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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Cantares 1-4

Canción de canciones, la cual es de Salomón.

¡Oh!, ¡si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.

Por el olor de tus suaves ungüentos (Ungüento derramado es tu nombre), por eso las doncellas te amaron.

Atráeme en pos de ti, correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y alegraremos en ti; acordarémonos de tus amores más que del vino. Los rectos te aman.

Morena soy, oh hijas de Jerusalén, mas codiciable; como las cabañas de Cedar, como las tiendas de Salomón.

No miréis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, me hicieron guarda de viñas; y mi viña, que era mía, no guardé.

Hazme saber, o tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas tu rebaño al mediodía; pues, ¿por qué había yo de estar como vagueando tras los rebaños de tus compañeros?

Si tú no lo sabes, ¡oh hermosa entre las mujeres!, sal, yéndote por las huellas del rebaño, y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

A yegua de los carros de Faraón te he comparado, amiga mía.

10 Hermosas son tus mejillas entre los zarcillos, tu cuello entre los collares.

11 Zarcillos de oro te haremos, con clavos de plata.

12 Mientras que el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor.

13 Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos.

14 Racimo de alcanfor {Heb. rescate} en las viñas de Engadi es para mí mi amado.

15 He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma.

16 He aquí que tú eres hermoso, oh amado mío, y suave; nuestro lecho también florido.

17 Las vigas de nuestras casas son de cedro, y de hayas los artesonados.

Yo soy el Lirio del campo (de Sarón), y la rosa de los valles.

Como el lirio entre las espinas, así es mi amiga entre las doncellas.

Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los hijos; bajo su sombra deseé sentarme, y su fruto fue dulce a mi paladar.

Me llevó a la cámara del vino, y puso su estandarte de amor sobre mí.

Sustentadme con frascos de vino, esforzadme con manzanas; porque estoy enferma de amor.

Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace.

Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor hasta que él quiera.

¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados.

Mi amado es semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando {Heb. floreciendo} por las ventanas, mostrándose por las rejas.

10 Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh compañera mía, hermosa mía, y vente.

11 Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue;

12 se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción es venido, y en nuestra tierra se ha oído la voz de la tórtola;

13 la higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; levántate, oh compañera mía, hermosa mía, y vente.

14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de la escalera, muéstrame tu vista, hazme oír tu voz; porque tu voz es dulce, y tu vista hermosa.

15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne.

16 Mi amado es mío, y yo suya; él apacienta entre lirios.

17 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, amado mío; sé semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos, sobre los montes de Beter.

Por las noches busqué en mi cama al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.

Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en la casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz.

Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que él quiera.

¿Quién es ésta que sube del desierto como columnas de humo, sahumada de mirra y de incienso, y de todos los polvos aromáticos?

He aquí es la litera de Salomón; sesenta fuertes la rodean, de los fuertes de Israel.

Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche.

El rey Salomón se hizo un tálamo de madera del Líbano.

10 Sus columnas hizo de plata, su solado de oro, su cielo de grana, su interior enlosado de amor, por las doncellas de Jerusalén.

11 Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón.

He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.

Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y ninguna entre ellas estéril.

Tus labios, como un hilo de grana, y tu habla hermosa; tus sienes, como cachos de granada a la parte adentro de tus guedejas.

Tu cuello, como la torre de David, edificada para enseñar; mil escudos están colgados de ella, todos escudos de valientes.

Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre los lirios.

Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, y al collado del incienso.

Toda tú eres hermosa, oh compañera mía y en ti no hay mancha.

Conmigo del Líbano, oh esposa, conmigo vendrás del Líbano; mirarás desde la cumbre de Amana, desde la cumbre del Senir y del Hermón; desde las guaridas de los leones, desde los montes de los tigres.

Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.

10 ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!

11 Panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos es como el olor del Líbano.

12 Huerto cerrado eres, oh hermana, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada.

13 Tus renuevos paraíso de granados, con frutos suaves, de alcanfor {Heb. rescate} y nardos,

14 Nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso; mirra y áloes, con todas las principales especias.

15 Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del Líbano.

16 Levántate, Aquilón, y ven, Austro; sopla sobre mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.

2 Corintios 8:16-24

16 ¶ Pero gracias a Dios que dio la misma solicitud por vosotros en el corazón de Tito.

17 Pues a la verdad recibió la exhortación; mas estando también muy solícito, de su voluntad partió para ir a vosotros.

18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza es en el Evangelio por todas las Iglesias;

19 y no sólo esto, sino que también fue ordenado por las Iglesias compañero de nuestra peregrinación para llevar esta gracia, que es administrada por nosotros y de vuestro pronto ánimo para gloria del mismo Señor.

20 Evitando que nadie nos vitupere en esta abundancia que ministramos;

21 procurando lo honesto no sólo delante del Señor, sino aun delante de los hombres.

22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, al cual muchas veces hemos experimentado diligente, pero ahora mucho más con la mucha confianza que tenemos en vosotros.

23 En cuanto a Tito, es mi compañero y coadjutor para con vosotros; o acerca de nuestros hermanos, que son apóstoles de las Iglesias, y la gloria del Cristo.

24 Mostrad pues, para con ellos en la faz de las Iglesias la prueba de vuestra caridad, y de nuestro gloriarnos acerca de vosotros.

Salmos 50

Salmo a Asaf.

El Dios de dioses, el SEÑOR, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.

Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de su presencia, y en derredor suyo habrá tempestad grande.

Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

Juntadme mis misericordiosos; los que pactaron mi pacto sobre sacrificio.

Y denunciarán los cielos su justicia; porque Dios mismo es el juez. (Selah.)

¶ Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.

No te reprenderé sobre tus sacrificios, que tus holocaustos delante de mí están siempre.

No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.

10 Porque mía es toda bestia del monte; millares de animales en los montes.

11 Conozco todas las aves de los montes, y las fieras del campo están conmigo.

12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.

13 ¿Tengo de comer yo carne de toros, o de beber sangre de machos cabríos?

14 Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus promesas al Altísimo.

15 Y llámame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.

16 ¶ Pero al malo dijo Dios: ¿Qué parte tienes tú de declarar mis leyes, y que tomes mi pacto en tu boca?

17 ¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!

18 Si veías al ladrón, tú corrías con él; y con los adúlteros era tu parte.

19 Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño.

20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia.

21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas por eso que de cierto sería yo como tú; yo te argüiré, y las pondré delante de tus ojos.

22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que os arrebate, y no haya quién os libre.

23 El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le enseñaré la salud de Dios.

Proverbios 22:22-23

22 ¶ No robes al pobre, porque es pobre, ni quebrantes en el juicio al necesitado;

23 porque el SEÑOR juzgará la causa de ellos, y despojará el alma de aquellos que los despojaren.

Biblia del Jubileo (JBS)

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