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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Génesis 41:17-42

17 Entonces Faraón dijo a José: «En mi sueño yo estaba de pie a la orilla del Nilo. 18 Y vi[a] siete vacas gordas[b] y de hermoso aspecto que salieron del Nilo. Pacían en el carrizal. 19 Pero sucedió que otras siete vacas subieron detrás de ellas, pobres, de muy mal aspecto y flacas[c], de tal fealdad[d] como yo nunca había visto en toda la tierra de Egipto. 20 Y las vacas flacas y feas[e] se comieron las primeras siete vacas gordas. 21 Pero cuando las habían devorado[f], no se podía notar[g] que las hubieran devorado[h]; pues[i] su aspecto era tan feo[j] como al principio. Entonces me desperté.

22 »En mi sueño también vi que siete espigas llenas y hermosas crecían en una sola caña; 23 y que siete espigas marchitas, menudas y quemadas por el viento del este, brotaron después de aquellas. 24 Las espigas menudas devoraron a las siete espigas hermosas. Se lo conté a los magos[k], pero no hubo quien me lo pudiera explicar(A)».

25 Entonces José dijo a Faraón: «Los dos sueños de Faraón son[l] uno. Dios ha anunciado a Faraón lo que Él va a hacer(B). 26 Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete espigas hermosas son siete años. Los dos sueños son[m] uno. 27 Y las siete vacas flacas y feas[n] que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento del este serán siete años de hambre(C).

28 »Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer(D). 29 Van a venir siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto(E); 30 y después de ellos vendrán[o] siete años de hambre(F). Será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto, y el hambre asolará[p] la tierra. 31 No se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá[q], que será muy severa. 32 En cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios(G), y que Dios lo hará pronto.

33 »Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio(H), y póngalo sobre la tierra de Egipto. 34 Decida Faraón nombrar inspectores sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. 35 Que los inspectores recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades(I) el grano para alimento bajo la autoridad[r] de Faraón, y que lo protejan. 36 Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que la gente del país no perezca por el hambre».

José gobernador de todo Egipto

37 La idea[s] pareció bien a[t] Faraón y a[u] todos sus siervos. 38 Entonces Faraón dijo a sus siervos: «¿Podemos hallar un hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios(J)?». 39 Y Faraón dijo a José: «Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú(K). 40 Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes[v]. Solamente en el trono yo seré mayor que tú(L)». 41 Faraón dijo también a José: «Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto(M)».

42 Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano(N) y lo puso en la mano de José. Lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello(O). 43 Lo hizo montar en su segundo carro[w], y proclamaron delante de él: «¡Doblen la rodilla[x]!». Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

44 Entonces Faraón dijo a José: «Aunque yo soy Faraón, sin embargo, nadie levantará su mano ni su pie sin tu permiso[y](P) en toda la tierra de Egipto». 45 Y Faraón llamó a José por el nombre de Zafnat Panea[z], y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On[aa](Q). Y salió José para ver[ab] la tierra de Egipto.

46 José tenía treinta años(R) cuando se presentó ante[ac] Faraón, rey de Egipto. Y salió José de la presencia de Faraón y recorrió toda la tierra de Egipto. 47 La tierra produjo a manos llenas durante los siete años de abundancia. 48 José recogió todo el fruto[ad] de estos siete años de abundancia[ae] que hubo en la tierra de Egipto, y guardó[af] el alimento en las ciudades. En cada ciudad guardó el fruto de sus campos circunvecinos. 49 Así José almacenó grano en gran abundancia, como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo[ag] porque no se podía medir[ah].

50 Antes de que llegaran los años[ai] de hambre, le nacieron a José dos hijos(S), los que le dio Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On[aj]. 51 Al primogénito José le puso el nombre de Manasés[ak], porque dijo: «Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre». 52 Y al segundo le puso el nombre de Efraín[al], porque dijo: «Dios me ha hecho fecundo(T) en la tierra de mi aflicción».

Los siete años de hambre

53 Cuando pasaron los siete años de abundancia que había habido en la tierra de Egipto, 54 comenzaron a venir los siete años de hambre(U), tal como José había dicho. Entonces hubo hambre en todas las tierras, pero en toda la tierra de Egipto había alimento. 55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por alimento. Faraón dijo a todos los egipcios: «Vayan a José, y hagan lo que él les diga(V)».

56 El hambre también se extendió[am] sobre toda la superficie de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros[an] y vendió a los egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto. 57 Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra(W).

Los hermanos de José van a Egipto

42 Viendo Jacob que había alimento[ao] en Egipto(X), dijo[ap] a sus hijos: «¿Por qué se están mirando? He oído que hay alimento[aq] en Egipto(Y)», y añadió; «desciendan allá, y compren de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos(Z)». Entonces diez hermanos de José descendieron para comprar grano en Egipto. Pero Jacob no envió con sus hermanos a Benjamín(AA), hermano de José, porque dijo: «No sea que le suceda algo malo(AB)». Los israelitas fueron junto con los que iban a comprar grano, pues también había hambre en la tierra de Canaán(AC).

Y José era el que mandaba en aquel[ar] país(AD). Él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Cuando los hermanos de José llegaron, se postraron ante él rostro en tierra(AE). Al ver José a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente(AF). Y les dijo: «¿De dónde han venido?». «De la tierra de Canaán para comprar alimentos», le respondieron ellos.

José había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido a él(AG). José se acordó de los sueños que había tenido[as] acerca de ellos(AH), y les dijo: «Ustedes son espías. Han venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra[at]». 10 «No, señor mío(AI)», le dijeron ellos, sino que tus siervos han venido para comprar alimentos. 11 «Todos nosotros somos hijos de un mismo padre[au]. Somos hombres honrados, tus siervos no son espías(AJ)».

12 «No, sino que ustedes han venido para ver las partes indefensas de nuestra tierra[av]», les dijo. 13 Pero ellos dijeron: «Tus siervos eran doce hermanos, hijos del mismo padre[aw] en la tierra de Canaán; y el menor está hoy con nuestro padre(AK), y el otro[ax] ya no existe(AL)».

14 Entonces José les dijo: «Es tal como les dije: ustedes son espías. 15 En esto serán probados; por vida de Faraón(AM) que no saldrán de este lugar a menos que su hermano menor venga aquí. 16 Envíen a uno de ustedes y que traiga a su hermano, mientras ustedes quedan presos, para que sean probadas sus palabras, a ver si hay verdad en ustedes(AN). Y si no, ¡por vida de Faraón!, ciertamente son espías». 17 Y los puso a todos juntos bajo custodia(AO) por tres días.

Mateo 13:24-46

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos(A)puede compararse a[a]un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[b]entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[c]brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? ¿Cómo[d], pues, tiene cizaña?”. 28 Él les dijo: “Un enemigo[e]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quiere, usted, que vayamos y la recojamos?”. 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquen el trigo junto con ella. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la cosecha diré a los segadores: ‘Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo recójanlo en mi granero(B)’”».

Parábola del grano de mostaza

31 Otra parábola les contó Jesús: «(C)El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza(D), que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas(E)».

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: «(F)El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas (39 litros) de harina hasta que todo quedó fermentado(G)».

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola(H), 35 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo:

«Abriré Mi boca en parábolas;
Hablaré de cosas ocultas desde la fundación del mundo(I)».

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces Jesús dejó a la multitud y entró en la casa(J). Y se acercaron Sus discípulos, diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo(K)». 37 Jesús les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre(L), 38 y el campo es el mundo; la buena semilla son[f]los hijos del reino(M), y la cizaña son los hijos(N)del maligno(O); 39 el enemigo que la sembró es el diablo, la siega es el fin[g]del mundo[h](P), y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[i]del mundo[j](Q).

41 »El Hijo del Hombre(R) enviará a Sus ángeles(S) , y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo[k] y a los que hacen iniquidad(T) ; 42 y los echarán en el horno de fuego(U); allí será el llanto y el crujir de dientes(V). 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol(W)en el reino de su Padre. El que tiene oídos[l], que oiga(X).

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 »El reino de los cielos(Y) es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene(Z) y compra aquel campo.

45 »El reino de los cielos(AA) también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Salmos 18:1-15

Salmo 18

Himno de victoria

Para el director del coro. Salmo de David, siervo del Señor, el cual dirigió al Señor las palabras de este cántico el día que el Señor lo libró de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Y dijo:

18 «Yo te amo, Señor, fortaleza mía(A)».
El Señor es mi roca(B), mi baluarte(C) y mi libertador(D);
Mi Dios, mi roca en quien me refugio;
Mi escudo(E) y el poder de mi salvación(F), mi altura inexpugnable(G).
Invoco al Señor, que es digno de ser alabado(H),
Y soy salvo de mis enemigos(I).
¶Los lazos de la muerte me cercaron(J),
Y los torrentes de iniquidad[a] me atemorizaron(K).
Los lazos del Seol me rodearon;
Las redes de la muerte surgieron ante mí(L).
En mi angustia invoqué al Señor(M),
Y clamé a mi Dios;
Desde Su templo oyó mi voz(N),
Y mi clamor delante de Él llegó a Sus oídos(O).
¶Entonces la tierra se estremeció y tembló(P);
Los cimientos de los montes temblaron(Q)
Y fueron sacudidos, porque Él se indignó.
Humo subió de Su nariz,
Y el fuego de Su boca consumía(R);
Carbones fueron por Él encendidos.
También inclinó los cielos(S), y descendió
Con densas tinieblas debajo de Sus pies(T).
10 Cabalgó sobre un querubín, y voló(U);
Y rápido voló sobre las alas del viento(V).
11 De las tinieblas hizo Su escondedero(W), Su pabellón a Su alrededor;
Tinieblas de las aguas, densos nubarrones(X).
12 Por el fulgor de Su presencia(Y) se desvanecieron Sus densas nubes
En granizo y carbones encendidos(Z).
13 El Señor también tronó en los cielos(AA),
Y el Altísimo dio Su voz:
Granizo y carbones encendidos.
14 Él envió Sus flechas(AB), y los dispersó,
Y muchos relámpagos, y los confundió.
15 Entonces apareció el lecho de las aguas(AC),
Y los cimientos del mundo quedaron al descubierto
A Tu reprensión, oh Señor(AD),
Al soplo del aliento de Tu nariz(AE).

Proverbios 4:1-6

Instrucciones de un padre

Oigan, hijos, la instrucción de un padre(A),
Y presten atención para que ganen[a] entendimiento(B),
Porque les doy buena enseñanza(C);
No abandonen mi instrucción[b](D).
Cuando yo fui hijo para mi padre,
Tierno(E) y único(F) a los ojos de mi madre,
Entonces él me enseñaba y me decía(G):
«Retenga tu corazón mis palabras(H),
Guarda mis mandamientos y vivirás(I).
-»Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia(J);
No te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca.
-»No la abandones y ella velará sobre ti;
Ámala(K) y ella te protegerá.

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