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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Crónicas 14-16

Asá, rey de Judá

(1 R 15:8-12)

14 Cuando Abías murió, lo sepultaron en el lugar donde estaban sepultados sus antepasados en la Ciudad de David. Su hijo Asá reinó en su lugar y el país disfrutó de paz durante diez años.

Asá hizo lo que el SEÑOR su Dios consideraba bueno. Quitó los altares de culto extraño y los santuarios sobre las colinas. Despedazó las piedras sagradas y cortó en pedazos los postes de Aserá. Le ordenó a Judá que siguiera al SEÑOR, Dios de sus antepasados, y que hiciera lo que decían sus leyes y mandamientos. Obligó a todas las ciudades de Judá a quitar los santuarios sobre las colinas y los lugares donde quemaban incienso. Hubo paz durante su reinado. Asá aprovechó que el país estaba en paz y no hubo guerra en aquellos años, porque el SEÑOR le dio descanso y construyó en Judá ciudades fortificadas. Le dijo a Judá: «Fortifiquemos estas ciudades y rodeémoslas de murallas, pongámosles torres, puertas y barras mientras tengamos oportunidad, porque hemos estado siguiendo al SEÑOR nuestro Dios y él nos dio paz en todas nuestras fronteras». Así que emprendieron la obra y la llevaron a feliz término.

Asá tuvo un ejército de 300 000 soldados de Judá, armados con escudos y lanzas, y 280 000 soldados de Benjamín, armados con escudos pequeños y arcos. Todos ellos eran soldados valientes.

Zera el etíope marchó contra ellos con un ejército de 1 000 000 de hombres y 300 carros, llegando hasta Maresá. 10 Asá le salió al encuentro con su ejército y se dispuso para la batalla en el valle de Sefata en Maresá. 11 Asá le pidió así ayuda al SEÑOR su Dios: «SEÑOR, para ti no importa si somos muchos o somos pocos cuando decides ayudarnos. Por tanto, ayúdanos, SEÑOR, Dios nuestro, porque confiamos en ti y en tu nombre vamos contra este ejército numeroso. Tú, SEÑOR, eres nuestro Dios, no permitas que ningún ser humano te oponga resistencia».

12 El SEÑOR derrotó a los etíopes delante de Asá y de Judá, y los etíopes huyeron, 13 pero Asá y el ejército los persiguieron hasta Guerar y murieron tantos que no pudieron reorganizar su ejército, el cual quedó totalmente destruido ante el SEÑOR y su ejército. Los de Judá se llevaron un botín grande y valioso, 14 saquearon las ciudades cerca de Guerar. El terror del SEÑOR se apoderó de ellas y los de Judá se llevaron mucho botín de aquellas ciudades. 15 También atacaron los campamentos de los pastores y capturaron muchas ovejas y camellos. Después de eso regresaron a Jerusalén.

Reforma de Asá

(1 R 15:13-15)

15 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Oded. Entonces él fue a ver a Asá y le dijo: «¡Escúchame, Asá y todo Judá y Benjamín! El SEÑOR está con ustedes si ustedes siguen estando con él. Si lo buscan, lo encontrarán, pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes. Durante mucho tiempo Israel estuvo sin servir al Dios verdadero, sin sacerdote que enseñara la verdad y sin la ley. Pero cuando han pasado por dificultades, cuando han cambiado de actitud, cuando han regresado al SEÑOR, Dios de Israel, y lo han buscado, él se ha dejado encontrar. En aquellos tiempos no hubo paz ni nadie podía viajar con seguridad porque ocurrieron muchos desastres en todas las naciones. Las naciones y ciudades se destruían unas a otras porque Dios los afligía con toda clase de calamidades. Pero ustedes esfuércense y no bajen la guardia, porque sus trabajos tendrán recompensa».

Cuando Asá escuchó la profecía de Oded el profeta, se animó a quitar los ídolos repugnantes de toda la región de Judá, de Benjamín y de las ciudades que había capturado de la región montañosa de Efraín. Reconstruyó también el altar del SEÑOR que estaba delante del pórtico del templo del SEÑOR. Después Asá convocó a toda la tribu de Judá, a la de Benjamín y también a muchos de Efraín y de Manasés y de la tribu de Simeón que de Israel se habían aliado con Judá cuando vieron que el SEÑOR su Dios estaba con ellos.

10 Se reunieron en Jerusalén en el tercer mes del año décimo quinto de su reinado. 11 Celebraron sacrificios ese día con el botín de ganado que habían traído. Sacrificaron 700 becerros y 7000 ovejas. 12 Luego hicieron el pacto de seguir al SEÑOR, Dios de sus antepasados, de todo corazón y con toda el alma. 13 También decidieron que todo aquel que no siguiera al SEÑOR Dios de Israel tendría que morir, fuera grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Entonces hicieron ese juramento ante el SEÑOR en voz alta y en medio de gritos de alegría y de toques de trompetas y de cuernos de carneros. 15 Todo Judá estuvo muy contento de haber hecho el juramento, porque lo hicieron de todo corazón y porque con toda voluntad buscaron al SEÑOR y él había dejado que ellos lo encontraran y les había dado paz en todas sus fronteras.

16 Además, el rey Asá le quitó el honor de ser reina madre a su abuela Macá porque ella había mandado hacer una horrible imagen de Aserá. Asá derribó esa horrible imagen y la quemó en el valle de Cedrón. 17 Aunque Asá no quitó los santuarios sobre las colinas de Israel, la intención de Asá fue siempre la de mantenerse fiel a Dios, 18 y colocó en el templo de Dios todo el oro, la plata y los utensilios que él y su papá habían consagrado. 19 Y no hubo más guerra en el país hasta el año 35 del reinado de Asá.

Últimos años de Asá

(1 R 15:16-22)

16 En el año 36 del reinado de Asá, Basá, rey de Israel, atacó a Judá porque quería aislar el país de Asá, o sea, Judá. Así que Basá fortificó la ciudad de Ramá.

Entonces Asá sacó la plata y el oro que estaban depositados en las tesorerías del templo del SEÑOR y del palacio y se los mandó a Ben Adad, rey de Siria, que gobernaba en Damasco. Le dijo: «Hagamos un pacto de paz como el que hicieron tu papá y el mío. Te envío plata y oro. No mantengas más tu pacto con Basá, rey de Israel, para que salga de mi país y nos deje tranquilos».

Así que el rey Ben Adad hizo un pacto con Asá y mandó su ejército a luchar contra las aldeas israelitas de Iyón, Dan, Abel Mayin y todas las ciudades de almacenaje que había en Neftalí. Cuando Basá se enteró de esto, dejó de fortificar a Ramá y suspendió las obras. Entonces el rey Asá tomó a todo Judá y se llevó las piedras y la madera con que Basá había estado fortificando a Ramá y fortificó con ellas Gueba y Mizpa en Judá.

En ese tiempo el vidente Jananí fue a ver a Asá, rey de Judá, y le dijo: «Debido a que depositaste tu confianza en el rey de Siria en lugar de confiar en el SEÑOR tu Dios, el ejército de Siria se te ha escapado de las manos. ¿Acaso los etíopes y libios no tenían un gran ejército con carros y muchísima caballería? Pero como dependiste del SEÑOR, él te dio la victoria sobre ellos. Porque los ojos del SEÑOR recorren el mundo entero para fortalecer a quienes confían en él de todo corazón. Debido a que tú has actuado como un tonto en este asunto, desde este momento en adelante tendrás más guerras en tu contra».

10 Asá se irritó con Jananí y lo metió en la cárcel porque estaba furioso con él. También en ese tiempo Asá oprimió a algunos del pueblo.

11 Si el lector quiere averiguar, los hechos de Asá, de principio a fin, están escritos en Las crónicas de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año 39 de su reinado, Asá contrajo una grave enfermedad de los pies. Sin embargo, no buscó ser sanado por el SEÑOR, sino que buscó ayuda de los médicos. 13 Asá murió y fue sepultado con sus antepasados en el año 41 de su reinado. 14 Él había hecho cavar una tumba nueva en la Ciudad de David y lo enterraron ahí en una camilla llena de perfumes y ungüentos aromáticos hábilmente preparados. Luego hicieron una gran hoguera en su honor.

Romanos 9:1-24

Dios y el pueblo de Israel

Soy seguidor de Cristo, el Espíritu Santo guía mi conciencia y me dice que no estoy mintiendo. Digo la verdad: tengo una gran tristeza y llevo siempre un gran dolor en el corazón. Espero que pueda ayudar a mis compatriotas, que son mi propia raza. ¡Incluso estaría dispuesto a recibir una maldición y correr el riesgo de ser separado de Cristo si eso sirviera para ayudarlos! Ellos son el pueblo de Israel, son los hijos que Dios eligió; les mostró su gloria cuando recibieron los pactos que hizo con su pueblo. Dios les dio la ley, la adoración en el templo[a] y sus promesas. Sus antepasados son los patriarcas. De ellos desciende físicamente el Mesías, quien es Dios sobre todos,[b] bendito para siempre. Así sea.[c]

Como dije, ellos me dan mucha tristeza, pero eso no quiere decir que la promesa que Dios les hizo haya fallado. Lo que pasa es que no todos los que son descendientes de Israel son el verdadero Israel.[d] (A)Ni todos son verdaderos hijos de Abraham por ser sus descendientes. Como Dios dijo: «Tu descendencia será trazada sólo a través de Isaac».[e] O sea que no todos los descendientes físicos de Abraham son hijos de Dios. Son verdaderos hijos de Dios los que son hijos de Dios de acuerdo con la promesa que Dios le hizo a Abraham, (B)cuando le prometió: «El año que viene[f] yo volveré, y Sara tendrá un hijo».[g]

10 Y eso no es todo, Rebeca también tendría hijos. Esos hijos fueron los hijos de nuestro antepasado Isaac. 11-13 (C)Antes del nacimiento de los niños, Dios le anunció a Rebeca: «El hijo mayor va a ser siervo del menor».[h] Lo dijo así para demostrar que ese era su plan. Dios eligió a ese niño para demostrar que él elige a quien quiere, y su elección no dependió de lo que los niños hubieran hecho.

14 Entonces, ¿qué podemos decir en cuanto a esto? ¿Que Dios es injusto? 15 (D)¡Claro que no! Dios dijo a Moisés: «Tendré compasión y piedad de quien yo quiera».[i] 16 Así que Dios decide de quién va a tener compasión. Su decisión no depende de lo que la gente quiera o se afane por hacer. 17 (E)En la Escritura Dios dice al faraón: «Te elevé al puesto de rey para demostrar mi poder en tu vida y para darme a conocer en toda la tierra».[j] 18 Entonces Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla y también es duro con quien él quiere serlo.

19 Así que si alguno me preguntara: «Si nadie puede resistirse a lo que Dios quiere, ¿por qué, entonces, Dios nos echa la culpa?» 20 ¡Hombre, no salgas con esas! Sólo eres un ser humano y no tienes derecho a pedirle cuentas a Dios. La olla de barro no le puede decir al que la hizo: «¿Por qué me hiciste así?» 21 El alfarero tiene derecho a decidir qué quiere hacer con el barro y puede hacer del mismo barro un fino jarrón o una jarra ordinaria.

22 Eso mismo sucede con lo que Dios ha hecho. Dios quiso mostrar su ira y también quiso dar a conocer su poder a la gente. Por eso ha soportado con paciencia a aquellos que lo hacen enojar, quienes serán destruidos. 23 Hizo esto para mostrar lo grande y espléndido que es él. Dios muestra compasión con los que él ha preparado para recibir su gloria. 24 Nosotros somos el pueblo que Dios ha preparado. Su pueblo elegido no es sólo el pueblo judío, pues en su pueblo también hay quienes no son judíos. Él nos ha llamado de entre los judíos y de entre los que no son judíos.

Salmos 19

La creación habla de Dios

Al director. Canción de David.

Los cielos cuentan la gloria de Dios
    y el firmamento declara lo que sus manos han hecho.
Un día le cuenta a otro este mensaje
    y cada noche a la siguiente.
No se escucha lenguaje ni palabras,
    ni se emite una voz que podamos oír.
Sin embargo, su voz atraviesa el mundo entero,
    sus palabras llegan al último rincón de la tierra.

Dios le ha dado al sol el cielo como hogar.
    Y como cuando sale un novio de la alcoba nupcial,
o como cuando un atleta se dispone a recorrer su camino
    así sale feliz el sol para hacer su recorrido.
Comienza su carrera en un punto del cielo
    y hace todo su recorrido hasta llegar al final;
    nada en la tierra puede escapar de su calor.

La enseñanza del SEÑOR es perfecta,
    reconforta el ánimo.
Lo que dice el SEÑOR en su pacto es seguro,
    ayuda a los ignorantes a volverse sabios.
Las leyes del SEÑOR son justas,
    hacen feliz a la gente.
Los mandamientos del SEÑOR son buenos,
    le muestran a la gente el camino correcto a seguir.

El mandato de respetar al SEÑOR es puro;
    permanece para siempre.
Las decisiones del SEÑOR son siempre justas;
    absolutamente correctas.
10 Sus enseñanzas valen más que el oro puro;
    son más dulces que la miel recién salida del panal.
11 Tus enseñanzas previenen de todo peligro a quienes te respetan.
    Los que te obedecen serán recompensados.

12 ¿Quién puede darse cuenta de absolutamente todos sus errores?
    Así que te pido que me ayudes a no cometer pecados sin darme cuenta.
13 Protégeme de la soberbia;
    no dejes que la soberbia gobierne mi vida.
Sólo así podré estar puro
    y libre de toda culpa.
14 SEÑOR, tú eres mi roca;
    eres quien me salva.
Deseo que te complazca
    todo lo que digo y pienso.

Proverbios 20:1

20 El vino causa insolencia,
    y las bebidas embriagantes provocan escándalos;
    hacen que la gente pierda el control de sí misma.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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