Print Page Options Listen to Reading
Previous Prev Day Next DayNext

The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

Today's audio is from the NIV. Switch to the NIV to read along with the audio.

Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
2 Reyes 13-14

Joacaz gobierna sobre Israel

13 Joacaz, hijo de Jehú, comenzó a gobernar Israel durante el año veintitrés del reinado de Joás en Judá; y reinó en Samaria diecisiete años. Él hizo lo malo a los ojos del Señor. Siguió el ejemplo de Jeroboam, hijo de Nabat, y continuó con los pecados que Jeroboam hizo cometer a Israel. Por eso el Señor estaba muy enojado con los israelitas y permitió que el rey Hazael de Aram y su hijo Ben-adad los derrotaran en repetidas ocasiones.

Entonces Joacaz pidió en oración la ayuda del Señor, y el Señor oyó su oración, pues veía la cruel opresión que el rey de Aram ejercía sobre Israel. Así que el Señor envió a un hombre para rescatar a los israelitas de la tiranía de los arameos. Después Israel vivió a salvo otra vez como en tiempos anteriores.

Sin embargo, los israelitas siguieron pecando, siguiendo el mal ejemplo de Jeroboam. También dejaron en pie el poste dedicado a la diosa Asera en Samaria. Finalmente, el ejército de Joacaz quedó reducido a cincuenta conductores de carros de guerra, diez carros de guerra y diez mil soldados de infantería. El rey de Aram había matado a los demás, pisoteándolos como al polvo debajo de sus pies.

Los demás acontecimientos del reinado de Joacaz—todo lo que hizo y el alcance de su poder—están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. Cuando Joacaz murió, lo enterraron en Samaria. Luego su hijo Yoás[a] lo sucedió en el trono.

Yoás gobierna sobre Israel

10 Yoás, hijo de Joacaz, comenzó a gobernar Israel durante el año treinta y siete del reinado de Joás en Judá, y reinó en Samaria dieciséis años. 11 Él hizo lo malo a los ojos del Señor. Se negó a apartarse de los pecados que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel.

12 Los demás acontecimientos del reinado de Yoás y todo lo que hizo, incluso el alcance de su poder y su guerra contra el rey Amasías de Judá, están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. 13 Cuando Yoás murió, lo enterraron en Samaria con los reyes de Israel. Luego su hijo Jeroboam II lo sucedió en el trono.

Última profecía de Eliseo

14 Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, el rey Yoás de Israel fue a visitarlo y lloró sobre él diciendo:

—¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!

15 Eliseo le dijo:

—Consigue un arco y algunas flechas.

Y el rey hizo lo que se le indicó. 16 Luego Eliseo le dijo:

—Pon tu mano sobre el arco.

Eliseo puso sus dos manos sobre las manos del rey. 17 Luego le ordenó:

—Abre la ventana que da al oriente.

Él la abrió, y Eliseo le dijo:

—¡Dispara!

Así que el rey disparó una flecha y Eliseo proclamó:

—Esta es la flecha del Señor, una flecha de victoria sobre Aram, porque tú conquistarás por completo a los arameos en Afec.

18 Luego Eliseo dijo:

—Ahora levanta las demás flechas y golpéalas contra el piso.

Entonces el rey las tomó y golpeó el piso tres veces; 19 pero el hombre de Dios se enojó con él y exclamó:

—¡Tendrías que haber golpeado el piso cinco o seis veces! Así habrías vencido a Aram hasta destruirlo por completo. Ahora saldrás vencedor solamente tres veces.

20 Después Eliseo murió y fue enterrado.

Unos grupos de saqueadores moabitas solían invadir el país cada primavera. 21 Cierta vez, mientras unos israelitas enterraban a un hombre, divisaron a una banda de esos saqueadores. Entonces en el apuro arrojaron el cuerpo en la tumba de Eliseo y huyeron; pero en cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, ¡el muerto resucitó y de un salto se puso de pie!

22 El rey Hazael de Aram había oprimido a Israel durante todo el reinado de Joacaz, 23 pero el Señor tuvo bondad y misericordia de los israelitas y no los destruyó por completo. Tuvo compasión de ellos por el pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob; y hasta el día de hoy no los ha destruido por completo ni los ha expulsado de su presencia.

24 El rey Hazael de Aram murió y su hijo Ben-adad lo sucedió en el trono. 25 Entonces Yoás, hijo de Joacaz, recuperó de manos de Ben-adad, hijo de Hazael, las ciudades que le habían quitado a Joacaz, su padre. Yoás venció a Ben-adad en tres oportunidades y así recuperó las ciudades israelitas.

Amasías gobierna sobre Judá

14 Amasías, hijo de Joás, comenzó a gobernar Judá durante el segundo año del reinado de Yoás[b] en Israel. Amasías tenía veinticinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Joadín y era de Jerusalén. Amasías hizo lo que era agradable a los ojos del Señor, pero no tanto como su antepasado David. Amasías siguió, en cambio, el ejemplo de su padre, Joás. No destruyó los santuarios paganos, y la gente siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso allí.

Cuando Amasías se afianzó en el trono, ejecutó a los funcionarios que habían asesinado a su padre. Sin embargo, no mató a los hijos de los asesinos porque obedeció el mandato del Señor que Moisés había escrito en el libro de la ley: «Los padres no tienen que morir por los pecados de sus hijos, ni los hijos deben morir por los pecados de sus padres. Los que merezcan la muerte serán ejecutados por sus propios delitos»[c].

Amasías también mató a diez mil edomitas en el valle de la Sal. Además, conquistó la ciudad de Sela y le cambió el nombre a Jocteel, como se le conoce hasta el día de hoy.

Cierto día, Amasías envió mensajeros al rey Yoás de Israel, hijo de Joacaz y nieto de Jehú, para transmitirle un desafío: «¡Ven y enfréntate conmigo en batalla!»[d].

Entonces el rey Yoás de Israel respondió a Amasías, rey de Judá, con el siguiente relato: «En las montañas del Líbano, un cardo le envió un mensaje a un poderoso cedro: “Entrega a tu hija en matrimonio a mi hijo”; pero justo en ese momento, un animal salvaje del Líbano pasó por allí, ¡pisó el cardo y lo aplastó!

10 »Es cierto que has derrotado a Edom y estás orgulloso de eso, pero ¡confórmate con tu victoria y quédate en casa! ¿Para qué causar problemas que solo te traerán calamidad a ti y al pueblo de Judá?».

11 Sin embargo, Amasías no le hizo caso; entonces Yoás, rey de Israel, movilizó a su ejército contra Amasías, rey de Judá. Los dos ejércitos se pusieron en pie de guerra en Bet-semes, en Judá. 12 El ejército de Israel venció de manera aplastante a Judá, y sus soldados se dispersaron y huyeron a sus casas. 13 En Bet-semes, el rey Yoás de Israel capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás y nieto de Ocozías. Después se dirigió a Jerusalén, donde demolió ciento ochenta metros[e] de la muralla de la ciudad, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina. 14 Se llevó todo el oro y la plata, y todos los objetos del templo del Señor. También se apoderó de los tesoros del palacio real y tomó rehenes; luego regresó a Samaria.

15 Los demás acontecimientos del reinado de Yoás y todo lo que hizo, incluso el alcance de su poder y su guerra contra Amasías, rey de Judá, están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. 16 Cuando Yoás murió, lo enterraron en Samaria con los reyes de Israel y su hijo Jeroboam II lo sucedió en el trono.

17 Amasías, rey de Judá, vivió quince años más después de la muerte del rey Yoás de Israel. 18 Los demás acontecimientos del reinado de Amasías están registrados en El libro de la historia de los reyes de Judá.

19 Hubo una conspiración en Jerusalén contra la vida de Amasías, y el rey huyó a Laquis; pero sus enemigos mandaron a unos asesinos tras él, y lo mataron allí. 20 Llevaron su cuerpo a Jerusalén sobre un caballo y lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David.

21 Todo el pueblo de Judá había coronado a Uzías,[f] hijo de Amasías, quien tenía dieciséis años de edad, para que reinara en lugar de su padre. 22 Después de la muerte de su padre, Uzías reconstruyó la ciudad de Elat y la restituyó a Judá.

Jeroboam II gobierna sobre Israel

23 Jeroboam II, hijo de Yoás, comenzó a gobernar Israel durante el año quince del reinado de Amasías en Judá, y reinó en Samaria cuarenta y un años. 24 Jeroboam II hizo lo malo a los ojos del Señor. Se negó a apartarse de los pecados que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel. 25 Jeroboam II recuperó los territorios de Israel que estaban entre Lebo-hamat y el mar Muerto,[g] tal como había prometido el Señor, Dios de Israel, por medio del profeta Jonás, hijo de Amitai, profeta de Gat-hefer.

26 El Señor vio el amargo sufrimiento de todos en Israel, y no había ningún israelita, ni esclavo ni libre, que los ayudara. 27 Como el Señor no había dicho que borraría el nombre de Israel por completo, usó a Jeroboam II, hijo de Yoás, para salvarlos.

28 Los demás acontecimientos del reinado de Jeroboam II y todo lo que hizo—incluso el alcance de su poder, sus guerras y cómo recuperó para Israel las ciudades de Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá[h]—están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. 29 Cuando Jeroboam II murió, lo enterraron en Samaria[i] con los reyes de Israel. Luego su hijo Zacarías lo sucedió en el trono.

Hechos 18:23-19:12

23 Después de pasar un tiempo en Antioquía, Pablo regresó por Galacia y Frigia, donde visitó y fortaleció a todos los creyentes.[a]

Apolos recibe instrucción en Éfeso

24 Mientras tanto, un judío llamado Apolos—un orador elocuente que conocía bien las Escrituras—llegó a Éfeso desde la ciudad de Alejandría, en Egipto. 25 Había recibido enseñanza en el camino del Señor y les enseñó a otros acerca de Jesús con espíritu entusiasta[b] y con precisión. Sin embargo, él solo sabía acerca del bautismo de Juan. 26 Cuando Priscila y Aquila lo escucharon predicar con valentía en la sinagoga, lo llevaron aparte y le explicaron el camino de Dios con aún más precisión.

27 Apolos pensaba ir a Acaya, y los hermanos de Éfeso lo animaron para que fuera. Les escribieron a los creyentes de Acaya para pedirles que lo recibieran. Cuando Apolos llegó, resultó ser de gran beneficio para los que, por la gracia de Dios, habían creído. 28 Refutaba a los judíos en debates públicos con argumentos poderosos. Usando las Escrituras, les explicaba que Jesús es el Mesías.

Tercer viaje misionero de Pablo

19 Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo viajó por las regiones del interior hasta que llegó a Éfeso, en la costa, donde encontró a varios creyentes.[c]

—¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron?—les preguntó.

—No—contestaron—, ni siquiera hemos oído que hay un Espíritu Santo.

—Entonces, ¿qué bautismo recibieron?—preguntó.

Y ellos contestaron:

—El bautismo de Juan.

Pablo dijo:

—El bautismo de Juan exigía arrepentirse del pecado; pero Juan mismo le dijo a la gente que creyera en el que vendría después, es decir, en Jesús.

En cuanto oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Después, cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y hablaron en otras lenguas[d] y profetizaron. Había unos doce hombres en total.

Pablo ministra en Éfeso

Luego Pablo fue a la sinagoga y predicó con valentía durante los siguientes tres meses, discutiendo persuasivamente sobre el reino de Dios; pero algunos se pusieron tercos, rechazaron el mensaje y hablaron públicamente en contra del Camino. Así que Pablo salió de la sinagoga y se llevó a los creyentes con él. Entonces asistía diariamente a la sala de conferencias de Tirano, donde exponía sus ideas y debatía. 10 Esto continuó los siguientes dos años, de modo que gente de toda la provincia de Asia—tanto judíos como griegos—oyó la palabra del Señor.

11 Dios le dio a Pablo el poder para realizar milagros excepcionales. 12 Cuando ponían sobre los enfermos pañuelos o delantales que apenas habían tocado la piel de Pablo, quedaban sanos de sus enfermedades y los espíritus malignos salían de ellos.

Salmos 146

146 ¡Alabado sea el Señor!

Que todo lo que soy alabe al Señor.
    Alabaré al Señor mientras viva;
    cantaré alabanzas a mi Dios con el último aliento.

No pongan su confianza en los poderosos;
    no está allí la ayuda para ustedes.
Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo,
    y todos sus planes mueren con ellos.
Pero felices son los que tienen como ayudador al Dios de Israel,[a]
    los que han puesto su esperanza en el Señor su Dios.
Él hizo el cielo y la tierra,
    el mar y todo lo que hay en ellos.
    Él cumple todas sus promesas para siempre.
Hace justicia al oprimido
    y da alimento al que tiene hambre.
El Señor libera a los prisioneros.
    El Señor abre los ojos de los ciegos.
El Señor levanta a los agobiados.
    El Señor ama a los justos.
El Señor protege a los extranjeros que viven entre nosotros.
    Cuida de los huérfanos y las viudas,
    pero frustra los planes de los perversos.

10 El Señor reinará por siempre.
    Él será tu Dios, oh Jerusalén,[b] por todas las generaciones.

¡Alabado sea el Señor!

Proverbios 18:2-3

A los necios no les interesa tener entendimiento;
    solo quieren expresar sus propias opiniones.

Hacer el mal resulta en la vergüenza,
    y la conducta escandalosa trae desprecio.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.