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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Éxodo 30:11-31:18

El rescate por la vida

11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

12 «Cuando hagas un censo de los israelitas, cada uno de ellos deberá dar una contribución al Señor como rescate por su vida, a fin de que no haya ninguna plaga mortal con motivo del censo. 13 Todo el que sea registrado dará como contribución al Señor cinco gramos de plata, que es la mitad del peso oficial del santuario. 14 Todos los registrados de veinte años para arriba darán esta contribución al Señor, 15 y al dar cada uno al Señor el rescate por su vida, ni el rico dará más de cinco gramos de plata, ni el pobre menos de cinco. 16 Así que recogerás la plata que los israelitas den como rescate por su vida, y la entregarás para el culto de la tienda del encuentro. Eso hará que el Señor se acuerde de los israelitas, y de que dieron el rescate por su vida.»

La palangana de bronce(A)

17 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

18 «Haz una palangana de bronce, con su base del mismo metal, que sirva para lavarse; ponla entre la tienda del encuentro y el altar, y llénala de agua. 19 Aarón y sus hijos sacarán agua de allí para lavarse las manos y los pies. 20 Y se los lavarán cuando entren en la tienda del encuentro, y cuando se acerquen al altar para oficiar y presentar al Señor la ofrenda quemada. Así no morirán. 21 Para que no mueran, deberán lavarse las manos y los pies. Ésta será una ley permanente a través de los siglos para Aarón y sus descendientes.»

El aceite de consagrar(B)

22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

23 «Escoge tú mismo las mejores plantas aromáticas: unos seis kilos de la mejor mirra, unos tres kilos de canela y unos tres kilos de caña aromática; 24 unos seis kilos de casia, pesados según el peso oficial del santuario, y tres litros y medio de aceite de oliva. 25 Haz con todo esto el aceite santo de consagrar, de la misma manera que un perfumero prepara sus perfumes. Éste será el aceite santo de consagrar, 26 y deberás derramarlo sobre la tienda del encuentro, el arca de la alianza, 27 la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con sus utensilios, el altar del incienso, 28 el altar de los holocaustos con todos sus utensilios, y la palangana con su base. 29 Así los consagrarás y serán cosas santísimas; cualquier cosa que las toque, quedará consagrada.

30 »Derrama también de ese aceite sobre Aarón y sus hijos, para consagrarlos como mis sacerdotes, 31 y di a los israelitas lo siguiente: “A través de los siglos, éste será mi aceite santo de consagrar. 32 No lo derramen sobre cualquier hombre común, ni preparen otro aceite igual a éste. Es un aceite santo, y como cosa santa deben tratarlo. 33 Si alguien prepara un aceite igual a éste, o lo derrama sobre cualquier extraño, será eliminado de entre su gente.”»

El incienso(C)

34 El Señor le dijo a Moisés:

«Toma una misma cantidad de las siguientes especias: resina, uña aromática, incienso puro y gálbano aromático, 35 y prepara con ellas un incienso puro y santo, mezclándolo todo bien, como un perfumero al hacer sus perfumes. 36 Muele muy fina una parte, y ponla ante el arca de la alianza, en la tienda del encuentro, o sea donde yo me encontraré contigo. Este incienso será de lo más sagrado para ustedes, 37 y no deben preparar para su propio uso otro incienso igual a éste que has preparado. Es del Señor, y para ti será una cosa sagrada. 38 El que prepare un incienso igual para disfrutar de su aroma, será eliminado de entre su gente.»

Los artesanos para el santuario(D)

31 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Mira, de la tribu de Judá he escogido a Besalel, hijo de Urí y nieto de Hur, y lo he llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad creativa, para hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce, para tallar y montar piedras preciosas, para tallar madera y para hacer cualquier trabajo artístico. Le he puesto como ayudante a Oholiab, hijo de Ahisamac, que es de la tribu de Dan. Y a todos los sabios les he dado más sabiduría, a fin de que hagan todo lo que te he ordenado: la tienda del encuentro, el arca de la alianza, la tapa que va sobre el arca, todos los utensilios de la tienda, la mesa con sus utensilios, el candelabro de oro puro con sus utensilios, el altar del incienso, el altar de los holocaustos con sus utensilios, la palangana con su base, 10 la ropa tejida, es decir, la ropa especial del sacerdote Aarón y la ropa de sus hijos para cuando oficien como sacerdotes, 11 el aceite de consagrar y el incienso aromático para el santuario. Ellos deben hacerlo todo tal como te lo he ordenado.»

El sábado(E)

12 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

13 «Habla tú mismo con los israelitas y diles lo siguiente: “Deben respetar mis sábados, porque ésa es la señal entre ustedes y yo a través de los siglos, para que se sepa que yo, el Señor, los he escogido a ustedes. 14 El sábado será sagrado para ustedes, y deberán respetarlo. El que no respete ese día, será condenado a muerte. Además, la persona que trabaje en ese día será eliminada de entre su gente. 15 Se podrá trabajar durante seis días, pero el día séptimo será día de reposo consagrado al Señor. Cualquiera que trabaje en el sábado, será condenado a muerte.” 16 Así que los israelitas han de respetar la práctica de reposar en el sábado como una alianza eterna a través de los siglos. 17 Será una señal permanente entre los israelitas y yo.»

Porque el Señor hizo el cielo y la tierra en seis días, y el día séptimo dejó de trabajar y descansó.

El becerro de oro(F)

18 Cuando el Señor dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Dios.

Mateo 26:47-68

Arrestan a Jesús(A)

47 Todavía estaba hablando Jesús, cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48 Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, ése es; arréstenlo.» 49 Así que, acercándose a Jesús, dijo:

—¡Buenas noches, Maestro!

Y lo besó. 50 Jesús le contestó:

—Amigo, adelante con tus planes.

Entonces los otros se acercaron, echaron mano a Jesús y lo arrestaron.

51 En eso, uno de los que estaban con Jesús sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 52 Jesús le dijo:

—Guarda tu espada en su lugar. Porque todos los que pelean con la espada, también a espada morirán. 53 ¿No sabes que yo podría rogarle a mi Padre, y él me mandaría ahora mismo más de doce ejércitos de ángeles? 54 Pero en ese caso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que dicen que debe suceder así?

55 En seguida Jesús preguntó a la gente:

—¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos a arrestarme, como si yo fuera un bandido? Todos los días he estado enseñando en el templo, y nunca me arrestaron. 56 Pero todo esto sucede para que se cumpla lo que dijeron los profetas en las Escrituras.

En aquel momento, todos los discípulos dejaron solo a Jesús y huyeron.

Jesús ante la Junta Suprema(B)

57 Los que habían arrestado a Jesús lo llevaron a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde los maestros de la ley y los ancianos estaban reunidos. 58 Pedro lo siguió de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote. Entró, y se quedó sentado con los guardianes del templo, para ver en qué terminaría todo aquello.

59 Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba falsa para condenar a muerte a Jesús, 60 pero no la encontraron, a pesar de que muchas personas se presentaron y lo acusaron falsamente. Por fin se presentaron dos más, 61 que afirmaron:

—Este hombre dijo: “Yo puedo destruir el templo de Dios y volver a levantarlo en tres días.”

62 Entonces el sumo sacerdote se levantó y preguntó a Jesús:

—¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?

63 Pero Jesús se quedó callado. El sumo sacerdote le dijo:

—En el nombre del Dios viviente te ordeno que digas la verdad. Dinos si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.

64 Jesús le contestó:

—Tú lo has dicho. Y yo les digo también que ustedes van a ver al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:

—¡Las palabras de este hombre son una ofensa contra Dios! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Ustedes han oído sus palabras ofensivas; 66 ¿qué les parece?

Ellos contestaron:

—Es culpable, y debe morir.

67 Entonces le escupieron en la cara y lo golpearon. Otros le pegaron en la cara, 68 diciéndole:

—Tú que eres el Mesías, ¡adivina quién te pegó!

Salmos 32

Confesión y perdón

(1a) Instrucción de David.

32 (1b) Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados
le han sido perdonados por completo.
Feliz el hombre que no es mal intencionado
y a quien el Señor no acusa de falta alguna.

Mientras no confesé mi pecado,
mi cuerpo iba decayendo
por mi gemir de todo el día,
pues de día y de noche
tu mano pesaba sobre mí.
Como flor marchita por el calor del verano,
así me sentía decaer.

Pero te confesé sin reservas
mi pecado y mi maldad;
decidí confesarte mis pecados,
y tú, Señor, los perdonaste.

Por eso, en momentos de angustia
los fieles te invocarán,
y aunque las aguas caudalosas se desborden,
no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio:
me proteges del peligro,
me rodeas de gritos de liberación.

El Señor dice:
«Mis ojos están puestos en ti.
Yo te daré instrucciones,
te daré consejos,
te enseñaré el camino que debes seguir.
No seas como el mulo o el caballo,
que no pueden entender
y hay que detener su brío
con el freno y con la rienda,
pues de otra manera no se acercan a ti.»

10 Los malvados tendrán muchos dolores,
pero el amor del Señor envuelve
a los que en él confían.
11 Alégrense en el Señor,
hombres buenos y honrados;
¡alégrense y griten de alegría!

Proverbios 8:27-32

27 Cuando él afirmó la bóveda del cielo
sobre las aguas del gran mar, allí estaba yo.
28 Cuando afirmó las nubes en el cielo
y reforzó las fuentes del mar profundo,
29 cuando ordenó a las aguas del mar
no salirse de sus límites,
cuando puso las bases de la tierra,
30 allí estaba yo, fielmente, a su lado.
Yo era su constante fuente de alegría,
y jugueteaba en su presencia a todas horas;
31 jugueteaba en el mundo creado,
¡me sentía feliz por el género humano!

32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme;
sigan mi ejemplo y serán felices.

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.