El ángel respondió: —Yo iré con él. No temas. Volveremos a ti tan sanos y salvos como nos vamos. El camino es seguro. Tobit dijo: —¡Que Dios te bendiga, amigo! Entonces llamó a su hijo y le dijo: —Hijo, prepárate para el viaje y vete con tu amigo. Que Dios desde el cielo los proteja y les ayude a volver a mí sanos y salvos. Que el ángel de Dios los acompañe y los proteja, hijo mío. Tobías besó a su padre y a su madre, y emprendió el viaje. Tobit le deseó: —¡Que tengas buen viaje!
El ángel me contestó: —Yo iré con su hijo; no se preocupe, porque el camino es seguro. Regresaremos sanos y salvos, tal como partimos. Yo exclamé: —¡Que Dios te bendiga! Luego llamé a Tobías, y le dije: —Hijo mío, prepara todo para el viaje, y vete con nuestro buen amigo. Que el Dios del cielo los cuide y los traiga de regreso sanos y salvos. Que el ángel de Dios los acompañe y los proteja. Tobías nos besó a mí y a su madre, y emprendió el viaje. Yo le gritaba: «¡Qué tengas un buen viaje!»