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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Nehemías 9:22-10:39

22 Y les diste reinos y pueblos, y los distribuiste por cantones; y poseyeron la tierra de Sehón, y la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og, rey de Basán.

23 Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los metiste en la tierra, de la cual habías prometido a sus padres que habían de entrar en ella para heredarla.

24 Porque los hijos vinieron y poseyeron la tierra; y humillaste delante de ellos a los moradores de la tierra, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hicieran de ellos a su voluntad.

25 Y tomaron ciudades fortalecidas, y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles de buenos frutos; y comieron, se saciaron, se engordaron, y se deleitaron en tu gran bondad.

26 Pero te enojaron, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti; e hicieron grandes abominaciones.

27 Y los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron; y en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas miseraciones les dabas salvadores, que los salvaren de mano de sus enemigos.

28 Mas teniendo reposo, se volvían a hacer lo malo delante de ti; por lo cual los dejaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos; pero convertidos clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus miseraciones muchas veces los libraste.

29 Y les protestaste que se volvieran a tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios (los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá); y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.

30 Y alargaste sobre ellos muchos años, y los protestaste con tu espíritu por mano de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.

31 Pero por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los dejaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.

32 ¶ Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que nos ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres, y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.

33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo;

34 y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos ni a tus testimonios con que les protestabas.

35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.

36 He aquí que hoy somos esclavos, henos aquí, esclavos en la tierra que diste a nuestros padres para que comieren su fruto y su bien.

37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestras bestias, conforme a su voluntad, y estamos en gran angustia.

38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel alianza, y la escribimos, signada de nuestros príncipes, de nuestros levitas, y de nuestros sacerdotes.

10 Y entre los signados fueron, Nehemías el Tirsata, hijo de Hacalías, y Sedequías,

Seraías, Azarías, Jeremías,

Pasur, Amarías, Malquías,

Hatús, Sebanías, Maluc,

Harim, Meremot, Obadías,

Daniel, Ginetón, Baruc,

Mesulam, Abías, Mijamín,

Maazías, Bilgai, y Semaías; éstos eran sacerdotes.

Y los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi de los hijos de Henadad, Cadmiel;

10 y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán;

11 Micaía, Rehob, Hasabías,

12 Zacur, Serebías, Sebanías,

13 Hodías, Bani, y Beninu.

14 Las cabezas del pueblo: Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani,

15 Buni, Azgad, Bebai,

16 Adonías, Bigvai, Adín,

17 Ater, Ezequías, Azur,

18 Hodías, Hasum, Bezai,

19 Harif, Anatot, Nebai,

20 Magpías, Mesulam, Hezir,

21 Mesezabeel, Sadoc, Jadúa,

22 Pelatías, Hanán, Anaías,

23 Oseas, Hananías, Hasub,

24 Halohes, Pilha, Sobec,

25 Rehum, Hasabna, Maasías,

26 Ahías, Hanán, Anán,

27 Maluc, Harim, y Baana.

28 Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros, cantores, netineos, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos e hijas, y todo sabio y entendido.

29 ¶ Fortificados con sus hermanos, sus nobles, vinieron en juramento de maldición de que andarían en la ley de Dios, que fue dada por mano de Moisés, esclavo de Dios; y que guardarían y pondrían por obra todos los mandamientos del SEÑOR nuestro Señor, sus juicios y sus estatutos;

30 y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.

31 Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajeren a vender mercaderías y comestibles en día de sábado, nada tomaríamos de ellos en sábado, ni en día santo; y que dejaríamos el año séptimo, y remitiríamos toda deuda.

32 Impusímonos además por ley el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo, para la obra de la Casa de nuestro Dios;

33 para el pan de la proposición, y para la ofrenda continua, y para el holocausto continuo, y de los sábados, de las nuevas lunas, y de las fiestas señaladas, y para las santificaciones y para las expiaciones de pecado para reconciliar a Israel, y para toda la obra de la Casa de nuestro Dios.

34 Echamos también las suertes, los sacerdotes, los levitas, y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la Casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de nuestro Dios, como está escrito en la ley.

35 Y que cada año traeríamos las primicias de nuestra tierra, y las primicias de todo fruto de todo árbol cada año, a la Casa del SEÑOR.

36 Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestras bestias, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la Casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la Casa de nuestro Dios.

37 Que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y de nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, del vino y del aceite, a los sacerdotes, a las cámaras de la Casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra a los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades.

38 Y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibirían el diezmo; y que los levitas ofrecerían el diezmo del diezmo en la Casa de nuestro Dios, a las cámaras en la casa del tesoro.

39 Porque a las cámaras han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino, y del aceite; y allí estarán los vasos del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros, y los cantores; y no abandonaremos la Casa de nuestro Dios.

1 Corintios 9:19-10:13

19 ¶ Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a más.

20 Y soy hecho a los judíos como judío, por ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley, como sujeto a la ley, por ganar a los que están sujetos a la ley;

21 a los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, sino en la ley de Cristo,) por ganar a los que estaban sin ley.

22 Soy hecho a los débiles como débil, por ganar a los débiles; a todos soy hecho todo, por hacer salvos a todos.

23 Y esto hago por causa del Evangelio, por hacerme juntamente participante de él.

24 ¶ ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred pues de tal manera que lo toméis.

25 Y todo aquel que lucha, en todo demuestra templanza; y ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible; mas nosotros, una incorruptible.

26 Así que, yo de esta manera corro, no como a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire;

27 antes sujeto mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; para que predicando a los otros, no me haga yo reprobado.

10 ¶ Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;

y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar;

y todos comieron la misma vianda espiritual;

y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la Piedra espiritual que los seguía, y la Piedra era el Cristo.

Mas de muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.

¶ Pero estas cosas fueron hechas en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a divertirse.

Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron muertos en un día veintitrés mil.

Ni tentemos al Cristo, como también algunos de ellos lo tentaron, y perecieron por las serpientes.

10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.

11 Y estas cosas les acontecieron como figura; y están escritas para nuestra amonestación, en quien los fines de los siglos ha parado.

12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

13 No os ha tomado tentación, sino la humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.

Salmos 34:1-10

De David. Cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.

Alef

Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; su alabanza será siempre en mi boca.

Bet

En el SEÑOR se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán.

Guímel

Engrandeced al SEÑOR conmigo, y ensalcemos su Nombre a una.

Dálet

Busqué al SEÑOR, y él me oyó; y me libró de todos mis temores.

He

¡A él miraron y fueron alumbrados! Y sus rostros no se avergonzaron.

Vau

Este pobre llamó, y le oyó el SEÑOR, y lo libró de todas sus angustias.

Zain

El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los defiende.

Chet

Gustad, y ved que es bueno el SEÑOR; dichoso el hombre que confiará en él.

Tet

Temed al SEÑOR, vosotros sus santos; porque no hay falta para los que le temen.

Yod

10 Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; pero los que buscan al SEÑOR, no tendrán falta de ningún bien.

Proverbios 21:13

13 ¶ El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído.

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