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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Salmos 135 - Proverbios 6

La grandeza del Señor y la vanidad de los ídolos

Aleluya.

135 Alabad el nombre de Jehová;
Alabadle, siervos de Jehová;
Los que estáis en la casa de Jehová,
En los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad a JAH, porque él es bueno;
Cantad salmos a su nombre, porque él es benigno.
Porque JAH ha escogido a Jacob para sí,
A Israel por posesión suya.

Porque yo sé que Jehová es grande,
Y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.
Todo lo que Jehová quiere, lo hace,
En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.
Hace subir las nubes de los extremos de la tierra;
Hace los relámpagos para la lluvia;
Saca de sus depósitos los vientos.

Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto,
Desde el hombre hasta la bestia.
Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto,
Contra Faraón, y contra todos sus siervos.
10 Destruyó a muchas naciones,
Y mató a reyes poderosos;
11 A Sehón rey de los amorreos,
A Og rey de Basán,
Y a todos los reyes de Canaán.
12 Y dio la tierra de ellos en heredad,
En heredad a Israel su pueblo.

13 Oh Jehová, eterno es tu nombre;
Tu recuerdo, oh Jehová, de generación en generación.
14 Porque Jehová juzga a su pueblo,
Y se compadece de sus siervos.
15 Los ídolos de los gentiles son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
16 Tienen boca, y no hablan;
Tienen ojos, y no ven;
17 Tienen orejas, y no oyen;
Tampoco hay aliento en sus bocas.
18 Semejantes a ellos serán los que los hacen,
Y todos los que en ellos confían.

19 Casa de Israel, bendecid a Jehová;
Casa de Aarón, bendecid a Jehová;
20 Casa de Leví, bendecid a Jehová;
Los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová.
21 Desde Sión sea bendecido Jehová,
El que habita en Jerusalén.
Aleluya.

Alabanza por la misericordia eterna de Jehová

136 Alabad a Jehová, porque él es bueno,
Porque para siempre es su misericordia.
Alabad al Dios de los dioses,
Porque para siempre es su misericordia.
Alabad al Señor de los señores,
Porque para siempre es su misericordia.

Al único que hace grandes maravillas,
Porque para siempre es su misericordia.
Al que hizo los cielos con maestría,
Porque para siempre es su misericordia.
Al que extendió la tierra sobre las aguas,
Porque para siempre es su misericordia.
Al que hizo las grandes lumbreras,
Porque para siempre es su misericordia.
El sol para que señorease en el día,
Porque para siempre es su misericordia.
La luna y las estrellas para que señoreasen en la noche,
Porque para siempre es su misericordia.

10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos,
Porque para siempre es su misericordia.
11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos,
Porque para siempre es su misericordia.
12 Con mano fuerte, y brazo extendido,
Porque para siempre es su misericordia.
13 Al que dividió el Mar Rojo en dos partes,
Porque para siempre es su misericordia;
14 E hizo pasar a Israel por en medio de él,
Porque para siempre es su misericordia;
15 Y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo,
Porque para siempre es su misericordia.
16 Al que pastoreó a su pueblo por el desierto,
Porque para siempre es su misericordia.
17 Al que hirió a grandes reyes,
Porque para siempre es su misericordia;
18 Y mató a reyes poderosos,
Porque para siempre es su misericordia;
19 A Sehón rey de los amorreos,
Porque para siempre es su misericordia;
20 Y a Og rey de Basán,
Porque para siempre es su misericordia;
21 Y dio la tierra de ellos en heredad,
Porque para siempre es su misericordia;
22 En heredad a Israel su siervo,
Porque para siempre es su misericordia.

23 Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros,
Porque para siempre es su misericordia;
24 Y nos rescató de nuestros enemigos,
Porque para siempre es su misericordia.
25 El que da alimento a todo ser viviente,
Porque para siempre es su misericordia.

26 Alabad al Dios de los cielos,
Porque para siempre es su misericordia.

Lamento de los cautivos en Babilonia

137 Junto a los ríos de Babilonia,
Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sión.
En los sauces que hay en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos,
Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sión.

¿Cómo habíamos de cantar el cántico de Jehová
En tierra extranjera?
Si me olvido de ti, oh Jerusalén,
Que mi diestra sea dada al olvido.
Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enaltezco a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegría.

Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén,
Cuando decían: Arrasadla, arrasadla
Hasta los cimientos.
¡Hija de Babilonia, la devastadora!
¡Bienaventurado el que te dé el pago
De lo que tú nos hiciste!
¡Dichoso el que agarre y estrelle a tus niños
Contra las rocas!

Acción de gracias por el favor de Jehová

Salmo de David.

138 Te alabaré con todo mi corazón;
Delante de los dioses te cantaré salmos.
Me postraré hacia tu santo templo,
Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad;
Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.
El día en que te invoqué, me respondiste;
Fortaleciste el vigor en mi alma.

Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra,
Cuando hayan oído los oráculos de tu boca.
Y cantarán acerca de los caminos de Jehová,
Porque la gloria de Jehová es grande.
Porque Jehová es excelso, atiende al humilde,
Mas al altivo lo trata a distancia.

Cuando camino yo en medio de la angustia, tú me vivificas;
Contra el furor de mis enemigos extiendes tu mano,
Y me salva tu diestra.
Jehová completará sus designios sobre mí;
Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos.

Omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia de Dios

Al músico principal. Salmo de David.

139 Oh Jehová, tú me has escrutado y me conoces.
Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
Percibes desde lejos mis pensamientos.
Escudriñas mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, te la sabes toda.
Por detrás y por delante me rodeas,
Y sobre mí tienes puesta tu mano.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Demasiado alto es, no lo puedo alcanzar.

¿Adónde me iré lejos de tu espíritu?
¿Y adónde huiré de tu presencia?
Si subo a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol trato de acostarme, he aquí, allí tú estás.
Si tomara las alas del alba
Y emigrara hasta el confín del mar,
10 Aun allí me alcanzaría tu mano,
Y me agarraría tu diestra.
11 Si dijese: Al menos las tinieblas me cubrirán,
Y el día se tornará noche alrededor de mí,
12 Ni aun las tinieblas encubren de ti;
Y la noche es tan luminosa como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

13 Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me tejiste en el vientre de mi madre.
14 Te alabo, porque formidables, prodigiosas son tus obras;
Prodigio soy yo mismo,
Y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fueron encubiertos de ti mis huesos,
Aun cuando en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Mi embrión lo veían tus ojos,
Mis días estaban previstos, escritos todos en tu libro,
Sin faltar uno.
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;
Si llego al fin, estoy aún contigo.

19 ¡Ah, si matases al malvado!
¡Si los hombres sanguinarios se apartaran de mí!
20 Porque ellos hablan de ti engañosamente;
Tus enemigos se rebelan en vano contra ti.
21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen,
Y me enardezco contra tus enemigos?
22 Los aborrezco por completo;
Los tengo por enemigos míos.
23 Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.

Súplica de protección contra los perseguidores

Al músico principal. Salmo de David.

140 Líbrame, oh Jehová, del hombre malo;
Guárdame de hombres violentos,
Los cuales maquinan males en su corazón,
Cada día provocan contiendas.
Aguzaron su lengua como la serpiente;
Veneno de áspid hay debajo de sus labios.
Selah
Guárdame, oh Jehová, de manos del impío;
Líbrame de hombres violentos,
Que proyectan trastornar mis pasos.
Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios;
Han tendido red junto a la senda;
Me han puesto lazos.
Selah
He dicho a Jehová: Tú eres mi Dios;
Escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.
Jehová Señor, potente salvador mío,
Tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla.
No satisfagas, oh Jehová, los deseos del impío;
No dejes que su plan se realice, para que no se ensoberbezca.
Selah

En cuanto a los que por todas partes me asedian,
Ahóguelos la malicia de sus propios labios.
10 Caerán sobre ellos ascuas encendidas,
En abismos profundos de donde no salgan.
11 El hombre deslenguado no se afianzará en la tierra;
El mal cazará al hombre violento para derribarle.

12 Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido,
Y el derecho de los necesitados.
13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre;
Los rectos morarán en tu presencia.

Oración a fin de ser guardado del mal

Salmo de David.

141 Jehová, a ti he clamado; apresúrate a venir a mí;
Escucha mi voz cuando te invoco.
Suba mi oración delante de ti como el incienso,
El alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde.

Pon guarda en mi boca, oh Jehová;
Guarda la puerta de mis labios.
No dejes que se incline mi corazón a cosa mala,
A hacer obras impías
Con los que hacen iniquidad;
Y no coma yo de sus manjares deliciosos.

Que el justo me castigue, será un favor; y que me corrija el recto,
Será óleo excelente que no rehusará mi cabeza;
Pero mi oración testificará continuamente contra las maldades de los impíos.
Serán despeñados sus jueces,
Y comprenderán que mis palabras eran verdaderas.
Como astillas o pedruscos por el suelo,
Son esparcidos sus huesos a la boca del Seol.

Hacia ti, oh Jehová, Señor, miran mis ojos;
En ti he confiado; no desampares mi alma.
Guárdame de los lazos que me han tendido,
Y de las trampas de los que hacen iniquidad.
10 Caigan los impíos a una en sus propias redes,
Mientras yo sigo adelante.

Petición de ayuda en medio de la prueba

Masquil de David. Oración que hizo cuando estaba en la cueva.

142 Con mi voz clamo a Jehová;
Con mi voz suplico a Jehová misericordia.
Delante de él expongo mi queja;
Delante de él manifiesto mi angustia.
Cuando mi espíritu desfallece dentro de mí, tú conoces mi senda.

En el camino por donde voy, me han tendido un lazo.
Mira a mi diestra y observa:
No hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.

Clamo a ti, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi refugio,
Y mi porción en la tierra de los vivientes.
Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.
Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.
Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre;
Me rodearán los justos,
Porque tú me habrás favorecido.

Súplica de liberación y dirección

Salmo de David.

143 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad y por tu justicia.
Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.

Porque persigue el enemigo mi alma;
Ha postrado en tierra mi vida;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los muertos para siempre.
Y mi espíritu se angustia dentro de mí;
Está desolado mi corazón.

Recuerdo los días de antaño;
Medito en todas tus obras;
Reflexiono sobre las obras de tus manos.
Extiendo mis manos hacia ti,
Mi alma hacia ti como la tierra sedienta.
Selah

Respóndeme pronto, oh Jehová, porque ya me falta el aliento;
No escondas de mí tu rostro,
Pues sería yo semejante a los que descienden a la sepultura.
Hazme sentir por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde debo andar,
Porque hacia ti elevo mi alma.

Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;
En ti me refugio.
10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe por terreno llano.

11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás;
Por tu justicia sacarás mi alma de la angustia.
12 Y por tu misericordia exterminarás a mis enemigos,
Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,
Porque yo soy tu siervo.

Oración pidiendo socorro y prosperidad

Salmo de David.

144 Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;
Misericordia mía y mi castillo,
Alcázar mío y mi libertador,
Escudo mío, en quien he confiado;
El que somete a los pueblos debajo de mí.

Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que lo tengas en cuenta,
O el hijo de hombre, para que te preocupes de él?
El hombre es semejante a un soplo,
Sus días son como la sombra que pasa.

Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende;
Toca los montes, y humearán.
Fulmina tus rayos y dispérsalos,
Dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende tu mano desde lo alto;
Redímeme, y sácame de las muchas aguas,
De las manos de hombres extranjeros,
Cuya boca habla falsedades,
Y cuya diestra es diestra de perjurio.

Oh Dios, te cantaré un cántico nuevo;
Con el arpa de diez cuerdas te salmodiaré.
10 Tú, que das la victoria a los reyes,
Que rescatas de maligna espada a David tu siervo.
11 Rescátame, y líbrame de las manos de hombres extranjeros,
Cuya boca habla falsedades,
Y cuya diestra es diestra de perjurio.

12 Sean nuestros hijos como plantas crecidas en lozana juventud,
Nuestras hijas cual columnas de ángulo, esculpidas como las de un palacio;
13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano;
Nuestros ganados, que se multipliquen a millares y decenas de millares en nuestros ejidos;
14 Nuestros bueyes vengan bien cargados del trabajo;
No tengamos asalto, ni que hacer salida,
Ni grito de alarma en nuestras plazas.
15 Bienaventurado el pueblo que tiene estas bendiciones;
Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.

Alabanza por la bondad y el poder de Dios

Salmo de alabanza; de David.

145 Te ensalzaré, mi Dios, mi Rey,
Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré,
Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su grandeza es inescrutable.
Una generación encomiará tus obras a la siguiente generación,
Y anunciará tus portentosos hechos.
Hablarán del esplendor de la gloria de tu majestad,
Y yo relataré tus maravillas.
El poder de tus hechos estupendos referirán los hombres,
Y yo publicaré tu grandeza.
Proclamarán el recuerdo de tu inmensa bondad,
Y cantarán tu justicia.

Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para la ira, y grande en misericordia.
Bueno es Jehová para con todos,
Y la ternura de su amor sobre todas sus obras.

10 Te alaben, oh Jehová, todas tus obras,
Y tus santos te bendigan.
11 La gloria de tu reino divulguen,
Y hablen de tu poder.
12 Para hacer saber a los hijos de los hombres tus poderosos hechos,
Y la gloria de la magnificencia de tu reino.
13 Tu reino es un reino de todos los siglos,
Y tu señorío, por todas las generaciones.

14 Sostiene Jehová a todos los que caen,
Y endereza a todos los que ya se encorvan.
15 Los ojos de todos esperan en ti,
Y tú les das su comida a su tiempo.
16 Abres tu mano,
Y colmas de bendición a todo ser viviente.
17 Justo es Jehová en todos sus caminos,
Y misericordioso en todas sus obras.
18 Cercano está Jehová a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras.
19 Cumplirá el deseo de los que le temen;
Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.
20 Jehová guarda a todos los que le aman,
Mas exterminará a todos los impíos.

21 Proclame mi boca la alabanza de Jehová;
Y todo hombre bendiga su santo nombre eternamente y para siempre.

Alabanza por la justicia de Dios

Aleluya.

146 Alaba, oh alma mía, a Jehová.
Alabaré a Jehová en mi vida;
Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

No confiéis en los príncipes,
Ni en hijo de hombre, porque no hay en él poder para salvar.
Pues expira, y vuelve a la tierra;
En ese mismo día perecen sus proyectos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
Cuya esperanza está en Jehová su Dios,
El cual hizo los cielos y la tierra,
El mar, y todo lo que en ellos hay;
Que guarda verdad para siempre,
Que hace justicia a los agraviados,
Que da pan a los hambrientos.
Jehová liberta a los cautivos;
Jehová abre los ojos a los ciegos;
Jehová endereza a los encorvados;
Jehová ama a los justos.
Jehová protege a los extranjeros;
Al huérfano y a la viuda sostiene,
Y trastorna el camino de los impíos.

10 Reinará Jehová para siempre;
Tu Dios, oh Sión, de generación en generación.
Aleluya.

Alabanza por el favor de Dios hacia Jerusalén

147 Alabad a JAH,
Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
Porque él es benigno, y conviene tributarle una alabanza armoniosa.
Jehová reedifica a Jerusalén;
A los desterrados de Israel recoge.
Él sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.
Él cuenta el número de las estrellas;
Las llama a todas por sus nombres.
Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;
Y su entendimiento es infinito.
Jehová levanta a los humildes,
Y humilla a los impíos hasta la tierra.
Cantad a Jehová con alabanza,
Salmodiad con el arpa a nuestro Dios.
Él es quien cubre de nubes los cielos,
El que prepara la lluvia para la tierra,
El que hace a los montes producir hierba.
Él da a la bestia su mantenimiento,
Y a los hijos de los cuervos cuando graznan.
10 No se deleita en la fuerza del caballo,
Ni se complace en la agilidad del hombre.
11 Se complace Jehová en los que le temen,
Y en los que esperan en su misericordia.

12 Alaba a Jehová, Jerusalén;
Alaba a tu Dios, oh Sión.
13 Porque reforzó los cerrojos de tus puertas;
Bendijo a tus hijos dentro de tu recinto.
14 Él da en tu territorio la paz;
Te hace saciar con lo mejor del trigo.
15 Él envía su palabra a la tierra;
Velozmente corre su palabra.
16 Da la nieve como lana,
Y derrama la escarcha como ceniza.
17 Echa su hielo como migas de pan;
Ante su frío, ¿quién resistirá?
18 Envía su palabra, y los derrite;
Sopla su viento, y fluyen las aguas.
19 Ha manifestado sus palabras a Jacob,
Sus estatutos y sus juicios a Israel.
20 No ha hecho cosa igual con ninguna otra de las naciones;
Ni les ha dado a conocer sus juicios.
Aleluya.

Exhortación a la creación, para que alabe a Jehová

Aleluya.

148 Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotras todas sus huestes.

Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos.

Alaben el nombre de Jehová;
Porque él lo mandó, y fueron creados.
Los estableció eternamente y para siempre;
Les puso ley que no será quebrantada.

Alabad a Jehová desde la tierra,
Los monstruos marinos y todos los abismos;
El fuego y el granizo, la nieve y la niebla,
El viento de tempestad que ejecuta su palabra;

Los montes y todos los collados,
El árbol de fruto y todos los cedros;
10 Los animales salvajes y los domésticos,
Reptiles y volátiles;

11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
12 Los jóvenes y también las doncellas,
Los ancianos y los niños.

13 Alaben el nombre de Jehová,
Porque sólo su nombre es sublime.
Su gloria es sobre tierra y cielos.
14 Él ha exaltado el poderío de su pueblo;
Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel,
El pueblo a él cercano.
Aleluya.

Exhortación a Israel, para que alabe a Jehová

Aleluya.

149 Cantad a Jehová un cántico nuevo;
Su alabanza resuene en la congregación de los santos.
Alégrese Israel en su Hacedor;
Los hijos de Sión se gocen en su Rey.
Alaben su nombre con danzas;
Con pandero y arpa le canten.
Porque Jehová se complace en su pueblo;
Hermosea a los humildes con la salvación.
Regocíjense los santos por su gloria,
Y canten aun sobre sus camas.
Haya alabanzas a Dios en sus gargantas,
Y espadas de dos filos en sus manos,
Para ejecutar venganza entre las naciones,
Y castigo entre los pueblos paganos;
Para aprisionar a sus reyes con argollas,
Y a sus nobles con cadenas de hierro;
Para ejecutar en ellos el juicio decretado;
Un honor será esto para todos sus santos.
Aleluya.

Exhortación a alabar a Dios con instrumentos de música

Aleluya.

150 Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en el firmamento de su poder.
Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la inmensidad de su grandeza.

Alabadle al son de trompeta;
Alabadle con salterio y arpa.
Alabadle con pandero y danza;
Alabadle con instrumentos de cuerda y con flautas.
Alabadle con címbalos retumbantes;
Alabadle con címbalos de júbilo.
Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.

Propósito de los proverbios

Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.

Para aprender sabiduría e instrucción,
Para entender los dichos inteligentes,
Para recibir el consejo de prudencia,
Justicia, juicio y equidad;
Para dar sagacidad a los simples,
Y a los jóvenes inteligencia y cordura.
Oirá el sabio, y aumentará su saber,
Y el entendido adquirirá destreza,
Para entender proverbios y refranes,
Máximas de sabios, y sus dichos enigmáticos.

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Amonestaciones de la sabiduría

Escucha, hijo mío, la reprensión de tu padre,
Y no desprecies la instrucción de tu madre;
Porque guirnalda de gracia serán a tu cabeza,
Y collares a tu cuello.
10 Hijo mío, si los perversos intentan seducirte,
No consientas.
11 Si te dicen: Ven con nosotros;
Pongamos asechanzas para derramar sangre,
Acechemos sin motivo al inocente;
12 Devorémoslos vivos como el Seol,
Y enteros, como los que caen en la fosa;
13 Hallaremos riquezas de toda clase,
Llenaremos nuestras casas de botín;
14 Echa tu suerte entre nosotros;
Tengamos todos una bolsa;
15 Hijo mío, no vayas de camino con ellos.
Aparta tu pie de sus veredas,
16 Porque sus pies corren hacia la maldad,
Y van presurosos a derramar sangre.
17 Porque en vano se tenderá la red
Ante los ojos mismos de un ave;
18 Pero ellos su propia sangre ponen en peligro,
Y a sus almas tienden lazo.
19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia,
La cual quita la vida a su propio dueño.

20 La sabiduría clama en las calles,
Alza su voz en las plazas;
21 Clama en los lugares más concurridos;
En las entradas de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos.
22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza,
Y los insolentes se complacerán en la insolencia,
Y los insensatos aborrecerán el conocimiento?
23 Volveos a mi reprensión;
He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,
Y os daré a conocer mis palabras.
24 Por cuanto llamé, y no quisisteis oír.
Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese,
25 Sino que desechasteis todo consejo mío
Y no aceptasteis mi reprensión,
26 También yo me reiré de vuestra desgracia,
Y me burlaré cuando os sobrevenga lo que teméis;
27 Cuando venga de repente lo que os asusta,
Y vuestra desgracia llegue como un torbellino;
Cuando sobre vosotros vengan la tribulación y la angustia.
28 Entonces me llamarán, y no responderé;
Me buscarán con afán, y no me hallarán.
29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría,
Y no escogieron el temor de Jehová,
30 Ni quisieron mi consejo,
Y menospreciaron toda reprensión mía,
31 Comerán del fruto de su camino,
Y se hartarán de sus propios planes.
32 Porque el extravío de los ignorantes los matará,
Y la cómoda indolencia de los necios los echará a perder;
33 Mas el que me escuche, habitará confiadamente
Y vivirá tranquilo, sin temor a la desgracia.

La sabiduría, antídoto contra las malas compañías

Hijo mío, si recibes mis palabras,

Y guardas mis mandamientos dentro de ti,
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;
Si inclinas tu corazón a la prudencia,
Si clamas a la inteligencia,
Y a la prudencia das voces;
Si como a la plata la buscas,
Y la rebuscas como a tesoros,
Entonces entenderás el temor de Jehová,
Y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque Jehová da la sabiduría,
Y de su boca nacen el conocimiento y la inteligencia.
Él provee de sana sabiduría a los rectos;
Es escudo para los que caminan rectamente.
Es el que custodia las veredas de la equidad,
Y preserva el camino de sus santos.
Entonces entenderás justicia, juicio
Y equidad, y todo buen camino.
10 Cuando la sabiduría entre en tu corazón,
Y la ciencia sea grata a tu alma,
11 La discreción te guardará;
Te protegerá la inteligencia,
12 Para librarte del mal camino,
De los hombres que hablan perversidades,
13 Que dejan los caminos derechos,
Para andar por sendas tenebrosas;
14 Que se alegran haciendo el mal,
Que se complacen en las perversidades del vicio;
15 Cuyas veredas son tortuosas,
Y sus caminos llenos de rodeos.

16 Serás librado de la mujer extraña,
De la ajena que halaga con sus palabras,
17 La cual abandona al compañero de su juventud,
Y se olvida del pacto de su Dios.
18 Por lo cual su casa está inclinada hacia la muerte,
Y sus veredas hacia las sombras de muerte;
19 Todos los que a ella se lleguen, no volverán,
Ni alcanzarán otra vez los senderos de la vida.

20 Así andarás por el camino de los buenos,
Y seguirás las veredas de los justos;
21 Porque los rectos habitarán la tierra,
Y los íntegros permanecerán en ella,
22 Mas los impíos serán cortados de la tierra,
Y los prevaricadores serán desarraigados de ella.

Exhortación a la obediencia

Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza,

Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque te añadirán largura de días y años de vida y paz.
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;
Átalas a tu cuello,
Escríbelas en la tabla de tu corazón;
Y hallarás gracia y buena opinión
Ante los ojos de Dios y de los hombres.

Fíate de Jehová con todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócele en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
Porque será medicina para tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.

Honra a Jehová con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos;
10 Y serán llenos tus graneros con abundancia,
Y tus lagares rebosarán de mosto.

11 No menosprecies, hijo mío, la reprensión de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
12 Porque Jehová al que ama reprende,
Como el padre al hijo a quien quiere.
13 Dichoso el hombre que halla la sabiduría,
Y que obtiene la inteligencia;
14 Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
Y sus rentas mayores que las del oro fino.
15 Más valiosa es que las piedras preciosas;
Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
16 Largura de días hay en su mano derecha;
En su izquierda, riquezas y honra.
17 Sus caminos son caminos deleitosos,
Y todas sus veredas paz.
18 Ella es árbol de vida para los que de ella echan mano,
Y son dichosos los que la retienen.

19 Jehová fundó la tierra con la sabiduría;
Consolidó los cielos con inteligencia.
20 Con su ciencia fueron abiertos los abismos,
Y destilan rocío los cielos.

21 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos;
Guarda la prudencia y la reflexión,
22 Y serán vida para tu alma,
Y gracia para tu cuello.
23 Entonces andarás por tu camino confiadamente,
Y tu pie no tropezará.
24 Cuando te acuestes, no tendrás temor,
Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.
25 No tendrás temor de pavor repentino,
Ni de la ruina que sobreviene a los impíos.
26 Porque Jehová será tu confianza,
Y él preservará tu pie de caer en la trampa.

27 No te niegues a hacer el bien a quien es debido,
Cuando esté a tu alcance el hacerlo.
28 No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve,
Y mañana te daré,
Cuando tienes contigo qué darle.
29 No intentes mal contra tu prójimo
Mientras habita confiado junto a ti.
30 No tengas pleito con nadie sin motivo,
Si no te han hecho agravio.
31 No envidies al hombre injusto,
Ni escojas ninguno de sus caminos.
32 Porque Jehová abomina al perverso;
Pero tiene sus intimidades con los rectos.
33 La maldición de Jehová está sobre la casa del impío,
Pero él bendice la morada de los justos.
34 Ciertamente él escarnece a los escarnecedores,
Y a los humildes concede su favor.
35 Los sabios heredarán honra,
Mas los insensatos recibirán ignominia.

Beneficios de la sabiduría

Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,

Y estad atentos, para que aprendáis cordura.
Porque os doy buena enseñanza;
No desamparéis mis instrucciones.
Porque yo también fui hijo de mi padre,
Preferido tiernamente de mi madre.
Y él me enseñaba, y me decía:
Retenga tu corazón mis razones,
Guarda mis mandamientos, y vivirás.
Adquiere sensatez, adquiere inteligencia;
No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca;
No la dejes, y ella te guardará;
Ámala, y te protegerá.
El principio de la sabiduría es: adquirir sabiduría;
Y aun a costa de todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Engrandécela, y ella te engrandecerá;
Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.
Adorno de gracia pondrá sobre tu cabeza;
Corona de hermosura te regalará.
10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones,
Y se te multiplicarán los años de vida.
11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
Y por veredas derechas te he enseñado a andar.
12 Cuando camines, no se enredarán tus pasos,
Y si corres, no tropezarás.
13 Retén el consejo, no lo dejes;
Guárdalo, porque eso es tu vida.
14 No entres por la vereda de los impíos,
Ni vayas por el camino de los malos.
15 Evítalo, no pases por él;
Apártate de él, pasa de largo.
16 Porque no duermen ellos si no obran el mal,
Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
17 Pues su pan es pan de maldad, y beben vino de violencia;
18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,
Que va en aumento hasta llegar a pleno día.
19 El camino de los impíos es como la oscuridad;
No saben en qué tropiezan.

20 Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones.
21 No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón;
22 Porque son vida para los que las hallan,
Y medicina para todo su cuerpo.
23 Por encima de todo, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.
24 Aparta de ti la falsedad de la boca,
Y aleja de ti la iniquidad de los labios.
25 Tus ojos miren de frente,
Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
26 Examina la senda de tus pies,
Y todos tus caminos sean rectos.
27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;
Aparta tu pie del mal.

Amonestación contra la impureza

Hijo mío, está atento a mi sabiduría,

Y a mi inteligencia inclina tu oído,
Para que guardes la reflexión,
Y tus labios conserven la ciencia.
Porque los labios de la mujer extraña destilan miel,
Y su paladar es más blando que el aceite;
Mas su fin es amargo como el ajenjo,
Aguzado como espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte;
Sus pasos conducen al Seol.
Sus caminos son desviados, sin que se percate de ello,
Por no considerar el camino de vida.

Ahora pues, hijos, oídme,
Y no os apartéis de las razones de mi boca.
Aleja de ella tu camino,
Y no te acerques a la puerta de su casa;
Para que no des a los extraños tu honor,
Y tus años al cruel;
10 No sea que extraños se sacien de tus bienes,
Y el fruto de tus trabajos vaya a parar a casa del extraño;
11 Y gimas al final,
Cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido,
12 Y digas: ¡Cómo desoí el consejo,
Y mi corazón menospreció la reprensión;
13 No escuché la voz de los que me instruían,
Y a los que me enseñaban no presté atención!
14 Por poco llego al colmo de la desgracia,
En medio de la sociedad y de la congregación.
15 Bebe el agua de tu misma cisterna,
Y los raudales de tu propio pozo.
16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles,
Y tus corrientes de aguas por las plazas?
17 Sean para ti solo,
Y no para los extraños contigo.
18 Sea bendito tu manantial,
Y gózate en la mujer de tu juventud,
19 Como cierva amada y graciosa gacela.
Sus caricias te satisfagan en todo tiempo,
Y en su amor recréate siempre.
20 ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena,
Y abrazarás el seno de la extraña?
21 Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová,
Y él considera todas sus veredas.
22 Prenderán al impío sus propias iniquidades,
Y será retenido con las cuerdas de su pecado.
23 Él morirá por falta de corrección,
Y errará por lo inmenso de su locura.

Amonestación contra la pereza y la falsedad

Hijo mío, si sales fiador por tu amigo,

Si has empeñado tu palabra a un extraño,
Si te has ligado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios,
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en las manos de tu prójimo;
Ve, humíllate, importuna a tu amigo.
No des sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados adormecimiento;
Escápate como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que arma lazos.

Observa a la hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y serás sabio;
La cual, no teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
Prepara en el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño, un poco de dormitar,
Y cruzar otro poco las manos sobre el pecho;
11 Así vendrá tu necesidad como un merodeador,
Y tu pobreza como hombre armado.

12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en falsedad de boca;
13 Que guiña los ojos, que arrastra los pies,
Que hace señas con los dedos.
14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal.
En todo tiempo siembra discordias.
15 Pero le llegará la desgracia de repente;
Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.

16 Seis cosas aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente,
18 El corazón que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos.

Amonestación contra el adulterio

20 Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no rechaces la enseñanza de tu madre;
21 Átalos siempre en tu corazón,
Enlázalos a tu cuello.
22 Te guiarán cuando andes; cuando duermas, velarán por ti;
Hablarán contigo cuando despiertes.
23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen,
24 Para que te guarden de la mala mujer,
De la blandura de la lengua de la mujer extraña.
25 No codicies su hermosura en tu corazón,
Ni ella te prenda con sus ojos;
26 Porque la ramera se contenta con una hogaza de pan,
Pero la adúltera va a la caza de la vida preciosa de un varón.
27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
28 ¿Andará el hombre sobre brasas
Sin que sus pies se quemen?
29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que la toque.
30 ¿No tienen en poco al ladrón si hurta
Para saciar su apetito cuando tiene hambre?
31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces;
Entregará todo el haber de su casa.
32 Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento;
Arruina su alma el que tal hace.
33 Heridas y vergüenza hallará,
Y su afrenta nunca será borrada.
34 Porque los celos enfurecen al marido,
Y no perdonará en el día de la venganza.
35 No aceptará ninguna indemnización,
Ni querrá perdonar, aunque multipliques los regalos.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.