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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Spanish Blue Red and Gold Letter Edition (SRV-BRG)
Version
Deuteronomio 31:1-32:27

31 Y FUÉ Moisés, y habló estas palabras á todo Israel,

Y díjoles: De edad de ciento y veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar: á más de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.

Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá estas gentes de delante de ti, y las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.

Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los Amorrheos, y con su tierra, que los destruyó.

Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme á todo lo que os he mandado.

Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos: que Jehová tu Dios es el que va contigo: no te dejará ni te desamparará.

Y llamó Moisés á Josué, y díjole á vista de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo á la tierra que juró Jehová á sus padres que les había de dar, y tú se la harás heredar.

Y Jehová es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni te intimides.

Y escribió Moisés esta ley, y dióla á los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y á todos los ancianos de Israel.

10 Y mandóles Moisés, diciendo: Al cabo del séptimo año, en el año de la remisión, en la fiesta de las Cabañas,

11 Cuando viniere todo Israel á presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel á oídos de ellos.

12 Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman á Jehová vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley:

13 Y los hijos de ellos que no supieron oigan, y aprendan á temer á Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra, para ir á la cual pasáis el Jordán para poseerla.

14 Y Jehová dijo á Moisés: He aquí se han acercado tus días para que mueras: llama á Josué, y esperad en el tabernáculo del testimonio, y le mandaré. Fueron pues Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo del testimonio.

15 Y aparecióse Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.

16 Y Jehová dijo á Moisés: He aquí tú vas á dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va, en estando en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él:

17 Y mi furor se encenderá contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y le hallarán muchos males y angustias, y dirá en aquel día: ¿No me han hallado estos males porque no está mi Dios en medio de mí?

18 Empero yo esconderé ciertamente mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto á dioses ajenos.

19 Ahora, pues, escribíos este cántico, y enséñalo á los hijos de Israel: ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.

20 Porque yo le introduciré en la tierra que juré á sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerá, y se hartará, y se engordará: y volveránse á dioses ajenos, y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto.

21 Y será que cuando le vinieren muchos males y angustias, entonces responderá en su cara este cántico como testigo, pues no caerá en olvido de la boca de su linaje: porque yo conozco su ingenio, y lo que hace hoy antes que le introduzca en la tierra que juré.

22 Y Moisés escribió este cántico aquel día, y enseñólo á los hijos de Israel.

23 Y dió orden á Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, que tú meterás los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo seré contigo.

24 Y como acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,

25 Mandó Moisés á los Levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo:

26 Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti.

27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu cerviz dura: he aquí que aun viviendo yo hoy con vosotros, sois rebeldes á Jehová; y ¿cuánto más después que yo fuere muerto?

28 Congregad á mí todos los ancianos de vuestras tribus, y á vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos los cielos y la tierra.

29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os aparteréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal en ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.

30 Entonces habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

32 ESCUCHAD, cielos, y hablaré;

Y oiga la tierra los dichos de mi boca.

Goteará como la lluvia mi doctrina;

Destilará como el rocío mi razonamiento;

Como la llovizna sobre la grama,

Y como las gotas sobre la hierba:

Porque el nombre de Jehová invocaré:

Engrandeced á nuestro Dios.

Él es la Roca, cuya obra es perfecta,

Porque todos sus caminos son rectitud:

Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él:

Es justo y recto.

La corrupción no es suya: á sus hijos la mancha de ellos,

Generación torcida y perversa.

¿Así pagáis á Jehová,

Pueblo loco e ignorante?

¿No es él tu padre que te poseyó?

Él te hizo y te ha organizado.

Acuérdate de los tiempos antiguos;

Considerad los años de generación y generación:

Pregunta á tu padre, que él te declarará;

A tus viejos, y ellos te dirán.

Cuando el Altísimo hizo heredar á las gentes,

Cuando hizo dividir los hijos de los hombres,

Estableció los términos de los pueblos

Según el número de los hijos de Israel.

Porque la parte de Jehová es su pueblo;

Jacob la cuerda de su heredad.

10 Hallólo en tierra de desierto,

Y en desierto horrible y yermo;

Trájolo alrededor, instruyólo,

Guardólo como la niña de su ojo.

11 Como el águila despierta su nidada,

Revolotea sobre sus pollos,

Extiende sus alas, los toma,

Los lleva sobre sus plumas:

12 Jehová solo le guió,

Que no hubo con él dios ajeno.

13 Hízolo subir sobre las alturas de la tierra,

Y comió los frutos del campo,

E hizo que chupase miel de la peña,

Y aceite del duro pedernal;

14 Manteca de vacas y leche de ovejas,

Con grosura de corderos,

Y carneros de Basán; también machos de cabrío,

Con grosura de riñones de trigo:

Y sangre de uva bebiste, vino puro.

15 Y engrosó Jeshurun, y tiró coces:

Engordástete, engrosástete, cubrístete:

Y dejó al Dios que le hizo,

Y menospreció la Roca de su salud.

16 Despertáronle á celos con los dioses ajenos;

Ensañáronle con abominaciones.

17 Sacrificaron á los diablos, no á Dios;

A dioses que no habían conocido,

A nuevos dioses venidos de cerca,

Que no habían temido vuestros padres.

18 De la Roca que te crió te olvidaste:

Te has olvidado del Dios tu criador.

19 Y viólo Jehová, y encendióse en ira,

por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.

20 Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro,

Veré cuál será su postrimería:

Que son generación de perversidades,

Hijos sin fe.

21 Ellos me movieron á celos con lo que no es Dios;

Hiciéronme ensañar con sus vanidades:

Yo también los moveré á celos con un pueblo que no es pueblo,

Con gente insensata los haré ensañar.

22 Porque fuego se encenderá en mi furor,

Y arderá hasta el profundo;

Y devorará la tierra y sus frutos,

Y abrasará los fundamentos de los montes.

23 Yo allegaré males sobre ellos;

Emplearé en ellos mis saetas.

24 Consumidos serán de hambre, y comidos de fiebre ardiente

Y de amarga pestilencia;

Diente de bestias enviaré también sobre ellos,

Con veneno de serpiente de la tierra.

25 De fuera desolará la espada,

Y dentro de las cámaras el espanto:

Así al mancebo como á la doncella,

Al que mama como al hombre cano.

26 Dije: Echaríalos yo del mundo,

Haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,

27 Si no temiese la ira del enemigo,

No sea que se envanezcan sus adversarios,

No sea que digan: Nuestra mano alta

Ha hecho todo esto, no Jehová.

Lucas 12:8-34

Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;

Mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.

10 Y todo aquel que dice palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.

11 Y cuando os trajeren á las sinagogas, y á los magistrados y potestades, no estéis solícitos cómo ó qué hayáis de responder, ó qué hayáis de decir;

12 Porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que será necesario decir.

13 Y díjole uno de la compañía: Maestro, di á mi hermano que parta conmigo la herencia.

14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez ó partidor sobre vosotros?

15 Y díjoles: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

16 Y refirióles una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado mucho;

17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo donde juntar mis frutos?

18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes;

19 Y diré á mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, huélgate.

20 Y díjole Dios: Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?

21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios.

22 Y dijo á sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis.

23 La vida más es que la comida, y el cuerpo que el vestido.

24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen cillero, ni alfolí; y Dios los alimenta. ¿Cuánto de más estima sois vosotros que las aves?

25 ¿Y quién de vosotros podrá con afán añadir á su estatura un codo?

26 Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás?

27 Considerad los lirios, cómo crecen: no labran, ni hilan; y os digo, que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.

28 Y si así viste Dios á la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada en el horno; ¿cuánto más á vosotros, hombres de poca fe?

29 Vosotros, pues, no procuréis qué hayáis de comer, ó qué hayáis de beber: ni estéis en ansiosa perplejidad.

30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; que vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas.

31 Mas procurad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.

32 No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino.

33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.

34 Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.

Salmos 78:32-55

32 Con todo esto pecaron aún,

Y no dieron crédito á sus maravillas.

33 Consumió por tanto en nada sus días,

Y sus años en la tribulación.

34 Si los mataba, entonces buscaban á Dios;

Entonces se volvían solícitos en busca suya.

35 Y acordábanse que Dios era su refugio.

Y el Dios Alto su redentor.

36 Mas le lisonjeaban con su boca,

Y con su lengua le mentían:

37 Pues sus corazones no eran rectos con él,

Ni estuvieron firmes en su pacto.

38 Empero él misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía:

Y abundó para apartar su ira,

Y no despertó todo su enojo.

39 Y acordóse que eran carne;

Soplo que va y no vuelve.

40 ¡Cuántas veces lo ensañaron en el desierto,

Lo enojaron en la soledad!

41 Y volvían, y tentaban á Dios,

Y ponían límite al Santo de Israel.

42 No se acordaron de su mano,

Del día que los redimió de angustia;

43 Cuando puso en Egipto sus señales,

Y sus maravillas en el campo de Zoán;

44 Y volvió sus ríos en sangre,

Y sus corrientes, porque no bebiesen.

45 Envió entre ellos una mistura de moscas que los comían,

Y ranas que los destruyeron.

46 Dió también al pulgón sus frutos,

Y sus trabajos á la langosta.

47 Sus viñas destruyó con granizo,

Y sus higuerales con piedra;

48 Y entregó al pedrisco sus bestias,

Y al fuego sus ganados.

49 Envió sobre ellos el furor de su saña,

Ira y enojo y angustia,

Con misión de malos ángeles.

50 Dispuso el camino á su furor;

No eximió la vida de ellos de la muerte,

Sino que entregó su vida á la mortandad.

51 E hirió á todo primogénito en Egipto,

Las primicias de las fuerzas en las tiendas de Châm.

52 Empero hizo salir á su pueblo como ovejas,

Y llevólos por el desierto, como un rebaño.

53 Y guiólos con seguridad, que no tuvieron miedo;

Y la mar cubrió á sus enemigos.

54 Metiólos después en los términos de su santuario,

En este monte que ganó su mano derecha.

55 Y echó las gentes de delante de ellos,

Y repartióles una herencia con cuerdas;

E hizo habitar en sus moradas á las tribus de Israel.

Proverbios 12:21-23

21 Ninguna adversidad acontecerá al justo:

Mas los impíos serán llenos de mal.

22 Los labios mentirosos son abominación á Jehová:

Mas los obradores de verdad su contentamiento.

23 El hombre cuerdo encubre la ciencia:

Mas el corazón de los necios publica la necedad.

Spanish Blue Red and Gold Letter Edition (SRV-BRG)

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