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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Isaías 37-38

Isaías anuncia la liberación

37 Aconteció que cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestiduras, y cubierto de cilicio entró en la casa del SEÑOR. Luego envió, cubiertos de cilicio, a Eliaquim el administrador del palacio, a Sebna el escriba y a los ancianos de los sacerdotes a donde estaba el profeta Isaías hijo de Amoz. Y le dijeron:

—Así ha dicho Ezequías: “Este día es día de angustia, de reprensión y de vergüenza; porque los hijos están a punto de nacer, pero no hay fuerzas para dar a luz. Quizás el SEÑOR tu Dios habrá escuchado las palabras del Rabsaces, al cual ha enviado su señor, el rey de Asiria, para afrentar al Dios vivo; y le reprenderá a causa de las palabras que el SEÑOR tu Dios ha escuchado. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda”.

Fueron, pues, a Isaías los servidores del rey Ezequías, e Isaías les dijo:

—Así dirán a su señor: “Así ha dicho el SEÑOR: ‘No temas por las palabras que has oído, con las que me han injuriado los criados del rey de Asiria. He aquí, yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor y se volverá a su tierra. Y haré que en su tierra caiga a espada’ ”.

Ezequías y las cartas de Senaquerib

Cuando el Rabsaces oyó que el rey de Asiria había partido de Laquis, regresó y halló al rey combatiendo contra Libna. Luego el rey oyó hablar acerca de Tirhaca, rey de Etiopía: “He aquí que él ha salido para combatir contra ti”.

Cuando lo oyó, envió mensajeros a Ezequías, diciendo: 10 “Así dirán a Ezequías, rey de Judá: ‘No te engañe tu dios, en quien tú confías, al decirte que Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. 11 He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todos los países, destruyéndolos por completo. ¿Y serás librado tú? 12 ¿Acaso los dioses de las naciones, que mis padres destruyeron, libraron a Gozán, a Harán, a Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13 ¿Dónde están el rey de Hamat, el rey de Arfad y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Ivá?’ ”.

14 Entonces Ezequías tomó la carta[a] de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego Ezequías subió a la casa del SEÑOR, y la extendió delante del SEÑOR. 15 Y Ezequías oró al SEÑOR diciendo: 16 “Oh SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono entre los querubines: Solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra; tú has hecho los cielos y la tierra. 17 Inclina, oh SEÑOR, tu oído y escucha; abre, oh SEÑOR, tus ojos y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado decir para afrentar al Dios vivo. 18 Es verdad, oh SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido todos los países y sus tierras, 19 y que han entregado al fuego sus dioses y los destruyeron; porque estos no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y de piedra. 20 Ahora pues, oh SEÑOR, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que solo tú, oh SEÑOR, eres Dios[b]”.

Juicio divino contra Senaquerib

21 Entonces Isaías hijo de Amoz mandó a decir a Ezequías: “Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: ‘Con respecto a lo que me has pedido en oración acerca de Senaquerib, rey de Asiria, 22 esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado acerca de él:

“‘La virgen hija de Sion te menosprecia; hace burla de ti. Mueve su cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén. 23 ¿A quién has afrentado e injuriado? ¿Contra quién has levantado la voz y alzado los ojos con altivez? ¡Contra el Santo de Israel!

24 “‘Por medio de tus siervos has afrentado al Señor y has dicho: Con la multitud de mis carros yo ascendí a las cumbres de los montes, a las regiones más remotas del Líbano. Corté sus más altos cedros y sus cipreses escogidos. Llegué hasta su cumbre, al bosque más exuberante. 25 Yo cavé y bebí aguas extranjeras[c], y con las plantas de mis pies hice secar todas las corrientes de Egipto.

26 “‘¿Acaso no lo has oído? Hace mucho tiempo que lo determiné; desde los días de la antigüedad lo dispuse. Y ahora he hecho que suceda para hacer de las ciudades fortificadas montones de ruinas. 27 Y sus habitantes, sin poder hacer nada, son aterrorizados y avergonzados. Son como la planta del campo o el verdor del pasto, como la hierba de los terrados que es quemada[d] antes de madurar.

28 “‘Yo conozco tu sentarte, tu salir y tu entrar, y también tu furor contra mí. 29 Porque te has enfurecido contra mí, y tu arrogancia ha subido a mis oídos, pondré mi gancho en tu nariz y mi freno en tus labios. Y te haré regresar por el camino por donde has venido’.

30 “Y esto te servirá de señal, oh Ezequías: Este año comerán de lo que brota de por sí, y el segundo año de lo que crezca de aquello. Pero en el tercer año siembren y sieguen; planten viñas y coman de su fruto. 31 Y los sobrevivientes de la casa de Judá, los que habrán quedado, volverán a echar raíces por debajo y a dar fruto por arriba. 32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los sobrevivientes. ¡El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto!

33 “Por tanto, así ha dicho el SEÑOR acerca del rey de Asiria: ‘No entrará en esta ciudad; no tirará en ella ni una sola flecha. No vendrá frente a ella con escudo ni construirá contra ella terraplén. 34 Por el camino por donde vino, por él se volverá; y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR. 35 Pues defenderé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David’ ”.

36 Entonces salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres. 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó, y permaneció en Nínive. 38 Pero sucedió que mientras adoraba en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarjadón reinó en su lugar.

El Señor sana a Ezequías

38 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a él y le dijo:

—Así ha dicho el SEÑOR: “Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás”.

Entonces Ezequías volvió su cara hacia la pared y oró al SEÑOR, diciendo:

—Oh SEÑOR, acuérdate, por favor, de que he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y de que he hecho lo bueno ante tus ojos.

Ezequías lloró con gran llanto. Entonces la palabra del SEÑOR vino a Isaías, diciendo:

—Ve y di a Ezequías: “Así ha dicho el SEÑOR, Dios de tu padre David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí que yo añadiré quince años a tus días, y libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria. Defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David[e]. Y esto te servirá de señal de parte del SEÑOR, de que hará esto que ha dicho: He aquí que yo haré retroceder diez gradas la sombra que ha descendido hacia atrás a causa del sol, en la gradería de Acaz’ ”.

Y el sol regresó atrás diez gradas sobre las gradas por las cuales había descendido.

Salmo de Ezequías al ser sanado

Escrito de Ezequías, rey de Judá, después que enfermó y fue sanado de su enfermedad:

10 Yo dije: “En medio de mis días pasaré por las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años”.

11 Dije: “Ya no veré al SEÑOR[f] en la tierra de los vivientes. Ya no contemplaré a ningún hombre entre los habitantes del mundo.

12 Mi morada es removida y quitada de mí, cual una tienda de pastor. Como hace el tejedor, he enrollado mi vida; él corta la hebra de mi tejido. Desde el día hasta la noche me doblegas por completo.

13 Mi clamor[g] dura hasta el amanecer; como un león, él tritura todos mis huesos. Desde el día hasta la noche me doblegas por completo.

14 Chillo como la golondrina y la grulla; gimo como la paloma. Mis ojos lloran hacia lo alto: Oh Señor[h], estoy oprimido; intervén en mi favor”.

15 ¿Qué, pues, diré? Porque él me ha hablado y él mismo lo ha hecho. En la amargura de mi alma, andaré con inquietud[i] todos mis años.

16 Oh Señor, para tales cosas se vive; y en todas ellas está la vida de mi espíritu. ¡Oh, fortaléceme y hazme vivir!

17 He aquí, fue por mi bien que tuve gran amargura, pero tú libraste[j] mi vida del hoyo de la destrucción, pues has echado tras tus espaldas todos mis pecados.

18 Porque el Seol no te agradecerá ni la muerte te alabará ampoco los que descienden a la fosa esperarán en tu fidelidad.

19 ¡El que vive, el que vive es el que te agradece, como yo lo hago ahora l padre da a conocer a los hijos tu fidelidad.

20 El SEÑOR ha prometido[k] salvarme. Por tanto, tocaremos nuestras[l] melodías en la casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.

21 Pues Isaías había dicho: “Tomen una masa de higos, y extiéndanla sobre la llaga, y sanará”. 22 Y Ezequías había dicho: “¿Qué señal tendré de que he de subir a la casa del SEÑOR?”.

Gálatas 6

La solidaridad cristiana

Hermanos, en caso de que alguien se encuentre enredado en alguna transgresión, ustedes que son espirituales restauren al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrelleven los unos las cargas de los otros y de esta manera cumplirán la ley de Cristo. Porque si alguien estima que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Así que, examine cada uno su obra, y entonces tendrá motivo de orgullo solo en sí mismo y no en otro; porque cada cual llevará su propia carga.

El que recibe instrucción en la palabra comparta toda cosa buena con quien le instruye.

No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará. Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos. 10 Por lo tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.

Conclusión

11 Miren con cuán grandes letras les escribo con mi propia mano. 12 Aquellos que quieren tener el visto bueno en la carne les obligan a ser circuncidados solamente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. 13 Pues ni los que son circuncidados guardan la ley; sin embargo, quieren que ustedes sean circuncidados para gloriarse en su carne. 14 Pero lejos esté de mí el gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien el mundo me ha sido crucificado a mí y yo al mundo. 15 Porque[a] ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada sino la nueva criatura.

16 Para todos los que anden según esta regla, paz y misericordia sean sobre ellos y sobre el Israel de Dios.

17 De aquí en adelante nadie me cause dificultades pues llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de ustedes, hermanos. Amén.

Salmos 65

Alabanza a Dios por su providencia

65 Al músico principal. Salmo. Cántico de David.

En Sion, oh Dios, te corresponde
la alabanza;
a ti serán pagados los votos.
Tú oyes la oración;
a ti acudirá todo ser.
Las palabras de iniquidad prevalecen contra mí
pero tú perdonarás nuestras
rebeliones.
Bienaventurado el hombre que tú
escoges y haces que se acerque a ti para que habite en tus atrios. Seremos saciados del bien de tu casa,
de tu santo templo.
Con hechos tremendos nos
responderás en justicia,
oh Dios de nuestra salvación,
esperanza de todos los confines
de la tierra
y de todos los mares más distantes.
Tú eres el que afirmas las montañas con poder, ceñido de poderío.
Tú eres el que sosiegas el estruendo de los mares,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los pueblos.
Por eso los habitantes de los confines de la tierra tienen temor
de tus maravillas.
Tú haces cantar de júbilo a las salidas de la mañana y de la noche.
Visitas la tierra y la riegas;
en gran manera la enriqueces.
El río de Dios está lleno de aguas. Produces los trigales
porque así lo has preparado.
10 Haces que se empapen sus surcos
y allanas sus crestas.
Disuelves los terrones con aguaceros
y bendices sus brotes.
11 Coronas el año con tus bondades
y tus recorridos fluyen abundancia.
12 Los pastizales del desierto fluyen abundancia
y las colinas se ciñen de alegría.
13 Los prados se visten de rebaños
y los valles se cubren de grano. Gritan de júbilo y cantan.

Proverbios 23:24

24 Mucho se alegrará el padre del justo;
el que engendró un hijo sabio se gozará con él.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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