The Daily Audio Bible
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Quinto discurso de Job
16 Respuesta de Job:
2 «Todo eso lo había escuchado antes. ¡Qué lastimosos consoladores son ustedes! 3 ¿Nunca van a detener la corriente de sus necias palabras? ¿Qué he dicho para provocar ese hablar interminable? 4 Pero quizá yo podría hablar del mismo modo que ustedes si estuvieran ustedes en mi lugar. Lanzaría mis críticas contra ustedes y menearía la cabeza al mirarlos. 5 ¡Pero no! Hablaría de modo que los ayudara. Procuraría alejar su dolor.
6 »Sin embargo, yo he de seguir sufriendo por mucho que me defienda, y de nada sirve negarme a hablar, 7 porque Dios me ha molido y me ha quitado mi familia. 8 ¡Ay Dios, me has reducido a huesos y pellejo, según dicen, como prueba de mis pecados!
9 »Dios me aborrece y airadamente rasga mi carne; me ha desgarrado con sus dientes, y ha acechado para extinguir en mí toda señal de vida. 10 La gente se mofa de mí abiertamente; burlones, me dan de bofetadas, y todos juntos se ponen en mi contra. 11 Y Dios me ha entregado en manos de los pecadores, en poder de los inicuos. 12 Yo vivía tranquilo hasta que él me quebrantó. Me tomó por el cuello y me despedazó, y luego me colgó en alto para servirle de blanco. 13 Sus arqueros me rodean y me lanzan sus flechas hasta que la sangre de mis heridas empapa la tierra. 14 Me ataca sin tregua, embistiéndome como gigante.
15 »Aquí me siento vestido con ropa de penitencia, y al polvo he arrojado toda esperanza. 16 El llanto enrojece mis ojos, y en mis párpados hay sombra de muerte. 17 Pero soy inocente y mi plegaria es pura.
18 »¡Oh tierra, no ocultes mi sangre! ¡Déjala que proteste en mi nombre! 19 Pero aun ahora el testigo de mi inocencia está allá en el cielo; mi abogado está allá en lo alto. 20 Mi intercesor es mi amigo, y ante él me deshago en lágrimas 21 para que interceda ante Dios a favor mío, como quien apela por su amigo. 22 Pasarán sólo unos cuantos años antes de que yo emprenda el viaje sin regreso.
17 »Enfermo estoy y próximo a la muerte; el sepulcro está presto a recibirme. 2 Estoy rodeado de burladores. Por todas partes los veo. 3-4 ¿No habrá en ninguna parte quien confirme mi inocencia? Pero tú, oh Dios, les has impedido comprender esto. ¡Ay! No los dejes triunfar. 5 Si aceptan soborno por denunciar a sus amigos, sus hijos quedarán ciegos.
6 »Dios me ha convertido en hazmerreír del pueblo; me escupen en la cara. 7 Mis ojos están nublados de llorar y no soy sino sombra de lo que fui. 8 Los varones rectos se asombran al verme. Pero un día los inocentes se alzarán por sobre los impíos; 9 los justos progresarán y marcharán adelante; los de corazón puro serán cada vez más vigorosos y fuertes.
10 »En cuanto a ustedes, váyanse, se lo ruego; porque no veo ni uno sabio entre ustedes. 11 Mis buenos días pasaron. Mis esperanzas han desaparecido. Los anhelos de mi corazón se han deshecho. 12 Dicen que la noche es día y el día, noche; ¡cómo pervierten la verdad!
13-14 »Si muero, saldré a las tinieblas y llamaré padre mío a la tumba y madre y hermana mía al gusano. 15 ¿Dónde, pues, está mi esperanza? ¿Hay quién pueda encontrarla? 16 No, mi esperanza bajará conmigo al sepulcro. ¡Juntos reposaremos en el polvo!».
Segundo discurso de Bildad
18 Bildad de Súah responde nuevamente:
2 «¿A quién tratas de engañar? Exprésate con algo de sensatez si quieres que te respondamos. 3 ¿Hemos llegado a ser para ti como animales estúpidos y mudos? 4 Sólo porque enojado rasgas tu ropa, ¿habrá de comenzar un terremoto? ¿Habremos de correr todos a escondernos?
5 »Queda en pie la verdad de que si no prosperas es porque eres malvado. Y tu brillante llama será apagada. 6 Habrá tinieblas en toda casa donde haya maldad. 7 El confiado paso del impío será acortado; verá que su vigor se desvanece. 8-9 Cae en trampas, y los ladrones le tienden emboscadas. 10 A cada paso, una trampa lo espera. 11 Razón tiene para temer; su enemigo está por darle alcance.
12 »Su vigor está agotado por el hambre; la calamidad acecha para lanzarse sobre él. 13 La enfermedad le carcome la piel. La muerte lo devorará. 14 La riqueza en que confiaba lo rechazará, y lo harán descender a donde está el rey de los terrores. 15 Su hogar desaparecerá bajo ardiente bombardeo de azufre. 16 Morirá de sus raíces arriba, y todas sus ramas serán cortadas.
17 »Todo recuerdo de su existencia perecerá en la tierra; nadie lo recordará. 18 Será echado del reino de la luz y lanzado a las tinieblas, y expulsado del mundo. 19 No le quedará hijo ni nieto ni ningún otro pariente. 20 Viejos y jóvenes por igual se horrorizarán ante su destino. 21 Sí, eso es lo que ocurre a los pecadores, a quienes rechazan a Dios».
Sexto discurso de Job
19 Respuesta de Job:
2 «¿Hasta cuándo me atormentarán y tratarán de quebrantarme con sus palabras? 3 Ya por diez veces me han declarado pecador. ¿Cómo no les da vergüenza darme un trato tan duro? 4 Y si de veras estuviera yo equivocado, tendrían que demostrarlo. 5 ¿Tan grandes se creen? Pues demuestren mi culpa. 6 La verdad es que Dios me ha derribado y me ha atrapado en su red.
7 »Grito pidiendo ayuda y nadie me escucha. Doy voces, pero no se me hace justicia. 8 Dios me ha cerrado el paso y ha convertido en tinieblas mi luz. 9 Me ha despojado de mi gloria y ha quitado la corona de mi cabeza. 10 Me ha quebrantado por todas partes y estoy acabado. Me ha destruido toda esperanza, 11 Su furia me quema; me tiene por enemigo. 12 Envía sus ejércitos a sitiar mi tienda.
13 »Ha alejado a mis hermanos y amigos. 14 Mis parientes me han fallado; todos mis amigos me han abandonado. 15 Quienes viven en mi casa, aun mis siervos, me miran como a un extraño. Soy para ellos como un forastero. 16 Llamo a mi siervo, y no acude; ¡hasta le suplico! 17 Mi propia esposa y mis hermanos sienten asco de mí. 18 Hasta los niñitos me desprecian: cuando me levanto para hablar, se burlan de mí. 19 Mis mejores amigos me aborrecen. Los que yo amaba se han vuelto contra mí, 20 Soy huesos y pellejo, y tan sólo por un pelo he escapado a la muerte.
21 »¡Ay, amigos míos, compadézcanme porque la airada mano de Dios me ha tocado! 22 ¿Por qué han de perseguirme como me persigue Dios? ¿Por qué no les basta mi angustia?
23-24 »¡Ay, que con pluma de hierro se pudiera dejar grabado mi alegato en una roca para siempre! 25 Yo sé que mi redentor vive, que al fin estará de pie sobre la tierra. 26 ¡Y sé que después que este cuerpo se haya descompuesto, con este cuerpo veré a Dios! 27 Entonces él estará de parte mía y lo veré, no como un extraño sino como un amigo. ¡Qué gloriosa esperanza!
28 »¿Cómo se atreven ustedes a seguir acosándome, como si mi culpabilidad estuviera probada? 29 Les advierto que ustedes mismos se arriesgan a ser castigados por actuar así».
La colecta para el pueblo de Dios
16 Estas son las instrucciones en cuanto al dinero que están recogiendo para ayudar a los cristianos, instrucciones que di también a las iglesias de Galacia.
2 Los domingos cada uno de ustedes aparte algo de lo que ganó durante la semana, y guárdelo. Así cuando yo llegue no tendrán que empezar la colecta. 3 Cuando llegue enviaré a Jerusalén la ofrenda recogida y una carta; ustedes nombrarán a varias personas de confianza para que la lleven. 4 Si es conveniente que yo las acompañe, iré con ellas.
Encargos personales
5 Llegaré a visitarlos después que vaya a Macedonia. 6 Puede ser que me quede con ustedes todo el invierno; espero que ustedes me ayuden a pagar mi siguiente viaje. 7 Esta vez no quiero verlos sólo de paso. Deseo quedarme con ustedes un tiempo, si el Señor me lo permite. 8 Permaneceré en Éfeso hasta el día de Pentecostés. 9 Aquí se me han abierto bastante las puertas para predicar, a pesar de que muchos también están en contra de mí.
10 Si Timoteo llega por allá, procuren que se sienta contento, porque él trabaja para el Señor al igual que yo. 11 No permitan que nadie lo desprecie. Ayúdenlo para que siga su viaje en paz, para que pueda reunirse de nuevo conmigo, pues lo estoy esperando, así como a los hermanos que vengan con él.
12 Supliqué a Apolos que fuera con los demás hermanos a visitarlos, pero pensó que no era prudente que fuera ahora. Irá tan pronto como se le presente la oportunidad.
13 Estén alertas; sean fieles al Señor. Pórtense con valor y sean fuertes. 14 Cualquier cosa que hagan, háganla con amor.
15 ¿Se acuerdan de Estéfanas y su familia? Fueron los primeros en convertirse al cristianismo en Grecia, y han dedicado sus vidas a servir a los cristianos. Les recomiendo, hermanos, 16 que obedezcan a Estéfanas, así como a cualquiera que, como ellos, haga ese duro trabajo. 17 Me dio mucha alegría cuando vinieron Estéfanas, Fortunato y Acaico. Ellos me han dado la ayuda que ustedes no me podían dar por no estar aquí. 18 Me tranquilizaron muchísimo, lo mismo que a ustedes. Espero que ustedes reconozcan la obra que estos hermanos realizan.
Saludos finales
19 Las iglesias de Asia les envían saludos. Aquila y Priscila les saludan con mucho afecto, y lo mismo hacen los hermanos que se reúnen en casa de ellos. 20 Los hermanos me han pedido que les envíe saludos.
Salúdense unos a otros con un beso santo.
21 Yo, Pablo, les escribo este saludo con mi propia letra.
22 Si alguien no ama al Señor, que Dios lo maldiga. ¡Ven, Señor nuestro!
23 Que el amor del Señor Jesús esté con ustedes.
24 Los amo a todos ustedes con el amor de Cristo Jesús. Amén.
Al director musical. Salmo de David.
40 Con paciencia esperé que Dios me ayudara; entonces él oyó y escuchó mi clamor. 2 Me sacó del abismo de la desesperación, del pantano y del lodo; puso mis pies sobre senda dura y firme, y me fortaleció mientras yo proseguía mi camino. 3 Me ha dado un nuevo cántico para que lo entone, con alabanzas a nuestro Dios. Ahora muchos oirán de las cosas admirables que él hizo; maravillados estarán ante el Señor, y en él pondrán su confianza. 4 Muchas bendiciones se derraman sobre los que confían en el Señor, y no se fían de los altivos ni de los que confían en ídolos.
5 ¡Señor, Dios mío! ¡Cuántas y cuántas veces has realizado grandes milagros en favor nuestro! ¿Quién más puede hacer tales maravillas? El tiempo no alcanza para narrar todos tus maravillosos actos.
6 A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado. 7 Por eso dije: «Aquí me tienes —como el libro dice de mí—. 8 Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».
9 A todos les he hablado de tu justicia. Sin timidez lo he proclamado, según te consta, Señor. 10 No he ocultado esta buena noticia en mi corazón, sino que he proclamado tu fidelidad y tu salvación. Les he hablado a todos en la asamblea de tu gran amor y tu fidelidad.
22 Es mejor la buena reputación que las muchas riquezas, y mejor ser tenido en buena estima que tener oro y plata.
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