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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Isaías 1-13

Dureza de Judá a pesar del castigo

Visión de Isaías hijo de Amoz, que vio acerca de Judá y de Jerusalén en los días de Uzíasa, Jotamb, Acazc y Ezequíasd, reyes de Judá: Oigan, cielos; y escucha, tierra, porque habla el SEÑOR: “Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; pero Israel no conoce; mi pueblo no entiende”.

¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, descendencia de malhechores, hijos depravados! Han abandonado al SEÑOR, han despreciado al Santo de Israel y se han vuelto atrás.

¿Para qué han de ser golpeados aún? Pues todavía persistirán en rebelarse. Toda cabeza está dolorida y todo corazón está enfermo. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en ella parte sana, sino heridas, golpes y llagas recientes. No han sido curadas ni vendadas ni suavizadas con aceite. Su tierra es desolada, sus ciudades son incendiadas; su suelo es devorado por extraños ante su misma presencia, y es desolado como cuando es destruido por extraños. La hija de Sion ha quedado como una cabaña en una viña, como una choza en un huerto de pepinos, como una ciudad sitiada.

Si el SEÑOR de los Ejércitos no nos hubiera dejado unos pocos sobrevivientes, seríamos ya como Sodoma y nos pareceríamos a Gomorra[a].

Las demandas de un Dios santo

10 Escuchen la palabra del SEÑOR, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la ley de nuestro Dios, oh pueblo de Gomorra. 11 Dice el SEÑOR: “¿De qué me sirve la multitud de sus sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos. 12 Cuando vienen a ver mi rostro[b], ¿quién pide esto de sus manos, para que pisoteen mis atrios? 13 No traigan más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los sábados y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva! 14 Mi alma aborrece sus lunas nuevas y sus festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas[c]. 15 Cuando extiendan sus manos, yo esconderé de ustedes mis ojos. Aunque multipliquen las oraciones, yo no escucharé. ¡Sus manos están llenas de sangre!

16 “ Lávense, límpiense, quiten la maldad de sus acciones de delante de mis ojos. Dejen de hacer el mal. 17 Aprendan a hacer el bien, busquen el derecho, reprendan al opresor, defiendan al huérfano, amparen a la viuda.

18 “Vengan, pues, dice el SEÑOR; y razonemos juntos: Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. 19 Si quieren y obedecen, comerán de lo mejor de la tierra. 20 Pero si rehúsan y se rebelan, serán consumidos por la espada; porque la boca del SEÑOR ha hablado”.

Castigo y redención de Sion

21 ¡Cómo se ha convertido en prostituta la ciudad fiel! Llena estaba de derecho, y en ella habitaba la justicia; pero ahora la habitan homicidas. 22 Tu plata se ha convertido en escoria; tu vino está adulterado con agua. 23 Tus magistrados son rebeldes y compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y va tras las recompensas. No defienden al huérfano ni llega a ellos la causa de la viuda.

24 Por tanto, dice Dios, el SEÑOR[d] de los Ejércitos, el Fuerte de Israel: “¡Ah! Tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos. 25 Volveré mi mano contra ti; te limpiaré de tus escorias como con lejía y quitaré toda tu impureza.

26 Luego restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como al comienzo. Y después serás llamada Ciudad de Justicia, Urbe Fiel”.

27 Sion será redimida con el derecho, y sus arrepentidos con la justicia. 28 Pero los rebeldes y los pecadores serán quebrantados a una; los que abandonan al SEÑOR serán consumidos. 29 Entonces se avergonzarán[e] de los robles que han amado, y tendrán afrenta a causa de los jardines que han escogido. 30 Porque serán como la encina de hojas secas y como el jardín al que le faltan las aguas. 31 El fuerte se convertirá en estopa, y su trabajo en chispa. Ambos arderán juntos, y no habrá quien los apague.

Exaltación de Sion y paz universal

La palabra que Isaías hijo de Amoz recibió en visión con respecto a Judá y a Jerusalén: Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él todas las naciones. Muchos pueblos vendrán y dirán: “Vengan, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas”. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR.

Él juzgará entre las naciones y arbitrará entre muchos pueblos. Y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra.

¡Oh casa de Jacob, vengan y caminemos a la luz del SEÑOR!

El temible día del SEÑOR

Ciertamente tú has rechazado a tu pueblo, la casa de Jacob, porque ellos están llenos de costumbres orientales y de adivinos, como los filisteos; y hacen tratos con los hijos de extranjeros. Su tierra se ha llenado de plata y de oro, y sus tesoros no tienen fin. También su tierra se ha llenado de caballos, y sus carros son innumerables. Además, su tierra se ha llenado de ídolos. Adoran la obra de sus manos, lo que sus dedos han hecho. El hombre se ha postrado; el ser humano se ha rebajado. Por tanto, no los perdones.

10 Métete en la roca; escóndete en el polvo ante la temible presencia del SEÑOR y ante el esplendor de su majestad. 11 Los ojos altivos del hombre serán humillados, y la soberbia del ser humano será postrada. Solo el SEÑOR será enaltecido en aquel día. 12 Porque el día del SEÑOR de los Ejércitos vendrá contra todo arrogante y altivo, y contra todo el que se ha enaltecido, el cual será humillado. 13 Vendrá contra todos los cedros del Líbano, altos y erguidos, y contra todas las encinas de Basán. 14 Vendrá contra todas las altas montañas y contra todas las colinas elevadas. 15 Vendrá contra toda torre alta y contra todo muro fortificado, 16 contra todas las naves de Tarsis y contra todos los barcos lujosos. 17 La altivez del hombre será postrada; la soberbia del ser humano será humillada. Solo el SEÑOR será enaltecido en aquel día, 18 y los ídolos desaparecerán por completo.

19 Los hombres se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, a causa de la temible presencia del SEÑOR y del esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra. 20 En aquel día los hombres arrojarán a los topos[f] y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro que habían hecho para adorarlos, 21 a fin de meterse en las grietas de las rocas y en las hendiduras de las peñas, a causa de la temible presencia del SEÑOR y del esplendor de su majestad, cuando el SEÑOR se levante para hacer temblar la tierra.

22 Dejen de confiar en el hombre, cuyo hálito está en su nariz; pues, ¿de qué estima es digno?

Juicio divino contra los dirigentes

Porque he aquí que Dios, el SEÑORc de los Ejércitos, quitará de Jerusalén y de Judá la provisión y el sustento: toda provisión de pan y toda provisión de agua. Quitará al valiente y al hombre de guerra, al juez y al profeta, al adivino y al anciano, al jefe de cincuenta y al hombre respetable, al consejero y al excelente artesano, y al experto encantador. Les pondré muchachos por magistrados, y los caprichosos se enseñorearán de ellos. En medio del pueblo el hombre oprimirá al hombre, y cada cual a su prójimo. El joven será insolente con el anciano, y el ruin con el noble.

Cuando alguno eche mano de su hermano en la casa de su padre y le diga: “Tú que tienes ropa, sé nuestro jefe y toma en tus manos esta ruina”, él alzará la voz en aquel día diciendo: “Yo no seré sanador[g], pues en mi casa no hay comida ni vestido. No me pongan por jefe del pueblo”. Porque Jerusalén ha tropezado, y Judá ha caído; pues la lengua de ellos y sus obras son contrarias al SEÑOR y desafían la presencia de su majestad. Su parcialidad los acusa. Como Sodoma, expresan su pecado y no lo disimulan. ¡Ay de ellos, porque para sí mismos han producido el mal!

Juicio contra los explotadores

10 Digan a los justos que les irá bien, que comerán del fruto de sus hechos. 11 ¡Ay de los impíos! Les irá mal, porque les será hecho conforme a las obras de sus manos.

12 ¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos, y mujeres se enseñorean de él. Pueblo mío, los que te guían te hacen errar y confunden el rumbo de tus caminos.

13 El SEÑOR está de pie para litigar; está a punto de juzgar a su pueblo[h]. 14 El SEÑOR entrará en juicio contra los ancianos y contra los magistrados de su pueblo. “Porque ustedes han consumido la viña, y el despojo del pobre está en sus casas. 15 ¿Qué motivos tienen para aplastar a mi pueblo y moler las caras de los pobres?”, dice Dios, el SEÑOR[i] de los Ejércitos.

Contra las mujeres altivas

16 Asimismo dijo el SEÑOR: “Por cuanto las hijas de Sion son altivas, andan con el cuello erguido, lanzan miradas seductoras, caminan zapateando y hacen resonar los adornos de sus pies, 17 el Señor pelará con tiña la cabeza de las hijas de Sion; el SEÑOR desnudará sus frentes”.

18 En aquel día el Señor quitará los adornos de los tobillos, las diademas, las lunetas, 19 los aretes, los brazaletes, los velos, 20 los adornos de la cabeza, los adornos de los pies, las cintas, los frasquitos de perfume, los amuletos, 21 los anillos, los joyeles de la nariz, 22 las ropas festivas, los mantos, los pañuelos, los bolsos, 23 los espejos, la ropa íntima, los turbantes y las mantillas. 24 Y sucederá que habrá hediondez en lugar de los perfumes, soga en lugar de cinturón, rapadura en lugar de los arreglos del cabello. En lugar de ropa fina habrá ceñidor de cilicio; porque en lugar de belleza habrá vergüenza[j].

25 Tus hombres caerán a espada, y tu poderío caerá en la batalla. 26 Sus puertas lamentarán y se enlutarán; y abandonada, ella se sentará en tierra.

En aquel tiempo siete mujeres echarán mano de un hombre y le dirán: “Nosotras comeremos nuestro propio pan y vestiremos nuestras propias ropas; solamente permite que seamos llamadas por tu nombre. Quita nuestra afrenta”.

Purificación y gloria de Sion

En aquel día el retoño del SEÑOR será hermoso y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el esplendor de los sobrevivientes de Israel. Acontecerá que el que se quede en Sion, como el que sea dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que estén inscritos para la vida en Jerusalén. Así será cuando el Señor lave la inmundicia de las hijas de Sion, y elimine la sangre de en medio de Jerusalén, con espíritu de juicio y con espíritu consumidor. Entonces sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus asambleas, el SEÑOR creará nube[k] y humo de día, y resplandor de fuego llameante de noche. Porque sobre todos habrá una cubierta de gloria, y habrá de día un cobertizo para dar sombra ante el calor abrasador, y para refugio y protección de la tormenta y del aguacero.

Parábola de la viña

Cantaré a mi amigo la canción de mi amado acerca de su viña:

Mi amigo tenía una viña en una fértil ladera.

La había desherbado y despedregado. Luego había plantado en ella vides escogidas.

Había edificado en ella una torre

y también había labrado un lagar. Esperaba que diera uvas buenas, pero dio uvas silvestres.

“Ahora pues, oh habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, juzguen entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía haber hecho por mi viña que yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, pues, esperando yo que diera uvas buenas, ha dado uvas silvestres? Ahora pues, les daré a conocer lo que yo haré a mi viña: Quitaré su cerco, y será consumida; romperé su vallado, y será pisoteada. La convertiré en una desolación; no será podada ni cultivada. Crecerán espinos y cardos, y mandaré a las nubes que no derramen lluvia sobre ella”.

Ciertamente la viña del SEÑOR de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su placentero vergel. Esperaba el derecho, y he aquí la vileza; esperaba la justicia, y he aquí el clamor.

Ayes contra los explotadores

¡Ay de los que juntan casa con casa y acercan campo con campo, hasta que ya no queda más espacio, y así terminan habitando ustedes solos en medio de la tierra! El SEÑOR de los Ejércitos ha jurado[l] en mis oídos: “Ciertamente muchas casas han de quedar desoladas; casas grandes y hermosas quedarán sin habitantes. 10 Una viña de cuatro hectáreas producirá tan solo veintidós litros, y doscientos kilos de semilla producirán tan solo veinte kilos”.

11 ¡Ay de los que se levantan muy de mañana para ir tras la bebida, y siguen hasta la noche, hasta que el vino los enciende! 12 En sus banquetes hay arpas, liras, tamboriles, flautas y vino; pero no consideran lo que el SEÑOR ha realizado ni miran la obra de sus manos. 13 Por eso mi pueblo es llevado cautivo, por falta de entendimiento. Sus nobles están muertos de hambre, y su multitud reseca de sed. 14 Por eso el Seol ensanchó su garganta y abrió su boca sin medida. Allá caerá el esplendor de ella, su multitud, su bullicio y aquel que se divertía en ella. 15 El hombre se ha postrado, y el ser humano se ha rebajado. Los ojos de los altivos serán humillados. 16 Pero el SEÑOR de los Ejércitos será exaltado en el juicio; el Dios santo será reconocido como santo por su justicia. 17 Los corderos serán apacentados en su pastizal, y los cabritos[m] comerán entre las ruinas de los ricos.

18 ¡Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta! 19 Ellos dicen: “Dese prisa; apresúrese su obra para que la veamos. Acérquese y venga el plan del Santo de Israel, para que lo conozcamos”.

20 ¡Ay de los que a lo malo llaman bueno; y a lo bueno, malo! Consideran las tinieblas como luz, y la luz como tinieblas. Consideran lo amargo como dulce, y lo dulce como amargo.

21 ¡Ay de los que son sabios ante sus propios ojos, y de los que son prudentes según ellos mismos!

22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar licor; 23 y de los que por soborno declaran justo al culpable, y al justo le quitan su justicia!

Dios castiga por medio del invasor

24 Por tanto, como la lengua de fuego devora la paja y la llama doblega el rastrojo, así la raíz de ellos será como cosa putrefacta, y su flor se desvanecerá como el polvo. Porque han desechado la ley del SEÑOR de los Ejércitos, y han despreciado la palabra del Santo de Israel. 25 Por esta causa se enciende el furor del SEÑOR contra su pueblo; extiende contra él su mano y lo golpea. Los montes se estremecen, y sus cadáveres son como basura en medio de las calles. A pesar de todo esto, no ha cesado su furor, y su mano todavía está extendida.

26 Él alzará la bandera a una nación lejana. Le silbará para que venga desde los confines de la tierra, y he aquí que vendrá rápida y veloz. 27 No hay entre ellos quien se canse ni tropiece; nadie se adormece ni se duerme. A ninguno se le desata el cinturón de su cintura ni se le rompe la correa de sus sandalias. 28 Sus flechas están afiladas, y todos sus arcos preparados. Los cascos de sus caballos parecen como de pedernal, y las ruedas de sus carros son como torbellino. 29 Su rugido es como de león; ruge como los cachorros. Gruñe, arrebata la presa y se la lleva sin que nadie la libre. 30 En aquel día rugirá sobre la presa como el rugido del mar. Entonces mirará hacia esta tierra, y he aquí tinieblas de tribulación. Aun la luz se convertirá en oscuridad a causa de los nubarrones.

Visión y vocación de Isaías

En el año que murió el rey Uzíasa, vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime; y el borde de sus vestiduras llenaba el templo. Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. El uno proclamaba al otro diciendo:

—¡Santo, santo, santo es el SEÑOR de los Ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!

Los umbrales de las puertas se estremecieron con la voz del que proclamaba, y el templo se llenó de humo. Entonces dije:

—¡Ay de mí, pues soy muerto! Porque siendo un hombre de labios impuros y habitando en medio de un pueblo de labios impuros, mis ojos han visto al Rey, al SEÑOR de los Ejércitos.

Entonces voló hacia mí uno de los serafines trayendo en su mano, con unas tenazas, un carbón encendido tomado del altar. Y tocó con él mi boca, diciendo:

—He aquí que esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido quitada, y tu pecado ha sido perdonado.

Entonces escuché la voz del Señor, que decía:

—¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?

Y yo respondí:

—Heme aquí, envíame a mí.

Y dijo:

—Ve y di a este pueblo: “Oigan bien, pero no entiendan; y miren bien, pero no comprendan”. 10 Haz insensible el corazón de este pueblo; ensordece sus oídos y ciega sus ojos, no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón[n], y se vuelva a mí, y yo lo sane[o].

11 Yo dije:

—¿Hasta cuándo, Señor?

Y él respondió:

—Hasta que las ciudades queden desoladas y sin habitantes, y no haya hombres en las casas, y la tierra quede devastada; 12 hasta que el SEÑOR haya echado lejos a los hombres y sea grande el abandono en medio de la tierra. 13 Pero aunque quede en ella la décima parte, volverá a ser consumida como la encina o el roble de los cuales, después de ser derribados, aún les queda el tronco.

Su tronco es la simiente santa.

La señal de Emanuel y la liberación

Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías y rey de Judá, que Rezín rey de Siria y Pécaj hijo de Remalías y rey de Israel subieron a Jerusalén para hacerle la guerra, pero no pudieron vencerla. Entonces se le informó a la casa de David, diciendo: “Los sirios acampan en Efraín”. Y se le estremeció el corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del bosque a causa del viento.

Entonces el SEÑOR dijo a Isaías:

—Sal al encuentro de Acaz, tú y tu hijo Sear-yasuv[p], al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino del Campo del Lavador, y dile: “Cuídate y ten calma. No temas ni se acobarde tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean: por el furor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías. Porque con Efraín y el hijo de Remalías, Siria ha planeado contra ti el mal, diciendo: ‘Vamos contra Judá, y desmembrémosla; abrámonos una brecha y en medio de ella pongamos por rey al hijo de Tabeel’. Así ha dicho el SEÑOR Dios[q]: No sucederá ni será así.

Porque la capital de Siria es Damasco, y el caudillo de Damasco es Rezín; pero dentro de sesenta y cinco años Efraín será destrozado hasta dejar de ser pueblo. Asimismo, la capital de Efraín es Samaria, y el caudillo de Samaria es el hijo de Remalías. Si ustedes no creen, ciertamente no permanecerán firmes”.

10 El SEÑOR volvió a hablar a Acaz diciendo:

11 —Pide para ti una señal de parte del SEÑOR tu Dios; de abajo en el Seol, o de arriba en lo alto.

12 Acaz respondió:

—No pediré ni probaré al SEÑOR.

13 Entonces Isaías dijo:

—Escuchen, oh casa de David: ¿Les es poco el ser molestos a los hombres, para que también sean molestos a mi Dios? 14 Por tanto, el mismo Señor les dará la señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel[r]. 15 Él comerá leche cuajada y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. 16 Ciertamente, antes de que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes a quienes tienes miedo será abandonada.

Israel será invadido por Asiria

17 »Entonces el SEÑOR hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no los ha habido desde el día en que Efraín se separó de Judá; esto es, al rey de Asiria. 18 Acontecerá en aquel día que el SEÑOR silbará a la mosca que está en el extremo de los ríos de Egipto y a la abeja que está en la tierra de Asiria. 19 Y vendrán y se asentarán todos en las quebradas escarpadas, en las hendiduras de las peñas, en todos los espinos y en todos los lugares de aguas. 20 En aquel día, con navaja alquilada de más allá del Río, es decir, con el rey de Asiria, el Señor rasurará la cabeza y el vello de las piernas, y quitará también la barba.

21 »Acontecerá en aquel día que un hombre criará una vaca y dos ovejas. 22 Y sucederá que a causa de la abundancia de leche comerá leche cuajada. Porque todo aquel que quede en medio del país comerá leche cuajada y miel.

23 »Acontecerá también en aquel día que el lugar donde había mil vides, que valían once kilos de plata, será para los espinos y para los cardos. 24 Con flechas y arco irán allá, pues toda la tierra será espinos y cardos. 25 Y en cuanto a todos los montes que eran labrados con la azada, no podrás ir allá por temor de los espinos y de los cardos. Solo servirán como lugar para soltar los bueyes y para ser hollados por las ovejas.

Maher-salal-jas-baz y la invasión

Entonces me dijo el SEÑOR: “Toma una tabla grande y escribe en ella con punzón de hombre, tocante a Maher-salal-jas-bazb”. Llamé a mi lado, como fieles testigos, al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías. Me llegué a la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo. Y el SEÑOR me dijo: “Ponle por nombre Maher-salal-jas-bazb, porque antes que el niño sepa decir ‘mi papá’ y ‘mi mamá’, la riqueza de Damasco y el botín de Samaria serán llevados ante el rey de Asiria”.

Otra vez el SEÑOR volvió a hablarme diciendo: “Por cuanto este pueblo desechó las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se alegró con Rezín y con el hijo de Remalías, he aquí que por ello el Señor hace subir sobre ellos las impetuosas y abundantes aguas del Río, es decir, al rey de Asiria con toda su gloria. Él se desbordará por todos sus cauces y pasará sobre todas sus riberas. Pasará por Judá inundando y creciendo; llegará hasta el cuello. Con sus alas extendidas llenará la amplitud de tu tierra. ¡Oh Emanuel![s]”.

Isaías y el testimonio del SEÑOR

Sépanlo[t], oh pueblos, y llénense de terror. Presten atención, todos los confines de la tierra: ¡Cíñanse y llénense de terror! ¡Cíñanse y llénense de terror! 10 Tomen consejo, pero será anulado; profieran palabra, pero no se realizará, porque Dios está con nosotros[u]. 11 Pues así me ha hablado el SEÑOR con mano fuerte, y me ha instruido para que no camine por el camino de este pueblo, diciendo: 12 “No llamen conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración. No teman lo que ellos temen ni se aterroricen. 13 ¡Al SEÑOR de los Ejércitos, a él trátenlo como santo! Y si él es el temor de ustedes, y si él es el temblor de ustedes, 14 entonces él será el santuario de ustedes; pero será piedra de tropiezo y roca de escándalo para las dos casas de Israel, red y trampa para los habitantes de Jerusalén. 15 De entre ellos muchos tropezarán y caerán, y serán quebrantados. Quedarán atrapados y apresados. 16 Ata el testimonio y sella la ley entre mis discípulos”.

17 Aguardaré, pues, al SEÑOR, quien ha escondido su rostro de la casa de Jacob. En él esperaré. 18 He aquí, yo y los hijos que el SEÑOR me ha dado somos señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los Ejércitos, quien habita en el monte Sion. 19 Y cuando les digan: “Consulten a los que evocan a los muertos y a los adivinos que susurran y murmuran al hablar”, respondan: “¿Acaso no consultará un pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos a favor de los vivos? 20 ¡A la ley y al testimonio! Si ellos no hablan de acuerdo con esta palabra, es que no les ha amanecido. 21 Y pasarán por la tierra oprimidos y hambrientos. Y acontecerá que teniendo hambre se indignarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Alzarán la vista 22 y mirarán a la tierra, y he allí tribulación y oscuridad de angustia. Y serán arrojados a las tinieblas.

Advenimiento del rey mesiánico

Sin embargo, no tendrá oscuridad la que estaba en angustia. En tiempos anteriores él humilló la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí; pero en tiempos posteriores traerá gloria a Galilea de los gentiles, camino del mar y el otro lado del Jordán. El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz. A los que habitaban en la tierra de sombra de muerte, la luz les resplandeció. Lea aumentaste la gente y acrecentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten el botín. Porque como en el día de Madiánb, tú has quebrado el yugo que cargaba, la vara de su hombro y el cetro del que lo oprime. Todo calzado del que marcha con estruendo y el manto revolcado en sangre serán para quemar, pasto para el fuego.

Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro. Se llamará su nombre: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para siempre. El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto.

Retribución a la altivez de Israel

El Señor envió una palabra a Jacob, y ella cayó en Israel. Todo el pueblo lo supo; Efraín y los habitantes de Samaria que con soberbia y altivez de corazón decían: 10 “Cayeron los ladrillos, pero edificaremos con bloques de piedra; fueron cortadas las higueras silvestres, pero en su lugar pondremos cedros”.

11 El SEÑOR hace surgir contra él a sus adversarios, es decir, a Rezín; e incita a sus enemigos: 12 los sirios del oriente y los filisteos del occidente, que a boca llena devoran a Israel. A pesar de todo esto, no ha cesado su furor, y su mano todavía está extendida.

13 Pero el pueblo no se ha vuelto a quien lo golpeó ni han buscado al SEÑOR de los Ejércitos. 14 Por eso en un mismo día el SEÑOR cortará de Israel la cabeza y la cola, la palmera y el junco. 15 El hombre anciano y respetado es la cabeza, y el profeta que enseña mentira es la cola. 16 Los que guían a este pueblo lo hacen errar, y los que por ellos son guiados están confundidos. 17 Por tanto, el Señor no se compadecerá[v] de sus jóvenes ni tendrá misericordia de sus huérfanos ni de sus viudas. Porque cada uno es impío y malhechor, y toda boca habla insensatez. A pesar de todo esto, no ha cesado su furor, y su mano todavía está extendida.

18 La maldad arde como fuego y devora espinos y cardos. Se enciende en la espesura del bosque y se levanta en remolinos de humo. 19 A causa de la ira del SEÑOR de los Ejércitos, la tierra es quemada, y el pueblo es pasto para el fuego. El hombre no tiene piedad de su hermano. 20 Cada uno devora a la derecha, pero tiene hambre; y come a la izquierda, pero no se sacia. Cada cual devora la carne de su prójimo[w]. 21 Manasés devora a Efraín, y Efraín a Manasés; y ambos se levantan contra Judá. A pesar de todo esto, no ha cesado su furor, y su mano todavía está extendida.

10 ¡Ay de los que establecen leyes inicuas y dictan decretos opresivos para apartar del juicio a los pobres, para privar de sus derechos a los afligidos de mi pueblo, para hacer de las viudas su botín y para despojar a los huérfanos! ¿Qué harán en el día del castigo y de la devastación que vendrá de lejos? ¿A quién huirán a pedir auxilio, y dónde dejarán su gloria? No queda más que agacharse entre los prisioneros y caer entre los muertos. A pesar de todo esto, no ha cesado su furor, y su mano todavía está extendida.

Asiria: objeto de la ira divina

“¡Ay de Asiria, la vara de mi ira! Pues en su mano está puesto el garrote de mi furor. La mandaré contra una nación impía, y la enviaré contra el pueblo que es objeto de mi indignación, a fin de que capture botín y tome despojos, a fin de que lo ponga para ser pisoteado como el lodo de las calles.

“Pero ella no lo imaginará así ni su corazón lo pensará de esta manera. Más bien, la intención de su corazón será destruir y exterminar no pocas naciones. Porque él dice: ‘Mis príncipes, ¿no son todos reyes? ¿No es Calne[x] como Carquemis? ¿No es Hamat como Arfad? ¿No es Samaria como Damasco? 10 Como mi mano alcanzó los reinos de los dioses, a pesar de que sus imágenes talladas eran más que las de Jerusalén y de Samaria; 11 como hice a Samaria y a sus dioses, ¿no haré así a Jerusalén y a sus ídolos?’ ”.

12 Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte Sion y en Jerusalén, castigará[y] también el fruto del corazón soberbio del rey de Asiria y la gloria de sus ojos altivos. 13 Porque ha dicho: “Con el poder de mi mano y con mi sabiduría lo he hecho, porque soy inteligente. He eliminado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros y he derribado como hombre fuerte a sus habitantes. 14 Mi mano halló como en un nido las riquezas de los pueblos; y como se juntan los huevos abandonados, así junté yo a toda la tierra. No hubo quien moviera un ala o abriera el pico para chirriar”.

15 ¿Se jactará el hacha contra el que corta con ella? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la maneja? ¡Como si el bastón manejara al que lo levanta! ¡Como si la vara levantara al que no es madera! 16 Por tanto, el SEÑOR Dios[z] de los Ejércitos enviará enfermedad a sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador. 17 La Luz de Israel será por fuego; y su Santo por llama que consume y devora en un día sus cardos y sus espinos. 18 Consumirá desde el alma hasta la carne, la gloria de su bosque y de su campo fértil; y vendrá a ser como cuando desfallece un enfermo. 19 Los árboles que queden en su bosque serán tan pocos que hasta un niño los podrá contar.

El remanente volverá a su Dios

20 Acontecerá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de Jacob que hayan escapado nunca más se apoyarán en el que los golpeó, sino que verdaderamente se apoyarán en el SEÑOR, el Santo de Israel.

21 ¡Un remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios fuerte! 22 Aunque tu pueblo, oh Israel, sea como la arena del mar, solo un remanente volverá. La destrucción está decidida, desbordando justicia. 23 Pues el SEÑOR Dios[aa] de los Ejércitos ejecutará en medio de todo el país el exterminio que está decidido. 24 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[ab] de los Ejércitos: “Pueblo mío, habitante de Sion, no temas a Asiria. Con vara te golpeará y contra ti alzará su garrote, como en Egipto. 25 Porque de aquí a muy poco tiempo se acabará mi ira, y mi furor será para su destrucción”.

26 El SEÑOR de los Ejércitos levantará el látigo contra él, como en la matanza de Madián junto a la peña de Oreb[ac]. Alzará su vara sobre el mar, como en Egipto. 27 Sucederá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro y su yugo de tu cuello. El yugo será destruido a causa de tu unción.

Avance del invasor

28 Viene contra Ayat, pasa por Migrón, y en Micmas pasa revista a sus armas. 29 Pasa el vado y se aloja en Geba. Ramá tiembla; Gabaa de Saúl huye. 30 ¡Grita a gran voz, oh hija de Galim! ¡Escucha, oh Lais! ¡Pobrecita Anatot! 31 Madmena divaga; los habitantes de Gebim buscan refugio. 32 Ahora mismo se detendrá en Nob y agitará su mano contra el monte de la hija[ad] de Sion, la colina de Jerusalén.

33 Pero he aquí que el SEÑOR Dios[ae] de los Ejércitos desgajará el ramaje con violencia; los de gran altura serán talados, y los altos serán abatidos. 34 Él cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá ante el Poderoso.

El retoño de Isaí y la era mesiánica

11 Un retoño brotará del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Sobre él reposará el Espíritu del SEÑOR: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. Él se deleitará en el temor del SEÑOR. No juzgará por lo que vean sus ojos ni arbitrará por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y con equidad arbitrará a favor de los afligidos de la tierra. Golpeará la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios dará muerte al impío. La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad lo será de su cintura.

Entonces el lobo habitará con el cordero, y el leopardo se recostará con el cabrito. El ternero y el cachorro del león crecerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, y sus crías se recostarán juntas. El león comerá paja como el buey. Un niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y el recién destetado extenderá su mano sobre el escondrijo de la víbora. No harán daño ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR, como las aguas cubren el mar.

10 Acontecerá en aquel día que las naciones buscarán a aquel que es la raíz de Isaí y que estará en pie como una bandera para los pueblos, y su morada será gloriosa. 11 Asimismo, acontecerá en aquel día que el SEÑOR volverá a poner su mano para recobrar el remanente que habrá quedado de su pueblo, desde Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar, Hamat y las costas del mar. 12 Él levantará bandera para las naciones, y juntará a los desterrados de Israel. Reunirá a los dispersos de Judá desde los cuatro extremos de la tierra.

13 Entonces se disiparán los celos de Efraín, y los que hostilizan a Judá serán exterminados. Efraín no tendrá más celos de Judá ni Judá hostilizará a Efraín. 14 Volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, y juntos saquearán a los hijos del oriente. Edom y Moab estarán bajo su sujeción, y los hijos de Amón les obedecerán.

15 El SEÑOR secará[af] la lengua del mar de Egipto. Con el poder de su Espíritu agitará su mano contra el Río; lo partirá en siete brazos y hará que pasen por él con sandalias. 16 Entonces habrá un camino para el remanente de su pueblo que quedó en Asiria, como lo hubo para Israel en el día que subió de la tierra de Egipto[ag].

Agradecimiento por la liberación divina

12 En aquel día dirás:

“¡Te doy gracias, oh SEÑOR!

Aunque te enojaste contra mí,

tu ira se apartó, y me has consolado.

¡He aquí, Dios es mi salvación! Confiaré y no temeré,

porque el SEÑOR[ah] es mi fortaleza

y mi canción;

él es mi salvación”.

Con regocijo sacarán agua

de los manantiales de la salvación.

En aquel día dirán:

“¡Den gracias al SEÑOR!

¡Invoquen su nombre!

Den a conocer entre los pueblos sus hazañas;

recuerden que grande es su nombre.

¡Canten salmos al SEÑOR, porque ha hecho cosas magníficas![ai]. Sea esto conocido en toda la tierra.

Grita y canta, oh habitante de Sion, pues el Santo de Israel es grande en medio de ti”.

Profecía acerca de Babilonia

13 Profecía acerca de Babilonia, que Isaías hijo de Amoz recibió en visión: “Levanten bandera sobre un monte desnudo. Alcen a ellos la voz; agiten la mano para que entren por las puertas de los nobles. Yo he dado órdenes a mis consagrados; asimismo, he llamado a mis valientes, a los que se regocijan en mi triunfo, para que ejecuten mi ira”.

Un murmullo de multitud se oye sobre los montes, como de mucho pueblo, un rumor de reinos y de naciones congregadas. El SEÑOR de los Ejércitos pasa revista al ejército para la batalla. El SEÑOR y los instrumentos de su ira vienen de una tierra lejana, del extremo de los cielos, para destruir toda la tierra. Lamenten, porque cercano está el día del SEÑOR; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso. Por tanto, todas las manos se debilitarán, y todo corazón humano desfallecerá. Se llenarán de terror; convulsiones y dolores se apoderarán de ellos. Tendrán dolores como de mujer que da a luz. Cada cual mirará con asombro a su compañero; sus caras son como llamaradas.

He aquí que viene el día del SEÑOR, implacable, lleno de indignación y de ardiente ira, para convertir la tierra en desolación y para destruir en ella a sus pecadores. 10 Porque las estrellas de los cielos y sus constelaciones no irradiarán su luz. El sol se oscurecerá al salir, y la luna no dará su luz.

11 “Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad. Haré que cese la arrogancia de los soberbios, y humillaré la altivez de los tiranos. 12 Haré al ser humano más preciado que el oro fino, y al hombre más que el oro de Ofir[aj]. 13 Por eso haré estremecer los cielos, y la tierra será removida de su lugar, a causa de la indignación del SEÑOR de los Ejércitos en el día de su ardiente ira. 14 “Como gacela acosada y como rebaño que no tiene quien lo junte, cada cual mirará hacia su propio pueblo, y cada cual huirá a su propio país. 15 Todo el que sea hallado será atravesado, y todo el que sea tomado caerá a espada. 16 Sus niños serán estrellados ante sus ojos; sus casas serán saqueadas, y sus mujeres violadas.

17 “He aquí que yo incito contra ellos a los medos, que no estiman la plata ni desean el oro. 18 Sus arcos desbaratarán a los jóvenes; no tendrán misericordia del fruto del vientre ni sus ojos tendrán lástima de los hijos. 19 Y Babilonia, el más hermoso de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, será como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra[ak]. 20 Nunca más será habitada ni será poblada de generación en generación. El árabe no pondrá allí su tienda ni los pastores harán recostar allí sus rebaños. 21 Pero allí se recostarán las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de búhos. Allí habitarán los avestruces, y allí danzarán las cabras monteses. 22 En sus palacios aullarán las hienas, y los chacales en las lujosas mansiones. Su tiempo está cercano para llegar, y sus días no se prolongarán”.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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