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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Ezequiel 20

Infidelidad de Israel hacia su Dios

20 Aconteció en el día diez del mes quinto[a] del séptimo año que vinieron algunos hombres de los ancianos de Israel para consultar al SEÑOR, y se sentaron delante de mí. Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel y diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[b]: ‘¿Han venido para consultarme? ¡Vivo yo, que no seré consultado por ustedes!’, dice el SEÑOR Diosc. ¿Quieres juzgarlos tú? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres. Diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[c]: ‘El día que escogí a Israel, alcé mi mano jurando a la descendencia de la casa de Jacob, y me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto. Entonces alcé mi mano jurando y dije: Yo soy el SEÑOR su Dios. Aquel día les alcé mi mano jurando que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que había explorado para ellos, que fluye leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras. Entonces les dije: Arroje cada uno de sí los ídolos detestables que sus ojos aman, y no se contaminen con los ídolos de Egipto[d]. Yo soy el SEÑOR su Dios’.

“Pero ellos se obstinaron contra mí y no quisieron obedecerme. No arrojaron de sí los ídolos detestables que sus ojos aman ni dejaron los ídolos de Egipto. Entonces yo dije que derramaría sobre ellos mi ira para agotar en ellos mi furor, en medio de la tierra de Egipto. Pero actué por causa de mi nombre, para no ser profanado a la vista de las naciones en medio de las cuales se encontraban, ante cuya vista me di a conocer al sacarlos de la tierra de Egipto.

10 “Yo los saqué de la tierra de Egipto y los traje al desierto. 11 Les di mis estatutos y los hice conocer mis decretos, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivirá. 12 También les di mis sábados para que fueran una señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy el SEÑOR, el que los santifico. 13 Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no anduvieron en mis estatutos. Más bien, rechazaron mis decretos, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Y profanaron gravemente mis sábados, por lo cual dije que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto, para acabar con ellos. 14 Pero actué por causa de mi nombre, para no ser profanado a vista de las naciones, ante cuya vista los saqué. 15 También en el desierto alcé mi mano, jurándoles que no los llevaría a la tierra que les había dado, que fluye leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras. 16 Fue porque rechazaron mis decretos, no anduvieron en mis estatutos y profanaron mis sábados; porque el corazón de ellos se iba tras sus ídolos. 17 A pesar de ello, mi ojo les tuvo lástima, para no destruirlos, y no acabé con ellos en el desierto.

18 “Y dije a sus hijos en el desierto: ‘No anden según las leyes de sus padres; no guarden sus decretos ni se contaminen con sus ídolos. 19 Yo soy el SEÑOR su Dios. Anden según mis estatutos, guarden mis decretos y pónganlos por obra. 20 Santifiquen mis sábados, y serán una señal entre mí y ustedes, para que se sepa que yo soy el SEÑOR su Dios’.

21 “Pero los hijos se rebelaron contra mí. No anduvieron según mis estatutos ni guardaron mis decretos poniéndolos por obra, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Y profanaron mis sábados, por lo cual dije que derramaría sobre ellos mi ira para agotar en ellos mi furor en el desierto. 22 Pero yo retiré mi mano y actué por causa de mi nombre, para no ser profanado a vista de las naciones, ante cuya vista los saqué. 23 También en el desierto les alcé mi mano jurándoles que los dispersaría entre las naciones y que los esparciría entre los países, 24 porque no pusieron por obra mis decretos, rechazaron mis estatutos, profanaron mis sábados, y sus ojos se fueron tras los ídolos de sus padres. 25 Yo también les di leyes que no eran buenas y decretos por los cuales no pudieran vivir. 26 Y cuando hacían pasar por fuego[e] a todo primogénito del vientre, los consideré inmundos, juntamente con sus dones, para desolarlos, a fin de que supieran que yo soy el SEÑOR.

27 “Por tanto, oh hijo de hombre, habla a la casa de Israel y diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[f]: ‘Aun en esto sus padres me afrentaron cuando actuaron contra mí con infidelidad’. 28 Los llevé a la tierra con respecto a la cual yo había alzado mi mano jurándoles que les habría de dar, pero ellos vieron toda colina alta y todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas y presentaron sus ofrendas que me indignan. Allí pusieron también su grato olor y allí derramaron sus libaciones. 29 Les dije: ‘¿Qué es este lugar alto adonde van?’. Y fue llamado su nombre Bamah, hasta el día de hoy.

30 “Por tanto, di a los de la casa de Israel que así ha dicho el SEÑOR Dios[g]: ‘¿A la manera de sus padres se contaminan ustedes y se prostituyen tras sus ídolos abominables? 31 Pues al presentar sus ofrendas y hacer pasar por fuego[h] a sus hijos, se han contaminado con todos sus ídolos, hasta ahora. ¿Y he de ser consultado por ustedes, oh casa de Israel? ¡Vivo yo, que no seré consultado por ustedes!, dice el SEÑOR Dios[i]. 32 No será como lo han pensado. Porque ustedes dicen: ‘Seamos como las demás naciones, como las familias de los países, para servir a la madera y a la piedra’. 33 ¡Vivo yo, que con mano fuerte, con brazo extendido y con ira derramada he de reinar sobre ustedes!, dice el SEÑOR Dios[j]. 34 Yo los sacaré de entre los pueblos, y los reuniré de los países en los cuales han sido dispersados con mano fuerte, con brazo extendido y con ira derramada. 35 Os traeré al desierto de los pueblos, y allí, cara a cara, entraré en juicio contra ustedes. 36 Como entré en juicio contra sus padres en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio contra ustedes, dice el SEÑOR Dios[k]. 37 Los haré pasar bajo la vara y los haré entrar en el vínculo del pacto. 38 Eliminaré de entre ustedes a los rebeldes y a los que han transgredido contra mí. Los sacaré de la tierra de sus peregrinaciones, pero no entrarán en la tierra de Israel. Y sabrán que yo soy el SEÑOR’.

39 “Y en cuanto a ustedes, oh casa de Israel, así ha dicho el SEÑOR Dios[l]: ‘Si a mí no me escuchan, ¡vaya cada uno tras sus dioses y sírvalos! Pero no profanen más mi santo nombre con sus ofrendas y sus ídolos’.

Aceptación de Israel en Sion

40 “Ciertamente en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice el SEÑOR Dios[m], allí me servirá toda la casa de Israel, cuando toda ella esté en la tierra. Allí los aceptaré, y allí reclamaré sus ofrendas alzadas y las primicias de sus obsequios con todas sus cosas sagradas. 41 Como grato olor los aceptaré cuando yo los haya sacado de entre los pueblos y los haya reunido de los países en que están dispersados. Entonces en medio de ustedes seré tratado como santo, ante la vista de las naciones. 42 Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando los traiga a la tierra de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a sus padres. 43 Allí se acordarán de sus caminos y de todos sus hechos con que se han contaminado, y se detestarán a ustedes mismos por todas sus maldades que han hecho. 44 Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando por causa de mi nombre yo haga con ustedes, no según sus malos caminos ni según sus perversas obras, oh casa de Israel”, dice el SEÑOR Dios[n].

Profecía contra la tierra del sur

45 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

46 —Oh hijo de hombre, pon tu rostro en dirección de Temán; predica contra el sur y profetiza contra el bosque del campo del Néguev. 47 Dirás al bosque del Néguev: “Escucha la palabra del SEÑOR; así ha dicho el SEÑOR Dios[o]: ‘He aquí, yo enciendo fuego en ti, el cual devorará en ti todo árbol verde y todo árbol seco. La poderosa llama no se apagará, y por causa de ella todas las caras serán quemadas, desde el Néguev hasta el norte. 48 Y verá todo mortal que yo, el SEÑOR, la encendí; no se apagará’”.

49 Entonces dije:

—¡Ah, SEÑOR Dios[p]! Ellos dicen de mí: “¿Acaso no es este el que anda diciendo parábolas?”.

Hebreos 9:11-28

Jesús, el sacrificio perfecto y final

11 Pero estando ya presente Cristo —el sumo sacerdote de los bienes que han venido[a], por medio del más amplio y perfecto tabernáculo no hecho de manos; es decir, no de esta creación— 12 entró una vez para siempre en el lugar santísimo logrando así eterna redención, ya no mediante sangre de machos cabríos ni de becerros sino mediante su propia sangre. 13 Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo, 14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras muertas para servir al Dios vivo!

15 Por esta razón, también es mediador del nuevo pacto, para que los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna, ya que intervino muerte para redimirlos de las transgresiones bajo el primer pacto. 16 Porque donde hay un testamento es necesario que se presente constancia de la muerte del testador. 17 El testamento es confirmado con la muerte, puesto que no tiene vigencia mientras viva el testador. 18 Por esto, ni aun el primer testamento fue inaugurado sin sangre. 19 Porque habiendo declarado Moisés todos los mandamientos según la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata e hisopo, y roció al libro mismo y también a todo el pueblo 20 diciendo: Esta es la sangre del pacto, el cual Dios les ha ordenado[b]. 21 Y roció también con la sangre el tabernáculo y todos los utensilios del servicio 22 pues, según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.

23 Era, pues, necesario purificar las figuras de las cosas celestiales con estos ritos; pero las mismas cosas celestiales con sacrificios superiores a estos. 24 Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor. 25 Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra cada año el sumo sacerdote en el lugar santísimo con sangre ajena. 26 De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre en la consumación de los siglos para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. 27 Y de la manera que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos. La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvación a los que lo esperan.

Salmos 107

Libro V: Salmos 107—150

Salmo de gratitud por la liberación

107 ¡Alaben al SEÑOR, porque

es bueno;
porque para siempre es su misericordia!
Díganlo los redimidos del SEÑOR, los que ha redimido del poder del enemigo
y los que ha congregado de las tierras del oriente y del occidente,
del norte y del sur.
Perdidos anduvieron por el desierto, en el sequedal;
no hallaron camino hacia una ciudad habitada.
Estaban hambrientos y sedientos; sus almas desfallecían en ellos.
Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
Los dirigió por camino derecho para que fuesen a una ciudad en que habitar.
¡Den gracias al SEÑOR por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
Porque él sacia al alma sedienta
y llena de bien al alma hambrienta.
10 Habitaban en tinieblas y en densa oscuridad,
aprisionados en la miseria y en cadenas de hierro,
11 porque fueron rebeldes a las palabras del SEÑOR
y aborrecieron el consejo del Altísimo.
12 Por eso sometió el corazón de ellos con dura labor;
cayeron, y no hubo quien les ayudase.
13 Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
14 Los sacó de las tinieblas, de la densa oscuridad,
y rompió sus cadenas.
15 ¡Den gracias al SEÑOR por
su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
16 Porque rompió las puertas de bronce
y desmenuzó los cerrojos de hierro.
17 Fueron afligidos los insensatos
a causa de su camino rebelde
y a causa de sus maldades.
18 Su alma abominó toda comida,
y llegaron hasta las puertas
de la muerte.
19 Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
20 Envió su palabra y los sanó;
los libró de su ruina.
21 ¡Den gracias al SEÑOR por su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
22 Ofrezcan sacrificios de acción
de gracias
y proclamen sus obras con júbilo.
23 Los que descienden al mar
en los barcos
y hacen negocios en los océanos,
24 ellos han visto las obras del SEÑOR
y sus maravillas en lo profundo del mar.
25 Él habló y desató el viento
de la tempestad,
e hizo que se elevaran sus olas.
26 Subieron los cielos, descendieron los abismos;
su alma se derretía con el daño.
27 Se tambalearon y temblaron como
un borracho,
y toda su sabiduría se echó a perder.
28 Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
29 Él trae calma a la tempestad,
y se apaciguan sus olas.
30 Entonces se alegran porque ellas
se aquietan,
y él los guía al puerto que desean.
31 ¡Den gracias al SEÑOR por
su misericordia
y por sus maravillas para con los hijos del hombre!
32 Exáltenlo en la congregación del pueblo
y alábenlo en la reunión de
los ancianos.
33 Él convierte los ríos en desierto
y las fuentes de aguas en tierra sedienta.
34 Convierte las tierras fértiles en salobres
por la maldad de los que las habitan.
35 Convierte el desierto en estanques
de agua
y la tierra seca en manantiales.
36 Allí establece a los hambrientos
y fundan una ciudad en que habitar.
37 Siembran campos, plantan viñas
y logran abundante fruto.
38 Los bendice, y se multiplican en gran manera;
y no deja que disminuya su ganado.
39 Cuando son reducidos en número
y menoscabados
a causa de la opresión, de la calamidad y de la congoja,
40 derrama menosprecio sobre
los príncipes,
y les hace andar errantes, vagabundos, sin camino.
41 Y levanta de la miseria al necesitado y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.
42 Véanlo los rectos y alégrense; pero toda maldad cierre la boca.
43 Quien sea sabio y guarde estas cosas entenderá los hechos misericordiosos del SEÑOR.

Proverbios 27:11

11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; así tendré qué responder al que me ultraja.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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