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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Isaías 33:10-36:22

10 “Ahora me levantaré”, dice el SEÑO “Ahora seré exaltado;

ahora seré ensalzado.

11 Concibieron paja

y dieron a luz rastrojo.

Su aliento será un fuego

que los consuma.

12 Los pueblos serán completamente calcinados;

como espinas cortadas serán quemados en el fuego.

13 Ustedes que están lejos, oigan lo que he hecho;

y ustedes que están cerca, conozcan

mi poder”.

14 Los pecadores en Sion tienen temor;

el estremecimiento se ha apoderado

de los impíos.

“¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor?

¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas?”.

15 El que camina en justicia y habla con rectitud,

el que aborrece el lucro de la opresión, el que sacude sus manos para

no recibir soborno,

el que tapa sus oídos para no oír

de hechos de sangre,

el que cierra sus ojos para no ver

la iniquidad[a],

16 él vivirá en las alturas,

y una fortaleza de roca

será su alto refugio.

Su pan le será provisto

y su agua no faltará.

Palabras de esperanza para Sion

17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán una tierra que se extiende a la distancia. 18 Tu corazón reflexionará acerca del horror y dirá: “¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que pesaba el tributo? ¿Dónde está el que pasaba revista a las torres?”[b]. 19 Pero no verás más a aquel pueblo insolente, aquel pueblo de lengua difícil de entender, que balbucea una lengua incomprensible.

20 Contempla a Sion, la ciudad de nuestras solemnidades. Tus ojos verán a Jerusalén, una morada tranquila, una tienda que nunca será desarmada. Nunca serán arrancadas sus estacas ni será rota ninguna de sus cuerdas. 21 Porque ciertamente allí el SEÑOR será poderoso para con nosotros, un lugar de ríos y anchas corrientes, por donde no irá ninguna embarcación de remos ni una nave poderosa pasará por él. 22 Porque el SEÑOR es nuestro Juez; el SEÑOR es nuestro Legislador. El SEÑOR es nuestro Rey; él mismo nos salvará.

23 Tus cuerdas se han aflojado; no pueden sostener el soporte de su mástil ni desplegar la vela. Pero entonces repartirán la presa, un cuantioso botín, y hasta los cojos arrebatarán la presa. 24 Ningún morador dirá: “Estoy enfermo”. Al pueblo que habite en ella le será perdonada su iniquidad.

Juicio contra Edom y las naciones

34 ¡Acérquense, oh naciones, para oír; escuchen, oh pueblos! Oiga la tierra y su plenitud, el mundo y todo lo que produce. Porque el SEÑOR tiene furor contra todas las naciones, e ira contra todo el ejército de ellas. Él las destruirá por completo; las entregará a la matanza. Sus muertos serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará el hedor. Los montes se disolverán con la sangre de ellos. Todo el ejército de los cielos se corromperá, y los cielos se plegarán como un rollo de pergamino. Todo su ejército caerá como caen las hojas de la parra, o como caen los frutos secos de la higuera.

“Porque en los cielos aparecerá[c] mi espada. He aquí que descenderá sobre Edom; para juicio, sobre el pueblo de mi anatema”.

Llena está de sangre la espada del SEÑOR; está engrasada con el sebo, con la sangre de corderos y de machos cabríos, y con el sebo de los riñones de carneros. Porque el SEÑOR tiene sacrificios en Bosra, y una gran matanza en la tierra de Edom. Junto con ellos caerán los toros salvajes, y los novillos junto con los toros. Su tierra se saciará de sangre, y su suelo se saturará con el sebo. Porque es día de venganza del SEÑOR, año de retribución por la causa de Sion.

Sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre. Su tierra llegará a ser brea ardiente. 10 No se apagará ni de noche ni de día; perpetuamente subirá su humo. De generación en generación quedará en ruinas; nunca jamás pasará nadie por ella. 11 La poseerán el búho y el erizo; la lechuza y el cuervo habitarán en ella. Sobre ella se extenderán el cordel del caos y la plomada del vacío. 12 Sus nobles no tendrán nada allí que pueda llamarse reino, y todos sus gobernantes serán como nada. 13 Sobre sus palacios crecerán espinos; y sobre sus fortalezas, ortigas y cardos. Serán guarida de chacales y campo de avestruces. 14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas. La cabra montés gritará a su compañero. La lechuza también hallará allí sosiego, y hallará reposo para sí. 15 Allí anidará y ovará el búho; empollará y los cubrirá bajo su sombra. También se reunirán allí los buitres, cada cual con su pareja.

16 Busquen en el libro del SEÑOR y lean: “Ninguno de estos faltará; no faltará ninguno con su respectiva pareja. Porque la boca del SEÑOR lo ha mandado, y su mismo Espíritu los reunirá. 17 Él realizó el sorteo para ellos, y su mano les repartió a cordel. Para siempre la tendrán como heredad, y habitarán allí de generación en generación”.

La redención de Sion

35 Se alegrarán el desierto y el sequedal. Se regocijará el Arabá y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente; se regocijará en gran manera, y cantará con júbilo. Le será dada la gloria del Líbano, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la majestad de nuestro Dios.

Fortalezcan las manos débiles; afirmen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: “¡Fortalézcanse; no teman! He aquí que su Dios viene con venganza y retribución divina. Él mismo vendrá y los salvará”.

Entonces serán abiertos los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. Entonces el cojo saltará como un venado, y cantará la lengua del mudo; porque aguas irrumpirán en el desierto, y torrentes en el Arabá. La arena candente se convertirá en laguna; y el sequedal, en manantiales de agua. En la morada de los chacales habrá pastizales y área de cañaverales y de juncos.

Y habrá allí una calzada[d] a la cual se llamará Camino de Santidad. No pasará por ella ningún impuro. Será para los que siguen el camino, y los simples no se desviarán. Allí no habrá leones; no subirán por ella fieras voraces, ni se encontrarán allí. Pero caminarán por allí los redimidos. 10 Los rescatados del SEÑOR volverán y entrarán en Sion con cánticos. Y sobre sus cabezas habrá alegría perpetua. Alcanzarán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.

Embajada de Senaquerib a Jerusalén

36 Aconteció que en el año catorce del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. Después el rey de Asiria envió al Rabsaces, desde Laquis hasta Jerusalén, al rey Ezequías, con un poderoso ejército. El Rabsaces se detuvo junto al acueducto del estanque de arriba, que está en el camino del Campo del Lavador. Luego salieron hacia él Eliaquim hijo de Hilquías, el administrador del palacio; Sebna, el escriba; y Jóaj hijo de Asaf, el cronista. Entonces les dijo el Rabsaces:

—Digan a Ezequías que así ha dicho el gran rey, el rey de Asiria: “¿Qué confianza es esa en que confías? Tú has dicho[e] tener plan y poderío para la guerra, pero solo son palabras de labios. Pero ahora, ¿en quién confías para que te hayas rebelado contra mí? He aquí que tú confías en Egipto, en ese bastón de caña cascada, que a cualquiera que se apoye sobre ella, le entrará por la mano y se la atravesará. Así es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él”. Pero si me dices: “Confiamos en el SEÑOR nuestro Dios”, ¿no es este aquel cuyos lugares altos y cuyos altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: “Delante de este altar adorarán”?

»Ahora pues, comprométete con mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si acaso tú puedes proveer quienes cabalguen sobre ellos. ¿Cómo podrás resistir a un oficial de uno de los más insignificantes servidores de mi señor, confiando en Egipto por carros y jinetes? 10 Y ahora, ¿acaso he subido contra esta tierra para destruirla sin que haya intervenido el SEÑOR? El SEÑOR me ha dicho: “Sube a esa tierra y destrúyela”.

11 Entonces Eliaquim, Sebna y Jóaj dijeron al Rabsaces:

—Por favor, habla a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos. No nos hables en hebreo, a oídos del pueblo que está sobre la muralla.

12 Pero el Rabsaces dijo:

—¿Acaso me ha enviado mi señor para decir estas palabras solo a tu señor y a ti? ¿No les concierne también a los hombres que están sobre la muralla, quienes, como ustedes, han de comer sus propios excrementos y beber su propia orina?

13 Entonces el Rabsaces se puso de pie y gritó a gran voz en hebreo, diciendo:

—¡Oigan las palabras del gran rey, el rey de Asiria! 14 Así ha dicho el rey: “No los engañe Ezequías, porque él no los podrá librar. 15 Tampoco los haga confiar Ezequías en el SEÑOR, diciendo: ‘Ciertamente el SEÑOR nos librará, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria’ ”. 16 ¡No escuchen a Ezequías! Porque así ha dicho el rey de Asiria: “Hagan la paz conmigo y ríndanse a mí. Y comerá cada uno de su vid y de su higuera, y beberá cada uno de las aguas de su pozo, 17 hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la suya, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas. 18 No los engañe Ezequías, diciendo: ‘el SEÑOR nos librará’. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones libró su tierra de la mano del rey de Asiria? 19 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim? ¿Acaso libraron estos a Samaria de mi mano? 20 ¿Cuáles de entre todos los dioses de estas tierras libraron sus tierras de mi mano, para que el SEÑOR libre a Jerusalén de mi mano?”.

21 Pero ellos callaron y no respondieron ni una palabra, porque había una orden del rey que decía: “No le respondan”. 22 Entonces Eliaquim hijo de Hilquías, el administrador del palacio; Sebna, el escriba; y Jóaj hijo de Asaf, el cronista, fueron a Ezequías con sus vestiduras rasgadas y le declararon las palabras del Rabsaces.

Gálatas 5:13-26

Frutos de la carne y del Espíritu

13 Ustedes fueron llamados a la libertad, hermanos; solamente que no usen la libertad como pretexto para la carnalidad. Más bien, sírvanse los unos a los otros por medio del amor, 14 porque toda la ley se ha resumido en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo[a]. 15 Pero si se muerden y se comen los unos a los otros, miren que no sean consumidos los unos por los otros.

16 Digo, pues: Anden en el Espíritu, y así jamás satisfarán los malos deseos de la carne. 17 Porque la carne desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente para que no hagan lo que quisieran. 18 Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley.

19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: inmoralidad sexual[b], impureza, desenfreno, 20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, 21 envidia[c], borracheras, orgías y cosas semejantes a estas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

22 Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley 24 porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

25 Ahora que vivimos en el Espíritu, andemos en el Espíritu. 26 No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros.

Salmos 64

Dios prende al impío en su maldad

64 Al músico principal. Salmo de David.

Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración;
guarda mi vida del miedo al enemigo.
Escóndeme del consejo secreto
de los malhechores,
del tumulto de los que obran iniquidad.
Ellos afilan su lengua como espadas,
y disponen palabras amargas como flechas
para tirarlas a escondidas contra el inocente.
De repente tiran contra él,
y no temen.
Se alientan unos a otros en perverso designio
y planean[a] esconder trampas. Dicen: “¿Quién nos[b] ha de ver?”.
Traman maldad,
hacen un minucioso complot
hasta en el íntimo pensamiento del hombre
y lo profundo del corazón.
Pero Dios los herirá con sus
propias flechas.
De repente les sobrevendrán
sus heridas.
Los hará caer por la propia lengua
de ellos;
todos los que los vean moverán
la cabeza.
Todos los hombres temerán;
anunciarán la obra de Dios
y entenderán sus hechos.
10 El justo se alegrará en el SEÑOR
y confiará en él.
Se gloriarán todos los rectos
de corazón.

Proverbios 23:23

23 Adquiere la verdad y no la vendas; adquiere sabiduría, disciplina
e inteligencia.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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