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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Números 21:8-32:19

y el Señor le dijo:

—Hazte una serpiente y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán.

Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos miraban a la serpiente de bronce y vivían.

En camino a Moab

10 Los israelitas se pusieron en marcha y acamparon en Obot. 11 De allí partieron y acamparon en Iyé Abarín, que está en el desierto, al este de Moab. 12 De allí partieron y acamparon en el valle de Zéred. 13 De allí partieron y acamparon al otro lado del río Arnón, que está en el desierto que se extiende desde el territorio de los amorreos. El río Arnón sirve de frontera entre el territorio de los moabitas y el de los amorreos. 14 Por eso puede leerse en el libro de las guerras del Señor:

«…pasamos por Vaheb, en Sufá,
por los valles y el Arnón; 15     la ladera de los valles
que se extienden hasta la región de Ar
    y la frontera de Moab».

16 De allí continuaron hasta Ber, el pozo donde el Señor dijo a Moisés: «Reúne al pueblo y les daré agua».

17 En esa ocasión Israel entonó este cántico:

«¡Que brote agua del pozo!
    ¡Canten en su honor!
18 ¡Pozo que cavaron los príncipes,
    y que los nobles del pueblo abrieron con sus cetros y bastones de mando!».

Desde el desierto se dirigieron a Mataná; 19 de Mataná a Najaliel, de Najaliel a Bamot, 20 y de Bamot al valle que está en la región de Moab, hasta la cumbre del monte Pisgá, desde donde puede verse el desierto de Jesimón.

Victoria sobre Sijón

21 Israel envió mensajeros a Sijón, rey de los amorreos, con este mensaje:

22 «Te pido que nos dejes pasar por tu territorio. Te prometo que no entraremos en ningún campo ni viña, ni beberemos agua de ningún pozo. Nos limitaremos a pasar por el camino real, hasta que salgamos de tu territorio».

23 Pero Sijón no dejó que los israelitas pasaran por su territorio. Más bien, reunió a sus tropas y salió a hacerles frente en el desierto. Cuando llegó a Yahaza, los atacó. 24 Pero los israelitas lo derrotaron y se apoderaron de su territorio, desde el río Arnón hasta el río Jaboc, es decir, hasta la frontera de los amonitas, la cual estaba fortificada. 25 Israel se apoderó de todas las ciudades amorreas y se estableció en ellas, incluso en Hesbón y en todas sus aldeas. 26 Hesbón era la ciudad capital de Sijón, rey de los amorreos, quien había luchado en contra del anterior rey de Moab, conquistando todo su territorio, hasta el río Arnón.

27 Por eso dicen los poetas:

«Vengan a Hesbón, la ciudad de Sijón.
    ¡Reconstrúyanla! ¡Restáurenla!

28 »Porque de Hesbón ha salido fuego;
    de la ciudad de Sijón salieron llamas.
¡Y consumieron a Ar de Moab
    y los que habitan las alturas del Arnón!
29 ¡Ay de ti, Moab!
    ¡Estás destruido, pueblo de Quemós!
Tu dios convirtió a tus hijos en fugitivos
    y a tus hijas en prisioneras de Sijón,
    rey de los amorreos.

30 »Los hemos destruido por completo,
    desde Hesbón hasta Dibón.
Los devastamos hasta Nofa,
    ¡los destruimos hasta Medeba!».

31 Así fue como Israel se estableció en la tierra de los amorreos.

Victoria sobre el rey Og de Basán

32 Moisés también envió a explorar la ciudad de Jazer, y los israelitas se apoderaron de sus aldeas, expulsando a los amorreos que vivían allí. 33 Al volver, tomaron el camino de Basán; entonces el rey Og, que gobernaba ese país, salió con su ejército para hacerles frente en Edrey.

34 Pero el Señor dijo a Moisés: «No le tengas miedo, porque voy a entregar en tus manos a Og con su ejército y su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos que vivía en Hesbón».

35 Así fue como los israelitas mataron a Og, a sus hijos y a todo su ejército, hasta no dejar sobreviviente, y se apoderaron de su territorio.

Balac manda llamar a Balán

22 Los israelitas se pusieron otra vez en marcha y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.

Cuando Balac, hijo de Zipor, se dio cuenta de todo lo que Israel había hecho con los amorreos, los moabitas sintieron mucho miedo de los israelitas. Estaban verdaderamente aterrorizados de ellos, porque eran muchísimos.

Entonces dijeron los moabitas a los jefes de Madián: «¡Esta muchedumbre devorará todo lo que hay a nuestro alrededor, como cuando el ganado devora la hierba del campo!».

En aquel tiempo, Balac, hijo de Zipor, era rey de Moab; así que mandó llamar a Balán, hijo de Beor, quien vivía en Petor, a orillas del río Éufrates, en la tierra de los amavitas.[a] Balac mandó a decirle:

«Hay un pueblo que salió de Egipto, y que ahora cubre toda la tierra y ha venido a asentarse cerca de mí. Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo, porque es más poderoso que yo. Tal vez así pueda yo vencerlos y echarlos fuera del país. Yo sé que a quien tú bendices queda bendito y a quien tú maldices queda maldito».

Los jefes de Moab y de Madián fueron a dar a Balán el mensaje que Balac enviaba y llevaron consigo dinero para pagarle sus adivinaciones.

Balán los invitó a pasar allí la noche, prometiendo comunicarles después lo que el Señor dijera. Y los oficiales se quedaron con él.

Dios apareció a Balán y dijo:

—¿Quiénes son estos hombres que están contigo?

10 Balán respondió:

—Son los mensajeros que envió Balac, hijo de Zipor, que es el rey de Moab. Los envió a decirme: 11 “Un pueblo que salió de Egipto cubre ahora toda la tierra. Ven a maldecirlos por mí. Tal vez así pueda yo luchar contra ellos y echarlos fuera de mi territorio”.

12 Pero Dios dijo a Balán:

—No irás con ellos ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.

13 La mañana siguiente Balán se levantó y dijo a los oficiales enviados por Balac: «Regresen a su tierra, porque el Señor no quiere que yo vaya con ustedes».

14 Los oficiales moabitas regresaron adonde estaba Balac y dijeron: «Balán no quiere venir con nosotros».

15 Balac envió entonces a otros oficiales, más numerosos y distinguidos que los primeros, 16 quienes fueron y dijeron a Balán:

—Esto es lo que dice Balac, hijo de Zipor: No permitas que nada te impida venir a verme, 17 porque yo te recompensaré con creces y haré todo lo que tú me pidas. Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo.

18 Pero Balán respondió a los siervos de Balac:

—Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada grande ni pequeño, sino ajustarme al mandamiento del Señor mi Dios. 19 Ustedes pueden también quedarse aquí esta noche, mientras yo averiguo si el Señor quiere decirme alguna otra cosa.

20 Aquella noche Dios se apareció a Balán y dijo: «Ya que estos hombres han venido a llamarte, ve con ellos, pero solo harás lo que yo te ordene».

Balán y su burra

21 Balán se levantó por la mañana, ensilló su burra y partió con los oficiales de Moab. 22 Mientras iba con ellos, la ira de Dios se encendió y en el camino el ángel del Señor se hizo presente, dispuesto a no dejarlo pasar. Balán iba montado en su burra y sus dos criados lo acompañaban. 23 Cuando la burra vio al ángel del Señor en medio del camino con la espada desenvainada, se apartó del camino y se fue por el campo. Pero Balán la golpeó para hacerla volver al camino.

24 El ángel del Señor se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra en ambos lados. 25 Cuando la burra vio al ángel del Señor, se arrimó contra la pared, apretando el pie de Balán contra ella. Entonces Balán volvió a pegarle.

26 El ángel del Señor se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no había hacia dónde ir, ni a derecha ni a izquierda. 27 Cuando la burra vio al ángel del Señor, se echó al suelo con Balán encima. Entonces se encendió la ira de Balán y golpeó a la burra con un palo. 28 Pero el Señor hizo hablar a la burra, y esta dijo a Balán:

—¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces?

29 Balán respondió:

—¡Te has venido burlando de mí! Si hubiera tenido una espada en la mano, te habría matado de inmediato.

30 La burra contestó a Balán:

—¿Acaso no soy la burra sobre la que siempre has montado hasta el día de hoy? ¿Alguna vez te hice algo así?

—No —respondió Balán.

31 El Señor abrió los ojos de Balán y este pudo ver en el camino al ángel del Señor empuñando la espada. Entonces, Balán se inclinó y se postró rostro en tierra.

32 El ángel del Señor preguntó:

—¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos?[b] 33 Cuando la burra me vio, se apartó de mí tres veces. De no haber sido por ella, tú estarías ya muerto y ella seguiría con vida.

34 Balán dijo al ángel del Señor:

—He pecado. No me di cuenta de tu presencia en el camino para cerrarme el paso. Ahora bien, como esto te parece mal, voy a regresar.

35 Pero el ángel del Señor dijo a Balán:

—Ve con esos hombres, pero limítate a decir solo lo que yo te mande.

Y Balán se fue con los oficiales que Balac había enviado.

Balac se encuentra con Balán

36 Cuando Balac se enteró de que Balán venía, salió a recibirlo en una ciudad moabita que está en la frontera del río Arnón. 37 Balac dijo a Balán:

—¿Acaso no te mandé llamar? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Crees que no soy capaz de recompensarte?

38 —¡Bueno, ya estoy aquí! —contestó Balán—. Solo que no podré decir nada que Dios no ponga en mi boca.

39 De allí se fueron Balán y Balac a Quiriat Jusot. 40 Balac ofreció en sacrificio vacas y ovejas, y las compartió con Balán y los oficiales que estaban con él. 41 A la mañana siguiente, Balac llevó a Balán a Bamot Baal, desde donde Balán pudo ver parte del campamento israelita.

Primer mensaje de Balán

23 Balán dijo a Balac: «Edifícame siete altares en este lugar, y prepárame siete novillos y siete carneros». Balac hizo lo que Balán le pidió, y juntos ofrecieron un novillo y un carnero en cada altar.

Entonces Balán dijo a Balac: «Quédate aquí, al lado de tu holocausto, mientras yo voy a ver si el Señor quiere reunirse conmigo. Luego te comunicaré lo que él me revele». Y se fue a una loma desolada.

Dios vino a su encuentro y Balán le dijo:

—He preparado siete altares, y en cada altar he ofrecido un novillo y un carnero.

Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balán y le dijo:

—Vuelve adonde está Balac y repítele lo que te voy a decir.

Balán regresó y encontró a Balac de pie, al lado de su holocausto, en compañía de todos los oficiales de Moab. Y Balán pronunció su mensaje:

«De Aram, de las montañas de Oriente,
    me trajo Balac, el rey de Moab.
“Ven —me dijo—, maldice por mí a Jacob;
    ven, deséale el mal a Israel”.
Pero ¿cómo podré maldecir
    a quien Dios no ha maldecido?
¿Cómo podré desearle el mal
    a quien el Señor no se lo desea?
Desde la cima de las peñas lo veo;
    desde las colinas lo contemplo:
es un pueblo que vive apartado,
    que no se cuenta entre las naciones.
10 ¿Quién puede calcular la descendencia de Jacob,
    tan numerosa como el polvo,
    o contar siquiera la cuarta parte de Israel?
¡Sea mi muerte como la del justo!
    ¡Sea mi fin semejante al suyo!».

11 Entonces Balac reclamó a Balán:

—¿Qué me has hecho? Te traje para que maldijeras a mis enemigos, ¡y resulta que no has hecho más que bendecirlos!

12 Pero Balán respondió:

—¿Acaso no debo decir lo que el Señor me pide que diga?

Segundo mensaje de Balán

13 Entonces Balac dijo:

—Por favor, ven conmigo a otro lugar. Desde allí podrás ver solo una parte del pueblo, no a todos ellos, y los maldecirás por mí.

14 Así que lo llevó al campo de Zofín en la cumbre del monte Pisgá. Allí edificó siete altares, y en cada uno de ellos ofreció un novillo y un carnero.

15 Allí Balán dijo a Balac: «Quédate aquí, al lado de tu holocausto, mientras yo voy a reunirme con Dios».

16 El Señor se reunió con Balán y puso en boca de este su palabra. Le dijo: «Vuelve adonde está Balac y repite lo que te voy a decir».

17 Balán se fue adonde estaba Balac y lo encontró de pie, al lado de su holocausto, en compañía de los oficiales de Moab. Balac le preguntó:

—¿Qué dijo el Señor?

18 Entonces Balán pronunció su mensaje:

«Levántate, Balac, y escucha;
    óyeme, hijo de Zipor.
19 Dios no es un simple mortal
    para mentir y cambiar de parecer.
¿Acaso no cumple lo que promete
    ni lleva a cabo lo que dice?
20 Se me ha ordenado bendecir
    y, si eso es lo que Dios quiere,
    yo no puedo hacer otra cosa.

21 »No se ha visto sufrimiento en el pueblo de Jacob
    ni calamidad en Israel.
El Señor su Dios está con ellos;
    y entre ellos se le aclama como Rey.
22 Dios los sacó de Egipto
    con la fuerza de un toro salvaje.
23 Contra Jacob no hay hechicería que valga,
    ni valen las adivinaciones contra Israel.
De Jacob y de Israel se dirá:
    “¡Miren lo que Dios ha hecho!”.
24 Un pueblo se alza como leona;
    se levanta como león.
No descansará hasta haber devorado su presa
    y bebido la sangre de sus víctimas».

25 Balac dijo entonces a Balán:

—¡Si no los vas a maldecir, tampoco los bendigas!

26 Balán respondió:

—¿Acaso no te advertí que yo repetiría todo lo que el Señor me ordenara decir?

Tercer mensaje de Balán

27 Balac dijo a Balán:

—Por favor, ven conmigo, que te llevaré a otro lugar. Tal vez a Dios le parezca bien que los maldigas desde allí.

28 Así que llevó a Balán hasta la cumbre del monte Peor, desde donde puede verse el desierto de Jesimón. 29 Allí Balán le dijo:

—Edifícame siete altares en este lugar, y prepárame siete novillos y siete carneros.

30 Balac hizo lo que Balán pidió y en cada altar ofreció un novillo y un carnero.

24 Pero cuando Balán se dio cuenta de que al Señor le complacía que se bendijera a Israel, no recurrió a la hechicería como otras veces, sino que volvió su rostro hacia el desierto. Cuando Balán alzó la vista y vio a Israel acampando por tribus, el Espíritu de Dios vino sobre él; entonces pronunció su mensaje:

«Palabras de Balán, hijo de Beor;
    palabras del varón clarividente.
Palabras del que oye las palabras de Dios,
    del que contempla la visión del Todopoderoso,
    del que cae en trance y tiene visiones.

»¡Cuán hermosas son tus tiendas, Jacob!
    ¡Qué bello es tu campamento, Israel!

»Son como arroyos que se ensanchan,
    como jardines a la orilla del río,
como áloes plantados por el Señor,
    como cedros junto a las aguas.
Sus cántaros rebosan de agua;
    su semilla goza de agua abundante.

»Su rey es más grande que Agag;
    su reinado se engrandece.

»Dios los sacó de Egipto
    con la fuerza de un toro salvaje.
Israel devora a las naciones hostiles
    y les parte los huesos;
    las atraviesa con sus flechas.
Se agacha como un león,
    se tiende como una leona:
    ¿quién se atreverá a despertarlo?

»¡Benditos sean los que te bendigan!
    ¡Malditos sean los que te maldigan!».

10 Entonces la ira de Balac se encendió contra Balán, y chasqueando los dedos le dijo:

—Te mandé llamar para que maldijeras a mis enemigos, ¡y estas tres veces no has hecho sino bendecirlos! 11 ¡Más te vale volver a tu tierra! Prometí que te recompensaría, pero esa recompensa te la ha negado el Señor.

12 Balán contestó:

—Dije a los mensajeros que me enviaste: 13 “Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada bueno ni malo, sino ajustarme al mandamiento del Señor. Lo que el Señor me ordene decir, eso diré”. 14 Ahora que vuelvo a mi pueblo, voy a advertirte en cuanto a lo que este pueblo hará con tu pueblo en el futuro.

Cuarto mensaje de Balán

15 Entonces Balán pronunció su mensaje:

«Profecía de Balán, hijo de Beor,
    palabras del varón clarividente.
16 Mensaje del que oye las palabras de Dios
    y conoce el pensamiento del Altísimo;
del que contempla la visión del Todopoderoso,
    del que cae en trance y tiene visiones:

17 »Lo veo, pero no ahora;
    lo contemplo, pero no de cerca.
Una estrella saldrá de Jacob;
    un cetro surgirá en Israel.
Aplastará las sienes de Moab
    y el cráneo de todos los hijos de Set.
18 Edom será conquistado;
    Seír, su enemigo, será dominado,
    mientras que Israel hará proezas.
19 De Jacob saldrá un conquistador,
    y destruirá a los sobrevivientes de la ciudad».

Quinto mensaje de Balán

20 Balán miró a Amalec y pronunció este mensaje:

«Amalec fue el primero entre las naciones,
    pero su fin será la destrucción total».

Sexto mensaje de Balán

21 Luego miró Balán al quenita y pronunció este mensaje:

«Aunque tienes una morada segura
    y tu nido está sobre la roca,
22 tú, quenita, serás destruido,
    y Asiria te llevará cautivo».

Séptimo mensaje de Balán

23 Entonces Balán pronunció este mensaje:

«¡Ay! ¿Quién seguirá con vida
    cuando Dios determine hacer esto?
24 Vendrán barcos desde las costas de Chipre,
    que oprimirán a Asiria y a Éber,
    pues ellos también serán destruidos».

25 Después de esto Balán se levantó y volvió a su tierra. También Balac se fue por su camino.

Infidelidad de Israel

25 Mientras los israelitas acampaban en Sitín, comenzaron a entregarse a la inmoralidad sexual con las mujeres moabitas, las cuales los invitaban a participar en los sacrificios a sus dioses. Los israelitas comían de esos sacrificios y se postraban ante esos dioses. Esto los llevó a unirse al culto de Baal Peor. Por tanto, la ira del Señor se encendió contra ellos.

Entonces el Señor dijo a Moisés: «Toma a todos los jefes del pueblo y ahórcalos en mi presencia a plena luz del día, para que el furor de mi ira se aparte de Israel».

Moisés ordenó a los jueces de Israel: «Maten a los hombres bajo su mando que hayan rendido culto a Baal Peor».

Mientras el pueblo lloraba a la entrada de la Tienda de reunión, un israelita trajo a una madianita y, en presencia de Moisés y de toda la comunidad israelita, tuvo el descaro de presentársela a su familia. De esto se dio cuenta el sacerdote Finés, que era hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón. Finés abandonó la asamblea y lanza en mano, siguió al hombre, entró en su tienda y atravesó al israelita y a la mujer.[c] De esta forma cesó la plaga que se había desatado contra los israelitas. Con todo, los que murieron a causa de la plaga fueron veinticuatro mil.

10 El Señor dijo a Moisés: 11 «Finés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, ha hecho que mi ira se aparte de los israelitas, pues ha actuado con el mismo celo que yo habría tenido por mi honor. Por eso no destruí a los israelitas con el furor de mi celo. 12 Dile, pues, a Finés que yo le concedo mi pacto de paz, 13 por medio del cual él y sus descendientes gozarán de un sacerdocio eterno, ya que defendió celosamente mi honor y presentó ofrendas para el perdón de los israelitas».

14 El hombre que fue atravesado junto con la madianita se llamaba Zimri, hijo de Salu, y era jefe de una familia de la tribu de Simeón. 15 La madianita se llamaba Cozbí, y era hija de Zur, jefe de una familia de Madián.

16 El Señor dijo a Moisés: 17 «Ataca a los madianitas y mátalos, 18 porque ellos también los atacaron a ustedes con sus artimañas, pues en Baal Peor los sedujeron, como en el caso de Cozbí, la hija del jefe madianita que fue muerta el día de la plaga en Baal Peor».

Segundo censo de las tribus de Israel

26 Después de la plaga, el Señor dijo a Moisés y al sacerdote Eleazar, hijo de Aarón: «Hagan un censo de toda la comunidad israelita por sus familias patriarcales. Enlisten a los varones mayores de veinte años, que sean aptos para la guerra en Israel».

Moisés y el sacerdote Eleazar hablaron con el pueblo en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, y ordenaron levantar un censo de todos los varones mayores de veinte años, tal como el Señor se lo había mandado a Moisés.

Los israelitas que salieron de Egipto fueron los siguientes:

De Enoc, Falú, Jezrón y Carmí, hijos de Rubén, el primogénito de Israel, proceden los siguientes clanes:

los enoquitas,

los faluitas,

los jezronitas,

los carmitas.

Estos son los clanes de la tribu de Rubén. Su número llegó a cuarenta y tres mil setecientos treinta hombres.

Eliab fue el único hijo de Falú. Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abirán. Datán y Abirán fueron los mismos jefes de la comunidad que se rebelaron contra Moisés y Aarón, y estaban entre los seguidores de Coré cuando se rebelaron contra el Señor. 10 En esa ocasión, la tierra abrió su boca y se los tragó junto con Coré, muriendo también sus seguidores. El fuego devoró a doscientos cincuenta hombres, y este hecho los convirtió en una señal de advertencia. 11 Sin embargo, los hijos de Coré no perecieron.

12 Los hijos de Simeón formaron los siguientes clanes. De Nemuel, Jamín y Jaquín:

los nemuelitas,

los jaminitas,

los jaquinitas.

13 De Zera y Saúl:

los zeraítas,

los saulitas.

14 Estos son los clanes de la tribu de Simeón. Su número llegó a veintidós mil doscientos hombres.

15 Los hijos de Gad formaron los siguientes clanes. De Zefón, Jaguí y Suni:

los zefonitas,

los jaguitas,

los sunitas.

16 De Ozni y Erí:

los oznitas,

los eritas.

17 De Arodí y Arelí:

los aroditas,

los arelitas.

18 Estos son los clanes de la tribu de Gad. Su número llegó a cuarenta mil quinientos hombres.

19 Er y Onán eran hijos de Judá, pero ambos murieron en Canaán.

20 De sus hijos Selá, Fares y Zera proceden los siguientes clanes:

los selaítas,

los faresitas,

los zeraítas.

21 De Jezrón y de Jamul, hijos de Fares, proceden los clanes:

los jezronitas,

los jamulitas.

22 Estos son los clanes de la tribu de Judá. Su número llegó a setenta y seis mil quinientos hombres.

23 Los hijos de Isacar formaron los siguientes clanes. De Tola y Fuvá:

los tolaítas,

los fuvitas.

24 De Yasub y Simrón:

los yasubitas,

los simronitas.

25 Estos son los clanes de la tribu de Isacar. Su número llegó a sesenta y cuatro mil trescientos hombres.

26 De Séred, Elón y Yalel, hijos de Zabulón, proceden los siguientes clanes:

los sereditas,

los elonitas,

los yalelitas.

27 Estos son los clanes de la tribu de Zabulón. Su número llegó a sesenta mil quinientos hombres.

28 De Manasés y Efraín, hijos de José, proceden los siguientes clanes:

29 De Maquir, hijo de Manasés, y de Galaad, hijo de Maquir, proceden los siguientes clanes:

los maquiritas,

los galaaditas.

30 Los hijos de Galaad formaron los siguientes clanes. De Jezer y Jélec:

los jezeritas,

los jelequitas.

31 De Asriel y Siquén:

los asrielitas,

los siquenitas.

32 De Semidá y Héfer:

los semidaítas,

los heferitas.

33 Zelofejad, hijo de Héfer, no tuvo hijos, sino solo hijas, cuyos nombres eran Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá.

34 Estos son los clanes de la tribu de Manasés. Su número llegó a cincuenta y dos mil setecientos hombres.

35 De Sutela, Béquer y Taján, hijos de Efraín, proceden los siguientes clanes:

los sutelaítas,

los bequeritas,

los tajanitas.

36 De Erán, hijo de Sutela:

los eranitas.

37 Estos son los clanes de la tribu de Efraín. Su número llegó a treinta y dos mil quinientos hombres.

Todos estos clanes descendieron de José.

38 Los hijos de Benjamín formaron los siguientes clanes. De Bela, Asbel y Ajirán:

los belaítas,

los asbelitas,

los ajiranitas.

39 De Sufán y Jufán:

los sufanitas,

los jufanitas.

40 De Ard y Naamán, hijos de Bela, proceden los siguientes clanes:

los arditas,

los naamanitas.

41 Estos son los clanes de la tribu de Benjamín. Su número llegó a cuarenta y cinco mil seiscientos hombres.

42 De Suján, hijo de Dan:

los sujanitas,

que fueron los únicos clanes danitas. 43 Su número llegó a sesenta y cuatro mil cuatrocientos hombres.

44 De Imná, Isví y Beriá, hijos de Aser, proceden los siguientes clanes:

los imnaítas,

los isvitas,

los beriaítas.

45 De Héber y Malquiel, hijos de Beriá, proceden los siguientes clanes:

los heberitas,

los malquielitas.

46 Aser tuvo una hija llamada Sera.

47 Estos son los clanes de la tribu de Aser. Su número llegó a cincuenta y tres mil cuatrocientos hombres.

48 Los hijos de Neftalí formaron los siguientes clanes. De Yazel y Guní:

los yazelitas,

los gunitas.

49 De Jéser y Silén:

los jeseritas,

los silenitas.

50 Estos son los clanes de la tribu de Neftalí. Su número llegó a cuarenta y cinco mil cuatrocientos hombres.

51 Los hombres de Israel eran en total seiscientos un mil setecientos treinta.

Instrucciones para el reparto de la tierra

52 El Señor dijo a Moisés: 53 «Reparte la tierra entre estas tribus para que sea su heredad. Hazlo según el número de nombres registrados. 54 A la tribu más numerosa le darás la heredad más grande, y a la tribu menos numerosa le darás la heredad más pequeña. Cada tribu recibirá su heredad en proporción al número de censados. 55 La tierra deberá repartirse por sorteo, según el nombre de las tribus patriarcales. 56 El sorteo se hará entre todas las tribus, grandes y pequeñas».

Censo de los levitas

57 De los levitas Guersón, Coat y Merari proceden los siguientes clanes:

los guersonitas,

los coatitas,

los meraritas.

58 De los levitas proceden también los siguientes clanes:

los libnitas,

los hebronitas,

los majlitas,

los musitas,

los coreítas.

Coat fue el padre de Amirán. 59 La esposa de Amirán se llamaba Jocabed hija de Leví, y había nacido en Egipto. Los hijos que ella tuvo de Amirán fueron Aarón y Moisés, y su hermana Miriam. 60 Aarón fue el padre de Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, 61 pero Nadab y Abiú murieron bajo el juicio del Señor por haberle ofrecido fuego ilícito.

62 Los levitas mayores de un mes de edad fueron en total veintitrés mil. Pero no fueron censados junto con los demás israelitas porque no habrían de recibir heredad entre ellos.

63 Estos fueron los israelitas censados por Moisés y el sacerdote Eleazar, cuando los contaron en las llanuras de Moab, cerca del río Jordán, a la altura de Jericó. 64 Entre los censados no figuraba ninguno de los registrados en el censo que Moisés y el sacerdote Aarón habían hecho antes en el desierto del Sinaí, 65 porque el Señor había dicho que todos morirían en el desierto. Con la excepción de Caleb, hijo de Jefone, y de Josué, hijo de Nun, ninguno de ellos quedó con vida.

Las hijas de Zelofejad(A)

27 Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá pertenecían a los clanes de Manasés, hijo de José, pues eran hijas de Zelofejad, hijo de Héfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. Las cinco se acercaron a la entrada de la Tienda de reunión para hablar con Moisés y el sacerdote Eleazar, y con los jefes de toda la comunidad. Les dijeron: «Nuestro padre murió sin dejar hijos, pero no por haber participado en la rebelión de Coré contra el Señor. Murió en el desierto por su propio pecado. ¿Será borrado de su clan el nombre de nuestro padre por el solo hecho de no haber dejado hijos varones? Nosotras somos sus hijas. ¡Danos una heredad entre los parientes de nuestro padre!».

Moisés presentó al Señor el caso de ellas, y el Señor respondió: «Lo que piden las hijas de Zelofejad es algo justo, así que debes darles una propiedad entre los parientes de su padre. Traspásales a ellas la heredad de su padre.

»Además, diles a los israelitas: “Cuando un hombre muera sin dejar hijos, su heredad será traspasada a su hija. Si no tiene hija, sus hermanos recibirán la herencia. 10 Si no tiene hermanos, se entregará la herencia a los hermanos de su padre. 11 Si su padre no tiene hermanos, se entregará la herencia al pariente más cercano de su clan, para que tome posesión de ella. Esta será la disposición legal que regirá a los israelitas, tal como yo, el Señor, se lo ordené a Moisés”».

Anuncio de la muerte de Moisés

12 El Señor dijo a Moisés:

—Sube al monte Abarín y contempla desde allí la tierra que he dado a los israelitas. 13 Después de que la hayas contemplado, partirás de este mundo para reunirte con tus antepasados, como tu hermano Aarón. 14 En el desierto de Zin, cuando la comunidad se puso a reclamar, ustedes dos se rebelaron contra mí, pues al sacar agua de la roca no reconocieron ante el pueblo mi santidad.

Esas aguas de Meribá están en Cades, en el desierto de Zin.

Moisés pide un líder para Israel

15 Moisés respondió al Señor:

16 —Dígnate, Señor, Dios de todos los seres vivientes,[d] a nombrar un jefe sobre esta comunidad, 17 uno que vaya delante de ellos, y que los guíe en sus entradas y salidas. Así el pueblo del Señor no se quedará como rebaño sin pastor.

18 El Señor dijo a Moisés:

—Toma a Josué, hijo de Nun, en quien mora el Espíritu,[e] pon tus manos sobre él 19 y haz que se presente ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad. En presencia de ellos le entregarás el mando. 20 Delega en él parte de tu autoridad para que toda la comunidad israelita le obedezca. 21 Se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien mediante el urim consultará al Señor. Cuando Josué ordene salir, la comunidad entera saldrá con él y, cuando le ordene volver, volverá.

22 Moisés hizo lo que el Señor ordenó. Tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar y de toda la comunidad. 23 Luego le impuso las manos y le entregó el cargo, tal como el Señor lo había mandado.

Calendario litúrgico

28 El Señor dijo a Moisés: «Ordénale al pueblo de Israel que se asegure de presentar mi ofrenda puesta al fuego en el día señalado. Esa ofrenda puesta al fuego y de aroma grato es mi comida.

Sacrificio diario

»Dile también al pueblo: “Esta es la ofrenda puesta al fuego que todos los días deben traer al Señor para el holocausto continuo: dos corderos de un año y sin defecto”. Al despuntar el día, ofrecerás un cordero y al caer la tarde, el otro, junto con la décima parte de un efa[f] de harina refinada mezclada con un cuarto de hin[g] de aceite de oliva. Este es el holocausto diario, instituido en el monte Sinaí como ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor. Con cada cordero ofrecerás un cuarto de hin de bebida fermentada, como ofrenda líquida, la cual derramarás en el santuario en honor del Señor. El segundo cordero lo sacrificarás al caer la tarde, junto con una ofrenda de cereales y una ofrenda líquida como las presentadas en la mañana. Es una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor.

Ofrendas del sábado

»Cada sábado ofrecerás dos corderos de un año y sin defecto, junto con una ofrenda líquida y una ofrenda de dos décimas partes de un efa[h] de harina refinada mezclada con aceite. 10 Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto que cada día se ofrece con su ofrenda líquida.

Ofrenda mensual

11 »Cada primer día del mes presentarás, como tu holocausto al Señor, dos terneros, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto. 12 Con cada novillo presentarás también una ofrenda de tres décimas partes de un efa[i] de harina refinada mezclada con aceite; con el carnero, dos décimas partes de un efa de harina refinada mezclada con aceite; 13 y con cada cordero, una décima parte de un efa de harina refinada mezclada con aceite. Este será un holocausto, una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor. 14 Las ofrendas líquidas serán las siguientes: Con cada novillo presentarás medio hin[j] de vino; con el carnero, un tercio de hin[k] de vino, y con cada cordero, un cuarto de hin[l] de vino. Este es el holocausto que debes presentar durante todo el año, una vez al mes, en el día de luna nueva. 15 Además del holocausto diario y su ofrenda líquida, también presentarás al Señor, como sacrificio por el perdón de pecados, un macho cabrío.

La Pascua

16 »La Pascua del Señor se celebrará el día catorce del mes primero. 17 El día quince del mismo mes celebrarás una fiesta y durante siete días comerás pan sin levadura. 18 El primer día celebrarás una asamblea sagrada; no se hará ningún trabajo. 19 Presentarás al Señor una ofrenda puesta al fuego, un holocausto que consistirá en dos terneros, un carnero y siete corderos de un año. Asegúrate de que los animales no tengan defecto. 20 Con cada novillo presentarás una ofrenda de tres décimas de un efa[m] de harina refinada mezclada con aceite; con el carnero, dos décimas; 21 y con cada uno de los siete corderos, la décima parte de un efa. 22 También incluirás un macho cabrío como sacrificio por el perdón para obtener así el perdón en tu favor. 23 Presentarás estas ofrendas, además del holocausto diario de cada mañana. 24 De igual manera las ofrecerás cada día, durante siete días consecutivos; es un alimento que consiste en una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor. Todo esto se ofrecerá, además del holocausto diario y su ofrenda líquida. 25 Al séptimo día celebrarás una asamblea sagrada en su honor; ese día no harás ningún trabajo.

Fiesta de las Semanas(B)

26 »Durante la fiesta de las Semanas, presentarás al Señor una ofrenda de grano nuevo en el día de las primicias, y celebrarás también una asamblea sagrada en su honor. Ese día no harás ningún trabajo. 27 Ofrecerás dos terneros, un carnero y siete corderos de un año, como holocausto de aroma grato al Señor. 28 Con cada novillo presentarás una ofrenda de tres décimas de un efa[n] de harina refinada mezclada con aceite; con el carnero, dos décimas de esa misma harina; 29 y con cada uno de los siete corderos, la décima parte de un efa. 30 Incluirás también un macho cabrío para pedir perdón en tu favor. 31 Presentarás todo esto junto con sus ofrendas líquidas, además del holocausto diario y su ofrenda líquida. Los animales no deben tener ningún defecto.

Fiesta de las Trompetas(C)

29 »El día primero del mes séptimo celebrarás una asamblea sagrada y nadie realizará ningún tipo de trabajo. Ese día se anunciará con toque de trompetas. Como holocausto de aroma grato al Señor, ofrecerás un ternero, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto. Con el novillo presentarás tres décimas de un efa de harina refinada mezclada con aceite; con el carnero, dos décimas de un efa[o] de esa misma harina; y con cada uno de los siete corderos, una décima de un efa.[p] Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, para obtener así el perdón en favor de ustedes. Todo esto se ofrecerá junto con las ofrendas de cereales y las ofrendas líquidas, además del holocausto mensual y del holocausto diario. Tal como está estipulado, todo esto lo presentarás como ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor.

El día del Perdón(D)

»El día diez del mes séptimo celebrarás una asamblea sagrada. En ese día se ayunará y nadie realizará ningún tipo de trabajo. Como holocausto de aroma grato al Señor presentarás un ternero, un carnero y siete corderos de un año. Los animales no deben tener ningún defecto. Con el novillo ofrecerás tres décimas de un efa de harina refinada mezclada con aceite; con el carnero, dos décimas de un efa de esa misma harina; 10 y con cada uno de los siete corderos, una décima de un efa. 11 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del sacrificio que se ofrece en el día del Perdón y del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

Fiesta de las Enramadas(E)

12 »El día quince del mes séptimo celebrarás una asamblea sagrada y nadie realizará ningún tipo de trabajo. Durante siete días celebrarás una fiesta en honor del Señor. 13 Como holocausto presentarás una ofrenda puesta al fuego, cuyo aroma es grato al Señor. Presentarás trece terneros, dos carneros y catorce corderos de un año, que no tengan defecto. 14 Con cada uno de los trece novillos presentarás tres décimas de un efa de harina refinada mezclada con aceite; con cada uno de los dos carneros, dos décimas de un efa de esa misma harina; 15 y con cada uno de los catorce corderos, una décima de un efa. 16 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

17 »El segundo día prepararás doce terneros, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto. 18 Con los novillos, carneros y corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 19 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

20 »El tercer día prepararás once novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto. 21 Con los novillos, carneros y corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 22 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

23 »El cuarto día prepararás diez novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto. 24 Con los novillos, carneros y corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 25 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

26 »El quinto día prepararás nueve novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto. 27 Con los novillos, carneros y corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 28 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

29 »El sexto día prepararás ocho novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto. 30 Con los novillos, carneros y corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 31 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

32 »El séptimo día prepararás siete novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto. 33 Con los novillos, carneros y corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 34 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

35 »El octavo día celebrarás una asamblea especial, y nadie realizará ningún tipo de trabajo. 36 Como holocausto presentarás una ofrenda puesta al fuego, cuyo aroma es grato al Señor. Presentarás un novillo, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto. 37 Con el novillo, el carnero y los corderos presentarás ofrendas de cereales y ofrendas líquidas, según lo que se especifica para cada número. 38 Incluirás también un macho cabrío como sacrificio por el perdón, además del holocausto diario con su ofrenda de cereales y su ofrenda líquida.

39 »Estas son las ofrendas que presentarás al Señor en las fiestas designadas, aparte de otras promesas, ofrendas voluntarias, holocaustos, ofrendas de cereales, ofrendas líquidas y sacrificios de comunión que quieras presentarle».

40 Y Moisés comunicó a los israelitas todo lo que el Señor había mandado.

Promesas de las mujeres

30 Moisés dijo a los jefes de las tribus de Israel: «El Señor ha ordenado que cuando un hombre haga una promesa al Señor o bajo juramento haga un compromiso, no deberá faltar a su palabra, sino que cumplirá con todo lo prometido.

»Cuando una joven, que todavía viva en casa de su padre, haga una promesa al Señor y se comprometa en algo, si su padre se entera de su promesa y de su compromiso, pero no le dice nada, entonces ella estará obligada a cumplir con todas sus promesas y compromisos. Pero si su padre se entera y no lo aprueba, todas las promesas y compromisos que la joven haya hecho quedarán anulados, y el Señor la absolverá porque fue el padre quien los desaprobó.

»Si la joven se casa después de haber hecho una promesa o un compromiso precipitado que la compromete y su esposo se entera, pero no le dice nada, entonces ella estará obligada a cumplir sus promesas y compromisos. Pero si su esposo se entera y no lo aprueba, la promesa y el compromiso que ella hizo en forma precipitada quedarán anulados, y el Señor la absolverá.

»La viuda o divorciada que haga una promesa o compromiso estará obligada a cumplirlo.

10 »Cuando una mujer casada haga una promesa o bajo juramento se comprometa en algo, 11 si su esposo se entera, pero se queda callado y no lo desaprueba, entonces ella estará obligada a cumplir todas sus promesas y compromisos. 12 Pero si su esposo se entera y los anula, entonces ninguna de las promesas o compromisos que haya hecho le serán obligatorios, pues su esposo los anuló. El Señor la absolverá.

13 »El esposo tiene la autoridad de confirmar o de anular cualquier promesa o juramento de abstinencia que ella haya hecho. 14 En cambio, si los días pasan y el esposo se queda callado, su silencio confirmará todas las promesas y compromisos contraídos por ella. El esposo los confirmará por no haber dicho nada cuando se enteró. 15 Pero si llega a anularlos después de un tiempo de haberse enterado, entonces él cargará con la culpa de su esposa».

16 Estos son los estatutos que el Señor dio a Moisés en cuanto a la relación entre esposo y esposa, y entre el padre y la hija que todavía viva en su casa.

Guerra contra Madián

31 El Señor dijo a Moisés: «Antes de reunirte con tus antepasados, en nombre de tu pueblo, tienes que vengarte de los madianitas».

Moisés se dirigió al pueblo y dijo: «Preparen a algunos de sus hombres para la guerra contra Madián. Vamos a descargar sobre ellos la venganza del Señor. Que cada una de las tribus de Israel envíe mil hombres a la guerra».

Los escuadrones de Israel proveyeron mil hombres por cada tribu, con lo que se reunieron doce mil hombres armados para la guerra. Moisés envió a la guerra a los mil hombres de cada tribu. Con ellos iba Finés, hijo del sacerdote Eleazar, quien tenía a su cargo los utensilios del santuario y las trompetas que darían la señal de ataque.

Tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés, los israelitas entraron en batalla contra Madián y mataron a todos los varones. Pasaron a espada a Eví, Requen, Zur, Hur y Reba, que eran los cinco reyes de Madián, y también a Balán, hijo de Beor. Capturaron a las mujeres y a los niños de los madianitas, y tomaron como botín de guerra todo su ganado, rebaños y bienes. 10 A todas las ciudades y campamentos donde vivían los madianitas les prendieron fuego, 11 y se apoderaron de gente y de animales. Todos los despojos y el botín 12 se los llevaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a toda la comunidad israelita. A los prisioneros, el botín y los despojos los llevaron hasta el campamento que estaba en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó.

13 Moisés y el sacerdote Eleazar y todos los líderes de la comunidad salieron a recibirlos fuera del campamento. 14 Moisés estaba furioso con los comandantes de mil y de cien soldados que regresaban de la batalla. 15 «¿Cómo es que dejaron con vida a las mujeres? —les preguntó—. 16 ¡Si fueron ellas las que, aconsejadas por Balán, hicieron que los israelitas traicionaran al Señor en Baal Peor! Por eso una plaga hirió de muerte al pueblo del Señor. 17 Maten a todos los niños, y también a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales, 18 pero quédense con todas las muchachas que jamás las hayan tenido.

Purificación de combatientes y de prisioneros

19 »Todos los que hayan matado a alguien o hayan tocado un cadáver, deberán quedarse fuera del campamento durante siete días. Al tercer día y al séptimo, se purificarán ustedes y sus prisioneros. 20 También deberán purificar toda la ropa y todo artículo de cuero, de pelo de cabra o de madera».

21 El sacerdote Eleazar dijo a los soldados que habían ido a la guerra: «Esto es lo que manda la ley que el Señor entregó a Moisés: 22 Oro, plata, bronce, hierro, estaño, plomo 23 y todo lo que resista el fuego deberá ser pasado por el fuego para purificarse, pero también deberá limpiarse con las aguas de la purificación. Todo lo que no resista el fuego deberá pasar por las aguas de la purificación. 24 Al séptimo día, lavarán ustedes sus vestidos y quedarán purificados. Entonces podrán reintegrarse al campamento».

Reparto del botín

25 El Señor dijo a Moisés: 26 «Tú y el sacerdote Eleazar y los jefes de las familias patriarcales harán un recuento de toda la gente y de todos los animales capturados. 27 Dividirán el botín entre los soldados que fueron a la guerra y el resto de la comunidad. 28 A los que fueron a la guerra les exigirás del botín una contribución para mí, el Señor. Tanto de la gente como de los asnos, vacas u ovejas, apartarás uno de cada quinientos. 29 Los tomarás de la parte que les tocó a los soldados, y se los darás al sacerdote Eleazar como contribución para mí, el Señor. 30 De la parte que les toca a los israelitas, apartarás de la gente uno de cada cincuenta, lo mismo que de los asnos, vacas, ovejas u otros animales, y se los darás a los levitas, pues ellos son los responsables del cuidado del santuario del Señor».

31 Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.

32 Sin tomar en cuenta los despojos que tomaron los soldados, el botín fue de seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil cabezas de ganado, 34 sesenta y un mil asnos 35 y treinta y dos mil mujeres que jamás habían tenido relaciones sexuales.

36 La mitad fue para los que fueron a la guerra:

Trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37 de las cuales se entregaron seiscientas setenta y cinco como contribución al Señor.

38 Treinta y seis mil vacas, de las cuales se entregaron setenta y dos como contribución al Señor.

39 Treinta mil quinientos asnos, de los cuales se entregaron sesenta y uno como contribución al Señor.

40 Dieciséis mil mujeres, de las cuales se entregaron treinta y dos como contribución al Señor.

41 La parte que correspondía al Señor se la entregó Moisés al sacerdote Eleazar, tal como el Señor se lo había ordenado.

42 Del botín que trajeron los soldados, Moisés tomó la mitad que correspondía a los israelitas, 43 de modo que la mitad que le tocó a la comunidad fue trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44 treinta y seis mil vacas, 45 treinta mil quinientos asnos 46 y dieciséis mil mujeres. 47 De la parte que tocó a los israelitas, Moisés tomó una de cada cincuenta personas y uno de cada cincuenta animales, tal como el Señor se lo había ordenado, y todo se lo entregó a los levitas, que eran los responsables del cuidado del santuario del Señor.

La ofrenda de los capitanes

48 Entonces los oficiales que estaban a cargo de la tropa, es decir, los comandantes de mil y de cien soldados, se acercaron a Moisés 49 y dijeron: «Tus siervos han pasado revista y no falta ninguno de los soldados que estaban bajo nuestras órdenes. 50 Por eso hemos traído, como ofrenda al Señor, los artículos de oro que cada uno de nosotros encontró: pulseras, cadenas, anillos, pendientes y collares. Todo esto lo traemos para pedir perdón por nuestro pecado ante el Señor».

51 Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron todos los artículos de oro. 52 Todo el oro que los comandantes de mil y de cien soldados presentaron como contribución al Señor pesó dieciséis mil setecientos cincuenta siclos.[q] 53 Cada soldado había tomado botín para sí mismo. 54 Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de manos de los comandantes, luego lo llevaron a la Tienda de reunión para que el Señor tuviera presente a los israelitas.

Rubén y Gad se establecen en Transjordania

32 Las tribus de Rubén y Gad, que tenían mucho ganado, se dieron cuenta de que las tierras de Jazer y Galaad eran apropiadas para la ganadería. Así que fueron a decirles a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los jefes de la comunidad:

—Las tierras de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebán, Nebo y Beón las conquistó el Señor para el pueblo de Israel, y son apropiadas para la ganadería de tus siervos. Si nos hemos ganado tu favor, permítenos tomar esas tierras como heredad. No nos hagas cruzar el Jordán.

Entonces Moisés dijo a los rubenitas y a los gaditas:

—¿Les parece justo que sus hermanos vayan al combate mientras ustedes se quedan aquí sentados? Los israelitas se han propuesto conquistar la tierra que el Señor les ha dado; ¿no se dan cuenta de que esto los desanimaría? ¡Esto mismo hicieron los padres de ustedes cuando yo los envié a explorar la tierra de Cades Barnea! Fueron a inspeccionar la tierra en el valle de Escol y, cuando volvieron, desanimaron a los israelitas para que no entraran en la tierra que el Señor les había dado. 10 Ese día el Señor se encendió en ira y juró: 11 “Por no haberme seguido de todo corazón, ninguno de los mayores de veinte años que salieron de Egipto verá la tierra que juré dar a Abraham, Isaac y Jacob. 12 Ninguno de ellos la verá, con la sola excepción de Caleb, hijo de Jefone, el quenizita, y Josué, hijo de Nun, los cuales me siguieron a mí, el Señor, de todo corazón”. 13 El Señor se encendió en ira contra Israel y los hizo vagar por el desierto cuarenta años, hasta que murió toda la generación que había pecado.

14 »¡Y ahora ustedes, nido de pecadores, vienen en lugar de sus antepasados para aumentar la ira del Señor contra Israel! 15 Si ustedes se niegan a seguirlo, él volverá a dejar en el desierto a todo este pueblo, y ustedes serán la causa de su destrucción».

16 Entonces ellos se acercaron otra vez a Moisés y dijeron:

—Vamos a construir corrales para el ganado y a edificar ciudades para nuestros pequeños. 17 Sin embargo, tomaremos las armas y marcharemos al frente de los israelitas hasta llevarlos a su lugar. Mientras tanto, nuestros pequeños vivirán en ciudades fortificadas que los protejan de los habitantes del país. 18 No volveremos a nuestras casas hasta que cada uno de los israelitas haya recibido su heredad. 19 Nosotros no queremos compartir con ellos ninguna heredad al otro lado del Jordán, porque nuestra heredad está aquí, en el lado oriental del río.

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