Bible in 90 Days
24 También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos.
Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 2 Como Nadab y Abiú murieron antes que su padre,(A) y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio. 3 David, junto con Sadoc, de los hijos de Eleazar, y Ajimélec, de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio.
4 Había más hombres importantes de los hijos de Eleazar que de los hijos de Itamar, y quedaron repartidos así:
De los hijos de Eleazar, dieciséis jefes de casas paternas.
De los hijos de Itamar, ocho jefes de casas paternas.
5 Fueron repartidos por sorteo los unos con los otros, porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo jefes del santuario y príncipes de la casa de Dios. 6 El escriba de los levitas Semaías hijo de Natanael escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante del sacerdote Sadoc, de Ajimélec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por sorteo una casa paterna para Eleazar y otra para Itamar.
7 La primera suerte le tocó a Joyarib,
la segunda a Jedaías,
8 la tercera a Jarín,
la cuarta a Segorín,
9 la quinta a Malquías,
la sexta a Mijamín,
10 la séptima a Cos,
la octava a Abías,
11 la novena a Josué,
la décima a Secanías,
12 la undécima a Eliasib,
la duodécima a Yaquín,
13 la decimotercera a Jupá,
la decimocuarta a Jesebeab,
14 la decimoquinta a Bilgá,
la decimosexta a Imer,
15 la decimoséptima a Hezir,
la decimoctava a Afses,
16 la decimonovena a Petajías,
la vigésima a Ezequiel,
17 la vigesimoprimera a Jaquín,
la vigesimosegunda a Gamul,
18 la vigesimotercera a Delaía,
la vigesimocuarta a Magasías.
19 Éstos fueron distribuidos para su ministerio, para que entraran en la casa del Señor, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado el Señor, el Dios de Israel.
20 Los restantes hijos de Leví fueron:
De los hijos de Amirán, Subael;
de los hijos de Subael, Yejedías;
21 de los hijos de Rejabías, el jefe Isías;
22 de los izharitas, Selomot y Yajat, su hijo;
23 de los hijos de Hebrón, el jefe Jerías, seguido de Amarías, Jahaziel y Jecamán;
24 Micaía hijo de Uziel,
Samir hijo de Micaía,
25 Isías, hermano de Micaía;
Zacarías hijo de Isías,
26 Mali y Musi, hijos de Merari;
Beno hijo de Jazías.
27 Los hijos de Merari, por parte de Jazías: Beno, Soán, Zacur e Ibri. 28 Por parte de Mali, Eleazar, que no tuvo hijos.
29 Yeramel hijo de Cis.
30 Los hijos de Musi fueron Mali, Edar y Jerimot.
Éstos fueron los descendientes de los levitas, por sus casas paternas. 31 También éstos fueron sorteados, como sus parientes aaronitas, delante del rey David, de Sadoc y Ajimélec, y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, lo mismo el jefe de los padres que el menor de sus parientes.
Distribución de músicos y cantores
25 Para el ministerio, y para que profetizaran con arpas, salterios y címbalos, David y los jefes del ejército apartaron a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún. El número de ellos, que eran hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue el siguiente:
2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf. Éstos estaban bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey.
3 De los hijos de Jedutún: Gedalías, Serí, Jesaías, Jasabías, Matatías y Simey. Estos seis estaban bajo la dirección de Jedutún, su padre, el cual profetizaba al son del arpa, para aclamar y alabar al Señor.
4 De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Jananías, Jananí, Eliata, Gidalti, Romanti Ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Majaziot. 5 Todos estos fueron hijos de Hemán, que era el vidente del rey en todo lo relacionado con Dios y exaltaba su poder. Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas. 6 Todos ellos estaban en la casa del Señor bajo la dirección musical de su padre, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban allí por disposición del rey. 7 El número de todos los aptos e instruidos en el canto para honrar al Señor, era de doscientos ochenta y ocho, incluyendo a sus hermanos. 8 Los turnos para ministrar fueron sorteados, sin distinguir entre pequeños y grandes, ni entre maestros y discípulos.
9 El primero en salir sorteado fue Asaf, de José.
El segundo fue Gedalías, que con sus hermanos e hijos eran doce.
10 El tercero fue Zacur, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
11 El cuarto fue Izri, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
12 El quinto fue Netanías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
13 El sexto fue Buquías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
14 El séptimo fue Jesarela, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
15 El octavo fue Jesahías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
16 El noveno fue Matanías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
17 El décimo fue Simey, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
18 El undécimo fue Azareel, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
19 El duodécimo fue Jasabías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
20 El decimotercero fue Subael, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
21 El decimocuarto fue Matatías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
22 El decimoquinto fue Jeremot, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
23 El decimosexto fue Jananías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
24 El decimoséptimo fue Josbecasa, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
25 El decimoctavo fue Jananí, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
26 El decimonoveno fue Maloti, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
27 El vigésimo fue Eliata, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
28 El vigesimoprimero fue Hotir, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
29 El vigesimosegundo fue Gidalti, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
30 El vigesimotercero fue Majaziot, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
31 El vigesimocuarto fue Romanti Ezer, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.
Porteros y oficiales
26 Los porteros fueron distribuidos de la siguiente manera:
De los coreítas: Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf.
2 De los hijos de Meselemías: Zacarías, el primogénito, seguido de Jediael, Zebadías, Jatniel, 3 Elam, Johanán y Elioguenay, en ese orden.
4 De los hijos de Obed Edom: Semaías, el primogénito, seguido de Jozabad, Yoaj, Sacar, Natanael, 5 Amiel, Isacar y Peultay, en ese orden. Y es que Dios había bendecido a Obed Edom.(B)
6 Semaías hijo de Obed también tuvo hijos que fueron jefes de la familia de sus padres. Eran hombres muy valientes y esforzados. 7 Sus hijos fueron Otni, Rafael, Obed y Elzabad, y sus hermanos Eliú y Samaquías, que eran hombres esforzados. 8 Todos estos eran descendientes de Obed Edom. Todos ellos, con sus hijos y hermanos, eran sesenta y dos hombres robustos y fuertes para el servicio.
9 Los hijos de Meselemías y sus hermanos fueron dieciocho hombres valientes.
10 De Josá, que era de los descendientes de Merari: el jefe Simerí (que no era el primogénito, pero su padre lo nombró jefe), 11 seguido de Hilcías, Tebalías y Zacarías, en ese orden. En total, los hijos de Josá y sus hermanos fueron trece.
12 La distribución de los porteros se hizo entre éstos, y los más importantes se alternaban con sus hermanos en la vigilancia para servir en la casa del Señor. 13 La vigilancia de cada puerta se decidió por sorteo, según sus casas paternas y sin distinguir entre pequeños y grandes. 14 La puerta del oriente le tocó por suerte a Selemías. Luego se sorteó la puerta del norte, y ésta le tocó a su hijo Zacarías, que era un consejero muy inteligente. 15 A Obed Edom le tocó la puerta del sur, y a sus hijos, la casa de provisiones del templo. 16 Sufán y Josá compartían la vigilancia de la puerta de Salequet, al occidente, en el camino de la cuesta. 17 Al oriente había seis levitas; al norte, cuatro de día; al sur, cuatro de día; y en la casa de provisiones, dos en cada turno. 18 En la cámara de los utensilios, al occidente, cuatro vigilaban el camino, y dos vigilaban la cámara. 19 Ésta fue la distribución de los porteros coreítas y meraritas.
20 De los levitas, Ajías estaba a cargo de los tesoros de la casa de Dios, y de los tesoros de los objetos santificados. 21 En cuanto a los hijos de Laadán hijo de Gersón, los jefes de las casas paternas de Laadán gersonita fueron los jehielitas.
22 Los hijos de Yejieli, Zetán y su hermano Joel estaban a cargo de los tesoros de la casa del Señor.
23 De entre los amramitas, izharitas, hebronitas y uzielitas, 24 el jefe sobre los tesoros era Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés.
25 En cuanto a su hermano Eliezer, su hijo era Rejabías, y sus descendientes en línea directa era Jesaías, Jorán, Zicri y Selomit. 26 Tanto Selomit como sus hermanos estaban a cargo de todos los tesoros y de todos los objetos santificados que habían consagrado el rey David, los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército. 27 Lo habían consagrado de los botines de guerra, para reparar la casa del Señor. 28 También estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos todo lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Seruyá, y todo lo que otros consagraban.
29 De los izharitas, Quenanías y sus hijos eran los gobernadores y jueces de Israel en asuntos exteriores.
30 De los hebronitas, Jasabías y sus parientes, que eran mil setecientos hombres aguerridos, gobernaban a Israel en la ribera occidental del Jordán, en todo lo concerniente a cuestiones del Señor y del rey. 31 Jerías era el jefe de los hebronitas, repartidos por sus linajes y por sus familias. Fueron registrados en el año cuarenta del reinado de David, y se encontró que entre ellos había hombres fuertes y aguerridos en Jazer de Galaad. 32 Sus parientes, también hombres valientes, eran dos mil setecientos jefes de familia. El rey David los puso al mando de los rubenitas y gaditas, y de la media tribu de Manasés, para todo lo relacionado con Dios y con el rey.
Otros oficiales de David
27 Éstos son los jefes israelitas, jefes de familias y de millares y de centenas, oficiales que servían al rey en todos los asuntos relacionados con las divisiones que cada mes, y durante todo el año, entraban y salían. Cada división estaba formada por veinticuatro mil hombres.
2 La primera división del primer mes la comandaba Yasobeán hijo de Zabdiel, y había en su división veinticuatro mil hombres. 3 De los descendientes de Fares, Yasobeán fue el jefe de todos los capitanes de las compañías del primer mes.
4 Al mando de la división del segundo mes estaba Doday el ajojita. Miclot era el jefe de su división, en la que también había veinticuatro mil hombres.
5 El jefe de la tercera división para el tercer mes era Benaías hijo de Joyadá, el sumo sacerdote. En su división había veinticuatro mil hombres. 6 Este Benaías era uno de los treinta valientes, y comandaba a los treinta. En su división estaba su hijo Amisabad.
7 El cuarto jefe para el cuarto mes era Asael, hermano de Joab, seguido de su hijo Zebadías. En su división había veinticuatro mil hombres.
8 El quinto jefe para el quinto mes era Samut el izraíta. En su división había veinticuatro mil hombres.
9 El sexto jefe para el sexto mes era Ira hijo de Iques, el de Tecoa. En su división había veinticuatro mil hombres.
10 El séptimo jefe para el séptimo mes era Heles el pelonita, de los efraimitas. En su división había veinticuatro mil hombres.
11 El octavo jefe para el octavo mes era Sibecay el husatita, de los zeraítas. En su división había veinticuatro mil hombres.
12 El noveno jefe para el noveno mes era Abiezer el anatotita, de los benjamitas. En su división había veinticuatro mil hombres.
13 El décimo jefe para el décimo mes era Maray el netofatita, de los zeraítas. En su división había veinticuatro mil hombres.
14 El undécimo jefe para el undécimo mes era Benaías el piratonita, de los efraimitas. En su división había veinticuatro mil hombres.
15 El duodécimo jefe para el duodécimo mes era Jelday el netofatita, de los descendientes de Otoniel. En su división había veinticuatro mil hombres.
16 Al mando de las tribus de Israel estaban:
Eliezer hijo de Zicri, jefe de los rubenitas;
Sefatías hijo de Macá, jefe de los simeonitas;
17 Jasabías hijo de Kemuel, jefe de los levitas;
Sadoc, jefe de los aaronitas;
18 Eliú, uno de los hermanos de David, de Judá;
Omri hijo de Micael, de los de Isacar;
19 Ismaías hijo de Abdías, de los de Zabulón;
Jerimot hijo de Azriel, de los de Neftalí;
20 Oseas hijo de Azazías, de los efraimitas;
Joel hijo de Pedaías, de la media tribu de Manasés;
21 Iddo hijo de Zacarías, de la otra media tribu de Manasés, en Galaad;
Jasiel hijo de Abner, de los benjaminitas;
22 Azareel hijo de Jeroán, de los danitas.
Éstos eran los jefes de las tribus de Israel. 23 David no incluyó a los que eran menores de veinte años porque el Señor había prometido hacer a Israel tan numeroso como las estrellas del cielo.(C) 24 Joab hijo de Seruyá había empezado a hacer el censo, pero no lo concluyó porque el castigo de Dios sobre Israel(D) vino por causa de eso, y por lo tanto el número no se incluyó en el registro de las crónicas del rey David.
25 Azmavet hijo de Adiel tenía a su cargo los tesoros del rey, y Jonatán hijo de Uzías tenía a su cargo los tesoros de los campos, de las ciudades, de las aldeas y de las torres. 26 Ezri hijo de Quelub estaba a cargo de los que cultivaban las tierras. 27 Simey el ramatita estaba a cargo de las viñas, y Zabdi el sifmita del fruto de las viñas para las bodegas. 28 Baal Janán el gederita estaba a cargo de los olivares y de las higueras de la Sefela; y Joás, de los almacenes de aceite. 29 Sitray el saronita tenía a su cargo el ganado que pastaba en Sarón, y Safat hijo de Adlay se ocupaba del ganado que había en los valles. 30 De los camellos se ocupaba Obil el ismaelita; de las asnas, Yejedías el meronotita; 31 y de las ovejas, Jaziz el agareno. Todos estos eran administradores de las propiedades del rey David.
32 Jonatán, el tío de David, que era un hombre prudente, era consejero y escriba; y Yejiel hijo de Jacmoní cuidaba a los hijos del rey. 33 También Ajitofel era consejero del rey, y Jusay el arquita era amigo del rey. 34 Después de Ajitofel estaba Joyadá hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el general del ejército del rey.
Salomón sucede a David
28 David reunió en Jerusalén a todos los jefes de las tribus de Israel, a los jefes de las divisiones al servicio del rey, a los jefes de millares y de centenas, a los administradores de todas las propiedades del rey y de sus hijos, a los oficiales y a sus hombres más aguerridos y valientes. 2 Una vez reunidos, el rey David se puso de pie y dijo:
«Hermanos y pueblo mío: escúchenme. Yo tenía la intención de edificar una casa en donde el arca del pacto del Señor pudiera reposar; en donde nuestro Dios pudiera descansar sus pies. Ya tenía yo todo preparado para edificar, 3 pero Dios me dijo: “Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.” 4 Sin embargo, el Señor, el Dios de Israel, me eligió de entre toda la casa de mi padre, para que fuera yo rey de Israel para siempre. A Judá lo escogió como caudillo, y de la casa de Judá escogió a la familia de mi padre, y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para hacerme rey de todo Israel. 5 El Señor me ha dado muchos hijos, y de entre todos ellos eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino del Señor y gobierne a Israel. 6 El Señor me ha dicho: “Tu hijo Salomón edificará mi casa y mis atrios. Yo lo he escogido para que sea mi hijo, y yo seré para él su padre. 7 Yo confirmaré su reino para siempre, siempre y cuando él se esfuerce por practicar mis mandamientos y mis decretos, como lo hace ahora.”(E) 8 Así que ahora, teniendo como testigo a todo Israel, la congregación del Señor, y hablando en presencia de nuestro Dios, procuren cumplir todos los preceptos del Señor su Dios, para que posean esta buena tierra, y se la dejen a sus hijos después de ustedes como herencia perpetua.
9 »Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario, porque el Señor escudriña los corazones de todos y entiende toda intención de los pensamientos. Si tú lo buscas, lo hallarás; pero si lo dejas, él te desechará para siempre. 10 Date cuenta ahora de que el Señor te ha elegido para que edifiques casa para el santuario. ¡Esfuérzate, y hazla!»
11 Luego David entregó a su hijo Salomón el plano del pórtico del templo y de sus casas, tesorerías, aposentos y salas, y de la casa del propiciatorio. 12 También le entregó el plano de todo lo que pensaba hacer para los atrios de la casa del Señor, para todas las salas en derredor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de los objetos santificados, 13 lo mismo que para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del ministerio de la casa del Señor, y para todos los utensilios del ministerio de la casa del Señor. 14 Pesó el oro para los objetos de oro, para todos los utensilios de cada servicio, y pesó también la plata para todos los objetos de plata, para todos los utensilios de cada servicio. 15 Pesó el oro para los candeleros de oro y para sus lámparas; y pesó también el oro para cada candelero y sus lámparas, y pesó la plata para los candeleros de plata y sus lámparas, según el servicio de cada candelero. 16 También pesó el oro para cada una de las mesas de la proposición, lo mismo que la plata para las mesas de plata, 17 y oro puro para los garfios, los lebrillos, las copas y las tazas de oro. Pesó el oro para cada taza de oro, y la plata para cada una de las tazas de plata. 18 Además, pesó oro puro para el altar del incienso y para el carro de los querubines de oro, que con sus alas extendidas cubrían el arca del pacto del Señor, 19 pues dijo David: «Todo esto me fue diseñado por la mano del Señor. Él me dio a conocer cada detalle del diseño.»
20 Además, David le dijo a su hijo Salomón: «¡Anímate y esfuérzate! Pon manos a la obra, y no temas ni desmayes. El Señor mi Dios estará contigo. No te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa del Señor. 21 Mira, en toda la obra estarán contigo, para todo el ministerio de la casa de Dios, los grupos de los sacerdotes y de los levitas, y todos los voluntarios capaces de realizar toda forma de servicio; además, los jefes y todo el pueblo están dispuestos a ejecutar todas tus órdenes.»
29 El rey David le dijo a toda la asamblea:
«Dios ha escogido a mi hijo Salomón, pero él es todavía un niño tierno de edad, y la obra es demasiado grande. Esta casa no es para un hombre, sino para Dios el Señor. 2 Con todas mis fuerzas yo he preparado todo para la casa de mi Dios: oro para los objetos de oro, plata para los objetos de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, y madera para los de madera; además, piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.(F) 3 Además de todo lo que he preparado para la casa del santuario, es tan grande mi afecto por la casa de mi Dios que, en mi tesoro particular, tengo guardado oro y plata, y lo voy a dar para la casa de mi Dios: 4 cien mil kilos de oro, de oro de Ofir, y treinta mil kilos de plata refinada para recubrir las paredes de los edificios; 5 oro para los objetos de oro, y plata para los objetos de plata y para toda obra que deban hacer los artífices. ¿Quién más quiere presentar hoy una ofrenda voluntaria al Señor?»
6 Los jefes de familia y los jefes de las tribus israelitas, y los jefes de millares y de centenas, lo mismo que los administradores de las propiedades del rey, presentaron sus ofrendas voluntarias. 7 Para el servicio de la casa de Dios dieron ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, seiscientos mil kilos de bronce, y tres millones trescientos mil kilos de hierro. 8 Todo el que tenía piedras preciosas las puso en las manos de Yejiel el gersonita para el tesoro de la casa del Señor. 9 El pueblo estaba feliz de haber contribuido voluntariamente, pues todo lo que ofrecieron al Señor lo dieron de corazón y de manera voluntaria.
10 El rey David se alegró mucho y bendijo al Señor delante de toda la congregación. Dijo:
«Bendito seas, Señor y Padre nuestro, Dios de Israel, desde el siglo y hasta el siglo. 11 Tuya es, Señor, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; pues tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es, Señor, el reino.(G) ¡Tú eres excelso sobre todas las cosas! 12 De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú dominas sobre todo. En tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano también está el engrandecer y el dar poder a todos. 13 Por eso ahora, Dios nuestro, alabamos y loamos tu glorioso nombre.
14 »A decir verdad, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para poder ofrecerte todo esto, y de manera voluntaria? Todo es tuyo, y lo que ahora te damos lo hemos recibido de tus manos. 15 Nosotros, ante ti, somos unos extranjeros y advenedizos, como lo fueron todos nuestros padres, ¡Nuestros días sobre la tierra son como una sombra pasajera! 16 Señor y Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, procede de tu mano, y es todo tuyo. 17 Dios mío, yo sé que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada. Por eso yo, con rectitud de mi corazón, te he ofrecido todo esto de manera voluntaria, y con alegría he visto que tu pueblo, reunido aquí y ahora, te ha ofrendado con espontaneidad.
18 »Señor, Dios de nuestros padres Abrahán, Isaac e Israel, conserva siempre esta voluntad de corazón de tu pueblo, y encamina a ti su corazón. 19 Dale a mi hijo Salomón un corazón perfecto, para que cumpla tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que te edifique la casa y todas las cosas, para las cuales yo he hecho estos preparativos.»
20 Después de esto, David dijo a toda la congregación:
«Bendigan al Señor su Dios.»
Entonces toda la congregación bendijo al Señor, Dios de sus padres, y se inclinaron y adoraron delante del Señor y del rey. 21 Sacrificaron víctimas al Señor, y al día siguiente le ofrecieron holocaustos: mil becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones, y muchos sacrificios de parte de todo Israel. 22 Y ese día comieron y bebieron delante del Señor con gran alegría, y por segunda vez reconocieron como rey a Salomón hijo de David, y ante el Señor lo ungieron como príncipe, y a Sadoc lo ungieron como sacerdote.
23 Salomón ocupó el trono del Señor en lugar de David su padre,(H) y fue prosperado, y todo Israel le juró obediencia. 24 Todos los jefes y poderosos, y todos los hijos del rey David, rindieron homenaje al rey Salomón, 25 y el Señor lo engrandeció en extremo ante todo Israel, y fue tal la gloria de su reino que ningún rey la tuvo antes de él en Israel.
Muerte de David(I)
26 David hijo de Yesé reinó sobre todo Israel 27 cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres reinó en Jerusalén.(J) 28 Murió cuando ya era anciano y entrado en años, rodeado de riquezas y de gloria; y en su lugar reinó su hijo Salomón. 29 Los hechos del rey David, tanto los primeros como los últimos, están escritos en el libro de las crónicas del vidente Samuel, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas del vidente Gad, 30 con todo lo relativo a su reinado y su poder, y con todo lo que le aconteció a él, y a Israel y a todos los reinos de aquellas tierras.
Salomón pide sabiduría(K)
1 Salomón hijo de David fue afirmado en su reino, y el Señor su Dios estaba con él y lo encumbró. 2 Salomón convocó a todo Israel y a los jefes de millares y de centenas, lo mismo que a los jueces y a todos los jefes de familia de Israel, 3 y él y toda la asamblea se dirigieron al lugar alto que había en Gabaón, pues allí estaba el tabernáculo de reunión de Dios que Moisés, el siervo del Señor, había hecho en el desierto. 4 David había traído el arca de Dios de Quiriat Yearín al lugar que le había preparado en Jerusalén,(L) donde él le había levantado una tienda 5 Delante del tabernáculo del Señor estaba el altar de bronce(M) que había hecho Besalel hijo de Uri, hijo de Jur, y allí fueron Salomón y la asamblea para consultar al Señor. 6 Una vez allí, y en presencia del Señor, Salomón subió al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de reunión, y sobre él ofreció mil holocaustos.
7 Esa misma noche Dios se le apareció a Salomón y le dijo:
«Pídeme lo que quieras que yo te dé.»
8 Y Salomón le dijo a Dios:
«Tú has tenido gran misericordia de David, mi padre, y a mí me has puesto en su lugar como rey. 9 Señor y Dios, confirma ahora la promesa que le hiciste a David, mi padre, pues tú me has puesto como rey de un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra.(N) 10 Por favor, dame sabiduría y conocimiento para presentarme delante de este pueblo. A decir verdad, ¿quién podrá gobernar a tu pueblo? ¡Es tan grande!»
11 Y Dios le dijo a Salomón:
«Por haber pensado así, y por no haber pedido riquezas, ni bienes ni gloria, ni la vida de los que no te quieren, ni una larga vida, sino que has pedido tener sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto como rey, 12 recibirás sabiduría y conocimiento, y además te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca antes tuvieron los reyes que te antecedieron, ni tendrán los reyes que te sucedan.»
13 Salomón se apartó entonces del tabernáculo de reunión, y desde el lugar alto que estaba en Gabaón volvió a Jerusalén para reinar sobre Israel.
Salomón comercia en caballos y en carros(O)
14 Salomón acumuló carros de guerra y gente de a caballo, y llegó a tener mil cuatrocientos carros de guerra y doce mil jinetes,(P) los cuales guardaba en las fortalezas construidas para tal efecto, y también con él en Jerusalén. 15 También acumuló en Jerusalén plata y oro, como quien amontona piedras,(Q) y el cedro abundaba como los cabrahigos de la llanura. 16 Los mercaderes del reino compraban al mayoreo para Salomón(R) caballos y lienzos finos de Egipto. 17 Iban a Egipto y compraban un carro de guerra por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y todos los reyes hititas y sirios los compraban por medio de ellos.
Pacto de Salomón con Jirán(S)
2 Salomón se dispuso a edificar un templo para honrar el nombre del Señor, y un palacio para su reino. 2 Para ello designó a setenta mil peones y ochenta mil taladores, y tres mil seiscientos capataces. 3 Luego mando el siguiente mensaje al rey Jirán de Tiro:
«Trátame como trataste a David, mi padre, cuando le enviaste cedros para que construyera su palacio. 4 Como verás, tengo que edificar un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios. Estará consagrado al Señor, y delante de él se quemará incienso aromático y se colocarán continuamente los panes de la proposición, y se ofrecerán holocaustos a mañana y tarde en los días de reposo, en las nuevas lunas, y en las festividades en honor del Señor nuestro Dios. Esto debe hacerse siempre en Israel. 5 La casa que debo edificar tiene que ser grande, porque nuestro Dios es más grande que todos los dioses. 6 Pero ¿quién puede edificarle un templo(T) si los cielos, y los cielos de los cielos, no pueden contenerlo? ¿Y quién soy yo para edificarle un templo, a no ser para sólo quemar incienso delante de él? 7 Yo te ruego que me envíes un hombre hábil, que sepa trabajar en oro, plata, bronce, hierro, púrpura, grana y azul, y que en unión con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, y que mi padre había ya dispuesto, sepa hacer grabados. 8 Envíame también del Líbano madera de cedro, de ciprés y de sándalo. Yo sé que tus siervos saben cortar madera en el Líbano, y mis siervos pueden ayudarlos 9 para que me preparen mucha madera, pues el templo que tengo que edificar debe ser grande y portentoso. 10 Toma en cuenta que a tus siervos que corten la madera les daré veinte mil coros de trigo en grano, veinte mil coros de cebada, veinte mil batos de vino, y veinte mil batos de aceite.»
11 El rey Jirán de Tiro respondió a Salomón por medio de la siguiente carta:
«El Señor ama a su pueblo, y por eso te ha puesto como su rey. 12 Tengo que decir: ¡Bendito sea el Señor y Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que dio al rey David un hijo sabio y entendido, cuerdo y prudente, para que edifique un templo al Señor y un palacio para su reino.
13 »Yo te envío a Jirán Abí, que es un hombre hábil y entendido. 14 Es hijo de una danita, aunque su padre era de Tiro. Jirán Abí sabe trabajar en oro, plata, bronce y hierro, y en piedra y madera, en púrpura y en azul, en lino y en carmesí. También sabe esculpir toda clase de figuras y sacar cualquier diseño que se le pida. Sabrá trabajar con tus expertos y con los de mi señor David, tu padre. 15 Ruego a mi señor enviar a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino, que nos ha prometido. 16 Nosotros cortaremos en el Líbano la madera que necesites, y en balsas te la llevaremos por el mar hasta Jope, y de allí tú la llevarás hasta Jerusalén.»
17 Salomón censó a todos los extranjeros que había en Israel, después del censo que había hecho David, su padre, y se encontró que eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos hombres. 18 A setenta mil de ellos los apartó para llevar cargas; a ochenta mil los puso como canteros en la montaña, y a tres mil seiscientos los puso como capataces para hacer trabajar a la gente.
Salomón edifica el templo(U)
3 Salomón comenzó a edificar el templo del Señor en el monte Moriah, en Jerusalén, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán el jebuseo, y que le había sido mostrado. 2 Comenzó la construcción a los dos días del mes segundo del cuarto año de su reinado. 3 Los cimientos que Salomón puso al templo de Dios medían sesenta codos de largo y veinte codos de ancho. 4 El pórtico que estaba al frente del edificio medía veinte codos de largo, lo mismo que el ancho del templo, y ciento veinte codos de altura. Lo recubrió por dentro de oro puro, 5 y el cuerpo mayor del edificio lo techó con madera de ciprés, la cual recubrió de oro fino, con molduras de palmeras y cadenas. 6 También recubrió el templo de piedras preciosas para adornarlo. El oro era de Parvaim. 7 De modo que recubrió de oro el templo y sus vigas, umbrales, paredes y puertas, y en las paredes esculpió querubines.
8 Salomón hizo además el lugar santísimo,(V) y medía veinte codos de largo y veinte codos de ancho, como el ancho del frente del templo, y lo recubrió con cerca de veinte mil kilos de oro fino. 9 También recubrió de oro los aposentos. Los clavos eran de oro y cada uno pesaba más de quinientos gramos.
10 En el interior del lugar santísimo puso dos querubines(W) de madera, los cuales fueron recubiertos de oro. 11 Las alas de los querubines medían veinte codos de largo, pues cada ala medía cinco codos y llegaba hasta la pared del templo, y la otra ala de cinco codos tocaba el ala del otro querubín. 12 De igual manera, un ala del otro querubín era de cinco codos y llegaba hasta la pared del templo, y la otra era también de cinco codos y tocaba un ala del otro querubín. 13 Las alas extendidas de estos querubines medían veinte codos, y estaban de pie y con los rostros en dirección al templo.
14 Salomón hizo también el velo(X) de azul, púrpura, carmesí y lino, y mandó bordar querubines en él.
Las dos columnas(Y)
15 En el frente del templo hizo dos columnas, cada una de las cuales medía treinta y cinco codos de altura. Cada capitel medía cinco codos. 16 Además, hizo cadenas para el santuario, y las puso sobre los capiteles de las columnas. Hizo también cien granadas, y las puso en las cadenas. 17 Las columnas las colocó delante del templo, una a la derecha y la otra a la izquierda. A la que estaba a la derecha la llamó Jaquín, y a la que estaba a la izquierda la llamó Boaz.
Mobiliario del templo(Z)
4 Jirán hizo además un altar de bronce(AA) de nueve metros de largo por nueve metros de ancho, y cuatro y medio metros de alto. 2 Hizo también un mar de fundición totalmente redondo, que de un borde al otro medía cuatro y medio metros, por dos metros y veinticinco centímetros de altura, ceñido por un cordón de trece y medio metros de largo. 3 Debajo del mar había dos hileras de calabazas fundidas juntamente con el mar. Estas figuras de calabazas circundaban el mar, y cada medio metro había diez de ellas. 4 El mar estaba asentado sobre doce bueyes, con las ancas hacia adentro. Tres de ellos miraban al norte, tres al sur, tres al oriente y tres al occidente, y sobre ellos descansaba el mar. 5 Tenía un grosor de siete centímetros, y el borde tenía la forma del borde de un cáliz, o de un lirio. Su capacidad era de sesenta mil litros. 6 Hizo también diez fuentes,(AB) y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se ofrecía en holocausto. El mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.
7 Jirán hizo también diez candeleros de oro(AC) según su forma, y los puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. 8 Además, hizo diez mesas(AD) y las puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda; igualmente, hizo cien tazones de oro. 9 También hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y sus puertas las recubrió de bronce. 10 El mar lo colocó al lado derecho, hacia el sureste del templo.
11 Jirán hizo también calderos, palas y tazones, y así concluyó la obra para el templo de Dios, que hizo para el rey Salomón: 12 las dos columnas, los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, dos redes para cubrir las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas, 13 cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubrieran las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas, 14 las basas sobre las que colocó las fuentes, 15 un mar, los doce bueyes debajo del mar, 16 los calderos, las palas y los garfios.
Jirán Abí hizo de bronce muy fino, para el rey Salomón, todos los enseres para el templo del Señor. 17 El rey los fundió en la tierra arcillosa de los llanos del Jordán, entre Sucot y Seredata. 18 Todos estos enseres los hizo Salomón en número tan grande, que nunca pudo saberse el peso del bronce.
19 Así fue como Salomón hizo todos los utensilios para el templo de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición, 20 así como los candeleros y sus lámparas de oro puro, para que las encendieran delante del lugar santísimo, conforme a la ordenanza. 21 Las flores, lamparillas y tenazas se hicieron de oro finísimo. 22 Las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas y los incensarios también eran de oro puro, lo mismo que la entrada del templo, sus puertas interiores para el lugar santísimo, y las puertas del templo.
5 Cuando se terminó toda la obra que Salomón realizó para el templo del Señor, Salomón puso allí todo lo que David, su padre, había dedicado.(AE) La plata, el oro, y todos los utensilios, los puso en los tesoros del templo de Dios.
Salomón traslada el arca al templo(AF)
2 Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los príncipes de las tribus y a los jefes de las familias israelitas, para que trasladaran el arca del pacto del Señor desde la ciudad de David,(AG) que es Sión. 3 Con el rey se reunieron todos los varones de Israel, para celebrar la fiesta solemne del mes séptimo. 4 Todos los ancianos de Israel hicieron acto de presencia, y los levitas tomaron el arca 5 y la llevaron, junto con el tabernáculo de reunión y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo. Los sacerdotes y los levitas los llevaron. 6 Luego el rey Salomón y toda la congregación israelita allí reunida delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes. ¡Eran tantos que no se pudieron contar! 7 Los sacerdotes llevaron el arca del pacto del Señor a su lugar, en el santuario del templo, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines. 8 Los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y de esa manera cubrían por encima tanto el arca como sus barras. 9 Éstas sobresalían del arca, de modo que sus cabezas podían verse delante del lugar santísimo, aunque no se veían desde fuera. Hasta el día de hoy, allí están.
10 En el arca sólo estaban las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb,(AH) con las cuales el Señor hizo un pacto con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto. 11 Los sacerdotes salieron del santuario. Todos los sacerdotes que allí se encontraban habían sido santificados, y no mantenían sus turnos. 12 Todos los levitas cantores, los de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, junto con sus hijos y sus parientes, estaban al oriente del altar, vestidos de lino fino y con címbalos y salterios y arpas. Con ellos estaban ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas. 13 Cuando las trompetas sonaban, todos cantaban al unísono y alababan y daban gracias al Señor. A medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos musicales, alababan al Señor y decían:
«Ciertamente, él es bueno, y su misericordia es eterna».(AI)
Entonces el templo, la casa del Señor, se llenó con una nube, 14 y por causa de la nube los sacerdotes no podían estar allí para ministrar, porque la gloria del Señor había llenado el templo de Dios.(AJ)
Dedicación del templo(AK)
6 Entonces Salomón dijo:
«Señor, tú has dicho que habitas en la oscuridad de una nube. 2 Pero yo te he edificado un templo, una mansión donde habites para siempre.»
3 Luego se volvió hacia toda la congregación de Israel, que estaba allí de pie, y la bendijo. 4 Y añadió:
«Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que con su mano ha cumplido la promesa que le hizo a David mi padre, cuando dijo: 5 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo, no he elegido ninguna ciudad en ninguna de las tribus de Israel para edificarme una casa donde establecer mi nombre, ni tampoco he escogido a nadie como príncipe de mi pueblo Israel. 6 Pero he elegido a Jerusalén para que mi nombre esté en ella, y he elegido a David para que gobierne a mi pueblo Israel.” 7 Por eso David, mi padre, tuvo la intención de edificar una casa para honrar el nombre del Señor y Dios de Israel. 8 Pero el Señor le dijo a David mi padre: “En cuanto a tu intención de edificar una casa para honrar mi nombre, me parece bien que lo hayas puesto en tu corazón. 9 Pero no serás tú quien me edifique casa, sino el hijo que te va a nacer. Él será quien edifique el templo para honrar mi nombre.”(AL) 10 Y el Señor ha cumplido su palabra, pues sucedí a David, mi padre, y ahora ocupo el trono de Israel, tal y como el Señor lo había dicho, y he edificado una casa para honrar el nombre del Señor, el Dios de Israel. 11 Ya he puesto en ella el arca, en donde está el pacto que el Señor celebró con los hijos de Israel.»
12 Enseguida, ante toda la congregación de Israel, Salomón se puso delante del altar del Señor y extendió los brazos. 13 Como Salomón había hecho un estrado de bronce que medía cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto, y lo había puesto en medio del atrio, se subió a éste, se arrodilló delante de toda la congregación de Israel, y con los brazos extendidos al cielo dijo:
14 «Señor, Dios de Israel, no hay en el cielo ni en la tierra un Dios que se compare a ti, que cumples el pacto y eres misericordioso con tus siervos que de todo corazón caminan delante de ti. 15 Tú has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre; con tus labios lo dijiste, y con tu mano lo has cumplido, como hoy se puede ver. 16 Ahora, Señor y Dios de Israel, cumple tu promesa a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “No faltará delante de mí un varón, hijo tuyo, que se siente en el trono de Israel, siempre y cuando tus hijos vigilen sus pasos y sigan mi ley, como lo has hecho tú delante de mí.”(AM)
17 »Ahora, Señor y Dios de Israel, que se cumpla la promesa que le hiciste a tu siervo David. 18 Pero ¿acaso es verdad que tú, mi Dios, puedes vivir en la tierra con el hombre? Si ni siquiera los cielos, ni los cielos de los cielos, te pueden contener, ¡mucho menos podría contenerte esta casa que he edificado!(AN) 19 Pero, Señor Dios mío, dígnate atender a la oración y a los ruegos de tu siervo, y escucha el clamor y la oración que este siervo tuyo eleva a ti. 20 Mantén abiertos tus ojos, de día y de noche, sobre esta casa, sobre el lugar del cual has dicho: “Mi nombre estará allí”,(AO) y atiende a la oración que tu siervo eleva en este lugar. 21 Atiende también al ruego de este siervo tuyo, y de tu pueblo Israel; óyelo desde los cielos, desde el lugar donde vives, y cuando en este lugar se haga oración, ¡escúchanos, y perdónanos!
22 »Cuando alguien peque contra su prójimo, y se le exija hacer un juramento, y venga a jurar aquí, ante tu altar, 23 dígnate escuchar desde los cielos, y actúa y juzga a tus siervos; dale al impío su merecido y haz que sus acciones recaigan sobre su cabeza, y hazle justicia al justo y decláralo inocente.
24 »Cuando tu pueblo Israel sea derrotado ante sus enemigos por haber pecado contra ti, si se vuelve a ti y confiesa tu nombre, y en esta casa eleva a ti sus ruegos, 25 dígnate escucharlo desde los cielos, y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlos volver a la tierra que les diste a ellos y a sus padres.
26 »Si los cielos se cierran y, por haber pecado contra ti, deja de llover, si dirigen sus oraciones hacia este lugar y confiesan tu nombre, y cuando tú los aflijas se arrepienten de sus pecados, 27 escúchalos en los cielos, y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel; enséñales el buen camino para que lo sigan, y haz llover sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo en propiedad.
28 »Cuando haya hambre en la tierra, o peste, tizoncillo, hongo, langosta o pulgón, o cualquiera otra plaga o enfermedad; o cuando sus enemigos los asedien en la tierra en donde vivan; 29 que toda oración y todo ruego que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, que de corazón reconozca su llaga y su dolor, si tiende las manos hacia esta casa, 30 dígnate escuchar desde los cielos, desde el lugar donde resides, y perdónalos. Examina su corazón y dale a cada uno lo que merecen sus acciones, pues sólo tú conoces el corazón humano. 31 Así ellos te temerán y andarán en tus caminos todos los días de su vida en la tierra que les diste a nuestros padres.
32 »A los extranjeros, a los que no sean de tu pueblo Israel, pero que hayan venido de tierras lejanas por causa de tu gran renombre, y de tu mano poderosa y de tu brazo extendido, si llegan a esta casa y oran, 33 dígnate escucharlos desde los cielos, desde el lugar donde vives, y trátalos conforme a las peticiones que te hagan, para que todos los pueblos de la tierra reconozcan tu nombre y te teman, así como lo hace tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he edificado.
34 »Cuando tu pueblo salga a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú les señales, si oran a ti mirando hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia el templo que he edificado para honrar tu nombre, 35 dígnate escuchar desde los cielos su oración y su ruego, y defiende su causa.
36 »Cuando pequen contra ti (pues no hay nadie que no peque), si te enojas contra ellos y los entregas en manos de sus enemigos, y sus captores los llevan cautivos a un país enemigo, sea lejos o cerca, 37 si en la tierra a la que fueron llevados cautivos ellos recapacitan y se vuelven a ti, y si en el país de su cautividad oran a ti y dicen: “Hemos pecado; hemos actuado de manera inicua e impía”; 38 si allí en el país adonde los llevaron cautivos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran hacia la tierra que les diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia el templo que he edificado a tu nombre, 39 dígnate escuchar desde los cielos, desde el lugar donde vives, su oración y su ruego; defiende su causa y perdona a tu pueblo cuando peque contra ti.
40 »Dios mío, yo te ruego ahora que mantengas abiertos tus ojos, y atentos tus oídos, a la oración en este lugar. 41 ¡Levántate ahora, Señor y Dios, y ven a reposar aquí, tú y el arca de tu poder! ¡Oh, Señor y Dios, que tus sacerdotes se revistan de tu salvación! ¡Que tus santos se regocijen en tu bondad! 42 Señor y Dios, ¡no rechaces a tu ungido! ¡Acuérdate de tu gran misericordia para con David, tu siervo!»(AP)
7 Cuando Salomón terminó de orar, de los cielos descendió fuego y consumió el holocausto y las víctimas,(AQ) y la gloria del Señor llenó el templo. 2 Los sacerdotes no podían entrar en el templo del Señor, porque su gloria había llenado el templo. 3 Y cuando todos los israelitas vieron descender sobre el templo el fuego y la gloria del Señor, se postraron rostro a tierra en el suelo, y adoraron y alabaron al Señor. Decían:
«¡Ciertamente, el Señor es bueno, y su misericordia es eterna!»(AR)
4 El rey Salomón y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante del Señor. 5 El rey ofreció en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, y así el rey y todo el pueblo dedicaron el templo de Dios. 6 Los sacerdotes y los levitas desempeñaban su ministerio con los instrumentos musicales que el rey David había hecho para alabar al Señor, y que tocaba cuando alababa con ellos al Señor, porque su misericordia es eterna. También los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, mientras todo Israel estaba de pie.
7 Salomón consagró también la parte central del atrio que estaba delante del templo del Señor, porque allí había ofrecido los holocaustos y la grasa de las ofrendas de paz, pues en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían los holocaustos, ni las ofrendas ni las grasas.
8 Durante siete días Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel. La congregación era tan grande que iba desde la entrada de Jamat hasta el arroyo de Egipto. 9 Al octavo día celebraron una asamblea solemne, pues durante siete días habían celebrado la dedicación del altar, y durante siete días más habían celebrado la fiesta solemne. 10 El día veintitrés del mes séptimo Salomón envió al pueblo a sus hogares. Iban con el corazón alegre y gozoso por los beneficios que el Señor había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo Israel.
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas