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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Jueces 1:1-2:9

Judá y Simeón capturan a Adonisédec

Después que murió Josué, los israelitas consultaron al Señor para saber cuál de las tribus debía atacar primero a los cananeos. El Señor respondió que Judá debía atacar primero, y que a Judá le entregaría ese territorio. Entonces los de la tribu de Judá invitaron a sus hermanos, los de la tribu de Simeón, a unirse a ellos para invadir juntos el territorio que le tocaba a Judá, y después invadir juntos también el territorio que le tocaba a Simeón. Los de Simeón aceptaron unirse a los de Judá, 4-5 y así los de Judá invadieron el territorio de los cananeos y el de los ferezeos, a quienes el Señor entregó en sus manos. En Bézec derrotaron a diez mil de ellos, entre los que se encontraba Adonisédec. Y aunque Adonisédec huyó, ellos lo persiguieron y lo atraparon, y le cortaron los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies. Entonces él dijo: «Antes yo les corté a setenta reyes los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, y los tuve recogiendo las sobras debajo de mi mesa. Pero ahora Dios me ha hecho a mí lo mismo que yo les hice a ellos.» Y lo llevaron a Jerusalén, donde murió.

Judá conquista Hebrón y Jerusalén

Los de la tribu de Judá atacaron y tomaron Jerusalén, y después de matar a filo de espada a toda la población, quemaron la ciudad. Luego atacaron a los cananeos que vivían en las montañas, en la región del Négueb y en la llanura. 10 También atacaron a los cananeos de la ciudad de Hebrón, que antes se llamaba Quiriat-arbá, y derrotaron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.

Otoniel conquista Debir y recibe a Acsa(A)

11 Luego atacaron la ciudad de Debir, que antes se llamaba Quiriat-séfer. 12 Y Caleb prometió que al que conquistara Debir le daría por esposa a su hija Acsa. 13 El que la conquistó fue Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb; entonces Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. 14 Pero cuando llegó ella, Otoniel la convenció para que le pidiera un terreno a su padre. Al ver Caleb que Acsa se bajaba de su asno, le preguntó:

—¿Qué te pasa?

15 —Quiero que me concedas algo —contestó ella—. Ya que me has dado tierras en el Négueb, dame también manantiales.

Y Caleb le dio los manantiales de arriba y los de abajo.

Conquistas de las tribus de Judá y de Benjamín

16 Los descendientes de Hobab el quenita, suegro de Moisés, salieron de la ciudad de las palmeras con la tribu de Judá, y fueron al desierto de Judá, al sur de Arad, donde se quedaron a vivir con la gente de la región. 17 Entonces los de la tribu de Judá fueron con los de Simeón, según habían acordado, y atacaron a los cananeos que vivían en Sefat, destruyendo por completo aquella ciudad. Por eso le pusieron el nombre de Hormá. 18 Sin embargo, no pudieron tomar Gaza, Ascalón y Ecrón, ni sus territorios vecinos. 19 Y aunque el Señor acompañaba a los de Judá, y ellos pudieron conquistar las montañas, no pudieron echar de los llanos a los que allí vivían, porque éstos tenían carros de hierro. 20 A Caleb le tocó Hebrón, tal como Moisés se lo había prometido, y Caleb desalojó a los tres hijos de Anac. 21 Pero los de la tribu de Benjamín no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos que allí vivían. Por eso, hasta el día de hoy, los jebuseos y los de la tribu de Benjamín siguen viviendo juntos en Jerusalén.

Las tribus de José conquistan Betel

22-23 Los de las tribus de José decidieron atacar Betel, ciudad que antes se llamaba Luz, y mandaron espías allá. El Señor los ayudaba. 24 Y los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: «Si tú nos enseñas cómo entrar en la ciudad, nosotros seremos generosos contigo.» 25 El hombre les enseñó cómo entrar en la ciudad, y ellos mataron a filo de espada a todos los que allí vivían; pero le perdonaron la vida al que les había enseñado el camino y a toda su familia. 26 Entonces aquel hombre se fue a la tierra de los hititas y construyó una nueva ciudad, y la llamó Luz, nombre que aún hoy conserva.

Límites de las conquistas de las tribus de Manasés y de Efraín

27 Los de la tribu de Manasés no pudieron echar de Bet-seán, Taanac, Dor, Ibleam y Meguido a los que allí vivían, ni a los que vivían en las aldeas cercanas a esas ciudades, así que los cananeos siguieron viviendo en ellas. 28 Cuando los israelitas se hicieron más poderosos, lograron someter a los cananeos a trabajos forzados, pero no pudieron desalojarlos.

29 Los de la tribu de Efraín tampoco pudieron echar de Guézer a los cananeos que allí vivían, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos.

Conquistas de las otras tribus

30 Los de la tribu de Zabulón tampoco pudieron echar de Quitrón y Nahalal a los cananeos que allí vivían, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos, aunque sometidos a trabajos forzados.

31-32 Los de la tribu de Aser tampoco pudieron echar de Aco, Sidón, Ahlab, Aczib, Helbá, Afec y Rehob a los cananeos que allí vivían; y como no pudieron echarlos de esas ciudades, se quedaron a vivir entre ellos.

33 Los de la tribu de Neftalí tampoco pudieron echar de Bet-semes y Bet-anat a los cananeos que allí vivían, pero los sometieron a trabajos forzados y se quedaron a vivir entre ellos.

34 Los amorreos rechazaron a los de la tribu de Dan hasta las montañas, y no los dejaron bajar a las llanuras. 35 Y así los amorreos siguieron viviendo en Heres, Aialón y Saalbim. Pero cuando los descendientes de José se hicieron más fuertes, sometieron a los amorreos a trabajos forzados.

36 La frontera de los edomitas iba desde la cuesta de Acrabim hasta Selá, y seguía hacia arriba.

El ángel del Señor en Boquim

El ángel del Señor fue de Guilgal a Boquim, y les dijo a los israelitas: «Yo los saqué a ustedes de Egipto, y los he traído a esta tierra que les prometí a sus antepasados cuando les dije: “Nunca romperé mi alianza con ustedes, con tal de que ustedes no hagan ningún pacto con los habitantes de esa tierra, sino que destruyan sus altares.” Pero ustedes no me obedecieron, ¡y miren lo que han hecho! Por eso ahora les digo: No voy a echar a esos pueblos de delante de ustedes, y ellos y sus dioses serán una trampa para ustedes.»

Cuando el ángel del Señor terminó de hablar, todos los israelitas se echaron a llorar a voz en cuello. Por eso llamaron Boquim a aquel lugar, y allí ofrecieron sacrificios al Señor.

Muerte de Josué(B)

Cuando Josué se despidió de los israelitas, cada uno se fue a tomar posesión de la tierra que le había tocado. Mientras él vivió, los israelitas mantuvieron el culto al Señor; y también mientras vivieron los ancianos que sobrevivieron a Josué, que habían visto todos los grandes hechos del Señor en favor de Israel. Pero murió Josué, a la edad de ciento diez años, y lo enterraron en su propio terreno de Timnat-sérah, que está al norte del monte de Gaas, en los montes de Efraín.

Lucas 21:29-22:13

29 También les puso esta comparación:

—Fíjense en la higuera, o en cualquier otro árbol. 30 Cuando ven que brotan las hojas, se dan cuenta ustedes de que ya está cerca el verano. 31 De la misma manera, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios ya está cerca.

32 »Les aseguro que todo esto sucederá antes que muera la gente de este tiempo. 33 El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse.

34 »Tengan cuidado y no dejen que sus corazones se hagan insensibles por los vicios, las borracheras y las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no caiga de pronto sobre ustedes 35 como una trampa. Porque vendrá sobre todos los habitantes de la tierra. 36 Estén ustedes preparados, orando en todo tiempo, para que puedan escapar de todas estas cosas que van a suceder y para que puedan presentarse delante del Hijo del hombre.

37 Jesús enseñaba de día en el templo, y de noche se quedaba en el monte que se llama de los Olivos. 38 Y toda la gente iba temprano al templo a oírlo.

Conspiración para arrestar a Jesús(A)

22 Estaba ya cerca la fiesta en que se come el pan sin levadura, o sea la fiesta de la Pascua. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, que tenían miedo de la gente, buscaban la manera de matar a Jesús.

Entonces Satanás entró en Judas, uno de los doce discípulos, al que llamaban Iscariote. Éste fue a ver a los jefes de los sacerdotes y a los oficiales del templo, y habló con ellos sobre cómo entregarles a Jesús. Ellos se alegraron y prometieron darle dinero a Judas. Y él aceptó y comenzó a buscar un momento oportuno, en que no hubiera gente, para entregarles a Jesús.

La Cena del Señor(B)

Llegó el día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua. Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo:

—Vayan a prepararnos la cena de Pascua.

Ellos le preguntaron:

—¿Dónde quieres que la preparemos?

10 Jesús les contestó:

—Cuando entren ustedes en la ciudad, encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa donde entre, 11 y digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?” 12 Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande y arreglado para la cena. Preparen allí lo necesario.

13 Ellos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho, y prepararon la cena de Pascua.

Salmos 90-91

Eternidad de Dios y fragilidad del hombre

(1a) Oración de Moisés, el hombre de Dios.

90 (1b) Señor, tú has sido nuestro refugio
por todas las edades.
Desde antes que se formaran los montes
y que existieran la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
tú eres Dios.
Haces que el hombre vuelva al polvo
cuando dices: «Vuelvan al polvo, seres humanos.»

En verdad, mil años, para ti,
son como el día de ayer, que pasó.
¡Son como unas cuantas horas de la noche!
Arrastras a los hombres con violencia,
cual si fueran sólo un sueño;
son como la hierba, que brota y florece a la mañana,
pero a la tarde se marchita y muere.

En verdad, tu furor nos consume,
¡nos deja confundidos!
Nuestros pecados y maldades
quedan expuestos ante ti.

En verdad, toda nuestra vida
termina a causa de tu enojo;
nuestros años se van como un suspiro.
10 Setenta son los años que vivimos;
los más fuertes llegan hasta ochenta;
pero el orgullo de vivir tanto
sólo trae molestias y trabajo.
¡Los años pronto pasan, lo mismo que nosotros!

11 ¿Quién conoce la violencia de tu enojo?
¿Quién conoce tu furor?
12 Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestra mente alcance sabiduría.

13 ¡Señor, vuélvete a nosotros!
¿Cuánto más tardarás?
¡Ten compasión de estos siervos tuyos!
14 Llénanos de tu amor al comenzar el día,
y alegres cantaremos toda nuestra vida.
15 Danos tantos años de alegría
como los años de aflicción que hemos tenido.
16 ¡Haz que tus siervos y sus descendientes
puedan ver tus obras y tu gloria!

17 Que la bondad del Señor, nuestro Dios,
esté sobre nosotros.
¡Afirma, Señor, nuestro trabajo!
¡Afirma, sí, nuestro trabajo!

El Señor es nuestro refugio

91 El que vive bajo la sombra protectora
del Altísimo y Todopoderoso,
dice al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»

Sólo él puede librarte
de trampas ocultas y plagas mortales,
pues te cubrirá con sus alas,
y bajo ellas estarás seguro.
¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!
No tengas miedo a los peligros nocturnos,
ni a las flechas lanzadas de día,
ni a las plagas que llegan con la oscuridad,
ni a las que destruyen a pleno sol;
pues mil caerán muertos a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
pero a ti nada te pasará.
Solamente lo habrás de presenciar:
verás a los malvados recibir su merecido.

Ya que has hecho del Señor tu refugio,
del Altísimo tu lugar de protección,
10 no te sobrevendrá ningún mal
ni la enfermedad llegará a tu casa;
11 pues él mandará que sus ángeles
te cuiden por dondequiera que vayas.
12 Te levantarán con sus manos
para que no tropieces con piedra alguna.
13 Podrás andar entre leones,
entre monstruos y serpientes.

14 «Yo lo pondré a salvo,
fuera del alcance de todos,
porque él me ama y me conoce.
15 Cuando me llame, le contestaré;
¡yo mismo estaré con él!
Lo libraré de la angustia
y lo colmaré de honores;
16 lo haré disfrutar de una larga vida:
¡lo haré gozar de mi salvación!»

Proverbios 13:24-25

24 Quien no corrige a su hijo, no lo quiere;
el que lo ama, lo corrige.

25 El justo come hasta estar satisfecho,
pero el malvado se queda con hambre.

Dios Habla Hoy (DHH)

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