The Daily Audio Bible
Today's audio is from the NIV. Switch to the NIV to read along with the audio.
1 EN el año segundo del rey Darío en el mes sexto, en el primer día del mes, fué palabra de Jehová, por mano del profeta Haggeo, á Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y á Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, diciendo:
2 Jehová de los ejércitos habla así, diciendo: Este pueblo dice: No es aún venido el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
3 Fué pues palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de morar en vuestras casas enmaderadas, y esta casa está desierta?
5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pensad bien sobre vuestros caminos.
6 Sembráis mucho, y encerráis poco; coméis, y no os hartáis; bebéis, y no os saciáis; os vestís, y no os calentáis; y el que anda á jornal recibe su jornal en trapo horadado.
7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella, mi voluntad, y seré honrado, ha dicho Jehová.
9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y soplo en ello. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre á su propia casa.
10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
11 Y llamé la sequedad sobre esta tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce, y sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.
12 Y oyó Zorobabel hijo de Sealtiel, y Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, y todo el demás pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Haggeo, como lo había enviado Jehová el Dios de ellos; y temió el pueblo delante de Jehová.
13 Entonces Haggeo, enviado de Jehová, habló por mandado de Jehová, al pueblo, diciendo: Yo soy con vosotros, dice Jehová.
14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron e hicieron obra en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,
15 En el día veinte y cuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
2 EN el mes séptimo, á los veinte y uno del mes, fué palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
2 Habla ahora á Zorobabel hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y á Josué hijo de Josadac, gran sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:
3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su primera gloria, y cual ahora la veis? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?
4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también Josué, hijo de Josadac, gran sacerdote; y cobra ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y obrad: porque yo soy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
5 Según el pacto que concerté con vosotros á vuestra salida de Egipto, así mi espíritu estará en medio de vosotros: no temáis.
6 Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí á poco aun haré yo temblar los cielos y la tierra, y la mar y la seca:
7 Y haré temblar á todas las gentes, y vendrá el Deseado de todas las gentes; y henchiré esta casa de gloria, ha dicho Jehová de los ejércitos.
8 Mía es la plata, y mío el oro, dice Jehová de los ejércitos.
9 La gloria de aquesta casa postrera será mayor que la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
10 A veinticuatro del noveno mes, en el segundo año de Darío, fué palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
11 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora á los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:
12 Si llevare alguno las carnes sagradas en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare el pan, ó la vianda, ó el vino, ó el aceite, ú otra cualquier comida, ¿será santificado? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: No.
13 Y dijo Haggeo: Si un inmundo á causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de éstas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.
14 Y respondió Haggeo y dijo: Así es este pueblo, y esta gente, delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.
15 Ahora pues, poned vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pusiesen piedra sobre piedra en el templo de Jehová,
16 Antes que fuesen estas cosas, venían al montón de veinte hanegas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte.
17 Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis á mí, dice Jehová.
18 Pues poned ahora vuestro corazón desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento al templo de Jehová; poned vuestro corazón.
19 ¿Aun no está la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de la oliva ha todavía florecido: mas desde aqueste día daré bendición.
20 Y fué segunda vez palabra de Jehová á Haggeo, á los veinticuatro del mismo mes, diciendo:
21 Habla á Zorobabel, gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra;
22 Y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las gentes; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendrán abajo los caballos, y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano.
23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo mío, dice Jehová, y ponerte he como anillo de sellar: porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.
11 Y ME fué dada una caña semejante á una vara, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y á los que adoran en él.
2 Y echa fuera el patio que está fuera del templo, y no lo midas, porque es dado á los Gentiles; y hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
3 Y daré á mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos y sesenta días, vestidos de sacos.
4 Estas son las dos olivas, y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra.
5 Y si alguno les quisiere dañar, sale fuego de la boca de ellos, y devora á sus enemigos: y si alguno les quisiere hacer daño, es necesario que él sea así muerto.
6 Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.
7 Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará.
8 Y sus cuerpos serán echados en las plazas de la grande ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fué crucificado.
9 Y los de los linajes, y de los pueblos, y de las lenguas, y de los Gentiles verán los cuerpos de ellos por tres días y medio, y no permitirán que sus cuerpos sean puestos en sepulcros.
10 Y los moradores de la tierra se gozarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones los unos á los otros; porque estos dos profetas han atormentado á los que moran sobre la tierra.
11 Y después de tres días y medio el espíritu de vida enviado de Dios, entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron.
12 Y oyeron una grande voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron.
13 Y en aquella hora fué hecho gran temblor de tierra, y la décima parte de la ciudad cayó, y fueron muertos en el temblor de tierra en número de siete mil hombres: y los demás fueron espantados, y dieron gloria al Dios del cielo.
14 El segundo ¡Ay! es pasado: he aquí, el tercer ¡Ay! vendrá presto.
15 Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido á ser los reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás.
16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus sillas, se postraron sobre sus rostros, y adoraron á Dios,
17 Diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado.
18 Y se han airado las naciones, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos, para que sean juzgados, y para que des el galardón á tus siervos los profetas, y á los santos, y á los que temen tu nombre, á los pequeñitos y á los grandes, y para que destruyas los que destruyen la tierra.
19 Y el templo de Dios fué abierto en el cielo, y el arca de su testamento fué vista en su templo. Y fueron hechos relámpagos y voces y truenos y terremotos y grande granizo.
Al Músico principal: Salmo de David.
139 OH Jehová, tú me has examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme,
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Mi senda y mi acostarme has rodeado,
Y estás impuesto en todos mis caminos.
4 Pues aun no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
5 Detrás y delante me guarneciste,
Y sobre mí pusiste tu mano.
6 Más maravillosa es la ciencia que mi capacidad;
Alta es, no puedo comprenderla.
7 ¿Adónde me iré de tu espíritu?
¿Y adónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere á los cielos, allí estás tú:
Y si en abismo hiciere mi estrado, he aquí allí tú estás.
9 Si tomare las alas del alba,
Y habitare en el extremo de la mar,
10 Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá tocante á mí.
12 Aun las tinieblas no encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día:
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú poseiste mis riñones;
Cubrísteme en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras:
Estoy maravillado,
Y mi alma lo conoce mucho.
15 No fué encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fuí formado,
Y compaginado en lo más bajo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
17 Así que ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán multiplicadas son sus cuentas!
18 Si los cuento, multiplícanse más que la arena:
Despierto, y aun estoy contigo.
19 De cierto, oh Dios, matarás al impío;
Apartaos pues de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti:
Tus enemigos toman en vano tu nombre
21 ¿No tengo en odio, oh Jehová, á los que te aborrecen,
Y me conmuevo contra tus enemigos?
22 Aborrézcolos con perfecto odio;
Téngolos por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón:
Pruébame y reconoce mis pensamientos:
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
15 La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, Trae, trae.
Tres cosas hay que nunca se hartan;
Aun la cuarta nunca dice, Basta:
16 El sepulcro, y la matriz estéril,
La tierra no harta de aguas,
Y el fuego que jamás dice, Basta.
Spanish Blue Red and Gold Letter Edition (SRV-BRG)
Blue Red and Gold Letter Edition™ Copyright © 2012/2015 BRG Bible Ministries. Used by Permission. All rights reserved.
BRG Bible is a Registered Trademark in U.S. Patent and Trademark Office #4145648