Un dia a la Vez

Demos testimonio en todo lugar

Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, para que se conozcan en la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación.
Salmo 67:1-2

El testimonio muestra la clase de personas que somos. También nos permite dar fe de lo que nos ha dado Dios y de los cambios que nos ha permitido tener. Sobre todo, con el testimonio podemos influir en muchas personas a nuestro alrededor.

A veces nos pasa que quisiéramos que nadie nos conociera porque nos daría pena, ¿verdad? No desearíamos que se percibiera nuestro verdadero YO, en especial cuando somos personas públicas.

Cuando decidimos representar a nuestro Dios en la tierra, el testimonio cobra más importancia, por una sencilla razón: Son muchas las miradas puestas en ti y en mí. Tal parece que no podemos darnos el lujo de ser como somos quizá en la iglesia o en la casa porque alguien nos pudiera ver o escuchar. Sin duda, esto es muy bueno, pues nos obligamos a ser siempre hombres y mujeres comprometidos con la Palabra y con un deseo ferviente de mostrar lo que Dios ha hecho en nosotros.

En los lugares menos esperados, me he encontrado gente que conoce de mi trabajo en la radio y me han visto tal cual soy. Me ha sucedido muchas veces en supermercados, en la calle, en el hospital y, lo que menos me he imaginado, en un avión, donde el auxiliar de vuelo es oyente de la radio.

Mi enseñanza en este día es que tú y yo debemos guardar nuestro testimonio. En primer lugar, por agradar y obedecer a nuestro Dios. En segundo lugar, porque no sabemos quién nos mira y lo que mostremos puede ser determinante en la vida de otra persona.