Bible in 90 Days
Consagración de los sacerdotes
29 Dios le siguió dando instrucciones a Moisés acerca de la consagración de los sacerdotes. Le dijo:
«Consigue un ternero y dos carneros que no tengan ningún defecto. 2 Luego, mezcla con aceite la mejor harina de trigo y haz panes y galletas rociadas de aceite, pero no les pongas levadura. 3 Pon el pan en un canasto, y llévalo al santuario, junto con el ternero y los dos carneros.
4 »Después de eso lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada del santuario, y ordénales que se bañen. 5-6 Enseguida, ponle a Aarón toda la ropa que ordené que se le hiciera. Ponle además la placa que lo distingue como mi sacerdote principal. 7 Derrama también sobre su cabeza el aceite de consagrar.[a]
8-9 »Después de eso llama a los hijos de Aarón, y conságralos como mis sacerdotes. Vístelos con los mantos que se hicieron para ellos; ajústales el cinturón y el gorro, lo mismo que a Aarón. De ahora en adelante todos mis sacerdotes serán por ley descendientes de Aarón.
10 »A continuación, lleva el ternero hasta el santuario y diles a Aarón y a sus hijos que pongan sus manos sobre la cabeza del animal. 11 Luego, mata el animal a la entrada del santuario, frente a mi altar. 12 Moja tu dedo en la sangre del ternero, y unta la sangre en los cuernos del altar. La sangre que quede la derramarás allí mismo, junto al altar. 13 Quita luego la grasa que cubre los intestinos, el hígado y los riñones del ternero, y quémalos en el altar. 14 Como éste es un sacrificio para el perdón de pecados, debes quemar fuera del campamento la carne, la piel y el estiércol del ternero.
15 »Toma uno de los dos carneros, y haz que Aarón y sus hijos pongan las manos sobre la cabeza del animal. 16 Después de eso, mata al carnero y rocía su sangre en los costados del altar. 17 Corta en pedazos el animal, lava sus intestinos y sus patas, y júntalo todo con los otros pedazos y la cabeza. 18 Todo eso lo quemarás sobre el altar, y será para mí una ofrenda de olor agradable, una ofrenda quemada en mi honor para el perdón de pecados.
19 »Después de que Aarón y sus hijos hayan puesto también sus manos sobre la cabeza del otro carnero, 20 matarás el carnero, y a Aarón y a sus hijos les pondrás un poco de sangre en la parte inferior de su oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. El resto de la sangre la rociarás en los costados del altar. 21 Luego rociarás sobre la ropa de Aarón y de sus hijos un poco de la sangre que quede sobre el altar, y un poco del aceite de consagrar. Así ellos y sus ropas sacerdotales quedarán dedicados a mi servicio.
22 »Como el carnero se usó para consagrar a los sacerdotes, pondrás aparte la grasa de la cola, la grasa que cubre los intestinos y el hígado, el muslo derecho, los dos riñones y la grasa que los cubre.
23 »Del canasto de los panes sin levadura que están frente al altar sacarás un pan redondo, un pan de los mezclados con aceite y una galleta. 24 Todo esto lo pondrás en las manos de Aarón y de sus hijos, y ellos lo mecerán ante mí, como ofrenda de dedicación. 25 Luego recibirás de sus manos el pan y la carne, y en mi honor los quemarás en el altar como una ofrenda de olor agradable.
26 »Cuando consagres a Aarón como mi sacerdote, quiero que tomes el pecho del carnero y lo ofrezcas ante mi altar. Esa parte del carnero será para ti, 27-28 pero a Aarón y a sus hijos les pertenecen el pecho del carnero que se ofreció en su consagración y el muslo de la ofrenda. De ahora en adelante, el pecho y el muslo del carnero que los israelitas me ofrezcan para pedirme perdón por algún pecado, será para Aarón y sus descendientes. Ésta será una ley permanente.
29 »El traje especial de Aarón lo heredarán sus descendientes cuando sean consagrados y reciban toda la autoridad como mis sacerdotes. 30 Siempre que alguno de ellos entre en el santuario como mi sacerdote, deberá llevar puesto ese traje durante siete días.
31 »La carne del carnero que se ofreció para la consagración de Aarón y de sus hijos la cocinarás en un lugar especialmente elegido para eso. 32-33 A la entrada del santuario Aarón y sus hijos comerán esa carne y el pan del canasto, porque con esa ofrenda los perdoné y los consagré como mis sacerdotes. 34 En caso de que sobre algo de ese pan o de esa carne para el día siguiente, deberán quemarlo. Nadie más debe comerlo, pues es una ofrenda muy especial.
35 »La ceremonia de la consagración sacerdotal de Aarón y de sus hijos durará siete días, y todo debe hacerse según las instrucciones que te di. 36-37 Cada día, durante esta ceremonia, me ofrecerán un ternero como sacrificio, para que yo les perdone sus pecados y el altar quede apto para mi servicio. Además, derramarás aceite sobre el altar para dedicarlo a mi adoración, y cualquier cosa que toque el altar quedará igualmente dedicada a mí.
Los sacrificios de cada día
38 »Todos los días, sin falta, deberás ofrecerme sobre el altar dos corderos de un año de edad. 39 Me ofrecerás uno en la mañana, y el otro en la tarde. 40 Con el cordero de la mañana me ofrecerás dos kilos de la mejor harina, mezclada con un litro de aceite de oliva. Además, sobre el altar derramarás como ofrenda un litro de vino. 41 Con el cordero de la tarde harás exactamente lo mismo.
»Los corderos, la harina y el vino serán ofrendas totalmente quemadas en mi honor, y el olor llegará hasta mí como un olor agradable. 42-43 Todos los israelitas y sus descendientes deberán presentarme siempre estas ofrendas a la entrada del santuario. Allí me encontraré con los israelitas, y allí hablaré contigo. Mi presencia hará de ese lugar algo muy especial. 44 Tanto el santuario como el altar, y Aarón y sus hijos, estarán dedicados exclusivamente a mi servicio. 45 Yo viviré entre los israelitas, y seré su Dios. 46 Así ellos se darán cuenta de que yo soy el Dios de Israel, que los sacó de Egipto.
El altar del incienso
30 1-2 »También quiero que hagas un altar de madera de acacia para quemar incienso en él. Hazlo cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros por lado y noventa centímetros de alto. Ponle en cada esquina un gancho en forma de cuerno. Todo el altar debe ser de una sola pieza, 3 y estar completamente recubierto de oro puro, con un marco de oro alrededor. 4 Por debajo del marco le pondrás dos argollas de oro en cada costado, y pasarás por ellas las varas para transportar el altar. 5 Las varas también deben ser de madera de acacia y estar recubiertas de oro. 6 Coloca el altar frente a la cortina del Lugar Santísimo, es decir, donde está el cofre del pacto. Allí es donde yo me reuniré contigo.
7 »Todas las mañanas, cuando Aarón venga a preparar las lámparas, también deberá quemar sobre el altar, en mi honor, incienso perfumado. 8 Hará lo mismo por la tarde, cuando encienda las lámparas. De ahora en adelante, esto deberá hacerse siempre.
9-10 »Este altar estará totalmente consagrado a mi servicio. En él no se quemarán animales ni cereales, ni se derramará vino; sólo se quemará en mi honor el incienso perfumado. Cada año, cuando el sacerdote presente el sacrificio para que yo les perdone los pecados, tomará la sangre del animal sacrificado y la derramará sobre los cuernos de este altar del incienso».
Ley acerca del censo
11 Dios habló con Moisés y le dijo:
12 «Recuerda que sólo yo tengo derecho a hacer una lista de todos los israelitas. Pero si tuvieras que hacerla, cada israelita deberá darme una contribución para que yo no les quite la vida ni les envíe ninguna enfermedad contagiosa ni mortal.
13-15 »Para que yo les perdone la vida a todos los israelitas mayores de veinte años que aparezcan en la lista, deberán darme cinco monedas de plata, que es la mitad del impuesto oficial del santuario. Ni los ricos darán más, ni los pobres darán menos.
16 »Toda la plata que te den los israelitas se la entregarás a los sacerdotes para que puedan cubrir los gastos del culto en el santuario. Así me acordaré de que los israelitas ya han pagado para que no les quite la vida».
El recipiente de bronce
17 Dios habló con Moisés y le dijo:
18 «Quiero que hagas un recipiente de bronce, con una base del mismo metal. Llénalo de agua y colócalo entre el santuario y el altar, 19-21 para que Aarón y sus hijos se laven las manos y los pies cada vez que entren allí. También deberán lavarse las manos y los pies cuando se acerquen al altar para presentarme las ofrendas que deben ser quemadas. Ésta es una ley que Aarón y sus descendientes deberán obedecer siempre. Si la cumplen, no morirán».
El aceite de consagrar
22 Dios habló con Moisés y le dijo:
23-25 «El aceite de consagrar[b] se derramará exclusivamente sobre todo lo que sea dedicado a mi servicio. Deberás prepararlo como se preparan los buenos perfumes.
»En su preparación usarás los siguientes ingredientes: tres litros y medio de aceite de oliva mezclados con diferentes plantas aromáticas. Las cantidades se pesarán y medirán de acuerdo con la medida oficial del santuario.
26 »Este aceite lo derramarás sobre el santuario, el cofre del pacto, 27-28 la mesa, el candelabro, el altar del incienso, el altar de las ofrendas quemadas, el recipiente de bronce y su base, y sobre todos los utensilios que se usan para los sacrificios. 29 Cuando lo hagas, todos esos muebles y utensilios quedarán dedicados a mi servicio y deberán considerarse como objetos muy especiales. Todo lo que entre en contacto con ellos quedará también dedicado a mi servicio.
30 »Este mismo aceite lo usarás cuando consagres como sacerdotes míos a Aarón y a sus hijos. 31 Comunícale al pueblo que ése es el aceite que usarán siempre para dedicar a mi servicio todo objeto. 32 Por lo tanto, no deben derramarlo sobre cualquier persona, ni tampoco deben preparar otro aceite igual para otros usos. Éste es un aceite muy especial, y así deben tratarlo. 33 Si algún israelita prepara otro aceite igual para su propio uso, o lo derrama sobre cualquier persona, será expulsado de entre ustedes».
El incienso
34-37 Dios le dijo a Moisés:
«El incienso que se quemará en mi honor debe mantenerse puro y exclusivamente dedicado a mi servicio. En su preparación usarás incienso puro y otras sustancias aromáticas. Este perfume debe prepararse mezclando bien los ingredientes en cantidades iguales, y moliendo muy fino la mezcla. En cuanto el perfume esté listo, irás al santuario y pondrás parte del incienso frente al cofre del pacto. Éste es un incienso muy especial, exclusivamente para mi servicio, y deben tratarlo así. Nadie debe preparar otro incienso igual para su propio uso. 38 Cualquier israelita que lo haga, será expulsado de entre ustedes».
Los artesanos del santuario
31 Dios habló con Moisés y le dijo:
2 «Tú conoces a Besalel hijo de Urí y nieto de Hur, de la tribu de Judá. Yo lo he elegido 3 y lo he llenado de mi espíritu. Le he dado sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad para hacer obras de arte. 4 Él sabe hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce; 5 también sabe trabajar las piedras preciosas y hacer joyas, y además sabe tallar la madera y hacer toda clase de trabajos artísticos.
6 »También he elegido a Oholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, para que sea el ayudante de Besalel. A todos los que van a ayudarlos les he dado más capacidad y entendimiento. Así podrán hacer lo que te he ordenado: 7-11 el santuario, el cofre del pacto, la mesa para el pan, el candelabro de oro puro, el altar del incienso, el altar de las ofrendas quemadas, el recipiente de bronce con su base, los trajes de los sacerdotes, el aceite de consagrar,[c] el incienso de olor agradable para el santuario, y todos los utensilios para el culto.
»Todo esto deberán hacerlo siguiendo las instrucciones que te he dado».
El sábado
12-17 Dios le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas:
«Ustedes deben respetar el sábado como el día de descanso que yo les he señalado. El sábado será para ustedes un día muy especial, y deberán respetarlo siempre. Cualquier israelita que no lo respete, será condenado a muerte. Cualquiera que trabaje en ese día, será expulsado de entre ustedes. Podrán trabajar durante seis días, pero el séptimo día deberán descansar y dedicar todo ese día a honrarme. Si ustedes lo respetan, sus descendientes sabrán que entre ustedes y yo existe una relación especial, y sabrán también que yo, el Dios de Israel, los he elegido como mi pueblo. De ahora en adelante, todos ustedes deberán descansar el sábado, porque yo hice el cielo y la tierra en seis días, y el séptimo día descansé».
18 En la montaña del Sinaí, Dios le entregó a Moisés las leyes que el pueblo debía obedecer. Dios mismo escribió esas leyes en dos tablas de piedra.
El toro de oro
32 Como Moisés tardaba mucho en bajar de la montaña del Sinaí, los israelitas se reunieron con Aarón y le dijeron:
—Moisés nos sacó de Egipto, pero ahora no sabemos qué le sucedió. Es mejor que hagas un dios, para que sea nuestro guía y protector.
2 Aarón les contestó:
—Para eso necesito oro. Así que tráiganme las joyas que llevan puestas sus esposas, sus hijos y sus hijas.
3 Ellos se las llevaron a Aarón, 4 y él las tomó y las fundió, y trabajó el oro hasta darle la forma de un toro. Al verlo, el pueblo dijo: «¡Israel, aquí tienes a tu Dios que te sacó de Egipto!»
5 Cuando Aarón vio esto, le construyó un altar al toro, y le anunció al pueblo: «¡Mañana tendremos una fiesta en honor de nuestro Dios!»
6 Al día siguiente, todos se levantaron muy temprano y ofrecieron en el altar sacrificios y ofrendas para pedir perdón a Dios. Después de comer y beber, se pusieron a bailar. 7-9 Entonces Dios le dijo a Moisés:
—Baja ya de la montaña, porque el pueblo que sacaste de Egipto se está portando muy mal. ¡Qué pronto se han olvidado de obedecerme! Han fabricado un toro de oro, y lo están adorando. Le han ofrecido sacrificios y dicen que ese toro soy yo, y que los sacó de Egipto. Los he estado observando, y me he dado cuenta de que son muy tercos. 10 ¡Estoy tan enojado que voy a destruirlos a todos! ¡No trates de detenerme! Sin embargo, con tus descendientes formaré una gran nación.
11 Moisés trató de calmar a Dios, y le dijo:
—Dios mío, ¡no te enojes con este pueblo! ¡Tú mismo lo sacaste de Egipto usando tu gran poder! 12 ¡No te enojes! ¡No destruyas a tu pueblo! No permitas que los egipcios se burlen de ti, y digan: “Dios los ha engañado, pues los sacó para matarlos en las montañas”. 13 Recuerda el juramento que les hiciste a Abraham, a Isaac y a Jacob. Tú les juraste que con sus descendientes formarías un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo, y que para siempre les darías el país de Canaán.
14 En cuanto Dios se calmó y decidió no destruir al pueblo, 15-16 Moisés comenzó a bajar de la montaña del Sinaí. En sus manos llevaba las dos tablas de piedra que Dios mismo había preparado, y en las que había escrito la ley por ambos lados.
17 Cuando Josué oyó los gritos de la gente, le dijo a Moisés:
—Se oyen gritos de guerra en el campamento.
18 Pero Moisés le contestó:
—También yo escucho las canciones, pero no son de victoria ni de derrota.
19 Cuando Moisés llegó al campamento vio a la gente bailando. Al ver al toro, se enojó tanto que allí mismo, al pie de la montaña, arrojó contra el suelo las tablas de la ley y las hizo pedazos. 20 Luego fue y echó el toro al fuego, lo molió hasta hacerlo polvo, y mezcló el polvo con el agua. Entonces les dijo a los israelitas: «¡Ahora, beban!» 21 Después de eso, le reclamó a Aarón:
—¿Qué daño te ha hecho este pueblo, para que lo hagas pecar de manera tan terrible?
22 Aarón le contestó:
—Por favor, no te enojes conmigo. Tú bien sabes que a este pueblo le gusta hacer lo malo. 23 Ellos me pidieron que les hiciera un dios que los guiara y protegiera, porque no sabían lo que había pasado contigo. 24 Entonces les pedí oro y ellos me lo trajeron. Yo tan sólo eché el oro al fuego, ¡y salió este toro!
25 Moisés se dio cuenta de que los israelitas no tenían quién los dirigiera, pues Aarón no había sabido controlarlos. También se dio cuenta de que los enemigos del pueblo se burlarían de ellos, 26 así que se puso a la entrada del campamento y les dijo: «Los que estén de parte del Dios de Israel, vengan conmigo».
Todos los de la tribu de Leví se unieron a Moisés, 27 quien les dijo: «El Dios de Israel, ha ordenado que cada uno de ustedes tome una espada, regrese al campamento, y vaya casa por casa matando a su hermano, amigo o vecino».
28 Los de la tribu de Leví hicieron lo que Moisés ordenó, y ese día mataron como a tres mil varones. 29 Luego Moisés les dijo: «Hoy Dios los bendice y les da autoridad como sus sacerdotes, pues ustedes se opusieron a sus propios hermanos e hijos, para obedecerlo a él».
30 Al día siguiente, Moisés les dijo a todos: «Ustedes han cometido un pecado terrible. Por eso voy a subir a la montaña para hablar con Dios, a ver si él los perdona».
31 Moisés subió a la montaña donde estaba Dios, y le dijo:
—Reconozco que el pueblo se ha portado muy mal al haberse hecho un dios de oro. 32 Yo te ruego que los perdones. Pero si no los perdonas, ¡bien puedes matarme a mí también!
33 Dios le contestó:
—Yo le quito la vida al que peca contra mí. 34 Así que vete y lleva este pueblo al país que prometí darles. Mi ángel te guiará. Pero cuando llegue el momento indicado, los castigaré por lo que han hecho.
35 Y por haber adorado al toro que hizo Aarón, Dios les mandó una terrible enfermedad.
Hacia la tierra prometida
33 1-6 Dios le dijo a Moisés:
«Deja este lugar y lleva al pueblo que sacaste de Egipto a la tierra que les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo les aseguré que esa tierra sería para sus descendientes. ¡Es tan rica que siempre hay abundancia de alimentos! Enviaré a mi ángel para que te guíe, y echaré de allí a todos los pueblos que no me obedecen.
»Diles a los israelitas que yo no iré con ellos. Son tan tercos que, si vuelven a pecar, hasta podría destruirlos en el camino. Por lo pronto, que se quiten sus joyas. Más tarde veré qué hago con ellos».
Cuando Moisés les dijo esto, los israelitas se pusieron muy tristes, pues Dios los había reprendido con dureza. Y desde ese momento ninguno de ellos volvió a usar sus joyas.
La Carpa comunitaria
7 Moisés colocó una carpa fuera del campamento, y la llamó Carpa comunitaria. Si alguno quería hablar con Dios, salía del campamento y entraba en la carpa. 8 Y cuando Moisés entraba en ella, todos se quedaban de pie junto a su propia tienda de campaña y lo seguían con la mirada hasta verlo entrar en la carpa. 9-10 Tan pronto como Moisés entraba, la columna de nube bajaba y se colocaba a la entrada; entonces todos se arrodillaban a la entrada de su propia tienda de campaña, mientras Dios hablaba con Moisés.
11 Siempre que Moisés entraba en la Carpa comunitaria, hablaba con Dios personalmente, como si hablara con un amigo. Después, Moisés regresaba al campamento. Pero Josué, que era su ayudante, nunca se alejaba de la carpa.
Moisés pide ver a Dios
12 Moisés le dijo a Dios:
—Tú me ordenaste guiar a este pueblo, pero no me dijiste quién me ayudaría a hacerlo. También me dijiste que me amas y que confías en mí. 13 Si eso es verdad, dime qué piensas hacer, para que yo también llegue a amarte y tú sigas confiando en mí. No olvides que este pueblo es tuyo y no mío.
14 Dios le contestó:
—Yo mismo voy a acompañarte y te haré estar tranquilo.
15 Moisés le dijo:
—Si no vas a acompañarnos, no nos pidas que salgamos de aquí. 16 Acompáñanos, y seremos diferentes de los otros pueblos de esta tierra. ¿Cómo van a saber los israelitas que tú confías en mí, si no vienes con nosotros?
17 Dios le respondió:
—Está bien, voy a acompañarlos, porque realmente te amo y confío en ti.
18 Entonces Moisés le dijo a Dios:
—Permíteme verte.
19 Pero Dios le respondió:
—Yo soy muy bondadoso con quien quiero serlo. Así que voy a mostrarte todo mi esplendor, y voy a darte a conocer mi nombre. 20-21 Pero no podrás ver mi rostro, porque cualquiera que vea mi rostro morirá. Quédate junto a la roca que está a mi lado. 22 Cuando pase yo delante de ti, te colocaré en un hueco de la roca y te taparé los ojos con mi mano, hasta que haya pasado. 23 Después quitaré mi mano, y podrás ver mi espalda; pero mi rostro no lo verás.
Dios vuelve a escribir su ley
34 Dios le dijo a Moisés:
«Tráeme dos tablas de piedra, como las que te di antes. En ellas escribiré las mismas leyes que estaban en las que rompiste. 2 Prepárate para subir mañana temprano a la montaña del Sinaí. Quiero verte en la parte más alta. 3 Nadie debe acompañarte; no quiero ver gente, ni ovejas ni vacas por allí».
4 Moisés hizo dos tablas de piedra iguales a las primeras, y al día siguiente muy temprano subió a la montaña. 5 Dios bajó en una nube, y allí se reunió con Moisés y le dio a conocer su propio nombre. 6 Mientras pasaba delante de Moisés, Dios dijo en voz alta:
«¡Soy el Dios de Israel! ¡Yo soy es el nombre con que me di a conocer! Soy un Dios tierno y bondadoso. No me enojo fácilmente, y mi amor por mi pueblo es muy grande. 7 Mi amor es siempre el mismo, y siempre estoy dispuesto a perdonar a quienes hacen lo malo. Pero también sé castigar al culpable, y a sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos».
8 Enseguida Moisés se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y adoró a Dios 9 diciendo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! Si de veras me amas, acompáñanos. Es verdad que somos muy tercos, pero perdona nuestros pecados y acéptanos como tu pueblo».
Dios hace un pacto
10 Dios le dijo a Moisés:
«Pon atención, porque voy a hacer un pacto con todo tu pueblo. Voy a hacer grandes milagros, como nunca antes se han visto en ningún país del mundo. Todos los países donde ustedes vivan verán lo que yo, el Dios de Israel, puedo hacer.
11 »Si ustedes obedecen todo lo que hoy les he ordenado, yo expulsaré a todos los pueblos que no me obedecen, y su territorio se lo daré a ustedes.
12 »Ustedes van a entrar al territorio que les prometí. No deben hacer ningún pacto con los que allí viven, para que no imiten su mala conducta. 13 Al contrario, deberán destruir completamente sus altares y sus ídolos.
14 »No adoren a ningún otro dios, porque soy un Dios muy celoso.
15 »No hagan ningún trato con la gente de ese territorio, porque ellos los invitarán a participar de sus cultos, y ustedes terminarán adorando a sus dioses falsos. 16 Tal vez les parezca bien que sus hijos se casen con las hijas de esa gente, pero cuando ellas pequen al adorar a sus dioses falsos, harán que sus hijos también pequen.
17 »No hagan ningún ídolo de metal fundido para adorarlo.
Las fiestas de cada año
18 »Celebren la fiesta de los panes sin levadura. Coman pan sin levadura durante siete días, siguiendo todas las instrucciones que les he dado. Deben hacer la fiesta en el mes de Abib,[d] porque en ese mes salieron de Egipto.
19 »El primer hijo de cada uno de ustedes será para mí, lo mismo que todos los primeros machos de sus vacas y ovejas. 20 Por el primer macho de una burra podrán darme un cordero o un cabrito. Pero si no me lo dan, entonces le romperán el cuello al burrito. De igual manera, a cambio del primer hijo de ustedes podrán darme una ofrenda. Nadie podrá venir a adorarme si no trae algo.
21 »Ustedes podrán trabajar los primeros seis días de la semana, pero el séptimo día deberán descansar, aun en la época de la siembra o de la cosecha.
22 »También deberán celebrar la fiesta de la cosecha en la primavera, y la fiesta de las enramadas en el otoño.
23 »Todos los varones israelitas mayores de edad deberán venir a adorarme tres veces al año. Yo soy el Dios de Israel. 24 Yo expulsaré a las demás naciones, para que ustedes tengan más territorio. Así nadie podrá adueñarse de su territorio cuando vengan a adorarme.
25 »Cuando me presenten el sacrificio de algún animal, no me ofrezcan al mismo tiempo la sangre del animal y pan con levadura. Tampoco guarden para el día siguiente lo que sobre del animal sacrificado en la fiesta de la Pascua.
26 »Deben traer a mi templo lo mejor de los primeros frutos que produzcan sus campos.
»Nunca cocinen cabritos en la leche de su madre».
27 Como todas esas leyes eran parte del pacto que Dios estaba haciendo con los israelitas, Dios le ordenó a Moisés que las escribiera. 28 Y Moisés se quedó con Dios en la montaña cuarenta días y cuarenta noches. Allí se escribieron en tablas de piedra los diez mandamientos de este pacto. En todo ese tiempo, Moisés no comió ni bebió nada.
Moisés baja del Sinaí
29 Cuando Moisés bajó de la montaña del Sinaí, traía consigo las dos tablas con la ley escrita en ellas. Su cara brillaba, pues había estado hablando con Dios, pero Moisés no se había dado cuenta. 30 Cuando Aarón y todos los israelitas vieron cómo brillaba la cara de Moisés, sintieron miedo y no se acercaron a él. 31 Pero Moisés los llamó para hablar con ellos. Primero fueron Aarón y todos los jefes israelitas, 32 y luego se acercó todo el pueblo. Entonces Moisés les dio todos los mandamientos que Dios le había dado en la montaña del Sinaí.
33 Cuando Moisés terminó de hablar con el pueblo, se tapó la cara con un velo. 34-35 Ese velo Moisés se lo dejaba puesto hasta que llegaba el momento de entrar al santuario para hablar con Dios. Cuando entraba al santuario, se lo quitaba, y al salir le comunicaba al pueblo todo lo que Dios le había ordenado. Pero como el pueblo veía que la cara de Moisés seguía brillando, él se veía obligado a ponerse de nuevo el velo.
La ley del sábado
35 Moisés se reunió con los israelitas y les comunicó los mandamientos de Dios:
2 «Ustedes podrán trabajar seis días de la semana, pero el séptimo día será para ustedes muy especial. Ese día ustedes deberán descansar para honrar a Dios. Quien no obedezca este mandamiento será condenado a muerte. 3 No importa dónde vivan, el séptimo día ni siquiera deben encender fuego».
Las ofrendas para construir el santuario
4 Moisés volvió a hablar con los israelitas, y les comunicó el mandamiento de Dios:
5 «Quiero que junten entre ustedes una ofrenda voluntaria para el santuario de nuestro Dios. Traigan oro, plata y bronce; 6 telas de color morado, azul y rojo; tela de lino fino, pelo de cabra, 7 pieles de carnero teñidas de rojo y pieles finas; madera de acacia, 8 aceite para las lámparas, perfumes para el aceite de consagrar[e] y para el incienso perfumado, 9 y piedras de ónice multicolor y otras piedras preciosas para hacer la túnica y el chaleco del sacerdote principal.
Utensilios para el santuario
10-19 »Todos los israelitas que tengan capacidades artísticas deben venir para construir el santuario y sus muebles: el cofre, el candelabro, la mesa del pan, junto con el pan y sus utensilios. También deberán construir la cerca que rodea el patio, así como todo lo que estará en él: el altar para las ofrendas quemadas y el recipiente de bronce, y los utensilios de ambos. Además fabricarán el altar para quemar el incienso, junto con sus utensilios, los trajes sacerdotales, el incienso perfumado y el aceite de consagrar. Esto es todo lo que Dios ha ordenado hacer».
El pueblo lleva las ofrendas voluntarias
20 El pueblo se despidió de Moisés y se retiró. 21-26 Después, todos los que deseaban darle a Dios su ofrenda voluntaria volvieron llevando todo lo necesario para la construcción del santuario y la confección de los trajes de los sacerdotes. Tanto hombres como mujeres llevaron como ofrenda especial toda clase de joyas de oro, telas de color morado, azul y rojo, telas de lino fino, pieles de cabra, de carnero y otras pieles finas. Otros llevaron plata, bronce y madera de acacia, y algunas mujeres llevaron finos bordados y tejidos de pelo de cabra.
27 Los jefes israelitas llevaron ónice y otras piedras preciosas, para que se hicieran la túnica y el chaleco sacerdotal. 28 También llevaron perfumes, el aceite para las lámparas, el aceite de consagrar y el incienso perfumado.
29 Todos los israelitas, hombres y mujeres, llevaron su ofrenda voluntaria y se la entregaron a Moisés para la construcción de todo lo que Dios había ordenado.
Los artesanos elegidos
30-35 Moisés les dijo a los israelitas:
«Pongan atención. Dios ha elegido dos artesanos muy capaces para que trabajen en la construcción del santuario. De la tribu de Judá ha elegido a Besalel, y de la tribu de Dan ha elegido a Oholiab. Dios les ha dado capacidad artística para hacer los tallados en madera, los bordados en tela morada, tela azul y tela roja, y en tela de lino fino, así como para hacer cualquier tipo de artesanía. También les ha dado capacidad para enseñar a otros en esta clase de trabajos.
»Además, Dios le ha dado de su espíritu a Besalel, y también le ha dado sabiduría, inteligencia y una gran capacidad creativa para hacer diseños en oro, plata y bronce, para tallar y montar piedras preciosas, y para tallar la madera.
36 »Por lo tanto, Besalel, Oholiab y todos los artesanos de Israel, harán todo de acuerdo con lo que Dios ordenó. Lo mismo harán todos aquellos a quienes Dios les haya dado sabiduría e inteligencia para hacer todos los objetos necesarios para el culto en el santuario».
Ofrendas abundantes
2-3 Moisés se reunió con todos los artesanos, y les dio las ofrendas que el pueblo había llevado. Así ellos empezaron a fabricar todos los objetos que se necesitaban para el culto en el santuario.
Todos los días, los israelitas llevaban ofrendas voluntarias. 4-5 Cuando los artesanos vieron que la gente llevaba más ofrendas de las necesarias, se lo comunicaron a Moisés. 6 Entonces Moisés mandó a decir a todos en el campamento que ya no hicieran más trabajos ni llevaran más ofrendas para el santuario. Fue así como los israelitas dejaron de llevar ofrendas, 7 pues no sólo había suficiente material sino que hasta sobraba.
La construcción del santuario
8-13 Los artesanos más capaces de todo el grupo construyeron el santuario con diez cortinas, en las que se bordaron dos querubines.
14-19 Besalel tomó pelo de cabra y confeccionó los once paños para hacer las dos cortinas del toldo que cubriría el santuario, y fabricó también la cubierta de pieles de carnero que se colocaría sobre el toldo. Luego, sobre esa cubierta puso una cubierta de pieles finas.
20-38 Besalel también se encargó de preparar todo lo necesario para la construcción del santuario: las tablas, las bases, los travesaños, las argollas y los postes. Y confeccionó la cortina que dividiría el Lugar Santo del Lugar Santísimo, en la cual bordó dos querubines. Además, Besalel hizo la cortina de la entrada del santuario, y la colgó de sus postes.
Muebles del santuario
Cofre del pacto
37 1-9 Besalel también hizo el cofre del pacto con madera de acacia, con sus argollas y sus varas para transportarlo, y le puso la tapa de oro con los dos querubines. Lo hizo siguiendo las medidas que Dios había ordenado.
Mesa para el pan
10-16 Besalel también fabricó con madera de acacia la mesa para el pan dedicado a Dios, junto con sus varas para transportarla y todos sus utensilios de oro.
El candelabro de oro
17-24 Luego Besalel se ocupó de hacer el candelabro de oro con sus siete lámparas y utensilios. Para hacer todo esto utilizó treinta y tres kilos de oro puro.
El altar del incienso
25-28 Besalel hizo también con madera de acacia el altar del incienso, junto con sus varas para transportarlo.
El aceite y el incienso
29 Besalel preparó el aceite de consagrar[f] y el incienso perfumado y puro. Los hizo como se hacen los buenos perfumes.
Todo esto fue hecho siguiendo las instrucciones que Dios le dio a Moisés.
El altar para las ofrendas quemadas
38 1-7 Besalel hizo también el altar para las ofrendas que se quemaban para el perdón de pecados; además de sus utensilios y varas para transportarlo. Lo hizo de madera de acacia y lo recubrió de bronce.
El recipiente de bronce
8 Las mujeres que ayudaban a la entrada del santuario le entregaron a Besalel sus espejos de bronce. Con ese metal Besalel hizo el recipiente para lavarse las manos. También la base del recipiente la hizo de bronce.
El patio del santuario
9-17 Besalel construyó el patio del santuario y la cerca que lo rodeaba. Hizo las cortinas, los postes, las bases, los ganchos y los anillos. 18-20 La cortina que hizo Besalel para la entrada del santuario estaba finamente bordada.
Metales usados en el santuario
21 Moisés les había ordenado a los ayudantes de los sacerdotes que hicieran una lista de todos los metales usados en la construcción del santuario del pacto. Itamar, el hijo del sacerdote Aarón, se encargó de hacer esa lista.
22 Besalel se encargó de hacer y preparar todo lo que Dios le había ordenado a Moisés. 23 En esto lo ayudó Oholiab, que era herrero y tejedor, y sabía hacer bordados en tela morada, tela azul y tela roja, así como en tela de lino fino.
24 Todo el oro que usaron fue una ofrenda que los israelitas le dieron a Dios. Se usaron novecientos sesenta y cinco kilos de oro, según el peso oficial del santuario.
25 La plata que dieron los israelitas cuando se hizo la lista de todos ellos, llegó a pesar tres mil trescientos diecinueve kilos con quinientos veinticinco gramos. Toda esa plata se pesó según la medida oficial del santuario. 26 Los hombres mayores de veinte años que aparecían en la lista fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta, y cada uno de ellos dio cinco gramos y medio de plata.
27 También se recolectaron tres mil trescientos kilos de plata para hacer las cien bases que se usaron para la construcción del santuario y para la cortina. Cada base pesaba treinta y tres kilos de plata. 28 Con la plata restante se hicieron los ganchos y los anillos de los postes, y se recubrió la parte superior de los postes.
29 En total, los israelitas le ofrendaron a Dios dos mil trescientos treinta y seis kilos de bronce. 30 Ese bronce se usó para hacer las bases de la puerta del santuario, el altar de bronce con su reja y sus utensilios, 31 las bases y estacas del patio que rodeaba al santuario, y las bases de la puerta del patio.
Confección de los trajes sacerdotales
39 1-7 Los trajes para los sacerdotes se hicieron con tela morada, tela azul y tela roja. También se tejió la túnica especial para Aarón, con las dos piedras de ónice multicolor en las que estaban los nombres de las doce tribus de Israel. Con un martillo se hicieron dos láminas de oro, que luego fueron cortadas para hacer hilos de oro. Con esos hilos se hicieron los bordados en la túnica y en el cinturón. Todo esto se hizo tal como Dios se lo había ordenado a Moisés.
8-26 El chaleco se hizo con la misma clase de telas de la túnica, y la capa de la túnica con tela morada. Todo se hizo siguiendo las instrucciones de Dios.
27-29 A los mantos de lino para Aarón y sus hijos se les hicieron finos bordados, 30-31 lo mismo que al gorro y la ropa interior. Los calzoncillos eran de lino fino, y el cinturón se confeccionó con las mejores telas. Un artista le hizo finos bordados al cinturón.
Se hizo también la placa de oro puro que decía que Aarón era un sacerdote dedicado al servicio exclusivo de Dios. Esa placa se colgó en la parte superior del gorro, atada con un cordón morado. Todo esto se hizo tal como Dios se lo había ordenado a Moisés.
Termina la construcción del santuario
32-41 Los israelitas siguieron al pie de la letra las instrucciones que Dios le había dado a Moisés, y terminaron la construcción del santuario. Fueron entonces a ver a Moisés y le hicieron entrega oficial del santuario y de todos sus utensilios, así como del pan dedicado a Dios, el aceite de consagrar,[g] el incienso perfumado, los trajes para el servicio en el santuario, y los trajes sacerdotales de Aarón y de sus hijos.
42 Todo esto lo hicieron los israelitas siguiendo las instrucciones que Dios le había dado a Moisés. 43 Cuando Moisés vio que así lo habían hecho, les dio su bendición.
Dedicación del santuario
40 Dios le habló a Moisés y le dijo:
2 «Debes armar el santuario el día primero del mes de Abib.[h] Este santuario será el lugar en donde el pueblo de Israel se reunirá conmigo. 3 En el interior del santuario pondrás el cofre del pacto, y colocarás la cortina de modo que el cofre no se vea. 4 Adentro pondrás la mesa y el candelabro. Coloca con cuidado todos los utensilios y objetos que van sobre la mesa, y ponle las lámparas al candelabro. 5 El altar de oro para quemar incienso lo colocarás frente al cofre del pacto, y luego colgarás la cortina que va a la entrada del santuario.
6 »Frente a la entrada del santuario pondrás el altar para quemar los animales sacrificados. 7 Entre el altar y la entrada pondrás el recipiente de bronce, y lo llenarás de agua. 8 Una vez que todo esté en su lugar, instalarás la cerca del patio alrededor del santuario y colgarás la cortina a la entrada del patio.
9 »Toma el aceite de consagrar[i] y derrámalo sobre el santuario y sobre todo lo que está allí adentro, para que me dediques este santuario como un lugar muy especial. 10-11 Pon aceite sobre el altar de los sacrificios quemados y sobre sus utensilios, y sobre el recipiente de bronce y su base, para que todo quede dedicado a mi servicio.
12 »Después de eso, lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada del santuario, y ordénales que se bañen allí. 13 Aarón deberá ponerse la túnica especial de sacerdote, y tú derramarás aceite sobre él, para consagrarlo como mi sacerdote. 14 Llama después a sus hijos y ordénales que se pongan sus mantos especiales, 15 y derrama aceite sobre ellos para consagrarlos como mis sacerdotes. A partir de ese momento, y gracias al aceite de consagrar, los descendientes de Aarón y de sus hijos serán mis sacerdotes para siempre».
16-19 El primer día del mes de Abib se armó el santuario, siguiendo las instrucciones de Dios. Había pasado exactamente un año desde que habían salido de Egipto.
20-21 Luego Moisés colocó las tablas de la ley dentro del cofre del pacto, le puso al cofre las varas y la tapa, y ordenó que lo pusieran dentro del santuario. El cofre se puso en el Lugar Santísimo, y luego Moisés corrió la cortina para cubrirlo, pues así lo había ordenado Dios.
22 A continuación, Moisés puso la mesa al lado norte del santuario, dentro del Lugar Santo, 23 y colocó los panes sobre la mesa, tal como Dios se lo había ordenado.
24 El candelabro lo colocó frente a la mesa, es decir, en la parte sur del santuario. 25 Luego encendió las lámparas delante de Dios, pues así él se lo había ordenado.
26 El altar de oro se colocó en el santuario, frente a la cortina del Lugar Santo. 27 Siguiendo las instrucciones que Dios le había dado, Moisés quemó allí incienso perfumado.
28 Una vez que terminó con todo esto, Moisés colgó la cortina de la entrada del santuario, 29 colocó frente a ella el altar para los sacrificios quemados, y en él quemó como ofrenda animales y cereales, tal como Dios se lo había ordenado.
30 Entre la entrada del santuario y el altar de las ofrendas quemadas, Moisés colocó el recipiente de bronce y lo llenó de agua. 31-32 Con esa agua Moisés, Aarón y sus hijos deberían lavarse las manos y los pies cada vez que entraran al santuario y se acercaran al altar, tal como Dios se lo había ordenado.
33 Para terminar, Moisés instaló la cerca del patio alrededor del santuario y el altar, y colgó también la cortina a la entrada del patio.
Dios se presenta en el santuario
Cuando Moisés terminó de armar todo el santuario, 34-35 una nube lo cubrió todo, y Dios se hizo presente en el santuario. Por eso Moisés no podía entrar.
36 Cada vez que la nube se levantaba del santuario, el pueblo de Israel desarmaba el campamento y continuaba su camino. 37 Ningún israelita se movía de donde estaba, a menos que la nube se levantara. 38 En todo el viaje, los israelitas pudieron ver cómo durante el día la nube de Dios descansaba sobre el santuario, y cómo durante las noches un fuego aparecía sobre él.
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