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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Isaías 28:14-30:11

Amenazas a los gobernantes

14 »Hombres sinvergüenzas,

que gobiernan en Jerusalén:
¡escuchen bien a Dios!

15 »Ustedes se sienten muy seguros
por haber hecho un trato con Egipto;
pero es un trato de muerte,
es un trato engañoso.

16 »Por eso Dios dice:
“Yo seré para Jerusalén
una piedra valiosa y escogida.
Seré la piedra principal
y serviré de base al edificio.
El que se apoye en mí
podrá vivir tranquilo,
17 porque usaré como guías
la justicia y la rectitud”.

»Ustedes confían
en que Egipto los protegerá,
pero el poderoso ejército de Asiria
destruirá esa falsa protección.
18 Quedará anulado ese trato de muerte
que hicieron con Egipto;
cuando llegue el momento terrible,
una gran desgracia los aplastará.
19 El enemigo los arrastrará
cada vez que los ataque.
Vendrá día tras día;
vendrá de día y de noche.
Cuando oigan que viene el enemigo,
se pondrán a temblar de miedo.
20 Será como si se acostaran
en una cama demasiado chica;
será como si se abrigaran
con una manta demasiado corta.

21 »Dios está decidido a actuar
como actuó en el monte Perasim;
Dios va a manifestar su enojo
como en el valle de Gabaón.
Dios está a punto de actuar,
y lo hará de manera misteriosa.
22 Por eso, ¡dejen ya de burlarse,
no sea que les vaya peor!
He sabido que el Dios todopoderoso
ha resuelto destruir todo el país.

La parábola del agricultor

23 »¡Presten atención,

oigan mis palabras,
escúchenlas con cuidado!
24 Cuando el campesino va a sembrar,
no se pasa todo el tiempo
arando, abriendo surcos
y rastrillando el terreno.
25 Primero empareja la tierra,
luego arroja las semillas
de eneldo o de comino,
siembra el trigo en hileras,
y planta cebada y centeno
en los bordes de su campo.
26-28 Porque el eneldo no se trilla
ni se pasa sobre el comino
la rueda de una carreta;
el eneldo se sacude con un palo,
y el comino, con una vara.
El trigo no se trilla sin parar;
más bien, se le pasa una carreta
y el grano se separa,
pero sin molerlo.

»Todo esto se aprende de Dios.
29 Todo este conocimiento
proviene del Dios todopoderoso.
Dios hace planes admirables
y los realiza con sabiduría».

Ataque contra Jerusalén

29 Dios anunció:

«Jerusalén, ciudad de David,
¡qué mal te va a ir!
Sigue con tus celebraciones
y haz fiesta año tras año,
pero yo te pondré en problemas.

»Entonces gritarás y llorarás,
y la ciudad arderá en llamas,
como se queman los animales
que se ofrecen en el altar.
Yo te rodearé con mi ejército;
pondré alrededor de ti
fortalezas y torres de asalto.
Tú serás humillada,
quedarás tirada en el suelo;
apenas se oirán tus palabras,
tu voz parecerá la de un fantasma.

5-6 »Yo, el Dios todopoderoso,
castigaré de repente a tus enemigos.
Los castigaré con truenos,
con el estruendo de un terremoto,
con incendios, tormentas y tempestades.
Los muchos enemigos que te persiguen
quedarán hechos polvo;
¡serán arrastrados como paja!

»Los ejércitos que atacan a Jerusalén
y quieren derribar sus fortalezas
desaparecerán por completo,
como la niebla al salir el sol.
Los grandes ejércitos
que atacan a Jerusalén,
morirán de hambre y de sed.
Soñarán que comen y beben,
pero cuando se despierten
tendrán el estómago vacío
y la garganta reseca».

Israel parece estar ciego

Isaías dijo:

«¡Ustedes los profetas,
sigan actuando como unos tontos!
¡Sigan como ciegos, sin ver nada!
¡Sigan tambaleándose como borrachos,
aun sin haber tomado vino!
10 Dios ha hecho caer sobre ustedes
un sueño muy profundo.
Ustedes los profetas
deberían ser los ojos del pueblo,
pero son incapaces de ver nada.
11 Las visiones que reciben de Dios
no pueden entenderlas;
es como si quisieran leer
el texto de un libro cerrado.
Si se les diera ese libro
para que lo leyeran,
dirían: “No podemos leerlo,
porque el libro está cerrado”.
12 Mientras tanto, otros dicen:
“No podemos leerlo
porque no sabemos leer”».

13 Dios le dijo a Isaías:

«Este pueblo dice que me ama,
pero no me obedece;
me rinde culto,
pero no es sincero
ni lo hace de corazón.
14 Por eso, voy a hacer
cosas tan maravillosas
que este pueblo quedará asombrado.
Entonces destruiré
la sabiduría de sus hombres sabios
y la inteligencia
de sus personas inteligentes».

Advertencia de Isaías

15 Isaías dijo:

«¡Qué mal les va a ir
a los que tratan de esconderse
para que Dios no los vea
cuando hacen sus planes malvados!
¡Qué mal les va a ir
a los que andan diciendo:
“Nadie nos ve, nadie se da cuenta”!
16 ¡Pero eso es un disparate!
Es como si el plato de barro
quisiera ser igual a quien lo hizo.
Pero no hay un solo objeto
que pueda decir a quien lo hizo:
“¡Tú no me hiciste!”
Tampoco puede decirle:
“¡No sabes lo que estás haciendo!”

Promesa de salvación a Israel

17 »Dentro de muy poco tiempo,

el bosque se convertirá
en un campo de cultivo,
y el campo de cultivo
se parecerá a un bosque.
18 En ese día los sordos podrán oír
cuando alguien les lea en voz alta,
y los ciegos podrán ver,
porque para ellos
no habrá más oscuridad.
19 Los más pobres y necesitados
se alegrarán en nuestro santo Dios.
20 Ese día desaparecerán
los insolentes, los orgullosos,
y los que sólo piensan
en hacer el mal.

21 »Se acabarán los mentirosos
que acusan a otros falsamente.
Se acabarán también
los que ponen trampas a los jueces
y los que con engaños
niegan justicia al inocente».

22 Por eso dice el Dios de Israel, el que rescató a Abraham:

«De ahora en adelante,
los israelitas no sentirán más vergüenza.
23 Cuando sus descendientes vean
todo lo que hice entre ellos,
reconocerán que soy un Dios santo
y me mostrarán su respeto.
24 Los que estaban confundidos
aprenderán a ser sabios;
¡hasta los más testarudos
aceptarán mis enseñanzas!»

Contra los que confían en Egipto

30 Dios dijo:

«¡Qué mal les va a ir a ustedes,
israelitas rebeldes!
Hacen planes sin tomarme en cuenta,
y pecan una y otra vez.
Piden ayuda al rey de Egipto,
pero sin consultarme;
buscan refugio bajo su poder,
pero ese rey no podrá protegerlos;
Egipto no les dará refugio.

»Ustedes, los israelitas,
han mandado embajadores
hasta las ciudades egipcias
de Soan y de Hanés;
pero van a quedar avergonzados,
porque esa gente inútil,
en vez de ayudarlos,
les causará muchas desgracias».

La ayuda de Egipto no servirá de nada

Isaías dijo:

«Esto dice nuestro Dios acerca de Egipto,
ese animal feroz del desierto del sur:

“Los israelitas llevan a Egipto
todos sus tesoros y riquezas.
Todo eso lo llevan
a lomo de burro y de camello.
Cruzan el desierto,
que está lleno de peligros.
Allí hay leones feroces,
víboras y dragones voladores.
Pero Egipto no podrá ayudarlos.
Por eso he dicho acerca de él:
‘Perro que ladra, no muerde’.”»

Entonces Dios le dijo a Isaías:

«Ven ahora y escribe este refrán;
ponlo sobre una tablilla
para que sirva de testimonio
y siempre se recuerde».

El castigo de la rebeldía

Isaías dijo:

«Los israelitas son un pueblo
que no quiere obedecer
las enseñanzas de Dios.
Son infieles y rebeldes.
10 No quieren que los videntes
cuenten sus visiones;
tampoco quieren que los profetas
les digan la verdad.
Prefieren que les hablen
de cosas agradables;
prefieren seguir creyendo
que todo les saldrá bien.
11 A unos y a otros les piden
que dejen de obedecer a Dios;
no quieren que sigan hablando
del Dios santo de Israel.

Gálatas 3:23-4:31

23 Antes de eso, la ley fue como una cárcel, donde estuvimos encerrados hasta que vimos que podíamos confiar en Cristo. 24 La ley fue como un maestro que nos guió y llevó hasta Cristo, para que Dios nos aceptara por confiar en él. 25 Pero ahora que ha llegado el tiempo en que podemos confiar en Jesucristo, no hace falta que la ley nos guíe y nos enseñe.

26 Ustedes han confiado en Jesucristo, y por eso todos ustedes son hijos de Dios. 27 Porque cuando fueron bautizados, también quedaron unidos a Cristo, y ahora actúan como él. 28 Así que no importa si son judíos o no lo son, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales. 29 Y si están unidos a Cristo, entonces son miembros de la gran familia de Abraham, y tienen derecho a recibir las promesas que Dios le hizo.

Ahora somos hijos de Dios

1-2 Lo que quiero decir es esto: Mientras el hijo es menor de edad, es igual a cualquier esclavo de la familia y depende de las personas que lo cuidan y le enseñan, hasta el día en que su padre le entrega sus propiedades y lo hace dueño de todo. Algo así pasaba con nosotros cuando todavía no conocíamos a Cristo: los espíritus que controlan el universo nos trataban como si fuéramos sus esclavos. Pero, cuando llegó el día señalado por Dios, él envió a su Hijo, que nació de una mujer y se sometió a la ley de los judíos. Dios lo envió para liberar a todos los que teníamos que obedecer la ley, y luego nos adoptó como hijos suyos. Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: «Papá, querido Papá». Ustedes ya no son como los esclavos de cualquier familia, sino que son hijos de Dios. Y como son sus hijos, gracias a él tienen derecho a recibir su herencia.

Pablo se preocupa por los gálatas

Antes, cuando ustedes todavía no conocían a Dios, vivían como esclavos de los dioses falsos. Pero ahora conocen a Dios. Mejor dicho, Dios los conoce a ustedes. Por eso, no puedo entender por qué se dejan dominar de nuevo por esos espíritus que controlan el universo. ¡Si ellos no tienen poder, ni valen nada! 10 Ustedes todavía les dan importancia a ciertos días, meses, épocas y años. 11 ¡Me asusta el pensar que de nada haya servido todo lo que he hecho por ustedes!

12 Hermanos míos, yo les ruego que se amolden a mí, como yo me he amoldado a ustedes. Ustedes no me causaron ningún daño, 13 sino que me enfermé y, por eso, tuve que pasar un tiempo en Galacia anunciándoles las buenas noticias. 14 Aunque mi enfermedad les causó muchos problemas, ustedes no me despreciaron ni me rechazaron. Al contrario, me recibieron en sus hogares como si yo fuera un ángel de Dios, ¡o Jesucristo mismo! 15 Yo sé muy bien que, de haberles sido posible, hasta se habrían sacado los ojos para dármelos. ¿Qué pasó con toda esa alegría? 16 ¡Ahora resulta que, por decirles la verdad, me he hecho enemigo de ustedes!

17 Los que quieren obligarlos a obedecer la ley judía se muestran ahora muy interesados en ustedes. Pero lo que en verdad quieren es hacerles daño, pues desean que se olviden de mí y que se interesen por ellos. 18 Está bien interesarse por otras personas, si lo que se desea es hacerles el bien. Pero si ustedes realmente se interesan por mí, háganlo siempre y no sólo cuando estoy con ustedes. 19 Yo los quiero como a hijos, pero mientras no lleguen a ser como Cristo, me harán sufrir mucho, como sufre una madre con los dolores de parto. 20 ¡Cómo quisiera estar con ustedes en este momento, para hablarles de otra manera! ¡Estoy muy confundido, y no sé cómo tratarlos!

El ejemplo de Agar y Sara

21 Ustedes, los que quieren obedecer la ley, díganme una cosa: ¿no han leído lo que la Biblia nos dice de Abraham? 22 Dice que él tuvo dos hijos, uno de ellos con su esclava, y el otro con su esposa, que era libre. 23 El hijo de la esclava nació como nacemos todos nosotros, pero el hijo de su esposa nació gracias a que Dios se lo prometió a Abraham. 24-25 Estos dos casos pueden servirnos de ejemplo. Las dos mujeres representan dos pactos. Agar representa el pacto del monte Sinaí, que está en Arabia, pues todos sus descendientes nacen siendo esclavos. Ese monte representa a la ciudad de Jerusalén y a todos los que viven como esclavos de la ley. 26 Pero Sara representa al nuevo pacto, por el cual pertenecemos a la Jerusalén del cielo, la ciudad de todos los que somos libres. 27 Refiriéndose a Sara, la Biblia dice:

«¡Alégrate, mujer,
tú que no puedes tener hijos!

»¡Grita de alegría, mujer,
tú que no los has tenido!

»Y tú, mujer abandonada,
¡ahora tendrás más hijos
que la mujer casada!»

28 Hermanos míos, ustedes son como Isaac, el hijo que Dios le prometió a Abraham. Y digo que son como él, porque son los hijos que Dios le había prometido. 29 En aquel tiempo, el hijo que Abraham tuvo con Agar perseguía a Isaac, que nació gracias al poder del Espíritu. Y ahora pasa lo mismo: los que desean seguir bajo el control de la ley nos persiguen a nosotros, que somos los hijos de la promesa. 30 Pero la Biblia nos cuenta que Dios le dijo a Abraham: «Echa de aquí a esa esclava y a su hijo; él no tiene derecho a compartir la herencia con tu hijo Isaac, que nació de una mujer libre.»

31 Hermanos, nosotros no somos esclavos de la ley, sino que somos libres. No somos como el hijo de la esclava, sino como el de la mujer libre.

Salmos 62

Con Dios, jamás seré derrotado

SALMO 62 (61)

Himno de David, dedicado a Jedutún.

62 1-2 Sólo Dios me da tranquilidad,
sólo él puede salvarme;
sólo él me da su protección,
¡jamás seré derrotado!

Ustedes, todos ustedes,
¡ya dejen de atacarme
y de querer acabar conmigo!
¡Hasta parezco una pared inclinada,
una cerca a punto de caerse!
Ustedes sólo piensan humillarme.
Les encanta decir mentiras:
de labios para afuera
me expresan buenos deseos,
pero en su pensamiento
me desean las peores cosas.

Sólo Dios me da tranquilidad;
sólo él me da confianza.
Sólo él me da su protección,
sólo él puede salvarme;
¡jamás seré derrotado!
Dios es mi salvador;
Dios es mi motivo de orgullo;
me protege y me llena de fuerza.
¡Dios es mi refugio!

Pueblo mío,
¡confía siempre en Dios!
Cuando vayas a su templo,
cuéntale todos tus problemas.
¡Dios es nuestro refugio!

No hay un solo hombre
que valga más que un suspiro;
todos son pura ilusión.
Si los pesaran en una balanza,
¡ni juntos pesarían gran cosa!

10 No pongan su confianza
en el dinero mal ganado;
no se hagan ilusiones
con el fruto de sus robos.
¡No vivan sólo para hacerse ricos!

11 Dios ha dicho muchas veces:
«Soy un Dios poderoso,
12 pero también, un Dios de amor.»

Dios mío,
tú nos das a cada uno
lo que merecen nuestros hechos.

Proverbios 23:19-21

-15-

19 Querido jovencito,
préstame atención,
actúa con inteligencia,
y no dejes de hacer el bien.
20 No te juntes con borrachos
ni te hagas amigo de glotones,
21 pues unos y otros
acaban en la ruina.