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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the NIV. Switch to the NIV to read along with the audio.

Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Génesis 11:1-13:4

La torre de Babel

11 En aquel tiempo todo el mundo hablaba el mismo idioma. Cuando salieron de la región oriental, encontraron una llanura en la región de Sinar y allí se quedaron a vivir. Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos en el fuego.» Así, usaron ladrillos en lugar de piedras y asfalto natural en lugar de mezcla. Después dijeron: «Vengan, vamos a construir una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo. De este modo nos haremos famosos y no tendremos que dispersarnos por toda la tierra.»

Pero el Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y pensó: «Ellos son un solo pueblo y hablan un solo idioma; por eso han comenzado este trabajo, y ahora por nada del mundo van a dejar de hacerlo. Es mejor que bajemos a confundir su idioma, para que no se entiendan entre ellos.»

Así fue como el Señor los dispersó por toda la tierra, y ellos dejaron de construir la ciudad. En ese lugar el Señor confundió el idioma de todos los habitantes de la tierra, y de allí los dispersó por todo el mundo. Por eso la ciudad se llamó Babel.

Los descendientes de Sem(A)

10 Éstos fueron los descendientes de Sem. Dos años después del diluvio, cuando Sem tenía cien años, nació su hijo Arfaxad. 11 Después de esto, Sem vivió quinientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.

12 Arfaxad tenía treinta y cinco años cuando nació su hijo Sélah. 13 Después de esto, Arfaxad vivió cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas.

14 Sélah tenía treinta años cuando nació su hijo Éber. 15 Después de esto, Sélah vivió cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas.

16 Éber tenía treinta y cuatro años cuando nació su hijo Péleg. 17 Después de esto, Éber vivió cuatrocientos treinta años más, y tuvo otros hijos e hijas.

18 Péleg tenía treinta años cuando nació su hijo Reú. 19 Después de esto, Péleg vivió doscientos nueve años más, y tuvo otros hijos e hijas.

20 Reú tenía treinta y dos años cuando nació su hijo Serug. 21 Después de esto, Reú vivió doscientos siete años más, y tuvo otros hijos e hijas.

22 Serug tenía treinta años cuando nació su hijo Nahor. 23 Después de esto, Serug vivió doscientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.

24 Nahor tenía veintinueve años cuando nació su hijo Térah. 25 Después de esto, Nahor vivió ciento diecinueve años más, y tuvo otros hijos e hijas.

26 Térah tenía ya setenta años cuando nacieron sus hijos Abram, Nahor y Harán.

Los descendientes de Térah

27 Éstos son los descendientes de Térah, que fue el padre de Abram, Nahor y Harán. Harán, el padre de Lot, 28 murió en Ur de Caldea, antes que su padre Térah. Murió en el mismo lugar donde había nacido.

29 Abram se casó con Sarai, y Nahor se casó con Milcá, que era hija de Harán y hermana de Iscá. 30 Sarai no podía tener hijos porque era estéril.

31 Térah salió de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán, y se llevó con él a su hijo Abram, a su nieto Lot y a su nuera Sarai. Sin embargo, cuando llegaron a la ciudad de Harán, se quedaron a vivir allí. 32 Y Térah murió en Harán a la edad de doscientos cinco años.

Dios llama a Abram

12 Un día el Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.»

Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado. Tenía setenta y cinco años cuando salió de allá para ir a la tierra de Canaán. Con él se llevó a su esposa Sarai y a su sobrino Lot, y también todas las cosas que tenían y la gente que habían adquirido en Harán. Cuando llegaron a Canaán, Abram atravesó toda esa región hasta llegar a Siquem, donde está la encina sagrada de Moré. Los cananeos vivían entonces en aquella región. Allí el Señor se le apareció y le dijo: «Esta tierra se la voy a dar a tu descendencia.»

Entonces Abram construyó un altar en honor del Señor, porque allí se le había aparecido. Luego se fue a la región montañosa que está al este de la ciudad de Betel, y allí puso su campamento. Betel quedaba al oeste de donde él había acampado, y la ciudad de Ai al este. En ese lugar Abram construyó otro altar e invocó el nombre del Señor. Después siguió su camino, poco a poco, hacia la región del Négueb.

Abram en Egipto

10 Por aquel entonces hubo una gran escasez de alimentos en toda aquella región, y Abram se fue a vivir a Egipto durante algún tiempo, pues no había nada de comer en el lugar donde vivía. 11 Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, yo sé bien que tú eres una mujer hermosa, 12 y que cuando los egipcios te vean, van a decir: “Esta mujer es la esposa de ese hombre.” Entonces a mí me matarán, y a ti te dejarán con vida para quedarse contigo. 13 Por eso, para que me vaya bien y no me maten por causa tuya, diles por favor que eres mi hermana.»

14 Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy hermosa. 15 También la vieron los funcionarios del faraón, rey de Egipto, y le fueron a decir que aquella mujer era muy hermosa. Entonces la llevaron al palacio del faraón.

16 Por causa de Sarai, el faraón trató muy bien a Abram. Le regaló ovejas, vacas, esclavos, esclavas, asnos y camellos. 17 Pero también por causa de Sarai, el Señor castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. 18 Por eso el faraón mandó llamar a Abram, y le dijo: «¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me dijiste que esta mujer es tu esposa? 19 Tú dijiste que era tu hermana, y yo pude haberla tomado por esposa. Anda, aquí la tienes. ¡Tómala y vete!» 20 Entonces el faraón ordenó a sus hombres que hicieran salir de Egipto a Abram, junto con su esposa y con todo lo que tenía.

Abram y Lot se separan

13 Cuando Abram salió de Egipto, con su esposa y con todo lo que tenía, regresó a la región del Négueb. Su sobrino Lot se fue con ellos. Abram era muy rico, pues tenía oro, plata y muchos animales. Del Négueb regresó poco a poco, hasta llegar al pueblo de Betel, y de ahí se fue al lugar donde había acampado primero, entre Betel y Ai. Ése era el lugar donde antes había construido un altar, y allí invocó el nombre del Señor.

Mateo 5:1-26

Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:

Lo que realmente cuenta ante Dios(A)

«Dichosos los que tienen espíritu de pobres,
porque de ellos es el reino de los cielos.
»Dichosos los que sufren,
porque serán consolados.
»Dichosos los humildes,
porque heredarán la tierra prometida.
»Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque serán satisfechos.
»Dichosos los compasivos,
porque Dios tendrá compasión de ellos.
»Dichosos los de corazón limpio,
porque verán a Dios.
»Dichosos los que trabajan por la paz,
porque Dios los llamará hijos suyos.
10 »Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo,
porque de ellos es el reino de los cielos.

11 »Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. 12 Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.

Sal y luz del mundo(B)

13 »Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.

14 »Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.

Jesús enseña sobre la ley

17 »No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. 18 Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. 19 Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.

Jesús enseña una justicia superior

20 »Porque les digo a ustedes que, si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de los cielos.

1. Sobre el homicidio(C)

21 »Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: “No mates, pues el que mate será condenado.” 22 Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno.

23 »Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.

25 »Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. 26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

Salmos 5

Comenzando el día con Dios

(1) Del maestro de coro, para flautas. Salmo de David.

(2-3) Señor, Rey mío y Dios mío,
escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
oye mis súplicas,
pues a ti elevo mi oración.

(4) De mañana escuchas mi voz;
muy temprano te expongo mi caso,
y quedo esperando tu respuesta.
(5) No eres tú un Dios que se complace en lo malo;
los malvados no pueden vivir a tu lado,
(6) ni en tu presencia hay lugar para los orgullosos.
Tú odias a los malhechores,
(7) destruyes a los mentirosos y rechazas a los traidores y asesinos.
(8) En cambio yo, por tu gran amor,
puedo entrar en tu templo;
¡puedo adorarte con toda reverencia
mirando hacia tu santo templo!

(9) Señor, por causa de mis enemigos
guíame en tu justicia,
llévame por el buen camino.
(10) Ellos nunca hablan con sinceridad;
¡están corrompidos por dentro!
Sepulcro abierto es su garganta;
¡su lengua es mentirosa!

10 (11) ¡Castígalos, Dios mío!
¡Haz que fracasen sus intrigas!
Recházalos por sus muchos pecados,
porque se han rebelado contra ti.
11 (12) Alégrense los que buscan tu protección;
canten siempre de alegría
porque tú los proteges.
Los que te aman, se alegran por causa tuya,
12 (13) pues tú, Señor, bendices al que es fiel;
tu bondad lo rodea como un escudo.

Proverbios 1:24-28

24 Yo los he llamado, los he invitado a venir,
pero ustedes no han querido hacerme caso.
25 Al contrario, han rechazado mis consejos;
no han querido recibir mi corrección.
26 ¡Ya me tocará reír cuando les llegue la desgracia!
¡Ya me burlaré cuando estén muertos de miedo,
27 cuando vengan sobre ustedes temores y problemas,
desesperación y angustia,
como un torbellino que todo lo destruye!

28 »Ese día me llamarán, pero no responderé;
me buscarán, pero no me encontrarán;

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.