Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Isaías 52:13-66:18

Sufrimientos del Siervo de Jehová

13 He aquí que mi siervo será prosperado,
será engrandecido y exaltado,
será puesto muy en alto.
14 Como se asombraron de ti muchos
(pues de tal manera estaba desfigurada su apariencia,
que su aspecto no parecía el de un ser humano),
15 así asombrará él a muchas naciones.
Los reyes cerrarán ante él la boca,
porque verán lo que nunca les fue contado
y entenderán lo que jamás habían oído.

53 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio
y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Subirá cual renuevo delante de él,
como raíz de tierra seca.
No hay hermosura en él, ni esplendor;
lo veremos, mas sin atractivo alguno para que lo apreciemos.
Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en sufrimiento;
y como que escondimos de él el rostro,
fue menospreciado y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades
y sufrió nuestros dolores,
¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,
como herido y afligido por Dios!
Mas él fue herido por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados.
Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,
y por sus llagas fuimos nosotros curados.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.
Angustiado él, y afligido,
no abrió su boca;
como un cordero fue llevado al matadero;
como una oveja delante de sus trasquiladores,
enmudeció, no abrió su boca.
Por medio de violencia y de juicio fue quitado;
y su generación, ¿quién la contará?
Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes,
y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Se dispuso con los impíos su sepultura,
mas con los ricos fue en su muerte.
Aunque nunca hizo maldad
ni hubo engaño en su boca,
10 Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándolo a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá descendencia, vivirá por largos días
y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma
y quedará satisfecho;
por su conocimiento justificará
mi siervo justo a muchos,
y llevará sobre sí las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes,
y con los poderosos repartirá el botín;
por cuanto derramó su vida hasta la muerte,
y fue contado con los pecadores,
habiendo él llevado el pecado de muchos
y orado por los transgresores.

El amor eterno de Jehová hacia Israel

54 «¡Regocíjate, estéril,
la que no daba a luz!
¡Eleva una canción y da voces de júbilo,
la que nunca estuvo de parto!,
porque más son los hijos de la desamparada
que los de la casada»,
ha dicho Jehová.
«Ensancha el sitio de tu tienda
y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;
no seas apocada;
alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas.
Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda;
tu descendencia heredará naciones
y habitará las ciudades asoladas.
No temas, pues no serás confundida;
no te avergüences, porque no serás afrentada,
sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud
y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.
Porque tu marido es tu Hacedor
(“Jehová de los ejércitos” es su nombre).
Él es tu Redentor, el Santo de Israel,
el que será llamado “Dios de toda la tierra.”
Porque como a una mujer abandonada y triste de espíritu
te llamó Jehová,
como a la esposa de la juventud
que es repudiada,
dice el Dios tuyo.
“Por un breve momento te abandoné,
pero te recogeré con grandes misericordias.
Con un poco de ira
escondí mi rostro de ti por un momento;
pero con misericordia eterna tendré compasión de ti”»,
dice Jehová, tu Redentor.

«Porque esto me será como en los días de Noé,
cuando juré que nunca más las aguas de Noé
pasarían sobre la tierra.
Asimismo he jurado que no me enojaré contra ti
ni te reñiré.
10 Porque los montes se moverán
y los collados temblarán,
pero no se apartará de ti mi misericordia
ni el pacto de mi paz se romperá»,
dice Jehová, el que tiene misericordia de ti.

11 «¡Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo!
He aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo
y sobre zafiros te fundaré.
12 Tus ventanas haré de piedras preciosas;
tus puertas, de piedras de carbunclo,
y toda tu muralla, de piedras preciosas.
13 Todos tus hijos serán enseñados por Jehová,
y se multiplicará la paz de tus hijos.
14 Con justicia serás adornada;
estarás lejos de la opresión, porque no temerás,
y lejos del temor, porque no se acercará a ti.
15 Si alguno conspira contra ti, lo hará sin mi apoyo.
El que contra ti conspire, delante de ti caerá.
16 Yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego
y saca la herramienta para su obra;
y también yo he creado al destructor para que destruya.
17 Ninguna arma forjada contra ti,
prosperará,
y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio.
Ésta es la herencia de los siervos de Jehová:
su salvación de mí vendrá»,
dice Jehová.

Misericordia gratuita para todos

55 «¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas!
Aunque no tengáis dinero, ¡venid,
comprad y comed!
¡Venid, comprad sin dinero y sin pagar, vino y leche!
¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan
y vuestro trabajo en lo que no sacia?
¡Oídme atentamente: comed de lo mejor
y se deleitará vuestra alma con manjares!
Inclinad vuestro oído y venid a mí;
escuchad y vivirá vuestra alma.
Haré con vosotros un pacto eterno,
las misericordias firmes a David.
He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos,
por jefe y por maestro a las naciones.
He aquí, llamarás a gente que no conociste
y gentes que no te conocieron correrán a ti
por causa de Jehová, tu Dios,
y del Santo de Israel, que te ha honrado.

»¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano!
Deje el impío su camino
y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos
ni vuestros caminos mis caminos»,
dice Jehová.
«Como son más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que vuestros caminos
y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos.

10 »Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve,
y no vuelve allá, sino que riega la tierra
y la hace germinar y producir,
y da semilla al que siembra
y pan al que come,
11 así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo quiero
y será prosperada en aquello para lo cual la envié.

12 »Porque con alegría saldréis
y con paz regresaréis.
Los montes y los collados
levantarán canción delante de vosotros,
y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
13 En lugar de la zarza crecerá ciprés,
y en lugar de la ortiga crecerá arrayán;
y será a Jehová por nombre,
por señal eterna que nunca será borrada.»

Recompensa de los que guardan el pacto de Dios

56 Así ha dicho Jehová:
«Guardad el derecho
y practicad la justicia,
porque cerca de venir está mi salvación
y de manifestarse mi justicia.»
Bienaventurado el hombre que hace esto,
el hijo del hombre que lo abraza:
que guarda el sábado para no profanarlo,
y que guarda su mano de hacer lo malo.
Que el extranjero que sigue a Jehová
no hable diciendo:
«Me apartará totalmente Jehová de su pueblo»,
ni diga el eunuco:
«He aquí, yo soy un árbol seco.»
Porque así dijo Jehová:
«A los eunucos que guarden mis sábados,
que escojan lo que yo quiero
y abracen mi pacto,
yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros,
y un nombre mejor que el de hijos e hijas.
Les daré un nombre permanente, que nunca será olvidado.
Y a los hijos de los extranjeros
que sigan a Jehová para servirle,
que amen el nombre de Jehová
para ser sus siervos;
a todos los que guarden el sábado para no profanarlo,
y abracen mi pacto,
yo los llevaré a mi santo monte
y los recrearé en mi casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptados sobre mi altar,
porque mi casa será llamada
casa de oración para todos los pueblos.»

Dice Jehová el Señor,
el que reúne a los dispersos de Israel:
«Aún reuniré en él a otros,
junto con los ya reunidos.
Todas las bestias del campo,
todas las fieras del bosque,
venid a devorar.
10 Sus guardianes son ciegos,
todos ellos ignorantes;
todos ellos son perros mudos,
que no pueden ladrar;
soñolientos y perezosos,
aman el dormir.
11 Esos perros voraces
son insaciables,
y los pastores mismos
no saben discernir:
todos ellos siguen sus propios caminos,
buscando cada uno su propio provecho,
cada cual por su lado.
12 Ellos dicen: “¡Venid, tomemos vino,
embriaguémonos de sidra;
y el día de mañana será como éste,
o aun mucho más excelente!”»

Condenación de la idolatría de Israel

57 Perece el justo, pero no hay quien piense en ello.
Los piadosos mueren,
pero no hay quien comprenda
que por la maldad es quitado el justo;
pero él entrará en la paz.
Descansarán en sus lechos
todos los que andan delante de Dios.

«¡En cuanto a vosotros, llegaos acá,
hijos de la hechicera,
generación del adúltero y la fornicaria!
¿De quién os habéis burlado?
¿Contra quién ensanchasteis la boca
y sacasteis la lengua?
¿No sois vosotros hijos rebeldes,
generación mentirosa,
que ardéis en lujuria entre encinas,
debajo de cualquier árbol frondoso,
y sacrificáis los hijos en los valles,
debajo de los peñascos?

»En las piedras lisas del valle está tu parte;
ellas, ellas son tu suerte;
a ellas derramaste libación
y ofreciste presente.
¿No habré de castigar estas cosas?
Sobre un monte alto y empinado
pusiste tu cama;
allí también subiste a hacer sacrificios.
Tras la puerta y el umbral
pusiste tu recuerdo.
Ante otro, y no ante mí, te desnudaste;
subiste y tendiste tu amplia cama,
e hiciste alianza con ellos.
Amabas su cama dondequiera que la veías.

»Fuiste al rey con ungüento,
multiplicaste tus perfumes,
enviaste tus embajadores lejos
y descendiste hasta la profundidad del seol.
10 En la multitud de tus caminos te cansaste,
pero no dijiste: “No hay remedio”,
sino que hallaste nuevo vigor en tu mano,
y por tanto no te desalentaste.
11 ¿De quién te asustaste y temiste,
que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí
ni te vino al pensamiento?
¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos,
y nunca me has temido?
12 Yo publicaré tu justicia y tus obras,
que no te aprovecharán.
13 ¡Que te libren tus ídolos cuando clames!,
pero a todos ellos se los llevará el viento,
un soplo los arrebatará;
mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad
y poseerá mi santo monte.
14 Y dirá: “¡Allanad, allanad; barred el camino,
quitad los tropiezos del camino de mi pueblo!”»

15 Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad
y cuyo nombre es el Santo:
«Yo habito en la altura y la santidad,
pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
para reavivar el espíritu de los humildes
y para vivificar el corazón de los quebrantados.
16 Porque no contenderé para siempre,
ni por siempre estaré enojado,
pues decaerían ante mí
el espíritu y las almas que yo he creado.
17 Por la iniquidad de su codicia me enojé
y lo herí,
escondí mi rostro y me indigné;
pero él, rebelde, siguió por el camino de su corazón.
18 He visto sus caminos, pero lo sanaré
y lo pastorearé;
le daré consuelo a él y a sus enlutados.
19 Produciré fruto de labios:
Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca»,
dice Jehová. «Yo lo sanaré.»

20 Pero los impíos son como el mar en tempestad,
que no puede estarse quieto
y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 «¡No hay paz para los impíos!»,
ha dicho mi Dios.

El verdadero ayuno

58 «¡Clama a voz en cuello, no te detengas,
alza tu voz como una trompeta!
¡Anuncia a mi pueblo su rebelión
y a la casa de Jacob su pecado!
Ellos me buscan cada día
y quieren saber mis caminos,
como gente que hubiera hecho justicia
y que no hubiera dejado el derecho de su Dios.
Me piden justos juicios
y quieren acercarse a Dios.
Dicen: “¿Por qué ayunamos y no hiciste caso,
humillamos nuestras almas y no te diste por entendido?”
He aquí que en el día de vuestro ayuno
buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores.
He aquí que para contiendas y debates ayunáis,
y para herir con el puño inicuamente;
no ayunéis como lo hacéis hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Es éste el ayuno que yo escogí:
que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como un junco
y haga cama de telas ásperas y de ceniza?
¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable a Jehová?
El ayuno que yo escogí,
¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las cargas de opresión,
dejar ir libres a los quebrantados
y romper todo yugo?
¿No es que compartas tu pan con el hambriento,
que a los pobres errantes albergues en casa,
que cuando veas al desnudo lo cubras
y que no te escondas de tu hermano?
Entonces nacerá tu luz como el alba
y tu sanidad se dejará ver en seguida;
tu justicia irá delante de ti
y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Entonces invocarás, y te oirá Jehová;
clamarás, y dirá él: “¡Heme aquí!
Si quitas de en medio de ti el yugo,
el dedo amenazador y el hablar vanidad,
10 si das tu pan al hambriento
y sacias al alma afligida,
en las tinieblas nacerá tu luz
y tu oscuridad será como el mediodía.”
11 Jehová te pastoreará siempre,
en las sequías saciará tu alma
y dará vigor a tus huesos.
Serás como un huerto de riego,
como un manantial de aguas,
cuyas aguas nunca se agotan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas;
los cimientos de generación y generación levantarás,
y serás llamado “reparador de portillos”,
“restaurador de viviendas en ruinas.”

La observancia del día de reposo

13 »Si retraes del sábado tu pie,
de hacer tu voluntad en mi día santo,
y lo llamas “delicia”,
“santo”, “glorioso de Jehová”,
y lo veneras, no andando en tus propios caminos
ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras,
14 entonces te deleitarás en Jehová.
Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra
y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob.
La boca de Jehová lo ha hablado.»

Confesión del pecado de Israel

59 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar,
ni se ha endurecido su oído para oír;
pero vuestras iniquidades
han hecho división entre vosotros y vuestro Dios
y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro
para no oíros.
Porque vuestras manos están sucias de sangre
y vuestros dedos de iniquidad;
vuestros labios pronuncian mentira
y habla maldad vuestra lengua.
No hay quien clame por la justicia
ni quien juzgue por la verdad.
Confían en la vanidad
y hablan vanidades;
conciben maldades
y dan a luz iniquidad;
incuban huevos de áspides
y tejen telas de araña.
El que coma de sus huevos morirá;
y si los rompen, saldrán víboras.
Sus telas no servirán para vestir
ni de sus obras serán cubiertos;
sus obras son obras de iniquidad
y obra de rapiña está en sus manos.
Sus pies corren al mal,
se apresuran para derramar sangre inocente;
sus pensamientos son pensamientos de iniquidad;
destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.
No conocieron camino de paz
ni hay justicia en sus caminos;
sus veredas son torcidas;
nadie que por ellas camine conocerá paz.

Por esto se alejó de nosotros la justicia
y no nos alcanzó la rectitud;
esperamos luz, y he aquí tinieblas;
resplandores, y andamos en oscuridad.
10 Palpamos la pared como los ciegos;
andamos a tientas como los que no tienen ojos.
Tropezamos a mediodía como si fuera de noche;
estamos en lugares oscuros como están los muertos.
11 Todos nosotros gruñimos como osos,
gemimos lastimeramente como palomas.
Esperamos justicia, mas no la hay;
salvación, pero se alejó de nosotros,
12 porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti
y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros;
porque con nosotros están nuestras iniquidades
y conocemos bien nuestros pecados:
13 el rebelarse y negar a Jehová;
el volverle la espalda a nuestro Dios;
el hablar calumnia y rebelión,
y el concebir y proferir de corazón palabras de mentira.
14 El derecho se retiró
y la justicia se puso a distancia,
porque la verdad tropezó en la plaza
y la equidad no pudo llegar.
15 La verdad fue detenida
y el que se apartó del mal fue puesto en prisión.
Esto lo vio Jehová,
y desagradó a sus ojos que hubiera perecido el derecho.
16 Vio que no había nadie
y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese;
y lo salvó su brazo
y lo afirmó su misma justicia.
17 Pues de justicia se vistió como de una coraza,
con yelmo de salvación en su cabeza;
tomó ropas de venganza por vestidura
y se cubrió de celo como con un manto,
18 como para vindicación,
como para retribuir con ira a sus enemigos
y dar el pago a sus adversarios.
¡El pago dará a los de las costas!
19 Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová,
y desde el nacimiento del sol, su gloria,
porque él vendrá como un río encajonado,
impelido por el soplo de Jehová.

20 «Vendrá el Redentor a Sión
y a los que se vuelven de la iniquidad en Jacob»,
dice Jehová.
21 «Y éste será mi pacto con ellos»,
dice Jehová:
«Mi espíritu que está sobre ti
y mis palabras que puse en tu boca,
no faltarán jamás de tu boca
ni de la boca de tus hijos
ni de la boca de los hijos de tus hijos.»
Jehová lo ha dicho,
desde ahora y para siempre.

Gloria futura de Sión

60 «¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz
y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra
y oscuridad las naciones;
mas sobre ti amanecerá Jehová
y sobre ti será vista su gloria.
Andarán las naciones a tu luz
y los reyes al resplandor de tu amanecer.
Alza tus ojos alrededor y mira:
todos estos se han juntado, vienen hacia ti.
Tus hijos vendrán de lejos
y a tus hijas las traerán en brazos.
Entonces lo verás y resplandecerás.
Se maravillará y ensanchará tu corazón
porque se habrá vuelto a ti la abundancia del mar
y las riquezas de las naciones habrán llegado hasta ti.
Multitud de camellos te cubrirá
y dromedarios de Madián y de Efa.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo oro e incienso,
y publicarán las alabanzas de Jehová.
Todo el ganado de Cedar será reunido para ti;
carneros de Nebaiot estarán a tu servicio.
Serán una ofrenda agradable sobre mi altar,
y daré esplendor a la casa de mi gloria.

»¿Quiénes son estos que vuelan como nubes
y como palomas a sus ventanas?
Ciertamente, en mí esperarán los de las costas,
y las naves de Tarsis desde el principio,
para traer tus hijos de lejos,
su plata y su oro con ellos,
al nombre de Jehová tu Dios
y al Santo de Israel, que te ha glorificado.
10 Extranjeros edificarán tus muros
y sus reyes estarán a tu servicio,
porque en mi ira te castigué,
mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.
11 Tus puertas estarán de continuo abiertas:
no se cerrarán de día ni de noche,
para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones
y conducidos hasta ti sus reyes,
12 porque la nación o el reino que no quiera servirte,
perecerá; del todo será asolado.

13 »La gloria del Líbano vendrá a ti:
cipreses, pinos y bojes juntamente,
para embellecer el lugar de mi santuario;
y yo glorificaré el lugar de mis pies.
14 Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron,
y a las plantas de tus pies se encorvarán
todos los que te despreciaban,
y te llamarán “Ciudad de Jehová”,
“Sión del Santo de Israel”.
15 En vez de estar abandonada y aborrecida,
tanto que nadie transitaba por ti,
haré que tengas renombre eterno,
que seas el gozo de todas las generaciones.
16 Mamarás la leche de las naciones,
el pecho de los reyes mamarás;
y sabrás que yo, Jehová, soy tu Salvador,
tu Redentor, el Fuerte de Jacob.

17 »En vez de bronce traeré oro,
y plata en lugar de hierro;
bronce en lugar de madera,
y hierro en lugar de piedras.
Te daré la paz por magistrado,
y la justicia por gobernante.
18 Nunca más se hablará de violencia en tu tierra,
ni de destrucción o quebrantamiento en tu territorio,
sino que llamarás “Salvación” a tus muros,
y a tus puertas “Alabanza”.

19 »El sol nunca más te servirá de luz para el día
ni el resplandor de la luna te alumbrará,
sino que Jehová te será por luz eterna
y el Dios tuyo será tu esplendor.
20 No se pondrá jamás tu sol
ni menguará tu luna,
porque Jehová te será por luz eterna
y los días de tu luto se habrán cumplido.

21 »Todo tu pueblo, todos ellos, serán justos.
Para siempre heredarán la tierra;
serán los renuevos de mi plantío,
obra de mis manos, para glorificarme.
22 El pequeño llegará a ser un millar;
del menor saldrá un pueblo poderoso.
Yo Jehová, a su tiempo haré que esto se cumpla pronto.

Buenas nuevas de salvación para Sión

61 »El espíritu de Jehová, el Señor, está sobre mí,
porque me ha ungido Jehová.
Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres,
a vendar a los quebrantados de corazón,
a publicar libertad a los cautivos
y a los prisioneros apertura de la cárcel;
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová
y el día de la venganza del Dios nuestro;
a consolar a todos los que están de luto;
a ordenar que a los afligidos de Sión
se les dé esplendor en lugar de ceniza,
aceite de gozo en lugar de luto,
manto de alegría en lugar del espíritu angustiado.
Serán llamados “Árboles de justicia”,
“Plantío de Jehová”, para gloria suya.

»Reedificarán las ruinas antiguas,
levantarán lo que antes fue asolado
y restaurarán las ciudades arruinadas,
los escombros de muchas generaciones.
Extranjeros apacentarán vuestras ovejas
e hijos de extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
Vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová,
ministros de nuestro Dios seréis llamados.
Comeréis las riquezas de las naciones
y con su gloria seréis enaltecidos.
En lugar de vuestra doble vergüenza
y de vuestra deshonra,
os alabarán en sus heredades;
por lo cual en su tierra poseerán doble porción
y tendrán perpetuo gozo.

»Yo, Jehová, soy amante del derecho,
aborrecedor del latrocinio para holocausto.
Por eso, afirmaré en verdad su obra
y haré con ellos pacto eterno.
La descendencia de ellos será conocida entre las naciones
y sus renuevos en medio de los pueblos.
Todos los que los vean reconocerán
que son un linaje bendito de Jehová.

10 »En gran manera me gozaré en Jehová,
mi alma se alegrará en mi Dios,
porque me vistió con vestiduras de salvación,
me rodeó de manto de justicia,
como a novio me atavió
y como a novia adornada con sus joyas.
11 Porque como la tierra produce su renuevo
y como el huerto hace brotar su semilla,
así Jehová, el Señor, hará brotar justicia y alabanza
delante de todas las naciones.»

62 Por amor de Sión no callaré
y por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que salga como un resplandor su justicia
y su salvación se encienda como una antorcha.
Entonces verán las naciones tu justicia
y todos los reyes tu gloria;
y te será puesto un nombre nuevo,
que la boca de Jehová te pondrá.
Y serás corona de gloria en la mano de Jehová
y diadema de realeza en la mano del Dios tuyo.
Nunca más te llamarán “Desamparada”,
ni tu tierra se dirá más “Desolada”;
sino que serás llamada Hefzi-bá,
y tu tierra, Beula;
porque el amor de Jehová estará contigo
y tu tierra será desposada.
Pues como el joven se desposa con la virgen,
así se desposarán contigo tus hijos;
y como el gozo del esposo con la esposa,
así se gozará contigo el Dios tuyo.
Sobre tus muros, Jerusalén,
he puesto guardas
que no callarán ni de día ni de noche.
¡Los que os acordáis de Jehová,
no descanséis
ni le deis tregua,
hasta que restablezca a Jerusalén
y la ponga por alabanza en la tierra!

Juró Jehová por su mano derecha
y por su poderoso brazo:
«Jamás daré tu trigo
por comida a tus enemigos,
ni beberán los extraños el vino
que es fruto de tu trabajo;
sino que quienes lo cosechan lo comerán
y alabarán a Jehová;
y quienes lo vendimian lo beberán
en los atrios de mi santuario.»

10 ¡Pasad, pasad por las puertas;
barred el camino al pueblo;
allanad, allanad la calzada,
quitad las piedras,
alzad pendón ante los pueblos!
11 He aquí, Jehová lo hizo oír
hasta lo último de la tierra:
«Decid a la hija de Sión
que ya viene su Salvador;
he aquí su recompensa con él
y delante de él su obra.»
12 Y los llamarán Pueblo Santo,
Redimidos de Jehová.
Y a ti te llamarán Ciudad Deseada,
No desamparada.

El día de la venganza de Jehová

63 —¿Quién es éste que viene de Edom,
de Bosra, con vestidos rojos?
¿Éste, vestido con esplendidez,
que marcha en la grandeza de su poder?
—Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.
—¿Por qué es rojo tu vestido
y tus ropas son como las de aquel que ha pisado en un lagar?
—He pisado yo solo el lagar;
de los pueblos nadie había conmigo;
los aplasté con ira,
los pisoteé con furor;
su sangre salpicó mis vestidos
y manché todas mis ropas.
Porque el día de la venganza está en mi corazón;
el año de mis redimidos ha llegado.
Miré, y no había quien ayudara,
y me maravillé de que no hubiera quien me sostuviese.
Entonces me salvó mi propio brazo
y mi ira me sostuvo.
Con mi ira pisoteé a los pueblos,
los embriagué con mi furor
y derramé en tierra su sangre.

Bondad de Jehová para con Israel

De las misericordias de Jehová haré memoria,
de las alabanzas de Jehová
conforme a todo lo que Jehová nos ha dado,
y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel,
que les ha hecho según sus misericordias
y según la abundancia de sus piedades.
Porque él me dijo: «Ciertamente, mi pueblo son,
hijos que no mienten.»
Y fue su salvador.
En toda angustia de ellos él fue angustiado,
y el ángel de su faz los salvó;
en su amor y en su clemencia los redimió,
los trajo y los levantó
todos los días de la antigüedad.
10 Mas ellos fueron rebeldes
e hicieron enojar su santo espíritu;
por lo cual se les volvió enemigo
y él mismo peleó contra ellos.
11 Sin embargo, se acordaron de aquellos tiempos antiguos,
de Moisés y de su pueblo,
diciendo: «¿Dónde está el que los hizo subir del mar
con el pastor de su rebaño?
¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu,
12 el que los guió por la diestra de Moisés
con el brazo de su gloria,
el que dividió las aguas delante de ellos,
haciéndose así un nombre eterno?
13 ¿Dónde el que los condujo por los abismos,
como un caballo por el desierto,
sin que tropezaran?»
14 El espíritu de Jehová los pastoreó
como a una bestia que desciende al valle.
Así pastoreaste a tu pueblo
para hacerte un nombre glorioso.

Plegaria pidiendo misericordia y ayuda

15 Mira desde el cielo y contempla
desde tu santa y gloriosa morada.
¿Dónde está tu celo y tu poder,
la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo?
¿Se han estrechado?
16 ¡Pero tú eres nuestro padre!
Aunque Abraham nos ignore
e Israel no nos reconozca,
tú, Jehová, eres nuestro padre.
Redentor nuestro es tu nombre desde la eternidad.
17 ¿Por qué, Jehová, nos has hecho errar de tus caminos
y has endurecido, respecto a tu temor, nuestro corazón?
¡Vuélvete por amor de tus siervos,
por las tribus de tu heredad!
18 Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo;
nuestros enemigos han pisoteado tu santuario.
19 Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste,
sobre los cuales nunca fue invocado tu nombre.

64 ¡Si rasgaras los cielos y descendieras
y ante tu presencia se derritieran los montes,
como fuego abrasador de fundiciones,
fuego que hace hervir las aguas!
Así harías notorio tu nombre a tus enemigos
y las naciones temblarían ante tu presencia.
Cuando, haciendo cosas terribles
cuales nunca hubiéramos esperado,
descendiste, se derritieron los montes delante de ti.
Nunca nadie oyó,
nunca oídos percibieron ni ojo vio
un Dios fuera de ti, que hiciera algo
por aquel que en él espera.
Saliste al encuentro del que con alegría practicaba la justicia,
de quienes se acordaban de ti según tus caminos.
Pero tú te enojaste porque pecamos,
porque en los pecados hemos perseverado largo tiempo.
¿Podremos acaso ser salvos?,
pues todos nosotros somos como cosa impura,
todas nuestras justicias como trapo de inmundicia.
Todos nosotros caímos como las hojas
y nuestras maldades nos llevaron como el viento.
¡Nadie hay que invoque tu nombre,
que se despierte para apoyarse en ti!
Por eso escondiste de nosotros tu rostro
y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
Ahora bien, Jehová, tú eres nuestro padre;
nosotros somos el barro y tú el alfarero.
Así que obra de tus manos somos todos nosotros.
No te enojes sobremanera, Jehová,
ni tengas perpetua memoria de la iniquidad.
¡Míranos ahora, pues pueblo tuyo somos todos nosotros!
10 Tus santas ciudades están desiertas,
Sión es un desierto,
Jerusalén una desolación.
11 La casa de nuestro santuario y de nuestro renombre,
en la cual te alabaron nuestros padres,
fue consumida por el fuego.
¡Todas nuestras cosas preciosas
han sido destruidas!
12 ¿Te quedarás quieto, Jehová, ante estas cosas?
¿Callarás y nos afligirás sobremanera?

Castigo de los rebeldes

65 «Yo me dejé buscar por aquellos que no preguntaban por mí
y fui hallado por aquellos que no me buscaban.
Dije a gente que no invocaba mi nombre:
“¡Aquí estoy, aquí estoy!”
Extendí mis manos todo el día
a un pueblo rebelde,
que anda por mal camino,
en pos de sus propios pensamientos;
un pueblo que en mi rostro
me provoca de continuo a ira,
sacrificando en huertos
y quemando incienso sobre ladrillos;
que se sientan en los sepulcros
y en lugares escondidos pasan la noche;
que comen carne de cerdo
y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;
que dicen: “Quédate en tu lugar, no te acerques a mí,
porque soy más santo que tú.”
Esos son humo en mi furor,
un fuego que arde todo el día.
He aquí que está escrito delante de mí,
y no callaré, sino que les daré su merecido;
les daré el pago en su propio seno.
Por vuestras iniquidades,
dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente,
los cuales quemaron incienso sobre los montes
y me afrentaron sobre los collados;
por tanto, yo echaré en su propio seno
la medida de sus acciones de antaño».
Así ha dicho Jehová:
«Como si alguno hallara mosto en un racimo
y dijera: “No lo desperdicies,
porque bendición hay en él”,
así haré yo por mis siervos,
pues no lo destruiré todo.
Sacaré descendencia de Jacob,
y de Judá, el heredero de mis montes;
mis escogidos poseerán por heredad la tierra,
y mis siervos habitarán allí.
10 Será el Sarón redil de ovejas
y el valle de Acor majada de vacas,
para mi pueblo que me buscó.
11 Pero vosotros, los que dejáis a Jehová,
que olvidáis mi santo monte,
que ponéis mesa para la Fortuna
y ofrecéis libaciones al Destino,
12 yo también os destinaré a la espada
y todos vosotros os arrodillaréis para el degüello.
Porque llamé y no respondisteis,
hablé y no escuchasteis,
sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos
y escogisteis lo que no me agrada.»
13 Por tanto, así dijo Jehová el Señor:
«He aquí que mis siervos comerán
y vosotros pasaréis hambre;
mis siervos beberán
y vosotros pasaréis sed;
mis siervos se alegrarán
y vosotros seréis avergonzados;
14 mis siervos cantarán con júbilo en el corazón
y vosotros clamaréis con dolor en el corazón
y aullaréis por el quebrantamiento del espíritu.
15 Y dejaréis vuestro nombre
por maldición a mis escogidos.
Jehová, el Señor, te hará morir,
y a sus siervos llamará por otro nombre.
16 El que se bendiga en la tierra,
en el Dios de verdad se bendecirá;
y el que jure en la tierra, por el Dios de verdad jurará,
porque las angustias primeras serán olvidadas
y quedarán ocultas a mis ojos.

Cielos nuevos y tierra nueva

17 »Porque he aquí que yo crearé
nuevos cielos y nueva tierra.
De lo pasado no habrá memoria
ni vendrá al pensamiento.
18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre
en las cosas que yo he creado,
porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría
y a su pueblo gozo.
19 Yo me alegraré con Jerusalén
y me gozaré con mi pueblo,
y nunca más se oirán en ella
voz de lloro ni voz de clamor.
20 No habrá más allí niño que muera de pocos días
ni viejo que sus días no cumpla,
sino que el niño morirá de cien años
y el pecador de cien años será maldito.
21 Edificarán casas y morarán en ellas;
plantarán viñas y comerán el fruto de ellas.
22 No edificarán para que otro habite
ni plantarán para que otro coma;
porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo,
y mis escogidos disfrutarán de la obra de sus manos.
23 No trabajarán en vano
ni darán a luz para maldición,
porque son linaje de los benditos de Jehová,
ellos mismos y también sus descendientes.
24 Antes que clamen, yo responderé;
mientras aún estén hablando, yo habré oído.
25 El lobo y el cordero serán apacentados juntos;
el león comerá paja como el buey
y el polvo será el alimento de la serpiente.
No afligirán ni harán mal
en todo mi santo monte.»
Jehová lo ha dicho.

Juicios de Jehová y restablecimiento de Sión

66 Jehová ha dicho:
«El cielo es mi trono
y la tierra el estrado de mis pies.
¿Dónde está la casa que me habréis de edificar?
¿Dónde el lugar de mi reposo?
Mi mano hizo todas estas cosas,
así todas ellas llegaron a ser»,
dice Jehová.
«Pero yo miraré a aquel
que es pobre y humilde de espíritu
y que tiembla a mi palabra.
El que sacrifica buey es como si matara a un hombre;
el que sacrifica oveja, como si degollara a un perro;
el que hace ofrenda, como si ofreciera sangre de cerdo;
el que quema incienso, como si bendijera a un ídolo.
Pues porque escogieron sus propios caminos
y su alma amó sus abominaciones,
también yo escogeré para ellos desgracias
y traeré sobre ellos lo que temen;
porque llamé, pero nadie respondió;
hablé, pero no escucharon,
sino que hicieron lo malo delante de mis ojos
y escogieron lo que no me agrada.»

Oíd palabra de Jehová,
vosotros los que tembláis a su palabra:
«Vuestros hermanos que os aborrecen
y os echan fuera por causa de mi nombre,
dijeron:
“¡Sea Jehová glorificado
y veamos nosotros vuestra alegría!”
Pero ellos serán avergonzados.
¡Voz de alboroto de la ciudad,
voz del Templo,
voz de Jehová que da el pago a sus enemigos!

»¡Antes que estuviera de parto, dio a luz;
antes que le vinieran dolores,
dio a luz un hijo!
¿Quién oyó cosa semejante?
¿quién vio tal cosa?
¿Concebirá la tierra en un día?
¿Nacerá una nación de una sola vez?
Pues en cuanto Sión estuvo de parto,
dio a luz a sus hijos.
Yo que hago dar a luz,
¿no haré nacer?», dice Jehová.
«Yo que hago engendrar,
¿impediré el nacimiento?» dice tu Dios.

10 «Alegraos con Jerusalén,
gozaos con ella todos los que la amáis;
llenaos de gozo con ella
todos los que os enlutáis por ella,
11 para que maméis y os saciéis
de los pechos de sus consolaciones,
para que bebáis y os deleitéis
con la plenitud de su gloria.»
12 Porque así dice Jehová:
«He aquí que yo extiendo sobre ella
la paz como un río
y las riquezas de las naciones
como un torrente que se desborda;
y mamaréis, en los brazos seréis traídos
y sobre las rodillas seréis mimados.
13 Como aquel a quien consuela su madre,
así os consolaré yo a vosotros,
y en Jerusalén recibiréis consuelo.»

14 Lo veréis y se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos reverdecerán como la hierba.
La mano de Jehová para con sus siervos se dará a conocer
y se enojará contra sus enemigos.
15 Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego
y sus carros como un torbellino,
para descargar su ira con furor
y su reprensión con llama de fuego.
16 Porque Jehová juzgará
con fuego y con su espada
a todo hombre;
y los muertos por Jehová serán multiplicados.

17 «Los que se santifican
y los que se purifican en los huertos,
unos tras otros,
y los que comen carne de cerdo
y abominación y ratón,
juntamente serán talados»,
ha dicho Jehová.

18 «Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas: vendrán y verán mi gloria.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

Copyright © 1995 by United Bible Societies