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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Jueces 4-5

Débora y Barac

Cuando murió Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor(A). Y el Señor los vendió en mano de Jabín, rey de Canaán, que reinaba en Hazor(B). El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Haroset-goim(C). Y los hijos de Israel clamaron al Señor, porque aquel[a] tenía novecientos carros de hierro(D) y había oprimido duramente a los hijos de Israel por veinte años.

Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en aquel tiempo; y se sentaba[b] debajo de la palmera de Débora entre Ramá y Betel(E), en la región montañosa de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a pedir juicio. Y ella mandó llamar a Barac(F), hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: Esto ha ordenado[c] el Señor, Dios de Israel: «Ve, marcha al monte Tabor y lleva contigo a diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Y yo atraeré hacia ti a Sísara, comandante del ejército de Jabín, con sus carros y sus muchas tropas[d] al torrente Cisón, y lo entregaré en tus manos(G)». Le respondió Barac: Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré. Y ella dijo: Ciertamente iré contigo; sin embargo, el honor no será tuyo en la jornada que vas a emprender, porque el Señor venderá a Sísara en manos de una mujer(H). Entonces Débora se levantó y fue con Barac a Cedes. 10 Y Barac convocó a Zabulón(I) y a Neftalí en Cedes, y subieron con él[e] diez mil hombres(J); Débora también subió con él.

11 Y Heber ceneo(K), se había separado de los ceneos, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim(L), que está junto a Cedes.

Derrota y muerte de Sísara

12 Avisaron a Sísara que Barac, hijo de Abinoam, había subido al monte Tabor. 13 Y juntó Sísara todos sus carros, novecientos carros de hierro(M), y a todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-goim(N) hasta el torrente Cisón. 14 Entonces Débora dijo a Barac: ¡Levántate!, porque este es el día en que el Señor ha entregado a Sísara en tus manos; he aquí, el Señor ha salido delante de ti[f](O). Bajó, pues, Barac del monte Tabor seguido de diez mil hombres. 15 Y el Señor derrotó[g] a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército(P), a filo de espada delante de Barac; y Sísara bajó de su carro, y huyó a pie. 16 Mas Barac persiguió los carros y el ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada; no quedó ni uno(Q).

17 Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber ceneo. 18 Y Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: Ven[h], señor mío, ven[i] a mí; no temas. Y él fue[j] hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta. 19 Y él le dijo: Te ruego que me des de beber un poco de agua, porque tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber(R); entonces lo cubrió. 20 Entonces él le dijo: Ponte a la entrada de la tienda, y si alguien viene, y te pregunta, y te dice: «¿Hay alguien aquí?», tú responderás: «No». 21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomando[k] en la mano un martillo, se le acercó silenciosamente y le clavó la estaca en las sienes(S), la cual penetró en la tierra, pues él estaba profundamente dormido y agotado, y murió. 22 Y he aquí, cuando Barac perseguía a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: Ven, y te mostraré al hombre que buscas. Y él entró con[l] ella, y he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca en la sien.

23 Así sometió Dios en aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel(T). 24 Y la mano de los hijos de Israel se hizo más y más dura[m] sobre Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron[n].

Cántico de Débora y Barac

Entonces Débora y Barac, hijo de Abinoam, cantaron en aquel día(U), diciendo:

¡Por haberse puesto al frente los jefes[o] en Israel(V),
por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente(W),
bendecid al Señor!
¡Oíd, reyes; prestad oído, príncipes!
Yo al Señor, yo cantaré,
cantaré alabanzas al Señor, Dios de Israel(X).
Señor, cuando saliste de Seir(Y),
cuando marchaste del campo de Edom,
la tierra tembló, también cayeron gotas del cielo[p],
y las nubes destilaron agua(Z).
Los montes se estremecieron[q] ante la presencia del Señor(AA),
aquel[r] Sinaí, ante la presencia del Señor, Dios de Israel(AB).

En los días de Samgar, hijo de Anat(AC),
en los días de Jael(AD), quedaron desiertos[s] los caminos,
y los viajeros andaban por sendas tortuosas.
Cesaron los campesinos, cesaron en Israel,
hasta que yo, Débora, me levanté,
hasta que me levanté, como madre en Israel.
Escogieron nuevos dioses(AE);
entonces la guerra estaba a las puertas.
No se veía escudo ni lanza
entre cuarenta mil en Israel.
Mi corazón está con[t] los jefes de Israel,
los voluntarios entre el pueblo.
¡Bendecid al Señor(AF)!
10 Los que cabalgáis en asnas(AG) blancas,
los que os sentáis en ricos tapices,
los que viajáis por el camino, cantad[u].
11 Al sonido de los que dividen las manadas entre los abrevaderos(AH),
allí repetirán los actos de justicia del Señor(AI),
los actos de justicia para con sus campesinos en Israel.
Entonces el pueblo del Señor descendió a las puertas(AJ).

12 Despierta, despierta(AK), Débora;
despierta, despierta, entona un cántico.
Levántate, Barac, y lleva a tus cautivos(AL), hijo de Abinoam.
13 Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los nobles;
el pueblo del Señor vino a mí como guerreros.
14 De Efraín descendieron los radicados[v] en Amalec(AM),
en pos de ti, Benjamín, con tus pueblos;
de Maquir descendieron jefes,
y de Zabulón los que manejan vara de mando[w].
15 Los[x] príncipes de Isacar estaban con Débora;
como Isacar, así también Barac(AN);
al valle se apresuraron pisándole los talones[y];
entre las divisiones de Rubén
había grandes resoluciones de corazón.
16 ¿Por qué te sentaste entre los rediles(AO),
escuchando los toques de flauta para los rebaños?
Entre las divisiones de Rubén
había gran escudriñamiento de corazón.
17 Galaad se quedó[z] al otro lado del Jordán(AP).
¿Y por qué se quedó Dan en las naves?
Aser se sentó a la orilla del mar,
y se quedó[aa] junto a sus puertos.
18 Zabulón(AQ) era pueblo que despreció su vida hasta la muerte.
Y también Neftalí, en las alturas del campo.

19 Vinieron los reyes y pelearon(AR);
pelearon entonces los reyes de Canaán
en Taanac(AS), cerca de las aguas de Meguido;
no tomaron despojos de plata(AT).
20 Desde los cielos las estrellas pelearon(AU),
desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
21 El torrente Cisón los barrió,
el antiguo torrente, el torrente Cisón.
Marcha, alma mía con poder(AV).
22 Entonces resonaron[ab] los cascos de los caballos
por el galopar, el galopar de sus valientes corceles[ac](AW).
23 «Maldecid a Meroz», dijo el ángel del Señor,
«maldecid, maldecid a sus moradores;
porque no vinieron en ayuda del Señor,
en ayuda del Señor contra los guerreros(AX)».

24 Bendita entre las mujeres es Jael,
mujer de Heber ceneo;
bendita sea entre las mujeres de la tienda.
25 El pidió agua, y ella le dio leche;
en taza de nobles le trajo cuajada[ad].
26 Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda,
y su diestra hacia el martillo de trabajadores.
Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza;
destruyó y perforó sus sienes(AY).
27 A[ae] sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido;
a[af] sus pies se encorvó y cayó;
donde se encorvó, allí quedó muerto[ag].

28 Miraba por la ventana y se lamentaba
la madre de Sísara, por las celosías[ah]:
«¿Por qué se tarda en venir su carro?
¿Por qué se retrasa el trotar[ai] de sus carros?».
29 Sus sabias princesas le respondían,
aun a sí misma ella repite sus palabras:
30 «¿Acaso no han hallado el botín(AZ) y se lo están repartiendo?
¿Una doncella, dos doncellas para cada guerrero;
para Sísara un botín de tela de colores,
un botín de tela de colores bordada,
tela de colores de doble bordadura en el cuello del victorioso[aj]?».
31 Así perezcan todos tus enemigos, oh Señor(BA);
mas sean los que te aman como la salida del sol en su fuerza(BB).

Y el país tuvo descanso por cuarenta años.

Lucas 22:35-53

Bolsa, alforja y espada

35 Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias(A), ¿acaso os faltó algo? Y ellos contestaron: No, nada. 36 Entonces les dijo: Pero ahora, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, de la misma manera también una alforja, y el que no tenga espada, venda su manto y compre una. 37 Porque os digo que es necesario que en mí se cumpla esto que está escrito: «Y con los transgresores fue contado(B)»; pues ciertamente, lo que se refiere(C) a mí, tiene su cumplimiento. 38 Y ellos dijeron: Señor, mira, aquí hay dos espadas(D). Y Él les dijo: Es suficiente.

Jesús en Getsemaní

39 Y saliendo, se encaminó, como de costumbre(E), hacia el monte de los Olivos(F); y los discípulos también le siguieron. 40 (G)Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para que no entréis en tentación(H). 41 Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas(I), oraba, 42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa(J); pero no se haga mi voluntad, sino la tuya(K). 43 [a]Entonces se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndole(L). 44 Y estando en agonía, oraba con mucho fervor(M); y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. 45 Cuando se levantó de orar, fue a los discípulos y los halló dormidos a causa de la tristeza, 46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación(N).

Arresto de Jesús

47 (O)Mientras todavía estaba Él hablando, he aquí, llegó una multitud, y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos, y se acercó a Jesús para besarle. 48 Pero Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? 49 Y cuando los que rodeaban a Jesús[b] vieron lo que iba a suceder, dijeron: Señor, ¿heriremos a espada(P)? 50 Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó[c] la oreja derecha. 51 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Deteneos! Basta de esto. Y[d] tocando la oreja al siervo, lo sanó. 52 Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los oficiales del templo(Q) y a los ancianos que habían venido contra Él: ¿Habéis salido con espadas y garrotes como contra un ladrón(R)? 53 Cuando estaba con vosotros cada día en el templo, no me echasteis mano; pero esta hora y el poder de las tinieblas son vuestros[e].

Salmos 94

Oración pidiendo justicia

94 Oh Señor, Dios de las venganzas(A),
oh Dios de las venganzas, ¡resplandece[a](B)!
Levántate(C), Juez de la tierra(D);
da su merecido a los soberbios(E).
¿Hasta cuándo los impíos, Señor,
hasta cuándo los impíos se regocijarán(F)?
Charlan, hablan con arrogancia(G);
todos los que hacen iniquidad se vanaglorían(H).
Aplastan a tu pueblo(I), Señor,
y afligen a tu heredad(J).
Matan a la viuda y al extranjero[b],
y asesinan a los huérfanos(K).
Y dicen: El Señor[c] no lo ve,
ni hace caso(L) el Dios de Jacob.

Haced caso, torpes del pueblo;
necios[d], ¿cuándo entenderéis(M)?
El que hizo[e] el oído(N), ¿no oye?
El que dio forma al ojo, ¿no ve?
10 ¿No reprenderá el que castiga[f] a las naciones(O),
el que enseña conocimiento al hombre(P)?
11 El Señor conoce los pensamientos del hombre(Q),
sabe que son solo un soplo.

12 Bienaventurado el hombre a quien corriges[g](R), Señor[h],
y lo instruyes en[i] tu ley(S);
13 para darle descanso(T) en los días de aflicción(U),
hasta que se cave una fosa(V) para el impío.
14 Porque el Señor no abandonará a su pueblo(W),
ni desamparará a su heredad(X).
15 Porque el juicio[j](Y) volverá a ser justo[k],
y todos los rectos de corazón lo seguirán[l].
16 ¿Quién se levantará por mí(Z) contra los malhechores?
¿Quién me defenderá de[m] los que hacen iniquidad(AA)?

17 Si el Señor no hubiera sido mi socorro(AB),
pronto habría habitado mi alma en el lugar del silencio.
18 Si digo: Mi pie ha resbalado(AC),
tu misericordia, oh Señor, me sostendrá.
19 Cuando mis inquietudes se multiplican[n] dentro de mí,
tus consuelos(AD) deleitan mi alma.
20 ¿Puede ser aliado tuyo un trono[o] de destrucción(AE),
que planea el mal[p] por decreto(AF)?
21 Se unen(AG) contra la vida[q] del justo,
y condenan a muerte al inocente[r](AH).
22 Pero el Señor ha sido mi baluarte(AI),
y mi Dios la roca de mi refugio(AJ).
23 Él ha hecho volver sobre ellos su propia iniquidad(AK),
y los destruirá[s] en su maldad(AL);
el Señor, nuestro Dios, los destruirá[t].

Proverbios 14:3-4

En la boca del necio hay una vara para su espalda[a],
pero los labios de los sabios los protegerán(A).
Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio,
pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey.

La Biblia de las Américas (LBLA)

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