoderado;
Y el que cayó en cama, no volverá á levantarse.
9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.
10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,
Y daréles el pago.
11 En esto habré conocido que te he agradado,
Que mi enemigo no se holgará de mí.
12 En cuanto á mí, en mi integridad me has sustentado,
Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por siglos de siglos.
Amén y Amén.
Al Músico principal: Masquil á los hijos de Coré.
42 COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¡Cuándo vendré, y pareceré delante de Dios!
3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
4 Acordaréme de estas cosas, y derramaré sobre mí mi alma:
Cuando pasaré en el número, iré con ellos hasta la casa de Dios,
Con voz de alegría y de alabanza, haciendo fiesta la multitud.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te conturbas en mí?
Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar
Por las saludes de su presencia.
6 Dios mío, mi alma está en mí abatida:
Acordaréme por tanto de ti desde tierra del Jordán,
Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar.
7 Un abismo llama á otro á la voz de tus canales:
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
8 De día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su canción será conmigo,
Y oración al Dios de mi vida.
9 Diré á Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
10 Mientras se están quebrantando mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te conturbas en mí?
Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar;
Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
43 JÚZGAME, oh Dios, y aboga mi causa:
Líbrame de gente impía, del hombre de engaño e iniquidad.
2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?
¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad: éstas me guiarán,
Me conducirán al monte de tu santidad,
Y á tus tabernáculos.
4 Y entraré al altar de Dios,
Al Dios alegría de mi gozo;
Y alabaréte con arpa, oh Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te conturbes en mí?
Espera á Dios; porque aun le tengo de alabar;
Es él salvamento delante de mí, y el Dios mío.
Al Músico principal: de los hijos de Coré: Masquil.
44 OH Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado,
La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.
2 Tú con tu mano echaste las gentes, y los plantaste á ellos;
Afligiste los pueblos, y los arrojaste.
3 Porque no se apoderaron de la tierra por su espada,
Ni su brazo los libró;
Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro,
Porque te complaciste en ellos.
4 Tú, oh Dios, eres mi rey:
Manda saludes á Jacob.
5 Por medio de ti sacudiremos á nuestros enemigos:
En tu nombre atropellaremos á nuestros adversarios.
6 Porque no confiaré en mi arco,
Ni mi espada me salvará.
7 Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos,
Y has avergonzado á los que nos aborrecían.
8 En Dios nos gloriaremos todo tiempo,
Y para siempre loaremos tu nombre. (Selah.)
9 Empero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar;
Y no sales en nuestros ejércitos.
10 Nos hiciste retroceder del enemigo,
Y saqueáronnos para sí los que nos aborrecían.
11 Pusístenos como á ovejas para comida,
Y esparcístenos entre las gentes.
12 Has vendido tu pueblo de balde,
Y no pujaste en sus precios.
13 Pusístenos por vergüenza á nuestros vecinos,
Por escarnio y por burla á los que nos rodean.
14 Pusístenos por proverbio entre las gentes,
Por movimiento de cabeza en los pueblos.
15 Cada día mi vergüenza está delante de mí,
Y cúbreme la confusión de mi rostro,
16 Por la voz del que me vitupera y deshonra,
Por razón del enemigo y del que se venga.
17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti;
Y no hemos faltado á tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón,
Ni tampoco se han apartado nuestros pasos de tus caminos.
19 Cuando nos quebrantaste en el lugar de los dragones,
Y nos cubriste con sombra de muerte,
20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios,
O alzado nuestras manos á dios ajeno,
21 ¿No demandaría Dios esto?
Porque él conoce los secretos del corazón.
22 Empero por tu causa nos matan cada día;
Somos tenidos como ovejas para el matadero.
23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor?
Despierta, no te alejes para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro,
Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo:
Nuestro vientre está pegado con la tierra.
26 Levántate para ayudarnos,
Y redímenos por tu misericordia.
Al Músico principal: sobre Sosannim: para los hijos de Coré: Masquil: Canción de amores.
45 REBOSA mi corazón palabra buena:
Refiero yo al Rey mis obras:
Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
2 Haste hermoseado más que los hijos de los hombres;
La gracia se derramó en tus labios:
Por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
3 Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente,
Con tu gloria y con tu majestad.
4 Y en tu gloria sé prosperado:
Cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia;
Y tu diestra te enseñará cosas terribles.
5 Tus saetas agudas
Con que caerán pueblos debajo de ti,
Penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.
6 Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre:
Vara de justicia la vara de tu reino.
7 Amaste la justicia y aborreciste la maldad:
Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de gozo sobre tus compañeros.
8 Mirra, áloe, y casia exhalan todos tus vestidos:
En estancias de marfil te han recreado.
9 Hijas de reyes entre tus ilustres:
Está la reina á tu diestra con oro de Ophir.
10 Oye, hija, y mira, e inclina tu oído;
Y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
11 Y deseará el rey tu hermosura:
E inclínate á él, porque él es tu Señor.
12 Y las hijas de Tiro vendrán con presente;
Implorarán tu favor los ricos del pueblo.
13 Toda ilustre es de dentro la hija del rey:
De brocado de oro es su vestido.
14 Con vestidos bordados será llevada al rey;
Vírgenes en pos de ella:
Sus compañeras serán traídas á ti.
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